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Módulo 1

RED TRÓFICA DEL SUELO

COGOLITERO
Manual orgánico para cultivadores

Compilado por
Francisco P. Courrèges

Buenos Aires – Argentina – 2023


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TABLA DE CONTENIDOS

INTRODUCCIÓN…………………………………………………… 4

EL PEQUEÑO MUNDO DE LOS MICROORGANISMOS 8

ARQUEAS………………………………………………………...… 9

BACTERIAS………………………………………………………… 10

HONGOS………………………………………………………….… 22

ALGAS……………………………………………………………..… 29

PROTOZOOS…………………………………………………….… 32

NEMATODOS…………………………………………………….… 35

ANÉLIDOS………………………………………………………..… 38

ARTRÓPODOS…………………………………………………..… 42

GASTERÓPODOS………………………………..……………….. 52

REPTILES, AVES Y MAMÍFEROS…………………………. 53

MATERIAL BIBLIOGRÁFICO CONSULTADO…………….. 54

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1. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo propone el entendimiento de las partes que integran la red


trófica del suelo y un modelo de producción agroecológico. Estudiaremos la interacción
cíclica que hay en el medio ambiente entre plantas, microorganismos, micro y macro
artrópodos, aves y el resto de la cadena de animales. En esta instancia, nos centraremos
en la descomposición de la materia orgánica y el aporte de nutrientes que la planta
necesita para un correcto desarrollo.

Cada uno de los organismos son vitales para el adecuado funcionamiento de la red
trófica y en caso de que algún organismo falte o no cumpla con el nivel de presencia
necesario, se genera un desbalance que obliga a buscar distintas alternativas para hacer
que el ciclo funcione.

A medida que la población aumenta, la demanda por alimentos, agua y necesidades


también crece, esto requiere que haya una mayor producción a nivel mundial, por lo
tanto, surge un interrogante: ¿estamos obligados a ocupar más espacio para producir o
podemos ser más eficientes?

Por cuestiones económicas, de seguridad, y de falta de información, se opta por


ocupar más espacio sin pensar tanto en ser eficientes en la producción. Esto lleva a la
destrucción de ecosistemas, poniendo en riesgo especies y destruyendo de a poco la
biodiversidad.

La cadena alimenticia no debería basarse en un organismo que consuma a los demás,


sino en la interacción de las partes, generando un equilibrio del ecosistema y evitando
que ningún integrante de la red pierda valor.

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La red trófica del suelo puede compararse con el jenga, donde cuidadosamente
quitamos piezas de su lugar original para colocarlas encima y hacer que la torre crezca,
pero a medida que se va modificando el orden primero, en cada movimiento, surge
desbalance. La nueva estructura volátil, donde las piezas se modifican a demanda del
momento, y el orden de las cosas ya no es el mismo, el mínimo error puede hacer que
todo se derrumbe. Deberíamos entonces volver el jenga a su forma original, ordenado y
con fuertes bases.

La manera actual de pensar el cultivo, expansiva, no sólo destruye el planeta sino


nos tiene a merced de aplicar insumos sintéticos. Nos vuelve dependientes, y, sin
embargo, al mínimo cambio climático, seguimos encontrando problemas. Es evidente
que existe un abuso en la aplicación de herbicidas, fungicidas y distintos agroquímicos
que, al día de hoy, han generado un gran desbalance en el suelo. Por eso, estudiaremos
una nueva (y orgánica) forma de hacer aplicaciones y cuidar la tierra.

En la mayoría de campos que se utilizan para cultivo actualmente se evidencia la


reducción en la cantidad de materia orgánica que hay en el suelo. Se ve reflejado en la
crecida exponencial de suelos erosionados, donde la fertilidad se ve disminuida,
compactando la estructura y perdiendo la capacidad de retener agua, generando un
impacto negativo sobre la producción final y ensuciando la tierra. En palabras rigurosas
de Food and Agriculture Organization (FAO), “La erosión acelerada del suelo puede tener
consecuencias desastrosas para todos. Si no actuamos ahora, más del 90% de los suelos
de la Tierra podrían degradarse para 2050.”

Otro hecho frecuente es la abundante presencia de patógenos o insectos


perjudiciales para nuestros cultivos que, ante la ausencia de biodiversidad, no hay nadie
que se encargue de regularlos. La cadena se rompe y la tierra enferma.

La Organización de las Naciones Unidas ha declarado recientemente que la población


de insectos ha sido diezmada en alrededor de un 25% cada década durante los últimos 30
años (eso significa que hay un 75% menos de insectos hoy, que los que había en 1989),
asimismo, ha identificado el uso de pesticidas como una de las principales causas de esta
disminución. Latty (2019) dice que es particularmente preocupante que el estudio
registrara esta tendencia en áreas protegidas, lo que significa que en áreas agrícolas o
urbanas la tendencia podría ser incluso más pronunciada. La investigadora agrega que es
poco probable que haya una sola causa, sino una combinación de factores que

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contribuyen a este fenómeno, como el cambio climático, la pérdida de hábitats de
insectos y potencialmente el uso de pesticidas. La importancia de los insectos —que son
alrededor del 70% de todas las especies animales— está subestimada. “Los insectos
polinizan los cultivos que comemos, contribuyen al control de pestes, [de lo contrario]
tendríamos que usar más pesticidas. Son cruciales en el control de desperdicios: la
mayoría de los desechos en áreas urbanas son atendidos por hormigas y cucarachas”,
agrega (Latty, 2019).

Entonces… ¿qué podemos hacer? Considerando que aún estamos a tiempo, tenemos la
oportunidad de volver atrás y contribuir a la regeneración de la red trófica del suelo.
Incorporando biodiversidad a nuestros ecosistemas, dejaremos campos fértiles y
productivos para que las futuras generaciones disfruten de un mundo sustentable.

Si prestamos atención al suelo y entendemos cómo funciona, podemos contribuir a


que la transición (de químicos a orgánicos) sea más rápida. Principalmente,
enfocándonos en incorporar microbiología (hongos, bacterias y protozoarios). Si
conocemos la importancia del aporte que genera el suelo vivo, en cuestión de años
podremos reconvertir el suelo y los modos de producción.

Otro punto importante es conocer la planta, según la Dra. Elaine Ingham, cuando la
red trófica se encuentra en equilibrio, la planta va a tener acceso libre a los nutrientes
que necesite y cuando los necesite. Se manifiesta de forma natural, potenciando no solo
la producción, sino que también la calidad del producto final.

En autores que estudiaron el sistema de cultivo regenerativo y agroecológico como la


Dra. Elaine Inghman, Chris Trump, Dr. Cho, Jadam y Jairo Restrepo, encontramos
estudios y avances muy interesantes. Todos ellos han demostrado que es posible cultivar
de manera sustentable y natural, reduciendo los costos de producción y logrando
aumentar la calidad y hasta la cantidad producida de distintos tipos de cultivos.

La Dra. Ingham (2022) trabajó con varios agricultores que lograron un aumento de
hasta el 200% de la producción, gracias a una red trófica saludable y con gran
biodiversidad. Se proporciona acceso constante al flujo de nutrientes provenientes de la
materia orgánica que conforman el suelo. En todos los suelos se encuentran los
nutrientes que la planta necesita para llevar a cabo su correcto desarrollo, pero por
ausencia de la microbiología, estos no logran estar en su forma disponible. Según la

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investigadora, hasta en las partículas de arena existen los nutrientes necesarios para
vegetación.

Chris Trump (2022) es uno de los referentes del Korean Natural Farming (KNF), y ha
demostrado que, con su producción de nueces macadamias, podía bajar sus costos de
250-300usd/acre a la cifra de 20usd/acre, manteniendo los mismos niveles de
producción, mejorando la calidad de la materia prima obtenida y generando un mayor
beneficio económico para él y sus empleados. Otro profesional como el Dr. Cho, quien
logró independizarse de la industria, demostró que, con su modelo productivo Korean
Natural Farming se podía llegar a una producción sustentable, siendo amistoso con el
medio ambiente, mejorando la situación económica y generando así un impacto positivo
en la sociedad.

Dicho esto, la consideración de un modelo de cultivo sustentable puede resultar una


buena alternativa para el mundo actual y sus generaciones futuras. Presentemos ahora
el material instructivo que les ayudará a entender el funcionamiento de la red trófica
del suelo y sus componentes.

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2. EL PEQUEÑO MUNDO DE LOS MICROORGANISMOS

Preparen el microscopio porque partiremos hacia el pequeño mundo de la


microbiología. Conoceremos este maravilloso mundo que habitamos y que tantas veces
pasa desapercibido.

Los microorganismos son seres vivos que solo pueden ser visualizados con un
microscopio. Se los denomina microbios [del griego científico (micro = pequeños) (bios =
vida)].

En un estudio realizado en 1674 (sí, 1674), el biólogo holandés Antón van


Leeuwenhoek, considerado <<padre de la microbiología>>, evidenció un mundo
desconocido al observar una gota de agua con sus lentes de aumento microscópico. Fue
entonces cuando Van Leeuwenhoek descubrió que existían pequeños seres vivos con
formas y tamaños distintos.

Luego de siglos de estudios, aun hoy se siguen descubriendo avances en cuanto a la


disciplina fundada por Van Leeuwenhoek. Esta corriente microbiológica sigue alucinando
a quienes estudian el tema. En este contexto, ubicamos múltiples datos que
comprueban la existencia de microorganismos millones de años antes que los seres
humanos. Han sobrevivido a toda anomalía y catástrofe universal.

Como toda disciplina científica, la microbiología dividió y ordenó sus participantes.


Los microorganismos que estudiaremos en este trabajo, están categorizados en seis
grupos principales: arqueas, bacterias, hongos, protozoos, micro algas y parásitos.

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3. ARCHAEAS

En los años 70, el microbiólogo Carl Woese y el astro biólogo George Edward Fox
descubrieron un nuevo tipo de dominio que generó un cambio de paradigma en el mundo
de la biología: el dominio arquea. En principio, este fue clasificado como arqueobacteria
por sus similitudes morfológicas con el dominio bacteria. Las arqueas son organismos
microscópicos procariotas (poseen ADN suelto en el citoplasma), con forma de coco,
bastón o cuadrado. Se diferencian de las bacterias por su pared celular y por producir
enzimas similares a las del dominio eucariota. A diferencia de los hongos y las bacterias,
las archaeas no logran reproducirse mediante esporas.

Se pueden clasificar en:

• Euryarchaeota: Se encuentran en hábitats extremadamente salinos y


dependientes del metano. Es un grupo heterogéneo, que abarca las archaeas
metanogénicas y las halófilas extremas.
• Crenarchaeota: Se encuentran en hábitats hipertermofílicos y dependientes
del sulfuro. Es un grupo homogéneo a nivel fisiológico.

Las arqueas se destacan por sobrevivir en ambientes de temperatura y salinidad


extremas. Tienen la capacidad de utilizar distintos elementos y sustancias (azúcares,
amoníaco, hidrógeno y distintos metales pesados) para la producción de energía. En
algunos casos también son fototrópicas, ya que utilizan la luz solar como fuente de
energía.

