Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CURSO 2022/2023
COLEGIO LICEO MEDITERRÁNEO
El “desastre del 98” evidenció el atraso español. Autores como Unamuno, Baroja, Azorín,
Valle-Inclán y Antonio Machado denuncian el injustificado triunfalismo gubernamental y la miseria
del pueblo. Reclaman una regeneración: mejorar las infraestructuras, industria y agricultura; reducir
gastos militares, el déficit y la inflación; mejorar las deplorables condiciones de los trabajadores,
muchos de ellos menores de edad y sin seguridad social.
Exigen democratizar el sistema político y mejorar la educación, pues el 80% de la población era
analfabeta. La Institución Libre de Enseñanza, creada a finales del XIX, modernizó la enseñanza
española. Tuvo su continuación con la Residencia de Estudiantes, por la que hasta 1936 pasaron
escritores como García Lorca o Alberti, pintores como Dalí y cineastas como Luis Buñuel.
A pesar de los intentos de Maura por mejorar la situación, el fuerte malestar estalla en 1909, con la
Semana Trágica de Barcelona: un levantamiento popular violento, anticlerical y antimilitarista,
opuesto al conservadurismo. El Gobierno lo reprimió severamente. Se crearon sindicatos, como la
anarquista C.N.T., y se agudizaron las protestas.
Primo de Rivera suspende la Constitución (vigente desde 1876, la más duradera en la historia
constitucional española), reprime a los obreros e instaura la censura. Mejora la situación en
Marruecos y moderniza las infraestructuras, pero fracasó por la falta de libertades y por la
agudización de la crisis a raíz del hundimiento de la Bolsa de Nueva York.
Aunque el rey destituyó a Primo de Rivera por la gravedad de la crisis, los movimientos
progresistas y obreros no le perdonaron el apoyo a la Dictadura. En las elecciones municipales de
1931 triunfan los republicanos, que proclaman la República y fuerzan el exilio de Alfonso XIII. El
gobierno republicano progresista cambió el país: mejoró la enseñanza, el ejército, agricultura,
industria, comunicaciones y condiciones de los trabajadores; se desarrolla la secularización; se
aprobó un Estatuto de Autonomía para Cataluña. Sin embargo, la oposición conservadora no estaba
de acuerdo con los cambios. En 1933 la derecha ganó las elecciones. Su contrarreformismo provocó
huelgas generales como la Revolución de Asturias, reprimida duramente por el ejército, con más de
mil víctimas.
En 1936 el Frente Popular, izquierdista, gana las elecciones. El desacuerdo conservador lleva a
algunos militares a urdir un levantamiento, que estalla el 17 de julio. Se consolidan desde entonces
dos bandos, el republicano y el nacional, que combatieron durante tres años, venciendo las tropas
nacionales del general Franco.
Con el concepto de “crisis de fin de siglo” se alude a los cambios políticos, ideológicos, estéticos
y científicos que se producen en Europa a finales del siglo XIX. Durante estos años se fundó la
física moderna, nació el sicoanálisis, y las relaciones de producción cambiaron de manera definitiva
con la organización de los movimientos obreros y la llegada del marxismo.
Los escritores de fin de siglo sienten que tiene que renovarse la literatura en general y la narrativa
en particular. Este deseo de cambio se ve reflejado en un movimiento estético que ya conocemos: el
Modernismo, que pretendía una renovación total de la vida y del arte a través de su postura
antiburguesa y de la recuperación de la belleza del lenguaje literario.
Se llama Generación del 98 al grupo de jóvenes escritores que pretendían renovar el lenguaje
literario y regenerar la vida pública en un país atrasado cultural y económicamente, y
conmocionado por “el desastre”, como se llamó a la pérdida de las últimas colonias de Cuba y
Filipinas en 1898.
El espíritu de desánimo que asolaba el país ante la pérdida de las colonias impulsó a los
intelectuales españoles, entre ellos a los escritores de la generación del 98, a expresar su angustia y
a evocar los valores más representativos de España.
El escritor José Martínez, “Azorín” fue el primero en aludir a la Generación del 98 cuando
publicó en 1913 su estudio titulado Clásicos y modernos. En él se designa a un grupo de escritores,
denominado el “Grupo de los Tres” que compartían inquietudes y actitudes de protesta, además de
una profunda preocupación por la situación de España.
