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La crisis de 1898 abrió un gran debate intelectual sobre los males de la patria; los
regeneracionistas planteaban superar el caciquismo, constituir un país de clases medias y
extender la industrialización. Y para empezar, pan y escuela (su lema). En Cataluña y el País
Vasco los nacionalismos cuestionaban el centralismo estatal reclamando ámbitos relevantes
de autogobierno.
Hasta 1912 se dan una serie de proyectos reformistas frustrados y un auge de las
demandas sociales. Importante el significado de la Semana Trágica (1909) que supuso el
rechazo de Barcelona a la guerra de Marruecos; la movilización del anarquismo (CNT) y el
auge del nacionalismo catalán; tomó una expresión anticlerical en la quema de conventos y
fue sofocada por el ejército. La represión posterior favoreció la caída de Antonio
Maura.
En 1923 el general Primo de Rivera encabezó un golpe militar (apoyado por Alfonso
XIII) imponiendo dictadura acorde a los autoritarismos nacionalistas europeos. En 1925
resolvió la guerra de Marruecos e impuso una política económica de carácter nacionalista
con intervencionismo estatal. A partir de 1926 se acrecentó la oposición por parte de los
nacionalismos catalán y vasco, y el anarcosindicalismo. En 1929, el Ejército negó su apoyo a
la dictadura, Primo de Rivera perdió el apoyo del rey y presentó la dimisión en enero de
1930. Falto de apoyos, Alfonso XIII suspendió sus funciones y se exilió en 1931,
prácticamente al mismo tiempo que se proclamaba la República.
La etapa reformista hasta octubre de 1933 estuvo protagonizada por una alianza de
los partidos republicanos y del partido socialista. El mundo monárquico y conservador quedó
fuera de la circulación política en 1931 y en 1932 se organizó la Confederación Española de
Derechas Autónomas (CEDA), liderada por Gil Robles . La versión española del fascismo nació
en 1933 con la reunión de diversos grupúsculos en Falange Española de las Juntas de
Ofensiva Nacional Sindicalista, dirigida por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador.
Bienio de 1934-35
La huelga general lanzada por la UGT fue el preludio del alzamiento revolucionario
en Asturias. La "alianza obrera" ocupó casi toda Asturias proclamando la república
socialista. El Gobierno envió al tercio y a los regulares marroquíes y nombró jefe del Estado
Mayor al general Franco. Sangrientos enfrentamientos sofocaron la revolución (más de
3.000 muertos). La represión posterior llenó las cárceles y dejó abiertas las heridas del
conflicto. La revolución de Asturias ha sido considerada como el prólogo de la guerra civil de
1936.
Frente Popular
La Guerra Civil
Los autores del 27 se incluirían dentro de este movimiento vanguardista, aunque con
el paso del tiempo abandonarán las posturas más intelectuales y deshumanizadas
por dos razones principales: el contacto con el Surrealismo y la conflictividad
político-social de la España de los años 30.
Es evidente que, aunque no forman una generación independiente, los autores del 27
sí forman un grupo bastante compacto, ya que comparten una serie de rasgos que
les individualiza dentro del Vanguardismo:
2. NÓMINA
Los autores que suelen incluirse dentro del grupo son: Dámaso Alonso, Pedro
Salinas, Jorge Guillén, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca,
Rafael Alberti, Emilio Prados, Gerardo Diego y Manuel Altolaguirre.
3. CARACTERÍSTICAS
a) Equilibrio.
Equilibrio entre lo intelectual y lo sentimental, entre lo culto y lo popular, entre lo
universal y lo español, entre tradición y renovación.
d) La técnica o estilo
* La métrica: Variedad de medidas y estrofas, uniendo las formas tradicionales
(romance) con las innovadoras (verso libre).
VISIÓN DE CONJUNTO
Predominio de locales privados cuyos empresarios por intereses comerciales se
pliegan a los gustos del público burgués que acude a sus salas.
Por ello, en lo ideológico son escasas las posibilidades de un teatro que vaya más
allá de donde puede llegar la capacidad de autocrítica del público burgués; y en lo
estético habrá fuertes resistencias ante las experiencias que se salgan de las formas
tradicionales. Así los autores que no respondan a las condiciones imperantes o ceden
ante tales requisitos o su producción queda relegada a un público minoritario.
PANORAMA TEATRAL
El teatro español de principios de siglo se reparte en dos frentes:
a) El teatro que triunfa, continuador, en gran parte, del que imperaba a finales del
XIX (el drama posromántico, «alta comedia», costumbrismo...).
