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La convivencia en sociedad trae consigo la necesidad de crear normas que regulen las
relaciones sociales, juri ́dicas y de convivencia. Ello no impide que los miembros puedan
transgredirlas, ocasionando con ello un litigio, que provoque el quebrantamiento de la
paz social, por lo que se hace necesario buscar mecanismos o sistemas que sirvan para
devolver dicha paz a la comunidad. A lo largo de la historia, dichos mecanismos han sido
tres: la auto tutela, la autocomposición y la heterocomposición.
La existencia del proceso surge como consecuencia de la asunción por parte del Estado
de la función jurisdiccional, pero hasta llegar a este punto hubo que pasar por otros
sistemas dirigidos a restaurar la paz social. En efecto, en las sociedades primitivas no
habi ́a un superior jerárquico que resolviera los litigios, por lo que para ello se llevaban a
cabo dos mecanismos: o bien los sujetos llegaban a un acuerdo, o bien se produci ́a un
choque violento entre los dos interesados.
La autodefensa supone que una de las partes en conflicto o las dos intentan resolver el
conflicto pendiente con el otro mediante el ejercicio de la acción directa, la decisión del
conflicto es impuesta por una parte a la otra. Se diferencia de otros modelos
principalmente por la concurrencia de dos notas:
1. Que la decisión es adoptada por las propias partes y no por una persona
imparcial ajena al conflicto.
2. Que una parte impone la decisión a la otra.
A pesar de las ventajas de este modelo (rapidez y economi ́a), la tranquilidad social no
quedaba restaurada por el hecho de haber alcanzado una solución. En efecto, esta
solución no es la más justa, si no la que resulta de la imposición del más fuerte sobre el
más débil.
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una serie de supuestos de ejercicio extraprocesal en nuestro Código Civil: los art. 612 y
592 C.C. El primero de ellos habilita al propietario de un enjambre de abejas a perseguirlo
a través de un fundo ajeno. El segundo permite que el propietario de un fundo pueda
cortar las rai ́ces de un árbol ajeno, en tanto se extiendan por el suyo, sin el
consentimiento del propietario. Por otro lado, consideramos que en el ámbito penal se
contempla como excepción la legi ́tima defensa, considera exento de responsabilidad
quien obre en defensa de la persona o derechos propios o ajenos, siempre que la agresión
sea ilegi ́tima, el medio para repeler la fuese racional y no haya existido provocación previa
por parte del que ejercita la legi ́tima defensa.
A. El arbitraje.
El arbitraje supone la solución privada del conflicto por una persona investida de
auctoritas -entendida como verdad socialmente reconocida- en virtud de un previo
convenio suscrito por los interesados en el que acuerdan someterse en caso de conflicto
a dicho sujeto o sujetos.
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Es un mecanismo más antiguo que la jurisdicción, puesto que para que esta se desarrolle
es necesario que el Estado sea lo suficientemente fuerte para imponer su voluntad. En
Roma se llevo a imponer a los particulares que recurriesen al arbitraje una vez surgido un
conflicto.
Los dos sistemas subsisten en la actualidad aunque no pueden ser complementarios. Una
de las cuestiones más problemáticas es la relativa a la naturaleza de la institución. Sobre
esta cuestión se han formulado tres teori ́as distintas:
B. El proceso.
Es la solución pública que dan los jueces, quienes poseen auctoritas y potestas, entendida
como la fuerza socialmente reconocida, lo que supone atribuirles una posición de
supremaci ́a o superioridad respecto de las personas que con ellos se relacionan, llevando
insita una fuerza de mando capaz de vincular el comportamiento ajeno incluso mediante
la fuerza.
La garanti ́a que supone tanto el arbitraje como la jurisdicción del Estado seri ́a ilusoria si,
paralelamente no se reconociera, en aras de la efectividad de la misma, la posibilidad de
acceso a ella y la articulación de las formas externas para administrar justicia, lo que
supone la existencia de tres pilares básicos que conforman nuestra disciplina:
jurisdicción, acción y proceso.
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1.3. LA MEDIACIÓ N.
CONCEPTO.
