Un Arreglo Conveniente - A Rey y J Clevenger

Un arreglo conveniente –Aurora Rey y Jaime Clevenger Traducción by Emm
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Capítulo Uno
¿Esposas?"
Jess Archer puso su cara en una expresión neutral que, con suerte, no revelaba nada de lo
que había pensado. Que podría haber implicado su cabecera y tener las muñecas atadas a
ella.
"Sí. Es cuando te lanzas a una relación en otoño pero rompes antes de la primavera.
Ha sido una cosa heterosexual por un tiempo y se está poniendo de moda con lesbianas". Su
jefa, Donna -diez años mayor pero al menos el doble de moderna- la miró con lástima. "Sigue
así, Jess".
Se aclaró la garganta.
"Entonces, ¿quieres que escriba un artículo sobre este...fenómeno?"

La mirada fulminante se convirtió en una sonrisa socarrona.
"En realidad, estaba pensando más bien en una serie para tu columna. Contada en
primera persona".
El sentido se impuso y Jess negó con la cabeza.
"No. Absolutamente no".
"Mira, no quiero que sea una pieza de peluche sobre las diez cosas más importantes
que hacer durante la temporada de esposas o cómo "reclutar tu equipo". Eso ya se ha
hecho".
No podía decidir qué era peor la idea de escribir esas historias o el hecho de que alguien ya
lo había hecho.
"Quieres que finja una cita con alguien durante, ¿qué, tres meses y escriba sobre ello
en mi columna?".
Donna frunció el ceño. "Cuando lo dices así, suena poco serio".
"¿Tú crees?" Ni siquiera trató de ocultar el sarcasmo en su voz.
"No estoy diciendo que tengas que involucrarte más de lo que parece natural o
incluso tener sexo con la persona".
Ella ni siquiera había considerado la parte del sexo -tenerlo o escribir sobre él-.
"Aprecio la advertencia, incluso si se trata de cubrir tu trasero para Recursos

Humanos".
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Donna se llevó una mano al pecho. "Estoy dolida".
Jess le dirigió una mirada sosa porque estaba claro que no lo estaba.
"Has estado diciendo que quieres hacer algo inmersivo".
Lo dijo. Tal vez no una historia de investigación contundente, pero algo sustancioso.
Algo que importara. Le encantaba que su trabajo en Sapphisticate no tenía las presiones del
ciclo de noticias de veinticuatro horas pero a veces era a expensas de un periodismo serio.
"Esto no es exactamente lo que tenía en mente".
"Esto es relevante para nuestro grupo demográfico, más que U-Hauling en estos días.
Tenemos que explorarlo, adentrarnos en las ventajas y las dificultades. Y tenemos que
hacerlo de forma inteligente, fresca y con corazón".
Jess soltó un suspiro. Después de más de cinco años de trabajo juntas Donna sabía
exactamente qué botones pulsar para que dijera que sí.
"¿Por qué yo?"
Donna no contestó de inmediato, dejando que Jess se imaginara el elogio perfecto

sobre su estilo de escritura y su voz auténtica. Finalmente, levantó un hombro.
"Estás soltera".
Jess se quedó con la boca abierta, pero no le importó ni se molestó en cerrarla.

Porque Donna no estaba bromeando.
"Ni siquiera sé cómo responder a eso".
"No es un insulto, ni siquiera una obligación. Puedes hacer esto, literalmente, sin
ataduras". Donna le ofreció un guiño. "Además, incluso podrías tener un poco de diversión
para variar".
Ella frunció el ceño. "Me divierto".
Eso le valió una ceja levantada. "Enseñar aerobic no cuenta como diversión".
"Tal vez tenemos diferentes ideas de diversión. Además, el entrenamiento no es

aeróbico”. Se odiaba a sí misma por sonar tan petulante.
En lugar de responder, Donna se cruzó de brazos y no dijo nada. Los segundos pasaron.
"Mi vida de pareja no debería ser de tu incumbencia, sabes".
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No es que Donna tuviera la costumbre de meter las narices de forma inapropiada. Es

sólo que publicar y mantener el sitio de estilo de vida lésbico más caliente no era un típico
ambiente de oficina. Y la columna de Jess, sobre los altibajos de ser una profesional
prometedora y casualmente soltera de treinta y pocos años, puso su vida personal en
evidencia.
"¿Cómo se supone que voy a hacer esto?”
Donna se encogió de hombros. "No tienes que decir que sí. Estoy segura de que Katie
felizmente lo tomaría".
Hablando de botones. Por supuesto que Donna tendría que ir y mencionar su

némesis. Bueno, tal vez némesis era una palabra demasiado fuerte, pero no estaba
completamente fuera de lugar. Katie tenía veintitantos años, era prepotente, alegre, y
prácticamente todo lo que Jess encontraba irritante en una colega. Y ni siquiera trabajaban
en la misma oficina.
"No he dicho que no".
"No pensé que lo harías". Donna sonrió esa sonrisa que guardaba para cuando se
había salido con la suya. Lo cual, en la experiencia de Jess, era casi siempre.
"Eres un genio del mal. Lo sabes, ¿verdad?"
Donna ni siquiera pestañeó. "Pero uso mis poderes para el bien, así que está bien".
Jess negó con la cabeza. "Entonces, ¿eso es un sí?"
Realmente no debería. Al menos no sin pensarlo bien. Especialmente si el sexo sería

o no parte de la ecuación. Oh, y averiguar cómo diablos haría para organizar algo así. Y con
quién.
"Sí."
"Excelente. ¿Crees que puedes tener tu primera columna lista para la próxima
semana?"
Joder. "Um."
Donna levantó una mano. "Sólo una introducción. Qué es el esposamiento, cómo
funciona, por qué quieres probarlo".
"¿Supongo que 'porque mi jefe me lo dijo' no va a volar?"
Donna le dirigió una mirada sosa.
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"Estaba bromeando". Lo estaba, pero también absolutamente no lo estaba. "Ahora

estás refunfuñando, pero me lo vas a agradecer. Esto va a convertir tu columna en la lectura
obligada para todas las lesbianas de Sapphisticate".
El golpe de ego no fue suficiente para superar la incómoda presión en su pecho.

Incapaz de quedarse sentada, se levantó y comenzó a caminar por la oficina de Donna.
"Me parece poco ético".
"No lo es en absoluto. Lo sería si fueras con falsos pretextos. No vas a hacer eso".
Bueno, eso era cierto. Se negaba rotundamente a ser deshonesta, especialmente en

asuntos del corazón. "Entonces, ¿puedo hacer esto a mi manera? ¿Sin intromisiones bien
intencionadas?
Donna puso cara de que Jess acababa de insultar a sus hijos. "¿Cuándo ¿Alguna vez?"
Sacó su archivo mental de "Te lo dije". "¿Y el crucero?"
Donna hizo una mueca. "Sabía que ibas a sacar ese tema. Pero tienes que admitir
que fue un gran artículo".
No había sido culpa de Donna que la excursión de cinco días por el Caribe hubiera
incluido un brote de norovirus. Pero como ella había sido la que terminó vomitando durante
cuatro de esos días, consideró que era su prerrogativa de sacarlo a relucir en cualquier
momento que reforzara el punto que estaba tratando de hacer.
"Lo cual es fácil de decir para ti. No estabas en el S.S. Stomach Bug".(Bicho estomacal)
Donna inclinó la cabeza y sonrió. "Con suerte, conseguirás algunas agradables cenas
acogedoras fuera de este y te las arreglarás para mantenerlos a todos abajo".
Ella gimió al recordarlo. No estaba segura de haber estado nunca tan enferma.
"Te veré por la mañana, Archer".
Se dispuso a irse, pero se volvió. Se mordió el labio, odiándose a sí misma por

preguntar incluso antes de que las palabras salieran de su boca.
"¿Estás segura de que esto va a funcionar?"
"Por supuesto que sí. Todo lo que tienes que hacer es correr y encontrar a la chica
adecuada".
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Abrió la boca para responder, pero el teléfono de Donna sonó y fue antes de que un
"quién", "qué", "dónde" o "cómo" pudiera salir de sus labios.
Joder. Por mucho que estuviera dispuesta a reflexionar, o a tranquilizarse con la
investigación...o tratar de escribir para salir de ella, tenía una clase que impartir y el tiempo
justo tiempo para ir a casa a alimentar a Rascal y cambiarse. Así que cogió su bolsa, metió su
portátil en ella y se fue.
***
Para cuando Jess entró en el gimnasio una hora más tarde, había pasado de estar
convencida de que Donna estaba loca, a pensar que la idea era algo de genio, y viceversa.
Dos veces. Cada vez que se animaba a pensar que podía lograrlo, una sola realidad se
derrumbaba. Ella no podía hacerlo sola.
En los talones de esa revelación vino la perspectiva de tratar de encontrar un
candidato adecuado. Bares. Aplicaciones. Puestas en marcha por bien intencionados pero
completamente incompetentes amigos casamenteros. Había sobrevivido a las tres. No para
el bien de una columna, por supuesto, pero le costaba imaginar que la capa de complicación
añadida mejorara las cosas en lugar de empeorarlas.
Comprobó la lista de su clase, anotando algunos nombres conocidos y otros nuevos,
antes de dirigirse al estudio de barre (combinación de pilates,baile y otros). Dentro, encendió
su mezcla de calentamiento, luego sacó una colchoneta y los accesorios que quería para el
día.
Hizo un repaso mental de cada sección de la clase, planificando las posturas y los
movimientos que utilizaría.
"Hola, preciosa. ¿Planeando la tortura del día?"
Se giró para encontrar a su compañera de habitación, Finn, rondando en la puerta.
"Puede ser. ¿Vas a dejar que te torture hoy?"
Sin dudar ni un segundo, Finn negó con la cabeza.
"No. Si me engañas a mí una vez, qué vergüenza. Engáñame dos veces..." Se

interrumpió en lugar de terminar el adagio, haciendo que Jess sonriera.
"Vamos, estás en excelente forma. Tú misma lo has dicho".
"Sí, y me dolió el culo durante cuatro días. Así que no, gracias".
Al igual que los chicos que entraron en su clase, esperando algo que pudieran pasar
por alto mientras miraban a las mujeres, Finn había accedido a intentarlo. Bueno, no la parte
de las miradas. Finn tenía más clase que eso. Pero ella no había dejado de quejarse de ello
desde entonces.
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"Bebé".
"Sí."
"Al menos eres sincera".
Finn asintió afablemente. "Lo intento. ¿Estás bien? Parecía que necesitabas un saco
de boxeo cuando pasé por allí".
Ella dejó escapar un sonido entre un suspiro y un gruñido. "Sólo un día raro en el
trabajo".
Finn llegó el resto del camino al estudio. "Oh, no. ¿Problemas en L Word Denver?"
A pesar de la mala leche, el apodo de Finn para Zafiro la hizo sonreír.
"Mi jefe quiere que escriba sobre las esposas".
Finn sonrió. "Pervertida".
"No ese tipo de esposas".
"Espera. ¿Hay otro tipo?"
Ella explicó la nueva versión, omitiendo el hecho de que ella misma sólo se enteró de ello
unas horas antes.
"Y dejé que Donna me convenciera a pesar de que tiene el desastre escrito por todas
partes".
Finn frunció el ceño. "Estoy confundida. Así que conoces a alguien, empiezas a salir,
pero ambas están de acuerdo en que sólo va a durar hasta la primavera?"
"Creo que sí. Quiero decir, no estoy segura de que todo el mundo lo haga. Algunas
personas probablemente se lanzan a una relación y luego la rompen cuando el clima se
vuelve agradable y quieren recuperar su libertad. Yo, obviamente, no voy a hacer eso”.
Enderezó los hombros. "Tengo cierta integridad".
Finn asintió lentamente, más como si supiera que no debía discutir que como si estuviera de
acuerdo.
"Bien. Entonces, ¿con quién vas a hacer esta esposada?"
Levantó la barbilla e hizo un alarde de mirar a Finn de arriba abajo.
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"¿Estás interesada?"
Finn pasó de ser burlona y un poco presumida a ser un ciervo bajo los faros en unos
dos segundos. "Eh..."
"Estoy bromeando. Te quiero, pero no quiero salir contigo".
Finn sonrió. "Nos conocemos demasiado bien como para aguantar la mierda de la
otra".
"Exactamente." Aunque ella había sido la que lo sugirió, estaba feliz de que Finn no
estuviera interesada. Hablando de complicaciones. "¿Considerarías esposar con otra
persona?"
"De ninguna manera. Si tengo que sufrir otra cita, quiero que sea el comienzo de algo
serio".
"Huh. De acuerdo. Bien por ti". Ella no estaba allí todavía, pero no envidio a ninguna
de sus amigas que sí lo estaban.
"Sólo es bueno si puedo encontrar a la chica adecuada".
Antes de que pudiera responder, el primero de sus alumnos entró a trompicones.

Finn le ofreció un saludo juguetón y siguió su camino. Jess saludó a sus habituales, se
presentó a los recién llegados, y trató de entrar en la mentalidad de la enseñanza.
Pero cuando el calentamiento dio paso a los brazos, los brazos a los muslos y al
asiento, y del asiento al centro, las palabras de Donna resonaban en su mente. Irónicamente
similar a la situación de Finn.
Todo lo que tienes que hacer es encontrar a la chica. Más fácil de decir que de hacer,
si su historial general de citas era algo para seguir. Sólo la perspectiva la llenaba de un
aburrido pero persistente temor.
Con miedo o sin él, había dicho que sí. Y así, cualquier burla que le hiciera a Finn, ella
estaba en el mismo barco. Bueno, no exactamente lo mismo. Ella no estaba buscando a la
señorita correcta, después de todo. Lo que ella necesitaba era una Sra. correcta viable Ahora.
Preferiblemente una con la que pudiera pasar el tiempo durante los próximos tres o cuatro
meses.
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Capítulo Dos
¿Qué tienes en la cara? ¿Chocolate?" Cody esperaba que fuera chocolate mientras su
mente recorría las otras opciones posibles. Levantó a Beny lo abrazó de todos modos.
"Te he echado de menos".
"Hemos hecho galletas", dijo Ben triunfalmente. "De avena y chocolate. Yo Tengo que
añadir los trozos de chocolate".
"¿Quiero saber cuántas te comiste en el proceso?"
El ceño de Ben se arrugó. "Probablemente no".
"Hola, Cody". Amelia asomó la cabeza desde la cocina y agitó un guante de cocina.
"Estoy a punto de sacar la última tanda del horno. Entra".
"Tienes que probar una, mamá", dijo Ben, zafándose de sus brazos y tirando de ella
hacia la cocina.
"Excelente momento".
Amelia, que recientemente se había roto el pie en un accidente de coche, se apoyó

en una de sus muletas y deslizó una galleta caliente de la bandeja en la palma extendida de
Cody.
"Aquí es donde debo decir que se supone que cenamos antes del postre". Cody dio
un mordisco y no contuvo un gemido.
"Te dije que estaría impresionada". Amelia le guiñó un ojo a Ben. "Puedes venir
ayudarme a hornear cuando quieras".
El pecho de Ben se hinchó y Cody volvió a agradecer al universo que el número de

Amelia había aparecido en su teléfono cuando lo hizo. Ella había estado en extrema
necesidad de una niñera para una reunión de última hora con su jefe de departamento y
ninguna de sus niñeras habituales estaba disponible. Por suerte, Amelia se había ofrecido al
instante. Cody se sintió tan aliviada que se olvidó de preguntar por qué Amelia había llamado
en primer lugar.
"¿Puedo tomar otra?" Ben miró el plato que Amelia estaba ocupada llenando y miró
con esperanza a Cody.
"Ese sería la tercera", dijo Amelia. "¿Tal vez cenar primero?"
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"Buena idea. Y ya que voy a querer otra galleta después de la cena también, será
mejor que pensemos en algo saludable". Cody golpeó el hombro de Ben con su cadera.
"¿Qué me vas a preparar para cenar?"
"Hmm. Saludable". Ben presionó su dedo índice contra su barbilla. "¿De qué
saludable estamos hablando?"
Cody se rio. No sólo había logrado imitar su postura de pensamiento sino que sino
que también había formulado la pregunta exactamente como ella lo habría hecho.
"Estoy pensando en brócoli y nuggets de pollo".
"Eso lo comimos hace tres días".
"Sabes, para un niño de cinco años, tienes muy buena memoria. Pero ¿por qué nunca
puedes recordar dónde dejaste tus zapatos?"
"Si quieres una noche sin cocinar, tengo restos de chile en la nevera y hay suficiente
para todos nosotros", ofreció Amelia.
Ben empezó a asentir antes de que Amelia terminara.
"Por favor, podemos quedarnos, ¿Mamá?"
"¿Eliges chile en lugar de brócoli con queso?" Cody preguntó, su voz llena de falsa
incredulidad. Resulta que el chile era su favorito.
"Será agradable tener compañía". Amelia levantó su pie enyesado en el aire y puso
una cara amarga. "Con esta cosa, he estado atrapada aquí en casa de Nana y mi vida social
ha consistido básicamente en Nana y Percy".
"¿Y qué pasa con Verónica?"
El accidente de Amelia en realidad había sido estrellarse el U-Haul que conducía para
mudarse con su novia. El accidente y el tiempo requerido de ausencia del trabajo, fue la
principal razón por la que Amelia había podido de cuidar a Ben a las tres de la tarde, y Cody
sintió una punzada de culpabilidad por no visitarla antes.Amelia puso una cara de frustración
mezclada con resignación.
"Está en Nueva York".
"Ah". Según sus cálculos, Verónica habría tenido mucho tiempo para regresar a
Denver. Pero no le correspondía decirlo.
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"Para el trabajo".
"Claro".
"¿Puedo ir a jugar con mis LEGOs hasta la cena?"
Ben preguntó, claramente aburrido de la conversación de adultos. Un movimiento de

cabeza de Cody y Ben se marchó a la sala de estar.
"Es un niño tan fácil", dijo Amelia. "Quiero tener diez como él".
"Espera a tener uno. Podrías cambiar ese número". Por mucho que Cody amaba a
Ben, la paternidad era más trabajo de lo que ella había imaginado, especialmente en
solitario. Uno era definitivamente suficiente. "Hablando de eso, ¿cómo van las cosas con
Verónica?"
Cody había conocido a la nueva novia de Amelia poco después de que se juntaran, y
lo siguiente que escuchó fue que estaban hablando de mudarse juntas y de buscar donantes
de esperma. Por mucho que quisiera alegrarse por Amelia, Cody no podía dejar de pensar
que Verónica no le convenía.
"Ha estado tan ocupada con su trabajo en Nueva York que no hemos tenido mucho
tiempo para hablar. Honestamente, he visto más a Finn en la última semana que a Verónica".
"¿Finn?"
"Ya sabes, la paramédica".
"¿Cómo podría olvidarlo?" Finn, la paramédica que había llevado a Amelia al hospital
después del accidente y que luego apareció para visitarla también. "¿Está enamorada de ti?"
"No, no", dijo Amelia rápidamente. "Sólo somos amigas. Pero Finn ha sido genial
visitándome y ella y Nana se han hecho amigas".
"Por supuesto que lo son". Edith, la abuela de Amelia, era una fiera.
"De hecho, por eso te he llamado esta tarde. Finn está trabajando en un festival de
Halloween en la estación de bomberos este fin de semana. Pensé que a Ben le gustaría”.
"¿Y necesitas que te presten un niño o te sentirás rara apareciendo sólo para ver a
Finn?" Hizo su expresión juguetona para que Amelia no se lo tomara a mal.
El rubor de Amelia lo dijo todo. "Tal vez sea una mala idea".
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"¿Qué tal si vamos los tres? A Ben le encantaría y yo no tengo planes. Además, quiero
ver a ese caballero en una brillante ambulancia que te está cortejando a ti".
"No cortejo. Amigas. Como tú y yo". Amelia agitó la espátula en su mano para hacer
su punto. "Ella me hace compañía mientras Verónica está ocupada. Eso es todo".
"Sí, pero somos amigas porque intentamos salir y nos dimos cuenta de que no
funcionaba para nosotras. Dijiste que esta paramédica estaba caliente, ¿verdad?"
"Voy a ignorar la sugerencia de que no puedo ser amigo de alguien que me atrae
porque es ridículo". Amelia se aclaró la garganta. "Y ahora estoy cambiando hábilmente de
tema. ¿Qué tal el trabajo? ¿Cómo fue la reunión con tu jefe de departamento?"
"Uf".
Amelia se rio. "¿Así de bien?"
"Ralston es un viejo que debería haberse jubilado hace diez años. Él no cree que las
mujeres deban estar en las ciencias y sé que preferiría que no obtuviera la titularidad".
"¿Dijo eso?"
"No con tantas palabras. Lo que dijo fue, cito, 'de alguna manera has conseguido
publicar algunos artículos decentes". Para que conste, he publicado siete y todos en buenas
revistas. Mis críticas de los estudiantes son sólidas. La titularidad debería ser un trato hecho".
"¿Pero no lo es?"
Cody levantó un hombro. "No le gusto a Ralston".
"¿Qué pasa con esa gran subvención que has conseguido?"
"Ralston no cree que yo deba ser la encargada. No cree que una mujer debería dirigir
un laboratorio con una subvención de un millón de dólares de la NSF. Y él hizo algún
comentario hoy sobre cómo mis prioridades deberían ser cuidar de Ben".
"¿En serio?"
"Dijo que entendería si quería dar un paso atrás y ocuparme de mis responsabilidades
parentales". Cody miró a la sala de estar donde Ben había colocado sus LEGOs en la mesa de
café. Estaba construyendo felizmente algo que se parecía a un pterodáctilo amarillo. "Uno
de los otros profesores de química me dijo que Ralston dijo que sería mejor que me casara".
Amelia ladeó la cabeza. "Él sabe que eres lesbiana, ¿verdad?".
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"No lo oculto. Lo cual puede ser parte del problema". No que a ella le gustara, no
había ninguna diferencia, ya que no había tenido una cita en años.
"¿Y este tipo Ralston decide tu permanencia?"
"Técnicamente, el comité de permanencia y promoción hace una recomendación al

presidente de la universidad y al consejo de administración y ellos toman la decisión final.
Pero Ralston podría hacer mucho para sabotear las cosas para mí. Tiene que resumir todo
mi expediente y recomendarme para la titularidad. O no".
"Eso es una locura. No tenía ni idea". Amelia había ido a la nevera, pero se detuvo,
sin abrir la puerta. "¿No es la presidenta de tu universidad una lesbiana?"
"Sí. ¿Por qué?"
"Tienes que hacer amigos. Ve alrededor de tu jefe de departamento y ponte en su

lado bueno".
Cody negó con la cabeza. "No es tan fácil".
"¿Porque la Dra. Cordelia M. Dawson está muy ocupada con esa nueva beca de un
millón de dólares de la NSF, sin mencionar la crianza de un hijo? ¿O porque hacer amigos es
difícil?"
Cordelia podría ser su nombre legal, pero no dejaba que mucha gente se saliera con
la suya llamándola así. Amelia sólo lo hacía para que se le subiera a la cabeza ahora.
"No tengo tiempo para hacer amigos".
"Claro que no lo tienes, pero esto es importante. Eres una persona genuinamente
agradable una persona que merece..."
"No voy a hacer amigos para conseguir lo que ya me he ganado. Mi trabajo debe valer
por sí mismo. Quiero que me juzguen por eso, independientemente de ser una madre soltera
o una lesbiana".
"Te das cuenta de lo dulce e ingenuo que suena eso, ¿verdad? ¿Y sabes quién estaría
probablemente de acuerdo contigo? La presidenta de tu universidad. Pero apuesto a que
no te has tomado el tiempo de presentarte siquiera".
"Ella sabe quién soy. Creo".
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La realidad es que el presidente probablemente no sería capaz de recordar su nombre

si se le presiona. Ella era un miembro de la facultad junior un miembro de varios cientos.
"Tienes que hablar con ella. Tiene que haber alguna manera. ¿Podrías programar una
reunión con ella?"
"Hay una cena a la que tengo que ir a su casa en un par de semanas..." Cody negó con
la cabeza, no creyendo que estuviera siquiera considerando el plan. "Es para los becarios y
los profesores que han ganado premios. Cosas que hacen que la universidad se vea bien".
"Perfecto. Todo lo que necesitas es una cita". Amelia esbozó una sonrisa. "¿Conoces
a algunas mujeres solteras guapas?"
"Dijiste que sólo necesitaba hablar con ella. ¿Por qué necesito una cita?"
"Porque sí. No vas a acercarte a la presidenta de la universidad y quejarte de que te

tratan injustamente".
"No entiendo qué tiene que ver eso con que traiga una cita".
Amelia dejó escapar un resoplido exasperado.
"Tienes que manejar la situación con delicadeza. En cuanto la presidenta te vea con
una mujer, querrá saber más sobre ti. Seamos realistas, no hay muchas de nosotras por ahí.
Ella preguntará por ahí y descubrirá que eres candidato a la titularidad. Entonces descubrirá
lo genial que eres y todas las cosas que has hecho. O se presentará a ti en esta cena y podréis
poneros cariñosas".
"Yo no me pongo en plan amigable". Su estómago se apretó sólo de pensar en

socializar con la Presidenta Toller.
"Por eso necesitas una cita. O, mejor aún, una novia".
"Entre la enseñanza, la dirección de un laboratorio, y el cuidado de Ben, apenas tengo

tiempo para dormir. ¿Crees que puedo conseguir una novia? ¿Exactamente cuándo?" Cody
se dejó caer en una de las sillas de la mesa. "Además, no soy la soltera más codiciada del
mundo. Soy un madre soltera divorciada de treinta y cinco años".
"Que es inteligente y guapa. Un grano en el culo y terco como la mierda, pero a

algunas personas les gusta eso".
Cuando Cody no respondió a la indirecta Amelia cojeó hasta la mesa y se sentó.
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"Oye. Sé que estás haciendo todo lo que puedes. Y estás haciendo un trabajo
increíble, con Ben y con tu trabajo. Pero no sería bueno que no tuvieras que preocuparte por
esta cosa de la tenencia además de todo lo demás? .Encontrar una cita no será tan difícil.
Hay aplicaciones para todo".
"Una cita falsa parece éticamente incorrecta".
"Entonces sé sincera al respecto. Te sorprendería saber cuántas mujeres estarían

para una noche caliente al azar".
"¿Conmigo?" Cody extendió sus brazos.
"Lo que sea. Haces girar las cabezas todo el tiempo. No es que te hayas dado cuenta
porque estás demasiado ocupada estando ocupada".
El último comentario golpeó a Cody más que cualquier otra cosa. Se encontró con la
mirada de Amelia
"Me gustaría estar menos ocupada algún día".
"¿Ayudaría conseguir la titularidad?"
"Sería un estrés menos". Uno grande.
"Entonces lleva una cita a la casa de la presidenta. Y piensa en conseguir una novia.
Ya sabes lo que dicen sobre todo trabajo y nada de juego".
***
Cody desenganchó el cinturón de seguridad de Ben y lo levantó del asiento elevador.

