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La palabra comunicación proviene del término del latín “comunicare” y su significado es:
compartir algo, ponerlo en común. La comunicación es un proceso inherente al ser humano,
puesto que somos seres sociales por naturaleza y sentimos la necesidad de comunicar.
Por tanto, la comunicación es el proceso por el cual se traslada e intercambia información entre
un emisor y un receptor utilizando un código común. Además del emisor y el receptor, tal y
como vamos a ver a continuación, existen otros elementos de la comunicacion que participan
en este proceso.
– Canal de comunicación: el medio por el cual se transfiere el mensaje (telf, carta, etc).
Los elementos de la comunicacion son todos y cada uno de los componentes que participan en
el desarrollo del envío y recepción de cualquier mensaje. Cada elemento tiene su rol dentro de
una comunicación y de todos influyen de una u otra manera que tenga éxito dicho proceso. A
continuación vamos a detallar cada uno de los principales elementos de la comunicación:
Emisor
Ejemplo: Una persona que emite un correo electrónico para enviar información a otra.
Receptor
Ejemplo: La persona que ha recibido el correo electrónico y lee el contenido del ejemplo
anterior.
Código
Ejemplo: el idioma en el que está escrito el correo electrónico que ha enviado el emisor.
Mensaje
Ejemplo: el contenido que incluye el email, ya sea una noticia, informes, etc.
Canal de comunicación
Ruido
El ruido es una interferencia en el proceso de comunicación, la cual puede hacer que no sea
fluida o incluso que la llegue a interrumpir. Existen diferentes tipos de ruidos dentro de los
elementos de la comunicacion, como por ejemplo: música alta en un bar (ruido físico), un
despiste o distracción (ruido psicológico), problemas técnicos o defectos en la tecnología (ruido
técnico), problemas físicos auditivos (ruido fisiológico), uso de terminología técnica como el
caso de un médico con un determinado paciente (ruido semántico). Por último si alguna de las
partes por su actitud impide el entendimiento, se denomina ruido de influencia.
Ejemplo: un ejemplo de ruido podría ser una distracción a mitad de la lectura del correo
electrónico.
Retroalimentación
Función emotiva
La función emotiva, también denominada como función expresiva o sintomática, es aquella que
está centrada en los estados de ánimo, sentimientos y del “yo” del emisor.
Por ejemplo, “¡Qué noche tan hermosa!”, “¡Hoy me siento fenomenal!”, “¡Me haces mucha
falta!”. Estos mensajes del emisor expresan un sentimiento hacia algo en particular.
Función apelativa
La función apelativa o conativa es aquella en la que el emisor espera generar una reacción en
el receptor e influir en su conducta.
Por ejemplo, “Por favor, ¿puedes abrir la venta?”, “Lee el texto y responde las preguntas a
continuación”, “¡Mírame cuando te hablo!”, “Termina la cena y ve a bañarte”.
Función fática
La función fática o función relacional es aquella que se centra en el canal de comunicación que
utilizan el emisor y el receptor, con el objeto de verificar su funcionamiento e iniciar, prolongar o
interrumpir la comunicación.
En este sentido, la función fática del lenguaje no es precisamente informar, sino verificar que el
canal de comunicación funciona correctamente entre el emisor y el receptor.
Por ejemplo, se hace uso de las siguientes palabras, muletillas o frases para confirmar que el
canal funciona o que interlocutor está prestando atención, “¿Aló?”, “O.k.”, “¿Sabes?”, “Diga”,
“Por supuesto”, “Naturalmente”, “De acuerdo”, “Como te venía diciendo”, “Claro”, entre otras.
Función metalingüística
La función metalingüística se preocupa por el código del lenguaje. En este caso, tanto el emisor
como el receptor reflexionan y analizan sobre el propio lenguaje en el que se comunican,
generalmente, con el fin de aclarar alguna duda, hacer una sugerencia o corrección, incluso,
ofrecer una definición.
Por tanto, se hace un amplio uso de las comillas, por ejemplo, ‘“Él” es un pronombre y “el” es
un artículo”, ‘Abuela, ¿qué significa “incrédulo”?, ‘No entiendo de están hablando, ¿qué es la
“numerología”?’, entre otros.
Función poética
La función poética o estética del lenguaje se basa en la forma del mensaje, en los recursos
literarios y en los estilismos empleados para hacer mayor énfasis en la información que se
transmite, se acostumbra a emplear en las obras literarias.
El principal incentivo del lingüista Roman Jackobson para estudiar y determinar las funciones
del lenguaje fue justamente la función poética y la estética que envuelve el mensaje.
Los poemas, rimas, juegos de palabras y refranes son ejemplos de la función poética del
lenguaje, sin embargo, esto no quiere decir que esta función se limite solo al área literaria,
también puede ser empleada en cualquier ocasión. Lo importante es que el mensaje llame la
atención del receptor y genere una reacción.
“El que se casa, casa quiere”, “En casa de herrero, cuchillo de palo”, “No hay mal que por bien
no venga”, “Sus labios son tan rojos como una rosa, pero sus palabras son tan duras como una
roca”, “El amor es remedio para el alma”, “Su mirada tiene hechizo, no me mires porque me da
miedo”, entre otros.