El Farol

S E P T I E MB R E 19 4 9
 ecl i i f c

UN MUNDO OCULTO
No. 124 Año X 1.949

Al pensar en la industria petrolera, es probable

que Ud. se imagine altas torres, bombas que basculan,
CONTENI DO: mecheros que lanzan rojas llamaradas hacia el cielo
y hombres con overoles cubiertos con las negras man­
chas del petróleo que buscan. Ciertamente, todo esto
Un Mundo Oculto ....................................... 1 constituye la parte visible de la industria, que puede
Petróleo en la Tierra de la Garza ............ 2 ser apreciada hasta por el observador casual. Son los
hombres y las máquinas que se encuentran en el
Tomás Golding ............................................. 8 lugar de la producción.
Laboratorios de la Creóle ......................... 10
Pero iras ellos, en el anonimato más absoluto,
La Mano Sobre la Tierra ......................... 16 se encuentra una legión de hombres y mujeres vestidos
Amuay: Informe Sobre sus Progresos . . . . 18 con blancas batas e inmaculados trajes. Una legión
de científicos y sus auxiliares, quienes trabajan en
Carrera da Postas.......................................... 20 apacibles salas, lejos del rugir de los mecheros y de
las estruendosas cabrias de perforar. El suyo es el
El Uso del Gas Natural............................... 22
mundo oculto del laboratorio.
Por La Restauración de
Nuestros Bosques ............................. 26 Y en la Creóle Petroleum Corporation existen
multitud de laboratorios. Entre ellos figuran laborato­
Mapa Histórico de la Vida de rios médicos y laboratorios donde se estudian la geo­
Simón Bolívar..................................... 31 logía, la ingeniería y las maravillas de la física y la
química. Nunca se hará resaltar lo suficiente la im­
portancia del trabajo que se efectúa en estos lugares,
pues para la continuidad de las operaciones de la
Creóle Petroleum Corporation se les considera tan
esenciales como una cabria de perforación.

La precisión es en ellos mucho más importante que

NUESTRA PORTADA la rapidez. De las pruebas que se hagan en el laborato­
rio médico pueden depender la vida o la salud de un
Durante diversas ocasiones José A . Ferraro Sabater trabajador de la Compañía o un familiar suyo. Un in­
visitó los laboratorios de la Creóle Petroleum Corpora­ forme erróneo sobre los resultados en el laboratorio geo­
tion en Caracas; tanto los de geología, química y lógico podría causar la pérdida de millones de bolívares
medicina como los otros. Resultado de sus visitas a la Compañía, a través de perforaciones inútiles. Sí
ha sido una impresión de trabajo eficiente, captada no se realizan pruebas constantes y exactas en en labo­
por el artista y plasmada en la ejecución de las ratorio de la refinería, se corre el riesgo de que pierdan
portadas que nos ilustran este número. calidad los productos que elabora la Creóle. Igual cosa
sucedería si no se hiciesen pruebas frecuentes con los dis­
tintos crudos. Y el hombre responsable de analizar el
* * * agua dulce en los campamentos de la Creóle ha de man­
tener un alto nivel de exactitud.

CREOLE PETROLEUM CORPORATION Por tal motivo, la Creóle ha invertido miles de

Redacción: Edificio Atlas
bolívares en dotar a estos laboratorios del equipo más
moderno que existe. Y para manejar este equipo, la
Puente República, Este 2 — Apartado 889 compañía busca a los técnicos más hábiles.
Caracas — Venezuela

En este número de El Farol, nuestros fotógrafos

Esta revista se distribuye gratuitamente. Las personas exponen con sus gráficas el mundo oculto de los labo­
que desean recibir E l F arol con regularidad, pueden ratorios de la Creóle: un mundo de microscopios, fósiles
dirigirse a la dirección arriba indicada. de remotas edades, ranas de ojos saltones y brillantes
tubos de ensayo. Un mundo donde el diagnóstico de
una enfermedad humana y. la preparación de una
El contenido de esta revista puede reproducirse gasolina mejor para su carro no son más que parte
siempre que se indique su origen. de la labor diaria.

1
 Al sur del Golfo de Paria en el salien­
te del delta del Orinoco, las embar­
caciones fluviales surcan las bocas del
caño Manamo, importante boca que
es la más occidental del Orinoco. El
somnoliento pueblecillo de Boca de
Uracoa, donde el río Uracoa confluye
con el Manamo, no indica al observa­
dor casual el estratégico papel geofrá-
fico que desempeña en la produc­
ción y embarque del crudo de los
inmediatos campos de Temblador.

asta hace un año, tanto

H si era usted un geólogo

petrolero de Caracas como
un comerciante que nego­
ciaba con los indios guaraúnos sólo
había una manera de llegar a la
región plana surcada de ríos que
se extiende a cien kilómetros al
este y el oeste entre las cabrias
petrolíferas de Pedernales y Tucu-
pita. Tierra de la garza y del co­
codrilo, del “ bongo” y del pastor
trashumante, todo el que se aden­
traba en sus dilatadas extensiones
acuáticas en busca de petróleo o
para comerciar utilizaba los tor­
tuosos caños que forman el delta
del soberbio Orinoco.
Pero desde hace un año aproxi­
madamente, el gigantesco avión
anfibio “ Catalina” de la Creóle,
que tiene su base en Cachipo,
desciende del aire y acuatiza en
las perezosas aguas del río. Allí
descargan pasajeros y víveres para
el campo que hay en Pedernales
y para otras operaciones de la
compañía en los pueblecitos ubi­
cados entre él y la lenta ruta
acuática, que aun sirve de vía de
entrada para atender la mayoría
de las necesidades de la región y
de vía de salida para su princi­
pal producción: el petróleo.
Mucho antes de que se des­
cubriesen yacimientos petrolíferos
bajo su suelo, la zona del delta,
de la cual forma parte esta región,
servía para criar ingentes rebaños
migratorios de ganado vacuno. La
cría sigue siendo una importante
actividad y el sello del ganadero
continuará siendo el caracter más
destacado de la región mucho des­
pués de que se agoten sus reser­
vas de petróleo. Hoy, lo viejo y
lo nuevo, lo mutable y lo inmu­
table, se mezclan en abigarrada
confusión: la carreta de bueyes, el
burro y el vehículo mecánico se
mueven por la misma carrete­
ra, mientras que el hidroavión de
canoa ha invadido los dominios
del bongo. Sin necesidad de rea­
justar su foco, la cámara registra
ambos mundos como si fuesen
uno solo.

3
Las embarcaciones fluviales trans- Abeja” , y a gabarras. También Puerto Amador, 10 kilómetros río
bordan aquí los pasajeros y carga anclan en este mismo paraje los arriba de Boca de Uracoa, siguien­
destinados a la región a lanchas de tanqueros mientras cargan petróleo do el tortuoso curso del río, el
motor con poco calado, como “ La de los campos de Temblador. F-n Uracoa se dirige hacia el sur. Des-

Parte de lo antiguo es el arrie­ agua. Hechos de un tronco de ár­ te las cuales se desarrollan las
ro que se ve en todas partes... bol ahuecado, dilatado al vapor y actividades de pesca y comercio
. . . Y el bongo, cuya grácil si­ provisto de bancos transversales, entre las aldeas ribereñas. Esen­
lueta domina todos los cursos de son canoas de amplia panza, median­ cia de lo moderno es este enorme

4
 de este punto hasta Temblador hay- rial pesado de perforación des­ rizados y carretas de bueyes com­
una carretera petrolizada, utiliza- tinada a Temblador, que hará la partiendo la carretera de Puerto
ble todo el año. En el puerto, una última etapa del viaje en camión. Amador a Temblador, no es más
grúa traslada una carga de mate­ El espectáculo de vehículos moto­ que un aspecto de su coexistencia.

hidroavión “ Catalina’ '. El zumbido blador, el “ Catalina” se prepara a lo antiguo y lo moderno las líneas
de cuyos poderosos motores ha in­ descargar pasajeros y víveres fres­ aerodinámicas del avión y la carre­
vadido el plácido reino del bongo. cos traídos de Quiriquire. Y así ta de bueyes, junto a los troncos
En la pista de aterrizaje de Tem­ forman un hermoso contraste entre ahuecados, vestigio de otras edades.
Trabajadores de la Compañía que
residen en diez casas, (una pa­
ra cada dos familias) en Boca
de Uracoa, y disponen de escuela,
clínica, y comisariato, atienden la
pequeña estación de bombeo que
controla la circulación de crudo.
La tierra proporciona un medio de
vida mucho más antiguo que la
Muchos de estos productos volverán
a los pueblos de las orillas del río
Uracoa. La gasolina y los lubrican­
tes hacen funcionar sus lanchas mo-
En Boca de Uracoa, anclado contra
el horizonte plano, abierto y monó­
tonamente fluvial de la amplia región
del delta, con las bodegas listas, el
veterano tanquero “ Ulé” , de la Creó­
le, espera la inyección de crudo que
6
extracción de petróleo. Todos los
años, las aguas del río vuel­
ven a su cauce normal en oc­
tubre después de las inundaciones,
y llegan grandes rebaños de ganado
vacuno procedentes de las tierras
altas del Occidente para pastar en
los verdes campos, que brotan inme­
diatamente después de haberse desa­
toras, y el kerosene proporciona
alumbrado y combustible para sus
hogares. Se necesitan manos robus­
tas para conectar las pesadas mangúe­
le ha de abarrotar. Cuando las
aguas han alejado su caudaloso
bullir de correntada, comienzan a
llegar de las altas latitudes occi­
dentales rebaños de ganado vacuno
persiguiendo las verdes banderolas
parecido las aguas de la creciente.
Atravesando por estos potreros, 60
kilómetros de oleoducto llevan el
valioso crudo desde Temblador has­
ta el depósito de Boca de Uracoa,
de donde han de tomarlo los tan-
queros que remontan el caño Mana-
mo para transportar toda la produc­
ción de los campos de Temblador.
ras que admitirían el crudo ahora a
60 kilómetros de su fuente de origen»
en los tanques del “ Ulé” , uno de
los principales buques tanqueros.
de los retoños, que aparecen como un
renacer de promesas agrícolos apenas
el color obscuro del río revuelto se
va perdiendo en el propio cauce que
disminuye lenta pero continuamente.
Siguiendo sus ganados y bien pro vis­
tos de aperos de labranza, los hom­
bres vuelven a la tierra prontos pa­
ra hacerla germinar en cosechas. Y
es que la buena tierra agrícola pro­
porciona un medio de vida mucho más
antiguo que las explotaciones petro­
leras. Y también alzan a lo largo de
las tierras anchas los hitos progresi­
vos de los potreros, en anchas pa­
lizadas que demarcan regiones donde
el ganado crece fuerte y hermoso.
Igual que el enorme hidroavión “ Ca­
talina” , este pozo de Pedernales es
anfibio, encontrándose parte sobre la
tierra y parte sobre el agua. Se trata
del pozo exploratorio designado por
las letras P S X -1 , y perforado
sobre la misma orilla de las aguas.
7