Estos tres escritores, Azorín, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu firmaron un manifiesto en 1901
denunciando dicha situación. A él se adhirieron intelectuales como Miguel de Unamuno, Antonio y
Manuel Machado, Valle Inclán o Ángel Ganivet.
La denominación de “Generación del 98” ha sido muy cuestionada por la crítica desde el
momento de su aparición, ya que incluso sus integrantes declinaban su pertenencia. Sin embargo,
no deja de ser cierto que se observan puntos en común en algunas de sus obras, por lo que la crítica
les ha englobado dentro del mismo grupo, la Generación del 98 o los noventayochistas.
− Fechas de nacimiento no muy distantes: todos los autores nacieron entre 1864 y 1875
− Relación entre los componentes: compartían ideas políticas liberales, promovían reformas
ideológicas, participaban en actos colectivos (homenajes a Larra o quejas por el Nobel a José
LITERATURA DEL SIGLO XX ANTERIOR A 1939. LA NARRATIVA 3
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º BACHILLERATO
CURSO 2022/2023
COLEGIO LICEO MEDITERRÁNEO
− El tema de España: en sus páginas aparecen el dolor y el amor por España. De ahí su
interés por el paisaje y la vida cotidiana de sus pueblos.
− La intrahistoria: por debajo de la historia oficial, que aparece en los libros y es objeto de
estudio, les interesó la vida humilde de los hombres y mujeres que viven y trabajan cada día
conformando el entramado social de un país. Ellos son los verdaderos protagonistas de la historia
soterrada de los pueblos.
− Las preocupaciones existenciales: la conciencia de ser hombre ya no podía ser la misma
desde Nietzsche, Bergson o Kierkegaard. Todos los autores del 98 se preguntarán de manera
angustiosa por el sentido de la vida o el destino del ser humano. Muchos de ellos experimentaron
una evolución ideológica que les hizo madurar en el terreno personal y en el literario.
−
LENGUA LITERARIA DE LOS AUTORES DEL 98
− Lenguaje natural y sobrio: defendían una marcada voluntad antirretórica, querían hacer
llegar sus mensajes de forma clara, sencilla y directa. Azorín llegó a afirmar: “Una obra será tanto
mejor cuanto con menos palabras haga brotar más ideas”
− Exigente cuidado del estilo: no se contradice con lo anterior. Todos huirán de los tópicos y
buscarán la palabra precisa que diga con exactitud y belleza lo que pretenden decir.
− Gusto por las palabras tradicionales: todos los autores coinciden en buscar las esencias
del alma del pueblo a través del lenguaje popular. Así su utilización literaria será una necesidad
ideológica y estilística
Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) fue uno de los intelectuales más brillantes
de la Generación del 98. Licenciado el Letras a los 19 años, a los 27 ya era catedrático de griego en
la Universidad de Salamanca, de la que posteriormente fue rector. En su juventud se afilió al PSOE
y colaboró con la prensa obrera de Bilbao, pero la gran crisis de fe que sufre 1897, a raíz de la
muerte de su hijo pequeño, le hace abandonar el socialismo y entra en una profunda crisis religiosa.
Por su oposición al dictador Primo de Rivera fue desterrado a Fuerteventura. Perdonado, se negó a
volver hasta la caída de la dictadura. Con la llegada de la República volvió como Rector de la
Universidad de Salamanca.
En 1936 apoyó a los militares rebeldes contra la República porque los vio como
“regeneracionistas” que acabarían con el caos que él percibía en esta época. En octubre rectificó su
postura y al iniciarse el curso universitario se opuso públicamente al general Millán Astray. De allí
salió hacia su casa, bajo arresto domiciliario, que duró hasta su fallecimiento el 31 de diciembre de
1936.
Toda la obra de Unamuno puede contemplarse como las sucesivas entregas de una autobiografía
literaturizada. Concebía la vida como una lucha, como una agonía en busca de una paz que nunca se
encuentra, lo cual plasmó en sus obras literarias.
-Temática de su obra: es consciente de que vuelca en sus escritos sus dos mayores preocupaciones:
el problema de España y sus dudas existenciales. Ambos temas se repetirán en toda su obra (poesía,
novela, ensayo y teatro).