El dominio arquea es de suma importancia para la red trófica del suelo, ya que su
contribución a través del ciclado de nitrógeno oxida el amoníaco con facilidad en
ambientes donde otros microrganismos no podrían sobrevivir. Además, poseen la
fortaleza de producir antibióticos que regulan los patógenos del suelo y/o de aguas
residuales. Este dominio poco conocido sigue hoy bajo la observación de investigadores.

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4. BACTERIAS

En el presente apartado, nos adentraremos en el dominio bacteria. Por su


importancia, veremos cuatro filos: actinobacterias, firmicutes, cianobacterias y
proteobacterias. Las bacterias son microrganismos unicelulares procariotas (sin núcleo,
con su ADN suelto en el citoplasma) que miden de 0,5 a 5 micrómetros y poseen grandes
cantidades de componentes activos que los vuelven descomponedores por excelencia.
Son imprescindibles para la mayoría de los procesos biológicos y para el reciclado de
nutrientes en el suelo.

Dentro del cuerpo humano existen mayor cantidad de células bacterianas que de
células humanas, la gran mayoría de ellas son benéficas para nuestro cuerpo y hasta
esenciales.

Las bacterias pueden dividirse según distintos aspectos. En cuanto a su


morfología: cocos, bacilos, vibrios, espirilos y espiroquetas.

Según su metabolismo, existen distintos enfoques:


a) Según su respiración:
• Aeróbicas
• Anaeróbicas
- Estrictas: requieren de la ausencia de oxígeno para su
crecimiento, el oxígeno es un tóxico para este grupo.
- Facultativas: pueden crecer tanto en presencia como en
ausencia de oxígeno.

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b) Según su fuente de carbono y energía utilizada.

• Fotolitotrofas: la fuente de carbono es inorgánica y la energía


utilizada es proveniente de la luz mediante fotosíntesis. Por
ejemplo: Cianobacterias.
• Quimiolitotrofas: la fuente de carbono es inorgánica y la
energía utilizada es liberada por reacciones químicas de la
degradación de compuestos inorgánicos. Por ejemplo: Bacterias
nitrificantes (oxidadoras de nitritos y amoniaco), bacterias
oxidantes del hierro, bacterias oxidantes del azufre y bacterias
oxidadoras del hidrogeno.
• Quimioorganotrofas: la fuente de carbono es orgánica (materia
orgánica) y obtienen la energía a partir de reacciones químicas
de la degradación de materia orgánica. (metabolismo parecido
al nuestro). Por ejemplo: Bacillus sp.
• Fotoorganotrofas: la fuente de carbono es orgánica, pero
obtienen la energía a partir de la luz.

Según su pared celular: Gram positiva o gram negativa.

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Las bacterias y su relación con las plantas

Las plantas y bacterias han evolucionado en conjunto a lo largo del tiempo. Del
estudio de la interacción entre las partes surge la siguiente clasificación. A nivel
general, haremos un recorrido entre ellas.
Bacterias endófitas: están presentes en el interior de las plantas. Habitan
dentro de los tejidos vegetales sin causarles daño y estableciendo una relación
simbiótica donde la planta se ve muy beneficiada. Se pueden encontrar en apoplastos
(espacio extracelular periférico), espacios intercelulares y en los vasos del xilema.
Tienen distintos mecanismos que promueven el crecimiento y la salud de las plantas:
fijación biológica de nitrógeno, actividad solubilizadora de fosfato, producción de
fitohormonas, suministro de nutrientes esenciales, biosíntesis de sideróforos y liberación
de antibióticos controladores de patógenos. Algunos ejemplos: Azospirillum, Bacillus y
Pseudomonas.
Bacterias epífitas: bacterias presentes en el exterior de las plantas, tanto en las
raíces como en las hojas (filosfera o rizosfera). Las filobacterias son aquellas que se
encuentran en la filosfera, sobre la superficie de las hojas de las plantas, donde
interactúan con los microorganismos. Benefician a la planta al fijar nitrógeno
atmosférico, estimulan el crecimiento de manera hormonal, activan el sistema inmune
de defensas contra patógenos y aportan agentes probióticos que reducen el impacto de
productos químicos. Algunos ejemplos: Pseudomonas sp, Methylobacterium sp y
Sphingomonas sp.
Las rizobacterias, se encuentran en la zona donde interactúan las raíces con los
microorganismos del suelo. Bacterias como Bacillus, Pseudomonas y Rhizobium son
calificadas como PGPR (Plant Growth Promoting Rizhobacteria) ya que promueven el
crecimiento y la salud de la planta. Algunos de sus beneficios son:
• Biofertilizante: Tienen alta fijación y liberación de nitrógenos. Solubilizan los
fosfatos y mejoran el reciclado de nutrientes del suelo.
• Bioestimulante: Liberan hormonas que aceleran el metabolismo de la planta,
generando una mayor tasa de fotosíntesis, mayor absorción de nutrientes y
acumulación de energía.
• Biocontrol: Activan el sistema inmune de defensas haciendo que libere
metabolitos químicos para defenderse. Al competir por la comida, liberan
antibióticos que mantienen bajo control a los patógenos.

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¿Qué son las actinobacterias? ¿Por qué son importantes?
Acompáñenme al siguiente apartado, donde veremos la importancia que tiene
esta especie de bacterias en la red trófica del suelo, dónde se encuentran y cuáles son
sus aportes.

El rol más importante que cumple este filo de bacterias es el de ser agentes de
control biológico contra patógenos, mediante la liberación de antibióticos. Reciclan la
materia orgánica y aceleran la descomposición. Además, liberan gran cantidad de
nutrientes, minerales y enzimas que benefician el crecimiento de la planta. También
ayudan a degradar moléculas complejas como hidrocarburos, que son contaminantes del
suelo. Parecen muchos beneficios, ¿no? Sigamos.

Los actinomicetos, bacterias gram-positivas, tienen un crecimiento filamentoso


como los hongos. Son aeróbicos (en su mayoría), heterótrofos y se extienden por toda la
naturaleza. Su hábitat es variado. Principalmente están presentes en ambientes
terrestres, pero también se encuentran en agua dulce o salada. Su nivel de adaptación
es alucinante, pueden vivir con pH ácido o alcalino, con alta o baja concentración de
sales, pueden habitar aguas marinas o dulces como el río, se las puede encontrar en
ambientes fríos como también en condiciones de mucha temperatura. La temperatura
ideal para su desarrollo oscila entre 20 y 42°C.

En un estudio llevado a cabo por Larrea (2007) se lograron aislar cepas de


actinobacterias de distintos lugares para observar por el microscopio las características
morfológicas y su variación dependiendo de la locación. Las muestras arrojaron que en
los bosques de pino presentan textura símil polvo, con colores que van desde el gris
claro, gris oscuro y verde hasta marrón y el negro. En cambio, en los bosques de roble se
descubrieron de textura rugosa de color rojo intenso.

Otro dato interesante de las actinobacterias es que producen el 40% de


metabolitos secundarios del total de moléculas bioactivas. La producción de metabolitos
secundarios como antibióticos, vitaminas, pigmentos, enzimas, agentes antitumorales e
inmunosupresores tiene múltiples beneficios. Muchos de los antibióticos que se utilizan
actualmente como la estreptomicina (el primer antibiótico en curar la tuberculosis) y
eritromicina derivan de los metabolitos que se encuentran en los actinomicetos. La
industria farmacéutica es quien más aprovecha los aportes saludables del sistema

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bacteriano. En un estudio realizado en Malasia, donde se aislaron las bacterias del suelo,
se descubrió que son capaces de inhibir el crecimiento de patógenos en cultivos de
papa, así que también es beneficioso para la industria agrícola.

Un caso particular es el de la familia Frankia sp de las actinobacterias, que


genera una relación simbiótica con árboles y arbustos. Mediante la producción de
nódulos en las raíces, fija nitrógeno atmosférico al suelo haciéndolo disponible para las
plantas.

¿Escucharon hablar del filo firmicutes?

Anteriormente se mencionaron las actinobacterias como uno de los cuatro filos.


Ahora veremos el segundo filo: firmicutes. Síganme.

También conocidas como endobacterias, este filo está compuesto por seis clases
de bacterias, tanto patógenas como benéficas. Haremos hincapié en las benéficas por el
impacto positivo que generan en la red trófica del suelo. Particularmente la clase Bacilli
que está subdividida en el orden Bacillales y en el orden Lactobacillales.

Orden Bacillales: En el año 1872, el botánico y bacteriólogo alemán Ferdinand


Julius Cohn descubrió que las bacterias pertenecientes al género Bacillus eran
formadoras de endosporas resistentes al calor. Actualmente, el género incluye más de
100 especies que pueden clasificarse en distintos grupos dependiendo de su bioquímica,
su estilo de vida y sus sustratos como fuentes de nutrientes. El orden Bacillales está
compuesto por bacterias gram positivas y en cuanto a su morfología son bacilares.
Tienen una movilidad inducida por flagelos y pueden ser aeróbicos o anaeróbicos
facultativos. Se encuentran en hábitats diversos como ecosistemas de agua dulce,
marinos y en suelo. Por sus capacidades de adaptación se puede asociar al orden
Bacillales con las plantas. Actúan como degradadores de sustratos derivados de plantas o
animales (celulosa, almidón, proteína, agar, hidrocarburos, etc.). En cuanto a su
reproducción, pueden hacerlo en variedad de temperaturas, aunque generalmente lo
hacen en temperaturas de entre 30 y 45°C perteneciendo a organismos mesófilos.

Dentro del orden Bacillales, la especie Bacillus subtilis es la que tiene mayor
importancia por ser considerada PGRP (Plant Growth Promoting Rhizobacteria) y por
promover el crecimiento de las plantas a través de distintos mecanismos. Se destacan en

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la solubilización de fosfatos mediante enzimas o ácidos orgánicos, la mineralización de
los nitrogenados y por el potencial para actuar como agentes de control biológico contra
patógenos. Este control biológico se da mediante la producción distintos tipos de
metabolitos secundarios: antibióticos, toxinas, sideróforos y enzimas líticas, generando
un efecto directo o indirecto a la resistencia sistémica de la planta.

En términos de bioseguridad, la bacteria Bacillus subtilis no es considerada


patógena para el humano. Por esto, se le ha otorgado la cualidad de QPS (Qualified
Presumption of Safety) por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Hoy en día se
utiliza en distintas producciones agrícolas, dando muy buenos resultados.

Principales mecanismos de control biológico del género Bacillus

• Antibióticos: Interactúan con la membrana citoplasmática de las células


bacterianas o fúngicas, provocando la formación de poros y un desbalance
osmótico, lo que produce la muerte celular de los microorganismos
fitopatógenos.
• Toxinas: La producción de toxinas es particularmente proveniente de Bacillus
thuringiensis, tiene la capacidad de producir 300 distintos tipos de endotoxinas
sobre todo en dípteros.
• Sideróforos: Metabolitos secundarios que actúan como secuestrantes de hierro,
nutriente esencial para funciones celulares.
• Enzimas Líticas: Destacan por romper las paredes celulares de los agentes
patógenos, sobre todo los de origen fungí, mediante hidrólisis de sus enlaces
glucosídicos.