OMAS Golding ha explora­
T do, en su calidad de pintor,
todos los paisajes de Ve­
nezuela, o sea, el llano, la
costa y la montaña.
Pocos artistas nuestros podrían
aventajarle en su conocimiento ín­
timo y gozoso, renovado todos los
días, de la luz de la provincia. Y
es lógico que así suceda, porque
en sus travesías no hay actitud
contemplativa sino febril actividad
creadora, único propósito que lo
lleva a internarse, cada vez, en la
exuberante naturaleza que forma
nuestro país.
— También he pintado el Avila—
dice Tomás, señalando desde la
ventana de su quinta en San Ber-
nardino, enriquecida por finos ob­
jetos artísticos, la azulenca sierra
que decora a Caracas— ; pero no
con exceso.
El pintor, en cierto modo, le
debe su formación estética a los
extraordinarios colores del cerro ca­
pitalino, cuyas formaciones ha re­
corrido desde muy joven, en busca
de motivos para sus telas.
Como paisaje, sin embargo, es
Margarita lo que más atrae a Gol­
ding. La recuerda con visible
emoción:
— Su luz es fabulosa, realmente.
Tanto la ha contemplado, tra­
tando de apresarla en sus cuadros,
que una vez tuvo que someterse
8
a una peligrosa operación de los
ojos, heridos por los destellos de
la tierra y del mar en el Estado
Nueva Esparta.
Pero Margarita no es, como
parece, el paisaje que más le gusta
a Tomás Golding, en su habitual
recorrido por el territorio patrio.
— Es Ciudad Bolívar —expresa—
donde he sido más feliz con el pin­
cel en la mano.
¿Qué diferencia hay entre la
luminosidad de la tierra guayanesa
y la de la isla margariteña? La una,
erguida frente al Orinoco, recoge en
su ambiente todos los fulgores del
río. La otra, en cambio, se con­
funde con el propio resplandor ma­
rino, que la rodea por todas partes.
— La luz de Margarita ciega; la
de Ciudad Bolívar se adapta per­
fectamente a la pupila, no hiere,
está llena de voluptuosidad tropi­
cal. Allí pinté Perro Seco, un ba­
rrio que es toda una lección cromá­
tica, recostado en la orilla. Después
fui al Caroní, para plasmar sus
majestuosos saltos. El resultado de
esta jira, 15 cuadros, lo expuse en
el Club del Comercio.
— ¿Has pasado mucho tiempo
en Los Andes?
— Sí, he pintado como dentro de
una cámara en penumbra para des­
cansar mi visualidad. El paisaje
andino es tranquilo, un poco som­
brío a veces, muy amplio.
— ¿Y el del litoral guaireño?
—Es rico en materias. Con una
plasticidad que no he visto en nin­
guna otra parte, casi palpable. En
Margarita, ceñida por el mar, esas
materias son más sutiles y, por lo
mismo, menos definidas en sus re­
lieves.
Tomás Golding trabaja en su
obra con asombrosa resistencia. Por
lo regular, a las 9 de la mañana
ha puesto en marcha su automó­
vil, en dirección al campo. Pasa
la mayor parte del día fuera de su
casa, levantado su caballete frente
al vivo paisaje del país. Em ­
pedernido gustador de la gran vi­
da, en la noche es frecuente en­
contrarlo charlando en inglés o en
español, en los salones caraqueños.
Lino Sutil, en la primera cró­
nica escrita sobre la obra pictórica
de Tomás Golding, cuando toda­
vía era muy joven, admiraba su
aversión contra la melena románti­
ca y la pereza de los artistas bo­
hemios. Parecía entonces, según de­
cía el famoso cronista, un boy-
scout. Y esto, precisamente, lo que
recuerda su presencia deportiva, de
hombre en constante trato con la
naturaleza, escalando montañas, a-
travesando quebradas, recorriendo
los llanos.
Tomás no concibe al pintar esr
condido en su taller, con fobia ha­
cia sus semejantes, devanándose los
sesos para suplir la falta del m o­
delo palpitante.
— Fácilmente se cae en lo me­
cánico, buscando temas en esta for­
ma de ignorar la belleza viva. Afue­
ra, siempre hay el contraste entre
la emoción y el tema escogido.
r ío ca m u ri

vi
mm
WM
El Paisaje
Tomás nació en Caracas, en
1909 . Muy pequeño aún, sus pa­
dres lo llevaron a Estados Unidos,
de donde regresó en plena juven­
tud, con su vocación artística muy
definida. Tanto es así que cuando
salía con sus amigos, de caza por
el campo, siempre se llevaba su pa­
pel y su lápiz para hacer bosque­
jos de todo lo que veía. Era una
especie de redescubrimiento de la
naturaleza venezolana, mientras so­
naban los disparos por encima de
fugaces venados o dantas.
— Cuando salgo en busca del
paisaje, me parece que fuera de ca­
cería. * El paisaje, cuando menos
lo espero, se entrega. Sorprende
como si dijera: “ Píntame” !
Y hay que pintarlo, agrega T o­ — En cierta oportunidad, atrave­
más. Hay que dominarlo, frente a
frente, porque se rebela en toda su
intensidad, como una fiera que
no acierta a escapar, bajo el pode­
roso dominio de los ojos del caza­
dor experto. En otras ocasiones,
se escurre, según la luz del mo­
mento, y los tarros de pintura que­
dan intactos.
¿Cómo, en que forma interviene
la sensibilidad en la captación
del paisaje,? y él responde:
— El paisaje no es otra cosa
que un problema de sensibilidad.
La parte técnica, como la disposi
ción de materiales, no significa na­
da en relación con el sentimiento
que despierta su presencia.
Esto quiere decir, pues, que el
UN P I N T O R
DEL PAISAJE VENEZOLANO
paisaje responde a una emoción de­
terminada. Y así lo explica el
pintor:
— Me absorbe por completo, tan­
to más por su belleza incomparable
en cualquier parte de Venezuela.
En otros lugares del mundo los hay
tan hermosos como aquí, pero creo
que ninguno supere el colorido del
nuestro.
— Observamos que la figura hu-
,mana aparece muy pocas veces en
tus cuadros— , le decimos nosotros.
—Se puede representar, claro e s -1
tá, pero como punto de referencia.
El paisaje debe valer por sí solo,
por sus propios colores.
Mas que la figura humana, a
Tomás le interesa el contraste de
los temas criollos:
sando el Estado Lara, encontré un
araguaney que parecía una llama­
rada. Lo que más me llamó la
atención fué el contraste entre el
esplendente árbol y un fondo de
hierba requemada y chozas enclen­
ques. Tuve que sacar mis pinceles,
inmediatamente.
El araguaney no es el único árbol
que ha pintado Tomás Golding.
El cují, el mango, el majomo, el
plátano, la trinitaria, el apamate,
entre otros, tienen su puesto segu­
ro en sus cuadros. Su obra, por
todo esto, es una interpretación ar­
tística de nuestra flora.
Recompensas para el artista
Tomás fué alumno* a su regre­
A LA CAZA
so de Estados Unidos, de la Aca­
demia de Pintura. Entre sus maes­
tros recuerda, con hondo agradeci­
miento, a Pedro Basalo, director
del instituto y dueño de influyentes
' conceptos artísticos. En esa época
estudiantil, ganó varios certámenes.
En 1943 fué laureado con el primer
premio del Ateneo de Caracas.
No fueron muy exitosos los pri­
meros ensayos artísticos de Tomás
Golding, con marcada influencia im­
presionista. Pero, de cierto tiempo
a esta fecha su pintura es muy so­
licitada. Alberto Junyet decía que
Caracas es un museo particular de
Golding, refiriéndose al interés de
los coleccionistas capitalinos por sus
cuadros.
— No tengo idea del número de
lienzos que he pintado — afirma T o­
más— . Trabajo sin interrupción, du­
rante todo el año.
Ahora está preparando una e x ­
posición que realizará muy pronto en
New York. Serán 25 óleos que ex­
hibirá ante el público estadouniden­
se, como viva expresión de la na­
turaleza tórrida de Venezuela.
Será la segunda vez que expon­
ga en salones norteamericanos. El
Art Center, de New York, presentó
en años pasados varias de sus obras
llenas del ardiente colorido definido
ahora, con más fuerza, en su pin­
tura.
También ha expuesto en el M u­
seo de Bellas Artes, el Club Vene­
zolano, el Club Central y el Ateneo
de Caracas.
ESTE “ K N O C K M ETER” , en el laboratorio de la refinería Creóle en Cari-
pito, sirve para determinar la fuerza de explosión de la gasolina en un motor.
Es el único que existe en Venezuela y ayuda mucho a los técnicos de la
Creóle para mantener la calidad de la gasolina Esso para su automóvil.

L OS L A B OR AT OR I OS
DE LA C R E O L E
anas, microbios, rocas y es una garantía de la continuidad

R fósiles desempeñan un im­

portante papel en la pro­
ducción de petróleo crudo.
A diario, en más de una do­
cena de laboratorios de la Creóle
Petroleum Corporation, la rana, el
microbio, la roca y el fósil sumi­
nistran información de gran valor
para la industria petrolera y para
la nación.
Los laboratorios médicos de la
Creóle estudian cómo reacciona la
rana a los microbios portadores de
dolencias y a las medicinas. De es­
ta manera, pueden recomendar la
mejor forma de combatir las en­
fermedades en los seres humanos,
pues la reducción de las enferme­
dades entre los obreros petroleros
en la producción. También signi­
fica una disminución de las enfer­
medades en la nación como conjun­
to, pues los hallazgos de los labo­
ratorios se ponen a disposición de
los médicos en general.
Los laboratorios médicos de la
compañía estudian asimismo los ca­
sos específicos entre los trabajado­
res de la' empresa. Estos ensayos
permiten que los médicos de la com­
pañía diagnostiquen la enfermedad
del trabajador y aceleren su cura­
ción. Para efectuar tales pruebas,
los laboratorios médicos de la Creóle
están equipados con los instrumen­
tos más modernos de que se dis­
pone.
Mientras los laboratorios mé-

EN PRUEBAS PARA constatar el embarazo, se utiliza en la Clínica de la

Creóle en Caracas este tipo de ranas africanas importadas. Si el especimen
que se les inyecta es positivo, la rana pone huevos. Es la primera vez que
en Venezuela se realizan estas interesantes pruebas con dichas ranas.

10
LA HISTORIA del subsuelo venezolano está escrita con microscopio, en Quiriquire. Es uno de los muchos
caracteres que este trabajador estudia a través de su trabajadores encargados de “ leer” y anotar esa historia.

ES UNA LABOR ardua preparar una muestra de roca M ILLARES DE muestras de rocas se reciben en el labora­
para estudiarla bajo el microscopio. Se pone una par­ torio de geología en Caracas y son reducidas a polvo,
tícula de roca en una lámina de vidrio y se la muele “ cocidas” , lavadas, sometidas a reacciones químicas y es­
hasta hacerla transparente utilizando un esmeril. tudiadas bajo el microscopio para obtener datos nuevos.

12
 dicos se interesan por lograr infor­
mación acerca de las enfermedades,
los laboratorios de geología de la
Creóle buscan datos sobre la histo­
ria de la tierra. Esta historia es­
tá “ escrita” en las rocas y fósiles que
afluyen a los laboratorios proceden­
tes de todas partes de Venezuela.
Los laboratorios de geología
de la Creóle se dedican principal­
mente a estudiar esa historia de la
tierra para ayudar a localizar la
situación de los yacimientos petro­
líferos. El laboratorio geológico cen­
tral de Caracas recibe hasta 7.000 ,
muestras de rocas y fósiles por mes
para su estudio.
Además de ayudar a localizar
el emplazamiento de los yacimien­
tos de petróleo, los laboratorios
geológicos de la Creóle también reú­
nen valiosa información sobre todos
los tipos de formaciones rocosas y mi­
nerales que se encuentran en el
subsuelo venezolano. Hasta cierto
punto, pudiera decirse que estos
datos están formando la base pa­
ra confeccionar un “ mapa” del sub­
suelo venezolano, que es de impor­
tancia inmediata para la in­
dustria petrolera y, a la larga, pa­
ra toda la nación como conjunto.