- La comedia burguesa, con Jacinto Benavente quien tuvo un comienzo audaz con
El nido ajeno (1894), sobre la situación opresiva de la mujer casada en la
sociedad burguesa, pero tuvo que retirarse del cartel ante la indignación del
público, por ello, decidió suavizar su tono y crítica para lograr el éxito, con
obras como la farsa Los intereses creados o La malquerida , un drama rural con
tolerable crítica social.
- Un teatro en verso, neorromántico y con aportaciones formales del
Modernismo, de orientación tradicionalista, exaltando los ideales nobiliarios y
los grandes hechos del pasado. Eduardo Marquina cosechó grandes éxitos
dramas históricos, como Las hijas del Cid.
- Un teatro cómico, con predominio de la comedia costumbrista y el sainete. Los
hermanos Álvarez Quintero llevan a escena una Andalucía tópica y sin más
problemas que los sentimentales, todo el mundo es bueno y reina la gracia
salerosa como en El patio.
Carlos Arniches presenta sainetes de ambiente madrileño, interesantes por un
habla castiza, pero los ambientes y tipos (chulapos y chulapas) no escapan a
cierto convencionalismo: El santo de la Isidra. También escribió «tragedia
grotesca», intento de un género nuevo, en el que se funden lo risible y lo
conmovedor, con una observación de costumbres más profunda y una actitud
crítica ante las injusticias, La señorita de Trevélez. Y, finalmente, el
«astracán», piezas descabelladas, sin más objetivo que arrancar la carcajada,
pero no puede olvidarse un título como La venganza de don Mendo, hilarante
parodia de dramas románticos y el teatro en verso.
b) El teatro que pretende innovar, sea aportando nuevas técnicas, sea adoptando
nuevos enfoques ideológicos, o ambas cosas a la vez; es desolador comprobar el
fracaso que acompañó a experiencias de indudable interés.
BIOGRAFÍA
Su salud fue frágil y no empezó a caminar hasta los cuatro años. Como estudiante fue
algo irregular. Abandonó la Facultad de Derecho de Granada para instalarse en la
Residencia de Estudiantes de Madrid (1918–1928); pasado un tiempo, regresó a la
Universidad de Granada, donde se licenció en Derecho, aunque nunca ejerció, ya que su
vocación era la literatura.
En 1918 publicó su primer libro Impresiones y paisajes, costeado por su padre. En esta
época frecuentó activamente a los poetas de su generación que permanecen en España,
en torno a la Residencia de Estudiantes: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego,
Dámaso Alonso, Rafael Alberti, y sobre todo Buñuel y Dalí. En 1929 marchó a Nueva
York. Para entonces se habían publicado sus libros Canciones (1927) y Primer
romancero gitano (1928). Esta última es su obra más popular y accesible. A Lorca le
molestaba mucho que el público lo viera como gitano.
De su viaje y estancia en Nueva York surge el libro Poeta en Nueva York. En 1930 fue
a La Habana, donde escribió parte de sus obras Así que pasen cinco años y El público.
Ese año regresó a España, donde fue recibido en Madrid con la noticia de que su farsa
popular La zapatera prodigiosa se estaba escenificando.
La Segunda República y «La barraca»
Colombia y México, cuyos embajadores previeron que el poeta pudiera ser víctima de
un atentado debido a su puesto de funcionario de la República, le ofrecieron el exilio,
pero Lorca rechazó las ofertas y se dirigió a su casa en Granada para pasar el verano.
Por entonces alguien le preguntó sobre su preferencia política y él dijo que se sentía a
su vez católico, comunista, anarquista, libertario, tradicionalista y monárquico. De
hecho, nunca se afilió a ninguna de las facciones políticas y jamás discriminó o se
distanció de ninguno de sus amigos, por ninguna cuestión política. Tuvo una gran
amistad con el líder y fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera,
muy aficionado a la poesía.
Tras una denuncia anónima, el 16 de agosto de 1936 fue detenido en la casa de uno de
sus amigos, el también poeta Luis Rosales, quien obtuvo la promesa de las autoridades
nacionales de que sería puesto en libertad «si no existía denuncia en su contra» . La
orden de ejecución fue dada por el gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán,
quien había ordenado al ex diputado de la CEDA Ramón Ruiz Alonso la detención del
poeta.
Las últimas investigaciones determinan que fue fusilado seguramente por cuestiones
territoriales, ya que algunos caciques, muy conservadores, tenían rencor al padre de
Lorca porque era un cacique progresista. El escritor, autor del Romancero Gitano fue
ejecutado por ser republicano y homosexual, considerado en esa época como un delito
imperdonable.