Su cabeza cayó sobre su hombro, pero no hizo ningún ruido. Sin embargo, ella no creía que
estuviera dormido.
"Te estás volviendo demasiado pesado para que yo te cargue".
"Eres fuerte", murmuró él. "Siempre podrás cargarme".
Ella se rio. "No siempre".
Cody buscó sus llaves, equilibrando a Ben en un brazo y el maletín de su portátil en

el otro. Nadie les saludó al entrar. Eso todavía le molestaba aunque habían pasado años
desde que su perro, Evie, había muerto. Más de una vez pensó en conseguir un perro para
Ben. Bueno, para Ben y para ella. Pero su excusa era la misma que para todo lo demás. No
tenía tiempo.
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Subió las escaleras, sin molestarse en encender las luces. La vieja escalera crujió con
seguridad en el cuarto peldaño, como para provocar el bostezo somnoliento de Ben.
Él se acurrucó más en el hueco de su cuello.
"Quiero galletas de avena para desayunar mañana".
"No va a suceder, amigo".
"¿Por qué no?"
"Porque son para el postre".
Abrió la puerta con los dedos y lo dejó suavemente en la cama. Él se tapó con una
manta y ella decidió no molestarlo con el pijama. Al menos había conseguido que se lavara
los dientes con un cepillo de dientes de repuesto que tenía Amelia.
"Amelia tiene galletas para desayunar. Ella lo dijo".
"Bueno, es una adulta. Puede tomar esas decisiones".
"Tú eres un adulto. Tú también puedes hacer esas elecciones. Me gustan las galletas
de avena". Otro bostezo.
"Bueno, me gustas, pero no te voy a desayunar". Se acomodó en el borde de la cama

y arropó el oso de peluche de Ben junto a su almohada.
"No te gusto. Me quieres", dijo Ben, con la voz cada vez más aturdida por el sueño.
"Resulta que me puedes gustar y amarte".
"Me gustan y amo las galletas de avena".
"Todavía no".
Cody pasó la punta de un dedo por la frente de Ben, empujando unos rizos que habían
caído hacia adelante en su lugar. Tenía el pelo de Anastasia. Rubio rizos. Sus rizos eran un
tono más claro que los de ella y más suaves. Sedosos como el pelo de un ángel al menos
cuando estaba recién bañado. Lo cual no era esta noche.
"Cuéntame una historia".
"Es tarde".
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"¿Por favor?" Sus ojos azules se cerraron. "Quiero escuchar sobre los Granuches otra
vez".
"¿Los Granuches? Pensé que habías dicho que daban miedo".
"Te dan miedo. No a mí". Ben extendió la mano, con la palma hacia arriba. Cody la
estrechó. Los dedos pegajosos que necesitaban ser lavados le dieron a los suyos un suave
apretón. "Los granuches sólo miden un centímetro, mamá. Además sólo son de mentira".
"¿Sabías que son completamente verdes? Todo el camino desde sus cabezas hasta
sus pequeños dedos de los pies. Incluso sus lenguas son verdes".
Ben asintió con conocimiento de causa.
"¿Te has enterado del problema en el que se metieron anoche?"
"No." Volvió a bostezar. "Cuéntame".
Cody no tuvo que contar una larga historia. Ben estaba roncando suavemente en
cinco minutos. Le quitó la mano de encima, le besó la cabeza y se dirigió de puntillas a la
puerta. Antes de que saliera de la habitación, su teléfono sonó.
"¿Hola?" Respondió sólo cuando llegó al pasillo y la puerta de Ben estaba cerrada.
"¿Profesora Dawson?"
Por el temblor de su voz, Cody supo que era uno de los nuevos estudiantes que había
añadido al laboratorio al principio del trimestre.
"Sí. ¿Qué pasa?"
"Es Rashad. Siento llamar tan tarde, pero no puedo averiguar cómo apagar el
espectrómetro. Hice todos los pasos que me dijo Keith, pero no funciona. La luz sigue
parpadeando. María no contestó cuando intenté llamarla. Yo no sabía a quién más llamar".
"Está bien, Rashad. Déjala encendida. Lo comprobaré mañana a primera hora. A

veces tiene un pequeño fallo. Seguro que lo has hecho todo bien".
Ella había heredado el espectrómetro del profesor que se había jubilado y tenía la
intención de actualizarlo, tan pronto como el dinero de la subvención estuviera en su cuenta.
"Llegas tarde. ¿Estás bien cerrando?"
"Sí, señora. Quiero decir profesora".
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"Está bien que me llames Cody. Todos en el laboratorio lo hacen".
"Está bien, profesora. Lo siento. Cody. Y gracias". Rashad hizo una pausa. "Además,
quería decir que realmente aprecio que me des una oportunidad. Nunca pensé que estaría
trabajando en un laboratorio tan genial en mi segundo año".
"Estoy feliz de tenerte en mi equipo. Y te has ganado el puesto. Nos vemos en la

reunión del laboratorio mañana".
Cuando la línea hizo clic, Cody se apoyó en la puerta. A pesar de las largas horas y
todo el estrés, no cambiaría su trabajo por nada del mund o.Sobre todo por chicos como
Rashad, que hacían que fuera mucho más que la química atmosférica. Y tan pronto como
ella consiguió la titularidad, ella podría dejar de preocuparse por perder todo aquello por lo
que había trabajado.
El consejo de Amelia se filtró al frente de sus pensamientos. Si llevar una cita a la cena
de los becarios la ponía en buen lugar con la presidenta, tal vez las molestias y el tiempo
valdrían la pena. Y una novia no sería horrible aunque no tuviera tiempo libre. Tal vez podría
encontrar a alguien igualmente ocupado...Pero tenía que pensar en Ben. Ella no había salido
con nadie desde que Anastasia se fue hace tres años. Cada vez que consideraba salir con
alguien de nuevo, se decía a sí misma que era demasiado pronto. Demasiado pronto para
que él se encariñara y tener que se marche de nuevo. Pero, ¿cuánto tiempo pensaba
esperar?
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Capítulo Tres
Jess se apartó y estudió el puesto que ella y Finn acababan de montar para el festival
anual de Halloween en la estación de bomberos local.
"Creo que estamos bien".
Finn extendió los brazos. "Por supuesto que sí. Hemos llevado a cabo la mejor
operación de lanzamiento de anillos de la ciudad durante tres años".
"Desde luego que sí".
Finn había empezado a ser voluntaria en el festival porque, como paramédico, tenía
muchos amigos bomberos. Ella había involucrado a Jess en un año cuando su compañero se
retiró en el último minuto y Jess había estado viniendo desde entonces. Uno, porque los
donuts de sidra eran su debilidad. Dos, porque los niños disfrazados la hacían sonreír y en su
apartamento apenas había gente que pidiera dulces.Volvió a la cabina y ajustó algunas de
las botellas mientras Finn comenzó a hacer pilas ordenadas de anillos.
"¿Cómo va la Operación Esposa?¿Alguna interesada?"
Jess frunció el ceño. "Se trata de esposar, no de ser esposada. Y estoy bastante segura
de que lo sabes".
Finn se encogió de hombros. "Puede que consigas más lectores si lo llamas

esposado".
"No es ese tipo de historia".
Aunque ella tenía su cuota de fantasías sobre esposas. O con cuerdas. O cualquier
otra forma de esclavitud. Pero ella no iba a contarle eso a Finn. Finn se burlaría de ella sin
piedad y Donna la tendría informando desde una mazmorra sexual.
"Bien, bien. ¿Cómo es la historia que realmente estás escribiendo?"
Ella puso los ojos en blanco y gimió. "No quiero hablar de ello".
"¿Pensamientos secundarios?"
Ella no había recurrido a las aplicaciones -todavía- pero sus otros intentos, incluyendo
tantear a sus amigos e ir a un bar con un par de sus colegas, habían sido más que
decepcionantes.
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"Si por dudas te refieres a el miedo a estrellarte y quemarte en el despegue, entonces

sí".
Finn se encogió. "¿Tan malo es?"
"¿Cuándo me volví tan terrible en las citas?"
Eso le valió una mirada de simpatía y una palmadita en el hombro.
"No eres mala en ello. Simplemente no has encontrado a la persona adecuada".
"Bueno, me conformaría con cualquier cosa de los alrededores. Me estoy quedando

sin tiempo y Donna está..."
"Ella está aquí."
"¿Quién? ¿Donna?"
Incluso mientras lo decía, se dio cuenta de que no tenía sentido. Donna tenía hijos,
pero incluso si de alguna manera se había metido en este festival, Finn no tenía ni idea de
cómo era.
"Amelia".
"Oh." Habían hablado largo y tendido sobre Amelia: Finn jugando al héroe en el
hospital, lo hermosa que era Amelia, la improbable amistad que Finn estaba desarrollando
con la abuela de Amelia. Oh, y el hecho de que Amelia tenía una novia.
"Pelo castaño oscuro, suéter rojo, bota tosca en el pie derecho".
Jess la encontró entre la multitud. Sin mencionar la hermosa mujer con la que parecía
estar ella.
"Bonita". ¿Quién es el bombón que está con ella? ¿La novia?"
Finn negó con la cabeza. "No lo sé, pero definitivamente no es la novia".
"¿Cómo lo sabes?"
"La novia no es tan marimacho". Finn entrecerró los ojos. "Y sé que ella no tiene un
hijo".
Lo que significaba que el niño probablemente era de quienquiera que estuviera con
Amelia. Jess suspiró. Qué pena. Bueno, no tan mal. Le gustaban los niños. Pero un niño
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significaba que el marimacho misterioso estaba probablemente casada, o al menos en una

relación. Lo cual tenía mucho sentido, ya que ella parecía sentirse atraída por las mujeres
que no estaban disponibles, no eran adecuadas, o ambas cosas.
"¿Qué?"
La pregunta irrumpió en su quejido mental. "Nada. ¿Vas a ir a hablar con ella?"
Finn negó con la cabeza. "Todavía no. No quiero parecer demasiado ansiosa".
Jess le dio un codazo en las costillas. "Aunque lo estés".
"No estoy ansiosa. Estoy..."Cuando Finn no terminó inmediatamente la frase, ella

completó alegremente, "ansiosa".
"No eres de ayuda", refunfuñó Finn.
Ella miró en la dirección que Finn ahora se negaba a mirar. "Claro que sí. Voy a decirte
que Amelia viene hacia aquí en lugar de dejar que se acerque sigilosamente a ti".
" Ella está? "
"Mm-hmm. ¿Y su cara? Cien por cien de ganas".
"Vale, voy a ir a hablar con ella". Finn miró hacia abajo como si estuviera
comprobando su aspecto y gimió. "¿Por qué dejé que me convencieras de vestirme como un
plátano otra vez?"
"Porque es bonito. Y complementa mi piña". Hizo una pose arrastrando su mano por
las mallas marrones que cubrían sus piernas y usando la otra para la otra para acentuar el
top puntiagudo que llevaba en la cabeza. "Obviamente".
Finn puso los ojos en blanco. "Obviamente".
"Además, no pensé que ninguna de las dos fuera a coquetear".
"Mm-hmm."
Finn se escabulló de la cabina y se reunió con Amelia a mitad de camino.

Jess se permitió una mirada más apreciativa a la amiga de Amelia y dirigió su atención
a los niños que se habían reunido, preguntándoles por sus disfraces y entregándoles un
montón de anillos para que los lanzaran. Aplaudió y felicitó, repartió libros para colorear y
recogió las docenas que cayeron al suelo. Y luego lo volvió a hacer. Finn podría haberse reído
de sus disfraces con temática frutal, pero al menos eran holgados y un poco elásticos para
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poder agacharse. Incluso si no hubiera enseñado barre esa mañana, estaría haciendo
ejercicio.
Finn volvió con la noticia de que Amelia y sus amigas iban a almorzar y luego a venir.
Jess se burló de ella, sobre todo para distraerse de hacer preguntas sobre la mujer
misteriosa. Pero Finn ofreció detalles de todos modos, probablemente para parecer menos
obsesionada con Amelia. Su nombre era Cody -lo que hizo que Jess quisiera saber al instante
si era un era un apodo o un diminutivo de algo o qué, era una amiga de Amelia y su hijo se
llamaba Ben.
"Sin embargo, no vi un anillo, así que quién sabe de qué se trata".
Entrecerró los ojos, preguntándose si Finn estaba tratando de insinuar algo. Pero
antes de que pudiera preguntar, o codearse con ella de nuevo, a su stand fue un grupo que
se identificó como la Tropa Brownie nº 833. Ella les prestó atención y, sinceramente, no
volvió a pensar en Cody hasta que levantó la vista y encontró a Cody sonriéndole.
Odiaba esas frases sobre las gargantas que se secan y la falta de palabras, pero eso
era exactamente lo que le ocurría. Algo en la sonrisa, junto con esos ojos azules y ese
perfecto paquete de pantalones vaqueros y franela, aunque rudo, tocó todas sus fibras
sensibles. Fue todo lo que pudo hacer para manejar un casual
"Hola".
"Hola. Hemos oído que tienes los mejores libros para colorear del festival".
Ella asintió y trató de cambiar su atención hacia el niño.
"Los tenemos. Especialmente para los grandes perros rojos".
Hizo una mueca. "Quería ser Clifford, pero tengo calor".
Ella podía empatizar. "Es mucho pelaje. ¿Cómo te llamas cuando no eres Clifford?"
"Ben".
"Bueno, es un placer conocerte, Ben. Soy Jess". Ella extendió una pila de anillos. "¿Te
gustaría probarlo?"
Él levantó un hombro y pareció reticente.
"Adelante, amigo". Cody le puso una mano en el hombro y luego hizo contacto visual
con ella. "Sólo está un poco cansado. Ha sido un día completo".
Sonaba como si tal vez hubiera algo más que demasiados estímulos del festival, pero
ciertamente no era su lugar para presumir o preguntar. Ella se inclinó y susurró en voz alta.
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"Si no quieres, no pasa nada. Puedes tener un libro para colorear".

La idea de que no tenía que hacerlo -o tal vez no tenía que hacerlo bien- parecía
animarle.
"No, si quiero".
"Adelante". Ella le entregó los anillos y él comenzó a lanzarlos con más intensidad de
lo que ella esperaba.
Cody le sonrió de nuevo. "Gracias. Por cierto, soy Cody".
Ella se resistió a decir que ya lo sabía y extendió una mano. "Jess".
"Encantada de conocerte, Jess".
Ella quería hacer tantas preguntas, qué hacía Cody, si estaba casada, si estaba
interesada en tomar una copa más tarde, pero se mordió la lengua. Si iba a conocer a alguien
en este momento, tenía que ser una candidata a las Crónicas de las esposas. Y Cody
definitivamente no lo era. Ben no hizo sonar ninguna botella, pero Jess le dio su libro de
colorear como prometido, que aceptó con un educado "gracias". Lo estudió durante medio
segundo antes de entregárselo a Cody a cambio del vaso de sidra que tenía en la mano. Como
Finn y Amelia seguían charlando, se devanó los sesos buscando algo que decir. Normalmente
le resultaba fácil con los niños, pero Cody la dejaba descolocada y un poco molesta consigo
misma por querer siempre cosas que no podía tener.
Acababa de decidirse a preguntar si Clifford era el personaje de libro favorito de Ben
cuando Ben derramó el vaso de sidra casi lleno sobre sí mismo. Él no dijo nada, pero sus ojos
se agrandaron y se llenaron de lágrimas al instante. Como Cody estaba detrás de él, tardó un
segundo en darse cuenta de lo que había ocurrido. Pero entonces entró en acción como sólo
una madre puede hacerlo.
"Oh, amigo. No pasa nada.
"Pero. Mi. Traje". Cada palabra fue puntuada con una inhalación entrecortada de
aliento.
Jess cogió el rollo de toallas de papel que había debajo de la cabina.
"Toma. Empieza con éstas".
Cody las aceptó y empezó a limpiar el suelo. Jess se apresuró a unirse a ellos.
"Yo lo haré. Tú ocúpate de él".
"Quítatelo". Ben empezó a tirar de su traje y su voz adquirió un aire de desesperación.

Para su crédito, Cody no pareció inmutarse. "Lo haremos. Sólo dame un segundo".
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"Los baños están detrás del castillo inflable". Entonces, sin realmente pensar, añadió,
"Puedo mostrarte".
"No tienes que..."
"No me importa". Tiró las toallas de papel empapadas en una lata cercana y le dio a
Ben una sonrisa alentadora. "Vamos, Ben. Por aquí”. Ben olfateó, miró a Cody y ambos la
siguieron.
"Es bueno que no seas realmente Clifford o podríamos tener que llevar la manguera
a ti".
Él no se rio, pero ella estaba bastante segura de que soltó al menos una sonrisa. En
los baños, Cody y Ben desaparecieron dentro. Ella se quedó un momento, queriendo ser útil,
pero sin saber cómo. Pero luego decidió que quedarse ahí la hacía parecer demasiado
atenta, o tal vez demasiado interesada, así que volvió a la cabina.
Finn estaba ocupada con una pandilla de princesas y jedis, dejando a Amelia a un
lado. Amelia estaba aparentemente vigilando a los niños, pero Jess la pilló echando miradas
furtivas a Finn. Volvió a entrar en la cabina y tomó un boleto de un taco con anteojos de
montura morada, entregándole un juego de anillos.
"¿Se arreglaron bien? Sé que esos baños pueden ser complicados". El movimiento de
cejas de Finn carecía incluso de la premisa de la sutileza.
"Lo que sea. Estaba siendo amable".
"Ajá. Vuelve a mi casa de forma amable, tal vez".
"Jesús, Finn. Ella tiene un hijo. Que estaba justo ahí. No estaba tratando de levantarla
a ella".
Finn levantó ambas manos en defensa. "Si tú lo dices".
Ella puso los ojos en blanco. "Ve a hablar con Amelia. Yo me encargo de esto".
Finn frunció el ceño. "Ya he hablado con ella".
"Bueno, ve a hablar un poco más. Está de pie allí sola fingiendo que no te mira".
"¿Lo hace?" Los ojos de Finn se desviaron en dirección a Amelia, pero rápidamente
volvieron.
"Oh, Dios mío. Vete".
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El engatusamiento funcionó y Finn se escabulló una vez más. Jess volvió a prestar
atención a sus clientes, repartiendo libros para colorear y juegos de puzzle tanto si
conseguían ganar técnicamente como si no. Intentó -y no logró- evitar que su mirada se
desviara hacia donde estaban Finn y Amelia, y en dirección de los baños. No pasó mucho
tiempo antes de que Cody y Ben se reunieran .Ben se veía mucho más feliz en jeans y
camiseta que en su traje.
Cody le dirigió una mirada y la sorprendió totalmente.
"¡Fu-por la victoria!"
Ella levantó las manos, celebrando el hecho de que se las arregló para no jurar más
que el anillo que aterrizó sobre una botella en la fila del medio.
La madre de la bailarina en cuestión levantó una ceja pero no dijo nada. Jess le
entregó dos libros para colorear y soltó un suspiro. Cerrar llamada.
"Gracias de nuevo por tu ayuda de antes".
Había estado tan ocupada felicitándose a sí misma, que no había visto a Cody venir
justo a su lado. Dejó escapar un grito -no uno lindo y femenino, tampoco- y se resistió a dar
una palmada en la cara.
"Lo siento". Cody le ofreció una sonrisa tímida que de alguna manera la hizo aún más
atractiva.
"No, no. Lo siento. Mi mente divagó". Y Cody no necesitaba en absoluto saber dónde.
“Me pasa todo el tiempo".
Cody probablemente sólo estaba diciendo eso para ser amable, pero en este punto,
ella lo aceptaría
"¿Todo salió bien?"
A pesar de la mundanidad de la pregunta, Cody sonrió.
"Sí. Él eligió ese disfraz, pero creo que era mucho más caliente y picante de lo que
esperaba. Después de que le aseguré que podría lavarse a tiempo para el truco o trato más
tarde, se alegró de quitárselo".
"Los mejores disfraces son siempre los menos divertidos de usar".
Cody hizo un ademán de mirarla de arriba abajo. "¿Lo son ahora?"
De alguna manera, había perdido la noción del hecho de que estaba vestida como
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una piña. Cualquier ilusión que tuviera de que Cody la tomara en serio, y mucho menos
encontrarla atractiva, se fue por la ventana. Acarició la parte delantera hinchada.
"Este es sorprendentemente cómodo".
Cody asintió, con una expresión seria. "Es bueno saberlo".
Ahora consciente de lo ridícula que debía parecer, era todo lo que podía hacer para
no tirar del vellón o ajustar el sombrero de punta fijado a su cabeza con horquillas.
"Es decir, no es un plátano".
La referencia al disfraz de Finn hizo que Cody se riera. "¿Pero qué es realmente?"
"Exactamente".
"Así que, um, de todos modos. Nosotros nos vamos. Sólo quería dar las gracias de
nuevo por lo de antes".
"No fue nada." Sólo otro caso de no pensar antes de hablar y accidentalmente
insertarse en una situación que no era suya para empezar.
"Podríamos haber encontrado los baños, pero te las arreglaste para distraer a Ben.
Estoy bastante segura de que tú sola evitaste una crisis completa".
Ella tenía suficiente experiencia con sobrinos y sobrinas para saber – y apreciar lo que
Cody quería decir. "Bueno, entonces cambio mi respuesta a "de nada".
"Bien. ¿Quizás nos veamos alguna vez?"
Ella no tenía idea de cuándo o cómo podría suceder, pero le gustaba la idea de ello.
Si Cody estaba tan cerca de Amelia como ella lo estaba de Finn, tal vez no era tan
descabellado después de todo. Finn podría argumentar lo contrario, pero ella estaba
enamorada. Y por lo que había visto de Amelia, el sentimiento era mutuo.
"Eso sería genial".
"Buena suerte con el resto del día. Espero que consigas quitarte el disfraz antes de
que pierda su encanto".
No había nada sugerente en el comentario, pero eso no le impidió imaginar cómo

sería que Cody la desnudara. No de su atuendo actual, por supuesto, sino en general. Y
viceversa.
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Dios, ¿qué le pasaba? Se aclaró la garganta y, con ella, las imágenes muy poco PG de
su cerebro.
"Gracias".
Cody saludó con la mano y se dirigió a donde Finn parecía estar entreteniendo a Ben
con un trozo de plátano bailando. A pesar del asunto de Finn y Amelia era muy posible que
no volviera a ver a Cody. Lo cual era tal vez lo mejor, considerando todas las cosas. Pero
mientras se alejaban, Ben y Cody cogidos de la mano, todo lo que pudo conseguir fue sentirse
decepcionada.
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Capítulo Cuatro
Técnicamente, la clase de Dinámica Atmosférica podría haber ido peor, también

podría haber ido mucho mejor por supuesto fue la única vez que Ralston eligió revisar la
clase de Cody. Tan pronto como le vio entrar en la parte de atrás de la sala de conferencias,
su expresión adusta como siempre, ella había perdido su tren de pensamiento.
"Se han encontrado rastros de mercurio en... eh..."
Maldita sea. Cody conocía el tema tan bien como el orden de las cucharas y cuchillos
en su cajón de los cubiertos. Y era un tema importante. Cada vez que había impartido el
curso, había clavado la conferencia y tenía a los estudiantes para detener la contaminación
del aire antes de que fuera demasiado tarde. Pero esta vez la mayoría de los rostros que le
devolvían la mirada parecían somnolientos. Peor aún, algunos parecían realmente
confundidos. Un niño incluso roncaba.
Todo el mundo había salido de fiesta ese fin de semana para prestar atención a nada
más que a su ombligo a las ocho de la mañana. Y el lunes después de Halloween, ¿qué
esperaba? Ralston se fue antes de que la clase terminara lo que fue una suerte porque, por
primera vez, nadie se quedó hasta tarde para hacer preguntas.
Cody recogió sus cosas y apagó las luces, pensando que un paseo podría despejar su
cabeza. Para bien o para mal, tenía veinte minutos libres antes de su reunión de laboratorio.
Salió al sol y respiró profundamente el aire fresco del otoño. Al menos era una mañana
preciosa.
"¿Jess?"
La mujer se congeló a mitad de camino en las escaleras. Por un momento, Cody se

preocupó que estuviera equivocada. ¿Por qué iba a estar Jess -la mujer de la piña del anillo
- en su campus?
"¿Cody?"
Cody asintió con la cabeza, saliendo de la puerta mientras un estudiante pasaba a

toda prisa.
"Te ves diferente. Casi no estaba segura de que fueras tú".
"¿Sin el sombrero de la piña?" Jess enarcó una ceja y luego sonrió. "Resulta que a
veces llevo ropa corriente".
¿Era ropa corriente? Cody hizo lo mejor que pudo para no mirar de reojo, pero Jess
en ropa ordinaria era impresionante. Todo, desde los tacones hacia arriba mallas negras, una
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elegante falda corta y un suéter ajustado, todo ello acentuando una figura esbelta y unas
curvas sensuales. Su cabello castaño caía en suaves rizos más allá de sus hombros, y si Cody
dejaba que sus ojos se detuvieran un momento más, se quedaría embelesada. ¿Realmente
había coqueteado con esta mujer? Afortunadamente, Jess probablemente no se había dado
cuenta de que había estado tratando de coquetear. Con Ben como distracción, no era como
si hubiera sido tan abierta.
"¿Enseñas aquí?"
Cody cerró la boca, dándose cuenta de que la había dejado abierta mientras evaluaba
a Jess. Consiguió asentir y luego añadió:
"¿Lo haces? Nunca te había visto en el campus".
"No. Estoy aquí para entrevistar a la presidenta Toller". Jess buscó en su bolso y sacó
una tarjeta. "Soy periodista, bueno, es uno de mis trabajos de todos modos. Estoy haciendo
un artículo sobre las mujeres locales en el liderazgo".
"La presidenta Toller es increíble".
Cody miró la tarjeta. Ella deseaba o mejor aún, que hubiera leído uno de los artículos
de Jess, pero las únicas cosas que leía últimamente eran libros de imágenes con Ben y
revistas académicas. Pensaba cambiar eso ahora.
"No puedo esperar a leer tu artículo".
Jess asintió a la tarjeta. "En realidad, esa tarjeta es para Sapphisticate, mi trabajo
principal. Este artículo estará en el Denver Voice".
"Bueno, me aseguraré de buscar ambos".
Jess asintió. Se mordió el labio como si estuviera pensando en decir algo más y luego
lo pensó mejor.
"Debería dejarte ir. Parecía que tenías prisa cuando salías".
"Sólo tenía prisa por salir", admitió Cody. "Pero tienes una entrevista con la
presidenta. No quiero que llegues tarde".
Jess miró su reloj. "Tengo diez minutos. Me gusta llegar temprano".
"¿Has quedado con ella en Platt Hall?"
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Cody no podía recordar la última vez que había visto a la presidenta Toller dentro del
edificio de ciencias de la tierra. Aunque era una partidaria abierta de las ciencias, rara vez
hacía una aparición en el extremo norte del campus.
Las cejas de Jess se fruncieron. "¿Platt? Creía que esto era Emporium Hall. La oficina
de la presidenta está en Emporium, ¿no?"
"Bueno, sí, pero Emporium está en el otro lado del campus".
"Mierda. ¿Estás segura?" Jess negó con la cabeza. "Por supuesto que estás segura.
Soy terrible con los mapas. Y perdón por decir palabrotas, pero odio llegar tarde".
Cody se levantó la bolsa de mensajería.
"Estás bien. Yo trabajo con estudiantes universitarios, no con niños de jardín de

infancia. Deberías oír lo que dicen cuando suspenden mis exámenes". Pasó por delante de
Jess. "Vamos. Si quieres llegar a tiempo, tenemos que apresurarnos".
"¿Me vas a llevar allí?" Jess empezó a seguir a Cody.
"Podría darte indicaciones, pero es algo complicado y si pensabas que era el

Emporium Hall" -Cody señaló con el pulgar el edificio que tenían detrás- "creo que necesitas
mi ayuda".
"Gracias". Jess aceleró el paso. "¿Debemos correr?"
"Tal vez. Pero entonces llegaríamos sudadas y sin aliento".
"No es el mejor aspecto para una reunión importante. Pero no sería la primera vez".
Jess volvió a maldecir. "Realmente odio los mapas. Nunca he sido buena con las cosas
espaciales. Soy mucho mejor con lo oral".
Cody apenas resistió el impulso de reír. Jess se detuvo de golpe.
"No puedo creer que haya dicho eso. Verbal. Quise decir verbal, no oral. Ya sabes
que algunas personas aprenden visualmente y otras son verbales?"
"Lo tengo. Verbal, no oral". Cody se aclaró la garganta. Ella definitivamente no

necesitaba pensar en las habilidades orales de Jess en este momento. "Realmente
deberíamos darnos prisa".
"Bien." Jess se puso a medio trotar. "¿Qué tan lejos?"
"Supongo que unos 800 metros. Pero no tenemos que correr. Estás en tacones".
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"Puedo correr con tacones. ¿Izquierda o derecha?"
El camino por delante se dividió, abriendo un espacio para el Pabellón Norte. En la

primavera, era uno de los lugares de reunión favoritos de los estudiantes para tomar el sol y
lanzar frisbees, pero esta mañana sólo un puñado de estudiantes estaban de pie alrededor
de la charla.
"A la izquierda".
Ambos caminos llegaban a Emporium Hall, pero el camino de la derecha pasaba por
delante de una de las cafeterías y siempre estaba abarrotado entre las clases. Además, el
camino de la izquierda estaba bordeado por un surtido de olmos, fresnos y arces, todos en
diferentes grados de colores otoñales. Las hojas eran impresionantes, y si Cody quería
mostrar el lado escénico del campus, este era el momento. No es que Jess estuviera en
condiciones de prestar atención a las vistas. Tenía una mirada de pánico en su cara,
sugiriendo que la charla no iba a suceder.
Incluso si tuvieran tiempo para un paseo tranquilo, Jess probablemente querría
hablar de algo más moderno que de un bonito follaje. Cody se preguntaba de qué hablaban
los solteros normales. Hacía tanto tiempo que no salía en una cita que no se le ocurría qué
tema sacaría a relucir. Los niños y el trabajo no eran propensos a encender ninguna llama, y
eso era literalmente todo su mundo.
Jess comenzó a desviarse hacia la izquierda cuando el camino se dividió de nuevo y
sin pensarlo, Cody extendió la mano y la cogió.
"Vamos a la derecha esta vez".
Soltó a Jess tan pronto como su cuerpo le dio un golpe de realidad. Agarrar la mano
de una mujer hermosa era una mala idea si quería conservar sus capacidades y habilidades
cognitivas en un futuro cercano.
"¿Estamos cerca?"
"Bueno, más cerca". El campus se extendía entre las calles de la ciudad, lo que
complicaba llegar a cualquier sitio a toda prisa. "Tenemos que cruzar la carretera principal y
luego son unas tres cuadras más".
"¿Tres manzanas? ¿Cómo me he equivocado tanto en las indicaciones?"
"Sinceramente, no estoy segura. ¿Tal vez tenías el mapa al revés?"
Llegaron a la intersección y tuvieron que parar para esperar el semáforo.
"Era una pregunta retórica".
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"Lo sé. Pero intentaba que te sintieras mejor. Y no creí que debiera volver a sacar el
tema de tus habilidades orales".
Jess se rio. "Gracias. Sabes, normalmente, tendría alguna respuesta sarcástica, pero
no puedo pensar en nada ahora mismo porque estoy demasiado preocupada por llegar
tarde".
"Según mi experiencia, la presidenta Toller suele llegar unos veinte minutos tarde a
sus citas".
Jess miró de nuevo su reloj e hizo una mueca. "Yo nunca llego tarde. Era el maldito
mapa".
"Todos tenemos cosas que no se nos dan bien. Podría ser peor. Podrías ser buena en
lo visual pero mala en lo oral".
"Quise decir verbal". Jess se rio de nuevo. "Oh, bueno. Eso me pasa por intentar
impresionar a nadie a las nueve de la mañana".
"¿A quién intentabas impresionar?" Cody se dio cuenta de la respuesta tan pronto
como las palabras salieron de su boca. Sintió que sus mejillas se calentaban. "Oh."
"Al menos eres tú la que se sonroja".
Si Cody hubiera sido suave, habría dicho algo sobre cómo Jess ya la había
impresionado en el festival de Halloween. No sólo había manejado hordas de niños gritando
en el lanzamiento de anillos, sino que había lucido un disfraz de piña como una profesional.
Y había estado increíble con Ben. Pero cuando Jess le dio una sonrisa de complicidad que era
a partes iguales dulce y sexy, a ella no se le ocurrió nada que decir.
El semáforo cambió y Jess se bajó de la acera. Cody vio el borrón de un ciclista que se
precipitaba hacia Jess e inmediatamente la empujó hacia atrás. La bicicleta giró a la derecha,
pasando por poco a Jess, y luego se perdió de vista.
Sin perder el ritmo, Jess agitó su puño en el aire y dejó salir una serie de palabrotas.
"No creo que pueda oírte".
Sin embargo, el corazón de Cody seguía acelerado. El ciclista había volado y ella no
quería pensar en lo que podría haber sucedido si su adrenalina no hubiera hecho acto de
presencia. Con la cara roja, Jess se volvió hacia ella.
"Ni siquiera miró hacia mí. Casi me mata".
"Un imbécil total. Espero que se le pinche una rueda".
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La expresión de Jess se suavizó. Parecía que iba a reírse. "¿Esa es tu mejor maldición?
¿Un pinchazo?"
"No soy muy buena con las maldiciones", admitió Cody. "Y tengo un niño de cinco
años. Estoy un poco fuera de práctica con el tema de las palabrotas. El idiota fue un gran
paso".
"Bueno, buen trabajo entonces. Siento haber exagerado. Me asusté".
"No exageraste. Estuvo cerca. En el lado bueno, estoy convencida de que conoces
todas las palabrotas que usan los universitarios". Cody intentó una sonrisa. "Y en una pelea,
apuesto totalmente por ti".
"Ahora sólo tratas de hacerme sentir mejor". Jess resopló un aliento. "Está
funcionando. Gracias por salvarme, por cierto". Ella miró a la luz que había cambiado de
nuevo a una mano roja parpadeante. "Maldita sea, voy a voy a llegar muy tarde".
"Conozco un atajo. No huele bien, pero podemos cortar por el callejón donde
guardan los contenedores de basura."
***
Incluso si Cody se hubiera sentido lo suficientemente valiente como para invitar a