La mediación es un proceso (no jurisdiccional) a través del cual las partes en conflicto
intentan un acuerdo auxiliadas de una persona experta que se denomina mediador, sin
embargo y pese a las existencia en él de esa tercera persona no se trata de un método
autocompositivo, pues en él son las partes las que deciden el acuerdo que ponga fin a su
conflicto, siendo el mediador simplemente una persona que gui ́a a las partes en su
proceso de negociación. La esencia de la mediación en definitiva se traduce en intentar
una comunicación eficaz, rota por el conflicto, a través de la cual las partes puedan
conseguir arreglar por si ́ mismas el problema planteado.
La Ley 5/2012 (a partir de ahora LM) define la mediación en su arti ́culo 1 como: “aquel
medio de solución de controversias, cualquiera que sea su denominación, en que dos o
más partes intentan voluntariamente alcanzar por si ́ mismas un acuerdo con la
intervención de un mediador.”
CARACTERI ́STICAS.
a) Voluntariedad.
b) Confidencialidad.
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Sin embargo dicha confidencialidad no es absoluta pues en determinados
supuestos la ley excepciona dicho deber cuando: de manera expresa y por escrito
las partes renuncian a dicha confidencialidad, o en los casos en que se solicite
declaración o documentación de aspectos relacionados con la mediación por
resolución judicial motivada por un juez del orden jurisdiccional penal.
d) Imparcialidadyneutralidad.
e) Método autocompositivo.
f) Proceso comunicativo.
PROCEDIMIENTO.
La Ley marca una serie de sesiones que deben desarrollarse necesariamente a las que
podemos denominar como el procedimiento externo propiamente dicho de la
mediación.
1. Inicio: la mediación puede comenzar por solicitud de ambas partes o por solicitud
de una sola en virtud de un pacto de sometimiento.
2. Recibida la solicitud por el mediador o la institución de mediación, se citará a
ambas partes a la celebración de la sesión informativa, donde se explica la esencia
de la mediación, sus caracteri ́sticas y su eficacia.
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3. Llevada a cabo la sesión informativa e realizará la sesión constitutiva de la que se
dejará constancia a través de un acta que debe contener algunos elementos
como: la identificación de las partes, el objeto del conflicto, lugar y lengua del
procedimiento...
4. Sesiones de desarrollo de la mediación, tantas cuantas crea el mediador
necesarias.
5. Terminación: la mediación puede culminar con o sin acuerdo, en cualquier caso
debe redactarse un acta final en la que consten los acuerdos alcanzados o en su
defecto que se finaliza la mediación por cualquier otra causa.
EL MEDIADOR: FUNCIONES.
EL ACUERDO.
Ley de otorga el carácter de ti ́tulo ejecutivo a los acuerdos de mediación que se eleven a
escritura pública. Al acuerdo de mediación dedica la ley el arti ́culo 23 donde se exponen
las principales caracteri ́sticas del mismo:
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EFICACIA DEL ACUERDO.
La LEC establece como ti ́tulo ejecutivo los acuerdos de mediación elevados a escritura
pública
C. Su ejecución.
1.4. EL ARBITRAJE.
Podemos definir el arbitraje como la institución a través de la cual los justiciables pueden,
en el ámbito de sus derechos disponibles, someter la resolución de controversias a
árbitros o instituciones arbitrales, elegidas por ellos mismos, que lo harán por medio de
una resolución llamado laudo y a la que la Ley le otorga eficacia ejecutiva y de cosa
juzgada. El TC ha venido a calificar el arbitraje de “mecanismo para-jurisdiccional”.
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El arbitraje, por sus propios elementos:
Ó rgano decisor.
Partes en conflicto.
Proceso y resolución con eficacia de cosa juzgada.
Nos hace deducir de esa naturaleza juri ́dica que no es otra que la de función
jurisdiccional. Es una institución por tanto que arrancando de la disponibilidad de los
objetos en conflicto y la voluntad acorde de los sujetos involucrados en él, otorga al
justiciable la misma eficacia que el proceso judicial.
CARACTERI ́STICAS.
Enlazado con la naturaleza del arbitraje se encuentran los elementos caracteri ́sticos que
lo conforman:
EL CONVENIO ARBITRAL.
El arbitraje cumple con todas las caracteri ́sticas de la función jurisdiccional, pero existe
un elemento diferenciador fundamental entre una y otra, la necesidad de que las partes
voluntariamente se sometan a él, para que este pueda desplegar todos sus efectos.