OBRA
Estilo
Utiliza abundantes símbolos de acuerdo con su gusto por los elementos tradicionales:
la luna (muerte, el erotismo, la fecundidad, la belleza); el agua (si corre, es vida;
estancada, muerte); la sangre (la vida, fecundidad y, derramada, la muerte); el caballo
(muerte, también el erotismo masculino), los metales (en forma de armas blancas, que
traen la tragedia, la muerte).
ETAPAS LITERARIAS
POESÍA
TEATRO
Lorca escribió Poeta en Nueva York tras su experiencia en EEUU (1929), visión
de pesadilla y desolación, la civilización moderna y la naturaleza son incompatibles,
expresa la angustia y el ansia de comunicación con imágenes surrealistas, junto al
verso libre usa el verso medido (octosílabo, endecasílabo…).
TEATRO
Tras el éxito del Romancero gitano (1928) y su estancia en Nueva York (1929-
1930) sufre una profunda crisis vital (por su homosexualidad) y estética (se replantea
su estilo, busca un nuevo lenguaje (Dalí y Buñuel y el Surrealismo).
Fruto de esa crisis personal y estética es Poeta en Nueva York y las “comedias
imposibles”, desata la imaginación y el lenguaje, con influjo surrealista.
La primera es El público, en la hace una acusación a la sociedad (“el público”) que
condena y “crucifica” al homosexual.
Así que pasen cinco años (1931) trata de un joven dividido entre dos amores, un
ansia de paternidad imposible, luchando por realizarse, es el tema de la frustración
íntima.
C) LA ÉPOCA DE PLENITUD
POESÍA
Poema del cante jondo (1921) la lírica neopopularista del Grupo del 27.
Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1935) es una elegía al torero
sevillano que tanto apoyó a los poetas de la Generación del 27.
TEATRO
Escribe dos tragedias, dos dramas y una comedia inacabada. En casi todas la mujer
ocupa un puesto central, esto revela la sensibilidad ante la condición de la mujer en la
sociedad tradicional; las mujeres deben situarse en la obra de Lorca junto a los niños,
los gitanos, los negros, criaturas marginadas.
Bodas de sangre (1933), hecho real: novia que escapa con su amante el día de la
boda. Pasión que desborda barreras sociales y morales, y acaba en la muerte. En torno,
odios familiares y venganzas.
Yerma (1934) mujer condenada a la infecundidad, alcance simbólico. Ansia
insatisfecha de maternidad; la fidelidad al marido; arraigada idea de la honra.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935) es un drama poético
sobre la espera inútil del amor: una mujer en la burguesía urbana, condenada a la
esterilidad, a la frustración, mezcla lo patético y lo ridículo.
La casa de Bernarda Alba (1936), culminación del teatro lorquiano.
La casa de Bernarda Alba
Federico García Lorca
Planteamiento
Tras la muerte de su segundo marido, Antonio María Benavides, Bernarda Alba impone
un riguroso luto de ocho años, tanto para ella como para sus cinco hijas, que se ve
alterado por la llegada de Pepe el Romano, que pretende a la mayor, Angustias, la cual
hereda una fortuna grande del primer marido de Bernarda que atrae al pretendiente;
celos y pasiones se desatan en la casa, desembocando en un final trágico con la muerte
de la más joven, Adela, quien no quiere someterse a la voluntad de su madre. Bernarda
finaliza la obra diciendo que su hija ha muerto virgen, así mostrando su preocupación
social, la cual es más importante que la muerte de su hija.
Diálogo y lenguaje
Cada cual habla según su carácter y las réplicas son cortas y vivaces, aportando a la
obra un carácter muy real. Esto lo refuerza dotando a los personajes de una
sensibilidad más elevada, al usar poéticamente hablas populares del lenguaje cotidiano
como refranes populares.
Clases sociales: cada persona sabe su lugar y debe resignarse a ello. Poncia y
Bernarda, han crecido juntas, pero una señora y una criada no pueden ser
verdaderas amigas. No son del mismo estrato, y no se pueden tratar como
iguales. Bernarda habla con desprecio de la gente necesitada "los pobres son
como los animales, parece que estuvieran hechos de otras sustancias", con la
que deja claro su perspectiva de superioridad.
Papel de la mujer: Adela es la rebeldía que no acepta el orden machista que
margina a las mujeres, y es castigada al final. Bernarda, paradójicamente,
cumple un papel de mujer fuerte. Es ella quien pone orden en la casa, ordena a
las criadas y vigila que sus hijas vayan por el camino correcto. Por ejemplo, al
final, Bernarda proclama la virginidad de su hija, para mantener una buena
reputación.
