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E AGRADA A Dios

10 * La MUJER QU

Es interesante observar cuán similar fue el acercamiento "e


cuando tentó al Señor Jesús en el desierto (Mateo 41-10). Tres Veco tá
al Señor para que tomase algo para sí mismo que Dios no le estaba y “14
Tres veces fue rechazado. Citando y confiando en la Palabra de Dios de
no sostuvo ningún diálogo personal con Satanás. > Criss,

Hoy día Satanás usa las mismas tácticas para tentarnos. p


nuestros ojos las cosas relucientes del mundo para que las Codiciemo; :
apóstol Juan nos amonesta sobre esto: “No améis al mundo, ni las Cosas
están en el mundo... los deseos de la carne [Eva vio que el árbol era E
para comer], los deseos de los ojos [el árbol era agradable a los ojos], y la
vanagloria de la vida [era codiciable para alcanzar la sabiduría], no proviene
del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:15, 16). Nuestra fortaleza para resistir
la tentación procede del conocimiento de la Palabra de Dios y de Nuestra
aceptación de la voluntad de Dios.

Eva no sólo pecó contra Dios, también contra Adán por actuar
independientemente de él. Ella tomó la posición de liderazgo que pertenecía
al hombre, y ¡qué tragedia produjo! Cuando nosotras violamos el orden de
Dios y nos apartamos de la función que El nos ha designado, no podemos
esperar otra cosa que no sea desorden y aflicción.

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2.3. Los RESULTADOS

El resultado inmediato del pecado fue la verguenza y el remordimiento


que reemplazaron el estado anterior de inocencia que ellos tenían. La primera
evidencia del pecado fue en la relación del esposo y de la esposa (Génesis 3:7).
El pecado echó a perder la perfecta unidad de Génesis 2:23-25.

La serpiente había prometido que ellos conocerían el bien y el mal, y así


sucedió. Ahora conocían el bien, pero sin el poder para hacerlo, y conocían
el mal sin el poder para resistirlo. La consecuencia mayor del pecado fue la
muerte, como Dios había dicho. La muerte tiene tres fases:

1. Separación de Dios, que inmediatamente vino sobre Adán y Eva.

2. La muerte física que vino años más tarde.

3. La muerte eterna, la separación eterna de Dios que es el destino final

de aquellos que rechazan la salvación de Dios.

El hombre quiso exaltarse a sí mismo para ser igual a Dios (Génesis 3:5),
pero se condenó a sí mismo a la muerte y a volver al polvo.

Observa el contraste en el Señor Jesús que “siendo en forma de Dios no


estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó...
por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo” (Filipenses 2:5-11).
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte..”

(1 Pedro 5:6).

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