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- La controversia puede ser de presente o de futuro, es decir, si el conflicto ya ha
surgido debe determinarse en el convenio qué partes del mismo se someten a
arbitraje, en caso contrario si el conflicto no ha surgido cabe someter a arbitraje los
posibles conflictos que puedan llegar a surgir de una determinada relación. El ti ́pico
convenio arbitral se incorpora normalmente a un contrato que regula una
determinada relación juri ́dica, estableciendo que para el caso de que en un futuro
surja entre las partes firmantes algún conflicto (determinado o genérico) en relación
a ella, las partes se comprometen a pasar para su resolución por un arbitraje.
Nombramiento de árbitros.
Procedimiento que desarrollaran los árbitros.
Lugar en el que se desarrolla el arbitraje.
Idioma que se utilizará por los árbitros y las partes.
Si eligen el arbitraje de Derecho o de equidad.
En cuanto a la forma del convenio la Ley no requiere una forma expresa para su eficacia,
pero si como forma ad probationem, es decir cuando la LA exige la forma escrita lo hace
porque es indispensable que el convenio sea cual sea la forma que adopte debe ser
aquella que deja constancia en el acuerdo, de hecho la LA admite como forma las
siguientes:
En cuanto a la eficacia del convenio, el art. 11 señ ala una doble eficacia:
TIPOS DE ARBITRAJE.
Aunque el arbitraje como institución es único, dentro de dicha Ley cabe hacer una
diferenciación entre:
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Arbitrajes cuyos convenios gozan de un especia contenido y/o requisitos en
función del tipo de controversias que se decidan a través de ellos: arbitraje
testamentario/arbitraje societario.
Esto proviene de las materias sobre las que habrá de decidir el árbitro, en esto
caso es la voluntad de un testador de que los conflictos que puedan darse entre
los herederos no forzosos o legatarios, relativas a la distribución o administración
de la herencia se resuelvan por vi ́a arbitral. En este caso es un tercero, el testador,
el que impone la via arbitral a sus herederos no forzosos o legatarios, como parte
de su disposición testamentaria.
LOS ÁRBITROS.
a) Funciones y competencias.
Estos pueden dictar laudos con eficacia de cosa juzgada y por ello están investidos de
auctoritas o verdad socialmente reconocida, sin embargo no gozan de imperium estatal,
lo que les impide poder ejecutar el contenido de sus resoluciones.
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De esta manera aunque los árbitros pueden juzgar, les está vedada la posibilidad de hacer
ejecutar lo juzgado. Es por ello que para las funciones procesales que requieran esta
potestad serán los tribunales los que realicen dichas funciones, asi para: ejecutar laudo,
ejecutar medidas cautelares...
Á mbito de jurisdicción: los arbitros solo pueden ejercer con carácter general sus
funciones dentro del ámbito de los derechos disponibles.
Á mbito competencial: en cada proceso arbitral los árbitros están limitados a los
términos del convenio, es decir, solo pueden decidir en el laudo sobre las materias
que le hubiesen sido sometidas expresamente por las parres en el convenio
arbitral.
Á mbito de congruencia: al igual que ocurre en el proceso judicial solo podrán
decidir dentro del ámbito de su competencia sobre las pretensiones
oportunamente deducidas por las partes y no sobre otras.
b) Capacidad
La LA requiere para ser arbitro una capacidad muy general, hay que distinguir entre los
requisitos que se exigen para ser árbitro de derecho y árbitro de equidad.
Para ambos se exige en el art. 13 LA simplemente que “sean personas naturales que se
hallen en pleno ejercicio de sus derechos civiles, siempre que no se lo impida la legislación
a la que puedan estar sometidos en el ejercicio de su profesión.”
La condición de árbitro debe recaer siempre en una o varias personas fi ́sicas. Se requiere
también que estos sean independientes e imparciales durante el arbitraje.
c) Nombramiento
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Los árbitros pueden ser uno o actuar en colegio arbitral, en este último caso la Ley exige
que la composición del colegio sea siempre impar.
d) Derechos y obligaciones
Desde la aceptación del encargo los árbitros deben cumplir una serie de obligaciones, la
principal es cumplir fielmente su encargo, es decir desarrollar según las prescripciones
de la Ley el procedimiento y dictar laudo. Cabe destacar otras obligaciones concretas
derivadas de dicho deber genérico:
En cuanto a los derechos de los árbitros, estos tienen derecho a cobrar los honorarios y
gastos que puedan producirse en ñ a administración del arbitraje. Se regula también la
posibilidad de que los árbitros puedan pedir a las partes la provisión de fondos que
estimen necesarios para atender aquellos.
