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TEMA 4.

LA GENERACIÓN DEL 27

En el primer tercio del siglo XX, España vivió una de las épocas de mayor esplendor de las Humanidades y
las Artes. Fruto del Regeneracionismo y de la Institución Libre de Enseñanza, nació una generación de
cineastas, artistas, poetas y músicos que dio al país un brillo cultural al iniciarse la Guerra Civil. Los artistas
convivieron con multitud de influencias y movimientos artísticos que impregnarán sus obras desde sus
inicios.

En 1927, en el Ateneo de Sevilla, una serie de jóvenes escritores se reunieron para conmemorar el tercer
centenario de la muerte de Luis de Góngora, lo que supuso un hito significativo para que se les comenzara
a considerar generación poética, cuya obra compartió muchos rasgos hasta el estallido de la Guerra Civil
española. Entre los rasgos comunes que presentan, destacamos su formación académica e intelectual; una
edad aproximada y la amistad surgida entre ellos; la admiración por Góngora, Quevedo o Bécquer y por las
vanguardias, aunando tradición clásica y novedad artística; destaca la colaboración en las revistas literarias
como La Gaceta Literaria, España, Litoral. En relación al estilo, se encuentran bajo el influjo tanto de la
figura de Juan Ramón Jiménez, en búsqueda de un arte puro atento sólo a la belleza y desligado de las
circunstancias históricas, la poesía impura y la tradición popular. En cuanto a los temas, trataban el amor
desde diferentes perspectivas; muestran también interés por todo lo relacionado con el mundo moderno;
se preocupan por cuestiones políticas y sociales, por el exilio y el desarraigo que provocaron la Guerra Civil y
la posterior dictadura.

En cuanto a los rasgos esenciales de cada autor, comenzaremos con la obra poética de Pedro Salinas, de un
marcado tono intelectual, con abundantes metáforas. Entre sus poemarios destaca, La voz a ti debida y
Razón de amor. En una segunda etapa, después de la Guerra Civil, escrita en el exilio, su poesía se acercó a
temas como el exilio, los recuerdos de juventud, la nostalgia de España,etc., en poemarios como Largo
lamento.

Gerardo Diego destacó por sus inicios vanguardistas en el Creacionismo, antes de la Guerra Civil, en cuyas
obras expresaba su libertad creadora con imágenes inesperadas, originalidad tipográfica y verso libre,
ejemplo de ello son Imagen y Manual de espumas; después de la guerra, compuso una poesía más realista y
tradicional como Alondra de verdad.

Jorge Guillén, el miembro de la Generación del 27 tuvo un estilo apegado al concepto de poesía pura de
Juan Ramón Jiménez, prescindió de elementos superficiales para buscar la esencia de la realidad. Su tono es
vitalista, expresado con exclamaciones que reflejan su admiración y prefiere metros cortos y estrofas
clásicas. Toda su producción se reúne bajo el título Aire nuestro.

Vicente Aleixandre, a quien se le concedió el Premio Nobel en 1977, fue uno de los poetas en los que el
surrealismo influyó con mayor fuerza. En su primera etapa aparecen técnicas surrealistas y se centra en el
amor, en obras como Espadas como labios o La destrucción o el amor; en su madurez escribió una poesía
más preocupada por la existencia humana, como en Historia del corazón o Poemas de la consumación.

Concha Méndez fue la promotora e impresora de muchas de las revistas literarias y de los poemarios de sus
compañeros. Supo aunar la tradición popular con imágenes visionarias vanguardistas, dando lugar a una
poesía neopopular. Entre sus obras destaca Surtidoro Niño en sombras, en el que plasma el dolor de la
maternidad frustrada tras la muerte de su hijo.
La producción de Rafael Alberti es extensa y variada. De su obra anterior a la guerra se puede predomina el
empleo de formas tradicionales y clásicas, y de técnicas surrealistas. Destacan Marinero en tierra y Sobre los
ángeles. Su obra posterior a la guerra, de carácter social y tono nostálgico, fue escrita en el exilio. Un
ejemplo es Retornos de lo vivo lejano. Se casó con María Teresa León, autora eclipsada por la figura de su
marido. Memoria de la melancolía fue su libro autobiográfico.

La obra de Luis Cernuda destaca por símbolos y metáforas y por su sensibilidad. Su obra se reúne bajo el
título La realidad y el deseo y sus poemarios más destacados son los siguientes: Perfil del aire, sobre no
poder alcanzar sus sueños y el amor, debido a, rechazo a la homosexualidad; Los placeres prohibidos o
Donde habite el olvido, con temas como la frustración, la soledad y la muerte; y, finalmente, Desolación de
la quimera, meditaciones sobre la guerra, el exilio y la ausencia.

En cuanto a Federico García Lorca debemos decir que su obra es, con la de Miguel de Cervantes, la de
mayor repercusión internacional de España. Su estilo se caracteriza por la fusión de lo culto y lo popular, por
su simbología, por sus imágenes y metáforas. Su obra poética se puede dividir en: la primera etapa
(1921-1928), sus composiciones tienen un tono popular con temas como el misterio y el amor frustrado. En
esta etapa escribe Poema del cante jondo y Canciones, en los que aparece la Andalucía rural del amor y la
muerte, la libertad y la represión, aspectos que culminan en Romancero gitano. En su segunda etapa
(1929-1936), compuso su obra Poeta en Nueva York. En esta etapa también escribió Sonetos del amor
oscuro, dedicados a la imposibilidad del amor homosexual.

La implicación de Lorca con el teatro quedó patente con la fundación de La Barraca, compañía que se
proponía dar a conocer obras clásicas por los pueblos de España. Su producción teatral sigue una evolución
estilística similar a la poética, en estos textos destaca el empleo de los símbolos para revelar la fatalidad
sobre los protagonistas, a menudo mujeres de mucho carácter como se puede observar en las tragedias
Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936) que tratan sobre el
enfrentamiento entre las convenciones y la libertad y la pasión. Su estilo se caracteriza por el empleo del
verso y la prosa. Algunas obras están escritas en verso; otras alternan el verso y la prosa. En el teatro de
Lorca son muy importantes los signos no verbales.

Finalmente, lo que ha llevado al teatro de Lorca al reconocimiento internacional es que supo captar y
reflejar las pasiones humanas de un modo sublime; con un lenguaje poético y colmado de símbolos que han
traspasado fronteras y ocupan un lugar privilegiado en la Hª de la Literatura Universal.

En conclusión, el enorme valor de la producción lírica de los poetas del 27 ha eclipsado la narrativa y el
ensayo de otros autores castañeos, como ocurre con la novelista Rosa Chacel, periodista y escritor Ramón
J.Señales, escritor Max Aulo o los poetas Jose Fina de la Tare, que prarticiparon también en la efervencia de
la cultura española de la época.

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