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Sala 1: Introducción a la Antropología

En esta sala hay una reproducción del esqueleto fósil de Lucy, el primer espécimen conocido
del Australopithecus afarensis, descubierto por Donald Johanson en 1974. En la sala final de
la sala hay un mosaico de hologramas con los rostros de personas de diferentes partes del
planeta, dependiendo del punto de vista del visitante, también es posible observar la forma de
los cráneos de los hombres que vivir en cada una de las regiones representadas en el
mosaico.
Sala 2: Poblamiento de América
Hueso sacro de Tequixquiac

El Hueso sacro de Tequixquiac, es una escultura de la cabeza de un


animal creada tallando el hueso sacro de un camélido correspondiente
al período de la Prehistoria, fechada entre 14000 y 7000 a. C. y
considerada una de las obras de arte más antiguas del continente
americano. Es un hallazgo único en su tipo dentro del territorio
mexicano, también se ha convertido en ícono de identidad de los
habitantes de municipio homónimo. La pieza se exhibe de forma
permanente en el Museo Nacional de Antropología (México) situado
en Ciudad de México.
Sala 3: Preclásico en el altiplano central

El Acróbata es una pieza que muestra las influencias olmecas en


algunos asentamientos preclásicos en el valle de México. Procede del
Entierro 154 de Tlatilco (estado de México). Preclásico Medio (ss. XV-
VI a. C.).
Representa a un hombre en posición acrobática posiblemente en
proceso de trance, y que está relacionada con los ritos religiosos de
los chamanes, que quedaron reflejados en esta y en numerosas
cerámicas de la época.
Sala 4: Teotihuacán
Tláloc
Tlalok ‘el que está cubierto de tierra’‘tlaloa, cubrir de tierra; -k, el que está’) es
una deidad mesoamericana del agua celeste. La derivación de su nombre no está clara. 5
Los mexicas lo consideraban el responsable de la estación lluviosa y hacían ceremonias para
honrarlo en el primer mes del año (ātl cāhualo). Bernardino de Sahagún y Alfredo Chavero lo
describen como el dios del rayo, de la lluvia y de los terremotos
Sala 5: Los Toltecas y el Epiclásico
Reproducción del Mural del Hombre-Jaguar en Cacaxtla

Estaba asociado con la tierra por su color amarillo, sus manchas negras que
no rayas, recuerdan la llegada de la noche cada día, imponente y majestuosa
la imagen del jaguar se conjuga con el hombre.

En los murales de Cacaxtla, el jaguar está asociado con la tierra, seca árida,
como la de nuestros cerros erosionados, ellos, los antiguos tlaxcaltecas eran
profundos observadores de la naturaleza.

En el Mural de la Batalla, personajes ataviados con piel de jaguar y otros


adornos, sacrifican masivamente a personajes ataviados como aves, el
sacrificio fue brutal a muerte.
Sala 6: Mexicas
Aros del Juego de Pelota

El juego de pelota
mesoamericano (en náhuatl: tlachtli u ollamalistli, en maya
clásico: pitz) fue un deporte con connotaciones rituales y
bélicas, jugado desde el año 1400 a. C.1 por los
pueblos precolombinos de Mesoamérica; se practicaba tanto
en la vida cotidiana como en celebraciones religiosas.
Durante los milenios de su existencia, el deporte ha conocido
distintas versiones en diferentes lugares. Aparentemente
cumplía la función de resolver conflictos de diversa
naturaleza: pleitos por tierras, tributo, controles comerciales y
otros.
Sala 7: Culturas de Oaxaca

Reproducción de la Tumba 105 de Monte Albán

Uno de los aspectos más interesantes de Monte Albán son las


prácticas funerarias que realizaban los zapotecos, debido a que la
mayoría de los entierros se depositaban en distintos espacios al
interior de las unidades habitacionales; podían ser tumbas de
mampostería, cistas (enterramiento que consiste en cuatro lozas
laterales y una quinta que hace de cubierta) revestidas de lajas y
bloques; fosas excavadas sobre la roca madre, espacios domésticos
como pozos de almacenamiento, hornos y basureros reutilizados como
espacios funerarios, o bien dentro de cajetes u ollas frecuentemente
localizados en el firme de los pisos de los cuartos.
Sala 8: Culturas de la Costa del Golfo de México
Ofrenda 4 de La Venta

La Ofrenda 4 de la Venta es una ofrenda olmeca compuesta por 16 figurillas


antropomorfas masculinas, talladas en distintas piedras, así como 6 hachas,
constituye uno de los más extraordinarios descubrimientos siendo considerada
una de las creaciones más distinguidas del mundo prehispánico, y es una de las
primeras representaciones de una procesión en Mesoamérica.
Esta escena representa un evento político religioso, probablemente una ceremonia
en un espacio ritual.1 Fue encontrada en el complejo A, plataforma norte del sitio
arqueológico de La Venta ubicado en el estado de Tabasco, México, enterrada en
varias capas de arcilla de distintos colores que hacían referencia a los distintos
niveles del cosmos.

Sala 9: Maya

Disco recubierto de turquesa


Este disco de mosaico de turquesa fue encontrado, junto con otro, en
junio de 1932, dentro de una caja de piedra con tapa colocada en el
Templo de Chac Moool, que posteriormente quedó cubierta por el
Templo de los guerreros. junto con los discos fueron sepultados un bulto
sagrado, que contenía piedras para adivinar, y los restos del cuerpo de
un pinzón, ave representativa de los guerreros de Chichén Itzá, y los de
un búho, que simboliza la guerra asociada con los elementos acuáticos y
con Tláloc.

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