En los laboratorios del petró-

, leo y refinerías de la Creóle, los
empleados trabajan en medio de
multitud de recipientes de vidrio, EL AN ALIZADOR eléctrico de yacimientos petrolíferos de la Creóle, realiza
quemadores Bunsen, extraños ins-' en minutos cálculos que tomarían meses de trabajo a cualquier matemático.
trumentos y olores aun más extra­
ños, tratando de obtener una ga­
solina mejor para su carro, un ke­
rosene mejor para su cocina, étc.
La misión de otros laborato­
rios de la Creóle consiste única­
mente en tratar de conservar la
riqueza petrolífera venezolana. Es­
tos laboratorios, con ayuda de un
complicado equipo, tal como el “ a-
nalizador eléctrico de yacimientos
petrolíferos” (véase la foto), deter­
minan la forma de evitar derroches
innecesarios de los recursos de gas
y petróleo en un determinado caso.
La Creóle también tiene un la­
boratorio especial para ensayar as­
falto, material que se emplea en
abundancia para la construcción de
carreteras en toda Venezuela. El
asesoramiento técnico de los espe­
cialistas que trabajan en este labo­
ratorio está a disposición de quien
lo quiera sin costo alguno. Ellos
pueden recomendar el mejor tipo y
cantidad de asfalto que ha de uti­
lizarse en la construcción de una
carretera determinada. Su labor ha
contribuido muchísimo a la difusión
de modernas carreteras en el país,
que hoy llegan hasta los más ocul­
tos rincones de la nación. UNO DE LOS TECNICOS laboratoristas de la refinería en Caripito hace
Multitud de técnicos de la Creó­ los análisis del agua que ha de emplearse en la planta eléctrica y las cal­
le dedican todas sus horas de tra­ deras de la refinería. Esta es tan sólo una de las numerosas pruebas que
bajo a estos campos de investiga- se hacen a diario en el amplio laboratorio de la instalación refinadora.

13
UN ASPECTO del laboratorio Médico en el EN LOS DEPOSITOS de los laboratorios geológicos se
hospital de la Creóle en Caripito, el cual está guardan muestras del subsuelo. En el de Quiriquire lucen
dotado con un equipo moderno, lo mejor en como si fueran libros. Y en realidad lo son para los geólogos,
medicinas y personal técnico bien entrenado. quienes pueden “ leer” esas muestras como usted los libros.

ESTA ES parte de la sección

química del laboratorio de petró-

ción, que incluyen la lucha contra

enfermedades, las tentativas para
encontrar más y mejores crudos, la
interminable búsqueda de nuevos y
mejores productos petrolíferos, y
la determinación de métodos para
conservar los recursos petrolíleros
de Venezuela.

Las gráficas de esta página y

de las inmediatas expresan mejor
que las palabras parte de los tra­
bajos realizados en este programa
de investigaciones. Hemos de re­
calcar que tanto el joven que todos
los días lava muestras de roca como
EN ESTE MODERNO laboratorio de petróleo, en la refinería Creóle de Ca­
ripito, se puede encontrar hombres especializados trabajando 24 horas diarias.

14
EL LABORATORIO en la Planta de Estabilización de EL LABORATORIO clínico de La Salina es parte vital del
Mulata, en el Estado Monagas, es una parte muy impor­ dispensario déla Creóle en ese campo. Dicho dispensario
tante de la instalación que fué completada este año, con mi­ registró 104.041 consultas, allí se despacharon 156.000 re­
ras a aumentar la efectividad de los trabajos de explotación. cetas y se aplicaron 54.750 tratamientos el año pasado.

leo de la refinería Creóle de Caripito,

con tres de sus hombres trabajando.

el técnico que analiza los especíme­

nes preparados son parte importan­
te de este programa. Lo mismo
sucede con la enfermera que desem­
peña un papel vital al lado del ve­
terano médico y el muchacho que
anota reacciones químicas, que ayu­
darán al químico graduado a pre­
parar su informe final.

Millones de bolívares se han

invertido en el equipo para hacer
posible estos programas de investi­
gación, y la Creóle gasta otros mi­
les cada mes para que continúen
en marcha.
ESTE LABORATORIO de ingeniería de petróleo de la Creóle, está situado en
La Salina, en el corazón del rico Campo Costanero Bolívar del Estado Zulia.

n sudor frío le bañaba la
U la piel y sentía laxos los
músculos de las piernas.
De un momento a otro le
alcanzaría el desvanecimiento.
— Tal vez un cigarro.. .
Lo encendió, la mano temblo­
rosa junto a la boca que le ne­
gaba las palabras, y arrojó a un
lado el fósforo. Y la pequeña
llama azulada siguió prendida al
extremo del fósforo, rodeándolo,
quemándolo, hasta tornarlo negro,
negro, y retorcido como una rai­
cilla enlodada.
—Alguien me debe estar recor­
dando en este momento.
Ponía en el pensamiento todo
su afán de supervivencia, toda la
fuerza que sentía ir de su cuerpo
tendido en la tierra y ya con
dureza de terrón.
—Alguien.. .
La brisa levantaba fantasmas
de polvo caliente sobre el camino.
Le alcanzó el rumor y había en
el recuerdo del hombre una visión
de techos, aleros y ventanas por
los que paseaba la pálida cabelle­
ra de la mujer con una cinta de
perfume. Ana Teresa.
En el cigarro, caído junto a
la mano, el humo maduraba una
espiga blanca.
* * *
La angustia lo abrazó una tar­
de en que miraba al cerro, que
lucía verde y azul bajo el cielo,
y lleno de una limpia serenidad.
El río corría bajo las cañas. La
rama de una trinitaria manchaba
el agua con su roja savia vegetal.
Y lo que ese momento tuvo
de deleitosa contemplación, se le
fué transformando con el tiempo
en una obsesionante voz que le
hablaba desde su raíz humana.
Pero esa voz no era escucha­
da por los otros. Y era que nadie te­
nía alma de pan para oírla.
* * * rines, Estado Anzoátegui.
— Tu pones el corazón sobre la
LA NANO SOBRE LA TIERRA
i— — bm— — pm mmm m m r mmm
hierba y oyes cómo se acrecienta
su rumor y sientes cómo viene na­
ciendo el retoño. Tú pones la
mano sobre la tierra y la sabes
llena de invisibles criaturas eternas.
Encierra en tu mano la miel y el
polen de la abeja, pero cuida de
no desgarrar las alas y el vuelo,
y todo el misterio de la tierra te
será revelado. Hunde los pies des­
nudos en un pozo y todo tu cuer­
po se llenará de dulzor. Reclina
la cabeza sobre un haz de mar­
garitas abiertas en esa hora en
que los ángeles se despiertan y
verás cómo es de suave la belleza
del campo y cómo te enagena el
viento y cómo te plena el olor de
las resinas. Muerde el durazno y
llénate los pechos del licor de las
piñas y habrás gustado la volup­
tuosidad que no hiere ni agosta.
Y Ana Teresa se le prendió
a los ojos y eran los ojos del ex­
traviado, llenos de la luz de las
mazorcas y de las estrellas.
Aquella misma noche el hom-
bse se quitó su corbata ciudadana
y la arrojó por el puente, sobre
unos techos de cartón y tablas que
orillaban la quebrada.
* * *
Ahora era la tierra y la lluvia
que no llegaba. El surco estaba
hecho y la semilla esperaba. Y se
NOTA SOBRE EL AUTOR
El autor de este cuento, Alfredo
Armas Alfonzo, del Departa­
mento de Relaciones Públicas
de la Creóle, demostró reciente­
mente su pericia en la literatu­
ra imaginativa, al ganar el se­
gundo premio del Concurso
Anual de Cuentos de “ El Na­
cional” , con su obra “ Los Cié-
los de la M u e r t e E l primero
fué obtenido por Arturo Uslar
Pietri y un tercero por Maria­
no Picón Salas. Armas {27
años) es soltero y nació en Cla­
m m m mmtmm
ponía el tiempo, oscuro y tenso, y
el surco seguía seco y la semilla no
reventaba. Un sol de fuego tosta­
ba las cortezas y encendía la llama
de las chicharas y de los rojos cre­
púsculos.
— Malos tiempos, patrón.
Y el surco se iba resquebrajando
como la piel del viejo campesino
de palabra salmodiosa y pelo de li­
no, amarillo de tanto esperar que
amaneciera.
* * *
Ahora eran las tolvaneras. Un
viento malo prensaba las velas de
los fantasmas del camino y esparcía
el polvo sobre la impaciencia del
hombre.
Y no llegaba la lluvia.
* * *
Aquel dolor se le incrustó en el
pecho una madrugada desvelada.
Le dilataba el aliento. Lo sofoca­
ba. Lo desvanecía.
Y el hombre buscó el camino
de la poza, de los lirios y los he-
lechos, obseso de la sed que iba
destruyendo lentamente el tierno
reclamo de la tierra. Pero encon­
tró los cristales resquebrajados y el
fuego lamiendo las hendiduras.
El dolor era como una lanza
que le buscara la roja y fresca fuen­
te de su sangre. Era un frío que
calcinaba.
Cuando el viejo campesino le
halló, un coro de blanquecinas cria­
turas estaba lamiendo su carne. Y
el cielo, sin nubes, se metía en las
córneas dilatadas por la espera.
—A la tierra hay que amarla sin
apuro y sin deslealtades. Como a
mujer esquiva y desconfiada. Yo
la he estado deseando con mis ma­
nos y mi sudor toda una vida. Y
aún no se acerca a mi puerta para
fertilizar los eriales de mis venas.
Lo decía, golpeándose el cuer­
po con sus puños encallecidos, ya
de vuelta al quicio de su casa.
 os fuertes vientos alisios
L que barren las áridas tie­
rras de la Península de
Paraguaná desde el nor­
deste, entonan hoy una nueva
canción.
No hace mucho, los alisios
cruzaban sin obstáculos la penín­
sula, después de dejar atrás el
Cerro Santa Ana. Entonaban la
canción de los remolinos de arena
y silbaban entre los cactus, llevan­
do a veces en sus alas el balar de
un chivo o el golpe de una ru­
dimentaria escardilla contra la re­
seca tierra, al abandonar los pá­
ramos de la península para ir a
morir sobre las aguas del Golfo de
Venezuela.
En la actualidad estos vientos
captan una nueva nota al llegar a
los riscos que dominan la Bahía
de Amuay. A los tradicionales
ruidos de la península se añaden
M ILLARES DE BARRILES de petróleo crudo se exportan diariamente el tableteo de las remachadoras, el
por este nuevo puerto que construyó la Creóle en-Amuay. El labe­ rugir de los tractores, el choque
rinto de tubos lleva crudo a los buques atracados a los muelles. de los martillos contra el acero y
el mugir d e l1viento al pasar por
un laberinto de cables, tuberías y
vigas. Son los sonidos del progre­
so, y para los hombres previsores
representan una agradable música.
Hace tres años tales ruidos
eran virtualmente desconocidos en
la península y las inactivas tierras
parecían destinadas a continuar
desérticas hasta la consumación de
los siglos. Hoy, esos sonidos son
heraldos del nacimiento de una
nueva fuente de producción y de
un nuevo centro de producción.
La transformación empezó hace
tres años, cuando la Creóle Petro­
leum Corporation se embarcó en
uno de los proyectos de construc­
ción más grandes que se han in­
tentado en Venezuela. Los tra­
bajos empezaron en noviembre de
1946, al desembarcarse la s. prime­
ras toneladas de materiales de cons­
ARRIBA, 250 viviendas para obreros y sus familias, ya casi al ser termi­ trucción en la playa de la Bahía
nadas, con capacidad total para unas 1.250 personas, situadas al noreste de Amuay, donde las recibieron
de la refinería. ABAJO, vista aérea del emplazamiento de ésta. hombres que tenían órdenes de
levantar la refinería más grande de
toda la América del Sur. Los pri­
meros estudios se remontan a
abril de 1946.
Hoy ya está a la vista el fi­
nal de la tarea. Se tiene previsto
que la refinería empezará a fun­
cionar a principios de 1950, y más
de 5.000 trabajadores se afanan
dando los toques finales al proyec­
to, en el que se han resuelto la
mayoría de los problemas que plan­
teó. Y a hay trabajadores someti­
dos a entrenamiento en otras refi­
nerías de la Creóle para los pues­
tos que ocuparán cuando empiecen
las operaciones de Amuay el próxi­
mo año.
Aunque el proyecto se empezó
hace tres años, la refinería en sí
no comenzó a tomar forma final
hasta julio de este año, cuando la
primera de tres grandes torres de