− Géneros literarios: Unamuno también busca las nuevas posibilidades que se abren en la
experimentación literaria. En su novela Niebla (1914), rompe la barrera entre el autor y el
personaje, colocando a ambos al mismo nivel de ficción o de realidad. Esta novedad, entre otras
muchas, hizo que se le acusara de no escribir novelas. El se defendió diciendo que escribía
“nivolas”, lo cual es una salida ingeniosa, porque él era consciente de que hacía novelas, pero muy
particulares y especiales.
− Personajes: se denominan “agonistas”, viven y sufren una búsqueda constante de Dios que
es siempre amenazada por la muerte como fin de todo. Este enfrentamiento entre lucha por
encontrar lo eterno y la amenaza de que no exista nada después de la muerte es lo que Unamuno
definió como “sentimiento trágico de la vida”
− Poco interés por el marco espacial y temporal: casi sin descripciones, se convierten en
obras abstractas
− Sus novelas: son novelas filosóficas en las que lo importante no es sacar adelante una
trama, sino exponer sus ideas y sus dudas existenciales de manera dialogada. Esta manera de narrar
tiene sus propias características:
− El lenguaje literario: su estilo es vivo y expresivo, y responde a un claro deseo de huir del
tópico retórico. Sus características más sobresalientes son:
● Mezcla de términos cultos con otros cotidianos, le gusta utilizar palabras populares, que él
llamó “terruñeras”.
● Quiere alejarse de la novela realista del XIX y para expresar la contradicción y las dudas usa
con frecuencia antítesis, paradojas, exclamaciones retóricas y juegos de palabras.
Obras destacadas
− San Manuel Bueno, Mártir (1930): Expone la pérdida de la fe de don Manuel, un cura rural,
que cambia su falta de fe por la voluntad de querer tenerla. Aquí aparece como novedad la
“intertextualidad” -narrador que relaciona esta obra con otras del mismo autor- o la invitación al
lector a opinar y reflexionar sobre la propia novela: la metanovela.
Otras obras son Amor y pedagogía (1902), La tía Tula (1921) o Don Sandalio, jugador de
ajedrez.
En sus ensayos es donde plantea más profundamente “el problema de España”. En un primer
momento considera que hay que “europeizar España”, pero más tarde cambia de parecer y opina
que hay que “españolizar Europa”. También en sus ensayos habla de la intrahistoria, es decir, la
vida tradicional que sirve de fondo permanente a la historia cambiante y visible. Medita sobre el
tiempo pasado y el incierto futuro debido a la crisis existencial del momento. También en sus
meditaciones y reflexiones aparecen frecuentemente los temas de Dios y la muerte. Destacan
ensayos como Por tierras de Portugal y de España, Del sentimiento trágico de la vida, La agonía
del cristianismo o Andanzas y visiones españolas. (Sin embargo, dado que la ponencia de
selectividad propone un epígrafe completo al ensayo español, lo veremos en mayor profundidad
más adelante).
Nació en San Sebastián en 1872. Estudió Medicina en Madrid y llegó a ejercer durante un tiempo,
pero desde muy pronto frecuentó ambientes literarios que lo orientan hacia su verdadera vocación:
escribir. Su tesis doctoral la realizó sobre el dolor, lo cual se convirtió en una constante en su obra.
Regentó una panadería familiar en Madrid, pero pronto se dedicó por entero a la creación literaria.
En esta ciudad entró en contacto con Azorín, del que se hizo muy amigo, y de Ramiro de Maeztu.
Al inicio de la Guerra Civil huyó a Francia, volvió en 1940 y permaneció en Madrid hasta su
muerte en 1956.
Baroja hereda todo el buen hacer de la mejor novela realista del siglo XIX, pero la aligera con un
lenguaje natural, lejos del retoricismo, y la hace más sorprendente, ambivalente y confusa. Por eso
es uno de los autores que más ha influido en la literatura moderna.
Características de la obra de Baroja
en los que sumerge al protagonista de la novela y sus propias vivencias en forma de memorias.
● Estructura de sus obras: Baroja quería aproximar la novela a la vida, que la reflejara en su
heterogeneidad; por eso frente a la narrativa decimonónica, perfectamente estructurada y cerrada,
Baroja opone una estructura abierta, fragmentaria, desordenada; no le preocupa el desenlace, le
preocupa la acción. Una acción encaminada a salvar al hombre del vacío y la molicie, pero que
inevitablemente no logrará su objetivo.
