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G E S C H IC H TE UND S TR U K TU R
Karl Hanser Verlag
Munich
i A
ALBERTO CORAIOH
EDITOA
Plaza Mayor, 30
Madrid-12
Spain
ISBN: 84-7053-086-0.
Depósito legal: M: 16.163-1973.
Printed in Spain. Impreso en España
Industrias FELMAR. Magnolias, 49. Madrid-29
Alfred Schmidt
HISTORIA Y
ESTRUCTURA
C P ,115583
El libro de Schmidt recoge una serie de cuestiones y te
mas que son ya clásicos en el pensamiento dialéctico. Cues
tiones y temas que, suscitados en buena parte por la polé
mica iniciada por L. Althusser, problematizan la especifi-
dad de un m étodo m aterialista dialéctico y sus relaciones
con otras tendencias m etodológicas. El hegelianismo o no
hegelianismo de Marx, la existencia de una «ruptura», sus
relaciones con el historicism o y la configuración de una
ciencia de la historia,... son algunos de los problemas que
aborda el autor. Son tam bién los problemas que han abor
dado otros volúmenes de COM UNICACION: el colectivo
P rob lem a s actuales de la d ia léctica , los textos de Rossi so
bre los orígenes del m aterialism o histórico, los de G. della
Volpe contenidos en C rític a de la id eología contem poránea,
el de Jakubowsky, los del C o le c tiv o 1, Id eolog ía y aliena
ción, etc. Ante todo esto se plantean de inmediato dos pre
guntas: ¿Cuál es la razón de acumular publicaciones sobre
estos temas, se trata de aprovechar una moda, de oportu
nismo ante una problem ática de éxito seguro?; después,
una vez contestado lo anterior, ¿qué aporta específicamen
te la obra que ahora presentamos?
Los argumentos en torno al oportunismo pueden ser
muy abundantes y de diverso tipo. De carácter general, a
partir de la manifiesta dependencia de la bibliografía fran
cesa, que hubiera impuesto la polémica althusseriana; de
carácter más particular, a tenor de la peculiar penuria teó
rica peninsular de todos reconocida y la importación de
problemas extraños abordados — y a veces resueltos— en
un plano abstracto e ideal, de pura «práctica teórica». En
ambos casos, las consecuencias serían semejantes: por de
bajo de las apariencias de una cultura crítica y com prom e
tida — que se rotula como tal— , la oferta que estas publica
ciones supondrían no sería sino la de una cultura crítica
y fuera de cualquier compromiso, con el único afan de lle
nar huecos que no dicen nada sobre el aquí y el ahora, o
que no dicen nada que sirva para el aquí y el ahora.
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(77) Ibíd., cf. también págs. 203 y 318 (trad. cast. cit., pági
na 448; cf. también págs. 235 y 367).
(78) IbícL., pág. 716 (trad. cast. cit., II, págs. 394-5).
(79) Ibíd., pág. 716 [trad. cast. cit. II, pág. 395] (subrayado
de Marx).
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Alfred Schmidt
I
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*■
LA C IE N C IA C O M O P R O D U C TO C O N S C IE N TE
D E L M O V IM IEN TO H IS TO R IC O
mié, en Marx/Engels, Werke, vol. 13, Berlín, 1964, pág. 469 (tra
ducción cast. en Marx, Engels: Obras Escogidas, 2 tomos, Edi
torial Progreso, Moscú, 1966, vol. I, pág. 354).
(28) Ibíd., pág. 473 (trad. cast. cit., pág. 358).
(29) Ibíd., pág. 472 (trad. cast. cit., pág. 357).
(30) Ibíd., pág. 473 (trad. cast. cit., pág. 358).
(31) Ibíd., pág. 474 (trad. cast. cit., pág. 358).
(32) Ibíd.
(33) Ibíd., pág. 475 (trad. cast. cit., pág. 359).
55
(53) Ibíd.
(54) Ibíd.
(55) Marcuse, V ern un ft und Revolution. Hegel tind die
Entstehung der Gesellschaftstheorie, Neuwied/Berlín, 1962, cf.
págs. 274-278 (trad. cast. «Razón y revolución», Madrid, 1971).
(56) Marx, E in leitu n g zur K ritik der politischen Okonom ie,
ibíd., pág. 631.
(57) Ibíd., pág. 632 (trad. cast. cit., pág. 269).
62
(66) Marx, Das K apital, vol. I, pág. 80 (trad. cast. cut., vo
lumen I, pág. 40).
(67) Cf. también, a este respecto, el trabajo del autor ya
citado en la nota 1 contra el «objetivism o» inmediato de los
escritores estructuraiistas.