Jess a salir, no tuvo la oportunidad. Habían llegado a la oficina del presidente con un minuto
de sobra. Jess se volvió hacia ella, exhaló un agradecimiento, y luego desapareció dentro.
Cody quería una excusa para seguirla, pero no tenía ninguna razón para estar en Emporium
Hall a las nueve y media de la mañana de un lunes. Y tenía una reunión de laboratorio.
El resto del día pasó volando y ella no pudo evitar su buen humor. Incluso Ben le
preguntó por qué sonreía tanto cuando le recogió en el colegio. Ella le dijo que era por la
sorpresa que tenía preparada para el postre, unos brownies que había cogido por capricho,
pero sobre todo por los quince minutos que había tenido con Jess. Y ahora, doce horas
después, Jess estaba aún más en su mente.
Cody abrió su ordenador portátil y abrió el sitio web impreso en la tarjeta de visita de
Jess.. Se desplazó por los tableros de mensajes y artículos hasta que encontró una foto de
Jess y una lista de todos sus mensajes. El primer mensaje bajo su nombre era "The Cuffing
Chronicles" y sin pensar en el tema, Cody hizo clic en él.
Hacia la mitad de la página, el significado se hundió. Dejó de leer y se echó hacia atrás
en su silla. Las esposas no tenían nada que ver con las esposas y Jess estaba buscando una
cita. No una novia, sino una aventura a corto plazo. De hecho, Jess había expuesto un
argumento convincente de por qué las relaciones a largo plazo estaban sobrevaloradas y
Cody estaba de acuerdo en cada punto.
Entonces, ¿por qué se sentía tan decepcionada? Porque sí. Por un momento había
tenido la idea de invitar a Jess a salir. Se dio cuenta de lo tonto que era ahora. Jess podría
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haber coqueteado, y su mano podría haberse sentido increíblemente bien pero era
inteligente, guapa y claramente demasiado genial para Cody.
Cody cerró su portátil y se frotó la cara. El cansancio del día se instaló y decidió no
hacer la hora de calificación que había planeado hacer esa noche. Cogió la tarjeta de visita
de Jess y pensó en tirarla. Eso es lo que debería hacer. Olvidar su encuentro fortuito en el
campus, desmarcar Sapphisticate y volver a pensar que su vida era plena y que era lo
suficientemente feliz.
Una cosa que sabía con certeza era que no podía hacer pasar a Ben por una aventura.
Ya había pasado por un divorcio con uno de los padres mudándose a medio camino al otro
lado del país. No necesitaba que su corazoncito fuera pisoteado de nuevo.
¿Pero realmente iba a esperar hasta que él estuviera en la escuela secundaria para
salir de nuevo? No. Eso era demasiado tiempo. Si había aprendido algo de conocer a Jess,
era que su libido podría haberse adormecido, pero no había muerto del todo.
Esperar hasta que Ben fuera un adolescente que pudiera entender cosas como las
citas podría parecer una buena idea, pero ella quería tener sexo ahora. O al menos pronto.
Por muy burdo que fuera, era la verdad. No quería esperar diez años para disfrutar de la
compañía de una mujer. El coqueteo, las largas conversaciones que no eran sobre el trabajo
o los niños, tomarse de la mano...
De repente se dio cuenta de que podía salir con alguien sin decírselo a Ben. Después
de todo, sólo tenía cinco años, después de todo. Estaba tan acostumbrada a ser abierta con
él que no había considerado no hacerlo, pero podría presentar a alguien como Jess como
sólo una amiga. Y los amigos van y vienen. Él lo sabía. Uno de sus compañeros de clase ya se
había se había mudado a los dos meses de estar en el jardín de infantes ¿Alguien como Jess?
¿O podría realmente invitar a Jess a salir?
Sin detenerse a pensar en ello, cogió su teléfono y tecleó el número de la tarjeta de
visita. La línea sonó tres veces y Cody estuvo a punto de colgar. Luego, el buzón de voz se
activó y ella calmó la respiración.
"Hola. Soy Cody. Ya sabes, la que es malísima para decir palabrotas". Ella sintió un
nudo en su garganta y decidió ir al grano antes de que le fallara el valor.
"Así que, yo, uh, leí tu artículo sobre las esposas y me preguntaba si ya habías
encontrado a alguien. Para esposar, o como sea que lo llames. No estoy segura que yo sea
lo que estás buscando y hay algunas condiciones limitantes en mí que tendríamos que
discutir pero... wow... ok, esto es raro.
Probablemente lo que debería decir es que fue agradable verte de nuevo y que
siento lo de la bicicleta que casi te atropella. Espero que hayas superado el shock y que tu
reunión con la presidente Toller haya ido bien".
Respiró profundamente. "Y, sí me preguntaba si te gustaría tener una cita conmigo.
Este jueves. A las seis. En fin. Pensé que podría funcionar ya que quieres salir con alguien
para tu artículo y yo necesito una cita". Cody cerró los ojos deseando poder retractarse de
su última frase. "¿Puedes decir que no hago esto muy a menudo?"
Sí, Jess podría decir que no llamaba a las mujeres muy a menudo o en absoluto. Se
las arregló para decir adiós y colgar, luego se levantó y se paseó por la habitación. Tal vez
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tendría una cita para la cena de los beneficiarios de la beca. O tal vez había conseguido
parecer una completa idiota.
En cualquier caso, al menos podía decirle a Amelia que lo había intentado.
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Capítulo Cinco
Jess miraba la pantalla de su teléfono, entrecerrando los ojos y deseando que le dijera
que hacer. Cuando no lo hizo, pulsó el botón de reproducción para escuchar el mensaje de
Cody por décima vez. Prácticamente podía pronunciar las palabras junto con Cody, un hecho
que la hizo sentirse obsesiva y no en el buen sentido.
Esto era ridículo. Ella era ridícula.
Había estado obsesionada desde que escuchó el mensaje la noche anterior. Se lo
había puesto a Finn, que trató de ser de apoyo, pero sobre todo se centró en el hecho de
que Cody era una amiga de Amelia. En otras palabras, ninguna ayuda. Lo escuchó antes de
acostarse y de nuevo al despertarse, y luego dos veces en el coche.
En muchos sentidos, era perfecto. Y sin embargo. ¿Qué?
Parte de ello era la última afirmación, la de que Cody necesitaba una cita. Dada su
propia situación, no debería molestarla. Tal vez era sólo curiosidad.
¿Boda de un ex? Eso fue literalmente lo único que se le ocurrió. Lo cual estaría bien,
¿no? Incómodo, tal vez, pero sería para una gran columna.
Jess suspiró. No, en realidad no era eso. Fue la mención de Cody a los problemas, que
tenía que ser un código para el hecho de que ella era una madre soltera. Ella a la vez vaciló
sobre eso y se odiaba a sí misma por vacilar.
Se puso de pie, haciendo que su silla de escritorio rodara fuera de su puesto y hacia
la de Silpa. Cuando chocó -apenas- con la esquina de su escritorio, Silpa frunció el ceño.
"Hola".
Jess levantó ambas manos. "Lo siento".
Silpa puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza antes de volver a prestar atención a
su ordenador. Miró a Frida, cuyo escritorio estaba frente al suyo, y se encogió. Frida apretó
los labios, pero sus ojos reían.
Silpa se tomaba su trabajo, y a ella misma, muy en serio. Estaba segura de que a Silpa
le molestaba el hecho de que su revista -el Mile High Business Journal- se hubiera dignado
a compartir espacio de oficina, recursos humanos y soporte informático con Sapphisticate,
lo que llevó a muchas bromas con Frida sobre ser las lesbianas del cubículo de al lado. Sólo
el concepto de planta abierta significaba que tenían que compartir un gran espacio, dejando
a Silpa sin ninguna pared o puerta propia.
Su teléfono sonó y lo tomo, sabiendo que Cody probablemente no volvería a enviar
un mensaje hasta que ella respondiera, pero teniendo ese pensamiento de todos modos. Lo
que encontró fue un mensaje instantáneo de Frida.
Tuvo que perder nueve segundos de su día de trabajo gracias a ti y a tu silla de
escritorio rebelde. ¿Cómo te atreves?
Entonces, Desvergonzada.
Dejó escapar un bufido y tecleó de nuevo Silla de ruedas, no me importa antes de
cruzar la gran zona abierta donde trabajaban los guionistas hasta el despacho de Donna.
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Cuando llegó allí, Donna estaba al teléfono. Se paseó un poco, escuchó el mensaje de Cody
una vez más y comprobó su calendario.
Desgraciadamente, la última hora no había traído una ruptura en el continuo
tiempo/espacio y su próxima columna de esposas estaba prevista para dentro de seis días.
"Archer, ven aquí".
La voz de Donna la hizo saltar y corrió hacia la puerta. "Buenos días".
"Buenos días, en efecto. ¿Has comprobado las estadísticas de tráfico de tu columna?

Han subido un veinte por ciento respecto a tus visitas habituales".
Ella no lo había comprobado. Había estado demasiado ocupada preocupada por lo

que contendría la segunda instalación. Ah, y tratando de escribir un artículo serio sobre la
homofobia en las prácticas de contratación. Pero a Donna le encantaban las estadísticas y
por eso asintió.
"No lo había hecho, pero me alegro de oírlo".
"¿Has encontrado ya tu objetivo? El tiempo corre".
"Sobre eso". Entró en el despacho hasta el final. "Puede que sí, pero tengo algunas
reservas".
"¿Son reservas para cenar?" Donna se rio de su propia broma antes de mirarla
expectante.
"Todavía no, pero podrían serlo. Una mujer me invitó a salir".
"¿Y? ¿Cuál es el problema? ¿No es lo suficientemente inteligente para ti? ¿Demasiado

femenina?"
Incluso si se inclinara a ofenderse, la evaluación de Donna de sus preferencias eran

correctas.
"Ella es una profesora universitaria, así que estoy bastante segura que es más
inteligente que yo. Y definitivamente es mi tipo".
Donna levantó las manos. "Entonces, ¿cuál es el problema? No me digas que te estás
volviendo aprensiva".
Jess exhaló un suspiro. "Tiene un hijo".
Donna parpadeó un par de veces. "¿Y?"
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"Entonces, eso hace las cosas más complicadas".
"Ella es la que te invitó a salir. Obviamente está interesada en salir. ¿Tienes miedo de
que quiera algo serio?"
Debería haber sabido que Donna sería tacaña en el departamento de simpatía.
"Ella ha leído la columna, así que sabe en qué se está metiendo".
"Ella no te envió un correo electrónico desde el sitio, ¿verdad? Esa es la única cosa
que podría darte un pase. Amamos a nuestros lectores, pero no queremos amar a nuestros
lectores".
En lugar de otra risa, inclinó la cabeza hacia adelante y hacia atrás y movió los
hombros sugestivamente. Ayudaba saber que Donna tenía algunos límites, aunque no la
ayudaran en esta situación.
"No, no. Nada de eso. La conocí de una manera perfectamente natural".
Bueno, aparte del disfraz de piña, quizás. Pero Donna no necesitaba ese detalle. O
cómo se había perdido en la universidad, por una tarea que no es ni siquiera para
Sapphisticate.
"Así que, voy a preguntar de nuevo. ¿Cuál es el problema?"
A pesar de todas sus preocupaciones y quejas, se dio cuenta de que no había ningún
problema. Si ella iba a hacer esto, Cody podría ser su mejor opción: inteligente, atractiva,
divertida, amable. Y las complicaciones que mencionó en su mensaje probablemente tenían
que ver con el niño. Mientras Cody no estuviera buscando una niñera o una madrastra, Jess
podría manejar un niño. Le gustaban los niños.
"¿Sabes qué? Nada. Voy a llamarla ahora mismo".
Donna sonrió. "Ese es el espíritu".
"Claro. Quiero decir, ¿qué es lo peor que podría pasar?"
Donna pareció tomarse la pregunta a pecho antes de encogerse de hombros.
"Te enamoras de alguien con un niño".
Ya se había dado la vuelta para irse, pero las palabras de Donna la detuvieron
rápidamente.
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"Espera. ¿Qué?"
Donna se encogió de hombros con esa indiferencia que normalmente reservaba para
lanzar un gran proyecto con un plazo ajustado.
"Te enamoras de ella y te conviertes en madre mucho más rápido de lo que habías
planeado".
Donna tenía tres hijos y los había llevado ella misma. Su columna sobre la crianza de
las lesbianas fue más o menos lo que lanzó Sapphisticate. Era hilarante, sincera y
brutalmente honesta. No dejaba caer las insinuaciones sobre convertirse en madre a la
ligera. A diferencia de la madre de Jess, que mencionaba a los nietos al menos una vez cada
pocas semanas.
"Sabes que eso no está sobre la mesa, ¿verdad?"
Otro encogimiento de hombros. "Cuando se trata de enamorarse, las cosas nunca

están sobre la mesa hasta que lo están".
"Enamorarse tampoco está sobre la mesa. Tú eres la que me dio esta tarea. Esposas.
¿No sabes cómo funciona?"
"Lo siento, lo siento". Donna levantó ambas manos de nuevo, más concesión que
exasperación esta vez. "Tienes razón".
"¿Estás diciendo que no debería llamarla?"
"Oh, definitivamente deberías llamarla".
Ella asintió, a pesar de que esperaba alguna tranquilidad concreta. "Porque toda la
premisa de esto es la transparencia y los buenos límites".
"Claro". Donna pareció reprimir una sonrisa.
"¿No?"
"Estaba pensando más bien en que tu próxima columna sale en vivo en menos de una
semana y, a menos que me las estés ocultando, no tienes muchas alternativas".
Se pellizcó el puente de la nariz. "Eres lo peor. Lo sabes, ¿verdad?"
El insulto no pareció calar. En todo caso, Donna parecía tomarlo como un cumplido.
"Veamos si te sientes igual cuando tu columna se convierta en una lectura obligatoria
más que la mía".
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Antes de que pudiera siquiera contemplar una respuesta, el teléfono de Donna sonó.
Probablemente fue lo mejor, dada la cantidad de palabrotas que revoloteaban por su mente.
Se dirigió a su escritorio, con la esperanza de compadecerse con Frida. Sólo que Frida se
había ido, probablemente entrevistando a algún atleta profesional.
Se dejó caer en su silla, con cuidado de orientarse hacia la ventana y no hacia el
escritorio de Silpa. Sacó su teléfono y abrió sus mensajes de voz una vez más. Su dedo se
posó sobre el icono de reproducción. No tenía sentido en realidad, ella sabía exactamente lo
que Cody había dicho y lo que no. Miró a Silpa, que tenía los auriculares puestos y estaba
concentrada en la pantalla del ordenador.
Con un ligero movimiento de su dedo hacia la derecha, pulsó el botón de llamada.
Como dijo Donna, el tiempo corría y no tenía muchas opciones.
"Cody Dawson".
El saludo escueto, junto con la voz más sexy de lo que recordaba de Cody , la hizo
tantear el terreno.
"Hola. Soy Jess Archer de Sapphisticate".
Esperó un momento. "Y el disfraz de piña y la frenética carrera a través del campus".
La risa de Cody consiguió tranquilizarla y ponerla un poco más nerviosa al mismo

tiempo. El buen tipo de nervios. Del tipo que viene con el coqueteo.
"Hola, Jess Archer".
"Recibí tu mensaje". ¿Por qué estaba nerviosa? Cody había sido tan incómodo como
todo el mundo al salir. Eso debería hacer esto más fácil.
"Por lo que deduje".
"Y me preguntaba si querías reunirte para hablar". Ella vaciló. "Sobre los términos".
"Y mis -¿cómo lo expresé? -condiciones limitantes".
Respira, Jess. Dios. "Sí, esas condiciones. Definitivamente tenemos que discutirlas".
"Una de ellas es obviamente que tengo un hijo. Sólo quiero asegurarme de que eso
no es un impedimento antes de que nos tomemos la molestia de reunirnos".
Las palabras de Donna resonaron en su mente. Bueno, menos de un eco y más de un

flash, completo con luces rojas y campanas de advertencia.
"No lo es, aunque me gustaría tener una idea clara de cuánto estara-"
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"No lo hará. Si esto es algo temporal, no quiero que se encariñe".
"Oh." ¿Por qué el alivio se sentía tanto como la decepción?
"Quiero decir, estoy segura de que lo verás, pero estoy planeando decirle que sólo
somos amigas".
"De acuerdo. Sí". Tenía sentido. Y ella respetaba a Cody por ser protectora de él. Lo
que hacía que el acuerdo fuera algo bueno.
"Lo siento. No es la forma más romántica de organizar una primera cita".
A pesar del estado disperso de sus pensamientos -por no hablar de los sentimientos-
se rio.
"Yo también lo siento. Toda esta situación es un poco extraña, para ser honesta. No
la parte de ti, sino la parte de las esposas. Y la parte de escribir sobre ello".
Cody se rio a su vez. "Gracias. Creo".
Al menos parecían estar de acuerdo en que era raro. Eso -suficientemente raro- la
hizo sentir mejor. "Entonces, deberíamos hablar más."
"Claro. Porque lo tuyo es el oral".
Ella gimió. "Ok, ese no fue mi mejor momento".
"Me gustó ese momento, en realidad. Pero no debería burlarme. Te prometo que no
sacaré el tema cada vez que nos veamos".
El hecho de que Cody pudiera burlarse, pero que no fuera su único modus operandi
,añadió algunos puntos más a la columna de ventajas en su mente.
"No me importan algunas burlas, para que conste".
"Es bueno saberlo. Porque planeo sacar el tema al menos una de cada dos veces".
Cody hizo una pausa, pero luego continuó. "¿Es un sí al jueves entonces?"
"¿El jueves?"
"No estaba segura de si debía llamarlo una cita. ¿Tenemos que trabajar hasta eso?
¿O sólo estabas siendo amable cuando dijiste que yo no era parte de por qué esto es tan
raro?"
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La cita. Sí, claro. "No, no. Lo siento. Perdí el hilo de la pregunta".
"Ah."
"Sí. Es un sí". Agarró su ratón y cambió a su calendario antes de que Cody pudiera
tener dudas. "El jueves suena genial". Y eso técnicamente le dio algo para escribir mientras
tanto si las cosas se desviaban.
Cody se aclaró la garganta. "No quiero adelantarme, pero me preguntaba si también

estás libre el siguiente martes por la noche. Tengo una cena de trabajo y, quiero decir,
suponiendo que decidamos seguir adelante con esto, esperaba que fueras conmigo".
Incluso mientras Cody respondía a una de las preguntas en su mente, varias nuevas
preguntas. Como, ¿qué tipo de cena de trabajo? ¿Y Cody necesitaba una cita más de lo que
quería salir con Jess específicamente? Se resistió a preguntar ninguna de ellas, sin embargo.
Algunas cosas se discuten mejor en persona. Y no estaba en posición de juzgar por qué Cody
podría estar buscando una cita atípica.
"Lo anotaré".
"Gracias". Cody parecía aliviado, pero también genuinamente feliz con la respuesta.
"Para el jueves, ¿prefieres que nos encontremos en algún lugar, o debería pasar a buscarte?"
Ella agradeció que Cody le preguntara su preferencia. "Quedemos. Eso parece más
fácil".
"Y te da una salida en caso de que decidas que soy un bicho raro y quieras irte".
"¿Eres un bicho raro?"
Estaba bromeando. Por lo que había visto hasta ahora, Cody era cualquier cosa
menos eso. De hecho, Cody tenía tanto a su favor, que tenía bastante margen de maniobra
en el departamento de raros para que ella siquiera se clasificara.
"Es relativo, ¿no?"
Se rio porque era cierto, pero también porque tener esa conciencia era típicamente
una póliza de seguro decente contra ser demasiado de uno.
"Buen punto".
"¿Conoces el Mahogany en Capitol Hill?"
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Sí, conoce el Mahogany, donde se come muy bien y el ambiente es informal. Otro
punto para Cody. No es que ella estuviera llevando la cuenta.
"Uno de mis favoritos".
"Entonces, ¿jueves a las seis?"
"Perfecto". ¿Era tan fácil como eso?
"Excelente. Tenemos una cita".
Aparentemente, lo era. "Te veré pronto".
"Lo estoy deseando. Adiós".
"Adiós". Apartó el teléfono de su oreja y miró la pantalla como si pudiera revelar algo
más que la lista de su reciente correo de voz. "Huh".
No estaba muy segura de por qué la interacción la dejó un poco sorprendida. Fue
porque había ido muy bien? O porque, aparte de complicación del niño, Cody se estaba
convirtiendo en una novia falsa mucho mejor de lo que se había permitido esperar?
Espera. Corrección. Temporal, no falsa. De todos modos. Definitivamente una de esas
cosas. Porque ella no tenía reservas sobre hacer esto en primer lugar. ¿Correcto? Sí.
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Capítulo Seis
Cody se dio cuenta de que estaba golpeando el pie y se obligó a parar.
"Nos reuniremos para discutir los términos y condiciones. Supongo que no llevará
más de dos horas. Menos si digo algo malo y ella se retira del trato".
"Creía que era una cita". Amelia frunció el ceño. "Suena más como una reunión de
negocios".
"Eso podría estar más cerca de la verdad". Cody tiró de su corbata, aflojando el nudo.
"Probablemente me he vestido demasiado".
"Deja de quejarte. Te ves bien". Amelia miró a Cody con desaprobación cuando se
quitó la corbata. "Te ves bien con corbata".
"No estoy segura de qué diablos estoy haciendo. Todo esto parecía una gran idea
hasta hace una hora".
Cody tiró la corbata en el mostrador y miró a Ben. En cuanto llegaron a casa de Amelia
-bueno, técnicamente de Edith-, Ben se dirigió a la cocina para comenzar con el prometido
proyecto de glaseado de magdalenas. Él no había dudado en acercarse a una silla justo
delante de un bol de caramelos y varios tubos de glaseado.
"¡Mamá! ¡Mira! Es un monstruo con un solo ojo". Ben levantó la magdalena que había
untado con glaseado naranja. Un M&M verde salpicaba el centro. "¿Puedo comérmelo
ahora?
"Todavía no". Amelia eligió otra magdalena de chocolate y cambió hábilmente el

monstruo de un ojo por un nuevo pastelito liso en un plato de papel nuevo. "Tienes cuarenta
y siete más para decorar y ni siquiera hemos abierto las chispas".
"¿Chispitas?" La cara de Ben se iluminó. Miró a Cody, probablemente anticipando

que ella le dijera que no se comiera las chispas directamente del frasco, como solía hacer.
"Puedes ir cuando quieras, mamá".
Cody se rio. "De acuerdo". Se acercó a la mesa y le alborotó los rizos. "Te quiero".
"Yo también te quiero. Voy a hacerte un fantasma". Alcanzó el glaseado blanco,

asintiendo para sí mismo. "Pero no lo haré demasiado aterrador".
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"Gracias, amigo". Le besó la parte superior de la cabeza. Ya olía a un subidón de

azúcar esperando a ser golpeado. "Te veré en un par de horas. Pórtate bien con la Srta.
Amelia".
Amelia siguió a Cody hasta la puerta. "Intenta divertirte un poco". Ella le dio a Cody
la corbata que había dejado en el mostrador. "Te ves bien sin ella pero mejor con ella".
Cody se colgó la corbata al cuello pero no se molestó en anudarla. Sólo se la quitaría

en cuanto llegara a su coche.
"Gracias de nuevo por vigilar a Ben".
"Sabes que me encanta tenerlo. Y cualquier excusa es buena para comer magdalenas.
Ahora ve a ser encantadora. Las lesbianas de todo el mundo van a leer sobre esto mañana
estoy segura".
"Ugh. No me lo recuerdes."
El aparcamiento era notoriamente difícil en el barrio alrededor del restaurante. En

parte era por todos los restaurantes y tiendas de moda en Capitol Hill, pero había un Paseo
del Arte que no ayudaba. Cody comenzó a preocuparse por llegar tarde después de la quinta
vuelta que hizo buscando un lugar libre. Finalmente encontró un lugar, pero estaba a varias
cuadras del restaurante.
"Nada como un sprint para empezar la noche".
Esquivar a los paseantes artísticos en las aceras abarrotadas resultó más complicado
de lo previsto, y acabó tomando una ruta más larga para evitar la calle principal. En cuanto
el restaurante estuvo a la vista, dejó de correr, se dobló y recuperó el aliento. Los cabos
sueltos de la corbata le cayeron en la cara.
"Maldita sea".
Se había olvidado de dejar la corbata en el coche y ahora tendría que tendría que
meterla en el bolsillo o anudarla correctamente. En un minuto. Primero, el oxígeno. No
quería aparecer jadeando y con las palmas manos húmedas sudando en el aire fresco.
"¿Cody?"
Ella se levantó de golpe, el aliento que acababa de tomar se había ido de sus pulmones.
"Uh, hola".
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Intentó frenar su respiración, pero su pulso era una causa perdida. Una mirada a Jess
y su ritmo cardíaco se había duplicado. ¿Cómo es que Jess se volvía más atractiva cada vez
que se encontraban?
"¿Estás bien?"
"Sí. Seguro". Cody se aclaró la garganta. "¿Te lo creerías si te dijera que quería una
pequeña carrera antes de la cena?"
Jess sonrió. "No. Creo que no pudiste encontrar aparcamiento y acabaste en el garaje
de la calle 16".
"Hubiera sido una buena idea. Pero no. Aparqué hasta el final en York. Y sabía que
llegarías a tiempo".
"Te habría dado cinco minutos de gracia". Jess extendió la mano y y le dio un tirón a
un extremo de la corbata de Cody. "Especialmente si supiera que estabas atando esto".
"Sh-oot(disparos). Me olvidé de eso". Cody tiró de la corbata de su cuello y la metió

en el bolsillo de su abrigo. Si sus mejillas no estaban ya rojas por correr en el frío, eran
ciertamente carmesí ahora. "Demasiado para empezar suave".
“¿Disparos? ¿No dices palabrotas en absoluto?"
"Oh, tengo un tarro de palabrotas medio lleno en casa. Estoy tratando de mejorar
para no tener que ir al banco por otro rollo de monedas. Ben no me deja resbalar".
"Necesito uno de esos. Pero definitivamente me quedaría sin monedas. En cuanto a

lo de lo de la suavidad, no lo has estropeado. Te ves bien incluso sin la corbata. Y has llegado
a tiempo". Antes de que ella tuviera la oportunidad de responder, Jess señaló el cartel sobre
el restaurante. "¿Vamos?"
Se alegró de que la salvaran de una mayor vergüenza, pero mientras caminaban, la

realidad de estar en una cita se hizo presente. Quería simplemente estar emocionada, pero
estaba oxidada en el juego de las citas. Y Jess claramente no lo estaba. Cody no necesitaba
conocer su historia para darse cuenta. Ella tenía una coqueta confianza que era tan
intimidante como excitante, y una mirada a ella con la chaqueta de cuero, el vestido hasta la
rodilla y las botas hizo que Cody se preguntara si podría salir a cenar con alguien como ella.
Por no hablar de mencionar una relación en la que todo lo que ocurriera probablemente se
convertiría en uno de los artículos de Jess.
Si tan solo Jess no estuviera tan buena. Y no escribiera una columna semanal con
consejos sobre relaciones y otras cosas de la vida.
La puerta del restaurante se abrió y un grupo bullicioso salió, todos hablando a la vez.
Cody se acercó a Jess para dejarlos pasar. Ella contuvo la respiración, tratando de ignorar
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cómo su cuerpo vibraba al sentir a Jess a centímetros de ella. Pero entonces su mente optó
por recordarle lo bien que se había sentido al sostener la mano de Jess, también. Ella la había
cogido accidentalmente mientras corrían hacia la oficina de la presidente, pero ¿cómo sería
tomar su mano intencionalmente? Una vez que el grupo hubo pasado, Cody dio un paso
atrás y miró a Jess.
"Por cierto, estás muy guapa. Quería decírtelo en cuanto te vi, pero todo el asunto
de la corbata me despistó".
"Gracias. Hay que dar una buena impresión en la primera cita". Jess guiñó un ojo.
¿El guiño significaba que no era una cita real? ¿O Jess le estaba diciendo que se
relaje? Cody se dijo a sí misma que no debía pensar demasiado y se dirigió a la puerta. Ella
se hizo a un lado, esperando a Jess.
"Voy a dar una buena segunda impresión".
"Segunda impresión, ¿eh?"
Jess miró a Cody de arriba abajo. Era o bien una reprimenda por pensar que debía
abrirle las puertas a Jess o una excitante una vez más. Desgraciadamente, Cody no podía
decir cuál de las dos cosas.
"¿Tercera?" Ella se aclaró la garganta. "¿No debería abrirte las puertas?"
"Puedes hacerlo si quieres". Jess pasó junto a Cody y murmuró: "Estaba pensando en
ti con corbata. Algún día me gustaría verla en ti, bien atada".
¿Bien atada? Una pizca del perfume de Jess se combinó con la sensación de su roce
cerca, y Cody no pudo hacer ninguna réplica. En su lugar, todo lo que podía pensar en lo que
se sentiría al besar a Jess. Tal vez hacer que Jess desatara su corbata. De ahí, su imaginación
saltó a los dos en la cama con las sábanas enredadas alrededor de sus piernas. Respiró
profundamente y siguió a Jess dentro, deseando que sus hormonas le dieran un respiro.
Una camarera les preguntó por sus reservas y les indicó una mesa. . No hubo tiempo
para silencios incómodos, pero tampoco hay posibilidad de que Cody vuelva a colocar la
cabeza sobre los hombros. ¿Cómo podía estar completamente desprevenida para una cita
básica y al mismo tiempo saltar a la posibilidad de quitarse la ropa? Cuando la anfitriona se
fue, Jess cogió su menú pero lo volvió a dejar
"¿Puedo preguntarte algo? Es sobre la columna. Bueno, es sobre las esposas de todos
modos. Y lo que ambas queremos de ella".
Cody bajó el menú que acababa de coger. "Bien. ¿Hay un contrato o algo que quieras
que firme?"
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"No. No creo que necesitemos un contrato para salir juntas". Jess dudó. "A menos
que creas que lo necesitamos? Voy a escribir sobre ti, pero te prometo que voy a cambiar
tu nombre y será principalmente sobre mi experiencia, no la historia de tu vida ni nada por
el estilo. De hecho, puedo omitir cualquier detalle que me digas".
"Entonces creo que estamos bien. Un contrato sería raro".
Jess soltó un suspiro. "Genial".
"¿Qué era lo que querías preguntar entonces?"
Su camarero Reggie, llegó con un cálido saludo y la lista de vinos, y Jess pareció tomar
el momento para ordenar sus pensamientos. O su valor. Ella estaba claramente ansiosa por
algo. Lo que sólo hizo que Cody se preocupara más por lo que ella quería saber.
Cada una pidió una copa del tinto de la casa y el camarero se escabulló de nuevo.
Miró a Jess expectante. Cuanto más se demoraba, más se preguntaba por qué no había
hecho ninguna investigación real sobre las esposas. Ella era la que era la que revisaba todas
las reseñas disponibles antes de comprar una tostadora. Y sin embargo se había metido en
esto sólo con la información de los pocos párrafos que había leído del artículo de Jess.
"No quiero hacer un gran problema de nada", dijo Jess finalmente.
"Soy mejor cuando la gente es directa".
“De acuerdo". Jess asintió con decisión. "Mencionaste condiciones limitantes en tu