● Lengua literaria y estilo: es un estilo sencillo, prefiriendo frases cortas y párrafos poco
extensos, porque según él es la forma normal de expresarse. Esto era perfecto para su objetivo: “ la
espontaneidad narrativa”. Los diálogos, abundantes, producen esta sensación de espontaneidad y
frescura. Baroja pretende reflejar el habla común porque, como ya hemos visto, quiere que la novela
represente la vida con la mayor exactitud posible.
Obras
Fue un autor muy prolífico, que escribió más de sesenta novelas, de las que 34 se agrupan en
trilogías. En su producción se pueden distinguir dos etapas, reconocidas por él mismo:
− La busca: escrita en 1904, primera de la trilogía de La lucha por la vida. En esta novela
con final abierto, se refleja el Madrid de la miseria y la marginación de la época. En ella cuenta la
historia de Manuel, que abandona su Soria natal con su madre (sirvienta en una pensión madrileña)
para buscar una vida mejor. Su día a día se va desgranando y se hunde sin remedio en las clases
sociales más bajas, aunque con la decisión de ser de los que “trabajan de sol a sol, no de los que
buscan el placer en la sombra”. Manuel es un personaje desapasionado hasta el final, que carece de
voluntad para luchar por algo mejor. Como oposición aparece Roberto, de mejor trasfondo moral
pero de igual suerte. En esta novela usa, como es característico, un lenguaje conciso, con escasas
descripciones de lugares y personas, apoyándose sobre todo en el léxico de la clase social: jergas,
vulgarismos, etc.
− El árbol de la ciencia, de 1911. Primera de la trilogía La raza. En este libro es donde mejor
se refleja el autobiografismo de Baroja. Andrés Hurtado, joven hipersensible y muy crítico, estudia
Medicina y se desencanta con los estudios, los profesores y la universidad al poco tiempo. A lo
largo de la novela ve frustrados sus sueños y sus expectativas. La existencia aparece como algo
hostil que conduce al protagonista a la depresión. El amor es un breve paréntesis de paz que la
muerte del hijo, al nacer, y de la mujer, en el parto, acaba por borrar. Andrés, desesperado, se
LITERATURA DEL SIGLO XX ANTERIOR A 1939. LA NARRATIVA 8
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º BACHILLERATO
CURSO 2022/2023
COLEGIO LICEO MEDITERRÁNEO
Tuvo una evolución personal y política muy marcada: en su juventud fue un defensor a ultranza
del carlismo “Dios, patria y rey” y la noveló de manera idealizada en la trilogía La guerra carlista;
pero más tarde apoyó la causa republicana y se afilió en los últimos años, al Partido Comunista.
También trabajó como periodista, y llegó a ser corresponsal de guerra en el frente francés durante la
I Guerra Mundial.
Etapas:
Debido a su afán por hallar nuevas formas de novelar, comienza su producción cercana a la
estética modernista, pero su estilo va evolucionando, de manera que atraviesa por varias estapas
paralelas a sus cambios ideológicos.
● Etapa de las sonatas. Exalta el mundo decadente desde una perspectiva nostálgica, su estilo
es sensorial, refinado y modernista. En esta época escribió Femeninas, en 1895, que recoge seis
relatos de amor protagonizados por mujeres muy emancipadas sexualmente que luchan por la
libertad de su vida amorosa. También de esta estética modernista es la obra cumbre de esta época,
Sonatas, que estudiaremos un poco más adelante.
● Transición entre las sonatas y los esperpentos. Llena sus novelas de ambientes rurales,
fuertes contrastes con personajes violentos y con un lenguaje más rudo. Su obra cumbre es la
trilogía La Guerra carlista, compuesta por Los cruzados de la causa (1908), El resplandor de la
hoguera (1909) y Gerifaltes de antaño (1909). Expone una visión tradicional de España,
representada por los carlistas y enfrentada a los liberales. En estas novelas se empieza a apreciar
una evolución en su estética e ideología.
● Etapa esperpéntica: a pesar de ser más conocido por en el teatro, el esperpento también se
traslada a la narrativa valle-inclanesca. Sus obras principales son Tirano Banderas y Ruedo Ibérico,
que también veremos más adelante.