18
 fraccionamiento — como si dijéra­
mos, el “ corazón” de la planta—
fué izada y colocada en su empla­
zamiento por una gigantesca grúa.
Esta torre, con más de cinco metros
de diámetro, es lo suficientemente
amplia para que dos automóviles
puedan correr en élla, uno al lado
del otro. Se yergue unos 30 me­
tros en el aire y pesa 100 toneladas.
Hasta el momento de este empla­
zamiento, el observador ocasional
no habría podido adivinar que el
trabajo de hombres y máquinas en
más de 1.500 hectáreas de tierras
desérticas culminaría en la cons­
trucción de una refinería.
Casi tres años se han invertido
en la construcción de carreteras,
casas provisionales, muelles, tan­
ques de almacenamiento, un termi­
nal para el oleoducto de .Ulé-Amuay
(el cual abastecerá la refinería de
crudo), un hospital y otras muchas
instalaciones auxiliares. Muchas de
estas instalaciones tenían que quedar
terminadas antes de que la refine­
ría pudiese empezar a producir.
Por lo tanto, puede decirse que la
refinería en sí es casi lo último que
hay que construir.
Grandes tanques de acero, con
capacidad total para 5.000.000 de
barriles de crudo o productos refi­
nados, han sido soldados en sus
emplazamientos. En la zona de la
refinería, están por terminarse 300
kilómetros de tubería necesarios pa­
ra transportar agua, vapor, petróleo
crudo y productos refinados. El
primer lote de viviendas permanen­
tes —250 unidades familiares para
obreros— hechas de bloques de con­
creto fabricados en una planta in­
mediata, está a medio terminar y
pronto se iniciará la construcción
de un club para el personal vene­
zolano y una escuela para sus hijos.
Casi 70 kilómetros de carreteras
surcan hoy la enorme extensión de
arenales y cactus.
Los trabajadores están termi­
nando de instalar dos gigantescas
calderas de vapor, capaces de pro­
ducir 90.000 kilos de vapor por hora.
" También se están montando
dos turbo-generadores de 7.500 kw
cada uno. Estas instalaciones eléc­
tricas estaban a medio terminar en
agosto. Un gran almacén y los
talleres de reparaciones mecánicas
y mantenimiento, así como el ga­
raje, están a punto de concluirse.
La construcción del alambique de
tubos está por más de la mitad.
El moderno hospital de la refine­
ría lleva ya casi un año prestan­
do servicios.
La servidumbre de paso para
el acueducto que traerá miles de
barriles diarios de agua potable
desde los manantiales de Siburúa,
en las inmediaciones de Coro, has­
ta la Bahía de Amuay, se está ya
despejando y limpiando (véase El
Farol, abril de 1949) y se hacen
preparativos para empezar la cons­
trucción de este acueducto. Las
obras serán realizadas conjunta­
mente por el Gobierno Nacional,
la Shell Caribbean Petroleum Com-
pany y la Creóle. Se efectúan
trabajos en las bombas y tuberías
que tomarán miles de barriles de
agua salada del Golfo de Venezue­
la, para utilizarla en el sistema de
refrigeración de la refinería.
El gran oleoducto de Ulé-Amuay,
que suministrará crudo a la refi­
nería, ya está transportando -casi
300.000 barriles diarios desde el
campo costanero Bolívar hasta
Amuay. Este petróleo se carga en
la actualidad a bordo de tanque-
ros en el espacioso muelle de que
la Creóle dispone en Amuay, para
enviarlo a las refinerías fuera de
Venezuela. Entre estas instalacio­
nes portuarias figuran una masa
de tuberías y potentes bombas,
tres atracaderos y un muelle flo­
tante que permite anclar a ocho
tanqueros y cargueros. Cuando la
refinería esté terminada, elaborará
60.000 barriles diarios de petróleo
q u e ' llega por el oleoducto y el
resto se exportará por el terminal
de Amuay.
Los planes prevén la apertura
de la refinería a principios de 1950,
con producción inicial de un alam­
bique de crudo a presión atmos­
férica y una planta de asfalto.
En los comienzos, la refinería ela­
borará gasolina de carros, kerosene,
aceite diesel, petróleo combustible,
asfalto para carreteras y revesti­
mientos y ciertas cantidades de
Varsol y gasolina blanca.
Hacia finales de Í950 se aña­
dirá un alambique de crudo con
destilación por vacío, capaz de
producir bases para aceites lubri­
cantes y productos de cracking.
Aproximadamente el 75% de la
producción de la refinería se ex­
portará, mientras que el 25% se
destinará al consumo nacional, pues
el mercado venezolano no podría
absorber toda la producción.
Aunque los contratistas y la
Creóle han empleado más de 5.000
trabajadores en la construcción de
la refinería y sus instalaciones au­
xiliares, se calcula que sólo se re­
querirán unos 1.700 hombres para
manejar el proyecto después de
que esté terminado.
No transcurrirá mucho tiempo
hasta que el rugir del tractor y el
golpeteo de los martillos sean sus­
tituidos por los zumbidos de los
generadores en movimiento y el
silbido del vapor, cuyos ecos se
reflejarán en los riscos que dominan
la Bahía de Amuay. Y poco tiem­
po después ge escucharán las risas LA REFIN E RIA comenzó a tomar
de los niños: y las voces de espo­ forma cuando esta gigantesca grúa
sas felices y hombres atareados. emplazó las secciones de la torre frac-
Estos también son sonidos de pro­ cionadora en julio. La torre mide 30
greso, y para hombres previsores mts. de alto y pesa 100 toneladas. Es
representan los sonidos del éxito. el “ corazón” de la planta refinadora.
19
LA CARRERA arrancó el 16 de agosto de Caracas. W. S. Link, organiza- LA ANTO RCH A pasa de manos en
dor del maratón, entrega la antorcha en presencia de la Junta Militar. el crepúsculo, cerca de Bachaquero.

reinta y tres corredores

CARRERA DE POSTAS
T representando seis Estados
y el Distrito Federal sen­
taron un precedente en la
historia del atletismo venezolano,
al llevar una antorcha encendida

GRAN MARATON desde Caracas hasta Maracaibo,

como parte de las ceremonias para
celebrar el Trisesquicentenario del
Descubrimiento del Lago.
Durante 70 horas con 54 mi­

CARACAS-MARACAIBO nutos estuvieron corriendo; de día

y de noche, por empinados cami­
nos montañosos y calurosas carre-
terras; a través de pequeños ríos

EL PUBLICO que vitorea al corredor en Punta Gorda, también estuvo EDUARDO CARDOZO, de losem -
estacionado en la carretera durante una o dos horas esperando la antorcha. pleados de la Creóle que corrieron.

20
CADA CORREDOR recibe masajes TRES CORREDORES se desmayaron en el cálido trayecto entre
antes y después de haber corrido. Taborda y San Felipe y a otro se le abrió un tobillo cruzando un río.

y por calles abarrotadas de gente
que aplaudía, hasta cubrir la dis­
tancia de 867 kilómetros desde
Caracas a Palmarejo a un prome­
dio de 30 kilómetros por atleta.
Opinase que es ésta la carrera
más larga que se ha hecho en la
América del Sur.
Los corredores, quienes iban
acompañados de una ambulancia,
tres autobuses, dos camiones y dos
camionetas, tomaron la carretera
desde Caracas por Taborda, San
Felipe, Barquisimeto, Carora, M o-
tatán, Bachaquero y Palmarejo. La
carrera se desenvolvió tan bién,
que se adelantaron en 20 horas a
los cálculos y tuvieron que dete­
nerse un día en Bachaquero para
no llegar a Maracaibo antes de la
hora convenida.
Los atletas hicieron un pro­
medio de •12 kilómetros por hora.
Cada uno corrió dos etapas de una
hora cada uno y una tercera de
tres kilómetros y medio. Mario
Sánchez, del Distrito Federal hizo
la mejor marca, al correr 30 kiló­
metros con 150 metros en 130
minutos con 28 segundos. Eliodoro
Castellano del Distrito Federal, y
Clemente Morillo, del Estado Ca-
rabobo, llegaron de segundo y ter­
cero, respectivamente.
La carrera fué organizada por
la Asociación Atlética del Zulia,
la cual recibió excelente coopera­
ción de la Junta Militar, las Fuerzas
Armadas y el Ministerio de Edu­
cación. El Distrito Federal y los
Estados Aragua, Carabobo, Lara,
Miranda, Yaracuy y Zulia, por cu ­
yas ' jurisdicciones cruzaron los co­
rredores, enviaron sus representan­
tes al maratón.

BEBIDAS HELADAS dan su bienvenida en los autobuses, LOS CORREDORES llegaron a la Plaza Bolívar el día 20
pero los alimentos restantes han de obtenerse en las ciudades y a las 7.30 p. m. y encendieron el fuego ante Bolívar.