Las tradiciones: el luto: Bernarda quiere que sus hijas y ella mantengan un luto
exagerado de ocho años. Todas sus hijas se resignan excepto Adela que no ve
justo pasar sus mejores años de vida encerrada en casa. También aparece el
matrimonio concertado: Pepe el Romano va a casarse con Angustias porque
tiene mucho dinero de su padre. Relacionado con este tema está la decencia y la
moral conservadora: la obsesión por la virginidad, la religión, las falsas
apariencias y el “qué dirán” son los temas que rodean a Bernarda y a sus hijas.
La luna: Adela adora la luna y las estrellas símbolo de erotismo, de su pasión con
Pepe el Romano y su deseo por poseerlo, nos descubre su deseo de libertad.
Colores: blanco para lo positivo (la vida, la libertad, la sexualidad) y negro para
lo negativo (la muerte, Adela muere de noche, y el luto); verde: la rebeldía (el
vestido verde y el abanico de Adela que usa contra la voluntad de su madre), y la
muerte (Adela, vestida de verde, muere); el color blanco de las paredes de la casa
se va apagando pasando de blanquísimas (Acto 1) a "ligeramente azuladas" (Acto 3),
lo que simboliza la pérdida de la pureza (obsesión de Bernarda).
Los nombres de los personajes : Bernarda ("con fuerza o empuje de oso" y Alba,
blanca, símbolo de castidad); Angustias (opresión, aflicción, congoja, es un
personaje acongojado por el paso del tiempo; se hace vieja y no ha encontrado
marido y, por tanto, busca una manera de salir de la casa); Magdalena
(desconsolada, lacrimosa), Amelia (territorio gobernado por un caudillo), Martirio
(muerte o tormentos padecidos por causa de la religión), Adela (de carácter noble),
la Poncia (nombre relacionado con Poncio Pilatos, quien pudiendo intervenir decide
lavarse las manos en la crucifixión de Jesucristo en la Biblia), Prudencia (una de las
cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o
malo para seguir o huir de ello).
Tono y ambiente
Espacio y tiempo
- El interior: con las habitaciones de las hijas como espacio privado, aunque la
madre no duda en revisar ante cualquier indicio que rompa su autoridad
(inspección cuando desaparece el retrato de Pepe el Romano) y la sala donde se
reúnen para hablar, coser o recibir a gente.
Este espacio interior representa la opresión, se compara con una cárcel, con un
infierno, provoca una sensación de angustia, de sofoco, de claustrofobia, lo cual
contribuye a intensificar el dramatismo de la situación que soportan aquellas
mujeres.
- Las ventanas y las rejas son el único medio que tienen las hijas de Bernarda
para comunicarse con el espacio exterior, con ese mundo prohibido y a la vez
deseado. A través de las ventanas y las rejas les llegan noticias del exterior
(Paca la Roseta, la hija de la Librada, la llegada de los segadores) y también es la
ventana y su obstáculo, la reja, el lugar de encuentro de los enamorados
(Angustias con Pepe el Romano, Poncia con su marido).
- El exterior está representado, por un lado, por el pueblo, pintado como un lugar
de malas lenguas, críticas, murmuraciones, ante el que hay que guardar las
apariencias, siempre acechante como con una labor inquisitorial, de censura, un
pueblo sin ríos, un pueblo de pozos con agua estancada símbolo de la muerte.
Asimismo, se citan espacios externos como los campos y trigales que representan
la libertad tan anhelada por las hermanas y la fertilidad en contraste con la
esterilidad de la casa. Del mismo modo, se hace referencia al mar que con su
inmensidad inabarcable incide en esa sensación de plenitud imposible de acotar
como quiere Bernarda, por ello Marisa Josefa quiere ir a casarse a la orilla del
mar en su casita de coral, lejos del dominio implacable de su hija.
ARGUMENTO DE LA OBRA
ACTO PRIMERO
El segundo marido de Bernarda, Antonio María Benavides, ha muerto. Las campanas redoblan
por él y la Criada y la Poncia conversan mientras esperan la llegada de las mujeres tras el
funeral que vienen a rezar por el difunto. En esa conversación, la Poncia manifiesta el
resentimiento que siente hacia Bernarda por mostrarse tan desagradecida con ella a pesar de
haberla servido fielmente durante mucho tiempo (la califica de mandona, dominante, tirana,
fría e insensible). No obstante, la Poncia se muestra sumisa y hace lo que quiere su ama porque
ella también se beneficia (le coge comida y sus hijos trabajan en sus tierras). También critica
a las hijas de Bernarda (feas y sin herencia), excepto a Angustias, la primogénita, hija de su
primer marido y dueña de una sustanciosa herencia. La Poncia se va a oír el último responso
pues le gusta cómo canta el párroco Tronchapinos y, mientras la Criada sigue limpiando, recibe
la visita de una mendiga pidiendo las sobras; la Criada la echa de malas maneras
(estratificación social) y expresa su rencor y resentimiento hacia el difunto marido de
Bernarda porque la acosaba sexualmente. Sin embargo, cuando llegan las mujeres de luto,
empieza a lamentarse de modo hipócrita por su pérdida.