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Orden Lactobacillales: Las BAL (Bacterias Acido Lácticas) son microorganismos
probióticos con forma de cocos o bacilos, Gram positivos, no esporulados, no móviles,
anaeróbicos y microaerofílicos o aerotolerantes. Producen ácido láctico a partir de la
fermentación de carbohidratos, y por eso, son esenciales para distintos procesos
fermentativos en la elaboración de alimentos como: leche, yogurt, manteca, incluso en
cerveza, entre otros.

Se destacan por ser descomponedores que aumentan la disponibilidad de


nutrientes para cubrir los requerimientos de las plantas. Actúan como agentes de control
mediante la liberación de grandes cantidades de ácidos orgánicos que inhiben el
crecimiento de patógenos y otorgan propiedades de conservación. En el sector agrícola
se utilizan para el ensilaje como método de conservación. La liberación de ácido láctico
genera una disminución en el pH hasta un nivel en el que las bacterias indeseables
quedan inhibidas y la mayor parte del forraje es conservado. Según Weinberg y Ashbell
(2003), los cultivos más importantes para ensilar son el maíz (planta completa), alfalfa,
trigo (planta completa), sorgo y varias legumbres para luego ser utilizados en la
alimentación de ganado.

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Bacterias Ácido Lácticas

En la industria láctea, las BAL son productoras de ácido láctico que inhiben
microrganismos indeseables, reducen riesgos higiénicos y facilitan la conservación de los
alimentos evitando la lipólisis. Se conocen más de 20 especies de bacterias probióticas
que pertenecen en su mayoría al grupo de las bacterias acido lácticas, predominando el
género Lactobacillus.

Este tipo de bacterias, ácido tolerante, sobreviven en ambientes con cualidades


de pH que oscilan entre 3,2 y 9,6, aunque su pH óptimo está en un rango de entre 4 y
4,5. Se encuentran ampliamente distribuidas en la naturaleza, y se han podido aislar en
plantas, en suelo y en distintos alimentos. Su crecimiento depende de azúcares y de
requerimientos metabólicos como aminoácidos, vitaminas, purinas y pirimidinas.

Las BAL pueden dividirse en dos grupos según características metabólicas, por un
lado, las homofermentativas que generan ácido láctico como producto final mayoritario,
estas incluyen los géneros Enterococcus, Pediococcus, Streptococcus, Lactococcus y
algunas Lactobacillus sp. Por otro lado, las heterofermentativas de los géneros
Weissella, Leuconostoc y algunas Lactobacillus que producen ácido láctico, pero al
mismo tiempo generan acetato, etanol y CO2 en iguales proporciones.

Solubilización de fosfato
Las bacterias de tipo Bacillus no poseen alto contenido de fósforo, sino que
tienen una gran capacidad para solubilizar compuestos fosfatados que estan
inmovilizados por algo más. El fósforo se encuentra involucrado en el desarrollo de la
raíz y del grano, en el crecimiento y la floración, y además constituye parte de los
fosfolípidos de las membranas celulares y del material genético; cumple funciones en el
metabolismo energético celular y en procesos de fotosíntesis, glucólisis, respiración y
síntesis de ácidos grasos.

Cianobacterias… ¿Qué son?


Son conocidas vulgarmente como algas verdes-azuladas. Las cianobacterias
poseen características similares a las de las células procariotas, pero con la
particularidad de presentar membranas internas llamadas laminillas fotosintetizadoras
que les permiten realizar la fotosíntesis y producir su propio alimento. Según Lee (2008)
pueden clasificarse en: Orden Chrooccoccales (unicelulares incluidas en matriz

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gelatinosa), Orden Oscillatoriales (filamentosas) y Orden Nostocales (filamentosas con
heterocistos).
Las cianobacterias logran producir su propio alimento ya que poseen pigmentos
fotosintéticos (clorofila A y ficobiliproteínas). A través de heterocistos (células
especializadas) tienen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico formando una capa
mucilaginosa en su exterior como mecanismo de defensa ante depredadores.
Son tolerantes a bajos niveles de oxígeno y alta acidez, suelen aparecer en lagos
con altas concentraciones de nutrientes (eutrofizado) y su temperatura óptima de
crecimiento es alrededor de los 15°C pero, en algunos casos pueden sobrevivir hasta los
-15°C. Prefieren ambientes alcalinos, siendo ideal para su Bloom (floración).

Cianobacterias y su relación con la agricultura y el medio ambiente


Este tipo de bacterias es empleado dentro de la producción agrícola para
potenciar el desarrollo de los cultivos y obtener mejores rendimientos finales por la
calidad de sus aportes.
La fijación de nitrógeno atmosférico es una de las grandes ventajas que poseen
las cianobacterias, aportando fertilidad a los suelos cultivables. Además, aumentan la
estructura del suelo brindando mayor retención de agua y permeabilidad mediante el
incremento de materia orgánica. Incrementan el ciclado de nutrientes y segregan
distintos compuestos activos como fitohormonas, vitaminas, aminoácidos, etc., que
promueven el crecimiento y desarrollo de las plantas cultivadas. Se ha reportado que las
cianobacterias contribuyen en la conversión de formas de fósforo insolubles a formas
asimilables por las plantas (Sahu et al., 2012; Khadatare y Suryawanshi, 2016). También
producen distintos metabolitos secundarios que inhiben el crecimiento de distintos
patógenos del suelo, lo que les brinda, una función de control biológico.

Pero no todo es color de rosa

La contaminación de cianobacterias en lagos y lagunas es cada vez más


frecuente. En abundancia, las cianobacterias pueden resultar perjudiciales para la
biodiversidad. Su formación puede generar una reducción significativa de oxígeno y agua
debido a una eutrofización excesiva. La eutrofización es la acumulación de nutrientes
inorgánicos excedentes en un ecosistema acuático, producida por el arrastre de

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fertilizantes artificiales. Este fenómeno produce una proliferación descontrolada de
cianobacterias que depredan los nutrientes del agua debido al mal uso de fertilizantes
que no pueden fijarse en el suelo, lixiviándose y generando serios efectos
contaminantes. El problema empeora aún más cuando el agua contaminada es la misma
la población consume.

En muchos casos, la alta concentración del Bloom de las cianobacterias puede


reconocerse a simple vista, llegando a cambiar totalmente el color y textura del agua,
que puede tornarse verdosa, o hasta rojiza. Otras veces, la superpoblación de
cianobacterias no es observable a simple vista, ya que puede formarse como una fina
capa apenas visible por debajo del agua. Se recomienda no consumir o meterse en agua
proveniente de fuentes contaminada con cianobacterias. Si esto es nocivo para el cuerpo
humano, imaginemos lo que es capaz de producir al medio ambiente.

Proteobacterias

En un principio, las bacterias designadas bajo el filo de las proteobacterias eran


conocidas como “bacterias púrpuras y relacionadas”, a raíz de la denominación realizada
por el microbiólogo Carl Woese en 1987. Dada la diversidad de formas que presentan,
surgiría luego el término Proteobacterias, en honor a la figura mitológica de Proteus,
capaz de cambiar su forma física a voluntad.

Las proteobacterias son uno de los filos más importantes y conocidos dentro del
reino de las bacterias. Se las subdivide en dos grupos: Thiobacteria (bacterias del sulfato
y relacionadas) y Rhodobacteria (bacterias púrpuras y relacionadas). Son diversas y hay
que tener cuidado con su presencia, ya que incluyen gran cantidad de patógenos nocivos
para animales y el humano, como puede ser Escherichia coli o Salmonella. En este filo
también encontraremos a varias bacterias de vida libre responsables de la fijación de
nitrógeno en los distintos ambientes.

Morfología y metabolismo

Todas las proteobacterias son gram negativas y su membrana externa está


principalmente compuesta de lipopolisacáridos. Su morfología presenta notables
variaciones, y entre ellas encontramos desde bacilos hasta cocos simples, e incluso hasta

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géneros con prosteca. Muchas se desplazan por medio de flagelos, pero algunas pueden
moverse por deslizamiento. Entre estas últimas están las mixobacterias, un grupo único
de bacterias que pueden agruparse para formar cuerpos fructíferos.

Este filo también varía en cuanto a los tipos de metabolismo de sus integrantes.
La mayoría de las proteobacterias son anaerobias y sobreviven sin oxígeno, pero existen
muchas excepciones. Su alimentacíon suele ser heterótrofa, pero dos grupos
denominados bacterias púrpuras realizan fotosíntesis. Por un lado, las bacterias púrpuras
del azufre, que usan azufre o sulfuro de hidrógeno como donante de electrones, y por el
otro las bacterias púrpuras no sulfurosas, que utilizan hidrógeno.

Clasificación

Para su clasificación, las proteobacterias se dividen en dos grupos que integran


seis clases cada uno. Estas clases son denominadas de acuerdo al alfabeto griego, con las
letras: α, β, γ, δ, ε y ζ. El grupo Rhodobacteria incluye a las proteobacterias alfa, beta,
gamma y zeta. El grupo Thiobacteria contiene a las proteobacterias delta y épsilon.

Puntualicemos en las proteobacterias de más importancia para la red trófica del suelo:

-Proteobacterias α: abarcan a la mayoría de los géneros fotótrofos, pero


también a varios géneros que metabolizan componentes C1, intracelulares como los
simbiontes de plantas que son fijadores de nitrógeno. Dentro de esta clase vamos a
encontrar a las distintas especies del género Rhizobium sp, que necesitan asociarse con
plantas leguminosas para formar nódulos y lograr así la fijación del nitrógeno
atmosférico. Además, existen especies de vida libre, que no necesitan obligar a otro
organismo a un proceso de simbiosis para llevar a cabo la fijación nitrogenada; es el caso
de las especies del género Azospirillum sp.

-Proteobacterias β: representan a varios grupos de bacterias aerobias o


facultativas. A menudo, son versátiles en sus capacidades de degradación. Juegan un
papel importante en la fijación de nitrógeno en varios tipos de plantas y oxidando
amonio para producir nitrito, producto químico importante para la función de las
plantas.

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¿Qué rol cumplen en la red trófica del suelo?

Podemos destacar que las proteobacterias contribuyen al suelo facilitando la


fijación biológica de nitrógeno y produciendo sustancias bioactivas, como aminoácidos,
vitaminas o azucares provenientes de las bacterias fotosintéticas. Esta propiedad se da
entre los diferentes grupos de bacterias e incluso en algunas arqueobacterias. Es un
proceso que consume mucha energía, y ocurre con la mediación de la enzima
nitrogenasa, sensible a la presencia de oxígeno.

Llamamos fijación biológica de nitrógeno (FBN) a la reducción de nitrógeno a


amonio llevada a cabo por bacterias. Todos los organismos que sean capaces de fijar
nitrógeno se conocen como diazótrofos.

Se ha demostrado en distintos tipos de cultivos como maíz, soja, trigo, cebada,


avenas, tomates, etc., que la inclusión de este tipo de bacterias genera grandes
beneficios en materia de producción. Aumentan la producción de biomasa aérea y
radicular, lo que da como resultado un incremento general en el rendimiento final.