21
DESPUES DE H ABER cumplido
con la importante tarea de empujar
el petróleo fuera de la tierra, el gas
es quemado, porque si se le soltase
al aire, contaminaría el ambiente.
as altas llamaradas ro­
L jas de los mecheros son
un espectáculo familiar en
la mayoría de los cam­
pos petrolíferos venezolanos. Es
probable que casi todos nuestros
lectores sepan que estas gigantes­
cas bengalas son debidas a la igni­
ción del gas nátural que sale a
gran presión a la superficie mez­
clado con el petróleo crudo.
Pero poca gente sabe que an­
tes de quemarse, éste gas desem­
peña un papel vital en la pro­
ducción del petróleo. Es su ener­
gía —mezclada con el petróleo— la
que empuja el crudo pesado hacia
la superficie desde las profundas
oquedades en que se esconde. La
fuerza expansiva del gas, aprisio­
nada en millones de pequeñas bur­
bujas dentro del aceite pesado, ha­
ce literalmente que éste se eleve
como si lo soplasen. En la boca
del pozo, el gas se separa del pe­
tróleo y queda en forma de vapor.
En éste estado, el gas con­
tiene una gran energía. Debido a
que es muy inflamable, puede uti-
tilizarse para calefacción o como
combustible. En los Estados Uni­
dos, por ejemplo, el gas proceden­
te de los pozos petrolíferos se uti­
liza mucho para calefacción du­
rante el invierno y también como
combustible industrial y para co­
cinar en los hogares.
No obstante, el uso del gas
en tan gran escala no es factible
en Venezuela, pues no hay que ca­
PLANTAS COMO ésta, en La Mulata, Estado Monagas,
sirven para mejorar la calidad del petróleo por medio
del gas y luego reinyectar éste en las formaciones.
lentar las casas debido a la suavi­
dad del clima. El gas natural po­
dría utilizarse industrialmente en la
zona de Caracas-Maracay-Valencia
(ya se usa en Maracaibo), pero
tendría que competir con el kero­
sene y la energía eléctrica, que
son relativamente baratos. Para
traer el gas hasta la citada zona
desde nuestra fuente de abasteci­
miento más cercana habría que gas-
ta r aproximadamente Bs.
100.000.000. El reembolso de esta
inversión sería tan lento que se
necesitarían muchos años para re­
cuperar el capital gastado al prin­
cipio. Y una compañía petrolera
como la Creóle, que necesita can­
tidades cada vez mayores de ca­
pital para atender a los requeri­
mientos de su propio negocio, no
puede permitirse con facilidad in­
movilizar tan grandes sumas en
un gasoducto hasta Caracas.
La historia del gas natural en
otras naciones ha demostrado que
este recurso' se lanza mejor al mer­
cado a través de compañías de ser­
vicios públicos, creadas específica­
mente para tal fin. Y a menos
que existan mercados industriales
seguros, ha habido que utilizar en
ocasiones fondos públicos como
complemento del capital privado
dispuesto a cubrir esta inversión
a largo plazo y con un interés
reducidísimo.
Sin embargo, hay una segunda
posibilidad de emplear en gran es­
cala el gas natural después de ha­
berlo usado para producir el petró­
leo. Esta consiste en reinyectar el
gas en los yacimientos para mante­
ner una gran presión con objeto de
continuar produciendo petróleo. El
gas puede ser devuelto a las entra­
ñas de la tierra para que desempe­
ñe de nuevo el mismo papel que
realizó cuando llegó primero a la
superficie: elevar el petróleo consigo
El valor de este proceso estriba
no sólo en la mayor cantidad de pe­
tróleo que se extrae, sino también
en el ahorro que representa el uso
del gas como medio de impulsión
del petróleo, en lugar de tener que
utilizar la costosa elevación por me­
dios artificiales (bombas eléctricas)
más adelante, cuando durante la vi­
da del pozo se ha agotado la pre­
sión del gas natural.
En una planta de mantenimien­
to de la presión, gigantescas bom­
bas devuelven al subsuelo el gas.
Los gases entran por un pozo que
ha sido elegido a causa de su em­
plazamiento, por lo general en la
parte alta de una formación petro­
lífera. El gas debe comprimirse de
tal manera que se introduzca en la
capa de gas —o cresta gasífera— que
se suele encontrar en- la parte alta
de las arenas petrolíferas. Si el gas
se inyecta de forma que salga de­
bajo de las arenas petrolíferas cita­
das, se escapa por los poros y su
valor para mantener la presión se
pierde en gran parte.
La descripción que antecede es
una aventura costosa. No es tarea
sencilla devolver al interior de la tie­
rra millares de metros cúbicos de
23

gas a enorme presión. Una planta
típica de reinyección de las que
existen en Venezuela en la actuali­
dad (que sólo reinyecta una fracción
del gas producido) cuesta aproxima­
damente Bs. 6.000.000.
Es evidente que nadie va a in­
vertir esta cantidad de dinero en re-
inyectar ’ gas en el subsuelo por la
posibilidad de que éste gas pueda
utilizarse para fines industriales en
una fecha indeterminada del futu­
ro. Cuando una compañía petrole­
ra, tal como la Creóle, construye
una costosa planta de reinyección
debe estar razonablemente segura de
que el proyecto reembolsará en un
plazo razonable el capital invertido
con una mayor extracción de petró­
l e o , y una explotación más eco­
nómica.
Nuestra compañía ha efectua­
do minuciosos estudios en todos sus
campos de Venezuela. —y continúa
analizando su comportamiento— en
busca de oportunidades para rein-
yectar el gas en los yacimientos y
aumentar la extracción de petróleo.
Una de las facetas más difíciles del
problema, desde el punto de vista
de conservación, es que en los cam­
pos donde se quema un mayor por­
centaje de gas (en proporción a ca­
da barril de petróleo producido) el
costo de la reinyección es más grande.
Cuanto más elevada es la re­
lación gas-petróleo (la cantidad de
gas que se produce en unión de ca­
da barril de petróleo) más costoso
resulta para la compañía el bombeo
del gas al yacimiento. Esto equi­
vale a decir que cuando se gasta
dinero para reinyectar gas, los fon­
dos deben proceder del petróleo que
se produce y del que la empresa
puede obtener un beneficio. Y son
precisamente los pozos que produ­
cen menos petróleo los que con fre­
cuencia rinden más gas.
La inyección también plantea
24
otros problemas. Incluso después
de que los ingenieros han realizado
prolongados estudios de laboratorio,
existe una incertidumbre considera­
ble. Por ejemplo, los técnicos no
siempre pueden calcular con preci­
sión la cantidad exacta de gas que
readmitirá un pozo. Las arenas si­
tuadas a muchos cientos de metros
bajo la superficie no pueden visua­
lizarse con exactitud en los ensayos
y, por ello, su permeabilidad, o sea,
su capacidad para reabsorber gran­
des cantidades de gas, es difícil de
predecir.
Por ejemplo, en las formacio­
nes muy permeables, el gas puede
tomar trayectorias imposibles de pre­
ver e introducirse en los recovecos
del subsuelo sin desplazar petróleo,
que es lo que deseaban los ingenie­
ros. También puede suceder que
encuentre en su camino arenas de
estructura muy apretada, que hacen
tan lenta la entrada del gas que el
impulso de su presión se pierde ca­
si por completo
En otras ocasiones, se ha rein-
yectado gas en un campo sin éxito,
pues luego se ha comprobado que el
agua sobre la cual se encuentra el
petróleo posee presión suficiente pa­
ra elevarlo hasta la superficie. En
la práctica, la inyección del gas pue­
de perturbar la impulsión del agua,
resultando así perjudicial para au­
mentar la extracción de petróleo.
Los ingenieros de la Creóle afir­
man que la valoración correcta de
la inyección sólo puede lograrse me­
diante pruebas prácticas. Al inyec­
tar a presión pequeñas cantidades
de gas en las arenas petrolíferas,
el efecto de ésta reinyección puede
apreciarse mejor en condiciones rea­
les. . y con mucha más precisión
que en un laboratorio de Caracas.
Por lo tanto, la política de la Creóle
ha sido proceder con el mayor cui­
dado. Para ello se ha reinyectado
gas en diversos campos sobre una
base experimental, o de “ planta pi­
loto” . Una vez que se comprueba
el éxito de esta reinyección, las
plantas pueden ampliarse.
'En sus esfuerzos para utilizar
el gas natural, la Creóle ha creado
complicados dispositivos mecánicos,;
tales como el analizador eléctrico
de yacimientos petrolíferos (adapta­
ción der cerebro eléctrico). Este
analizador permite que se reúna la
masa de información matemática
necesaria para prever el comporta­
miento de los campos petrolíferos.
Las dificultades que encierra
el decidir cuando hay que reinyec­
tar y cuando no, pueden ilustrarse
explicando dos casos en que la
Creóle construyó costosas plantas
para tal fin.
Hace veinte años, la Creóle cons­
truyó sus primeras plantas de man­
tenimiento de presión en el cam­
po costanero Bolívar, levantán­
dose tres unidades, que resul­
taron muy caras. Ninguna de
las tres fué un éxito económico y
ya no están funcionando. La pre­
sión en el yacimiento no se man­
tuvo como los ingenieros habían
predicho. En otro caso -la planta
de Quiriquire- fué imposible el apro­
vechamiento secundario del gas me­
diante la extracción de gasolina de
los vapores, porque existía un gran
contenido de anhídrido carbónico.
El fracaso del mantenimiento
de la presión en el campo cos­
tanero Bolívar ha sido compen­
sado, por otra parte, con el
éxito de la nueva planta que la
compañía tiene en Jusepín, la cual
está funcionando desde 1947. Allí,
la introducción de una cantidad re­
lativamente pequeña de gas (sólo
142.000 metros cúbicos diarios) en
una única formación arenosa ha ser­
vido para lograr una recuperación
adicional de más de 150.000 barriles
de crudo desde que empezó la ope­
ración. El éxito de este proyecto
ha alentado a los ingenieros
para aumentar mucho la cantidad
de gas que se reinyecta en éste
campo.
A pesar de los riesgos que en­
cierra, los ingenieros de la Creóle
continúan adelante con sus proyec­
tos para nuevas plantas de reinyec­
ción en otros campos. En las me­
sas de dibujo se encuentra en la
actualidad una planta para el cam­
po de El Roble, que quizá cons­
tituya el próximo esfuerzo de im­
portancia de la compañía para uti­
lizar aun más sus recursos en gas
natural.
Igual que en algunos proyec­
tos de aprovechamiento de gas de
la compañía, se piensan incluir uni­
dades de absorción de gasolina y de
estabilización en la planta de El
Roble.
Estas unidades se utilizan para
extraer gasolina del gas y para evi-
 Estas unidades se utilizan para embargo, cuando el gas está sepa­ to adicional y económico. Este gas
extraer gasolina del gas y para evi­ rado del petróleo sólo puede em­ ya ha sido usado para ayudar a
tar la evaporación del vapor de ga­ plearse para usos adicionales cuan­ producir petróleo, y la falta de ul­
solina contenido en el crudo. El do resulta económico hacerlo. Cual­ terior aprovechamiento del mismo
gas natural no siempre tiene la cali­ quier aplicación ulterior, o “ conser- no es un derroche deliberado por
dad necesaria para usarlo en éstas vación” del gas, debe determinarse parte de la compañía explotadora.
operaciones. Sin embargo, cuando por un patrón económico. No es más que una simple manifes­
sí lo es, aumenta mucho la atrac­ tación de la ley económica de que
Si no se encuentra una aplica­
ción que ofrece su empleo desde el las cosas carecen de valor a me­
ción adicional para el gas, hay que
punto de vista económico. nos que exista demanda para su
hacerlo perderse en la atmósfera. .,
o “ quemarlo” . uso. El diamante que se cotiza a
Aunque tal planta cubriría un precio fabuloso en una joyería
por sí misma su costo en un neoyorquina puede no valer nada
corto número de años, la em­ La Creóle utiliza hoy eficaz­
mente el gas natural que produce, para un nómada del Sahara. De
presa tiene que estudiar si es po­ manera semejante, el gas natural
sible realizar tal inversión en los dentro de la justificación que ofre­
ce la posición económica de la com­ puede usarse para calentar millones
momentos actuales, pues existen de hogares en el Canadá, pero en
otras considerables demandas de ca­ pañía. Para finales de este año, la
empresa empleará 2.886.600 metros un país tropical, tal como Vene­
pital contra la bolsa de la compa­ zuela, su valor para calefacciones
ñía. Los importantísimos desem­ cúbicos diarios del gas que produce,
aunque hay que reconocer que esta es casi nulo.
bolsos originados por la refinería de
cifra sólo representa el 16% del to­ Adhiriéndose estrictamente a sus
Amuay y el oleoducto Ulé-Amuay
tal disponible. No obstante, repre­ principios de servicio público, la
han agotado los fondos disponibles
senta un aprovechamiento muchísi­ Creóle ha hecho considerables esfuer­
para proyectos de envergadura en
mo mayor que el promedio para zos para aplicar el gas natural que
otros lugares de Venezuela.
la industria en Venezuela. Otros produce en usos económicos. En
Y ahora, con la demanda de proyectos que se están estudiando algunos casos, los resultados obte­
crudo reducida en los mercados consumirían 11.300.000 metros cú­ nidos de los proyectos de aprove­
mundiales y la consiguiente rebaja bicos más diarios, elevando el total chamiento del gas natural no han
de precios, la compañía se enfrenta de gas utilizado hasta el 77% del justificado las grandes sumas inver­
con la necesidad de disminuir su volúmen producido por la compa­ tidas en ellos. Sin embargo, la com­
producción. Esta situación ha re­ ñía. La construcción de estos pro­ pañía iniciará en el futuro ciertos
trasado todo nuestro programa de yectos adicionales depende en todos proyectos adicionales de conserva­
desarrollo, incluyendo una mayor los casos del valor económico del ción, y también es de esperar que
aplicación del gas producido en proyecto en sí. los intereses particulares encuentren
nuestros campos. ulteriores usos, relacionados con la
El resto del gas se quema y expansión industrial venezolana, pa­
Analicemos un caso reciente. continuará quemándose, pues no
La compañía había proyectado em­ ra el gas natural que en la actua­
plear 340.000 metros cúbicos de gas existe posibilidad de aprovechamien­ lidad se produce.
diarios, procedentes del campo de
Quiriquire, en su refinería de Ca-
ripito. Para transportar este gas LAS PLANTAS estabilizadoras y reinyectadoras son complejas y costo­
desde los pozos de Quiriquire a la sas, como se puede ver en la gráfica de la planta de la Creóle en Jusepín.
refinería habría sido necesario ten­
der un gasoducto y construir otras
instalaciones que costaban alredor
de Bs. 3.000.000. La compañía
preparó todos los proyectos reque­
ridos, e incluso encargó la tubería
para el gasoducto. Sin embargo,
cuando la demanda de aceite com­
bustible disminuyó de repente, la
compañía no pudo vender todo el
crudo de sus pozos del Oriente de
Venezuela. En lugar de invertir
Bs. 3.000.000 para un nuevo ga­
soducto, la economía dictaba que
parte del aceite combustible que se
estaba produciendo (y para el que
no existía mercado) se utilizase
para las calderas de la refinería de
Caripito. Así se está haciendo y
el proyecto de gasoducto se ha
dejado en suspenso hasta que pue­
da justificarse económicamente el
uso del gas.
El empleo del gas natural es
y será siempre un problema de eco­
nomía.
Cuando se produce por prime­
ra vez, en unión del petróleo
crudo, el gas tiene una aplicación
y valor definido, pués su energía
fuerza al petróleo pesado a subir
hasta la superficie de la tierra. Sin
 Un paraíso perdido