Bernarda aparece en escena y su primera palabra es una orden (“¡Silencio!”), echa del duelo a
la Criada diciendo que aquel no era su lugar y que los pobres son como animales que lo olvidan
todo ante un plato de garbanzos ( orgullo de casta). Mientras las mujeres están dentro, los
hombres hablan en el patio, Bernarda no los quiere en su casa; al parecer, Pepe el Romano
también estaba, pero Bernarda lo niega, según ella, la mujer debe ser recatada y no mirar a
los hombres pues sería indecoroso. Tras rezar una oración en verso, las mujeres se marchan y
la Poncia le trae el dinero que los hombres han dejado para responsos.
Bernarda se queja de las malas lenguas y las críticas de la gente (“ maldito pueblo sin río,
pueblo de pozos […] con miedo a que el agua esté envenenada ”). Posteriormente, se enfada con
Adela por tener un abanico de flores rojas y verdes en vez de uno negro de luto (nota de
color). Pretende llevar un luto riguroso de 8 años (en realidad no era tan lago) sin contacto con
el exterior, encerradas, enclaustradas, “encarceladas; y les propone hacerse un ajuar para
matar el tiempo (idea un poco absurda ya que serán mayores y se les pasará la edad casadera).
Magdalena muestra su rebeldía, ella es la que sabe bordar, pero no le entusiasma la idea pues
piensa que no se casará ni ella ni ninguna de sus hermanas y dice que preferiría llevar sacos al
molino a estar allí encerrada (ansias de libertad), maldice su condición de mujer y su madre le
contesta que se hará lo que ella manda pues ya no tiene la protección de su padre (“ Hilo y
aguja para las mujeres. Látigo y mula para el varón”) sociedad andaluza.
Entra en escena María Josefa, la abuela loca, fuerte a sus 80 años, la tienen encerrada bajo
llave como una vergüenza, la dejan salir al patio, pero donde no la vean las vecinas, se ha
vestido con anillos y pendientes y dice que se quiere casar expresa los deseos de todas
sus nietas.
Bernarda se da cuenta de que falta Angustias y Adela le dice que estaba asomada a las
rendijas del portón donde estaban los hombres ( tensión entre las hermanas), esto enfada
y ponen furiosa a Bernarda pues no lo considera decente y menos en pleno luto, llegando a
insultarla e incluso a pegarla ( autoridad de Bernarda que se muestra violenta). Echa a
todas de la habitación y se queda con la Poncia, la cual le va con los chismes que estaban
contando los hombres; hablaban de Paca la Roseta a quienes unos hombres de otros pueblos se
llevaron al olivar tras atar a su marido y volvió tras estar con ellos como una prostituta, pero
no es del pueblo. La Poncia y Bernarda hablan de Angustias y la critican por blanda y por “ir
detrás de los hombres” como sus tías, aunque con 39 años ya tiene edad de casarse. Bernarda
comenta que en el pueblo no hay hombres que merezcan a sus hijas, “no son de su clase”, y le
deja claro a la Poncia que no se tome confianzas con ella, le sirve y ella le paga, nada más.
Más tarde, llega don Arturo para hacer las particiones de la herencia y Bernarda se muestra
egoísta, no quiere regalar nada del muerto.
Amelia y Martirio hablan de una amiga suya llamada Adelaida que no ha ido al duelo y que tiene
novio pero la tiene coaccionada, no la deja salir y, al parecer, tiene una historia bastante
dramática en su familia (su padre y sus correrías); Bernarda las conoce y se las echa en cara
cuando puede. Las hermanas critican la justicia y el machismo pues ese hombre debería estar
en la cárcel pero los hombres se tapan todas sus correrías. Martirio comenta que tiene miedo
a los hombres, los rechaza y dice que sólo buscan tierras, yunta y una perra sumisa que les
atienda. Más tarde, se les une Magdalena que ha estado viendo con nostalgia cuadros antiguos
cuando no había esas malas lenguas y la gente era feliz; se lamenta de su situación y estar
pensando siempre en el “qué dirán”.