Temas y estilo
Los temas de sus novelas cambian y evolucionan, ya que sus ideas van madurando o adaptándose
a la nueva realidad que le toca vivir. Podemos destacar como temas más relevantes, el amor, en sus
inicios, visto desde un punto de vista refinado y afrancesado; la muerte y la religión; la España
rural, Galicia, con sus leyendas y tradiciones que conviven con la brutalidad y el abuso de poder;
hechos históricos como la etapa carlista y el sinsentido de la guerra o la crítica política a la España
de Isabel II.
Su empeño renovador del género narrativo le llevó a tener un estilo y una técnica personales e
inigualables en lo que se refiere a un lenguaje cuidado y musical que también puede ser
desgarrado con predominio del vocabulario rural. Su prosa es rítmica y bella, cubierta de elementos
evocadores y sensoriales, con la ayuda de recursos lingüísticos como la metáfora, los neologismos,
sin olvidar las jergas y los localismos.
Obras
● Sonatas: escritas entre 1902 y 1905. Son cuatro relatos breves, Sonata de otoño, Sonata de
estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno. Son totalmente modernistas, por su carácter
sensorial y la musicalidad de su prosa, lo cual supuso una gran novedad en la prosística de la época.
En ellas, el protagonisa, el Marqués de Bradomín, es un don Juan “feo, católico y sentimental”, que
cuenta sus memorias amorosas desde la vejez, con un tono irónico y descreído, en unos ambientes
idealizados y nostálgicos
● Tirano Banderas: tras un tiempo dedicado al teatro y al periodismo, Valle-Inclán hace esta
novela en 1926. es el retrato cruel de un dictador hispanoamericano que permanece en el poder
gracias al miedo que causa en quienes lo rodean. En ella aparece por primera vez un nuevo lenguaje
literario mezcla del español peninsular y las voces del español de América.
En esta obra la actitud crítica de la Generación del 8 se cristaliza en el lenguaje literario que utiliza
el autor para describir al protagonista, Santos Banderas, el esperpento, deformando el personaje a
través de recursos desgarradores, rebajándolo a la categoría de fantoche.
Sólo deformando a través del lenguaje una realidad terriblemente degradada por la injusticia, la
violencia, el atraso y la pobreza, se podía representar con total exactitud la época que Valle-Inclán
quería denunciar.
● El ruedo ibérico: se trata de una serie inconclusa, escrita entre 1927 y 1932. Formada por La
corte de los milagros, Viva mi dueño y Baza de espadas, son unas novelas históricas del período que
fue desde el final del reinado de Isabel II (1868) hasta la primera Guerra de Cuba (finalizada en
1878). En ellas la reina aparece caricaturizada y toda su corte se presenta como una serie de
fantoches y vividores.
Nacido en Monóvar (Alicante) en 1873, adoptó el seudónimo “Azorín” desde 1905. Prolífico
escritor, cultivó tanto la narrativa, como el ensayo y el teatro. En su juventud formó con Maeztu y
Baroja el “Grupo de los Tres”, germen de la Generación del 98. Los tres eran anarquistas y
libertarios, aunque Azorín en 1907 se unió a las filas conservadoras y se mostró favorable a la
dictadura de Primo de Rivera en los años 20. Sin embargo en 1931 apoyó a la República y durante
la Guerra Civil se trasladó a París y volvió a poco de terminar, apoyando al régimen franquista. Fue
miembro de la Real Academia Española desde 1924 y falleció en Madrid en 1967.
Características de su obra
La producción narrativa de Azorín engloba diversos géneros e, incluso, las que él denomina
novelas comparten muchos rasgos con los ensayos y artículos que escribió. No obstante, se pueden
destacar una serie de elementos comunes a su producción. Tales son:
● Trama ligera: la trama argumental de sus novelas es sencilla y son las diferentes escenas
narrativas las que se van enlazando para dar cohesión.
● Carácter autobiográfico: constante en toda su obra. A menudo las novelas tienen rasgos
personales que le llevan incluso a introducir un personaje en sus primeras obras llamado Antonio
Azorín y del que posteriormente tomará el seudónimo.
● Oposición a la religión: en este terreno pasó de la oposición a todo lo relacionado con lo
clerical, a un tipo de “catolicismo firme, limpio y tranquilo” en su vejez, según sus palabras.
● Paso del tiempo y fugacidad de la vida: obsesión por la muerte como destino ineludible
reflejado desde la serenidad del que atesora buenos recuerdos.