mensaje. Creo que deberíamos empezar con lo que son antes de llegar más allá. Sé que
dijiste que una parte era Ben. Lo cual entiendo completamente. De hecho, quiero que me
cuentes más sobre eso para no cometer ningún error. Pero me pregunto sobre las otras
condiciones. Te congelaste cuando me acerqué a ti antes. Se me ocurrió que es posible que
no te sientas cómodo con que se trate de una relación física. Dado todo, lo entendería .Pero
si la intimidad es algo que no quieres, deberías decírmelo ahora".
Jess había pareció apresurarse para sacar las últimas frases, y Cody necesitó un
momento para procesar lo que había dicho. Intimidad. Una cosa completamente razonable
para querer discutir, considerando las circunstancias, y sin embargo su cerebro volvió
inmediatamente a la imagen que había conjurado de Jess en su cama. Sin ropa entre ellas.
Tragó saliva, tratando de pensar en una respuesta que no la hiciera sonar excitada. Antes de
esta noche, sólo se había centrado en lo conveniente que sería si las cosas funcionaban y
tenía una cita para la cena de la presidente.
"¿Quieres saber si tengo algún problema con que el sexo sea parte del acuerdo?"
"Básicamente, sí. Entiendo si quieres que esto sea platónico porque voy a estar
escribiendo sobre lo que sucede. O tal vez por tu hijo. O tal vez porque esto es algo
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temporal". Cuando Cody no ofreció una respuesta, Jess añadió: "¿O tal vez eres Ace? A
mucha gente no le gusta el sexo y eso está bien". Aspiró una bocanada de aire. "Estoy
divagando. Siéntete libre de interrumpir en cualquier momento".
"No soy Ace". Cody se resistió a sonreír. De repente se sintió como la segura de sí
misma en la mesa. Tal vez estaba oxidada, pero cuando lo había tenido regularmente, había
sido buena en el sexo y no pensó que habría ningún problema para volver a subir a ese
caballo. "Pero estoy disfrutando de verte sudar un poco".
"Lo estás haciendo, ¿verdad?" La mesa no era grande, y Jess no tuvo problemas
inclinarse a través de ella para golpear su mano.
Cody se rio. Que Jess le diera un manotazo no era nada malo. Y le encantaba que Jess
pudiera repartirlos tanto como ella pudiera recibirlos juguetonamente. Le sostuvo la mirada
a Jess por un momento, sabiendo por la sonrisa tímida de Jess que ella no era la única que
podía sentir la electricidad que había entre ellas.
"La única razón por la que me congelé antes fue porque estaba pensando en cómo
sería contigo". Levantó un hombro. "Y luego me di cuenta de que era inapropiado porque
esta es sólo nuestra primera cita".
"Ahora me lo cuentas".
"No lo siento. Me gusta este tipo de conversación para romper el hielo. Mis dos
preocupaciones son mi hijo y mi trabajo. Esas son mis prioridades y necesito protegerlos a
ambos".
"Por supuesto. Hay otro padre en la ecuación o..."
Apreció que Jess no hiciera suposiciones en un sentido u otro.
"Ben tiene otra madre. Mi ex. Su madre biológica, en realidad. Pero ella vive en
California y no está muy presente".
"Bien." Jess parecía querer preguntar más pero no lo hizo. O tal vez quería juzgar pero
no estaba segura de si debía hacerlo.
"Se dio cuenta de que la crianza no era para ella y tampoco lo era vivir en Colorado".
Se había convertido en una respuesta habitual, una que no pintaba a Anastasia de la mejor
luz, pero tampoco la peor. Así era como intentaba pensar sobre Anastasia la mayor parte del
tiempo.
"¿Así que se fue?"
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"Te aseguro que no es una mala persona". Cody consideró dejarlo así, pero una
mirada al ceño todavía fruncido de Jess y supo que se necesitaban más explicaciones.
"Ella tiene una carrera que es de ritmo rápido y súper exigente. Es emocionante, y le
encanta, pero el trabajo está en Los Ángeles y no encaja con ser madre, o tener una pareja
con un trabajo de titularidad en Denver. Realmente no necesitas saber todo eso, excepto
que significa que tengo a Ben casi todo el tiempo".
De nuevo, Jess pareció debatir las preguntas de seguimiento, pero finalmente dijo
"De acuerdo. Gracias por el contexto".
"Me parece bien que menciones que tengo un hijo, pero nada que lo identifique”.
"Por supuesto. Como dije antes, no mencionaré ningún detalle personal. Incluso
puedes leer mi columna antes de que la envíe cada semana si quieres".
Cody negó con la cabeza. "Eso sería demasiado parecido a leer tu diario. Creo que es
mejor que no sepa lo que escribes de aquí en adelante. Mientras prometas que nadie
sospechará que soy yo, estamos bien".
"Bueno, si cambias de opinión sobre eso, no te culparé. Estoy poniendo todo en línea
después de todo". Jess hizo una pausa. "Además, respeto completamente que estés
planeando decirle a Ben que sólo somos amigas. Si yo tuviera un hijo, probablemente haría
lo mismo".
Cody no necesitaba esa confirmación, pero era agradable escuchar que Jess
entendiera que tenía que vigilar a Ben. Por encima de todo.
"¿Tienes alguna pregunta?"
Muchas. ¿A Jess le gustaban los juegos previos? ¿Y los juguetes? ¿Y cuántas citas
antes de hablar de una noche? Cody sabía que su cuerpo se estaba adelantando a las cosas.
Por mucho que quisiera soltarse y disfrutar de lo que viniera, tenía que tener los pies en la
tierra y asegurarse de que lo que ocurriera no afectara a Ben o pusiera en peligro su
oportunidad de ser titular.
"¿Cuánto dura esto? Supongo que tienes una expectativa para tu artículo. ¿La
temporada de esposas tiene una fecha de caducidad?"
"Tres meses sería lo ideal. Ese es mi objetivo de todos modos".
Cody tuvo que admitir que el tiempo sería perfecto. Ella sabría si tiene la titularidad
a mediados de enero.
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"Entonces, rompemos justo antes del día de San Valentín".
"Suena súper romántico, ¿no?" Jess sonrió. "Por lo que he leído, ese es en realidad el
momento más común para que las relaciones de esposas terminen. Parece una locura
pero..."
"Todo esto es un poco loco".
Jess frunció los labios. "No te obligaría a salir conmigo todo ese tiempo si no estás
disfrutando".
"No quería decir eso". Cody se rascó la cabeza, tratando de averiguar cómo reafirmar
y no cavar su agujero más profundo. Se conformó con ser simplemente honesta. "Estoy
orientada a los objetivos. Puedo hacer tres meses. Y la verdad es que podría tener una novia
por ese mismo tiempo. Pero, ¿y si nos gustamos una a otra al final?"
"Eso es definitivamente un riesgo. ¿Por qué necesitas una novia?"
"Por la titularidad a mi jefe de departamento no le gusta el hecho de que soy una

madre soltera".
Jess se enderezó. "¿Estás bromeando? Eso es una estupidez. Por no mencionar que
es ilegal. ¿Te lo han dicho directamente? No se puede discriminar a alguien por ser padre. O
por ser soltera".
Que Jess hubiera salido en su defensa fue muy dulce. Y su evidente voluntad de luchar
contra el sistema la hacía aún más sexy. Pero Cody no tenía la energía, o el tiempo, para
luchar contra el sistema.
"Créeme, a mí tampoco me gusta. Pero no puedo decirle a los poderes facticos que
la chupen justo antes de mi revisión".
"Entonces, ¿necesitas una novia de mentira?"
"Temporalmente. Como las esposas".
Jess se cruzó de brazos. "Podría decirse que me alegro de que me necesites tanto
como yo te necesito. Pero eso no significa que lo apruebe".
"¿Debo contarte sobre la obligación de trabajo que necesito una cita para el próximo
martes?"
"Sólo si puedes hacer que suene romántico".
51
"¿Tan romántico como las esposas?" Cody se rio. "Sabes, tuve que releer el primer
párrafo de tu artículo un par de veces porque estaba tratando de averiguar si esposar
implicaba esposas o algún otro tipo de restricción. Al principio mi respuesta fue: Vaya, ¿Jess
escribe sobre BDSM? ¿Cómo de genial es eso?".
Reggie apareció con su vino. Debió oír la mención del BDSM, pero fingió hábilmente
su ignorancia mientras dejaba las copas.
"¿Están listas para pedir o quieren un poco más de tiempo?"
"Necesitamos unos minutos más, por favor". Jess no perdió el tiempo. "estamos un
poco distraídas una con la otra".
Se sonrojó, tropezó con una disculpa por interrumpir, y rápidamente se alejó.
"Añadiste esa parte distraída a propósito, ¿no? Para hacerle retorcerse".
"¿Yo?" Jess esbozó una sonrisa traviesa. "Ahora mismo está preguntándose quién de
nosotras va a estar atada. En realidad, yo también".
"Eres un problema". Cody se rio.
"Lo dices como si no pasara nada. Pensé que entendías lo de las esposas". Jess levantó
una ceja mientras cogía su vino.
"Probablemente deberíamos decidir qué vamos a comer antes de que vuelva o lo

haremos sentir realmente incómodo".
52
Capítulo Siete
Jess no esperaba demorarse en la cena, intercambiando bocados de filete

chamuscado y pollo marsala, pero eso es exactamente lo que ocurrió. Tampoco esperaba
que Cody sugiriera que compartieran el postre. Pero cuando Cody le preguntó qué le parecía
tarte tatin, ella admitió que se sentía muy bien con ella y pidieron una porción para
compartir.
"¿Café?" Reggie los miró con recelo, tal vez preocupada de que empezaran a hablar
de la esclavitud de nuevo.
"Descafeinado para mí, por favor", dijo Cody.
"Yo tomaré un té si tienes algo de hierbas". Jess trató de sonreír amistosamente.
Reggie asintió. "Te traeré una selección para que elijas".
"Perfecto".
Reggie desapareció. Cody se cruzó de brazos y se inclinó hacia delante.
"¿Preferencia o eres vieja como yo y no puedes tomar cafeína a estas horas?"
Ella ofreció un único asentimiento. "Sí".
Cody se rio. "Me alegro de no ser la única".
"Para mí es así desde la universidad. Pero no me quejo porque significa que una taza
de lo real a primera hora sigue haciendo su magia".
Y ella necesitaba seriamente esa magia la mayoría de las mañanas.
Cody inclinó la cabeza.
"Ese es un punto excelente".
"Entonces, ¿persona de la mañana o de la noche?"
Su postre llegó mientras Cody lo consideraba. Después de agradecerle a Reggie, ella

dijo:
"Matutino reacio".
Jess se rio. "¿Eso no te convierte en una persona nocturna?"
53
"En realidad no. He sido madre durante cinco años, así que he estado meciendo la
cosa de la mañana por un tiempo. Y como técnicamente aún soy un miembro junior de la
facultad, a menudo tengo las secciones de las ocho de la mañana. No siempre me gusta, pero
he hecho las paces con ser productivo a primera hora. ¿Y tú?"
"Definitivamente, de noche. Mi trabajo es bastante libre y suelto cuando se trata de

horas regulares de trabajo. Quiero decir, podría argumentar que estoy trabajando ahora
mismo".
En el momento en que las palabras salieron de su boca, deseó poder retirarlas.

Afortunadamente, Cody no parecía ofendida.
"No es un mal trabajo".
"Para nada". Y esta tarea en particular se estaba convirtiendo en mucho menos

horrible de lo que había empezado a temer. Levantó su taza. "Por los buenos trabajos y
nuestra falsa, quiero decir temporal relación".
Cody levantó su taza pero hizo una pausa. "Me estoy inclinando a pensar en ello como
un matrimonio de conveniencia".
Ella sabía a qué se refería Cody, pero no pudo resistirse a levantar una ceja.
Los ojos de Cody se volvieron enormes. "Pero no un matrimonio. Sólo como esa es
una frase familiar. Concepto. No realmente un matrimonio. Obviamente".
"Obviamente". Ella sonrió, sin poder evitarlo, antes de pegar el borde de su taza con
la de Cody y tomar un sorbo de su té.
"Sabes," Cody dejó su propia taza y golpeó con un dedo en la mesa, "creo que es una
buena señal que podamos bromear sobre ello. Mantiene las cosas ligeras".
Ligeras. Sí, claro. Porque eso es lo que acababan de pasar la mayor parte de dos horas
de acuerdo.
"Exactamente. Y tener una buena relación nos hará más convincentes en lo que
respecta al trabajo".
"Correcto." La expresión de Cody se volvió seria, como si tal vez estuviera teniendo
dudas sobre esa parte.
"¿Qué? ¿Cambiando de opinión sobre tenerme como tu acompañante?"

Cody negó con la cabeza.
54
"No, en absoluto. Sinceramente, había estado centrada en la idea de tener una cita
y en cierto modo temerla y ahora estoy pensando en lo agradable que será ir con alguien
cuya compañía me guste".
Agradeció la sinceridad, sobre todo porque sus sentimientos no eran tan diferentes.
Esos eran sus sentimientos predominantes después de todo. No lo que podría sentir al besar
a Cody. O si el comentario de Cody sobre tener sexo significaba que lo harían. El sexo haría
que su incursión en las esposas fuera más auténtica, eso seguro. Pero también podría hacer
las cosas mucho más complicadas. No más complicadas que el hecho de que Cody tuviera un
hijo. O el hecho de que ella estaría escribiendo sobre sus citas y publicándolo en línea para
que cualquiera con una conexión a internet lo viera.
Antes de que fuera demasiado lejos en ese agujero de conejo, Reggie apareció con la cuenta.
Cody insistió en pagar. Ella accedió, pero sólo después de conseguir que Cody prometiera
que podían turnarse. Mientras salían del restaurante, ella comenzó a preguntarse si debían
darse la mano o abrazarse. Le gustaría un beso, pero probablemente eso era apresurar las
cosas. Incluso para esposarse.
"¿Puedo acompañarte a tu coche?"
La pregunta de Cody la sacó de la ensoñación y la lanzó más adentro en ella al mismo

tiempo. "No tienes que hacer eso".
"Pero estamos en una cita, ¿no?"
¿Lo estaban? Ella había ido de un lado a otro. Aunque, sólo habían acordado tentativamente
pasar los próximos tres meses en una relación, así que probablemente sea mejor ponerlo en
la columna de citas.
"Sí, pero ya acordamos hacer esto. No tienes que tratar de impresionarme".
Cody la miró de forma incrédula. "¿Crees que es por eso que me ofrezco?"
Ella se resistió a pasarse una mano por la cara. No tenía ningún deseo de admitir lo que esa
pregunta decía sobre su reciente historial en cuanto a las citas. No a sí misma y
definitivamente no a Cody.
"Es que no quiero que te sientas obligada".
"¿Qué tal esto? Me sentiré como una idiota si no lo hago. No quieres que me sienta
me sienta como una imbécil, ¿verdad?"
Jess se llevó un dedo a los labios. "No quiero. Sobre todo porque el mero hecho de
decir 'culo' es probablemente traumático para ti".
55
Cody sonrió. "Exactamente".
Muy bien, entonces". Enganchó un dedo en dirección a su coche. "Estoy por ahí".
"Bien. Porque has aparcado en el garaje como una persona cuerda".
Esta versión relajada, encantadora y un poco coqueta de Cody estaba haciendo más
difícil pensar en mantener las cosas platónicas. Pero si tenían sexo, ella tendría que escribir
sobre ello. Ugh.
"Bueno, si soy honesta, mis zapatos jugaron en la decisión".
Cody miró sus botas de tacón, pero su mirada hizo el viaje de vuelta a los ojos de Jess más
lentamente.
"No veo nada malo en ello".
Era el tipo de cumplido que debería haber aterrizado y rodado como agua que golpea un
paraguas. Tal vez lo hubiera hecho, si Cody no lo hubiera acompañado con esa mirada
cómplice y apreciativa.
"Es generoso, pero lo acepto. Sobre todo porque el invierno se acerca y sólo a veces
tomo decisiones responsables con respecto al calzado".
"Te alegrará saber que estoy dispuesta a prestar servicio de puerta a puerta siempre
que vayamos juntaos a algún sitio".
Ella sintió que una sonrisa le arrancaba la comisura de los labios.
"No estoy segura de haberte catalogado como un tipo caballerosa”. El encogimiento

de hombros de Cody parecía casi tímido.
"Yo no iría tan lejos".
Las bromas, aunque eran más coquetas que muchas primeras citas en las que había estado,
se sentían más seguras que donde sus pensamientos -por no hablar de su cuerpo- querían
llevarla.
"Sabes que todo lo que quiero hacer ahora es preguntar hasta dónde llegarías".
La subida de color en las mejillas de Cody dijo más que cualquier palabra.
"Supongo que tendremos que esperar y ver, ¿no?"
56
Efectivamente, lo harían.
El paseo no fue largo, pero Jess casi se sorprendió al llegar a su coche. Una tontería, en
realidad, ya que había sido ella la que les había llevado hasta allí. Sacó las llaves de su bolso.
"No quiero ser un cliché, pero me lo he pasado bien esta noche".
"Yo también. Mejor de lo que pensaba". Las dos manos de Cody se levantaron.
"Quiero decir, no es que pensara que sería malo. Sólo pensé que la parte de la negociación
sería incómoda".
Puso una mano en el brazo de Cody.
"No te disculpes. Sé lo que quieres decir porque yo siento lo mismo".
Cody asintió, su alivio era evidente. "De acuerdo, bien".
"Entonces, ¿nos vemos el martes?"
Otro asentimiento. "Sí. Estoy oficialmente deseando que llegue. Lo cual es decir algo,
ya que estas cosas pueden ser bastante terribles".
"Creo que nos las arreglaremos para divertirnos al menos un poco".
Cody sonrió, una sonrisa genuina que sacó pequeñas arrugas en las esquinas de sus ojos.
"Creo que lo haremos".
"¿Se me aplica el servicio de puerta a puerta para esto?"
"Me encantaría recogerte".
Se dijo a sí misma que era más fácil desde el punto de vista logístico que querer otra
muestra de esa caballerosidad que Cody se había resistido a poseer.
"Te enviaré un mensaje de texto con mi dirección".
"Perfecto". Cody dudó un momento. "Me alegro de que nos hayamos encontrado".
El tono de Cody implicaba mucho más que sus palabras.
"Yo también".
Todavía quería ese beso, pero no iba a ser ella quien lo iniciara. Cody no se acercó,
pero tampoco se volvió para irse. Jess miró hacia abajo por un segundo, su manera de diferir.
57
El único problema era no saber si Cody lo captaría. Bueno, eso y no saber si la falta de
respuesta tenía que ver con no captarlo o con no querer hacerlo.
Pero cuando levantó la vista, los ojos de Cody estaban fijos en los suyos. Y antes de que Jess
pudiera decidir qué hacer, Cody se inclinó y le dio un beso en la mejilla. Permaneció el tiempo
suficiente para dejar claro que Cody la habría besado con gusto de verdad. Era, se dio cuenta,
el compromiso perfecto.
"Que pases una buena noche", dijo Cody.
Ella asintió con la cabeza, ganando tiempo para que su cerebro encadenara las palabras.
"A ti también”.
Bien, no es una respuesta que deba suponer un esfuerzo consciente. Pero a pesar de
la suavidad del beso, su pulso se aceleró y su piel se estremeció.
Ya que corría el riesgo de quedarse allí con una mirada tonta en su cara toda la noche, pulsó
el mando para abrir el coche. Cody llegó a la puerta antes de que ella tuviera la oportunidad.
Se deslizó en el asiento del conductor, dejando que Cody la cerrara con otra de esas sonrisas
de debilidad en las rodillas.
Como Cody estaba allí mismo, no se dio el gusto de sentarse y mirando por el
parabrisas como lo hubiera hecho en otro caso. Se abrochó el cinturón de seguridad saludó
amistosamente y se dirigió a casa. Cuando se detuvo en su lugar habitual junto a su edificio,
apagó el motor pero no se bajó inmediato. Iba a tener que inventar mucho más que eso para
su columna, pero por ahora..., eso es más o menos lo que tenía.
***
"'Lo que comenzó como una reunión de negocios terminó con un toque de
caballerosidad y al menos una de nosotras deseando un beso de buenas noches. No está mal
para una primera cita de cualquier tipo. Nos vamos a las carreras, queridos lectores.
Consideren a esta chica esposada para la temporada".
Donna levantó la vista de su pantalla, radiante.
"Es un triunfo,Jess. Un triunfo absoluto".
No estaba preparada, como diría Cody, para llegar tan lejos, pero había estado satisfecha
con la columna. Se las había arreglado para encontrar ese esquivo equilibrio entre lo
descarado y lo sincero que, en el caso de esta tarea en particular, era esencial.
"Me alegro de que te guste".
"¿Contenta? La columna no lleva ni veinticuatro horas en directo y ya has superado

las páginas vistas de tu artículo de presentación. Creo que tenemos que hablar sobre mover
algunos de tus contenidos detrás del muro de pago".
58
Sabía que era un cumplido, aunque tenía sentimientos encontrados sobre el acceso
restringido a su trabajo. No es que su escritura fuera una noticia impactante noticias que el
público merecía tener acceso. Ella había renunciado a las nociones de hacer ese tipo de
trabajo.
"No sé."
"No toda la columna, por supuesto. Estoy pensando en contenido extra. Personal
detalles personales. Ese tipo de cosas".
Era un modelo típico para su sitio y otros similares. Proporcionar suficiente material
gratuito para atraer y mantener una audiencia, pero ofreciendo una suscripción de pago con
artículos e historias exclusivas. A menudo, ofrecían de la parte pública del sitio: entrevistas
a famosos, experiencias de la vida real detrás de la columna de Donna.
La columna de Jess era popular, pero no tanto.
"No tienes que ser PG detrás del muro de pago". Donna movió las cejas con tanta
sutileza como un personaje de dibujos animados.
Oh, Dios. "Uh."
"No estoy diciendo que tengas que hacerlo, al menos no todavía. Pero piénsalo.
Intenta escribir un suplemento a tu próxima entrega y veamos cómo va. No tiene que ser
picante".
Donna nunca la obligaría a hacer algo con lo que se sintiera realmente pero podía ser muy
persuasiva cuando se trataba de áreas grises. Como todo este experimento de las esposas,
para empezar.
"Lo haré. Pensar sobre ello, es decir".
Donna asintió con decisión y volvió a prestar atención a su computadora, básicamente

terminando la conversación. Jess volvió a su escritorio y consideró dar los últimos toques a
su pieza sin esposas para la semana. Sin embargo, no tenía que entregarlo hasta dentro de
un par de días. Y tenía su segunda cita con Cody esa noche. Tal vez un poco de frivolidad en
su lugar.
Abrió la carpeta en su Dropbox etiquetada como "Esposas" y creó un nuevo documento.
Pero en lugar de empezar a escribir, se dirigió al navegador que había minimizado antes y
sacó su primera entrega.
Cerró los ojos, respiró hondo y bajó hasta los comentarios. No es que nunca leyera los
comentarios de sus columnas. De acuerdo, lo hacía. La gente era aplastantemente libre con
sus opiniones en Internet, incluso después de que los filtros del sitio eliminaran a los trolls.
E incluso si los comentarios agradables superaban en número a los malos, siempre eran los
malos los que se quedaban.
Especialmente cuando se trataba de escribir sobre su vida personal.
59
Abrió un ojo, luego el otro. Primero hojeaba, luego volvía a leer para leer más a fondo.
Huh.
No le gustaba pensar en sí misma como una persona que se quedaba atónita con
facilidad, pero una vez más, este proyecto la dejaba sin palabras. La gente estaba interesada.
Claro que sí, había algunos detractores y cascarrabias, pero en su mayoría la gente estaba
fascinada, divertida y alentada. Apoyó el codo en el escritorio y la barbilla en el puño. Los
cumplidos de Donna -normalmente efusivos- resonaban en su mente. El comentario de Cody
sobre cómo sería si durmieran juntas se unió. Y el recuerdo de su cuerpo zumbando todo el
camino a casa después del discutible beso platónico de Cody.
Tal vez esto se convertiría en un lío de proporciones épicas. O tal vez, sólo tal vez, funcionaría
después de todo.
60
Capítulo Ocho
No tenía ni idea de que tú y Jess estuvieran juntas. Ella es encantadora".
La presidenta Toller-Gillian- cambió abruptamente el tema de la investigación de Cody con

un movimiento de cabeza en dirección de Jess.
"Es encantadora".
Aunque eso era ciertamente cierto, juntas podría ser un poco exagerado. Sin
embargo, Cody no podía corregir la suposición. Técnicamente, estaban saliendo, aunque
fuera temporalmente. ¿Contaba eso como estar juntas?
Tal vez la letra pequeña no importaba esta vez. Jess parecía estar disfrutando de
todos modos. En ese momento, estaba charlando animadamente con la esposa de la
presidente, Shannon, y o bien le gustaban de verdad las cenas o era buena fingiendo. En
cualquier caso, Cody estaba impresionada.
Las habilidades sociales de Jess no eran lo único que era fácil de admirar. Para la última hora,
Cody había alternado entre la esperanza de que Jess podría estar realmente en por algo más
que razones de negocios, y luego pensar que alguien tan carismática y hermosa no podía ver
nada en ella. Cada vez que miraba a Jess, sentía un impulso. Con el pelo suelto y su vestido
negro de cóctel que abrazaba su figura, era realmente un golpe de efecto.
"Creo que Shannon puede haber hecho una nueva mejor amiga. Sólo puedo imaginar
qué planes se les ocurrirán a esas dos para las cuatro". Gillian chocó su vaso contra el de
Cody. "Será mejor que forjemos una alianza ahora".
"Parece que están maquinando". Shannon se había inclinado para susurrar algo a Jess
y cuando se retiró, ambas miraron a Cody y a Gillian.
"Me encanta". Gillian bajó la voz y añadió: "Shannon tiene que sufrir más que su
cuota de eventos sociales aburridos como esposa de la presidente. Es agradable verla
disfrutar de verdad en uno, en lugar de lugar de fingir que se interesa por las quejas de un
viejo miembro de la facultad sobre las calificaciones o su carga docente".
"Las quejas sobre las calificaciones no son la conversación más excitante.".
"Exactamente". Gillian suspiró. "Pero todo forma parte de mi trabajo. No creo que
ella se diera cuenta de lo que le esperaba cuando nos reunimos. Entre eventos de
recaudación de fondos, los oradores entretenidos, la recepción de la Junta de Síndicos, y" –
ella -señaló con la mano la reunión en el salón- "la extraña cena de la facultad, tenemos un
compromiso dos veces a la semana por lo menos".
"Me moriría".
61
Gillian se rio. "Créeme, tengo momentos en los que pienso que podría hacerlo. No
creerías lo aburrido que puede ser a veces. He deseado secretamente que uno de los
banquetes de la facultad pudiera celebrarse en un club de baile. Tal vez con un espectáculo
de drags".
"Incluso yo vendría entonces".
Gillian volvió a reírse. "No te veo a menudo en las cenas de la facultad. Supongo que
es por lo de ser madre soltera".
"Eh..."
Cody se revolvió. ¿Era necesaria una disculpa? Claramente, Gillian había investigado
un poco sobre sus invitados de la noche. Antes, ella había sacado a relucir el trabajo que el
laboratorio de Cody estaba haciendo, e incluso hizo buenas preguntas sobre la subvención.
Nada de eso fue una sorpresa. Pero, ¿también había vigilado las apariciones sociales de Cody
o la falta de ella? ¿Y sabía que Cody era madre soltera?
Gillian tocó el brazo de Cody.
"No quiero llamarte la atención. Estoy segura de que tienes incluso menos tiempo
libre que yo. Me parece increíble lo mucho que has logrado dado que tienes un pequeño.
Aunque probablemente ya no sea tan pequeño. ¿Qué edad tiene Ben ahora?"
Cody trató de ocultar su sorpresa de que Gillian supiera el nombre de su hijo. "Cinco.
Bueno, cinco y tres cuartos según él".
Gillian sonrió. "Es bueno ser preciso. Sin embargo, no voy a añadir los tres cuartos a
mi edad. Jess parece el tipo de persona que sería un imán para los niños pequeños. Apuesto
a que Ben la adora".
Antes de que pudiera pensar en qué decir, Shannon y Jess se acercaron.

Shannon le dijo algo a Gillian y luego hizo un gesto a uno de los proveedores mientras Jess
unía sutilmente el brazo de Cody con el suyo.
"¿Estás bien por aquí?" Preguntó Jess en voz baja.
"Mm-hmm." Tuvo que estabilizar su respiración cuando los dedos de Jess jugaron en
su antebrazo.
Jess inclinó la cabeza como si no creyera del todo la respuesta.
"¿Estás segura?"
"No soy la mejor en estas cosas". Susurrar probablemente no era necesario teniendo
en cuenta que Shannon y Gillian estaban charlando con el chef, pero Cody no levantó la voz.
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"Hasta ahora, lo estás haciendo bien. Te diré más tarde lo que me dijo Shannon". Jess
apretó el brazo de Cody en el pliegue del suyo. "Oh, y puede que tengamos que hablar de
nuestra historia de 'cómo nos conocimos' para que todo salga bien".
"¿Significa eso que no puedo decirle a todo el mundo que estabas vestida de piña
cuando te vi por primera vez?"
Jess puso los ojos en blanco. "Querrás retener ese detalle".
"Da para una buena historia. Además, eras una piña sexy".
"Ya hablaremos de ello".
Gillian hizo sonar una campanilla para llamar la atención del grupo.
"Si todos pudieran por favor pasar al comedor, el chef me ha informado que la cena
está lista".
Gillian dirigió el camino hacia el comedor, pero Cody notó a Shannon moviendo
subrepticiamente las tarjetas de lugar antes de que los demás entraran en la habitación. Con
el cambio, se había asegurado de que Jess estuviera a un lado de ella y Cody estuviera
directamente enfrente de Gillian. Si darse a conocer a la presidenta era el único objetivo de
Cody, la velada podría haber terminado. Pero cuando se sentó y Jess le sonrió al otro lado
de la mesa, se dio cuenta de lo mucho que no quería que se acabara.
***
"Bueno, eso fue mejor de lo esperado".