Magdalena comenta que Adela se ha puesto el traje verde (nota de color rebeldía) y ha
salido al corral; le da pena pues es la más joven. Después comentan que Pepe el Romano quiere
casarse con Angustias y enviará un emisario, y aunque Martirio y Amelia dicen que se alegran,
Magdalena las califica de hipócritas y las critica (envidia entre las hermanas) diciendo que
Angustias no vale nada, que es vieja y enfermiza, que Pepe va por su dinero ya que es la que
mejor parada ha salido con las herencias. Después se les une Adela, ataviada con su vestido
verde y Magdalena le dice con intención que lo tiña de negro o que se lo regale a Angustias
para su boda con Pepe el Romano, lo cual le produce una gran conmoción y muestra su rebeldía
diciendo que el luto la ha pillado en su peor época, no quiere perder su juventud encerrada, se
pondrá su vestido verde y saldrá a la calle. En ese momento, la Criada les comenta que viene
Pepe el Romano por la calle y Amelia, Martirio y Magdalena salen corriendo para verlo; Adela,
en cambio, finge que no le importa, pero cuando se queda sola, se dirige rápidamente a su
cuarto para verlo desde allí (Pepe el Romano es el elemento catalizador entre aquellas
mujeres).
Después aparece María Josefa y Bernarda se enfada con la Criada por no tenerla encerrada
( vergüenza) y la abuela expresa grandes verdades: no les quiere dejar sus ropas ni sus
joyas a sus nietas porque no se van a casar; ella se quiere casar a orillas del mar. Bernarda
ordena encerrarla y entre todas se la llevan a su cuarto (la abuela manifiesta las ideas de
las nietas). Agua – Mar.
ACTO SEGUNDO
Las hermanas están cortando y bordando las sábanas del ajuar con la Poncia, la cual comenta
que Adela está un poco rara últimamente; se nota tensión entre ellas. Angustias es la única que
se muestra con esperanzas de salir de aquel infierno y se lo refriega en la cara a las demás
(Adela no está presente, está en su cuarto). Hablan del calor que hizo esa noche, se
levantaron a refrescarse y la Poncia dice que vio a Pepe y Angustias a la 1 de la madrugada y
que se marchó a la 1:30 h. pero la Poncia lo sintió marchar a las 4:00 h. Martirio lo confirma y
Angustias alega que no sería él. Le preguntan qué habló con Pepe y cómo le pidió ser su novia.
La Poncia les cuenta su experiencia con su esposo Evaristo el Colín y bromean sobre ello (la
quería tocar entre las rejas); les dice que todos los hombres son iguales: al poco de casarse
dejan la cama por la mesa y luego la mesa por la taberna y las mujeres se pudren llorando en
casa; pero la Poncia pudo con su marido, le pegó en alguna ocasión y una vez le mató todos los
pájaros que criaba. (Relación mujer/hombre discriminación, desigualdad, machismo)
Llaman a Adela y le preguntan por qué está tan cansada, si no duerme bien ( con intención por
parte de Martirio) y Adela se rebela diciendo que la dejen en paz y que ella hace con su
cuerpo lo que le parece.
Llega el hombre de los encajes para los encajes y se van todas menos Adela y la Poncia y ésta
aconseja a la joven que deje en paz a Angustias y Pepe, pues al ser mayor es probable que no
aguante el primer parto y muera, y Pepe luego se casará con ella, la hermana joven, como
hacen los viudos de allí. Adela le pide que no se meta en sus asuntos, la insulta y la Poncia le
contesta que será su sombra y velará por la honra de aquella casa (un poco extraño, con el odio
que siente hacia Bernarda). Adela vuelve a mostrar su rebeldía expresando que pasará incluso
por encima de su madre para apagar el fuego que siente dentro.
Vuelven las hermanas con los encajes que han comprado para sus ajuares y Adela ironiza con
Martirio diciéndole que nunca los va a usar; se vuelve a notar la tensión y envidia hacia
Angustias y comentan que, si su hermana tuviese hijos con Pepe, ellas no se los iban a cuidar ni
a coserle las ropitas.
Oyen a los segadores que van al campo cuando más calienta, se dice que han llegado 40 ó 50
buenos mozos de los montes, y que una mujer vestida de lentejuelas es contratada para
llevársela al olivar; la propia Poncia en una ocasión le dio dinero a su hijo para que fuera con
ella (“los hombres necesitan esas cosas”), a ellos se les perdona todo, nacer mujer es el mayor
castigo ( crítica a la sociedad machista). Se oyen los cantos de los segadores, uno de los
pocos elementos líricos de la obra que sirve para contrastar con la tensión dramática del
encierro en la casa de Bernarda.