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5. HONGOS

En este capítulo hablaremos sobre hongos. Describiremos en forma general su


estructura. Haremos un recorrido breve por su historia, identificaremos divisiones y sus
funciones en la red trófica del suelo. Para comenzar es importante destacar el hecho de
que integran el Reino Fungi, que se compone de distintas especies de mohos, setas y
levaduras.
El Reino Fungi aparece en la tierra alrededor de 1500 millones de años después
de la existencia de las bacterias. De acuerdo a la teoría de la evolución, las
cianobacterias logran evolucionar a células eucariotas mediante el proceso de
endosimbiosis, disponiendo así de un núcleo que envuelve su ADN celular. Por eso,
ubicamos al Fungi dentro del Dominio Eukaryota. A excepción de las levaduras, los
integrantes de este reino son organismos pluricelulares.
Hablemos de su importancia. Los hongos se encuentran entre los principales
descomponedores de materia orgánica del suelo, solo superados por algunos tipos de
bacteria. Son también una importante fuente de alimento para el resto de organismos
que se encuentra en la red trófica. Mejoran la retención hídrica del suelo, facilitan la
absorción de nutrientes y liberan además gran cantidad de metabolitos secundarios que
potencian el crecimiento general de las plantas. Sí; también actúan como agentes de
control de patógenos.
Cuando se encuentran en estado vegetativo, los hongos pluricelulares se
organizan en micelios, una estructura ramificada de hifas o filamentos de esporas
interconectadas. Podemos encontrar micelios en todo tipo de colonias micóticas, sobre
el suelo o en su profundidad, en sustratos, y hasta en restos orgánicos. Su aspecto
reticular recuerda a una hipercompleja telaraña que interactúa con los organismos del
medioambiente. Su pared celular se compone principalmente de glucanos, quitina y
glicoproteínas.
Alimentación
A diferencia de las plantas, los hongos no producen su alimento por medio de
fotosíntesis. Para obtener su energía, los hongos desarrollan un proceso de
descomposición de materia orgánica que los ubica dentro de las especies
quimioheterótrofas. Así, con la ayuda de enzimas y ácidos liberados por su organismo,
facilitan la absorción posterior de restos orgánicos. Dependiendo de cómo consigan la
materia orgánica, podemos dividir a los hongos en: Simbióticos, que generan una

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simbiosis con otro organismo obteniendo beneficio mutuo; Parásitos, que se alimentan a
costas de la estabilidad de otro organismo; Saprofitos, que son degradadores de materia
orgánica muerta, como leña, cadáveres, hojas, etc.
Clasificación de hongos
Clasificaremos al Reino Fungi en 6 grupos. Dependiendo sus características,
podemos agruparlos de la siguiente forma:
• Ascomycota
Es el grupo más grande del Reino Fungi, compuesto por 32.000 especies. Sus hifas son
septadas, divididas con tabiques, y tienen micelio haploide que permite su reproducción
tanto por vía sexual como asexual. Las levaduras se incluyen en este grupo. También
podemos encontrar mohos de pan y frutas o líquenes. Forman sus esporas en ascas,
estructura parecida a una chaucha, y habitan en el suelo sobre materia vegetal en
descomposición. Por ejemplo: Saccharomyces sp (levaduras) y Trichoderma sp (moho).
• Basidiomycota
Este grupo comúnmente conocido como setas cuenta con hifas septadas (con
tabique) y se caracterizan por ser, en su gran mayoría, hongos comestibles. En algunas
ocasiones también se incluyen hongos tóxicos o alucinógenos. Forman sus esporas en
basidios y habitan en el suelo sobre materia orgánica en descomposición. Por ejemplo:
Amanitas.
• Zygomycota
Estos hongos, conocidos comúnmente como el moho negro del pan, producen masas
de hifas no septadas (sin tabique) sobre alimentos en descomposición. La mayoría de los
mohos conocidos pertenecen a este grupo. Podemos considerarlos Saprófitos ya que se
alimentan de materia orgánica sin vida. Forman sus esporas sexuales en esporangios
(órgano productor de esporas). Por ejemplo: Rizhopus stolonifer (hongo negro del pan).
• Oomycota
Este grupo se compone principalmente de hongos acuáticos, con especies saprófitas y
parásitas de animales y plantas. Cuentan con hifas no septadas (sin tabique) y habitan en
medios acuosos. Son un grupo de pseudohongos protistas. Por ejemplo: el género
Pythium, el Phytophthora y el grupo del Mildiu.
• Deuteromycota
Se los conoce como hongos imperfectos. Cuentan con hifas septadas. Habitan en el
suelo sobre materia orgánica en descomposición. Parasitan animales y plantas. Se

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reproducen de manera asexual mediante conidios, espora reproductiva formada a partir
de una hifa. Por ejemplo: Aspergillus sp y Penicillium sp.
• Mucoromycota
En este grupo se encuentran los hongos micorrícicos. Son organismos saprofitos, que
viven en simbiosis con las raíces, o sobre materia orgánica en descomposición. Presentan
hifas no septadas. Por ejemplo: Glomus intraradice (hongo micorrícico arbuscular).

Reproducción de los hongos


Estos organismos realizan el acto reproductivo mediante la transmisión de
esporas. Estas pueden presentar características propias de reproducción sexual o
asexual. El caso de la reproducción sexual se da cuando se fusionan los núcleos de 2
células de 2 organismos distintos de una misma especie, generando así una nueva
generación que tendrá características de ambas cepas parentales.
Los hongos que se reproducen de manera asexual no realizan la fusión de
núcleos. Estos organismos forman esporas en las hifas mediante el proceso de mitosis y
división celular. De esta manera, se genera un organismo genéticamente igual al
parental. Es curioso el caso de las levaduras, por reproducirse asexualmente (en su
mayoría) mediante un proceso llamado gemación. La gemación es la formación de yemas
que dan a una nueva célula.

¿Qué relación existe entre hongos y plantas? ¿Escucharon hablar de


micorrizas?

En este apartado conoceremos la existencia de un actor importante de la red


trófica del suelo, cuya incorporación al cultivo puede otorgar importantes beneficios en
materia de productividad orgánica y sustentable. Esta relación simbiótica entre el hongo
y la raíz de la planta existe desde hace 460 millones de años.

La palabra Micorriza se compone de Mico, que significa hongo, y rrizas, que es


raíces. De ahí intuimos que Micorriza es una relación simbiótica que se genera en la zona
de la rizosfera, en donde el hongo obtiene un lugar para vivir y una fuente estable de
carbono para nutrirse. Esto aporta una mayor descomposición de materia orgánica en el
suelo, mejorando así el reciclado de los nutrientes y contribuyendo con su posterior
transporte. La Micorriza también puede proteger a las raíces de la planta, y otro
beneficio es que vuelve más eficiente el uso y la retención de agua en el suelo.

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¿Qué es lo que pasa? Pues bien, el hongo se encarga de absorber el agua y los
nutrientes de la tierra, protegiendo así las raíces de eventuales dificultades. Mientras
que la planta, a través de la fotosíntesis, proporciona azúcar, aminoácidos y otros
nutrientes al hongo. Esta relación está presente en el 95% de las plantas tienen una
relación Micorrizica. Además, se estima que un 10% de las especies de hongos conocidos
en el planeta pueden establecer una simbiosis Micorrizica.

En base a la relación dada entre las hifas del hongo y las células en las raíces de
las plantas, ubicaremos dos tipos de relaciones Micorrizicas.

Por un lado, tenemos a la Ectomicorriza. Se da cuando las hifas logran penetrar


las raíces secundarias de las plantas para su propio desarrollo. Las hifas envuelven las
células radiculares formando la red intercelular conocida como red de Hartig. Al mismo
tiempo, por fuera de la raíz, se genera un manto que la protege de agentes patógenos.

Por otro lado, están las Endomicorrizas, conocidas también como micorrizas
arbusculares. Dentro de este tipo, el hongo penetra la raíz entre y dentro de las células
formando dos tipos de estructuras. La estructura arbuscular, dentro de las células de la
raíz, transporta nutrientes y agua hacia el interior de la célula, evitando que la planta
genere gasto energético en el transporte de las sustancias nutritivas. La estructura
vesicular se da cuando las hifas del hongo micorrícico penetran la raíz y forman vesículas
entre y dentro de las células, resultando grandes reservas de agua que evitan situaciones
de posible estrés hídrico; en otras palabras, regulan y equilibran los fluidos de la planta.

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Levaduras

Hay constancia del uso de la levadura desde hace 5000 años. La civilización
egipcia fue la primera en dejar registros de su utilización, elaborando alimentos como
pan y cerveza.

En el año 1680, el biólogo holandés Antonie van Leeuwenhoek realiza las


primeras observaciones de levaduras a partir del mosto de la cerveza. A fines del siglo
XVII, Lavoisier empieza con el estudio sobre la fermentación alcohólica. Al siglo
siguiente, Gay-Lussac lo continua y finalmente Louis Pasteur acredita de manera
definitiva la tesis sobre la fermentación alcohólica, mediante sus dos obras: Estudios
sobre el vino (1866) y Estudios sobre la cerveza (1876). Pasteur demostró que las
levaduras que fermentaban los vinos provenían de la superficie de las uvas y que
presentaban una amplia variedad y especies.

Las levaduras constituyen un complejo grupo de microorganismos. Están


clasificadas dentro de Reino Fungí como hongos unicelulares que se reproducen por
fisión binaria o gemación. Para dar cuenta, dos tipos de levaduras en hongos son: los
Ascomicetes, que se reproducen por medio de ascospora. Y, por otro lado, los
Deuteromicetes, u Hongos Imperfectos, que se reproducen por medio de la gemación.

Las levaduras nativas más comúnes encontradas en frutos, cereales y tubérculos


son: Saccharomyces cerevisiae, Pichia kluyveri, Pichia fermentans, Candida maltosa,
Candida tropicalis, etc.

Ecología y desarrollo de las levaduras

Como se dijo anteriormente, estos hongos unicelulares están presentes en frutas,


hojas, raíces, maderas, etc. Para llevar a cabo sus funciones vitales las levaduras
necesitan del sustrato, del cual obtienen azúcares para luego, mediante glicolisis,
transformar el sustrato en ácido pirúvico (molécula que proporciona energía a las
células). Este proceso se puede dar de manera aeróbica mediante la respiración o
anaeróbicamente mediante la fermentación alcohólica o láctica.

Las frutas son la mayor fuente de levaduras nativas, se encuentran en la capa de cera
natural que recubre las frutas, conocida también como Bloom. Cuando las frutas caen,
las levaduras se benefician al consumir los azúcares disponibles y, a la vez, la planta

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libera semillas al medio ambiente, dando lugar a las futuras generaciones. Resumiendo,
las frutas y sus levaduras otorgan múltiples beneficios a la red trófica del suelo.

¿Qué rol cumplen las levaduras en el suelo?

Predominantemente las levaduras se encuentran en la rizosfera donde generan


una simbiosis con la planta mediante los exudados. Sus funciones principales son:
aportar estructura y degradar la materia orgánica. Además, reducen los compuestos
orgánicos complejos a moléculas simples para que las plantas puedan absorber
fácilmente y así aprovechar los nutrientes para su desarrollo. Las levaduras destacan por
facilitar la disponibilidad de fósforo, lo que mejora el crecimiento radicular y aumenta
el tamaño de los frutos en los distintos tipos de cultivos.