PROCESO ARBITRAL.
La LA exige que en el desarrollo de las actuaciones arbitrales estas cumplan con los
principios de audiencia, igualdad y contradicción.
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b) Laudo.
La resolución por la cual los árbitros deciden la controversia se denomina laudo. Los
árbitros salvo acuerdo en contrario de las partes, decidirán la controversia en un solo
laudo o en tanto laudos parciales como estimen necesarios.
El laudo, a salvo de acuerdo contrario de las partes, deberá dictarse en el plazo de seis
meses y deberá respetar los siguientes requisitos:
Deberá constar por escrito y ser firmado por los árbitros; consta por escrito aquel
laudo que deje constancia de su contenido y forma y sea accesible para su ulterior
consulta en soporte electrónico óptico o de otro tipo.
Deberá ser siempre motivado, a salvo de los laudos pronunciados en los términos
convenidos por las partes.
Constará en él la fecha y el lugar.
Constará en él un pronunciamiento sobre as costas del arbitraje, con sujeción a
lo acordado por las partes.
El laudo deberá ser notificado a las partes y estas podrán protocolizarlos
notarialmente.
Concepto: El Derecho Procesal es aquella rama o parte de la Ciencia juri ́dica que tiene
por objeto el estudio de las normas reguladoras del proceso, los principios
constitucionales del Poder Judicial y de la jurisdicción, el estatuto juri ́dico del juez en
cuanto a funcionario y, finalmente, la actividad en cuanto instrumento a través del cual
el Poder Judicial cumple las funciones que tiene atribuidas constitucionalmente.
Contenido:
2. Las normas relativas a los derechos básicos de los justiciables, es decir, los
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3. DERECHO PROCESAL Y DERECHO MATERIAL.
Consideramos que el criterio delimitador no puede ser otro que el ámbito que la norma
regula o aquel en el que se produce su efecto. Si la consecuencia juri ́dica afecta a los
sujetos en sus conductas extraprocesales, será una norma sustantiva. Por el contrario, si
afecta a las personas en cuanto a sujetos del proceso, será procesal.
Las normas procesales son todas de Derecho público, ya que regulan relaciones entre
órganos del Estado y sujetos que se encuentran subordinados a ellos. El hecho de que las
normas procesales sean de Derecho público no supone que automáticamente sean
también de ius cogens. En efecto, las normas procesales pueden ser ius cogens o de
carácter dispositivo.
Son de ius cogens (derecho imperativo) aquellas normas que son de obligatoria aplicación
en el momento en que concurra el supuesto de hecho previsto en las mismas. La
infracción de las normas de ius cogens provocará la nulidad de la actuación
correspondiente.
Por su parte son normas de Derecho dispositivo, aquellas que, aun previendo una
consecuencia juri ́dica para un determinado supuesto de hecho, esta consecuencia
juri ́dica se subordina a la ausencia de una manifestación de voluntad de las partes. En
este sentido, los efectos o las consecuencias pueden ser aquellas queridas por las partes.
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Las normas procesales son irrenunciables, entendiendo por esta caracteri ́stica la
imposibilidad juri ́dica de que las mismas sean sustituidas por actos juri ́dicos voluntarios
regidos por el principio de autonomi ́a de la voluntad. En ningún caso pueden, una vez
iniciado el proceso, separarse de la regulación procedimental establecida en la ley, salvo
en el caso de las normas dispositivas.
Respecto a esta materia hay que tener en cuenta dos aspectos. En primer lugar, la
relación sustantiva y la procesal surgen en momentos distintos, por ello las normas
vigentes en el momento en que surgió la relació n sustantiva no tienen porque ser las
mismas vigentes en el momento en que se inicia el proceso.