Se van todas a ver a los segadores menos Amelia y Martirio, ésta desea que pasen el verano y
el calor, y que llegue la lluvia y la escarcha, y le comenta a su hermana si no ha oído gente en el
corral por la noche, podrían ser gañanes o una mulilla sin desbravar (refiriéndose a Adela).
Martirio parece querer confesarse con Amelia, pero, al final, no se atreve.
De repente, Angustias entra en escena, furiosa, reclamando el retrato de Pepe que tenía bajo
su almohada; todas niegan tenerlo y, al enterarse Bernarda, ordena a la Poncia registrar todos
los cuartos, apareciendo finalmente en el de Martirio. Bernarda la insulta y la pega, pero
Martirio se enfrenta a ella y alega que lo hizo para gastar una broma a su hermana, ante lo que
Adela insinúa que es por otra razón más profunda (es decir, la envidia y su amor por Pepe),
cosa que Martirio también le achaca a Adela. Y tanto una como la otra le reprochan a
Angustias que el amor de Pepe hacia ella es interesado por su dinero y sus tierras. Bernarda
las echa, veía venir la tormenta y promete ser dura con ellas.
Bernarda y la Poncia comentan lo sucedido, aunque a la primera no le gusta que una “extraña”
sepa de los problemas de su casa. Poncia la previene de lo que está pasando, no debe cerrar los
ojos a lo que pasa con sus hijas; Bernarda intenta disculpar a Martirio diciendo que era una
broma, pero la Poncia cree que allí pasa algo serio. Le recuerda a Bernarda que se opuso al
noviazgo de Martirio con Enrique Humanas porque no lo consideraba de su clase pues su padre
fue gañán (mozo de labranza), robando así la felicidad a su hija Martirio. Según la Poncia, lo
lógico sería que Pepe el Romano se interesaría por Martirio o Adela, no por Angustias, incluso
llega a comentar que Adela es la verdadera novia de Pepe, e insinúa que la boda entre Pepe y
Angustias tal vez no se celebre. Ante ello, Bernarda se pone furiosa y la acusa de querer
sembrar el mal en su casa y verlas en el lupanar y en boca de todos (recelo entre Bernarda y
Poncia) y la dueña le recuerda a la criada la vida “pecaminosa” de su madre (prostituta) y cómo
ella la ayudó.
La Poncia vuelve a comentar un dato que crea polémica: la noche anterior su hijo le comentó
que cuando iba al campo con el arado a las 4:30 h. de la madrugada, vio a Pepe hablando con
¿Angustias? todavía. Al oírlo Angustias monta en cólera diciendo que es mentira pues todos los
días Pepe se ha ido a la 1:00 h. Martirio también comenta que le ha oído a Pepe por la ventana
del callejón, mientras que Angustias habla con su novio por la ventana de su dormitorio. Adela
intenta tranquilizar a su madre diciendo que serán habladurías de la gente y Bernarda decide
vigilar a sus hijas más que nunca. La Criada da el aviso de que hay un gran gentío en la calle y
todos los vecinos están a las puertas. Envía a la Poncia a enterarse.
Mientras todas salen a ver qué ocurre, Martirio y Adela discuten por Pepe, la primera
amenaza a Adela con desvelar sus encuentros nocturnos con Pepe y le dice que si Pepe no es
para ella no lo será para ninguna.
La Poncia trae noticias: la hija de la Librada tuvo un hijo de soltera, no se sabe con quién, lo
mató y lo enterró bajo unas piedras, pero unos perros lo desenterraron y lo llevaron a su
puerta, y ahora el pueblo quiere matarla. Adela sale en defensa de la muchacha, pero Martirio
y Bernarda ven bien que el pueblo la linche y pague su desvergüenza e indecencia. Adela se
siente identificada con la pobre chica ( anticipo de su desgracia).
ACTO TERCERO
Están cenando en casa de Bernarda, tienen la visita de Prudencia, hablan de su marido, el cual
se enfadó con sus hermanos por culpa de la herencia, y de su hija, que desobedeció al padre y
éste aún no la ha perdonado, cosa que le parece bien a Bernarda pues ella no tolera la
desobediencia; pero Prudencia sufre y se refugia en la Iglesia.
Mientras tanto, el caballo está intranquilo en la cuadra pues está esperando potras nuevas
(caballo símbolo erótico). Hablan de la boda de Angustias (Pepe pedirá su mano en 3 días),
del anillo que le regaló con 3 perlas ( símbolo de las lágrimas), de los muebles (un armario de
luna) y Prudencia le desea a Angustias que sea para bien, aunque Adela opina que “eso nunca se
sabe” ( anticipo de la tragedia). Suenan las campanas y Prudencia se va.