e sol a sol, de luna a luna,

D bajo todos los signos del
Zodíaco, el valle de San­
tiago de León de Caracas
gozaba de un delicioso frescor de
primavera. Lo regaban cuatro pe­
queños ríos de aguas constantes,
alimentados por una red de fluyen­
tes cauces menores. Lo rodeaban
por el Sur graciosas colinas cubier­
tas de vegetación. Al Norte, el ra­
mal costanero de Los Andes, cuyas
más altas cimas son el Naiguatá
y la Silla del Avila, ostentaba tam­
bién el follaje de espesos matorra­
les. El valle mismo, salvo en las
partes ocupadas por la ciudad, era
asiento de una exuberante masa
forestal. Cedros, caobos, bálsamos
y otras especies preciosas se dispu­
taban en sus selvas la supremacía
del verdor. El termómetro no ba­
jaba allí de los ocho grados cen­
GUARDIAS FORESTALES EN RECORRIDA. Desde 1.936 la División tígrados, ni subía más allá de los
Forestal ha plantado más de 3.000.000 de árboles en el territorio nacional. veintiocho: el clima ideal. Las bri­
sas del valle tibio y las de la mon­
taña fría se le rendían a la ciudad.
Poco a poco, casi insensiblemen­
te, como heridas por la saña de una
HOY, A PESAR DE LAS M EDIDAS que se han venido tomando, la desnu­ oculta consunpción, la floresta fué
dez de la tierra ha sustituido a la floresta en muchos lugares de Venezuela. enraleciendo, y las aguas comenza­
ron a enflaquecer. En 1838, el Con­
cejo Municipal de Caracas, insti­
gado por la alarma de los espíritus
más avisados, nombró una comisión,
encabezada por el sabio Dr. José
Ma. Vargas, para abordar el es­
tudio del problema.
La comisión rindió un lumino­
so informe. Después de exponer los
principios de la física que explican
y demuestran el influjo de los bos­
ques sobre la abundancia de las
aguas, recomendó prohibir “ por una
estricta y bien entendida policía,
toda destrucción, aún la más pe­
queña,” de los bosques y de cual­
quier vegetación asentada sobre las
cumbres y cuestas meridionales del
Avila, desde Sanchorquíz hasta el
Oeste de las vertientes de Anauco.

La “ Sultana” sedienta

No se hizo caso al dictamen

del sabio y de sus distinguidos com ­
pañeros de comisión. Cuando las
aguas de los ríos Catuche y Anau-
co se hicieron insuficientes para
abastecer la ciudad, se recurrió, su-
sesivamente, a las del Cotiza, el
Caraota, el Macarao. A medida que
crecía la población, menguaba, en
proporción inversa, la espesura de
los bosques, taumaturgos del río y
de la fuente. En 1931 la ciudad
tuvo que recurrir al bombeo de las
aguas subterráneas. Todavía el
abastecimiento era insuficiente.
Hoy, no obstante las medidas
que se han venido poniendo en prác­
tica — todas tardías, a veces naci­
das entre arranques de audacia,
pero las más inconstantes y siem­
pre enanas para la magnitud del
problema— la desnudez de la tierra
ha sustituido a la floresta, los cau­
ces resecos a los manantiales. Es
el reinado de la sed. Barrios ente­
ros han pasado, a veces hasta se­
manas, en angustiosa espera, sin que
el chorro de agua generoso cayen­
do en el tanque casero venga a
golpear sus corazones con un poco
de fresco alborozo. Y cada día la
"Sultana” sedienta busca nuevas
fuentes más lejanas para mojar sus
labios: La Mariposa, Agua Fría,
El T u y.......... el río Puerto La Cruz.
Henry Pittier, eminente bota­
nista suizo que ha consagrado a
Venezuela más de seis lustros de su
profundo saber y su esclarecido en­
tendimiento de la naturaleza, fué
quien, al comprobar con tristeza la
sequía que se apodera del Tuy, su­
girió por primera vez la “ esperan­
za” del río Puerto La Cruz.
“ Y nuestros bosques,
¿qué se han hechoV’
Mientras tanto, el problema no
afecta solamente a Caracas. “ Es
evidente” — dice el Prof. Pittier—
“ que en toda la parte más poblada
del país van dismiuuyendo y hasta
faltando en largos períodos las aguas
potables y, en las épocas cuando
más se necesitan, las de riego. La
situación amenaza volverse catastró­
fica, si no lo es ya en ciertas
secciones.”
Pero, ¿que ha sido, podríamos
preguntarnos, del vasto y exuberan­
te emporio verde que cubriera otrora
el territorio nacional de Venezuela?
No han sido piratas bucaneros quie­
nes han robado el tesoro; ni tam­
poco puede atribuirse la sustracción
a la mano inescrupulosa del pecula­
do político. ¿La naturaleza misma?
Ella, por ley divina, tiende más bien
a preservarse.
El despojo ha sido tan gradual,
tan insensible, y al mismo tiempo
tan al descubierto, que escasamen­
te habríase podido notar la dismi­
nución de la gran riqueza hasta que
su ausencia hizo exclamar a una
población sedienta: “ ¿Porqué no
llueve?” ................“ Y nuestros bos­
ques, ¿que se han hecho?” .
En su búsqueda augustiosa del te­
soro la nación sorprendida ha descu­
bierto que la erosión, en proporciones
inauditas, es el rastro solitario y
desolador dejado por las selvas, los
abundantes ríos, las fuentes canta­
rínas y el frescor de primavera can­
tados por los poetas del siglo pasa­
do. Y que la sola responsable de
la pérdida ha sido una ciudadanía
indiferente y no informada.
El oro verde de los bosques ha
sido destruido por una sucesión de
inadecuadas prácticas agrarias; es­
camoteado por los cortes indiscri­
minados de madera para usarla co­
mo combustible, en la construcción
y en el comercio; abatido por el
abuso de las explotaciones pecua­
rias; arrasado por el pisotear des­
tructor de los cabríos; desangrado
por las arterias carreteras que des­
garran las colinas hasta hacerlas
mostrar su carne arcillosa; incinera­
do en los métodos de cultivo de
nuestros conuqueros; y por último,
consignado al mar en los embar­
ques del cultivo vertical, a bordo
de las crecientes. Y así, donde o-
trora señoreaban las selvas, hoy só­
lo queda la calva leprosa de las
montañas desprovistas de vegeta­
ción. Unos pocos árboles, aquí, y
allá, han sobrevivido. Pero estos
heridos veteranos no pueden pre­
sentar batalla a las ocasionales llu­
vias, las cuales, al no encontrar
ninguna resistencia, siguen su cade­
na de estragos, causando una de­
vastación al infinito.
La respuesta de la tierra
Y por violar voluntariamente tituida a su magnitud original­
las leyes déla naturaleza, el hom­
bre es castigado con la más seve­
ra de las penalidades, la irregula­
ridad de las aguas..........la sed. Esa
es la respuesta de la tierra. Ese el
mensaje, cargado del más encareci­
do énfasis de angustia, que han lo­
grado recoger los expertos al obser­
var la mayoría de las hoyas hidro­
gráficas del país.
En la del Motatán, por ejem­
plo, la voluminosa sedimentación
ocurrida durante las épocas de llu­
via ha trastornado allí las opera­
ciones de irrigación del proyecto del
Cenizo, la obra de mayor enverga­
dura en su género emprendida en Ve­
nezuela. El Ministerio de Agricul­
tura y Cría, en colaboración con el
MOP, está poniendo en práctica en
el área medidas de conservación ra­
cionalizada. Se han construido una
serie de represas para restringir la
viciosa irregularidad de las crecien­
tes, pero todavía el cieno aluvional
sigue obstruyendo el sistema y dis­
minuyendo la fertilidad de los sue­
los. La erosion resultante ha en­
torpecido de paso la unidad hidro­
eléctrica de Val era.
En la hoya hidrográfica del Apu­
re la erosion amenaza de peligro la
región de San Fernando, abatida
por las inundaciones durante la é-
poca de las lluvias y achicharrada
de sol y de fuego durante los me­
ses de sequía. Alrededor de 15.000
cabezas de ganado perecen anual­
mente ahogadas en las inundaciones
que se incuban en las deforestadas
vertientes de la cordillera andina.
El lodo aluvional venido de esas
mismas cuestas está cegando los
cauces de los ríos que cruzan las
planicies de la región marabina en
el Zulia. Los llanos tienen ahora
una capacidad de albergue tan in­
ferior que sólo soportan actualmen­
te apenas una fracción de su po­
blación de antaño. La parte meri­
dional del Lago de Maracaibo es
víctima de las inundaciones del
Chama, cuyas crecientes han exter­
minado a Garcitas y amenazan aho­
ra a Santa Bárbara. Los detritus
perturban la planta de luz de San
Cristóbal en el río Cordero.
Debido al alto grado de depo­
sición de los suelos en el proyecto
de irrigación de Suata, destinado a
irrigar y restaurar 3.500 hectáreas
en Aragua, el programa permanece
atrasado. Despojado de sus bosques,
el proyecto puede apenas servir
alrededor de 1.800 hectáreas; ¿Cau­
sa?: Los efectos corrosivos de la de­
posición de lodo en el reservorio.
Una vez controlada la erosión, la
capacidad de la obra podría ser res­
mente planeada y un área mayor
aprovecharía sus servicios.
Aunque el proyecto de Guata-
paro, cerca de Valencia, cuenta con
una represa y a terminada, su re­
servorio está siendo cegado. El
proyecto de Cumaná, terminado en
1947, está también sufriendo dis­
minuciones debido a los ingresos
depositados por la erosión.
Al decir de William Vogt, eco­
logista de la Unión Panamerica­
na, “ en pocas partes del hemisfe­
rio, la tierra y los recursos de ella
derivados —suelos, agua, forestas,
pastos, fauna y flora— han sido tan
drásticamente maltratados como en
algunas secciones de Venezuela” .
“ El abuso de la tierra, la destruc­
ción de su cubierta vegetal y la
pérdida de los suelos ha ocasiona­
do un verdadero cambio climático
en algunas regiones..........la tierra
está degenerando!” . “ En muchas
partes, “ los cursos de agua están
desapareciendo debido a la destruc­
ción de la capa vegetal” . “ La re­
tención del agua en la tierra es el
verdadero corazón del programa de
conservación de Venezuela.”