Otro aporte interesante de las levaduras es la capacidad de liberar distintos


compuestos activos como aminoácidos, vitaminas, enzimas o hormonas, que generan un
efecto bioestimulante en la planta, generando una mayor resistencia ante la presencia
de patógenos o factores abióticos del ambiente.

Trichoderma
Las especies del género Trichoderma son mohos presentes de forma natural en
casi todos los suelos y hábitats del planeta. Hongos anaerobios facultativos, pertenecen
al reino Fungi y al orden Hypocreales. Este género se caracteriza por ser un agente de
control biológico que actúa sobre hongos patógenos de plantas e insectos.
Reproducción y crecimiento
La mayoría de las cepas de Trichoderma útiles para el biocontrol no cuenta con
etapa sexual. Por esto, deben reproducirse mediante la transmisión de esporas
asexuales. La esporulación ocurre en conidios unicelulares liberados en grandes
cantidades.
La temperatura óptima para su crecimiento está entre los 20 y 28 °C, aunque
pueden tolerar entre 6 a 32 °C. La humedad mínima apta para su crecimiento vegetativo
es del 92%, y para su esporulación va del 93 al 95%. La luz promueve la formación de sus
esporas y el crecimiento de micelio.
Rol, importancia y aportes en la red trófica del suelo
Muchas especies del genero Trichoderma están asociadas con la rizósfera de las
plantas, o también pueden relacionarse de manera endofítica, directamente en su
interior. Así, son capaces de promover el crecimiento y desarrollo de las plantas

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mediante la producción de ácidos orgánicos que disminuyen el pH del suelo y aumentan
también la solubilización de fosfatos, magnesio y hierro, elementos vitales para el
metabolismo vegetal.

La implementación de los hongos Trichoderma es capaz de otorgar un control


significativo de los patógenos del cultivo. Por esta función de agentes de control
biológico, representan más del 60% de los biofungicidas registrados en el mundo,
ubicandose entre los más exitosos de la agricultura.

Pero… ¿Qué hacen los hongos para generar estas facultades?

Los hongos pertenecientes al género Trichoderma poseen elementos del


micoparasitismo, la antibiosis, la producción de respuestas de defensa vegetal y la
competencia por nutrientes y espacio, y los utilizan para poder crecer y operar en la red
trófica. Sé que puede parecer difícil, pero en realidad es muy sencillo. Vamos a explicar
cada uno de estos elementos.

El Micoparasitismo ocurre en cuatro etapas: el crecimiento quimiotrófico, el


reconocimiento, la adhesión y enrollamiento, y la actividad lítica. Durante esta última
etapa, el hongo Trichoderma libera enzimas que hidrolizan la pared celular de los hongos
patógenos llevándolos a la muerte.

Mediante la Antibiosis ocurre la liberación de metabolitos secundarios con


defensa vegetal y actividad antimicrobiana, destacando entre ellos diterpenos
tetracíclicos (por ejemplo, harziandione), sesquiterpenos (por ejemplo, tricotecenos,
tricodermin, y harzianum) y el triterpeno viridin.

La rápida tasa de desarrollo de estos hongos hace que sean un fuerte competidor
a la hora de colonizar la rizósfera, liberando así agentes nocivos para el crecimiento de
las plantas. Además, tienen una capacidad superior de movilizarse y tomar los nutrientes
del suelo. Su alto rendimiento los vuelve aptos para colonizar un hábitat evitando la
proliferación de otros microorganismos. Es así que su presencia incrementa
provechosamente la competencia por nutrientes y espacio.

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6. ALGAS

Las algas son un grupo de organismos eucariotas que se dividen entre el Reino
Vegetal y el Reino Protista. Pueden ser tanto unicelulares como pluricelulares. Habitan
mayormente bajo entornos acuáticos, aunque también pueden sobrevivir en otros
ambientes bajo condiciones climáticas específicas. Como las plantas, cuentan con la
capacidad de generar su propia energía a partir de la fotosíntesis.

Al día de hoy se han identificado alrededor de 26000 especies de algas


clasificadas en 8 grupos, 3 de ellos destacables en cuanto a sus beneficios en la red
trófica del suelo. En principio, contamos con las feofíceas, o algas pardas, y con las
rodofitas, o algas rojas, ambas dentro del Reino Protista; luego, están las clorofitas, o
algas verdes, pertenecientes al reino vegetal.

Uso en la agricultura

Dentro de su estructura, las algas disponen de cantidades significativas de


macronutrientes: carbohidratos, fosfatos y compuestos nitrogenados. Los
macronutrientes son la principal fuente de alimento de las plantas. Por esto, el empleo
de algas en la producción agrícola resulta una excelente alternativa en términos de
sustentabilidad gracias a su bajo impacto ambiental, y una decisión positiva para
mejorar la producción, gracias a su regulado aporte nutricional.

Como si esto fuera poco, estos organismos tienen potencial como bioestimulante
y biofertilizante. Se pueden aplicar de manera foliar, por enmienda de suelo, o con
imbibición de semillas. Los extractos de algas contienen diferentes estimulantes para el
crecimiento y rendimiento de las plantas, como metabolitos, minerales y fitohormonas,
y por esto mejoran las propiedades biológicas del suelo y aumentan la productividad,
aún en condiciones de estrés abiótico y biótico.

Las macroalgas más utilizadas en la agricultura son las Ascophyllum nodosum (L.)
o Laminaria sp, también conocidas como algas pardas. Según Kingman (1982), estos
organismos cuentan con propiedades similares al estiércol de granja, con iguales
cantidades de nitrógeno, menor contenido de fósforo y mayor concentración de potasio.
Además, generan también un efecto bioestimulante, acelerando la capacidad de
absorción de nutrientes por parte de las plantas.

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Dentro de las microalgas empleadas en la producción vegetal encontramos al
género Chlorella sp. o Dunaliella sp. Este grupo está caracterizado por contener
sustancias como fitohormonas (auxinas, citoquininas y giberelinas) y aminoácidos,
vitaminas y ácidos grasos. Además, contribuyen también a reducir la contaminación del
agua mediante la absorción del exceso de nutrientes.

Beneficios

Ahondemos ahora en los efectos positivos ocasionados por la presencia de algas en la


red trófica del suelo. En primer lugar, las algas incrementan la cantidad de pigmentos
fotosintéticos del ambiente. También mitigan los efectos nocivos que sufren las plantas
en condiciones de alta salinidad. Otra facultad benéfica de estos organismos es que
producen un aumento de metabolitos primarios, como los carbohidratos, y una
acumulación adicional de prolina y metabolitos secundarios, como fenoles y flavonoides,
y hasta antocianinas en condiciones de salinidad extremas.

Algunas especies de macro y microalgas tienen la capacidad de producir ciertos


compuestos que muestran propiedades antifúngicas, insecticidas, nematicidas y
herbicidas. También producen compuestos bioactivos que inhiben las actividades
fisiológicas y metabólicas de ciertos patógenos.

Por último, es importante decir que las algas aportan gran cantidad de materia
orgánica al ambiente, mejorando así las condiciones y procesos biológicos del suelo.
Cuando se encuentran en ambientes desfavorables, las algas secretan sustancias
poliméricas extracelulares que brindan mayor resistencia para sobrevivir en esas
condiciones. La acumulación de esas sustancias en el suelo incrementa su porosidad,
mejora la penetración radicular de las plantas, y aumenta la cantidad y estabilidad de la
materia orgánica del ambiente.

Para ejemplificar esto, diremos que se han utilizado extractos de algas con
resultados beneficiosos en plantas cultivadas bajo condiciones de campo, de invernadero
e incluso in vitro. Entre ellas, encontramos bulbos (papa, zanahoria, remolacha,
boniato), plantas frutales (limón, plátano, melocotón, peral), hortalizas (tomate,
pimiento), granos (arroz, maíz), leguminosas (guisante, granos verdes, frijol común) y
flores (orquídea, rosa).

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Contaminación

Debemos advertir que, de nuevo, no todo es color de rosa. No todas las algas
generan efectos positivos en el medio ambiente, y su crecimiento desmedido puede
generar serios inconvenientes para el desarrollo de otros organismos.

Por ejemplo, es destacable el caso de la Undaria pinnatifida, que debido a su


crecimiento descontrolado llevó a peligrar el equilibrio ecológico de varios lugares del
mundo. Este organismo resulta capaz de acaparar casi la totalidad de la zona fótica del
ambiente, formando grandes masas cerradas que cubren el territorio e impiden el
desarrollo de cualquier otra especie.

En oposición a esto, debe considerarse que la utilización responsable de algas


para la producción agrícola no solo genera un efecto positivo en materia productiva de
los suelos cultivados. También puede contribuir a la eliminación del exceso de agentes
nocivos en el mar, incluso cuando se trata de otros tipos de algas.

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7. PROTOZOOS

Los protozoarios fueron descriptos por primera vez en 1675 por el biólogo Van
Leeuwenhoek como: organismos unicelulares, eucariotas y heterótrofos. Su tamaño
puede variar de 2 a 600 micrones y se encuentran prácticamente en todo el ecosistema.
Se alimentan sobre todo de bacterias, pero también pueden alimentarse de nematodos y
fungí. Son una pieza fundamental en la red trófica del suelo, se los denomina la policía
de las bacterias ya que se encargan de regular las poblaciones bacterianas, alcanzando a
comer hasta 10 mil bacterias por día. Se reproducen en el periodo de 2 a 48hs, siendo su
temperatura optima de crecimiento entre 0 a 50°C y con necesidad de presencia de
agua para poder desarrollarse normalmente. Ante condiciones de estrés hídrico, son
capaces de producir quistes que los vuelven tolerantes al medio. Además de controlar
distintos microbios del suelo, reducen el tamaño de la materia orgánica facilitando el
trabajo posterior para los hongos o bacterias y sobre todo son responsables de una gran
parte de la mineralización de nutrientes, volviéndolos disponibles para las plantas.
Los protozoos pueden clasificarse en 4 grupos
• Rizópodos: se caracterizan por movilizarse con ayuda de pseudopodos, una
prolongación del citoplasma. Por ejemplo: Amoeba proteus.
• Flagelados: son considerados como los más antiguos. Su locomoción se da por
medio de flagelos, apéndices conformados por microtúbulos y proteínas que se
mueven en forma de látigo. Por ejemplo: Tripanosoma cruzi
• Ciliados: son los más evolucionados y se desplazan con ayuda de cilios,
estructuras iguales a las de los flagelos, pero 10 veces más pequeñas. Por
ejemplo: Paramecium spp
• Esporozoos: son los protozoos inmóviles que no tienen ninguna estructura para
moverse, viven en el interior de las células o líquidos corporales.

En cuanto a su reproducción
Puede darse de tres maneras: sexual, asexual o una combinación de ambos. En el
caso de reproducción sexual, con excepción de los ciliados, accionan por medio de la
unión de dos gametos haploides o pronúcleos de fecundación de 2 individuos distintos.
La reproducción asexual, se puede dar por medio de fisión binaria o simple,
gemación o esporulación.