Adela, Martirio y Amelia sale a tomar el fresco y Bernarda conversa con Angustias
proponiéndole que hable con Martirio de la del retrato y se olviden de rencillas, la madre
quiere “buena fachada y armonía familiar” (cuidado de las apariencias). Habla sobre Pepe, de
lo que habla con Angustias y ésta le comenta a su madre que lo nota ausente, como si le
ocultara algo, ante lo cual la madre le aconseja no preguntar (sumisión de la mujer al
hombre). Esa noche no la visitará Pepe ya que ha ido con su madre a la capital.
Adela y sus hermanas vuelven del corral, la noche esta muy oscura y Martirio cree que es
perfecta para los ladrones y le gente que se esconde (indirecta para Adela). Es hora de
acostarse ya que Pepe no acudirá aquella noche y a Adela le gustaría quedarse toda la noche al
fresco del campo ( simbología). Por fin, las hermanas se van a acostar y se quedan la Poncia y
Bernarda hablando.
Ama y criada retoman la conversación que tuvieron sobre la “cosa tan grande” que pasaba en
su casa y dice que lo tiene todo controlado gracias a su vigilancia, que allí no pasaba nada.
Bernarda le pregunta a la Poncia si su hijo sigue viendo a Pepe a tan altas horas de la
madrugada y la criada le dice que no se fíe y se va a dormir.
Quedan en escena la Poncia y la Criada y conversan sobre cómo Bernarda no quiere ver la
evidencia, la tormenta que hay en cada habitación. Cree que puede con todo, pero un hombre
tiene mucho poder entre mujeres solas. Al parecer, Pepe ya se interesó por Adela el año
anterior y ella estaba loca por él, pero ahora no debía provocarlo. Bernarda está aligerando,
pero Adela está decidida a lo que sea, y Martirio también, es la peor, un pozo de veneno, si
Pepe no es para ella puede hacer cualquier cosa, en cuestiones de hombres se olvida la sangre
y la familia. De pronto, ladran los perros, Adela sale en enaguas y corpiño, y se encuentra con
la Poncia y la Criada a las que creía acostadas y se excusa diciendo que tenía sed y se había
levantado a beber agua ( símbolos eróticos). Se van a dormir.
Sale María Josefa con una ovejita en brazos cantando una canción (elemento lírico:
infantilismo que contrasta con el ambiente tenso de la casa, ansia de maternidad y el
mar como liberación) en la que critica a Bernarda y las hijas. Adela sale a escondidas al
corral; tras ella aparece Martirio que se encuentra con la abuela, quiere casarse y tener hijos
de pelo blanco, quiere salir al campo (libertad). La abuela en su locura expresa una gran
verdad: “Pepe el Romano es un gigante. Todas lo queréis. Pero él os va a devorar” ( anticipo
de la tragedia).
Cuando María Josefa se retira, Martirio se dirige al corral y llama a Adela, quien aparece con
el pelo revuelto, y le aconseja que deje a Pepe, que va a “descubrir el secreto”. Discuten y
aunque Martirio se defiende con argumentos como que no es honrada, que Pepe es de
Angustias… Adela alega que ella sabe que Pepe la quiere a ella y eso es lo importa, porque
Martirio también lo quiere para ella; ésta acaba aceptándolo y le duele que Adela se lo haya
ganado. Adela no soporta más aquel encierro y se enfrentará a quien sea, a todo el pueblo, a
los decentes, pero será la querida de Pepe. Martirio revienta de rabia, pero Adela sale de
nuevo al corral llamada por Pepe (silbido).
Martirio llama a voces a Bernarda y delata a Adela, su madre quiere pegarla, pero la hija
pequeña se le enfrenta, le quita el bastón y lo parte en dos ( rebeldía fin de la
autoridad). Entonces Bernarda pide la escopeta y suena un disparo en el corral; cuando
regresa con Martirio dan a entender que han matado a Pepe, pero no es cierto, se escapó a
caballo, aunque Adela no lo sabe y piensa que ha perdido a su enamorado. De pronto, se oye un
golpe, Adela se ha encerrado y no pueden entrar; por fin, abren la puerta y ven que Adela se
ha suicidado (ahorcada). Los vecinos se han despertado. Bernarda manda descolgar a Adela y
simular que ha muerto virgen y ordena “¡Silencio!” (la obra se cierra con la misma intervención
de Bernarda con que se inició). Martirio se lamenta porque al menos Adela tuvo a Pepe, aunque
ahora esté muerta.