POR VIOLAR VOLUNTARIAM ENTE las leyes de la naturaleza, el
hombre es castigado con la más severa de las penalidades: la irregularidad
de las lluvias, el agotamiento de las fuentes de agua............. la sed.
II
Medidas restauradoras
Desde hace algún tiempo el go­
bierno ha venido tomando medidas
para la racionalización del desarro­
llo de sus recursos madereros y la
conservación de los bosques y de
las aguas. A partir de la creación
de la división forestal en 1936, ésta
ha p l a n t a d o aproximadamente
3.000.000 de árboles en varias ho­
yas hidrográficas, las más impor­
tante de las cuales es la región de
Bejaraño, cerca de Macarao, donde
se han sembrado 60.000 árboles en
una extensión de 1.200 hectáreas.
Allí, además, el ingeniero Oscar
Grossman, Jefe de la Sección de
Reforestación, Vigilancia y Conser­
vación de Hoyas Hidrográficas del
Acueducto de Caracas (INOS), al
frente de un bien organizado con­
junto, tiene a su cuidado un terri­
torio de unas 40.000 hectáreas, de
donde previamente han sido expul­
sados los conuqueros y los cabríos.
El Ministerio de Obras Públi­
cas, a cuyo cargo están los pro­
yectos de irrigación y de drenaje
en todo el país, ha venido tratan­
do de detener la erosión por medio
de la restauración de los bosques.
Un vivero de importancia fué co­
menzado en Maracay en julio de
1948, para la reforestación de las
montañas y para detener la sedi­
mentación en los canales de irriga­
ción de aquella área.
El vivero de de Suata tiene
28
70.000 almácigos listos para ser
trasplantados a la región de Aragua
durante la época de lluvias, según el
Dr. Gustavo Padilla, de la Divi­
sión de Agronomía Económica del
MOP. Con ello se piensa restable­
cer el equilibrio de los suelos en
derredor del proyecto del mismo
nombre.
El ingeniero del MOP, Henrique
Ponte, está actualmente ocupado en
la recolección de árboles y semillas
para controlar la erosión en el pro­
yecto de Cumaná, causada en su
mayor parte por el efecto de fuer­
tes y persistentes vientos. La de­
rivación del proyecto parte del río,
pero debido a su posición topográ­
fica, el canal se llena con deposi­
ciones arrancadas por el viento de
las colinas cercanas. Provisional­
mente se está sembrando una como
verja de cactus, mientras la barre­
ra de árboles que habrá de reempla­
zarla esté lista para su función pro­
tectora. También el sembrado de
"Conejera” , para una fijación in­
mediata de los suelos se está lle­
vando a cabo. Así, la reforestación
proveerá a la vez a la retención
del agua y a la conservación del
suelo.
Las demás hoyas hidrográficas
en tratamiento incluyen los sectores
de Los Indios, Palo Negro, Coticita,
El Papelón, Los Flores, Guamita,
Perico, Infiernito, El Pinar, El Cal­
vario y Agua Negra, Catia, Marga­
rita, Aguare, Blanco de Cura y El
Corozal. La división realiza actual­
mente estudios de reforestación para
Güigüe, Estado Carabobo, y Mar­
garita, Estado Nueva Esparta, en
colaboración con el INOS y la
AI A. Durante un período de cua­
tro años, el departamento ha dis­
tribuido gratuitamente 300.000 almá­
cigos entre varias entidades, en su
mayoría agencias gubernamentales.
Una labor que se lleva a cabo
con encomiable celo es la selección
de árboles apropiados para la refo­
restación. El Apamate, Araguaney,
Guásimo, Onotillo y Quiripiti tienen
extensa representación en las plan­
taciones ya efectuadas. La especie
leguminosa conocida por el nombre
de Quinchoncho está también sien­
do utilizada en muchas partes, de­
bido a la dispersión de sus semi­
llas, su facultad de rápido creci­
miento y de eficaz fijadora del sue­
lo para acelerar la regeneración nor­
mal de otras plantas y árboles na­
tivos de la región. En observación
para usarla en futuras reforestacio­
nes están el Samán, Caujaro, Ce­
dro, Caoba, Pino, Casuarina, Cas­
carón, Cedrillo, Grebilea, Guamo,
Roble, Cañafístola, Almendro, Ura-
pe, Mulato, Bermuda, Acacia, Tara,
Flor de Reina y Zamuro. De éstas
sólo la Casuarina, el Cascarón y la
Grebilea son especies extranjeras.
Desde julio de 1948, dos botánicos
polacos, W. Hitskij y P. Chrocie-
chowsky, han venido empleados por
el INOS y trabajan en el cuartel
general del Instituto en Palo Ne­
gro, donde, dicho sea de paso, fun­
ciona el vivero forestal más impor­
tante de Venezuela. Estos botáni­
cos han clasificado ya un gran
número de plantas y flores de la
región, mientras simultáneamente
practican experimentos con diferen­
tes especies.
Las escuelas forestales
Además ,de las plantaciones y de
la selección de especies, la división
forestal se ha dedicado a la forma­
ción de un personal técnico eficiente.
Hoy cuenta con 90 guardas y 48
inspectorías forestales, en servicio en
Portuguesa, Barinas, Zulia y Bolí­
var, número éste a todas luces in­
suficiente para descargar los nume­
rosos deberes que le impone la Ley
Forestal y de Aguas y llevar a ca­
bo una labor nacional cabal. De­
bido a la vastedad de las regiones
a ellos encomendadas y a las difi­
cultades de transporte, los deberes de
estos funcionarios se han hallado
en gran parte confinados a la recau­
dación de derechos sobre el corte
de maderas a medida que éstas son
movidas hacia los aserraderos. Ade­
más aunque la Ley obliga a los ex­
plotadores madereros a plantar tres
árboles por cada uno cortado, la
medida ha reultado fallida en la
práctica, aún en el caso de explota­
dores bien intencionados. “ Por fal­
ta de conocimientos técnicos sobre
la vida forestal— dice un funciona­
rio— los explotadores han perdido
su tiempo en plantar árboles que ya
han desaparecido” .
La Universidad de Los Andes
está impartiendo un curso de cua­
tro años en forestología por prime­
ra vez en Venezuela. Dicho curso,
iniciado recientemente bajo la direc­
ción del Dr. M. A. González Vale,
un graduado de la Universidad de
Yale, tiene una inscripción de alre­
dedor de cuarenta alumnos Un en­
trenamiento limitado en forestolo­
gía se viene impartiendo en el Ins­
tituto de Maracay, y un curso de
entrenamiento de dos años, compa­
rable al de los Cuerpos Civiles de
Conservación de los Estados Uni­
dos, se dicta en la Escuela Forestal
de El Junquito, la cual tiene una
inscripción de 120 alumnos. Esta
última unidad, inaugurada hace dos
años, será trasladada posiblemente
a la Guardia Nacional si llegan a
realizarse los actuales planes. La
insinuación ha sido hecha por una
misión forestal norteamericana, la
cual ha pensado que la colaboración
de la Guardia Nacional asegurará
un mejor cumplimiento de la Ley
Forestal.
Misión a los bosques
Reconociendo la necesidad de
una estación experimental de refo­
restación y de un tratamiento más
científico de su programa, la divi­
sión forestal contrató recientemen­
te los servicios de varios expertos:
Hugh M. Curran, Marshal R. Tur-
ner y León Cieslinski, norteameri­
canos, y J. P. Veillon, suizo. Esta
misión ha topografiado el Estado
Portuguesa, donde el problema, en
gran medida y a semejanza de otros
puntos del país, se traduce en la
necesidad de una mayor protección
contra los incendios, reforestación
y entrenamiento de personal ade­
cuado para la protección de los bos­
ques. La unidad ha recogido, ade­
más, un gran número de ejemplares
forestales, los cuales son enviados,
por intermedio de Turner a la Uni­
versidad de Yale para pruebas y
análisis de laboratorio. Los demás
miembros de la misión y sus afi­
liados venezolanos están actualmen­
te practicando estudios forestales
en Estados adyacentes.
Un interesante trabajo realiza­
do por la misión ha sido el de com­
probar sobre el terreno la falsedad
de la teoría de que las quemas
realizadas por los conuqueros, para
la preparación de sus cultivos, son
intrascendentes debido a la pronta
regeneración. Más acertadamen­
te, las quemas dan lugar, en verdad,
a una rápida regeneración, pero de
especies diferentes, indicadoras de
una primera y segunda fase de
regresión forestal.
“ Cuando el fuego penetra las
SEMILLEROS EN LA ESCUELA DE REFORESTACION de El Jun­
quito. De la multiplicación y constancia de escenas como ésta depende
el que Venezuela pueda recuperar un día su antiguo esplendor forestal.
viejas secciones de la selva” —dice
la misión en su informe del 8 de
julio de 1948— “ el calor intenso
daña los crecimientos forestales ve­
cinos irreparablemente. El bosque
se transforma en un chiribital de
vegetación espinosa, resistentes a
incendios sucesivos, y la maleza se
multiplica. Sólo algunos árboles
resistentes, como el jobo, el sangre
de drago, la ceiba, el jabillo y fi­
nalmente el roble crecen después.
Pero éstos constituyen ya la última
etapa de una formación forestal
antes de que ésta sea reducida a
sabana. Además de cambiar la
vegetación y empobrecer los suelos,
las quemas alteran completamente
el ambiente, convirtiéndo el clima
de forestal en sabanero. Ejemplo
de esta transformación es el creci­
miento secundario que ha invadido las
regiones regadas por los ríos Bo-
conó y Guanare.
Problemas correlativos
Aparte del obvio daño causado
por los incendios y los métodos de
cultivo de los conuqueros, otros
problemas a que debe hacer frente
la división forestal —según la alu­
dida misión— son: la falta de alin-
deramientos bien definidos, de fór­
mulas adecuadas para la medida del
verdadero volumen de los árboles,
y la destrucción causada por falta
de medios de transporte apropiados
y de dirección técnica eficaz en las
extracciones madereras. Por ausen­
cia de linderos o debido a fronte­
ras en disputa, la misión notó una
explotación despiadada de las tie­
rras marginales, a pesar de las res­
tricciones legales relativas al diá­
metro de las maderas de grado fi­
no. Además, los explotadores de
madera seleccionaban para sus cor­
tes cualesquiera árboles, sin atención
a las parcelas y cantidades com­
prendidas en la concesión, seguros
de la improbabilidad de una inspec­
ción para prevenir el destrozo.
Considerables extensiones de cre­
cimientos forestales han sido des­
truidos al cortar los árboles o al
abrir trochas para el acarreo de la
madera. A esto se agrega el des­
perdicio de muchas ramas finas y
el desconocimiento de los métodos
de utilización de los subproductos,
lo cual contribuye no poco a lo
antieconómico de las explotaciones.
Entre otras medidas la misión
recomendó que solamente se per­
mitiese el corte de los árboles pre­
viamente marcados por los funcio­
narios forestales, para prevenir así
los cortes prematuros, y que se usara
la fórmula V = PR 2H en vez de D 2L .
2
la cual computa solamente cerca
de un 63,6% del verdadero volu­
men. La misión sugirió además que
cada localidad tenga una arboleda
propia y sostenida por ella misma
para hacer frente a las necesidades
de la comunidad en materia de le­
ña y madera para construcciones,
a fin de limitar la explotación en
las florestas mejores.
Una mayor y más estricta vi­
gilancia de las florestas — declara la