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En cuanto a su alimentación
La principal fuente alimentaria de los protozoarios heterotróficos de vida libre
son las bacterias (Fenchel, 1987). En adición, los protozoarios consumen algas,
levaduras, hongos, nematodos, protozoarios, y posiblemente "detritus" orgánicos (Heal y
Felton, 1970).
Su alimentación es mediante fagocitosis, donde envuelven a su presa dentro de
su vacuola y la van digiriendo. Para poder degradarla utiliza dos medios: con vesículas
llamadas acidosomas que poseen acido en su interior que ayudan a digerir la comida o
con lisosomas que aportan gran cantidad de enzimas hidrolíticas. Luego de la digestión,
liberan sus excreciones nutritivas al medio, donde van a ser aprovechadas por las
plantas.
Hábitat
A pesar de existir alta población de protozoarios encontrados en el suelo,
debemos recordar que estos son organismos eminentemente acuáticos. Por esta razón,
su movilidad, alimentación y crecimiento en ecosistemas terrestres va a depender de su
habilidad para sobreponerse a las condiciones fluctuantes en la humedad del suelo.
En el suelo, los protozoarios y sus presas (bacterias) se localizan en el agua
capilar de poros entre y dentro de los agregados de partículas minerales que conforman
el suelo.

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Rol en el suelo
Los protozoos son reguladores de población bacterianas. Y además potencian el
ciclado de nutrientes.
Se espera que con tanta depredación de bacterias por parte de los protozoos se
reduciría su concentración en el suelo y esto retardaría la mineralización de los
nutrientes en la materia orgánica por parte de las bacterias que genere una deficiencia,
pero, se ha demostrado que esta hipótesis no es correcta. En 1977 Hunt hizo un estudio
donde observo, que, como consecuencia del aumento de depredación de bacterias por
parte de los protozoos había una reducción en las poblaciones bacterianas, pero no en la
mineralización, por el contrario, se descubrió un aumento en la disponibilidad de
nitrógeno, fósforo o fuentes de carbono en el suelo.
Ciclado de nitrógeno
Con la presencia de protozoos en el suelo, el ciclado y la disponibilidad de los
nitrogenados para las plantas aumenta. A través de la depredación de bacterias los
protozoarios excretan el exceso de nitrógeno consumido como amonio, molécula que
está disponible para la absorción de las plantas.
Dentro de las excreciones también vamos a poder encontrar paredes celulares y
otros nutrimentos provenientes de las bacterias que se alimentaron. Esto va a generar
una mayor actividad microbiana, potenciando la fijación y la mineralización del
nitrógeno presente en la materia orgánica del suelo.

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8. NEMATODOS

Los nematodos son animales invertebrados pluricelulares, conocidos como


gusanos redondos o cilíndricos no segmentados, pertenecientes al filo Nematoda. Son de
los animales más presentes y variados del suelo, y la mayoría de ellos son microscópicos.
Al día de hoy conocemos más de 20000 especies y 2200 géneros dentro de este filo.
Pueden encontrarse en cualquier tipo de ambiente, pero abundan sobre todo en zonas
acuáticas.

Clasificación

Para ordenarlos, en principio podemos dividirlos en dos grupos: los nematodos


parásitos y los de vida libre. Los primeros son los más estudiados debido al riesgo que
representan para el rendimiento de los cultivos y para la salud de animales y humanos.
Los de vida libre, por otro lado, han sido menos estudiados, pero sabemos que son
esenciales para la red trófica del suelo.

En el caso de los nematodos parásitos, estos precisan de un organismo


hospedante para usar de hábitat y alimento; por ello, son causantes de muchas
enfermedades y problemas en la producción agrícola. Pueden parasitar plantas, animales
y hasta seres humanos. Cuando se buscan un organismo hospedante en el medio
ambiente, se distinguen por su forma de quiste. Protegidos por una resistente membrana
que les permite sobrevivir al ecosistema, los nematodos parásitos yacen a la espera de
un organismo que les brinde energía y un hábitat idóneo para su reproducción.

Sin duda, los nematodos de mayor importancia en la red trófica del suelo son los
de vida libre, que se encargan de regular las colonias bacterianas, fúngicas y los
patógenos presentes en el suelo, controlando enfermedades y ayudando a degradar más
rápido la materia orgánica. También mejoran el ciclado general de nutrientes y
minerales.

Clasificación según su alimentación

También podemos clasificar a los nematodos basándonos en su alimentación.


Existen nematodos hervíboros, bacterívoros, fungívoros, predadores y omnívoros.

Debido a su influencia negativa en el desarrollo sostenible de los cultivos, el


nematodo herbívoro es el tipo de gusano más estudiado. Estos parásitos utilizan su boca
en forma de estilete para penetrar en la membrana de las células y alimentarse de su

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interior. A su vez, pueden dividirse en ectoparásitos, que se alimentan de las raíces
viviendo fuera de ellas, y en endoparásitos, que ingresan a las raíces y se alimentan de
sus células.

Luego tenemos al nematodo bacterívoro, que lógicamente se alimenta de


bacterias. Por esto, ayuda a regular las colonias bacterianas. Los gusanos bacterívoros
cuentan con una boca en forma de tubo con la que succionan las bacterias que sirven de
alimento. Existe también el nematodo frugívoro, que se alimenta de hongos. Al igual que
el herbívoro, cuenta con una boca en forma de estilete o punzón con la que penetra en
las hifas de los hongos para alimentarse de ellos. No podemos ignorar al nematodo
predador, que se alimenta de otros animales y hasta de nematodos más pequeños.

Por último, tenemos al nematodo herbívoro. La mayoría de los nematodos siguen


una dieta muy específica, pero existen casos en los que algunos gusanos se alimentan
por igual de algas, hongos, bacterias y hasta de otros animales.

Mineralización

Los nematodos contribuyen a la red trófica del suelo mineralizando la tierra.


Permiten la utilización de los minerales y nutrientes que se encuentran inmovilizados en
otros microorganismos, como hongos y bacterias, y que de por sí no estarían disponibles
para el resto de la materia orgánica. De este modo, los gusanos distribuyen elementos
minerales indispensables para el desarrollo general de la biología del suelo.

Para ejemplificar este proceso, diremos que los nematodos de vida libre excretan
amonio como bioproducto directo de la digestión de microorganismos. Estos gusanos
cuentan con proteínas que sirven para degradar metales pesados, o para secuestrarlos
en su cuerpo y que no generen contaminación en el suelo. Además, el nitrógeno
disponible durante la alimentación del gusano excede al requerido y consumido por su
organismo. De este modo, el excedente de nitrógeno es liberado al suelo en condiciones
óptimas para que otros organismos puedan aprovecharlo, ya procesado por el nematodo.

Control biológico

La presencia de nematodos de vida libre es indispensable para la regulación de


los parásitos herbívoros que habitan y se alimentan entre las raíces de las plantas. Su
función de agente de control se da gracias a dos mecanismos naturales: el parasitismo,
que consiste en que los protozoos infecten a los insectos y los debiliten hasta matarlos; y

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el entomopatógeno que genera una relación con la bacteria patogénica del insecto
acelerando el proceso de infección y su muerte.

Por eso, el pesticida a base de agentes de control biológico es mucho más seguro
que el pesticida convencional. Es libre de riesgo y fomenta además el crecimiento
sostenible de toda la red trófica del suelo.

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9. ANÉLIDOS
Ha llegado el turno de los anélidos que, representan uno de los más importantes
elementos compositores de la red trófica del suelo. Estos organismos procesan una
enorme cantidad de sedimentos, y potencian el ciclado de sus nutrientes, mejorando así
la oxigenación, la estructura y la retención hídrica de los poros de la tierra.

El filo Annelida está compuesto de gusanos, o lombrices de tierra y de agua. Se


los identifica por su cuerpo vermiforme: alargado y segmentado. La característica más
pronunciada entre estos organismos es su segmentación en porciones iguales, llamadas
metámeros, que se distribuyen a lo largo del cuerpo del gusano. La estructura general
del anélido se dividirá entonces en tres partes principales: prostomio, que es el primer
segmento del gusano y protege su cavidad bucal; metastomio o soma, que es la zona
media de su cuerpo extendido; y el pigidio, que es el último metámero del gusano, en
donde se encuentra su ano.

Su clasificación: alimentación y reproducción

Clasificaremos y describiremos a este tipo de gusanos. Dentro del filo Annelida


existen alrededor de 15000 especies, todas divididas en 3 clases principales.

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1- Clitellata

La primera clase principal de anélidos es la llamada Clitellata. Su nombre


proviene de una región cilíndrico-glandular llamada Clitelo, que se encarga del proceso
reproductivo de estos gusanos y que está presente en todos los organismos de esta clase.
Todos los anélidos Clitelatos respiran a través de su piel, y su clase está dividida, a su
vez, en dos subclases que pasaremos a describir: la Oligochaeta y la Hirudinea.

Se conocen actualmente unas 3000 especies de Oligochaetas. Entre esta subclase


de gusanos se incluye a las lombrices de tierra, los de mayor importancia en la
agricultura. La mayoría de las lombrices de tierra son depositívoros, lo que significa que
su alimentación está basada en la ingesta de materia orgánica existente entre los
sedimentos del suelo. Por alimentarse de restos de animales y vegetales en
descomposición, las oligochaetas pueden considerarse carroñeras. También existen
aquellas que pueden subsistir a base de bacterias, algas u hongos. Los oligoquetos son
hermafroditas y su reproducción es sexual. Por medio de la frotación del clitelo, generan
una mucosidad que transporta el esperma y genera un capullo que será liberado al suelo.

La subclase Hirudinea es considerada la subclase más evolucionada de anélidos. Se


compone de unas 500 especies de sanguijuelas vivientes. El 75% de estos gusanos son
ectoparásitos que se alimentan de la sangre de sus organismos hospedantes. También se
reproducen de manera sexual, pero estas no dejan caer el capullo al suelo, sino que lo
mantienen dentro de su cuerpo dándole mayor protección.

2- Polychaeta

Continuando con la segunda clase de anélidos, nos encontramos con los


Poliquetos. Esta clase comprende aproximadamente el 60% de las presentes en el filo de
Annelida. Casi la totalidad de los poliquetos son marinos y su respiración es dada por
medio de branquias desplegadas en su cuerpo.

En cuanto a su alimentación, es la más variada de todos los anélidos, teniendo así


especies que son depositívoras, depredadoras, omnívoras o hasta carroñeras. Suelen
reproducirse de forma asexual, por fisión binaria o por gemación, con la cualidad de
replicar la totalidad de su ADN en su progenie.

39
3- Myzostoma

Para concluir con la clasificación y descripción de los anélidos debemos


representar ahora a la clase de los myzostomas. Estos son ectoparásitos de estrellas de
mar que, se supone, son provenientes de los ya descritos poliquetos, pero con un cuerpo
modificado. Son planos y presentan ganchos y ventosas para aferrarse a su hospedante.

¿Qué importancia presentan en los suelos?