67
El método "progresivo-regreslvo”
(91) Ibíd., pág. 55; pág. 56 (trad. cast. cit., pág. 66).
(92) Marx, E in le itu n g zur K r itik der Politisch en O k o n o m ie ,
en Marx/Engels, W erke, vol. 13, op. cit., pág. 631.
(93) Ibíd ., pág. 632.
(94) Marx, Das K apital, op. cit., cf. pág. 15.
(95) Cf. ibíd., pág. 18.
(96) Marx, E in le itu n g zur K r itik der Politisch en O kon om ie,
76
en Marx/Engels, W erke, vol. 13, op. cit., pág. 632 (trad. cast.
cit., pág. 270).
(97) Ib íd ., pág. 633 (trad. cast. cit., pág. 270).
(98) Hegel, W issenschaft der Logik, I, op. cit., cf. pág. 56
(trad. cast. cit., pág. 67).
(99) Hegel, Wissenschaft der Logik, II, Leipzig, 1951, pá
gina 130.
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(115) Ibíd., pág. 543 (trad. cast. cit., vol. II, pág. 166).
(116) Ibíd.
82
(117) Ibíd.
(118) » Ibíd.
(119) Ibíd., págs. 543 y ss. (trad. cast. cit., vol. II, págs. 166
y ss.).
(120) Ibíd., pág. 544 (trad. cast. cit., vol. II, pág. 168).
(121) Ibíd., pág. 545 (trad. cast. cit., vol. II, pág. 169).
(122) Ib íd . Cf. con respecto a esta dialéctica objetiva del
azar y la necesidad (importante para el pensamiento marxiano
en su conjunto) también E l Capital, vol. I, op. cit., pág. 331;
véase además G rundlinien der Ph ilosoph ie des Rechts, en
Sam tliche W erke; vol. 7, Glockner, Stuttgart-Bad Cannstadr,
1964, § 189, donde se dice que honra a la economía política
(Staatsokonom ie) el «deducir las leyes a partir de una masa
de casualidades».
83
(123) Ibíd., pág. 544 (trad. cast. cit., vol. II, pág. 168).
(124) Ib íd . (subrayados de Marx).
(125) Ib íd . (subrayados de Marx).
84
(127) Ibíd ., pág. 545 (trad. cast. cit., vol. II, pág. 169).
(128) Ibíd ., pág. 366 (trad. cast. cit., vol. I. pág. 424). Una
idea que aclara, una vez más, los límites de la interpretación
estructuralista de Marx tal como es expuesta por la escuela
parisiense de Althusser. Así, Nicos Poulantzas distingue en el
seno de la unidad del marxismo dos disciplinas separadas por
la naturaleza de sus respectivos objetos: el materialismo dia
léctico y el materialismo histórico. Este — «Science de l’his-
toire»— define su objeto como «constitution du concept d'his-
toire», aquél — «philosophie marxiste»— tiene, para Poulant
zas, un contenido gnoseológico. Se ocupa de la «production des
connaissances, c'est-á-dire la structure et le fonctionnement du
processus de pensée», que equivale a una «théorie de l'histoire
de la production scientifique» (cf. Poulantzas, P o u v o ir p o liti-
que et classes sociales, I, París, 1971, pág. 5 [trad. cast. de
Florentino M. Torner, P o d e r p o lític o y clases sociales en el
estado capitalista, Madrid, 1972]). Desde luego, Poulantzas está
en lo cierto al subrayar lo erróneo de reducir la teoría m a
terialista del conocimiento a la concepción materialista de
la historia. Esto es lo que él objeta a «interprétations histo-
ricistes» (entre las que menciona las del joven Lukács y Korsch)
para las que el marxismo es «une anthropologie historique»,
«l'his.toire étant une categorie originaire et fondatrice et non
un concept á construiré. La réflexion des structures, la 'prise
de conscience de leur sens' est fonction, par le biais d’une
intériorisation médiatrice, de ces structures mémes» {ibíd., pá
gina 6). El problema que se plantea es si de este modo no irá
Poulantzas (que al igual que sus maestros quiere eliminar de
Marx todo rastro hegeliano) a caer en el error contrario, igual
mente caracterizado por él, de las «interpretations positivis-
tes-empiriciste»: el de subsumir al materialismo histórico en
el rígido armazón de una «ley» (o «m odelo») de validez uni-
verse, el cual en cada caso sólo habría que «concretizar» ade
cuadamente al ejem plo histórico de que se tratase (cf. ibíd.).