CON SU PASO FIRM E Y D ECIDIDO estos alumnos de la Escuela
de Guardias Forestales de El Junquito parecen proclamar que la obra de
restauración de la riqueza forestal venezolana se encuentra ya. .. .en marcha!
misión— es esencial para prevenir
la continuación de las explotacio­
nes despiadadas que amenazan ex­
tinguir las maderas de alta calidad
en Venezuela. Posiblemente, el
problema del conuquero podría ser
objeto de una reforma apropiada
de la Ley Agraria. No hay que
olvidar que el problema de la con­
servación de los bosques está “ ín­
timamente ligado a la cuestión
agraria” .
Asimismo, un control más ajus­
tado de la ingeniería de carreteras,
con un punto de vista forestal, es
otra fase de la erosión, que según
afirmación de algunos funcionarios,
debe ser abordado sin tardanza, es­
pecialmente a lo largo de las re­
giones que interesan a la conser­
vación de las hoyas hidrográficas.
A menos que estas arterias de
tráfico cuenten con sus alcantari­
llas destinadas a dirigir las aguas
de las crecientes, servirán más bien
con frecuencia de fuentes de mal
público, actuando como canales.
Los cortes deben ser reducidos al
llamado “ ángulo de arresto” o pro­
tegidos por muros de concreto, ca ­
pas vegetales o algunas veces te­
rrazas, a riesgo de que, en el curso
de la erosión al ángulo natural de
arresto, puedan dar lugar a' serios
derrumbes. También en este cam­
po el gobierno ha venido, a través
del recientemente creado Consejo
Nacional de Vialidad, haciendo es­
tudios para corregir la situación.
30
La solidaridad en la selva
Todos éstos y otros muchos
problemas de mayor o menor en­
tidad deberán ser calibrados y
atendidos debidamente si se quiere
asegurar el éxito de un programa
sincero de restauración de nuestros
bosques. Porque —como lo anota
el ingeniero Grossman— la refores­
tación no consiste meramente en
sembrar árboles. La complejidad
de las comunidades forestales es
tan intricada como la de cualquier
área metropolitana bien organizada.
Los árboles y las plantas auxilia­
res viven y trabajan de acuerdo
con un conjunto de reglas tan rí­
gidas como las que pueden regular
las relaciones de los miembros de
cualquier grupo humano. Un hom­
bre puede que rehúse trabajar sin
luz apropiada, sin ventilación y en
ausencia de ciertos factores de se­
guridad, en edificios inadecuados
y sin agua apropiada para beber.
Asimismo, las plantas y los árboles
rehusarían trabajar, o crecer, bajo
condiciones opresivas. Ellos no
pueden vocear su protesta contra
el abuso de la tierra perpetrado
por una humanidad tiránica. Pero
abandonados a inadecuadas condi­
ciones de temperatura, expuestos
a demasiada o insuficiente luz so­
lar, privados del agua necesaria,
recurren a huelgas de marchita­
miento que a la larga suelen re­
sultar en extremo costosas. Otros
elementos de la vida forestal, al
ser afectados por el mismo sufri­
miento, se declaran en huelgas de
simpatía o simplemente desapare­
cen de un todo. Los gusanos de
tierra, los insectos polinizadores, los
pájaros, los animales salvajes y un
gran número de alimañas de la sel­
va comparten ciertas responsabili­
dades que le han sido delegadas
por la naturaleza, sobre todo, “ en
los servicios de distribución y trans­
porte de la floresta y del campo” .
Una vez que un factor cualquiera
de la vida natural se ha trastor­
nado, ello puede tener efectos de­
sastrosos en factores correlativos.
Por ello, a fin de reforestar exito­
samente una región, la comunidad
forestal entera debe ser restaurada.
Las estaciones meteorológicas que
para este objeto se están instalan­
do en varias hoyas forestales de
Venezuela, prestarán en este senti­
do un valioso concurso.
La admonición de la ciencia
Una vez más. No debemos ol­
vidar la palabra admonitora de la
ciencia. La de José Ma. Vargas,
la de Henry Pittier: “ Las selvas
de las alturas, donde están las ca­
beceras de los ríos, son los conden­
sadores de la humedad atmosférica
y el origen de los manantiales que
alimentan los ríos. Son al mismo'
tiempo, los reguladores de las co­
rrientes. Sin esas selvas no hay
condensación, o cuando por acci­
dental encuentro de los vientos hú­
medos con vientos calientes, se
producen fuertes aguaceros cuyas
aguas corren sobre las superficies
desnudas y las lavan y erodan, se
precipitan hacia las honduras, su
volumen decuplado por la adición
de detritos de todas clases. Llegan
a las regiones bajas con formidable
potencia, arrasan todo lo que se
opone a su>paso y acaban por de­
rramarse sobre los cultivos de las
llanuras.
“ Esta es la tragedia de Vene­
zuela y de muchos otros países de
América: se destruyen los bosques
de las alturas, desaparecen las aguas
potables y de riego, y vienen las
destructoras avenidas y la erosión.
“ Sin bosques no hay agua, sino
en desastrosas avenidas. Sin agua
no hay las grandes y florecientes
ciudades tan soñadas y profetizadas,
y tampoco hay agricultura” .
Esfuerzos gigantescos, metódi­
cos, racionalizados, constantes, años
tras años, y un chorro de oro de
verdad, en dinero contante y so­
nante, costará la restauración del
oro verde de las selvas venezolanas.
Pero la obra en parte ya está co­
menzada y, forzosamente, habrá que
llevarla a cabo. La reclaman las
perspectivas del futuro de nuestros
hijos, y de los hijos de nuestros
hijos, de otra manera marcadas con
los ardores de la sed y las penali­
dades de una tierra para siempre
empobr ecida.

ESTU D IAN TES DE HISTORIA P A T R IA , como éste del Colegio La Salle, recibirán un ejemplar del mapa histórico.
MAPA HISTORICO DE LA VIDA DE
S I M O N B O L I V A R
ás de dos años de ince­
M sante labor e investigacio­
nes se gastaron en la pro­
ducción del Mapa Histórico
de la Vida de Simón Bolívar, que
la Creóle Petroleum Corporation
empezó a distribuir recientemente
entre los estudiantes de las escuelas
y colegios del país.
La idea de que un mapa en
colores de la vida del Gran Liber­
tador sería una contribución valiosa
a la educación en Venezuela, nació
a principios de 1947. Libros y do­
cumentos de historia fueron estu­
diados minuciosamente por los hom­
bres a quienes se les encargó la
tarea de hacer el mapa. Para garanti­
zar su exactitud, fueron consultados
historiadores gran-colombianos de la
talla de Don Vicente Lecuna y
Dr. Mario Briceño Iragorry.
No sólo el texto del mapa es
históricamente exacto, sino también
las ilustraciones que representan
reproduciones auténticas del tipo de
uniformes, equipo y edificios que
existían en la época de Bolívar.
El mapa reproduce, en colores
especialmente atractivos para la
niñez, las escenas más salientes de
la vida y de la carrera política y
Macar*»»»
M m i h h u c »
»« U VIB* M
militar de Bolívar, desde el mo­
mento cuando la negra Hipólita
sostuvo en sus brazos al futuro
Libertador para que recibiese las
aguas bautismales, hasta el falle­
cimiento del Padre de la Patria en
la Quinta de San Pedro Alejandrino
Trae además el mapa, en len­
guaje apropiado a su finalidad
educacional, un esbozo biográfico
de Bolívar como soldado, como
hombre de Estado y como inter­
nacionalista, e igualmente una re­
presentación gráfica de las rutas
seguidas por el Libertador en sus
 b o l ív a r »* * * de V enezuel*

soc,ed' c! ^ r° ——
p r e s i d e n c i a

kR A C A S

5 3 .- Septiembre 5 de 1949,
A®.

Señores
Creóle ‘Petroleum Corporation.
Ciudad.-
Bistinguidos señores nuestros:
Satisfácenos referim os al preciado obsequio de
ustedes, del ”M.apa Histórico de la Vida de Simón Bolívar",
ilustrado con elocuentes gráficas y en persuasivos y armonio
sos colores, e l cual comprende, por decirlo asi, e l itinera”
rio geoepopéyico de la obra emancipadora del libertador en
e l Nuevo ifcundo, y cuyo presente ha sido recibido con el mayor
beneplácito por la Sociedad Bolivariana de Venezuela»
Estimamos que labor de esta índole, instructiva
a par que amena, ú t il a la vez que práctica, es acreedora a
todo encomio, y fuera impropio de sus generosas miras restar
le títu lo s al ejemplo y aplausos al precedente que e lla viene
a sentar en nuestro medio.
No bey duda que los escolares venezolanos acep­
tarán con Jubilo este magnifico regalo, especie de lazo de
intimidad can la h istoria, e l cual servirá para asociar en
su espíritu, al deleite de una magnífica excursión a través
de las titánicas etapas de nuestro pasado heroico, las insu­
perables simpatías con que guardarán en su memoria e l agrada­
ble recuerdo de una tan vivida aventura.
kl reiterarles, pues, nuestra sincera congratu­
lación, aspiramos a traducir en este Justiciero testimonio,
e l voto que formulemos porque el beneficio de la idea realiz£
da, redunde en honra del propósito que la inspiró.
atentamente de Uds.

Secretario.

viajes más importantes y en sus
campañas militares.
El mapa está destinado a ser­
vir como un auxiliar de fijación
objetiva en la enseñanza de la
historia del Grande Hombre, y,
con este fin, será distribuido gra­
tuitamente por la Creóle, en nú­
mero de más de cien mil ejempla­
res, a los escolares y colegiales esr
tudiantes de historia patria en las
escuelas y colegios del país.
Es el primer mapa de su na­
turaleza que se distribuye en
Venezuela.
La Creóle ha recibido nume­
rosas cartas de educadores, histo­
riadores, funcionarios públicos y
estudiantes, las cuales alaban el
trabajo como una contribución va­
liosa hacia una mayor comprensión
de la figura del Libertador. Es
imposible reproducir todas esas mi­
sivas en esta edición de El Farol.
pero uno de los más preciados
mensajes congratulatorios lo repro­
ducimos arriba. Es de la Sociedad
Bolivariana de Venezuela y es un
mensaje del cual la Creóle se sien­
te justamente orgullosa.