Cody desbloqueó el coche y abrió la puerta del pasajero. Jess levantó una ceja. Apoyó
una mano en el borde de la puerta pero no entró.
"¿No era tan terrible pasar la noche conmigo?"
"Resulta que no".
Cody se rio, más relajada y feliz de lo que había estado en mucho tiempo. El vino
probablemente no le hizo daño, pero sólo había tomado una copa. Sobre todo, era Jess. Estar
cerca de ella hacía que todo fuera más excitante. Con una mirada coqueta, Jess despertó
deseos que había dado por perdido. Pero no era sólo la parte de la excitación. Era como si
hubiera entrado en una habitación con oxígeno extra. Quería respirar profundamente y no
salir en ningún momento pronto.
"Bien". Jess parecía tomar su respuesta al pie de la letra, pero Cody quería darle más.
63
"Para ser sincera, he tenido tantas ganas de verte que he tenido problemas para
concentrarme en cualquier otra cosa".
No era una mentira. Su ensoñación sobre Jess casi había sido un gran problema. Casi
había borrado dos meses de datos sobre el proyecto de mercurio oxidado en el ambiente
porque había estado tan distraída.
"Lo que no me apetecía era una cena estirada con la presidente".
"Gillian no es estirada. Tampoco lo es su mujer".
"Lo sé. Me equivoqué".
"Hmm." Jess pasó su mano por la corbata de Cody. "Me gusta alguien que puede
admitir cuando se equivoca. Y que sabe llevar una corbata".
Cody contuvo la respiración cuando Jess se acercó un paso más en lugar de entrar el
coche.
"Pareces nerviosa de repente".
"De repente lo estoy". Se miró los zapatos y se rio. "No sé por qué".
Cuando levantó los ojos hacia Jess, quiso besarla más que nada. Su corazón se
aceleró, incitándola, pero no hizo ningún movimiento y Jess sólo le sostuvo la mirada. El calor
entre sus cuerpos aumentó. Estaba casi segura de que un beso sería bienvenido. En la
segunda cita, la gente se besa. Ella conocía la regla. Pero de alguna manera había sido
transportada de vuelta a su yo del instituto y las inseguridades tontas sobre las habilidades
para besar se apilaban sobre la persistente pregunta de si Jess estaba realmente interesa en
ella. ¿Era todo esto una actuación para el artículo?
"¿Deberíamos hablar de por qué estás nerviosa?" Jess le dio un sutil tirón a la
corbata de Cody.
"No. Lo superaré. No te preocupes". Intentó una sonrisa.
Los ojos de Jess se entrecerraron. "Eres uno de esos tipos fuertes y silenciosos, ¿no
es así?
"Eso depende. ¿Me darás un pase si digo que sí?"
Jess movió la cabeza de lado a lado. "Sólo porque estoy de buen humor”. Soltó la
corbata de Cody y retrocedió un paso. "No creas que siempre te dejaré ir tan fácilmente".
64
"Tomo nota".
Cody quería patearse a sí misma. Tan pronto como Jess dio un paso atrás, la ventana
de oportunidad para un beso se había cerrado. ¿Qué le pasaba a ella?
"Esta noche fue agradable. Gracias por decir que sí".
"Gracias por invitarme. He disfrutado bastante". Jess imitó el tono formal de Cody.
"¿Significa eso que podría tener otra cita contigo?"
A pesar de su acuerdo, nada era seguro. Jess podría encontrar a alguien más capaz, y
fácilmente más experimentado. Diablos, ni siquiera podía conseguir un beso en el momento
adecuado.
"Eso espero. ¿Tal vez algo frío?" Jess alisó la falda de su vestido. "Por mucho que me
guste una excusa para ponerme algo bonito, sería incluso mejor pasar el rato".
"¿Cómo suena una película?"
"Suena bien. ¿En tu casa?"
Cody dudó. "Ben estará allí".
"Bien". Jess asintió lentamente. "¿Nunca tienes amigas en casa?"
"Bueno, Amelia ha venido algunas veces. Y mi amigo Paul viene con su hijo Luke, pero
eso es más bien una cita de juego para los niños".
"Entonces, ¿los adultos no tienen citas de juego?"
"Bueno, supongo que podrían".

Tarde o temprano, ella tendría que enfrentar este obstáculo y sabía que Ben
preferiría no tener una niñera. "En realidad, sería genial si realmente estás dispuesta a ello.
La mayoría de las veces está en la cama a las ocho de todos modos".
"Perfecto. Prometo comportarme lo mejor posible con lo de las palabrotas".
"Te prestaré las monedas ".
"Entonces está decidido. Cita de juego para adultos en tu casa". Jess hizo una pausa
"Shannon me dijo que había enganchado al marimacho más codiciado de la ciudad.

¿Sabías que tenías una reputación?"
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"Tienes que estar bromeando".
Jess se rio y sacudió la cabeza.
"No lo estoy en absoluto. Ella estaba hablando mucho de ti. Menos mal que está
casada o tendría que preocuparme por la competencia. Ah, y le prometí que te convencería
de ir al banquete anual de otoño de la facultad".
"¿Lo hiciste?"
"Pensé que sería algo bueno. Ya sabes, por tu trabajo y querer dar una buena
impresión". Jess frunció el ceño. "Si no quieres ir, sólo le dije que vería lo que podía hacer".
"El banquete es la semana que viene".
El banquete siempre caía cerca de los exámenes parciales y Cody nunca entendió por
qué nadie había pensado en cambiarlo a un mejor momento. De nuevo, los profesores que
iban probablemente daban exámenes de opción múltiple y tenían a sus profesores de apoyo
para calificar.
"¿Demasiado pronto?"
"Voy a estar saturada de calificaciones. Son los parciales".
Jess frunció el ceño. "Bueno, podríamos hacer una aparición rápida y luego puedes
enseñarme cómo calificar los exámenes de ciencias".
"Yo no haría pasar a nadie por eso. Pero hacer una aparición es probablemente una
buena idea".
Jess sonrió. "Estoy llena de ellas. Tampoco me importaría otra excusa para verte
arreglada".
Cody se rio. "¿Significa eso que tengo que volver a llevar corbata?"
"Una corbata sería una buena decisión por múltiples razones". Jess miró el coche y
luego volvió a mirar a Cody. "¿Todavía estás nerviosa? No estoy por encima de hablar del
tiempo mientras espero que me beses".
Cody no pudo contener su sonrisa. "Por favor, cualquier cosa menos el tiempo".
Jess no se inmutó. "Es una tarde preciosa para mediados de noviembre, ¿verdad?
Inesperadamente cálida".
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"En realidad ya no estoy nerviosa". De hecho, su cuerpo se llenó de feliz anticipación.
"¿Qué esperas entonces?"
Cody se habría reído de nuevo, pero la mirada de Jess la detuvo. Un deseo simple y
sin disculpas. Cody tragó saliva. No hay que esperar más. No dudas. Buscó la mano de Jess y
una llamarada la atravesó. Dios, había pasado demasiado tiempo desde que besó a alguien.
Un beso de verdad.
Un paso y redujo la distancia entre ellas. Los labios de Jess se encontraron con los
suyos y a Cody se le escapó la respiración. Cayó en el beso, preguntándose cómo había
podido evitar algo tan agradable durante tanto tiempo. La calidez calor, la llamada y la
respuesta... todo ello era familiar y tan reconfortante como excitante.
Pero había algo nuevo al besar a Jess. Algo que no había sentido con Anastasia o con
la media docena de mujeres que la habían precedido. Un desafío. Cuando Jess separó sus
labios, cedió y al mismo tiempo desafiando a Cody a ir más allá. Y su hambre seguía el ritmo
de la de Cody. Ella No podía tener suficiente.
Un asombroso deseo de satisfacer todos sus deseos se apoderó de Cody. Jess
definitivamente no estaba actuando. Esa pregunta era casi risible ahora. Cody tocó la cálida
y suave piel del cuello de Jess, y luego deslizó su mano por su pelo para atraerla más
profundamente. No quería dejar de besarla. ¿Podría llevar a Jess a casa? ¿Sería una locura
sugerirlo? Sus hormonas decían que no tenía nada que perder mientras la lengua de Jess
bailaba contra la suya.
Entonces registró un timbre. Distante, al principio, pero insistente. Con un sobresalto,
se dio cuenta de que su teléfono no sólo sonaba, sino que vibraba en su bolsillo.
Eso sólo significaba una cosa. La niñera de Ben. Se separó de los labios de Jess y se
apresuró a contestar antes de que la llamada fuera al buzón de voz.
"Siento mucho interrumpir tu cena".
"Está bien, Trevor. ¿Qué pasa?" El estómago de Cody se revolvió ante la angustia en
su voz.
"Ben dijo que le dolía el estómago cuando se acostó. No pensé que fuera algo más
que tal vez demasiados dulces de Halloween, pero se despertó hace veinte minutos llorando
por ti. No creo que tenga fiebre, pero no deja de llorar. No quería molestarte, pero..."
"No pasa nada. Dile que estaré en casa en media hora. Mientras tanto, ¿puedes leerle
el libro que está en su mesita de noche? Se calmará tan pronto como empieces a leer".
"Gracias".
El alivio de Trevor hizo que el corazón de Cody se doliera aún más. No sólo era una
de las personas favoritas de Ben, sino que había sido la niñera habitual durante dos años. Si
67
Trevor no podía consolarlo, definitivamente había un problema. Cody colgó y se volvió hacia
Jess.
"Ha sido un momento terrible para una llamada. Lo siento".
"¿Ben está enfermo?"
"Esperemos que sólo sea demasiado caramelo de Halloween. He estado

repartiéndolos lentamente, pero me olvidé de mencionárselo a su niñera". Suspiró.
"Realmente quería sugerir una manera de que pudiéramos continuar las cosas".
"Tal vez sea mejor que nos tomemos las cosas con calma". Los labios de Jess se
volvieron en una sonrisa tentativa. "Eso fue un primer beso".
"Si. Estoy un poco temblorosa".
Jess se rio. "¿Estás temblorosa? Creo que mis rodillas cedieron a mitad de camino".
Su sonrisa se amplió. "Tienes que ir a casa con tu hijo enfermo. Voy a llamar a un taxi para
que no tengas que preocuparte por dejarme."
"De ninguna manera. Ni siquiera se puede debatir. Si estuviera realmente

preocupada, te llevaría casa conmigo y tendrías que lidiar con un niño enfermo en nuestra
segunda cita. Pero no estoy tan preocupada". Cody señaló el asiento del copiloto. "Sube".
Ante la ceja levantada de Jess, Cody añadió: "Por favor. Podríamos discutir, pero sólo
nos llevaría más tiempo y yo ganaría".
Jess subió y Cody se dirigió al lado del conductor. Encendió el coche, pero pudo notar
que Jess estaba esperando para decir algo. "¿Qué?"
"¿Fuerte, silenciosa y testaruda?"
Cody salió del aparcamiento. "Más o menos. Es mejor que lo sepas ahora".
"Entonces también deberías saber que sólo voy a soportar a uno de esos tres", dijo
Jess. "Y tengo una preferencia sobre cuál".
"¿Testaruda?"
"Mal". Jess miró por la ventana.
"¿Silenciosa?"
"Equivocada de nuevo".
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"En ese caso, creo que será mejor que trabaje en mis pesas de banca". Cody trató de
poner una sonrisa encantadora.
"Sentí tus brazos. Creo que es más el crecimiento emocional el que necesitas
trabajar".
"Ouch". Pero ella se rio.
Cruzaron por el centro de la ciudad, los árboles ya resplandecientes con luces

navideñas, y se adentraron en la autopista. La sensación de los labios de Jess permaneció en
la boca de Cody a pesar de la llamada de Trevor, y la preocupación por Ben, su cuerpo seguía
vibrando de deseo.
"Sabes que a veces la terquedad puede ser algo bueno.".
"Teniendo en cuenta la forma en que besas, no me cabe duda".
Jess mantuvo su mirada fija en la ventana, pero sus palabras iluminaron a Cody. No
había nada sexy en lidiar con un niño enfermo y esa era su realidad esta noche. Pero alguna
noche tenía la intención de mostrar a Jess todos los beneficios de un amante obstinada.
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Capítulo Nueve
Jess salió de su habitación y encontró a Finn en el sofá con la televisión encendida.
Rascal levantó la vista, pero no se movió de su sitio, pegado a la pierna de Finn. Como no
tenía que salir hasta dentro de media hora, se unió a Finn, dejándose caer sin
contemplaciones en el sofá.
"Ni siquiera te oí entrar".
"Estabas en la ducha. Iba a entrar justo después de ti, pero no he conseguido

levantarme". Miró al perro, que se limitó a enarcar una ceja y luego la otra.
"La resistencia es inútil".
Finn se rio antes de mirarla de arriba abajo. "¿No tienes una cita esta noche?"
"Sí, pero es una cita para quedarse en el cine".
El movimiento de cejas de Finn era más sugerente pero decididamente menos

encantador que el de Rascal.
"Razón de más para mostrar un poco de piel".
"Ben va a estar allí. No voy a vestirme como si quisiera tener sexo cuando un niño de
cinco años va a estar presente".
Finn inclinó la cabeza. "¿Significa eso que no vas a llevar ropa interior sexy?"
Habían sido amigas y vivido juntas el tiempo suficiente para que Finn dijera cosas
como esa. Sin embargo.
"Eso no es de tu incumbencia".
"Lo sabía". Finn la señaló para darle más efecto. "Estás esperando un poco de ruido
después de que el niño se vaya a la cama".
Ella ciertamente había considerado la posibilidad. Incluso mientras se ponía unos

vaqueros y un suéter relativamente inocuo, no había sido capaz de sofocar el optimismo de
algo sexy debajo.
"Sin comentarios".
Finn se cruzó de brazos. "Eso responde más o menos a mi pregunta, ya sabes".

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"Para que conste, me pongo cosas de seda y encaje porque me hacen sentir bien". Lo
cual era cierto, si no la totalidad de la verdad.
"Y también tienes sujetadores deportivos y bragas de abuela. Vivo contigo. He visto
tu ropa sucia".
Puso los ojos en blanco. "¿Alguien te ha dicho alguna vez que actúas como un
hermano pequeño molesto en lugar de una mujer adulta a veces?"
Finn se encogió de hombros. "Sólo tú".
Se acercó a Rascal y le dio un empujón en el hombro a Finn. "Idiota".
"Espera. Toni me llamó adolescente el otro día cuando compré media docena de
donuts para desayunar. ¿Eso cuenta?" Finn levantó un dedo. "Aunque me gustaría señalar
que estaba dispuesta a compartir. No es mi culpa que ella sólo coma basura saludable".
Jess apretó los labios pero no se esforzó en ocultar la sonrisa.

"Menos mal que te quiero".
"Yo también te quiero. Y espero que consigas enrollarte, al menos, sobre todo
después del kissus interruptus de la última vez". Finn se levantó, para disgusto de Rascal. "Y
tal vez llegar a la segunda base".
"Eres un niña", dijo Jess a la espalda de Finn mientras se dirigía en dirección al baño.
Fue una réplica por principio, porque realmente, esperaba que ella también lo hiciera.
Sólo de pensar en ello evocaba el beso que ella y Cody compartieron después de la cena en
la casa de la presidente. Habían pasado tres días, pero prácticamente no le costó esfuerzo
sentir la boca de Cody en la suya: caliente, hábil y llena de deseo reprimido. Incluso con la
interrupción, fue el mejor beso que había recibido en todo el tiempo que pudiera recordar.
La perspectiva de una repetición -y tal vez más- le producía un cosquilleo en la piel y otras
partes de ella, bueno, también hormigueaban.
Volvió a mirar el reloj. Entre hablar con Finn y fantasear con la boca de Cody, había
conseguido matar veinte minutos. Se levantó del sofá y se puso el abrigo y las botas,
tratando de no pensar en lo mucho que le gustaría besar a Cody y más, sin interrupción.
***
Jess balanceó la caja de pizza en una mano y usó la otra para tocar el timbre. Incluso
a través de la puerta, pudo distinguir el sonido de pies corriendo. La puerta se abrió, pero no
había nadie delante de ella. Al menos, nadie a la altura de los ojos.
"Hola, señorita Jess." Lo que a Ben le faltaba en altura, lo compensaba en entusiasmo.
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"Hola, Ben. Me alegro de volver a verte".
Ben siguió sonriendo pero dejó escapar un suspiro. "Pensé que estarías disfrazada de
piña otra vez, pero mamá dijo que probablemente sólo te ponías eso para Halloween".
"Tu madre es muy inteligente. La mayoría de los adultos sólo nos ponemos disfraces
divertidos en Halloween".
Sacudió la cabeza, con evidente decepción. "Cuando sea un adulto, voy a ponerme lo
que me dé la gana".
Antes de que ella tuviera la oportunidad de preguntarle qué podría ser, Cody
apareció, con un aspecto magnífico pero también ligeramente desaliñado y sin aliento.
"Lo siento. Estábamos ordenando antes de que llegaras".
Ella sonrió, incapaz de resistirse. "Odio decirlo, pero me temo que tu pelo no recibió
el memo".
Ben miró a Cody y soltó una risita mientras Cody peinaba frenéticamente su pelo con
sus dedos. Luego soltó un suspiro y sacudió la cabeza.
"Ya que el barco de impresionarte ha zarpado, ¿por qué no entras?"
"Yo no diría eso". Ella entró en la entrada y le entregó a Cody la caja. "Haces que
parezca que soy difícil de impresionar o algo así".
Cody frunció el ceño. "Lo siento. No quise decir..."
"No, lo siento. Es sólo que eres linda cuando estás nerviosa, y yo no podía dejar pasar
la oportunidad de burlarme de ti". Le hizo un guiño a Cody antes de bajar la cremallera de
sus botas.
"Puedes quitarte los zapatos, pero no tienes que hacerlo", dijo Cody todavía
sosteniendo la pizza.
Miró los pies de Ben y de Cody con los calcetines puestos.
"Están mojados. Además, yo llevo calcetines divertidos".
"¿Los llevas? ¿Qué tipo de calcetines divertidos?" Ben se quedó mirando sus pies con
atención.
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"¿Qué tal si dejamos que nuestra invitada se quite las botas y el abrigo y se ponga
cómoda antes de hablar de sus calcetines?" Cody señaló un perchero detrás de la puerta.
"Siéntete libre de colgar su abrigo allí".
"Gracias". Jess puso sus botas junto a un par de chanclos verdes brillantes y colgó su
abrigo junto al cortaviento negro North Face de Cody. "Está empezando a sentirse como en
invierno ahí fuera".
Cody sacudió la cabeza. "No digas eso. No estoy preparada".
"No estoy en desacuerdo, pero creo que había ráfagas mezcladas con la llovizna".
"¡Nieve! ¡Nieve! Me encanta la nieve!" Ben bailó al ritmo de su melodía inventada.
Cody le revolvió el pelo. "No va a hacer que la Navidad llegue antes".
Jess sacudió la cabeza. "Estoy contigo, amigo. Me encanta la nieve".
Cody hizo ademán de suspirar. "Ya me superan en número. Debería haberlo sabido.
Bueno, al menos has traído la cena. Gracias por eso por cierto".
"Pasé literalmente por el lugar en mi camino hacia aquí. Encantada".
"¿Y realmente no me dejas darte dinero?"
Ella dejó escapar un suspiro que reflejaba el de Cody de un momento antes.
"Realmente no lo haré. Además, si me toca a mí, me sale barato".
Cody parecía estar a punto de hacer una réplica inteligente, pero Ben preguntó si
podían comer ya porque estaba hambriento. Se dirigieron a la cocina, donde la mesa estaba
puesta con dos platos normales y uno del Monstruo de las Galletas.
Ella bromeó diciendo que estaba emocionada por tener el plato del Monstruo de las
Galletas y Ben afirmó que era suyo, pero que lo compartiría.
Comenzaron a comer pizza y la conversación que siguió le recordó a Jess de pasar
tiempo con sus sobrinas y sobrinos. Sus calcetines de pizza fueron un éxito y condujo a una
discusión sobre si era más guay tener comida o animales en los calcetines y la ropa interior.
Se rio de un chiste de toc-toc realmente terrible y tuvo esta imagen de Cody y Ben en el gran
fin de semana de Acción de Gracias de su familia en Breckenridge. Lo cual era una tontería,
porque seguramente Cody tenía familia con la que pasaba las vacaciones.
Después de la cena, Ben le preguntó qué película quería ver. Ella le respondió y
eligieron Frozen, mientras discutían quién la había visto más veces. Ben le preguntó si le
gustaba la parte central del sofá o el final. A pesar de querer sentarse al lado de Cody, ella
tuvo la clara impresión de que el centro era su favorito, así que eligió el extremo.
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"Compartimos las mantas y las almohadas". Ben le entregó un cojín azul oscuro que
parecía de terciopelo.
"Es muy amable de tu parte". Ella sonrió a Ben antes de hacer contacto visual con
Cody.
"Así es como funcionan los montones de abrazos", añadió Cody.
Ben asintió. "Y ahora somos amigos, así que podemos abrazarnos".
"Me gusta cómo suena eso".
Y le gustaba la idea casi tanto como le gustaba que los niños pequeños fueran
educados para mostrar afecto sin vacilar. Se situaron en el sofá, Ben se acurrucó contra Cody,
pero sacando los pies para que tocaran a Jess. Ella se inclinó ligeramente y apoyó su mano
en las piernas de él, feliz de que ya estuviera tan cómodo con ella. El cambio la acercó lo
suficiente a Cody como para que el brazo extendido de ésta alcanzara su hombro. Los
perezosos círculos que Cody trazó con su pulgar consiguieron relajarla y excitarla al mismo
tiempo. Para cuando los créditos pasaron, Ben estaba profundamente dormido. Cody le
dirigió una mirada esperanzada.
"Esto me saca de la hora del cuento. Si no tienes prisa por llegar a casa, me encantaría
charlar o ver algo no apto para menores".
Si no hubiera tenido ganas de quedarse, la expresión de esperanza de Cody la habría

convencido. Bueno, eso y que apenas eran las ocho.
"Me gustaría eso".
De una manera que parecía a la vez practicada y sin esfuerzo, Cody se levantó y
recogió a Ben en sus brazos. Sus miembros colgaban, dejando claro que el movimiento no lo
despertó en lo más mínimo.
"Ahora mismo vuelvo. Ponte cómoda".
Cody desapareció por las escaleras, dejando a Jess preguntándose qué hacer con ella
misma. Recogió las tazas y los cuencos de palomitas de la mesa de café y los llevó a la cocina.
Como lavar los platos le parecía más presuntuoso que reflexivo en este momento, volvió a
la sala de estar, centrándose en una de las estanterías que flanqueaban el televisor.
Los estantes inferiores eran todos LEGOs y libros infantiles, como era de esperar. Sin
embargo, las superiores la sorprendieron. La ficción –tanto popular y literaria, mezclada con
biografías, historia e incluso algo de autoayuda. Le gustaba la variedad casi tanto como la
forma en que estaban todos juntos. Por alguna razón, esperaba que Cody tuviera un sistema
preciso, si no directamente científico.
74
Además de los libros y algunas chucherías, las fotos de Ben ocupaban una buena
parte del espacio. Ben de bebé, Ben con un traje de nieve tan hinchado que le recordaba al
hermano pequeño de Un cuento de Navidad, Ben y Cody posando junto a una cascada, todo
pintaba una imagen de una pequeña familia perfecta. Le hizo preguntarse de nuevo sobre la
ex de Cody y su elección de la emocionante carrera en lugar de la crianza de los hijos. Cody
había dicho que su ex no era una mala persona, y ella no sabía lo suficiente sobre la mujer
como para juzgarla. Pero aun así. ¿Cómo podría ella no querer ser parte de la vida de Ben?
"¿No hay comentarios sobre mi aspecto elegante en la foto de la cascada?"

Jess se giró para encontrar a Cody bajando las escaleras al trote y todos pensamientos
de la ex de Cody se desvanecieron. En su lugar, la apreciación de la hermosa mujer frente a
ella. ”Llevaba a Ben en una de esas mochilas de senderismo y no me di cuenta hasta que nos
detuvimos que él había pegado un montón de hojas en mi pelo de los árboles que habíamos
pasado. Tuve que meter la cabeza en la cascada para sacarlas todas y quedé medio
empapada en el proceso".
Se acercó para estudiar la foto en cuestión y sonrió.
"Creo que te faltaron algunas hojas. Pero te ves muy bien medio empapada".
Cody levantó un hombro de una manera que parecía casi tímida.
"No tienes que decir eso. Sé exactamente lo tonta que salgo en esa foto".
Sería tan fácil olvidar que Ben estaba durmiendo justo encima de ellos.
"Tú dices tonta, yo digo sexy".
"Algo me dice que no debo discutir contigo".
Fue su turno de encogerse de hombros. "Puedes discutir, pero yo ganaré".
Cody se rio. "Ya lo veremos".
"Llevé los platos al fregadero, pero no quise excederme". ¿Por qué sentía la necesidad
de explicarse? ¿Era porque Cody la había pillado husmeando?
"Eso fue muy considerado. Gracias". Cody se puso a su lado, cerca pero no lo
suficiente como para tocarla. Ella se metió las manos en los bolsillos.
"Entonces".
Si no hubieran compartido un beso tan caliente y pesado la última vez que estuvieron
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juntas, la vacilación la habría hecho dudar. Esta noche, le hizo preguntarse si Cody
simplemente no tenía mucha práctica navegando en las citas y la crianza de los hijos al mismo
"Entonces".
Cody le pasó una mano por la nuca. "¿Quieres poner otra película? Está Netflix y eso.
También tengo un montón de viejas en blanco y negro en DVD".
"¿Las tienes? ¿Cómo qué?"
Cody sonrió. "Un montón de Cary Grant y Katherine Hepburn. Ese tipo de cosas".
Una cosa más que ella no habría atribuido a Cody. "Interesante".
"En el buen sentido, espero."
"Oh, muy bueno. Y creo que suena perfecto". Ella inclinó la cabeza. "Suponiendo por
supuesto, que lleguemos a abrazarnos".
El comentario pareció ayudar a Cody a relajarse. "Por supuesto. Quiero decir, los
amigos se abrazan. Es una cosa".
Jess se mordió el labio, pensando en hacer todo tipo de cosas con Cody además de
abrazar. "Claro, claro".
"¿Puedo ofrecerte algo? ¿Más palomitas? ¿Vino?"
"Creo que estoy bien, gracias."
Cody asintió y se dirigió a un cajón bajo el televisor. "¿Quieres elegir?"
Ella volvió a su sitio en el sofá. "Sorpréndeme".
En cuestión de minutos, estaban acurrucadas juntas bajo una de las mantas. Ella
podría haber querido más, pero sería difícil que se quejara de la forma en que el brazo de
Cody se sentía alrededor de su hombro o la forma en que Cody le acariciaba el pelo sin que
pareciera saber que lo estaba haciendo. Era mucho más cerca del territorio de la novia que
muchos de sus intentos anteriores de tener una novia de verdad.
Levantó la cabeza para decírselo a Cody, pero antes de que pudiera hacerlo, la boca
de Cody estaba en la suya. Un poco menos urgente que la última vez, pero no menos caliente.
Jess se hundió en ella, permitiéndose reconocer lo mucho que había estado deseando que
Cody la besara de nuevo. Se movió para poder mirar a Cody de frente, pero Cody no se
detuvo ahí. Guió a Jess hacia su espalda y se apoyó de una manera que le dio a Jess un
delicioso sabor de lo que sería tener el cuerpo de Cody sobre el suyo en la cama.
76
El muslo de Cody se metió entre los suyos, creando la fricción suficiente para que ella
deseara más. Se arqueó en él incluso mientras introducía sus dedos bajo la camisa de Cody
en busca de piel. La mano libre de Cody hizo lo mismo, subiendo por el torso de Jess y
rozando la parte inferior de sus pechos.
"Joder". Salió sin aliento, apenas por encima de un susurro, pero de todos modos se
tapó la boca con una mano. "Lo siento".
Cody sonrió. "No pasa nada. No puede oírte. Fue un buen polvo sin embargo
¿verdad?"
Oír a Cody decir palabrotas la hizo soltar una risita. "Muy bueno".
"Sé que es demasiado pronto, pero espero que sepas que una gran parte de mí quiere
que te quedes".
¿Era demasiado pronto? Ella había tenido relaciones a la tercera cita muchas veces. Sin
embargo, esto era diferente a cualquier situación de citas en la que había estado antes. Entre
eso y que Ben estaba durmiendo arriba, tuvo que aceptar aunque su cuerpo le pidiera, que
no fuera así.
"Sí".
Cody se sentó y soltó un suspiro.
"Lo siento si eso fue demasiado. O demasiado rápido".
"No lo fue. Lo prometo. Definitivamente estamos en la misma página".
Cody asintió y pareció relajarse, como si necesitara esa confirmación. "De acuerdo.
Bien".
"Lo que significa que probablemente debería irme". Porque si se quedaba, realmente
no confiaba en no arrancarle la ropa a Cody.
Cody cogió el mando a distancia y puso en pausa la película. "Sí".
La reticencia en la voz de Cody la hizo sonreír.
"Pero tal vez deberíamos aceptar que el sexo podría formar parte de nuestro
acuerdo".
La expresión de Cody se volvió seria.
77
"Sinceramente, creo que hará que todo esto se sienta más natural".
Natural. No es la palabra que ella habría utilizado, pero Cody tenía razón. Tanto su
columna y el deseo de Cody de tener la apariencia de una novia se beneficiarían de llevar su
relación al siguiente nivel. Por alguna razón, era más fácil centrarse en eso que en la química
fuera de serie que parecían tener.
"Tienes un buen punto".
"Quiero decir, no estoy diciendo que tengamos que ir allí, pero estoy abierta. Más
que abierta".
Una vez más, ella habría esperado que la ligera torpeza de Cody fuera un desvío. Pero
Jess no pudo evitar encontrarlo entrañable. Tal vez porque no había nada incómodo o
vacilante en la forma en que Cody la besaba. Si acaso, la combinación de las dos hacía un
paquete casi irresistible
"Me alegro de que estemos de acuerdo".
Cody asintió, pero luego miró la televisión y frunció el ceño. "Me siento mal de que
te vayas antes de que termine la película".
"No pasa nada. La he visto suficientes veces para saber cómo termina".
"Claro". Cody sonrió, pero sus ojos contenían decepción.
"O podríamos acordar terminar de ver y sólo abrazarnos".
"¿En serio?"
Por mucho que quisiera que Cody la llevara a la cama, había algo que decir de estar
acurrucada en sus brazos. "Me apunto si tú lo haces".
"Bien, genial".
Cody volvió a sentarse en su lugar original y cogió el mando a distancia. Jess se

acurrucó con ella y trató de concentrarse en la televisión y no en el calor que irradiaba el
cuerpo de Cody o el brazo musculoso de Cody alrededor de ella. No funcionó pero se las
arregló para permanecer casi quieta y mantener sus manos para sí misma. Tuvo un
pensamiento fugaz sobre cómo lo describiría en su próxima columna y pasó el resto del
tiempo preguntándose cuándo -más que si- el sexo estaría sobre la mesa
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Capítulo Diez
Amelia dejó escapar un audible suspiro.
"Me encanta escucharte tan feliz. De verdad que me encanta".
"¿Pero?"
La verdad era que muy poco de lo que Amelia pudiera decir pondría un amortiguar
el estado de ánimo de Cody. Jess estaba en camino, Ben estaba jugando con LEGOs mientras
vigilaba a Trevor, y la cena estaba lista. Ella apretó el teléfono entre el hombro y la oreja
mientras sacaba la lasaña del horno.
"Sigo pensando que el día de San Valentín va a llegar rápido. Es cuando se acaba todo,
¿no? ¿Realmente vas a ser capaz de alejarte entonces?"
"El día de San Valentín es una línea de tiempo difícil".
Que no era una respuesta a pregunta de Amelia. Ella no quería pensar en un final, sin
embargo, cuando las cosas apenas habían comenzado. Hablando de empezar, Cody deseaba
que Jess pudiera venir a pasar otra noche en casa. Era una tontería dejar una lasaña en
perfecto estado. Amelia dejó escapar un largo suspiro.
"Cody, estoy preocupada por ti. Las dos sabemos que te enamoras rápido".
"Ja. Viniendo de ti, eso es-"
"Gracioso. Sí. Lo sé. Y completamente fuera de tema. Estamos hablando de ti y tu

corazón, no de mí chocando un U-Haul en camino a mudarme con una mujer que sólo
conozco desde hace seis semanas".
Cody se rio. "Bueno, mi corazón y yo estamos bien. Yo me encargo de esto".
"¿De verdad? No quiero sacar el tema de Anastasia, pero-"
"Genial. No la mencionemos entonces". Pensar en Anastasia era peor que pensar en

el día de San Valentín. "Para que conste, tú fuiste quien me animó a tener una cita".
"Una cita, sí, y pensé que esto de las esposas sería una buena idea, pero ahora estás
actuando como si Jess fuera el verdadero negocio sólo porque es buena besando".
"Realmente buena besando. Pero eso no es todo lo que me gusta de ella.