¿De qué otro modo hay que interpretar la tesis de Poulantzas
según la cual el materialismo histórico se ocupa primariamente
del concepto de historia? ¿No presupone esto (cosa que Pou
lantzas admitiría, aunque sólo tu a bstra cto) el estudio co n
cre to de su curso, es decir: la historia narrativa? En E l Ca
pita l se encuentra, con seguridad» historia «construida», pero
también historia material, en el sentido de «praxis» creativa.
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ataca Lukács la permanencia de los modernos teóricos de la
historia (del tipo de Rickert) en la mera inmediatez de lo
fáctico, que está, de hecho, referida a «valores», que sin
embargo permiten tan sólo una «elección» en su «m ultiplici
dad», sin cambiar lo fáctico, frente a lo que se hallan de un
modo exterior y causal (ib íd .). Sólo se alcanza «una tipología
; form al de las formas fenoménicas de la historia y la socie-
• dad, para la cual pueden aducirse como meros ejem p los los
hechos históricos» (ibíd ., subrayado de Lukács). La idea de
ü Lukács, por el contrario, consiste en una autointerpretación
JT. — obligatoria— del ser históricamente en movimiento; o sea,
i ima teoría para la que la realidad objetiva del acaecer no
1 venga descrita neutralmente desde el exterior, sino que re-
i suite penetrada en su con ten id o histórico-m undial. Por ello
i subraya que sólo en el marxismo ha podido devenir la dia-
r léctica realmente «m étodo de la historia»: porque ha pasado
t al proletariado, una clase «que (es) capaz de descubrir en sí
f misma... el sujeto de la acción productiva, el 'nosotros' de la
I génesis» (ib íd ., pág. 165). «E l conocimiento histórico del pro-
| letariado» — sobre la base del Capital de Marx— «empieza con
f el conocimiento del presente, con el autoconocimiento de su
} propia situación social, con la revelación de su necesidad (en
| el sentido de la génesis)» (ibíd ., pág. 176).
90
(137) Marx, Das K a p ita l , vol. I. op. cit., pág. 806. Cf. con res
pecto al humanismo im plícito al mismo enfoque teórico de
Marx, también mi estudio D ie « Z e its c h rift f ü r Sozialforschunga.
Geschichte und gegenw artige Bedeutung, München, 1970, pági
nas 33-38. (Trad. cast. en preparación por Comunicación. Ma
drid, en el volumen colectivo La teoría crític a de la Sociedad .)
(138) Marx, Z u r K r it ik d er P o litisch e n O k on om ie, en Marx/
Engels, W erke, vol. 13, op. cit., pág. 128.
(139) Hegel, W issenschaft der L o g ik , II, op. cit., pág. 458. Así
la In tro d u c c ió n del 57 marxiana repite casi literalmente la teo
ría hegeliana de que lo concreto es un «nexo múltiple» de abs-
92
(168) Hegel, W issenschaft der Lo gik , II, op. cit., pág. 127;
pág. 128 (subrayados de M arx).
(169) La idea hegeliana de la ley como «imagen quieta» de
los fenómenos impresionó a Lenin, quien observó lo siguiente
en su resumen de la Gran L ó g ic a : «Esta es una excelente defi
nición materialista y muy adecuada (con la palabra 'quieta’).
La ley capta lo que está quieto — y por ello la ley, toda ley, es
estrecha, incompleta, aproxim ativa» (en Lenin, W erke, vol. 38,
op. cit., págs. 141 y ss.). La idea de que los fenómenos son más
ricos que las leyes que los reflejan (cf. ibíd., pág. 142) está ya
implícita en Hegel, pero adopta en el materialismo dialéctico
un carácter más desarrollado que el que tenía en Hegel, que
todavía era algo limitado. Mientras que Hegel habría rechaza
do como cautela «abstracta» la tesis general de que a todos los
estadios del conocimiento humano les corresponde un signifi
cado meramente aproximativo, por su transitoriedad histórica,
y se habría atenido al «esfuerzo del concepto» a realizar siem
pre de nuevo, el materialismo, por el contrario (más orientado
en esto hacia el curso real de la investigación científica) parle
en la construcción de sus conceptos desde un principio de aque
lla tesis. Cf. sobre esto también el artículo (referido a la inter
pretación leninista de H egel) de Wilhelm Raimund Beyer He-
gels «G e s e tz », en «D er Gesetzbegriff in der Philosophie und den
Einzelvvissenschaften», editado por Günter Krober, Berlín, 1968,
páginas 47 y ss. Beyer pone de relieve, en particular, la «corregi-
bilidad», «com pletabilidad» y «controlabilidad» del concepto de
ley concebido desde un punto de vista materialista.