Ya hemos descripto a los anélidos como para abordar la importancia que guardan
en la red trófica del suelo. ¿Para qué sirven? ¿Qué propósito tienen?

Ya dijimos que su presencia en la red trófica ayuda a degradar materia orgánica.


Incrementan el ciclado de nutrientes y potencian el desarrollo de las plantas. Además,
los anélidos ayudan a reducir el tamaño de los materiales orgánicos y facilitan así su
digestión por otros microorganismos. También colaboran acelerando la descomposición
general de los elementos orgánicos del suelo.

Mediante su desplazamiento, los anélidos generan porosidades que oxigenan y


mejoran la estructura de la tierra, produciendo así una mejora notable en su retención
hídrica. Al recorrer el suelo, las lombrices van actuando como medio de transporte para
distintos microorganismos que no tienen la capacidad de desplazarse por sí solos. Por lo
tanto, aumentan la población de microbios que interactúan de modo beneficioso en el
ambiente rizosférico.

Los anélidos interactúan de modo permanente con la red trófica, y son


coprotagonistas del crecimiento sustentable de cualquier ecosistema agrícola. El
profundo impacto subterráneo de su presencia puede colaborar de modo prodigioso con
el desarrollo productivo de cualquier emprendimiento agrícola.

Vermicompost

El resultado final producido por la laboriosa actividad de movimiento y digestión


de las lombrices recibe el nombre de vermicompost. El vermicompost es producto del
humus de lombriz, materia orgánica digerida y liberada en forma de heces a la tierra
cruda del medio ambiente. Un suelo con actividad permanente de lombrices mejorará la

40
absorción y el ciclado de distintos nutrientes por parte de las plantas, además de contar,
en promedio, con un 50% más de materia orgánica.

Pero… ¿Cómo se produce?

El hummus nace en el proceso digestivo de las lombrices. En su interior, estos


gusanos cuentan con bacterias que liberan enzimas descomponedoras de materia
orgánica. Cuando excretan su defección, liberan a su vez grandes cantidades de estas
enzimas, que ayudan a descomponer los materiales del suelo. Es así que el hummus
mejora la disponibilidad de nutrientes inmovilizados, como fósforo, nitrógeno,
magnesio, calcio, etc., y aumentan la capacidad de intercambio catiónico (CIC), lo que a
su vez incrementa directamente el fortalecimiento y la velocidad de crecimiento de las
plantas.

Suponemos que queda ya claro qué aporte significativo pueden hacernos estos
pequeños gusanos. Creemos que su presencia subterránea puede marcar una diferencia
sustancial en el desarrollo sustentable de un emprendimiento agrícola. Su importancia
en el marco de la red trófica del suelo es incuestionable.

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10. ARTRÓPODOS

El filo de los artrópodos es el más abundante y variado de los invertebrados del


reino animal. Está compuesto por cuatro subclases: insectos, arácnidos, miriápodos y
crustáceos. Colaboran con la descomposición de la materia orgánica y controlan las
colonias de bacterias y fúngicas del suelo. En este capítulo descubriremos un nuevo filo
al tiempo que explicamos su importancia en la red trófica del suelo.

Subfilo Chelicerata

Introduciremos al lector en el subfilo Chelicerata, integrado por cuatro órdenes:


Orden Aranae, Orden Acarina, Orden Scorpionida y Orden Opilionida.

Orden Aranae

En principio, el Orden Aranea está compuesto por arañas y tarántulas. Se


diferencia de los demás artrópodos por carecer de antenas, tener el cuerpo dividido en
dos partes –opistosoma y prosoma- y en oportunidades, más de ocho patas. Además,
portan quelíceros, o mandíbulas en forma de colmillo que, en algunos casos, están
conectados a glándulas de veneno citotóxico o neurotóxico. Utilizan el veneno como
defensa en situaciones de amenaza o riesgo. Estos animales producen un tipo de seda
que les sirve de refugio y como instrumento para capturar presas.

Orden Acarina

Una muestra de 100gr de suelo de un bosque puede contener unos 500 ácaros
representados en por lo menos 100 géneros, resultando los microartrópodos con mayor
presencia en la tierra. Pueden encontrarse en casi todos los ecosistemas incluyendo
desiertos, tundras, alpinos, estrato profundo del suelo, cuevas, manantiales calientes y
suelo oceánico.

Existe una gran diversidad de especies en el Orden Acarina lo que incluye


distintas estrategias de alimentación, reproducción y dispersión. Por un lado, ciertas
especies pueden ser plagas y traer serios problemas a nuestros cultivos, como
enfermedades. Otras pueden potenciar la fertilidad del suelo.

Los ácaros son descomponedores primarios de materia vegetal muerta. Entre este
tipo de organismos, se destaca la presencia de los Oribatidos, siendo capaces de

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consumir hasta el 20% de su peso al día. Actúan como controladores biológicos, ya que
son depredadores de artrópodos que, en algunos cultivos resultan plagas.

A continuación, categorizaremos los ácaros de vida libre (no parásitos) según su


alimentación:

• Depredadores: Se encuentran en la superficie del suelo y en otras materias


orgánicas como musgos, humus y excrementos de animales. Se alimentan
principalmente de pequeños artrópodos y nematodos. Suelen tener patas largas,
escudo dorsal bien desarrollado y desplazarse a través de movimientos rápidos.
• Fitófagos: Se alimentan introduciendo los quelíceros (en forma de estilete)
dentro de las células epidérmicas de las plantas, y en algunos casos producen
seda que utilizan como nidos. Por ejemplo: Tetranychus urticae o arañita roja.
• Micófagos: Aquellos ácaros que se alimentan de hongos.
• Saprófagos: Desempeñan un papel importante en la descomposición de la materia
orgánica y en el reciclaje de los nutrientes. Se nutren a partir de biomasa animal
o vegetal muerta o en descomposición del suelo.

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Ácaros parásitos: quienes necesitan de un cuerpo hospedante para vivir: pueden
ser ectoparásitos o endoparásitos.

Orden Scorpionida

Son artrópodos solitarios. Su cuerpo se divide en prosoma y opistosoma al igual


que las arañas pero, en este caso, el opistosoma se encuentra dividido en dos:
mesosoma y metasoma. Poseen su glándula venenosa adherida a la cola, este veneno
puede ser citotóxico o neurotóxico.

Orden Opilionida

Los opiliones son artrópodos carnívoros que se conocen vulgarmente como arañas
patonas debido a que se parecen morfológicamente a las arañas. Miden de 5 a 20mm de
longitud, destacan por tener apéndices locomotores muy desarrollados. Cuentan con
pelos sensoriales que permiten captar vibraciones y detectar presas fácilmente. A
diferencia de las arañas no poseen glándula venenosa, carecen de pedicelo que divida el
prosoma del opistosoma y sus quelíceros terminan en forma de gancho en vez de uña.
Son animales de ambientes húmedos, presentes donde exista materia orgánica. Suelen
estar más activos durante la noche y siempre resguardados bajo hojarascas, rocas o
cortezas. Existen alrededor de 6.500 especies descriptas y se caracterizan por
alimentarse de otros insectos más pequeños, vivos o muertos.

Su reproducción se da sexualmente. El macho introduce su esperma en el orificio


genital de la hembra que luego deposita los huevos bajo el suelo en refugios húmedos,
donde incubarán hasta el nacimiento.

Subfilo Myriapoda

Los miriápodos son un subfilo de artrópodos mandibulados, muy importantes en


la dieta de mamíferos, aves y reptiles. Comprenden cuatro grupos definidos: ciempiés,
milpiés, paurópodos y sínfilos. Son terrestres y se conocen más de 16000 especies.
Comúnmente están compuestos por cabeza y tronco, este último siendo alargado en
segmentos y conformado por una multitud de pares de patas.

Clase Chilopoda

Los quilópodos o ciempiés están dentro de las especies más antiguas del planeta,
de las cuales se conocen más de 3300 especies. El nombre vulgar ciempiés es otorgado

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por la característica de que pueden tener entre 30 y 382 pares de patas. Tienen la
capacidad de inyectar veneno utilizando sus forcípulas, último par de patas en forma de
colmillos.
Viven en condiciones de alta humedad y sin sol directo como el sotobosque,
generalmente escondidos debajo de hojarascas, hummus, musgos y piedras.
Su reproducción se da de manera sexual indirecta. El macho libera un
espermatóforo, esperma envuelto en una capa delgada que lo protege del medio
ambiente que luego es recolectado por la hembra. Posteriormente, la hembra va a
liberar los huevos y los protegerá hasta que eclosionen.

Clase Diplópoda
Son artrópodos conocidos comúnmente como milpiés. Al generar sustancias
húmicas y aumentar la flora microbiana del suelo mediante su materia fecal los
consideramos fundamentales para la red trófica del suelo.
Al día de hoy se han descripto alrededor de 12.000 especies. Predominan en
ambientes tropicales o bosques húmedos, aunque algunas especies sobreviven en el
desierto. Poseen entre 13 y 340 pares de patas.
En su gran mayoría son herbívoros y detritívoros ya que se alimentan de materia
vegetal fresca o en descomposición. En algunos casos son xilófagos, que se alimentan de
madera; poseen simbiontes en el sistema digestivo para digerir celulosa y lignina. En
ocasiones, hay especies que se diferencian por una dieta basada en carne, materia fecal
y animales muertos.

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Tienen la capacidad de enrollar su exoesqueleto para defenderse de las
amenazas del medio ambiente. Algunas especies cuentan con un exoesqueleto
calcificado que las vuelve más resistentes.

Subfilo Uniramia
Dentro de este subfilo, encontramos a la clase de los Insectos. Los insectos son
animales invertebrados que cuentan con tres pares de patas y uno de antenas. Algunos
también pueden tener un par de alas o dos pares, aunque variando en su forma y
tamaño. La entomología es la ciencia que se encarga de estudiar esta clase de
artrópodos.
Se conocen alrededor de 1 millón de especies de insectos. Es por esto que se los
considera el grupo más diverso de animales en la tierra. Se encuentran presentes en
todo el planeta.
Clasificaremos siete órdenes de insectos. Entre ellas: Coleóptera Collembola
Díptera Himenóptera Lepidóptera Ortóptera Hemíptera.

Orden Coleóptera
El término Coleóptero proviene del griego y significa “alas envainadas”; fue
empleado por primera vez en el sistema taxonómico ideado por Linneo. Los integrantes
más conocidos de este orden pueden ser: cascarudos, escarabajos, bichos de luz,
luciérnagas, vaquitas y mariquitas. Su alimentación es variada y depende del estadio en
que se encuentre la especie. Son insectos holometábolos que pasan por estadios de
huevo, larva, pupa y adulto.