Temas y estilo
Los temas más frecuentes en Azorín son los paisajes, especialmente el de Castilla y la nostalgia
que le provoca; el pasado de España y sus protagonistas, además de las preocupaciones sociales y
espirituales.
Mantuvo un estilo personal ligado a su forma de ser y de ver la vida. Los rasgos más destacables
son la precisión y la claridad en cada palabra empleada y el uso de frases breves y sencillas, con la
sintaxis fragmentada en oraciones simples o yuxtapuestas. Usó una técnica descriptiva basada en la
evocación y en el detalle, además de un lenguaje poco usual, rico, así como un frecuente empleo
del diálogo expresivo y cargado de significación.
Obras
La Generación del 14, también conocida como “Novecentismo”, designa un grupo de autores
españoles que, cronológicamente se encuentran entre el Modernismo, la Generación del 98 y la
Generación del 27. Su objetivo principal era, al igual que el resto de movimientos estudiados,
renovar estéticamente la literatura y el arte de la época, acercándolo a un estilo más moderno,
propio del siglo XX. Los escritores pertenecientes a este grupo generacional abordaron diferentes
aspectos del saber, sin ceñirse exclusivamente al ámbito literario.
Estos escritores estarán comprometidos con los problemas de España, pero opinan que los
problemas políticos deben solucionarse con la política, y la literatura debe centrarse en crear
mundos autónomos donde lo verdaderamente importante sea la belleza de la creación
literaria.
En este movimiento de principios de siglo tuvieron una función esencial los ensayistas, cuyo
principal representante es José Ortega y Gasset. Ortega propone que la novela cree un mundo
imaginario que nada tenga que ver con la vida real, pero que sea tan completo en sí mismo que el
lector, al entrar en él, no eche de menos la realidad que ha quedado fuera. Es decir, la finalidad es
separar la vida del arte. Ensayistas de este movimiento son el propio Ortega, Claudio Sánchez
Albornoz, Manuel Azaña, Gregorio Marañón o Eugenio D'Ors, que serán estudiados en el tema
dedicado al ensayo español durante el siglo XX.
No obstante, también hubo autores teatrales, poetas y novelistas de gran nivel, como Wenceslao
Fernández Flórez, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Jacinto Grau o Juan Ramón Jiménez.
Estos escritores comparten ciertos rasgos, por lo que se han incluido dentro de la misma
generación. Estas características comunes no pertenecen únicamente a su forma de concebir la
literatura, sino que también influyen otros factores, como las circunstancias sociales y políticas del
momento. Podemos resumirlos así:
Ámbito literario:
● Novelas autobiográficas. Entre 1907 y 1913, las obras tienen un personaje común, llamado
Alberto Díaz de Guzmán. En ellas el mismo autor cuenta bajo este seudónimo sus experiencias
educativas con los jesuitas o la vida bohemia de la época. Algunos de los títulos más destacados son
Tinieblas en las cumbres, AMDG (Ad Maiorem Gloria Dei) o La pata de la raposa.
● Novela lírica, crítica social y renovación narrativa. Entre 1914 y 1920, sus obras más
destables son Prometeo, Luz de domingo y La caída de los limones.
● Novelas intelectuales. Sus obras a partir de los años 20 son las más intelectuales de su
producción, tratando temas tales como el amor o el honor. Podríamos citar Bernardino y Apolonio,
Luna de miel, luna de hiel y Los trabajos de Urbano y Simona.
Este autor alicantino nacido en 1879, estudió en los jesuitas, lo cual marcó parte de su producción
literaria. Estuvo alejado de la política y los círculos literarios, prefiriendo dedicarse a sus obras de
enorme factura y gran sensibilidad. Falleció en Madrid en 1930.
Miró se consagra por un tipo de novelas líricas y formalistas que aúnan las siguientes
características:
● Novelas: Predomina en ellas un intenso lirismo que choca con el ambiente opresivo
retratado por Miró en una época de intolerancia religiosa y la represión social. Podríamos destacar
Las cerezas del cementerio, Nuestro padre San Daniel y El obispo leproso.
● Relatos cortos: Destacan El libro de Sigüenza y Años y leguas, basados ambos en aspectos
biográficos, así como Figuras de la pasión del Señor, sobre los últimos días de Jesucristo.