Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
Una característica general de las ciencias humanas y sociales es que su labor descriptiva
o explicativa tiene siempre como marco de referencia un saber natural (pre-teórico)
sobre los hechos descritos o explicados. Esta es, de forma paradigmática, la situación de
la lingüística respecto al saber natural que todo hablante-oyente tiene de su lengua.
Existiría también un saber natural de la mediación interlingüística, que se manifiesta,
dentro ya de una lengua, como mediación entre sus diferentes variedades o modalidades
expresivas. El saber natural interlingüístico presupone la explotación de determinadas
habilidades lingüísticas asociadas al desarrollo de una lengua natural. Algunas de ellas
serían las siguientes:
-Adaptación de código lingüístico a situación comunicativa, como, por ejemplo, cuando
hablo con un niño o un extrajero, cuando mi discurso es formal o informal, cuando
hablo o escribo, etc.
-Actividad parafrástica, que nos permite reformular, resumir, definir, y, en definitiva,
decir más o menos lo mismo con otras palabras.
-Discurso referido, gracias al cual transmitimos lo que dijo una persona a otra,
comentamos lo que otro dijo, somos mensajeros, etc.
En general, diremos que las condiciones de ser un buen hablante, un buen oyente, un
sujeto que ha desarrollado buenas habilidades de escritura y de lectura, un buen
comunicador aparecen conjuntamente en la figura de un buen mediador interlingüístico
(o traductor en el sentido amplio del término). Nos vamos a referir en lo que sigue a dos
manifestaciones del saber natural traductológico: por una parte, al desarrollo de la
capacidad de traducir en niños bilingües precoces y, por otra, a la puesta en juego de la
actividad de traducción en el marco de conversaciones exolingües, propias de
situaciones naturales de contacto interlingüístico.
Conversación y traducción
La fase de transducción de Harris and Sherwood nos proyecta ya desde el marco propio
de la psicología evolutiva del lenguaje al de la sociolingüística interaccional. La práctica
de la transducción puede acabar siendo una actividad traductológica enmarcada en un
contexto conversacional más amplio que conocemos como CONVERSACIÓN
EXOLINGÜE. Este punto de vista ha sido desarrollado en Alemania por algunos
autores que han sometido a examen actividades traductológicas naturales en encuentros
conversacionales que mantienen sujetos inmigrantes con nativos alemanes.
Comentaremos aquí las aportaciones de Müller (1989) y Knapp-Potthoff and Knapp
(1987).
Müller (1989) asume que la traducción se manifiesta de manera natural y originaria
como una modalidad conversacional que se inserta en el marco propio de una
conversación exolingüe. Conversación exolingüe es aquella mantenida en una lengua
que es nativa para alguno de los interlocutores y no nativa para el resto. Interesa en
particular la situación en la que se dan estas tres circunstancias adicionales:
1) Los interlocutores no nativos de la lengua en la que se mantiene el intercambio
(por ejemplo, alemán), comparten el conocimiento como nativos de otra lengua
(por ejemplo, turco o italiano).
2) El interlocutor nativo de la lengua en la que se mantiene el intercambio
desconoce totalmente la lengua nativa del resto de interlocutores (por ejemplo, el
interlocutor alemán desconoce totalmente turco o italiano)
3) Entre los hablantes no nativos hay al menos uno con buen conocimiento de la
lengua en la que se mantiene la conversación y otro con un conocimiento
limitado.
Esta es la situación que propicia, llegado el caso, la puesta en juego de una modalidad
traductológica dentro del marco de una conversación exolingüe. En determinado
momento de una conversación exolingüe, cuando se aborda en ella una temática
específica, más allá de los saludos o tópicos iniciales, el sujeto no nativo con menor
conocimiento de la lengua en la que se mantiene el intercambio pierde capacidad de
formulación. En ese momento, y como una decisión localmente controlada (negociada
‘sobre la marcha’), el hablante no nativo, o uno de los hablantes no nativos, con mejor
conocimiento de la lengua introduce la modalidad traductológica. La conversación con
traducción adquiere así las características propias de una secuencia conversacional
insertada dentro de una conversación exolingüe. Esta situación nos permite ilustrar
algunos aspectos básicos del saber natural traductológico:
1) La actividad traductológica se concibe como una AMPLIACIÓN DEL
ESPACIO DE FORMULACIÓN / COMPRENSIÓN LINGÚÍSTICA
destinada al sujeto que realmente lo necesita y en el momento en que lo
necesita.
2) La actividad traductológica se ajusta de manera estricta a la satisfacción de
esta necesidad, de manera que se evitan traducciones innecesarias. Ello
explica que volvamos al marco propio de la conversación exolingüe siempre
que esta ampliación del espacio de formulación / comprensión no sea
requerida. En particular, el cierre conversacional, esto es, cuando se vuelve a
un intercambio tópico o se llega a la despedida, suele realizarse en la
modalidad de conversación exolingüe.
3) La conversación con traducción se percibe como más costosa que la
conversación exolingüe, y puede afectar negativamente a la imagen social de
quien la requiere: existiría un ESTIGMA SOCIAL para la población
inmigrante asociado al hecho de no hablar bien la lengua de la sociedad de
acogida. Por este motivo, la introducción de una secuencia de turnos
conversacionales con traducción suele justificarse en una presecuencia
(integrada por turnos conversacionales en los que se manifiesta la necesidad
u oportunidad de traducir)
4) Cuando son más de uno los sujetos no nativos con buen conocimiento de la
lengua en la que se mantiene la conversación exolingüe, la decisión de quién
hará de traductor no está previamente tomada. Se toma sobre la marcha, esto
es, se trata de una decisión localmente controlada, que sigue las reglas
generales de toma de turnos en una conversación. Sucede, sin embargo, que
en ocasiones un hablante no nativo, con buenos conocimientos de la lengua
en la que se mantiene la conversación exolingüe, es convocado al encuentro
conversacional esperando de él una posible ayuda como traductor. El
traductor, al hacer viables determinados encuentros sociales, incrementa el
grado en el que participa en los mismos. En el ámbito de la traducción
natural el traductor no pierde en ningún caso su condición de interlocutor
válido dentro del encuentro social en el que participa.
Referencias:
-Harris, B and Sherwood, B. (1978), “Translating as an Innate Skill”, en D. Gerver and W. Sinaiko (eds.),
Language, Interpretation and Communication, Oxford, Plenum Press: 155-170.
-Knapp-Potthoff, A. and Knapp, K. (1987): “The man (or woman) in the middle: Discoursal aspects of
non-professional interpreting”, in K. Knapp, W. Eninger and Knapp-Potthoff, A. (eds.): Analyzing
Intercultural Communication, Berlin, Mouton de Gruyter: 181-211.