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Orden Collembola
Se conocen alrededor de 7.000 especies. Se pueden encontrar en variedad de
ambientes, en lugares acuáticos (lagos, ríos o aguas costeras), sobre el suelo (hojarasca,
bajo piedras), sobre plantas (musgos, hojas, tallos) y hasta en la nieve. En ambientes
húmedos como bosques se pueden encontrar hasta 50.000 individuos por metro
cuadrado.
Los colémbolos miden hasta 6mm como máximo. Son ápteros (carecen de alas) y
varían en su pigmentación, cuentan con un apéndice que les permite dar saltos
prolongados. Tienen antenas, piezas bucales que se retraen hacia adentro o fuera de la
cabeza, tórax de 3 segmentos y abdomen de 6. Estos artrópodos crecen mediante mudas
de cutículas, proceso denominado ecdisis, donde el animal forma una nueva cubierta de
mayor tamaño para continuar el crecimiento.
Por su alimentación, se los puede considerar polífagos, con preferencia por los
hongos, aunque también pueden consumir materia vegetal en descomposición
(saprófaga), animales muertos (necrofagia), microorganismos del suelo (bacteriofagia) y
excrementos (coprofagia).
Los colémbolos tienen sus órganos sexuales por separado y se reproducen
mediante la transferencia de esperma. Liberan el esperma sobre el orificio genital de la
hembra o indirectamente el macho deja un espermatóforo en el suelo y después la
hembra se encarga de recogerlo.

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Orden Díptera
Dentro de este orden se han descripto alrededor de 160000 especies. Su nombre
en griego significa dos alas y entre estos artrópodos vamos a encontrar a los mosquitos,
moscas, tábanos y parientes de estos insectos. Poseen dos pares de alas: las posteriores,
denominadas halterios, que ayudan a direccionar el vuelo; las inferiores son
membranosas y dan estabilidad en el vuelo. Son insectos holometábolos que atraviesan
la metamorfosis que va desde huevo, larva, pupa hasta adulto.
En la instancia de larvas requieren de alimentos de manera crónica, y suelen
encontrarse en ambientes acuáticos o semiacuáticos. Cuando son adultos actúan como
medios de reproducción y dispersión.

Orden Himenóptera
Los himenópteros están entre los artrópodos más diversos y abundantes del reino
animal. Existen alrededor de 160.000 especies descriptas. Se caracterizan por tener alas
membranosas. De ahí su nombre: hymen en griego significa membrana y pterón significa
alas.
Para la red trófica del suelo, los himenópteros cumplen con el rol de ser los
máximos polinizadores, facilitando la reproducción de las plantas. Además, algunos son
parasitoides de otros insectos. Actúan entonces como agentes de control biológico y
evitan eventuales problemas en el cultivo.

Clasificaremos a los himenópteros en dos subórdenes:


En principio hablaremos del suborden apócrita. Está conformado por las familias
de abejas, avispas y hormigas. Se diferencia de los symphyta por presentar un pedicelo
que conecta el tórax con el abdomen, más conocido como ¨cintura de avispa¨.
Su alimentación es variada, las avispas son depredadoras y suelen alimentarse de larvas
de otros insectos. Las abejas se alimentan de polen, néctar o miel. Las hormigas se
alimentan de granos, hongos que ellas cultivan, otras presas y sustancias azucaradas
producidas por otros insectos.
Los sínfitos o symphyta son un suborden de himenópteros, que incluye los
miembros más primitivos del orden. Se conocen vulgarmente como moscas con sierra,
por el aspecto de su órgano ovipositor, apéndice con la función de transmitir huevos y
ubicarlos en la forma apropiada. Las hembras usan el ovipositor para cortar las plantas
donde pondrán sus huevos.

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Orden Lepidóptera
En este orden se encuentran las familias de mariposas y polillas. Se caracterizan
por tener una metamorfosis completa, siendo holometábolos. Emergen de los huevos
que la hembra suele depositar en el envés de las hojas y luego pasan por su estadio
larval. Después comienza la etapa de pupa, para finalmente convertirse en adulto.
Las larvas lepidópteras son voraces, defoliadoras y cortadoras que se alimentan
de hojas, peciolos, vainas, tallos y hasta en algunos casos de semillas. En algunos casos,
pueden estar envueltas por una capa de seda durante el estadio de pupa.
En su etapa adulta constan de alas que, dependiendo la familia pueden ser
horizontales o verticales. Su aparato bucal es una larga trompa que se enrolla en espiral
(espiritrompa) que permanece enrollada en estado de reposo y que les sirve para libar el
néctar de las flores que polinizan.
También cuentan con órgano ovipositor, con el cual depositan huevos en el haz o
envés de las hojas. Los huevos pueden ser de distintas formas y tamaños (esféricos,
fusiformes, cuboides o escamosos). Puede variar la manera en cómo lo depositan, si está
en masa o aislado.

Orden Ortóptera
Los ortópteros, del griego orthos, recto y pteron, ala, son insectos
paurometábolos, con desarrollo post embrionario que comienza a partir de la creación
del huevo.
Se conocen alrededor de 20.000 especies, donde encontraremos insectos como
saltamontes, grillos, tucuras, bicho palo, langostas, etc. Tienen la capacidad de
desplazarse mediante saltos largos por medio de sus patas posteriores; con las anteriores
pueden hacer túneles bajo tierra reconociéndose como excavadoras. También se los
reconoce por su típico canto, generado por un frotamiento entre distintos apéndices del
cuerpo. La mayoría de las especies de este orden tienen alas, aunque algunas especies
son ápteras.
Son insectos de metamorfosis incompleta ya que no transicionan el estadio de
pupa por esto los denomina hemimetábolos.
Sus aparatos bucales son de tipo masticador. Algunas especies se alimentan de
materia animal o vegetal muerta.

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Orden Hemíptera
Este orden abarca alrededor de 75.000 especies. Tal vez la especie más estudiada
sea la vinchuca por ser la transmisora de la enfermedad del mal de Chagas.
Los hemípteros son hemimetábolos y por lo tanto su metamorfosis es incompleta.
En promedio, pasan por 5 estadios ninfales antes de llegar a adulto. Cuentan con dos
pares de alas. Su aparato bucal es suctopicador, lo que significa que succionan y pican.
Tienen cuatro estiletes con la capacidad de penetrar tejidos para posteriormente
alimentarse de él, afectando la zona y pudiendo generar la muerte.

Subfilo Crustácea
En este apartado conoceremos el grupo que comprende el mayor porcentaje de
biomasa en en el mundo, hablamos del Subfilo Crustácea, Se conocen hasta ahora 67.000
especies descriptas hasta el momento, pero se cree que quedan muchas más por
descubrir. Los crustáceos están conformados por camarones, langostinos, langostas,
cangrejos y todos sus parientes.
Se caracterizan por ser acuáticos y se los puede encontrar en distintas
profundidades ya sea de agua salada o dulce, aunque algunas especies se han adaptado a
medios terrestres.
Morfológicamente se los divide en 6 clases: remipedia, maxilopoda, malacostraca
(cangrejos, langostas, langostinos, krill, camarones), branchiopoda, cephalocarida y
ostrácoda.

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Este subfilo de artrópodos posee dos pares de antenas. Tienen quimiorreceptores
presentes en las antenas o en la boca que suelen ser utilizados para lograr identificar sus
alimentos y en ciertos casos para poder aparearse. Están provistos de maxilas y un
exoesqueleto quitinoso.
Su alimentación es variada, generalmente se alimentan de materia orgánica en
descomposición, o viva en el caso de los predadores y parásitos. Hay depredadores
voraces como cangrejos que logran romper el caparazón de las conchas de mar. Una
característica curiosa de algunos de estos crustáceos es que utilizan sus antenas como
tamices para filtrar partículas de materia orgánica suspendida en la corriente natural de
agua. A este proceso se le llama alimentación por filtrado o suspensívora. En algunos
casos se alimentan de distintos depósitos o sedimentos superficiales.
En la mayoría de los casos su reproducción es sexual, aunque algunas especies
pueden autofecundarse. Generalmente sus órganos sexuales se encuentran separados. El
macho o la hembra sale a buscar a su sexo opuesto. Logran reconocerse mediante la
transmisión de señales químicas en sus órganos sensoriales, que les permite decidir
aparearse o no.

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11. GASTERÓPODOS
Los gasterópodos, a quienes vamos a asociar a caracoles y babosas. La mayoría
de ellos son de hábitat marino, se los puede encontrar en las profundidades del mar,
flotando en la superficie o sobre rocas. En algunos casos se han adaptado vivir en aguas
dulces y otros de hábitos terrestres.
Se caracterizan por ser animales invertebrados pertenecientes al filo mollusca.
Se conocen alrededor de 50000 especies hasta el momento.
Se caracterizan por tener una concha aplanada o enrollada formada a partir del manto
(membrana viscosa que envuelve al animal) y por presentar una torsión de la masa
visceral durante el estadio larval que termina depositando su ano sobre la cabeza. Su
cuerpo está compuesto por un pie, la masa visceral, el manto, la cabeza y la concha.
Su alimentación es muy variada al igual que su hábitat, pueden ser herbívoros,
carnívoros o carroñeros. Se destacan por tener una rádula (lengua) en la faringe que es
una estructura con forma de sierra que se mueve de adelante hacia atrás para ayudar a
raspar y reducir el tamaño del alimento.

Reproducción
La reproducción se puede dar de manera directa o indirecta. En el caso de las
especies marinas, suele ser indirecta, donde liberan el esperma y los huevos no
fecundados al agua para que se lleve a cabo la fecundación. Las especies terrestres, se
caracterizan por hacerlo de manera directa mediante copulación.
La mayoría de los casos se da por fecundación cruzada, siendo algunos de los
individuos unisexuales y otros hermafroditas.
Los caracoles terrestres pueden llegar a poner entre 30 a 100 huevos y los
depositan en agujeros que cavan en la tierra.

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12. REPTILES, AVES Y MAMÍFEROS
Para finalizar este módulo, resulta imposible no nombrar a los integrantes más
grandes de la red trófica del suelo. Reptiles (lagartijas, víboras), mamíferos (peludos,
topos, zorros, perros, ovejas) y aves. Pertenecientes al Reino Animalia, son los
encargados de regular las poblaciones de artrópodos del suelo (ya que se alimentan de
gusanos e insectos) cumpliendo el rol de depredador y aportando a equilibrar el
ecosistema. Además, actúan como medio de transporte de microorganismos presentes en
los alimentos, colaborando con el esparcimiento de semillas de las distintas plantas que
son consumidas a través de los frutos.
Ayudan a mantener saludable la estructura del suelo, fundamental para tener
una mejor retención de agua, mayor acumulación de materia orgánica, potenciar el
ciclado de nutrientes y acelerar la actividad microbiana.
Los ecosistemas con gran presencia de animales dan cuenta de la existencia de
artrópodos y demás organismos que sirven de alimento para el Reino Animalia. Por
ejemplo, la presencia de pájaros en los alrededores es señal de la existencia de insectos
(gusanos o larvas) que sirven como alimento.
Dentro de esta categoría también entra el ser humano que, sin dudas, es quien
mayor impacto genera hoy en día dentro de la red trófica por las distintas acciones que
se están llevando a cabo, por ejemplo, el uso de agroquímicos (pesticidas, herbicidas,
fungicidas) o la explotación de distintas actividades (deforestación, minería, ganadería
intensiva, etc.) que no son para nada sustentables.
Por lo tanto, si no controlamos nuestras acciones en relación con la red trófica del suelo,
habitaremos un mundo en constante desequilibrio ambiental.

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