Conectamos. Es fácil salir, mucho más fácil de lo que era con Anastasia, desde que la trajiste.
Y me estoy divirtiendo".
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De hecho, eso es lo único que Jess y Anastasia parecían tener en común: un espíritu
divertido y aventurero que podía sacar a Cody de su tendencia a ser demasiado seria en todo.
"No digo que no debas divertirte, pero también debes proteger tu corazón". Amelia
hizo una pausa. "¿Y si sólo eres un encargo para ella?"
"Entonces espero que ella quiera un crédito extra". Cody se rio pero Amelia sólo
refunfuñó. "Pero en serio. Soy más madura de lo que era con Anastasia. No voy a hacer nada
como decidir impulsivamente ser madre".
"No sé qué hacer contigo. ¿Has leído su último artículo?"
Antes de que Cody pudiera responder, Ben entró a toda prisa en la cocina. "¿Ya está
hecho?" Dio un salto tratando de echar un vistazo por encima del brazo de Cody. "Quiero
comer. Tengo mucha hambre. Oh, Trevor está aquí".
"Espera, Amelia", dijo Cody al teléfono. Ella miró a Ben.
"¿Dejaste entrar a Trevor?"
"No. No ha llamado a la puerta. Pero he oído un coche". Ben se acercó a la lasaña.

Agitó su mano sobre ella como un pequeño chef tratando de captar más del aroma. "Huele
muy bien. ¿Podemos comer ahora?"
"Primero tienes que dejar entrar a Trevor". Cody señaló el pasillo. "Ve".
Ben salió, de nuevo a la carrera, y Cody miró el reloj. "Amelia, tengo que irme. Te
prometo que cruzaré mi corazón o lo que sea que quieras que haga".
"Proteger tu corazón. Pero da igual. Sé que no lo harás de todos modos".
¿No lo haría? Claro, era divertido dejarse llevar por el momento, pero ella había
aprendido la lección. Y sentir esa chispa de nuevo no era lo mismo que pensar en
enamorarse.
"Gracias por el voto de confianza. Por cierto, dile a tu abuela gracias por la lasaña.
Ben y la niñera la comerán esta noche y yo me comeré las sobras mañana".
Cody terminó la llamada y se giró al oír el sonido de unos tacones. Jess.
"No eres Trevor".
"No la última vez que lo comprobé. Por cierto, puede que tengas que despedir a tu
guardia de seguridad. Este chico me dejó entrar". Ben estaba en los brazos de Jess sonriendo
como si hubiera ganado un premio y Jess parecía igual de feliz.
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"Te dejé entrar, pero luego te ataqué con abrazos asesinos", argumentó Ben.
"¿Asesinos?"
Jess se rio ante el asentimiento entusiasta de Ben. Lo hizo girar en un círculo y cacareó
con regocijo. La visión de ellos juntos hizo que el pecho de Cody se apretara
inesperadamente y formó un nudo en la garganta. ¿Era simplemente que no había visto a
otra mujer abrazar a Ben desde que Anastasia se fue o era lo perfectos que parecían juntos?
De cualquier manera, la advertencia de Amelia resonó en sus oídos. Ella rápidamente empujó
tanto el sentimiento como la advertencia a un lado.
La mirada de Jess se posó en la suya.
"Hola, por cierto".
"Hola".
Ella deseaba tener la confianza de Ben. Aunque ella se saltaría los abrazos e iría
directamente a los besos. Cuando una sonrisa curvó los labios de Jess, fue como si hubiera
leído los pensamientos de Cody. Cody se aclaró la garganta.
"Te ves bien. Otra vez. Tú parece que sigues haciendo eso".
"Tú también. Pero, ¿dónde está la corbata?" El sutil guiño de Jess envió un calor a
través de Cody.
El timbre de la puerta sonó y Ben se sacudió de los brazos de Jess.
"Quiero decirle a Trevor que vamos a comer lasaña. Es su favorita".
"Sí." No se puede negar. ¿Era su energía demasiado para Jess? ¿Importaba si esto
sólo iba a durar otros tres meses? "Afortunadamente, duerme eventualmente. Y le gusta
dormir, lo que es una ventaja".
"Definitivamente un plus".
Jess dio un paso adelante e inclinó su cabeza para encontrar los labios de Cody. Cody
podría haber saboreado el beso de Jess toda la noche, pero el saludo de Ben para Trevor se
extendía por el pasillo y ella sabía que no tardarían en tener compañía. Cuando se retiró, Jess
emitió un pequeño gemido que la convenció de que no era la única que suspiraba por más.
"Oh, hola".
Trevor entró en la cocina e inmediatamente se sonrojó. Ben claramente lo había

arrastrado desde la puerta principal hasta la cocina, parloteando sobre la lasaña. Cody
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apenas tuvo tiempo de alejarse de Jess, y ella sabía que Trevor podía adivinar lo que había
interrumpido.
"Jess, este es Trevor. Trevor, esta es mi amiga Jess".
El rubor de Trevor no hizo más que enrojecer. Abrió la boca como si fuera a saludar
pero asintió con la cabeza. Normalmente, era hablador, pero Jess parecía dejarle sin
palabras.
"Trev." Ben tiró del brazo de Trevor, tratando de recuperar su atención. "Tenemos
lasaña para la cena. Tu favorita. Mira".
"Ajá". Trevor cerró la boca, tragó y miró a Ben. “Es genial".
"Pero ni siquiera has mirado".
"¿A qué?"
Cody casi se rio. Trevor vivía al lado con sus padres y estaba en su primer semestre
en el colegio comunitario local. Por lo que Cody sabía, él no había tenido una cita todavía y
ella se había preguntado si podría ser gay considerando lo poco que mencionaba a las chicas.
Aunque por la forma en que se había convertido en papilla al ver a Jess, ella supuso que tenía
suficiente interés en las mujeres para ser al menos bi.
"Bien, ustedes dos, vamos a salir. Disfruten de su lasaña. Hay galletas para el postre".
Cody besó la cabeza de Ben y luego palmeó el hombro de Trevor. "Además, tengo un nuevo
juego de Playstation para que lo prueben. Sean buenos".
Cody esperó a que salieran para coger la mano de Jess.
"Entonces, ¿los chicos a menudo se olvidan de cómo hablar a tu alrededor?"
Jess puso los ojos en blanco. "No."
"Mm-hmm. ¿Por qué no te creo?"
Cody abrió la puerta de Jess y alcanzó el picaporte. Antes de que pudiera abrirla, Jess
se adelantó y la apretó contra el coche. Sus labios robaron todos los pensamientos de la
mente de Cody. Cuando Jess se retiró, su expresión era decididamente petulante.
"Fue duro esperar para hacer eso. Por cierto, Ben es un encanto. Tienes un buen hijo.
Y Trevor también parece agradable".
Ella debería decir algo en respuesta. Por desgracia, no había palabras posibles en ese
82
momento. Cuando Jess se deslizó alrededor de Cody para abrir la puerta, su mano acarició
la sección media de Cody. Se dejó caer en el asiento.
"Aparentemente, los chicos no son los únicos que olvidan cómo hablar a mi
alrededor".
"Me lo merecía". Cerró la puerta de Jess y fue al lado del conductor. "Y tengo un buen
hijo. Sé que soy afortunada. Pero es agradable tener algo de tiempo de adulto que no
implique trabajar".
"Recuerdas que vamos a ir a tu cosa del trabajo, ¿verdad?"
"Sí, pero será diferente contigo allí". Cody salió camino de entrada y salió a la calle.
"Aunque si es una opción, no me importaría saltarme el banquete e ir a tu casa".
“Por mucho que quiera que hagas novillos para que podamos, quiero que obtengas
la titularidad aún más”.
"Probablemente debería darte las gracias. Pero hacer novillos es divertido".
Jess negó con la cabeza. "Eso he oído. Creo que soy demasiado buena chica para
disfrutarlo".
"¿Quieres decir que nunca lo has hecho antes? ¿Ni siquiera en el instituto?"
"Nunca. Yo amaba la escuela".
Cody se rio. "Menos mal que entonces no nos conocíamos. Yo hacía muchas veces
novillos y habría intentado por todos los medios que te unieras a mí".
"¿Tú? ¿La que pronto será profesor de química? Me habría imaginado que nunca
faltabas a clase". Cuando Cody levantó un hombro, Jess entrecerró los ojos.
"Bien, ahora quiero saber para qué has hecho novillos".
"Yo no beso y cuento".
Jess se rio. Se acercó a la consola y puso su mano en el muslo de Cody. Cody trató de
mantener su pie firme en el acelerador, pero cuando la mano de Jess se acercó más a su
pierna, casi frenó de golpe. Excepto que estaban en la autopista. Maldijo en voz baja cuando
la mano de Jess se desvió hacia arriba la entrepierna de sus pantalones.
"He oído eso. No tienes un tarro de palabrotas en el coche, ¿verdad?"
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"No."
Un coche se desvió alrededor de Cody y Jess retiró su mano. "Será mejor deje que te
concentres. Tengo que mantener mi reputación de niña buena".
Por mucho que Cody quisiera argumentar que podía hacer varias cosas a la vez, no
quería que la primera vez con Jess fuera en el coche. Quería hacer las cosas bien. A esa
constatación le siguió la advertencia de Amelia. Querer tener sexo no tenía necesariamente
nada que ver con el amor, y sin embargo, Amelia no estaba del todo equivocada. Se había
enamorado rápidamente de Anastasia, y si no se cuidaba, podría acabar gustándole a Jess
mucho más de lo que ella le gustaba a Jess. Apenas entraron en la sala de banquetes, cedió
al impulso de preguntar.
"¿Cuánto tiempo tenemos que quedarnos?"
"Acabamos de llegar". Jess cogió la mano de Cody y le dio un apretón.
"Ahí está tu jefe. Finge que te gusto".
"Como si pudiera fingir que no".
Las líneas se arrugaron alrededor de los ojos de Jess cuando sonrió, pero su mirada
permaneció en la Presidente Toller que se acercaba.
"Concéntrate. Viene hacia aquí".
"Por si no lo has notado, es difícil para mí concentrarme en alguien más cuando estás
cerca".
"Me he dado cuenta y es un halago, pero también quiero que conserves tu trabajo".
La sonrisa de Jess se ensanchó cuando soltó la mano de Cody y dio un paso adelante
para abrazar a la Presidente Toller.
"Gillian, es un placer volver a verte. ¿Dónde está Shannon?"
"Charlando con el director del departamento de economía". Gillian bajó su voz y

añadió: "Sé que le encantaría ser rescatada. Pero estoy tratando de evitar a todo el
departamento de economía esta noche".
Señaló con la barbilla a través de la sala de banquetes hacia donde Shannon estaba
acorralada por Tim Jaysworth, el presidente de economía famoso por olvidar el sentido de
las largas historias y otros dos profesores. Jess le hizo un guiño conspirador a Gillian.
84
"Si me disculpan, tengo que hablar con Shannon sobre algo que no puede esperar ni
un momento más".
"Eres un encanto", dijo Gillian, claramente agradecida. Se volvió hacia Cody cuando
Jess se fue y añadió: "No sé dónde la has encontrado pero agárrate bien a ella".
Cody esperaba que una sonrisa fuera suficiente. No podía mentir abiertamente ni
admitir que su relación ya tenía fecha de caducidad.
"He oído que también eres un gran fan de Avis DeVoe. Shannon me dijo que ella y
Jess ya hablaron de conseguir entradas para su próximo concierto para que las cuatro
podamos ir juntas".
"Oh. Um, sí. Eso suena genial".
Ella había oído hablar de la cantante, pero era la primera vez que oía hablar de
posibles planes.
"¿Noticias para ti?" Gillian se rio. "Me alegro de no ser la única que se siente como si
estuviera fuera de onda la mitad del tiempo. Y ahora que están enviando mensajes de texto
entre sí, estamos realmente en esto. Quién sabe a qué nos apuntarán".
"Sólo puedo imaginarlo".
Cody quería emocionarse. Una cita doble sonaba divertido. Y no tenía ningún
problema con que Jess enviara mensajes de texto a la esposa de la presidente. Pero si se
acercaban, era muy posible que el artículo de Jess y su falsa - o relación temporal, salieran a
la luz. Incluso si eso no sucedía, no podía dejar de preocuparse por lo que Jess pudiera decir
accidentalmente. O que se olvidara de decirle a Cody. Toda la situación podría volverse
pegajosa. Más pegajosa de lo que ya era.
***
Cody dejó las llaves y la cartera en la cesta junto a la puerta y se encogió de hombros.
Estaba feliz de estar en casa, al menos, y feliz de que Jess hubiera entrado en lugar de
despedirse en la entrada. Pero no estaba segura de lo que iba a pasar a continuación, y era
culpa suya.
"Quiero hablar de lo del concierto, pero sé que no quieres", dijo Jess.
"No es que no quiera hablar de ello..."
"No quieres. Me doy cuenta". Jess se cruzó de brazos. "Pero creo que deberíamos de
todos modos".
85
Cody sabía que era mejor no discutir. "De acuerdo".
Jess se acomodó en el sofá mientras Cody pagaba a Trevor. Ahora, con sus tacones y
sus piernas estiradas, se veía decididamente caliente como el infierno, lo que hizo que Cody
lamentara aún más que ella hubiera empezado lo que podría convertirse en su primera
pelea. En el camino de vuelta a casa, ella admitió que se sintió de lado al no conocer ninguno
de los detalles de una cita doble al concierto de una persona que nunca había escuchado
pero que supuestamente amaba. Jess se disculpó, pero pasó el resto del viaje en silencio,
dejando que Cody se sintiera mal por haber sacado el tema en primer lugar. Ahora Jess
quería resolver las cosas, y aunque los años de terapia habían enseñado a Cody que era una
buena señal, esta noche ella habría cambiado el conflicto resuelto por simplemente por
hacer las paces.
"¿Te molesta que Shannon y yo nos hayamos estado enviando mensajes de texto?"
"Está totalmente bien".
No estaba molesta por ello, pero Jess tenía que darse cuenta de que había un riesgo.
Shannon descubriría la verdad sobre su relación si se acercaban. Cody odiaba preocuparse
por ser descubierta, pero aún más odiaba sentirse deshonesta.
Las cejas de Jess se juntaron. "¿Estás segura?"
"Sí. ¿Quieres algo de beber?"
"Creo que podríamos tener dos definiciones diferentes de 'totalmente bien'".
Cody suspiró. "¿Eso es un sí a una copa? ¿O un no?"
Jess frunció los labios. "El agua sería genial".
Si pudieran rebobinar la noche. La cena había sido perfecta. A pesar del hecho de que
estaban rodeadas de otros profesores, Jess había conseguido evitar que Cody pensara en el
trabajo. El tiempo se escapó mientras charlaban sobre viajes por carretera. Y de películas. Y
de los recuerdos favoritos de la infancia. Ella había disfrutado por completo -algo que parecía
imposible en un banquete de la facultad, y luego había ido a arruinarlo todo.
Cody volvió a la sala de estar y le dio a Jess un vaso de agua.
“Sé que no hemos terminado de hablar, pero tengo que ir a ver a Ben. ¿Estás bien
aquí por un minuto?"
Jess asintió. "Me siento un poco tonta haciéndote hablar".
"Probablemente sea bueno para mí".
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"Está bien. Ve a ver cómo está Ben".
Cody se dirigió hacia arriba preguntándose si había alguna posibilidad de que Jess
considerara dejar de lado su desacuerdo. ¿Cómo es que ya estaban peleando de todos
modos?
Se detuvo en el pasillo cuando notó luz bajo la puerta de Ben. No es una gran señal,
pero cuando abrió la puerta, él no se movió de su posición acurrucada y sus ojos
permanecían cerrados. Cruzó la habitación para apagar la luz de la cabecera, pero antes de
llegar a ella, Ben bostezó y se estiró.
"¿Sigue Jess aquí?"
"Hola, amigo. ¿Qué haces todavía despierto?"
"Trevor dijo que Jess podría leerme un libro si estaba despierto cuando llegaras a
casa".
"Lo hizo, ¿eh?" Cody trató de mantener la frustración fuera de su voz.
"Me dio sueño, pero me mantuve despierto contando los dedos de los pies. Luego
conté las líneas de mi almohada, pero me equivoqué en veinticuatro y tuve que empezar de
nuevo".
Cody se sentó en el borde de la cama. "Te quiero. Pero desearía que no te hubieras
desvelado".
"¿Sigue Jess aquí?"
"Sí. Está abajo. Pero deberías haberte dormido hace una hora".
"No es justo que tú tengas que pasar todo el tiempo con Jess y yo sólo tenga a Trevor".
Cody no podía discutir. Ella también tomaría a Jess antes que a Trevor.
"Jess fue conmigo a una cosa de trabajo, amigo. No fue nada divertido".
"Por favor, ¿puede leerme un libro? ¿Sólo uno?"
Cody se mordió el labio, preguntándose si Jess sabía lo que había negociado cuando
decidió salir con alguien con un hijo.
"¿Prometes irte a dormir después de un libro y no pedir dos?"
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Asintió y extendió la mano, con el meñique extendido. Cody unió su meñique con el
de ella.
"De acuerdo, se lo pido".
Jess levantó la vista cuando Cody bajó las escaleras. "¿Todo bien?"
"¿Hay alguna posibilidad de que te animes a leer un libro ilustrado? Te lo han pedido
especialmente".
"¿Quiere que le lea?" Jess sonaba sorprendida pero también un poco complacida.
"Se mantuvo despierto contando los dedos de los pies y esperando que dijeras que
sí".
Se sentó más erguida. "¿Sus dedos del pie? Bueno, eso es muy bonito".
"Y las rayas en su almohada".
"No hay manera de que pueda decir que no a eso". Jess se puso de pie. "¿Tengo que
elegir el libro?"
"¿Estás emocionada por esto?"
Jess lanzó una mirada incrédula a Cody. "¿Estás bromeando? Claro que sí. Soy
excelente haciendo voces. Mis sobrinas y sobrinos hablan maravillas de mí".
Cody sonrió. No le preocupaba que a Jess le resultara molesto.
"¿Podrías no ser demasiado excelente? Quiero que se duerma después de un libro".
"Ya lo tienes". Jess se detuvo en la primera escalera y se volvió hacia Cody. "Por cierto,
esto no significa que te salgas de nuestra conversación".
Cody soltó un suspiro. "Me lo imaginaba".
"Además, eres distraídamente sexy. Me he pasado toda la noche preguntándome

cómo y me da pena que estemos discutiendo en lugar de desnudarnos".
"¿Me dices todo esto justo antes de leerle un libro a mi hijo?"
"Con voces". Jess besó la mejilla de Cody. "Puedes manejarlo"
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Capítulo Once
Jess entró en la habitación de Ben y lo encontró sentado con un libro agarrado a su
pecho.
"He oído que me has esperado despierto".
Ben asintió. "Conté para estar despierto".
"Tal vez la próxima vez podríamos leer un libro primero para que no te quedes
despierto más allá de tu hora de dormir".
Un sentimiento que ella abrazaría incluso si no significara interrumpir las cosas con
Cody.
"Suenas como mamá".
No pudo evitar sonreír. "Tu mamá es inteligente".
Asintió con la cabeza, como si le hubieran pedido que opinara sobre el asunto.
"Sí".
"Entonces, parece que ya tienes uno elegido". Un hecho que era tan adorable como
su pijama de dinosaurio.
"Es mi favorito". Lo entregó con orgullo.
"El Mousetronaut. No puedo creer que nunca lo haya leído".
Ben se encogió de hombros. "Bueno, es para niños. Seguro que tú lees libros para
adultos sin dibujos".
"A veces. Aunque también me encantan los libros ilustrados. Y me encanta el espacio
exterior".
"¿En serio?" Parecía incrédulo.
"Sí que me gusta. Pensé que iba a ser astrónoma cuando fuera mayor".
Frunció el ceño. "¿Qué es un astrónomo?"
"Es alguien que estudia las estrellas y los planetas".
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Miró al ratón vestido con un traje espacial que aparecía en la portada del libro, y
luego a ella.
"¿Como un astronauta?"
"Pero un astrónomo lo hace desde la tierra".
Asintió lentamente, como si tratara de entender por qué alguien no querría ir al

espacio exterior.
"Siempre me han gustado las estrellas y el sistema solar, pero a mi barriga no le

gustan las cosas que van muy rápido".
El asentimiento se convirtió en uno de comprensión. "Me gustan los viajes rápidos,

pero a veces me duele la barriga en el coche".
Pobre chico. Ella podía empatizar. "A mí también".
"¿Quieres leer algo más?"
Le derritió un poco el corazón que él preguntara. "Oh, no. Quise decir lo que dije. Los
astronautas son muy geniales. Los ratones también lo son, siempre y cuando no estén
correteando por el suelo de mi cocina".
Se rio de la última parte y se movió para que ella pudiera acomodarse a su lado junto
a él. Lo hizo, preguntándose si Cody iba a unirse a ellos o ver cómo le iría con Ben por su
cuenta . Pasó a la primera página y se sumergió en el mundo de Meteor el ratón y su
búsqueda para unirse a una misión espacial. Y tal vez hizo algunas voces, pero era imposible
no hacerlo.
"El fin". Jess cerró el libro y miró a Ben. Sus ojos estaban dormidos, pero aún estaba
despierto. "Gracias por dejarme leerte un cuento".
"¿Puedes leerme uno más?"
La combinación de sueño y esperanza era demasiado. Ella diría que sí a todo tipo de
cosas que no debería si él seguía mirándola así.
"Bueno..."
Antes de que pudiera ceder, Cody apareció en la puerta. "¿Qué hemos acordamos?”
"Uh." ¿Había acordado algo y lo había olvidado? No sería la primera vez.
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Ben dejó escapar un suspiro. "Que si Jess me leyera un libro, no pediría otro".
"Oh." Jess se encogió.
"No pasa nada. Tú no conocías las reglas, pero el sí". Cody enganchó un pulgar en
dirección a Ben.
"Lo siento." Su disculpa tímida fue probablemente bien ensayada, pero ella lo compro
gancho, línea y plomada.
"Está bien, amigo. Quizá podamos volver a leer juntos pronto".
Asintió con la cabeza y le dio las gracias a Jess antes de darle un abrazo y desearle
buenas noches. Jess se levantó de la cama y trató de no quedarse en el aire mientras Cody
arropaba a Ben y le besaba la frente. En el pasillo, Cody cerró la puerta de Ben casi por
completo.
"Gracias por eso. Definitivamente fuiste un éxito".
"Gracias".
Ella lo había sentido y que Cody lo confirmara era agradable. Pero a pesar del
cumplido de un segundo antes, Cody respiró profundamente y parecía incómoda. ¿Se
arrepentía de haber dejado que Jess le leyera un cuento a Ben? ¿Era demasiado? Jess miró
a sus pies y se preparó para alguna versión del no eres tú, soy yo de tanto niño.
"Supongo que deberíamos volver abajo y terminar nuestra pelea".
Era difícil decir qué era más ridículo: el nivel de su preocupación o su grado de alivio.
Apretó los labios para no sonreír.
"No estamos peleando".
Cody levantó una ceja y consiguió parecer sospechosa además de incómoda. "¿No?"
"No. Pero deberíamos terminar nuestra conversación. Y probablemente no justo

frente a la puerta de Ben. ¿Crees que está bien?"
"Esperemos que esté bien".
Si Cody realmente buscaba evitar hablar, podría haber jugado el “Necesito estar
cerca" o "Tiene el sueño ligero, así que deberíamos dar por terminada la noche". El hecho de
que no lo hiciera le dio esperanzas a Jess.
91
"De acuerdo".
Cody la tomó de la mano para guiarlos escaleras abajo -totalmente innecesario pero
totalmente agradable. Se acomodaron en el sofá y Jess no pudo evitar pensar en lo que
habían hecho la última vez que estuvieron allí, con Ben durmiendo en el piso de arriba. Pero
por mucho que quisiera fingir que Cody no había estado rígida e incómoda en el viaje de
vuelta a casa, y en su lugar hacer las paces, necesitaban aclarar las cosas.
"Entonces". Cody la miró expectante.
"Así que, me disculpé por no haberte contado los planes del concierto, pero todavía
pareces molesta".
Cody exhaló un suspiro. "No estoy molesta".
"Lo estás. Tienes una terrible cara de póker".
Cody hizo una mueca, pero se convirtió en una sonrisa tímida que le recordó a la de
a la de Ben. "Sí".
"Necesito entender por qué. Porque pensé que el objetivo de todo esto era ser
convincente, pero ahora no estoy tan segura".
"Sí quiero que seamos convincentes. Yo..." Cody abrió la boca pero no continuó.
"¿No soy lo suficientemente intelectual?" No sería la primera vez que una novia había
dicho lo mismo. O que su trabajo era frívolo, y que debería apuntar más alto si quería ser
tomada en serio.
"Dios, no". Cody parecía realmente mortificada por la insinuación. "En todo caso, me
preocupa que mi vida académica sea demasiado aburrida para ti".
Se acercó y agarró la rodilla de Cody. "Te dije que puedo manejar funciones de trabajo
con el mejor de ellos".
"Cierto".
"¿Qué es realmente?"
Cody se encogió de hombros. "Supongo que una cosa es tener una cita en eventos de
trabajo. Otra cosa completamente distinta es tener una cita doble con la presidenta y su
esposa".
92
"¿Pero no es eso algo bueno? Tener una conexión personal con la presidente de la
universidad tiene que ser bueno para tu carrera".
"Lo es, pero hace que lo que está en juego sea mayor. Pasar tiempo con ellas fuera
del trabajo significa abrir la puerta a preguntas personales: cómo nos conocimos, cuánto
tiempo hemos estado juntas, todo".
¿Realmente se trataba de eso? "Así que, pasamos algo de tiempo extra

conociéndonos. La investigación es tu segundo nombre, el mío también, aunque de una
manera completamente diferente. Tenemos esto".
"¿Pero qué pasa si te preguntan por tu trabajo?"
Una onda de vergüenza comenzó en la boca del estómago y se irradió hacia afuera.
"Entonces, soy lo suficientemente inteligente, pero demasiado... ¿qué?

¿Insignificante? ¿No soy ambiciosa?"
"Jess, no. Dios. No me refería a eso en absoluto".
La vergüenza dio paso a la ira, la lucha y la huida se enfrentaban ahora.
"¿No? ¿Entonces qué querías decir? ¿No quieres seguir haciendo esto?"
Cody cerró los ojos y respiró profundamente.
"Entrevistaste a Gillian, así que ella ya sabe que eres periodista. ¿Y si te preguntan
qué más escribes? ¿O si ella o Shannon te buscan en Google? Encontrarán tu columna. Lo
que dejará claro que tú y yo estamos esposadas. Y eso me hará parecer aún más inestable
de lo que sería estar soltera".
Cody se pasó una mano por la cara, pareciendo que quería desaparecer, o al menos
como si deseara retractarse de sus palabras. Sólo que no podía retractarse y Jess era la que
quería desaparecer. La vergüenza volvió a ser un tipo de vergüenza más general. ¿Cuántas
veces su entusiasmo la superaba? En el trabajo, en las relaciones. Se dejaba llevar y actuaba
impulsivamente y se metía en problemas. Y Cody no podía permitirse ese tipo de problemas.
"Lo siento."
Cody tomó su mano. "No, yo lo siento. Exageré. Sólo estabas intentando hacer algo
bueno".
Lo había hecho. Pero tampoco se había parado a pensar en las posibles

consecuencias.
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"No quise ponerte en esa situación. Te juro que no lo hice".
"No creí que lo hicieras. Por eso quería dejarlo pasar".
Hubiera sido más fácil, sin duda. ¿Habría sido mejor? Difícil de decir. No le gustaba
que fuera propensa a dejarse llevar y a meterse en el tipo de situaciones que le preocupaban
a Cody. Le gustaba aún menos que la principal prioridad de Cody fuera su carrera y cómo su
relación podría dañarla. Lo cual era totalmente injusto considerando que la carrera de Cody
era la razón por la que aceptó estar en esta pseudo relación en primer lugar, pero aun así no
le gustaba. O que sus propios sentimientos por Cody tenían cada vez menos que ver con su
columna. Pero nada de eso encaja con lo que habían acordado y ella ya había exagerado una
vez esta noche.
"Sí, de acuerdo. Hagamos eso".
Cody la miró con preocupación. "¿Estás segura?"
"Lo estoy". Ella asintió con más entusiasmo del que sentía. Aunque las cosas no se
sentían del todo resueltas, estaba más que lista para terminar con la conversación.
"¿Podemos besarnos y hacer las paces?"
"Depende. ¿Habrá besos de verdad?"
Sólo la idea hizo que su cuerpo se acelerara y su mente quisiera fingir que nunca ha
pasado nada.
"Eso espero".
Cody se inclinó hacia ella. También lo hizo Jess. No había nada impulsivo o inesperado
en ello. Pero en el momento en que la boca de Cody cubrió la suya, Jess habría jurado que
vio estrellas. La intensidad de su reacción a Cody no era menos potente que la última vez.
Tampoco lo era su deseo de ponerse debajo de Cody, preferiblemente desnuda.
"Mamá, tengo sed".
La vocecita somnolienta de Ben bien podría haber sido una bocina de aire por lo
rápidamente ella y Cody se separaron de un salto. Ella tuvo un momento de pánico, pero la
dramática mueca de Cody, seguida de una sonrisa, suavizó el golpe.
"Ya voy, cariño". Cody se puso en pie, pero antes de que se diera la vuelta, dijo con la
boca “Lo siento"
.
Cody se dirigió a la cocina y Ben recorrió el resto del camino escaleras abajo. "¿Vas a
casarte con mi madre?"
94
"¿Qué?" Seguramente había escuchado mal.
"Te vi besarla".
Joder. Joder, joder, joder. Menos mal que las palabrotas mentales no requerían pagos
al tarro de las palabrotas.
"Um."
Él parpadeó con esa curiosidad no estudiada que sólo los niños pueden lograr.
"No. Sólo somos amigas". Parpadeo. "Que se besan. Algunas amigas se besan". Ella
tenía una imagen de él plantando uno a sus compañeros de clase. "Amigas adultas, eso es".
Arrugó la nariz. "Qué asco".
La declaración de hecho, mezclada con el asco de un niño pequeño, la hizo reprimir

la risa. Tosió para disimularlo y ganar tiempo. Lo hizo, justo suficiente para que Cody volviera
con un vaso de plástico de Scooby-Doo.
"¿Qué haces abajo?"
Ben le dirigió una mirada tímida. "Quería saludar a Jess de nuevo".
Cody le entregó el vaso y le señaló. Ben hizo un mohín, pero sólo por un segundo.
Volvió a desearles buenas noches y se dirigió de nuevo al piso de arriba.
Cuando se aseguró de que no lo escuchaba, dijo:
"Me preguntó si nos íbamos a casar".
Cody se puso nervioso. "¿Qué?"
"Nos vio besarnos y supongo que eso equivale a casarse".
Ella se encogió de hombros. Se sintió como un salto, pero fue lo mejor que se le
ocurrió.
"Malditas películas de Disney. ¿Qué has dicho?"
"Que éramos amigos que se besaban". Se encogió ante su propio absurdo. "Y que las
amigas adultas lo hacen a veces".
Cody inclinó la cabeza de un lado a otro como si tal vez no fuera la mejor respuesta,
pero definitivamente no era la peor.
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"De acuerdo".
"Quiero decir, creo que me creyó porque estaba bastante asqueado. Y luego volviste
y me salvaste antes de que me hundiera más".
Cody se rio. "Lo siento por eso".
"No, lo siento. Acordamos que nos vería sólo como amigas".
Cody se encogió de hombros, no tan molesta como Jess hubiera esperado.
"Él todavía lo hace. Sólo somos amigas que se besan".
"¿Y eso es algo en su mente?"
"Aparentemente. No es menos lógico que equiparar los besos al matrimonio,