103
(176) Gramsci, Philosophie der Praxis, op. cit., cf. pág. 218.
Esta departamentalización —verdaderamente insostenible— se
ha mantenido hasta el presente en los manuales de marxismo
soviético; actualmente, no obstante, se busca una formulación
menos tosca.
(177) Jbld., pát*. 219; cf. sobre esta «identidad de historia
v filosofía*, también ibid., págs. 268 y ss. (Trad. cast. cit.
[P. E M.]. página 26.)
(178) Ibid.. pág. 215 (trad. cast. cit. [P. E. M.], pág. 21).
(179) Cf. acerca de la crítica de este enfoque historiográfico
crociano, ibid., págs. 250 y ss.
107
(183) Ibíd.
(184) Ibíd.
(185) Ibíd., pág. 271.
(186) Ibíd., pág. 272; cf. al respecto también pág. 271.
(187) Ibíd., pág. 273.
109
*
113
(212) Ib íd ., pág. 202 (trad. cast. cit. [F. P.L pág. 133).
(213) I b íd .
118
(296) Ib íd ., pág. 7.
(297) Cf. a este respecto lo que dice Engels sobre el siste
ma (raram ente entendido) de citas de Marx: «Estas citas fo r
man... un comentario que acompaña paso a paso al texto, co
mentario tomado de la historia de la ciencia de la economía,
en el que aparecen reseñados, por fechas y autores, los pro
gresos más importantes de la teoría económica. Esto era muy
importante, en una ciencia com o ésta, cuyos historiadores sólo
se han distinguido hasta hoy por su ignorancia tendenciosa y
casi advenediza» ( Das K a pita l, vol. I, op. cit., pág. 23 [trad.
cast. cit., vol. I, págs. X X V III- X X IX ]).
•146
(298) Comte, Rede iib er den Geist des Positivism us, op. cit.,
páeina 5.
(299) Cf. ibíd., págs. 41-51.
147
(324) Ibíd.
(325) Marx, E in leitu n g zur K ritik der Politischen Okono-
mie, en Marx/Engels. Werke, vol. 13, op. cit., pág. 638 (trad.
cast. cit., pág- 278).
154
A m odo de resumen
Págs.
I n t r o d u c c i ó n ............................................................. 9
E l te m a : ¿ H is to r ia a e s tru c tu ra l o e s tru c tu ra a h istó-
r ic a ? .................................................................................. 13
La c ie n c ia c o m o p r o d u c t o c o n s c ie n te del m o v im ie n
to h i s t ó r i c o ................................................. 45
«Devenir» y «existencia» de las relaciones de pro
ducción burguesas ............................................... 48
El primado cognitivo de lo lógico sobre lo his
tórico .................................................................... 51
Razón analítica y razón dialéctica enH e g e l....... 57
La elevación marxiana de lo abstracto a lo con
creto ..................................................................... 59
«Investigación» y «exposición» en la dialéctica
especulativa.......................................................... 62
Del «sistema» a la h isto ria .................................. 66
El problema del comienzo de la ciencia............ 71
El método «progresivo-regresivo» ................... 74
El lugar «histórico-universal» delcapitalismo ... 78
Lo correcto y lo incorrecto en la interpretación
estructurálista de Marx ...................................... 90
El humanismo absoluto de la historia grams-
c ia n a ..................................................................... 98
Las categorías y las leyes de la economía mate
rialista ................................................................. 99
El concepto gramsciano de «historiografía»....... 103
Gramsci como crítico de C ro c e .......................... 106
Gram sci sobre el status cien tífico-teórico de la
teoría m a r x ia n a ......................................................*. . . 111
La interpretación gramsciana de la relación entre
el m aterialism o histórico y la crítica de la eco
nom ía p o lít ic a ................................................. 113
D ificultades de la interpretación de M arx ........ 121
«E l C apital» en la óptica de la v ie ja socialdem o-
c r a c ia ............................................................................ 123
El nuevo enfoque a lth u s s e ria n o ............................. 124
La filo so fía del «nou vel esprit scien tifiq u e»: la
teoría del conocim iento com o historia construi
da de la c ie n c ia .......................................................... 126
Los presupuestos bachelardianos de Althusser ... 130
H istoria form alizada e historia m aterial de las
c ie n c ia .......................................................................... 136
Com te, H egel y M arx com o historiadores de la
ciencia ........................................................................ 140
H istoria estructural de la ciencia y filo so fía de
la h is t o r ia .................................................................... 145
A m odo de resumen ............................................... 158
COMUNICACION
S ER IE A