Las normas sustantivas pueden ser aplicadas a pesar de estar derogadas en tanto que el
principio general es la irretroactividad de las normas nuevas (Salvo normas favorables en
el ámbito penal o laboral), en cambio las normas procesales siempre deben estar vigentes
en el momento de su aplicación. Cabe predicar cierta irretroactividad de las normas
procesales, referida a que las actuaciones que se realizaron con una ley procesal que
posteriormente fue derogada serán totalmente válidas.
El arti ́culo 3o LEC establece que, con excepción de lo que puedan prever los tratados y
convenios internacionales, los procesos civiles que se sustancien en territorio nacional se
regirán únicamente por las normas procesales españ olas. Sin embargo, el objeto del
proceso puede ser una norma extranjera.
El arti ́culo 1o CC establece como fuentes del Derecho la ley, la costumbre y los principios
generales del Derecho, dejando a la jurisprudencia el papel de complemento, debemos
decir que en el ámbito del Derecho Procesal regirá, fundamentalmente, la ley y los
principios generales del Derecho. La costumbre, por el contrario, no es fuente del
Derecho Procesal.
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A) LA CONSTITUCIÓ N.
La Constitución es la primera fuente del Derecho Procesal, y de esta hay que tener en
cuenta que no son meras normas programáticas, sino que deben ser aplicadas
directamente tanto por los ó rganos jurisdiccionales y no sólo por el Tribunal
Constitucional a pesar de que nos encontramos ante un sistema de jurisdicción retenida.
Los tribunales ordinarios podrán aplicar directamente la Constitución en los siguientes
supuestos:
B) LA LEY.
La ley como fuente del Derecho Procesal hace referencia a la ley en sentido formal, es
decir, a aquel acto normativo emanado de órganos constitucionalmente investidos de
potestad legislativa. La CE no prevé expresamente una reserva de ley, sino que a lo largo
de su articulado hay disposiciones que la formulan para determinadas materias como las
judiciales-orgánicas.
Sin embargo, esta reserva de ley no impide que se puedan realizar delegaciones
legislativas, como la formación por el Gobierno de textos articulados en desarrollo de una
ley de bases o la refundición de textos encomendados por ley, cuyos resultados se
manifiestan en forma de decreto legislativo. Por su parte los actos emanados del Poder
Judicial no son tomados como fuente.
Por último subrayar que la legislación procesal es competencia exclusiva del Estado, pero
esto no impide que de las particularidades del Derecho sustantivo de las CC.AA se puedan
derivar especialidades aunque su ámbito sea limitado.
C) LA COSTUMBRE.
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consuetudinarios y tradicionales (Tribunal de las Aguas de Valencia y el Consejo de
Hombres buenos de Murcia). Este precepto no debe ser entendido como admisión de la
costumbre en las fuentes del Derecho Procesal, sino la creación de órganos
jurisdiccionales cuyo origen es la costumbre y no la voluntad del Estado.
Los principios generales del Derecho constituyen una auténtica fuente del Derecho
Procesal y se encuentran situados por encima de la ley e incluso de la CE, cuando esta no
los haya recogido expresamente. Que aparezcan recogidos en la Constitución y
jurisprudencia solo los dota de una mayor protección.
E) LA JURISPRUDENCIA.
Para que la jurisprudencia adquiera el carácter de regla aplicable es necesario que ésta
sea «reiterada» y además que sea emanada por las Salas del Tribunal Supremo. La
jurisprudencia solo puede afectar o ser utilizada en aquellos procesos que llegan al
Tribunal Supremo, debido a que estos son los que crean la doctrina legal, por lo que en
la práctica se ha generalizado la incorrecta formulación de «jurisprudencia menor»,
referida a las reglas de interpretación que de las normas hacen otros tribunales. Esta
«jurisprudencia menor» no se considera «doctrina legal», por lo que no puede existir
infracción de la misma.
Para evitar que la «doctrina legal» complemente el ordenamiento juri ́dico solo para los
procesos que puedan llegar al Tribunal Supremo y se genere una desigualdad en la
aplicación de la misma o una vulneración de la seguridad juri ́dica, deberi ́a el legislador
atribuir la posibilidad de crear doctrina legal a aquellos tribunales en los que se agote la
vi ́a jurisdiccional e ideando un recurso para la unificación de las «doctrina legal» cuando
ésta fuere contradictoria entre sus Salas.
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