¿verdad?"
Jess negó con la cabeza. "Si tú lo dices".
"Pronto desarrollará la sospecha. En este momento, él cree principalmente lo que le

dicen los adultos. Adultos en los que confía al menos". Cody sonrió ante la última parte.
"Entonces voy a poner esto en la categoría de caballo regalado y dejarlo así”. Y tratar
de no pensar demasiado en lo que significaba que Ben confiara en ella tan fácilmente.
"Me parece una excelente idea".
Ahora que el momento había pasado, sin consecuencias reales, se permitió apreciar
lo divertido que era.
"Me recuerda a mi sobrino, Joshua. Él siempre mantiene a mi hermana y a su mujer

en vilo. Bueno, también a mis sobrinas".
"¿Cuántas sobrinas y sobrinos tienes?"
Sonrió al pensar en ellos. "Seis, aunque ya están en la universidad. Mi hermano se

casó con una mujer con hijos de un matrimonio anterior".
"¿Así que tienes un hermano y una hermana?"
Se le ocurrió que este era el tipo de conversación que podrían haber tenido en su
primer par de citas si no hubieran estado negociando términos y fechas de vencimiento.
96
"Y con dos hermanos es suficiente. Cuando nos reunimos todos, se vuelve un poco
salvaje con los niños corriendo por ahí".
"Ya lo creo".
Se imaginó a Ava y Addy, las gemelas de su hermana, adorando a Ben de la misma

manera que lo hacían con su hermano Joshua.
"Creo que les gustaría Ben".
Cody asintió. "Siempre me ha entristecido un poco que Ben no tenga primos de su

edad".
"Sabes, si no tienen planes para Acción de Gracias, definitivamente son bienvenidos

a unirse a mi familia". Las palabras salieron antes de que las pensara bien, una vez más. Y si
la mirada de Cody era algo para seguir, ella se había excedido. "Quiero decir, probablemente
tienes planes, pero somos una de esas familias que cuanto más, mejor y creo que te llevarías
bien con ellos también. Mi cuñada es profesora de economía y siempre tiene buenas
historias de la vida académica".Cody asintió lentamente, haciendo difícil saber si la
divagación de Jess estaba mejorando o empeorando las cosas.
"En fin. Eso fue probablemente más información de la que necesitabas. Y tal vez más
de una invitación de lo que querías. Pero la oferta se mantiene. Alquilamos un par de cabañas
en Breckenridge y se las arregla para ser ligeramente ruidoso pero también súper relajado".
Cody dejó de asentir y sonrió, aunque era una de esas sonrisas que no revelan nada.
"Gracias por la invitación. ¿Está bien si te lo hago saber?”
"Por supuesto".
Si Cody estaba considerando decir que sí, significaba que ella no tenía ya planes
definitivos. Le hizo preguntarse sobre la situación familiar de Cody más allá de su ausente
ex-esposa. Ella quería preguntar, pero no parecía el momento adecuado. Y como ya se había
metido el pie en la boca más de una vez esta noche, tal vez debería dejar de hacerlo mientras
se adelantaba.
"Supongo que debería ir a casa".
Cody parecía decepcionada, lo que no debería haberla hecho sentir mejor pero lo
hizo.
"Sí. Siento que las cosas se hayan torcido esta noche".
"Deja de disculparte. No lo han hecho. Al menos no realmente". Sólo porque su libido

estaba teniendo un día de campo y ella no tenía ninguna perspectiva de alivio en el
horizonte.
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"No tienes que decir eso".
"Bueno, si lo hizo, fue tanto por mi culpa como por la tuya".
Mantuvo su tono ligero, optando por la autocrítica sobre el autodesprecio.
"¿Qué tal si lo dejamos a mano?"
"Me gustaría".
Tanto como a ella le gustaría volver a besarse y fingir que eran una pareja normal con
una química increíble.
"Entonces es un trato hecho".
Cody extendió su mano. Le recordó a su primera, cita, cuando acordaron ser

compañeras sentimentales como si fuera un acuerdo de negocios. No se habían dado un
apretón de manos entonces, pero tal vez deberían haberlo hecho. Ella tomó la mano de
Cody, pero en lugar de estrecharla, Cody la llevó a sus labios. Entonces aprovechó la conexión
para acercar a Jess y besarla de verdad. Fue fácil, demasiado fácil, hundirse en Cody. El calor
y la fuerza de su cuerpo, la forma en que se volvió confiada y segura una vez que empezaron
a a besarse. Y los besos en sí. Dios, Cody era buena besando. Ella podría perder horas
besando a Cody y no lamentar ni un solo segundo. Como para probar el punto, cuando Cody
se apartó, ella gimió.
"Lo siento", dijo Cody.
"¿Lo sientes?"
"Sí. Dijiste que querías ir a casa y aquí te tengo como rehén".
Lo primero que pensó fue que Cody podía tenerla como rehén en cualquier momento
que quisiera.
Pero como ya se había metido en problemas por ser demasiado atrevida, se
conformó con un "me costaría quejarme".
"Es bueno saberlo".
Cody la acompañó hasta la puerta, metiendo las manos en los bolsillos mientras Jess
se ponía los zapatos y el abrigo, como un recordatorio de mantener sus manos para ella
misma. Eso hizo que Jess sonriera, aunque las preguntas y las preocupaciones y un montón
de anhelo reprimido se arremolinaban en su mente.
"Te enviaré un mensaje para que volvamos a juntarnos de nuevo?"
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"No si yo te mando un mensaje primero".
El comentario, con toda su cursilería, alivió parte de la preocupación. Pero no hizo

mella en lo mucho que quería a Cody. Quería que Cody la besara de nuevo. Quería saber si
Cody hacía otras cosas tan bien como besar. Ella se rio, más de sí misma que de la frase.
"Es muy amable por tu parte seguirme la corriente".
"¿Eh?"
Cody inclinó la cabeza. "Sé que ha sido una respuesta totalmente tonta. Dije que era
que era agradable que me siguieras la corriente".
Sí, claro. Seguirle la corriente. Eso es lo que Jess había estado haciendo. "Eres linda".
Los ojos de Cody se entrecerraron ligeramente. "¿Gracias?"
Eso hizo que se riera en serio. "Lo digo en serio. Ahora me voy a ir antes de que
empiece a enrollarme contigo otra vez".
"Bien." La cara de desamparo de Cody era tan sutil como la de Ben.
Jess recogió su bolso y apretó un rápido beso en la boca de Cody.
"Buenas noches".
Cody abrió la puerta y Jess salió al pequeño porche.
¿Hey Jess?"
¿Por qué Cody tenía que ir y hacer que su nombre sonara tan jodidamente sexy?
"¿Sí?"
"¿Me mandas un mensaje cuando llegues a casa?"
Podría haberse burlado de Cody por una petición tan protectora y paternal. Pero la
verdad es que lo encontró dulce.
"Lo haré".
Cody asintió, como si supiera la trayectoria de sus pensamientos.
99
"Buenas noches".
Le hizo un gesto de despedida y se dirigió a su coche. Por supuesto, Cody esperó a

que ella encendiera el motor y retrocediera por el camino para cerrar la puerta. Ella y Cody
no llevaban ni media docena de citas y ya tenía todo tipo de sentimientos que no tenía por
qué sentir. Y si esta noche era algo, Cody no estaba ni cerca de estar en la misma página.
Lamentablemente, su historial de querer más de lo que podía tener se mantenía
estable: relación real o arreglada no importa cual.
100
Capítulo Doce
“Un verdadero traje de astronauta". Ben corrió directamente hacia la vitrina. Se
quedó mirando el mirando el traje, con la boca abierta durante un largo segundo, y luego
giró en un círculo antes de aterrizar en su siguiente objetivo.
"¡Y una nave espacial!"
"Ese es el Módulo Lunar del que estábamos leyendo. Ooh, mira, podemos mirar
dentro. Qué bien". Jess siguió los pasos de Ben, dirigiéndose a lo que Cody también habría
llamado una nave espacial.
Durante meses, Ben la había acosado para que viera astronautas de verdad. Después
de Después de leer "El Ratonero" con Jess, sus ruegos se habían intensificado.
La Fundación del Espacio, a una hora en coche de Denver, era lo más cercano que
Cody podría llegar a satisfacerlo, y tan pronto como ella le había mostrado la página web,
insistió en que Jess también querría ir. Había trabajado en convencer a Cody durante dos
días antes de que finalmente cediera y enviara un mensaje a Jess con una invitación.
Para su sorpresa, Jess aceptó al instante, dejándola con una semana de preocupación
por si era una buena idea. El viaje había estado lleno de conversaciones sobre el espacio -la
mayoría de ellas de Jess- y cuando llegaron a la Fundación Espacial, su entusiasmo no hizo
más que aumentar. Pero incluso ahora se preguntaba si Jess tenía alguna idea de lo que
realmente le esperaba, pasar el día con una enérgica niño de cinco años. Al menos parecía
realmente entusiasmada con la parte del espacio.
Cody se dirigió al Módulo Lunar justo cuando Jess se inclinó sobre la cuerda diseñada
para evitar que los niños se suban a él.
"Si haces sonar una alarma, Voy a reírme a carcajadas".
"No voy a hacer saltar la alarma, pero mira esto". Jess señaló un panel de
instrumentos. "Estos paneles se abren y el tren de aterrizaje sale por aquí. Es tan cool que
podamos mirar dentro. ¿Puedes imaginar esta cosa aterrizando en la luna?"
"La verdad es que no. Pero honestamente, todavía estoy tratando de acostumbrarme
a la idea de que eres como un nerd del espacio. Por cierto, me encanta que uses la palabra
cool".
Jess ladeó la cabeza. "¿Un químico atmosférico me llama nerd?"
"Bueno, siempre supe que eras una nerd, pero tú parecías una chica genial".
"Lo que sea. Soy cool. De todos modos, Ben lo entiende". Jess escaneó el área, su
frente arrugada con preocupación. "Estaba justo aquí".
101
Señaló un simulador de explosión de cohetes adyacente al módulo lunar donde Ben

estaba ocupado presionando todos los botones a la vez. Las luces se encendieron en la pared
frente a él, seguidas del estruendo grabado de un cohete.
"Si pasas tiempo con gente pequeña, adquieres una visión periférica increíble".
"Maldita sea, se mueve rápido".
"Sí. ¿Quieres descansar un rato?" Señaló con la cabeza un banco en medio de la

habitación. "Puedo perseguirlo si quieres un respiro".
"De ninguna manera. Esto es lo más divertido que he tenido en semanas".
Cody se preguntó si eso era cierto o si Jess sólo estaba tratando de demostrar que
podía seguir el ritmo. Jess no le dio la oportunidad de preguntar. Se dirigió directamente a
los cohetes y le pidió a Ben que le enseñara a manejar el simulador. Unos minutos después,
volvieron al módulo lunar, pero esta vez subieron a una plataforma para tener una mejor
vista de la estación de trabajo de los astronautas. Cody tomó una foto mientras ambos
presionaban sus rostros contra el plexiglás para ver el interior.
"¿Había astronautas de verdad ahí dentro?" preguntó Ben. "¿Dónde dormían? No

hay camas".
"No hay camas. Esta era la escotilla de acoplamiento". Jess dio un paso atrás para leer
una placa al lado del módulo.
"¿Pero dónde dormían? ¿Y dónde iban a orinar? ¿Podemos ver esa parte?"
Jess negó con la cabeza. "Ojalá. ¿Sabes qué más deseo? Que pudiéramos ir a la luna".
"Yo querría un baño. Y una cama".
Sin inmutarse, Jess continuó. "¿Encontraste dónde sale el tren de aterrizaje?”

Ben negó con la cabeza. "¿Ves dónde está tu madre?"
Cody levantó la mano y saludó.
"Donde ella está parada sería la luna. El tren de aterrizaje sale aquí". Ella señaló y él
asintió, con la boca abierta. "¿Y ves este pequeño compartimento de aquí?"
Ben entrecerró los ojos en la dirección que Jess estaba señalando.
"¿Sí?"
102
"Ese es el panel de control. Uno de los astronautas se paró justo ahí cuando esta cosa
aterrizó en la luna y se aseguró de que la escotilla se abriera en el momento. Un momento
demasiado tarde y se habrían estrellado. ¿Puedes imaginar lo que debe haber sentido?"
"Apuesto a que estaba lleno de baches". Ben deslizó su mano en la de Jess. El simple
gesto fue suficiente para enviar el corazón de Cody a la luna.
"Tal vez. O tal vez se sintió como aterrizar en almohadas porque no hay tanta
gravedad en la luna". Jess miró la fotografía de la superficie lunar superficie de la luna que
colgaba sobre la pantalla. "Sería tan genial caminar por ahí arriba”.
"No caminaría. Saltaría".
Ben dio un salto tentativo, luego comprobó si ella le decía que se detuviera. Cuando
no lo hizo, volvió a saltar y la plataforma en la que se encontraban golpeó ruidosamente
contra la barandilla de metal.
"Puedes saltar. Yo bailaría". Jess giró en un círculo, todavía sosteniendo la mano de

Ben y llevándolo a saltos con ella.
"Yo saltaría y bailaría", dijo Ben.
La plataforma traqueteó más y Cody se preguntó si algún conservador del espacio iba
a aparecer para regañarles. Pero no pudo evitar sonreír ante la escena. Después de un
momento, Jess dejó de bailar y se inclinó para ponerse a la altura de Ben.
"Seríamos los mejores astronautas". Su rostro se sonrojó y una sonrisa de oreja a

oreja. "Pero será mejor que dejemos de saltar y bailar o uno de los guardias vendrá y nos
echará de aquí".
Ben miró a su alrededor en busca de un guardia que se acercaba.

"Eh, ¿qué es eso?" Él sacó la barbilla en lo que parecía una gran caja blanca apoyada
en metal zancos de metal.
"Eso es un Mars Viking Lander. Olvídate de la luna, ese pequeño aterrizó en Marte".
"¿En serio?"
"¿Quieres comprobarlo?"
Jess no necesitaba preguntar. Ben ya estaba a mitad de camino por las escaleras.
Mientras los dos iban a ver el Viking Lander, Cody se quedó atrás junto al módulo lunar.
Claramente Jess había tomado en serio su interés por el espacio. Lo que más sorprendió a
Cody, sin embargo, fue que realmente parecía gustarle pasar tiempo con Ben.
103
El Mars Lander no mantuvo el interés de Ben por mucho tiempo, pero Jess se quedó
leyendo todos los carteles después de que Ben volviera a los cohetes.
Cody se acercó y golpeó la cadera de Jess.
"Hola, chica del espacio".
"Hola, a ti también". Jess no levantó la vista. Leyó una sección en voz alta del cartel
a su lado sobre el aterrizaje en Marte y luego sacudió la cabeza. "Todavía me sorprende que
hayamos tomado fotografías en Marte. Quiero decir que…piensa en ello. Marte".
"Estoy tratando de pensar en ello, pero estoy distraída por otra cosa".
"¿Qué cosa?" Las cejas de Jess se juntaron.
"No por algo, en realidad. Alguien".
"¿Alguien más interesante que Marte?" Jess se cruzó de brazos, pero tenía una
sonrisa en sus labios.
"Sí. Y se vuelve más interesante y más sexy, cuanto más la conozco".
"Hmm. Será mejor que tengas cuidado. Podría ser una chica genial".
Cody se rio. "Lo es. Pero por alguna razón ha decidido pasar el rato conmigo, una nerd
total".
"Más vale que tengas cuidado. Parece que tiene problemas". Jess deslizó su brazo
alrededor de la cintura de Cody. "¿Hay alguna posibilidad de que podamos convencer a Ben
de ver el espectáculo del planetario?"
"No creo que tengas ningún problema para convencerlo".

Cody echó una mirada rápida a Ben, asegurándose de que seguía embelesado con los
cohetes.
"¿Sería totalmente inapropiado que te besara aquí?"
"Totalmente". Jess entrecerró los ojos. "Además, las cosas buenas llegan a aquellos
que esperan, y el espectáculo del planetario comienza en cinco minutos. Deberíamos
ponernos en la cola ahora para conseguir buenos asientos".
***
Ben se quedó dormido poco después de que entraran en la autopista. Después del
espectáculo del planetario, habían ido a un parque cercano con una zona de juegos para que
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Ben pudiera desahogarse antes del viaje. Le pareció una buena idea y Cody había empacado
un picnic, anticipando que sería más fácil que enfrentarse a un restaurante con un niño
bullicioso, pero había hecho viento y frío.
Durante la mayor parte de la hora que pasaron allí, Cody y Jess se acurrucaron bajo
una manta de picnic tratando de no congelarse mientras comían sándwiches mientras Ben
rebotaba entre ellas y los columpios. En otras circunstancias, la manta de picnic habría sido
dulce y tal vez incluso sexy. Pero Ben se quedó cerca manteniendo un ojo sobre ellos incluso
mientras daba vueltas al patio de recreo, y luego se dejaba caer literalmente sobre ellas cada
vez que se tomaba un descanso.
El otro problema era que Jess parecía distante desde el espectáculo del planetario en
el que Ben insistió en sentarse entre ellas. Supuso que Jess ya no se divertía, pero no quería
preguntar. Si el problema era que Jess quería un día de relax sin un niño, no debería haber
aceptado la excursión. Por otra parte, Cody probablemente podría haber hecho un mejor
trabajo advirtiéndole exactamente lo que implicaría cuando la había invitado.
En cualquier caso, esperaba que tuvieran tiempo para hablar en el coche. Sólo que
ahora que lo tenían, Jess no parecía interesada. Si era por el tema de los niños, Cody deseaba
que ella lo dijera. Por mucho que lo odiara, tenía experiencia en ese departamento. Con
alguien que pensaba que un niño sería divertido y luego cambiar de opinión. Puede que aún
esté resentida con Anastasia por haber tomado esa decisión, pero no envidiaría a Jess.
Debería haber puesto límites claros desde el principio, pero parecía demasiado tarde.
Por mucho que pensara que podía mantener sus citas separadas de su vida con Ben, se dio
cuenta de que había hecho un trabajo terrible. Probablemente no habría funcionado de
todos modos. Ser madre era parte de lo que ella era.
No podía fingir lo contrario. Más que eso, después de ver a Jess y Ben bailando juntos
y fingiendo que estaban en la luna, se dio cuenta de cuánto quería que Ben le gustara a la
persona con la que salía.
Para ser justos, Jess realmente lo parecía. Pero ella no se había apuntado a una
instafamilia. Y aún no habían tenido sexo. Cuanto más consideraba Cody la situación en la
que había puesto a Jess, peor se sentía. Tal vez tenía que ofrecerle una salida.
Cuando por fin dejaron atrás el tráfico en Colorado Springs y aceleraron, echó un
vistazo a Jess. Ella estaba mirando por la ventana a los campos que pasaban, largas
extensiones de pastos intercalados con racimos de vacas y una granja ocasional.
"¿Debo preguntar qué pasa?"
La mirada de Jess pasó de la ventana a Cody. "¿Qué quieres decir? No pasa nada".
"¿Segur? Has estado muy callada durante la última hora".
Jess respiró profundamente y lo dejó salir lentamente. "Lo siento. He estado

pensando. Hoy me ha hecho pensar mucho".
"No hace falta que te disculpes. De hecho, creo que tal vez tengo que disculparme".
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Jess inclinó la cabeza. "¿Por qué?"
"Bueno..." Ella miró su espejo retrovisor para asegurarse de que Ben todavía estaba
durmiendo la siesta. "Renunciaste a un día entero para tener una aventura con un niño. Estoy
bastante segura de que las esposas no suelen incluir eso".
"Hoy fue increíble. Me ha encantado todo. Y me encantó que tú y Ben me incluyeran".

Jess hizo una pausa y levantó un hombro. "También me encanta lo mucho que le gusto".
Sintió una oleada de alivio. Jess no quería salirse de su acuerdo, al menos no por Ben.
"Está muy enamorado".
Jess sonrió. "Lo sé. Es como tú, es fácil saber exactamente lo que estás pensando".
"Bien, entonces tal vez ayúdame y dime en qué has estado pensando ya que no eres
obvia y el resto de nosotros no somos lectores de mentes".
Jess suspiró. "Opciones de vida. Ya sabes, caminos no transitados y ese tipo de cosas".
"¿Arrepentimientos?"
Jess levantó un hombro. "¿Tal vez?" Sacudió la cabeza. "No, no creo que sea un
arrepentimiento. Soy feliz. Me gustan las decisiones que he tomado".
Cody esperó, sintiendo que Jess ofrecería más si no presionaba. Pero ella sabía todo
acerca de lamentar las cosas incluso siendo feliz. Lo suficientemente feliz.
"Suspendí química orgánica. Dos veces". Jess se movió en su asiento, girándose para
mirar a Cody. "Como que odio admitir eso a un químico atmosférico".
"La química orgánica es difícil. No te castigues por ello. Supongo que era un curso
obligatorio para algo que querías hacer".
"Quería obtener un título en astronomía. Cuando tenía diez años, mi abuelo me

regaló un telescopio por mi cumpleaños. El mejor regalo de la historia. Me pasaba horas
mirando las estrellas y tratando de distinguir todos los planetas. Pensaba que algún día que
algún día trabajaría para la NASA". Suspiró. "Entonces llegó la química. No tuve ningún
problema en física. O el cálculo, pero la química era como mi criptonita. Así que en mi tercer
año de universidad me replanteé mi vida. Estaba saliendo con una profesora de inglés y me
decidí por el periodismo. Pensé en hacer un reportaje de investigación para el New York
Times. Eso tampoco sucedió".
"Espera. ¿Salías con una profesora de inglés?"
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Jess sonrió. "Resulta que me gustan los profesores".
"Sí, ¿pero eras estudiante?"
"Era una profesora novata. Sólo tenía veintiocho años. Y yo tenía veintiuno. Así que
no es tan escandaloso como parece, pero sí, fue un error. De todos modos, resultó que lo
único que quería era hablar de poesía. No me malinterpretes, me gusta la poesía. Pero a los
veintiún años quería hacer algo más que hablar".
"¿Había algo mejor que sus labios podrían haber estado haciendo?" Cody guiñó un
ojo.
"Exactamente. ¿Quieres saber lo peor? Ella era terrible en los besos y no le gustaba
mucho el sexo". Las mejillas de Jess se colorearon con un toque de rubor. "Eso me hace
parecer horrible, ¿no?"
Cody se rio. "Ser bueno para besar es importante".
"Ella también estaba muy buena. Fue una pena".
"Salí con alguien así una vez. No duró mucho".
"Gracias por hacerme sentir menos superficial". Jess se rio. "La verdad es que estoy
muy contenta con las decisiones que he tomado. Me encanta mi trabajo secundario
enseñando barre, también, pero me pregunto cómo habrían resultado las cosas si hubiera
aprobado química orgánica".
"Lástima que no me tuvieras como tutor. Me habría asegurado de que aprobaras".
"Bueno, definitivamente habría estudiado mucho". Jess miró en el asiento trasero.

"Es muy guapo cuando duerme".
Ella registró el cambio de conversación pero no comentó nada. "Es guapo todo el
tiempo. Y mucho trabajo. ¿Seguro que hoy no ha sido demasiado?"
"No. Para nada. Me encantan los niños y tú tienes uno muy bueno". Hizo una pausa.
"Yo sólo que no había tenido un día como éste en mucho tiempo".
"¿Qué quieres decir?"
Jess dudó. "Un día que me hizo dar un paso atrás y pensar en mi vida. Darme cuenta
de lo que tengo. Y de lo que quiero".
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Cody esperó a que Jess continuara, pero esta vez no lo hizo. Su mano se posó en el
muslo de Cody, pero su mirada se desvió hacia la ventana y la vista que pasaba. Después de
un momento de idas y venidas, Cody decidió mantener las cosas ligeras.
Es sexo?"
Los ojos de Jess se arrugaron con su sonrisa. "Eso es definitivamente parte de ello".
Su mano se acercó más al muslo de Cody. "¿Tienes planes para esta noche?"
"Quiero un telescopio", dijo Ben.
Jess retiró su mano y sus ojos se abrieron de par en par. Cody casi se rio de lo rápido
que se puso rígida. "Está bien", dijo ella.
Se encontró con la mirada de Ben en el espejo retrovisor.
"Pensamos que estabas durmiendo ahí atrás, amigo".
"Lo estaba. Me despertaron hablando". Bostezó. "Jess, ¿era tu abuelo un

astronauta?"
"No. Pero le gustan las estrellas casi tanto como a mí".
"¿Todavía está vivo?" La sorpresa de Ben era evidente. "¿Qué edad tiene?"
"Ochenta y nueve y definitivamente sigue vivo".
"No tengo abuelo".
"Bueno, puedes tomar prestado el mío si quieres. Le encantan los niños. Y el espacio.
Y no me importa compartir. En cuanto a los abuelos, es bastante grande".
"Yo no tengo ningún abuelo". Ben sonaba más resignado que triste.
"¿En serio?" Jess miró a Cody, claramente sorprendida.
"Mis padres fallecieron antes de que Ben naciera y los padres de Anastasia... bueno,
es una larga historia".
Jess pareció entender que no quería explicar más. Ella volvió a centrarse en Ben.
"Definitivamente voy a compartir a mi abuelo contigo".
"¿Estará en el Día de Acción de Gracias de tu familia? Tal vez podamos conocerlo

entonces. Si la invitación sigue en pie".
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"La invitación definitivamente sigue en pie. Y el abuelo estará allí. Probablemente

discutiendo con mi padre sobre cómo trinchar un pavo". Jess hizo una pausa. "No estaba
segura de si realmente estabas considerando venir".
Ella había dudado, pero eso parecía una tontería, teniendo todo en cuenta .
"Normalmente, nos juntamos con algunos colegas para Acción de Gracias, pero estoy
segura de que no les importará que nos saltemos este año".
"Entonces deberían venir a Breckenridge. Me encantaría que conocieran a toda mi

familia".
"¿Qué te parece, Ben? ¿Quieres ir a conocer al abuelo de Jess?"
"¡Sí!" Dio una palmada.
"Entonces creo que está decidido". Miró a Jess. "Gracias por la invitación. Nos
encantaría venir".
"Llevaré mi telescopio".
¿Era raro planear un viaje antes de que se acostaran? Tal vez, pero eso no era lo único
que hacía que la relación diferente de cualquier otra que había tenido. Cody se relajó y se
concentró en la carretera mientras Jess le explicaba a Ben lo que podrían ver con el
telescopio. Afortunadamente, lo diferente era también algo bueno para Jess.
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Capítulo Trece
“No lo entiendo".
Jess se pellizcó el puente de la nariz, deseando no haber decidido llamar a su madre

desde el trabajo.
"Sabes que he estado viendo a Cody. Ella y su hijo no tienen mucha familia. Los invité
a unirse a nosotros. No es ciencia de cohetes".
Mencionar la ciencia de los cohetes hizo que su mente volviera a pensar en el día que
pasó con Cody y Ben en la Fundación del Espacio. El entusiasmo contagioso de Ben . Su propia
alegría de nerd. La genuina diversión de Cody sobre todo el asunto, seguido por el suave
empuje para abrirse y hablar de sus sentimientos. Casi lo último que esperaba en términos
de una cita, y sin embargo uno de los días más perfectos que había tenido en mucho tiempo.
Aunque, ¿contaba cómo una cita si Ben estaba con ellos todo el tiempo? Y si lo era,
¿cómo demonios se suponía que iba a escribir sobre ello?
"Jessica".
"¿Qué?" Normalmente, mamá sólo usaba su nombre completo si estaba en

problemas.
"Te hice una pregunta".
Mierda. "Lo siento. ¿Qué?"
"¿Me estás llamando desde el trabajo? ¿Multitarea?" Mamá ni siquiera trató de

ocultar el tufillo de desdén. "¿Qué te he dicho de la multitarea?".
"Que en realidad no es una cosa y que dar a dos cosas la mitad de tu atención significa
que probablemente estás haciendo las dos cosas mal". Mamá tenía sentimientos muy
fuertes y muy antiguos sobre el asunto.
"Entonces deja de hacer clic en tu correo electrónico o llámame cuando seas capaz
de tener una conversación real".
Estaban lo suficientemente cerca como para que Jess se riera en lugar de ofenderse.
"Lo siento, lo siento. No estaba respondiendo al correo electrónico, lo prometo. Mi

mente divagaba es todo".
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Mamá olfateó de nuevo, claramente no convencida.
"Pregunté si Cody era la persona con la que sales por trabajo. ¿Cody es Carrie?"
Ella suspiró. Su madre, la mayor fan de su columna y de casi todo lo que había escrito,
ya sabía la respuesta. Había cambiado el nombre de Cody y suficientes detalles para proteger
su privacidad, pero no era como si estuviera saliendo con varias personas. Ciertamente no
con múltiples personas que resultaban ser padres solteros.
"Ella es."
"Bueno, entonces, eso es lo que no entiendo. No me malinterpretes. Estaríamos

encantados de que trajeras a casa a alguien con quien sales. El Señor sabe que ha pasado un
tiempo. Pero ¿por qué lo harías con alguien que sabes que vas a romper?"
"Es complicado".
Ella sabía que no se saldría con la suya, pero pensó que le daría tiempo para inventar
algo más convincente.
"¿Te da pena? ¿Es eso?" A pesar de la naturaleza inquisitiva de la pregunta, el tono

de mamá...ya se había suavizado. "Estoy segura de que es difícil si ella no tiene mucha
familia".
"No es eso".
Aunque, para ser sinceros, la declaración de Ben sobre no tener abuelos y la mirada
en los ojos de Cody mientras ella le explicaba, había derretido su corazón en una sopa.
"Me gusta Cody. Me gusta su hijo casi tanto. Y tal vez sólo estemos saliendo por
conveniencia, pero creo que tal vez podamos seguir siendo amigas después. Pasar tiempo
con ellos es bueno para mí. Y me gusta pensar que yo también podría ser buena para ellos".
Los segundos pasaron y mamá no dijo nada. Jess golpeó sus dedos en su escritorio
arrítmicamente, ganándose una mirada de Silpa. Ella se detuvo.
"¿Estás desarrollando sentimientos por ella?"
Era una pregunta más suave que la que se merecía -sobre si se estaba enamorando
de Cody, pero aterrizó en su pecho casi con el mismo impacto.
"Quiero decir, realmente no hago nada sin sentimientos. No es así como me criaste".
En lugar de sacarla del apuro, el cumplido de la crianza le valió unos cuantos golpes.
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Una mejora de los olfateos, sin embargo, así que había eso.
"Hablo en serio, mamá".
Los tuts dieron paso a un suspiro. "Sabes que me encanta tu gran y tierno corazón".
Jess exhaló un suspiro y miró al techo.
"Pero no mi tendencia a tirarme de cabeza sin comprobar si el agua es lo

suficientemente profunda".
Era una metáfora de su vida, pero también un error que había cometido literalmente
de niña. Afortunadamente, el diente que se había arrancado aquella vez era un diente de
leche. Había aprendido la lección cuando se trataba de nadar. Los asuntos del corazón eran
una criatura diferente.
"¿Crees que Cody siente lo mismo?"
A pesar de preguntarse lo mismo casi cada hora, ella dijo
"Es un poco pronto para ir por ahí. Llevamos saliendo menos de un mes".
"¿Y el niño pequeño? ¿Cómo se llama?"
“Ben". El solo hecho de mencionarlo la hizo sonreír. Probablemente una sonrisa

tonta. O al menos una sonrisa sentimental. Pero mamá no necesitaba saber eso. "Es genial.
No es exactamente lo que tenía en mente para este proyecto, pero realmente me gusta
pasar tiempo con él".
"Estoy segura de que él también te adora. Tienes un talento natural con los niños.
Pero eso significa que hay un tercer corazón en juego en todo este asunto".
La pregunta de Ben sobre si se iba a casar con Cody seguía dando vueltas en su mente.
No es que hubiera una posibilidad en el infierno de que ella compartiera esa historia ahora.
"Él cree que somos amigas".
"Amigas".
"Que se besan".
El absurdo pareció romper algo de la tensión porque mamá se rio.
"Por supuesto".
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"No es una mentira". De verdad, de verdad que no lo era.
"¿Qué debo decirle a tu padre?"
Se mostró igual de comprensivo pero hizo valer la prerrogativa de papá cuando se

trataba de no leer su columna. También conocido como, cuando se trataba de su vida sexual,
la ignorancia era una bendición. Ella no quería cargarlo con TMI, pero tampoco quería que
él se encariñara demasiado.
"Dile que estamos saliendo pero con el acuerdo de mantenerlo a la ligera. Y que estoy
escribiendo sobre ello".
"De acuerdo, querida".
"Sabes que suenas como la abuela cuando dices eso".
Mamá no perdió el ritmo. "Ahora soy una abuela".
Un hecho que la ayudó a evitar la presión de reproducirse. Si sólo pudiera extender

eso a la presión de encontrar al elegido y vivir feliz para siempre.
"Tienes razón. ¿Vas a empezar a tejer también?"
"No en tu vida. ¿Esquía Cody?"
Huh. "Sabes, no lo sé".
"Bueno, asegúrate de preguntarle. Si no tiene su propio par, averigua qué talla tiene.
Puede que tengamos algunos que le sirvan".
A medida que los miembros de su familia iban dejando de usar el equipo de esquí, ya
sea por su tamaño o por su habilidad, el garaje de sus padres se había convertido en un
almacén de lo que pudiera necesitar.
"Gracias, mamá".
"Tenemos muchas ganas de verte". Mamá hizo una pausa. "Y conocer a Cody". Pausa.
"Y a Ben".
"Va a ser genial. No te preocupes". Aunque, incluso mientras lo decía, su propia

aprensión subió unos cuantos puntos.
"Lo será. Cuanto más, mejor. Te quiero, cariño".
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"Yo también te quiero".
Terminó la llamada y volvió a tamborilear con los dedos. Cuanto más, mejor. Ella
había utilizado esa frase exacta con Cody. Y asegurarse de que todo el mundo tuviera un
buen lugar para ir de vacaciones era parte de la razón por la que la gente se esposaba en
primer lugar, ¿no? Estaría bien. Más que bien. Divertido.
"¿Te importa?" La voz de Silpa perforó la burbuja de sus pensamientos.
"Lo siento, lo siento".
Levantó ambas manos en señal de disculpa pero también para apartarlas de la

superficie de su escritorio.
Silpa puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza, y luego siguió escribiendo. Jess miró
con nostalgia el escritorio vacío de Frida, deseando que volviera de su última excursión.
Cogió un bolígrafo para garabatear un recordatorio para preguntar a Cody si esquiaba. Luego
se dirigió a su ordenador. No duró ni treinta segundos antes de agarrar su teléfono una vez
más.
Tengo que decirte algo.
Presionó el botón de enviar y comenzó el texto de seguimiento, pero Cody respondió
antes de que pudiera escribirlo.
¿Qué te pasa? ¿Te encuentras bien?
La preocupación inmediata de Cody la hizo sentirse mal y al mismo tiempo sonreír.
Cortó su mensaje más largo en curso para ofrecer garantías y disculpas.
No, lo siento. Te juro que no siempre fui tan alarmista. Seguido de por, estoy
mintiendo. Siempre he sido una alarmista :)
Ahora sonreía de verdad. Pegó el mensaje parcial que había comenzado y terminó el
pensamiento.
No estoy segura de haber revelado completamente la cantidad de familia grande,
alborotada, entrometida y ruidosa a la que te estabas apuntando. Debería permitirte tomar
una decisión informada.
Cody no respondió inmediatamente, así que trató de dirigir su atención a su columna.
La que había empezado al menos media docena de veces. Estaba el borrador en el que
cuestionaba sus elecciones de vida. En la que reflexionaba sobre convertirse en madre. Ah,
y en el que admitió que deseaba una a pesar de su propio cansancio, una fecha de entrega
inminente, y la clase temprana de Cody al día siguiente. Ninguna de ellas era correcta. La
última era la más cercana, pero se sentía como una trampa para centrarse en el sexo que no
tuvo después de pasar el día con Cody y Ben. Cerró los ojos y trató de canalizar ¿Qué haría
Donna?
Antes de que se le ocurriera alguna respuesta, su teléfono sonó.
¿Es esa tu manera educada de rescindir la invitación?
Jess se encogió y tecleó furiosamente.
No, no, no. Enviar. De ninguna manera. Enviar. Acabo de hablar por teléfono con mi
madre. Enviar. Ella está muy ansiosa por conocerte. Enviar.
114
Cody respondió con un emoji sonriente y los puntos parpadeantes prometiendo una
respuesta más completa.
No estoy segura de sí debería estar emocionada o preocupada por esta última parte,
pero confieso que mi sentimiento general es de emoción. Nunca llegamos a hacer grandes
vacaciones familiares. Así que, mientras estés segura, seguimos siendo un sí.
La sensación que se extendía por Jess en ese momento se parecía al alivio, pero
estaba teñida de emoción. Podría ser una idea terrible, pero ella quería pasar Acción de
Gracias con Cody y Ben. Más aún, quería presentarles a su familia. Al abuelo, por supuesto,
pero a todos: a la abuela, a sus padres y hermanos, sus sobrinas y sobrinos.
¿Hay alguna posibilidad de que estés libre para comer?
Parpadeó ante la pantalla, tratando de registrar el significado.
¿Hoy?
LOL. Sí. Me han cancelado una reunión y tengo dos horas mágicas para mí mismo.
Entonces, probablemente estés ocupada pero pensé en preguntar.
Ocupado era un término relativo. ¿Tenía una columna para dentro de veinticuatro
horas? Sí. ¿Le había prometido a Donna una columna extra que podría ser escondida detrás
del muro de pago? Sí. Pero ver a Cody sonaba como una forma mejor manera de pasar su
tiempo. Y, técnicamente, pasar tiempo con Cody cuenta como trabajo. Ella envió un sí,
completo con un signo de exclamación, y una oferta de quedar más cerca del campus para
tener más tiempo. Mientras esperaba que Cody le sugiriera un lugar, volvió a mirar su
borrador más reciente:
...Después de la excursión más perfectamente nerd de la historia, nos detuvimos en el
parque para hacer un picnic y jugar. Bueno, juego de niños. Carrie y yo nos acurrucamos bajo
una manta y tratamos de mantenernos calientes.
¿Está mal querer hacerlo con alguien bajo una manta en un parque público? Es
discutible. Pero quererlo mientras el hijo de la otra persona correteando a unos metros de
distancia no es lo ideal. El pseudo acurrucamiento fue agradable, aunque me dejó con ganas.
Es difícil volver a casa a mi apartamento vacío y una cama aún más vacía.
Todavía con ganas, lectores. Todavía con ganas.
No todo fue malo. Dejó escapar un suspiro y puso el ordenador a dormir.
Tal vez una cita improvisada para almorzar le serviría tanto de inspiración como de
distracción. Al igual que invitar a Cody a Acción de Gracias con su familia, era una decisión
periodística acertada. ¿No es cierto? Sí.
115
Capítulo Catorce
Cody se enderezó cuando Jess se acercó a la acera. Su pulso se aceleró y su libido se

disparó en el momento en que Jess se bajó. Calma. Es sólo una cita para comer. Pero maldita
sea si Jess no estaba preciosa de nuevo. Dejó que sus ojos se detuvieran en las curvas que
resaltaban los ajustados vaqueros de Jess.
Ella estaba buscando sus llaves en su bolso, y en lo que respecta a Cody, ella podía
tomarse su tiempo. Si tan sólo pudieran saltarse el almuerzo y explorar el asiento trasero del
coche de Jess. No es que quisiera que su primera incursión fuera en un Mini Cooper estrecho,
pero aun así. Su cuerpo se estaba impacientando. Jess finalmente encontró el llavero, pulsó
el botón de cierre y salió a la acera.
"Gracias por guardarme un sitio".
"No hay problema".
Jess no necesitaba saber cuántos coches había tenido que ahuyentar para mantener
el lugar para ella. Jess besó la mejilla de Cody y cruzo los brazos.
"Me encanta que me hayas sacado de mi oficina en un jueves aburrido. Entremos.

Hace mucho frío aquí fuera".
Una ráfaga de aire caliente los recibió cuando Cody abrió la puerta. El bistró olía a
sopa de tomate -el especial del día según la pizarra en la sala de espera y a pepinillos. Era
una combinación extraña pero que hizo que el estómago de Cody rugiera.
"¿Dos para comer?"
Cody asintió al camarero.
"Sígueme".
Jess desenganchó su brazo pero atrapó la mano de Cody. El calor se extendió a través
de ella por el contacto. Unos cuantos comensales les miraron al pasar, pero Jess no se soltó.
En esta parte de la ciudad, dos mujeres en una cita no era una anomalía, y Cody estaba
noventa por ciento seguro de que el veinteañero guapo servidor al que seguían también era
gay. Sin embargo. Cody no culpó a nadie por mirar. Si no conociera a Jess, también habría
mirado... probablemente de forma incómoda.
Cuando se sentaron y el camarero se fue a por agua, Jess se aclaró su garganta.
"Hay algo en lo que he estado pensando".
116
"Uh-oh. Sabes que no es la primera vez que empiezas una de nuestras citas con una
frase como esa. Esta vez no me siento tan nerviosa, pero creo que será mejor que me digas
qué es antes de que me decida por la sopa del día o por una ensalada del club".
"Sexo. Quiero acostarme contigo".
"Oh, ¿sólo eso?" Cody levantó el menú, fingiendo estudiarlo atentamente.
"En ese caso, voy con la sopa".
Jess se acercó a la mesa y empujó el menú de Cody hacia abajo, una sonrisa jugando
en sus labios.
"Muy graciosa. Pero esto es serio. Tenemos que hablar de cómo va a funcionar.
Porque me estoy volviendo loca aquí. Y puedo decir que no soy la única. Me diste una mirada
afuera que me tiene tan caliente y perturbada, que ya ni siquiera tengo hambre".
"¿Cómo de grande es el asiento trasero de tu coche?"
"No es lo suficientemente grande. Espera, ¿pensabas besarte en el asiento trasero de

mi coche cuando me estabas esperando?" Jess movió el dedo mientras Cody se rio. "Me
pareció que tenías una mirada culpable cuando te besé la mejilla".
"Es posible que lo haya considerado". No tiene sentido discutir. "Pero no quiero que
nuestra primera vez sea en un coche".
"Bien. Yo tampoco. Entonces, ¿cómo funciona esto? ¿Lo programamos? Porque tiene
que ocurrir".
"¿O si no?"
Cody sonrió. La insistencia de Jess era una mezcla de sexy como el infierno y
entrañable. Era incluso mejor que estuviera dispuesta a discutirlo todo en público -no que
nadie estuviera escuchando.
"O bien esto".
Jess se levantó, se inclinó sobre la mesa, y plantó un enorme beso en los labios de
Cody. Cuando Cody comenzó a retirarse, sabiendo que iban a tener a la gente boquiabierta,
Jess cogió la parte delantera de su camisa y la atrajo para darle un nuevo beso. Entonces se
olvidó de los otros comensales, separando sus labios mientras Jess los profundizaba.
Dios, ella quería más que un beso. La boca de Jess tenía todo su cuerpo en llamas.
¿Podrían salir del restaurante ahora mismo? Olvídate del coche. Con Ben en la escuela,
117
tendrían la casa para ellas solas. Sin previo aviso, Jess retrocedió y se dejó caer en su asiento,
con una mirada de suficiencia.
"Así que, ¿cómo puedo entrar en tu agenda?"
Cody se rio. Apenas podía creer que Jess fuera de verdad. El camarero volvió a
aparecer.
"¿Están listas para pedir? ¿O debería darles un poco más de tiempo?"
"No necesito más tiempo". Jess le dio al servidor una sonrisa cortés antes de volver a
mirar a Cody. Nada sutil y totalmente sexy. "Tomaré la ensalada club".
"¿Y para ti?" El servidor se volvió hacia Cody. "¿Te gustaría lo que ella tiene?" Bajó la
voz y añadió: "Yo en tu lugar diría que sí".
"Sí, por favor. Y también quiero una taza de la sopa de tomate". Ella le entregó su
menú, sonriendo su agradecimiento.
"En realidad, yo también quiero sopa", añadió Jess.
"Perfecto". Anotó su pedido en su pequeña libreta. "Estoy bastante seguro de que la

mitad del restaurante quiere lo mismo que ustedes dos".
Cody miró a Jess y no pudo evitar una sonrisa.
"Ahora mismo vuelvo con sus sopas". Deslizó el lápiz detrás de su oreja y se embolsó
el cuaderno. "¿O me tomo mi tiempo? Puede que juegue para el otro lado, pero no hay nada
como dos mujeres besándose".
"Vamos, preciosa. Tengo hambre". Jess le hizo un gesto y se fue, riéndose para sí
mismo.
"Bueno, le has alegrado el día a ese tipo", dijo Cody.
"Prefiero alegrarte el día a ti".
Jess ya lo había hecho. Y algo más. "Este es el mejor jueves que he tenido en no sé
cuánto tiempo".
"Podríamos hacerlo aún mejor. ¿Qué vas a hacer después de esto?"
"Tengo que enseñar". Con Jess mirándola de la forma en que lo hacía, y sus propios
labios todavía zumbando por su beso, Cody deseó poder cancelar la clase.
118
Tal y como estaba, no sabía cómo iba a quedarse quieta durante el resto del
almuerzo. "El asiento trasero no es la peor idea".
"¿En medio del centro de Denver? No. Lo último que necesitamos es que alguien nos
haga una foto y la publique en internet. Quiero decir que podría ser bueno para las visitas a
mi columna, pero aun así".
"Ok. Tienes razón". Ella trató de contener su excitación. Desnudar a Jess no iba a
suceder hoy, incluso si encontraban un estacionamiento tranquilo en algún lugar. Pero tenía
ideas de lo que quería hacer con ella. "No suelo estar libre a mitad del día, pero podría hacer
que ocurra. Necesitaría un poco de tiempo para planearlo".
"¿Qué tal una noche en mi casa?"
Cody dudó. Por mucho que quisiera estar de acuerdo, nunca había dejado a Ben solo
con una niñera durante toda una noche. ¿Y si se despertaba y la necesitaba?
"¿O tal vez sería mejor en tu casa por Ben?"
"Sí, pero entonces siempre existe la posibilidad de que se despierte. No sucede a

menudo, pero ¿estarías de acuerdo con eso?"
Ahora era el turno de Jess de dudar. "Quizá no para nuestra primera vez".
Cody lo entendió, pero a medida que sus opciones se reducían, la duda se hizo
presente. Era ridículo que tuvieran que programar su primera vez juntas y, sin embargo, ella
no veía cómo se podía evitar. ¿Cuántas veces habían estado a punto de empezar algo sólo
para tener que dejarlo?
"Podría conseguir una niñera para una noche y en lugar de salir podemos quedarnos
en tu casa. Podríamos pasar mucho tiempo juntas".
Jess asintió lentamente. No parecía emocionada, pero era el compromiso más

plausible. "¿Cuándo?"
"¿La próxima semana?"
Cody deseaba poder ofrecerse esa noche, pero tenía que trabajar en la conferencia
de mañana, y encontrar una niñera de última hora nunca era fácil.
Y el fin de semana estaba agotado. Había prometido revisar los informes de
investigación de sus dos alumnos de último curso y tenía que sacar tiempo en algún
momento para calificar los exámenes que había dado esa mañana. Pero decir que no tenía
tiempo para el sexo no iba a funcionar.
119
"Podríamos ir a lo grande y conseguir una habitación de hotel".
"La semana que viene es Acción de Gracias".
"Oh, claro". Cody dejó caer su mirada a la mesa de madera barnizada.
"¿Así de fácil te rindes? No me imaginaba que fueras de los que se rinden".
Jess inclinó la barbilla de Cody hacia arriba y luego sonrió cuando se encontró con sus
ojos.
"No voy a renunciar".
"Bien. Una habitación de hotel parece muy divertida. Te querría para la toda la noche,
pero se sentiría como si nos estuviéramos escapando y haciendo algo travieso si fuera sólo
por unas horas. Y me dará buen material para mi columna". Guiñó un ojo y se removió en su
asiento. "Entonces, ¿cómo se ven dos semanas a partir de ahora en tu agenda?"
"Haré que funcione. Y conseguiré una habitación". Dos semanas era demasiado
tiempo, pero la sonrisa de Jess convenció a Cody de que la espera valdría la pena.
"Trato hecho".
La emoción dio paso a la duda cuando recordó que cualquier cosa que sucediera
terminaría en la columna de Jess.
"¿Querrías tener sexo conmigo si no necesitaras algo sobre lo que escribir?"
Cody odiaba expresar esos pensamientos y la inseguridad que acompañaba a la

pregunta. Pero si Jess sólo quería algo que le diera a su página web más clickbait, ella
necesitaba saber la verdad de antemano.
"¿Estás bromeando? ¿Dónde estabas cuando nos besamos? Tal vez no te diste cuenta
pero me he puesto muy cachonda".
"Sí me di cuenta, pero..."
"Cody, he sido muy bueno en mantener las cosas bajo control, pero sólo porque he
tenido que hacerlo. No puedo esperar a tener mis manos sobre ti. Incluso más que eso, yo
no puedo esperar a estar en tus manos. Sé cómo besas. Y sé que me deseas tanto como yo
te deseo a ti. No puedes ocultarlo y eso me encanta".
"Tienes razón y no debería haber sugerido..."
120
"No he terminado". Jess levantó la mano. "Entiendo por qué lo has preguntado. Es
una pregunta justa, sobre todo porque he sacado a relucir la columna. Estaba tratando de
ser divertida. Pero querer acostarme contigo no es una broma y definitivamente no tiene
nada que ver con mi trabajo".
El corazón de Cody martilleó en su pecho. O Jess era una actriz increíble o estaba
diciendo la verdad.
"Y si eres la mitad de buena besando desnuda que vestida, voy a ser una mujer muy
afortunada. Por eso lo estamos programando".
Ella puntuó su última frase con un golpe en la mesa.El mozo apareció, balanceando dos tazas
de sopa y dos tazones de ensalada.
"No sé qué quiere programar, pero será mejor que digas que sí. Quieres mantener a
ésta contenta".
"Gracias." Jess se recostó en su silla y extendió las manos.
"Aparentemente, necesito un poco de apoyo para convencerla. Y esto es algo que sé

que ella quiere".
"Oh, chica, yo tengo el mismo problema con mi novio. Caliente pero demasiado
cabeza dura para su propio bien. Deberíamos hablar".
Jess estuvo de acuerdo, riendo. Cuando él se fue de nuevo, ella cuadró los hombros
y tomó un bocado de sopa.
"Así que... Acción de Gracias. Mis padres tienen las cabañas alquiladas desde el
miércoles hasta el sábado y podemos quedarnos el tiempo que queramos. ¿Qué estás
pensando?"
Sí. El Día de Acción de Gracias. ¿Cómo demonios iba a pasar todo ese tiempo con Jess
y no saltar sobre ella?
"Honestamente, todavía estoy pensando en ti y en mí en una habitación de hotel".
Jess sonrió. "No voy a impedirte que planees eso en tu cabeza, pero mientras tanto,
¿esquías?"
121
Capítulo Quince
Jess entró en la casa de Cody y aparcó su coche junto al todoterreno de ella. Cody y
Ben ya estaban en la entrada, aparentemente cargando. No quería que lo primero que
notara fuera siempre el aspecto de Cody, pero maldita sea si no se veía bien en jeans, botas
de montaña y un chaleco sobre un suéter verde oscuro. Apenas había apagado el motor y
todavía estaba saliendo del coche cuando Ben vino corriendo.
"¡Jess! Estamos listos para irnos. He metido en la maleta la ropa y pijamas y mi cepillo
de dientes y pantalones de nieve y mi almohada porque mamá dijo que a veces es bueno
tener algo de casa".
Ella inclinó la cabeza de un lado a otro mientras él enumeraba las cosas.
"Mm-hmm, mmhmm. Suena bastante bien. Pero, ¿te has acordado de meter la ropa
interior?"
Ben bajó los hombros dramáticamente.

"¿Quién se olvida de la ropa interior?"
Agachó la cabeza pero luego levantó la vista con una sonrisa.
"Yo lo hice una vez. Y tuve que ir sin ella".
Ben parecía totalmente horrorizado. "¿No usaste ropa interior?"
"Lo sé. Fue muy incómodo".
"Tal vez debería volver a comprobarlo". Soltó el asa de su maleta de Spiderman y

empezó a abrir la cremallera.
"Te acordaste. Lo prometo". Cody recogió la maleta antes de que la abriera y la puso
en la parte trasera del coche.
Ben aún parecía preocupado, así que le pasó un brazo por el hombro.
"Si tu madre dice que te has acordado, estoy segura de que lo has hecho".
"Voy a revisar mi mochila".
Abrió la puerta y se metió en el asiento trasero. Después de una mirada a Ben, Cody
se inclinó hacia ella.
122
"Y voy a hacer que prometas contarme más de esa historia alguna vez".
"Me temo que no es tan encantadora o sexy como podrías imaginar".
Cody le ofreció una sonrisa de lado. "Yo juzgaré eso".
Ella se cubrió la cara con la mano, pero más por principio que por una verdadera
vergüenza. "Después de un par de vasos de vino, tal vez".
"Lo tomaré".
Apretó el botón de su llavero para abrir la puerta trasera. "¿Estás segura de que estás
bien llevando tu coche?"
Cody cogió la bolsa de la parte trasera del coche de Jess y la puso al lado de la de Ben.
"Por supuesto. El mío es más espacioso y ya tiene el asiento elevador de Ben en él".
"No estoy en desacuerdo, sólo que no quería que te sintieras obligada".
Aunque era agradable tener esta conversación como una cuestión de consideración
y no porque este coche era menos probable que las pateara en medio de un viaje-una
realidad de su pasado no muy lejano.
"No lo sé. Además, tu asiento trasero probablemente no esté lleno de Cheerios y

galletas Goldfish y el nuestro ya lo está".
Se rio. Probablemente una respuesta más apropiada que su primer pensamiento, que
tener restos de niños en su coche no sería lo peor.
"¿Peces de colores? Quiero peces de colores".
La cabeza de Ben apareció sobre el asiento trasero desde donde había empezado a
ordenar los libros y las figuras de acción y cualquier otra cosa que había empacado para su
entretenimiento en el auto.
"Son las nueve de la mañana", dijo Cody sin perder el ritmo. "Y tú desayunaste hace
una hora".
"Dijiste que podíamos merendar porque es un viaje por carretera".
"Todavía no estamos en la carretera", dijo Jess.
Ella no dudaba de la capacidad de Cody para gestionar las peticiones de Ben, pero ser
123
parte del equipo la hacía Más feliz de lo que debería, tal vez, pero eso era para
sobreanalizarlo en otro momento.
"Lo que ella dijo". Cody enganchó un pulgar en su dirección.
"Bien". La voz de Ben tenía toda la angustia de un adolescente frustrado, que resultó
bastante adorable.
"Hay café en la cocina si quieres una taza para el camino". Cody inclinó la cabeza hacia
la casa. "Confieso que ya tengo una preparada lista".
"Bueno, si te ofreces".
Ella había tomado una taza mientras empacaba, pero tener una taza para sorber
tranquilamente mientras conducían se sentía como un placer.
"¿Cómo lo tomas?"
"Nata y azúcar. Mucha". Cerró los ojos por un segundo, imaginando el aroma tanto
como el sabor.
"No te habría atribuido eso".
Abrió los ojos para encontrar a Cody mirándola con curiosidad. "Bueno, son
vacaciones".
"Ya veo."
"No es que no quiera siempre crema y azúcar. Por lo general, sólo me abstengo de
mucho".
Cody se rio. "Tomo nota".
"Puedo vigilar a Ben si eso es todo lo que todavía necesitas de la casa".
Aunque le gustaría robar un beso o dos, parecía la cosa más madura que decir.
"Te lo agradezco, pero este no es mi primer rodeo". Antes de que Jess pudiera
preguntar qué quería decir, Cody se volvió hacia Ben. "Casi es hora de irse, amigo. Vamos a
golpear al baño una vez más".
"Oh, claro". El comentario fue más para ella misma que para cualquier otra persona,
pero Cody lo captó y sonrió.
124
"No necesito el baño", insistió Ben.
"Sí, pero vamos a intentarlo de todos modos". Cody cerró la escotilla trasera.
"¿Y tú? ¿Necesitas el baño?"
El tono de Cody era burlón, pero la mera sugerencia la hizo dudar. Ofreció un
encogimiento de hombros juguetón.
"Al menos debería intentarlo".
Entraron en la casa, turnándose en el baño y preparando cafés y zumos listos para

llevar. Cody cerró con llave y ubicó a Ben, luego se pusieron en camino.
"Lo siento si eso tomó más tiempo de lo que esperabas", dijo Cody.
"No, en absoluto. Parece que tienes esto reducido a una ciencia". Un hecho que logró
hacer a Cody aún más atractiva, para bien o para mal.
"Oh, no. Soy una científico. La ciencia tiene orden, reglas y previsibilidad. Salir de casa
con un niño a cuestas es un arte. Y todavía me siento como una novata la mayoría de los
días".
Se acercó sin pensarlo, pero se detuvo a tiempo para dar una palmadita amistosa a
la rodilla de Cody en lugar de un apretón.
"Podrías haberme engañado".
Cody la miró brevemente, la sonrisa llegó a sus ojos azules.
"Gracias".
Salieron de la congestión de la ciudad y Cody la interrogó sobre su familia. Ben las

convenció de que jugaran al "veo veo" antes de quedarse dormido.
La hora y media parecía pasar más rápido que sus típicos veinte minutos de viaje.
Dirigió a Cody desde la carretera principal hasta el sinuoso camino que conducía al grupo de
cabañas.
"Entonces, ¿haces esto todos los años?"
"¿Reunirnos? Sí. Sólo empezamos a hacer lo de la cabaña cuando mi hermana, Lacey,

y su esposa tuvieron a los gemelos. Mis padres decidieron sería más probable que
apareciéramos si no estuviéramos todos apiñados en su rancho de tres habitaciones. Y como
Jake y Ayana alternan los años con la familia de ella, pueden venir el fin de semana y sigue
siendo festivo".
125
Cody se detuvo junto al viejo Subaru de mamá.
“Y eso es lo que está pasando este año. Jake y Ayana vienen con los dos en la
universidad y el más joven el viernes."
"Sí." Ella sonrió al ver la seriedad con la que Cody se tomaba el aprendizaje de los
nombres y detalles. "Pero además, ¿cómo eres tan buena en esto?"
"Soy maestra".
"Claro".
Ella pensaba que Cody era más un científico elegante que una maestra, pero le
encantaba que Cody se identificara así. Y se refiriera a sí misma como maestra en lugar de
profesora.
"Y me voy a unir a Keisha, la mujer de Lacey, por eso". Cody guiñó un ojo, y luego se
acercó al asiento trasero para poner una mano en la pierna de Ben. "Hola, Ben. Despierta.
Estamos aquí".
Ben parpadeó un par de veces y se frotó los ojos. Cuando miró por la ventana, se
quedó con la boca abierta.
"¿Nos vamos a quedar allí?"
Jess no pudo evitar una sonrisa. "Lo haremos".
"Es muy grande".
"Bueno, somos muchos, así que necesitamos mucho espacio".
Asintió, comprendiendo pero no por ello menos asombrado. "Es como en una
película".
Cody se pasó una mano por el pelo. "Está claro que no salimos de la ciudad lo
suficiente".
Ella se rio, recordándose a sí misma que debía concentrarse en las presentaciones

pendientes y no en lo distraídamente sexy que se veía Cody cuando lo hacía. Ella se volvió
hacia Ben.
"¿Quieres ir a ver el interior?"
Él asintió con entusiasmo y se desabrochó el cinturón. "¡Sí!"
126
"Me encanta que no esté nervioso", le susurró a Cody.
"Puede ser tímido a veces, pero ha sido arrastrado a suficientes cosas conmigo que
los nuevos ambientes no lo asustan. Siempre me siento mal por ello, pero tal vez haya algo
bueno".
"Seguro".
Ben pisó la nieve mientras ellos cogían las bolsas. Cody le entregó su mochila y se la
puso, aunque sólo estaban unos diez pasos de la casa. No habían llegado al escalón delantero
antes de que la puerta se abriera de golpe.
Mamá salió al amplio porche de pino.
"Ya estás aquí".
"Hola, mamá".
Se dejó arrastrar por uno de esos abrazos que hacían que todo parecía estar bien en
el mundo.Mamá la soltó más rápido de lo normal y dirigió su atención a Ben.
"Y tú debes ser Ben".
Ben se acercó un paso más a Cody, pero logró sonreír y saludar. Cody se presentó y
le tendió la mano, lo que, por supuesto, hizo que Ben quisiera estrechar la mano, también.
Dentro, Jess sugirió que subieran primero a dejar sus cosas y usar el baño. Pensó que eso
les daría a Cody y a Ben un minuto para asentarse antes del aluvión de presentaciones y
preguntas y conversaciones que su familia, muy bien intencionada pero muy ruidosa, podía
hacer.
Apenas bajaron las escaleras, la puerta principal se abrió de nuevo. Esta vez con sus
abuelos al otro lado. Ben, que había optado por tomarla de la mano, se detuvo en seco. El
tirón de su mano hizo que ella se detuviera también.
"¿Estás bien, amigo?"
Ben la miró, con los ojos muy abiertos y llenos de asombro. "¿Es tu abuelo...¿Santa
Claus?"
Dijo "Santa Claus" con ese susurro exagerado que tienen los niños de cinco años y se
necesitó cada gramo de autocontrol para no reírse. Porque, claramente, no estaba
bromeando. Se inclinó para susurrar su respuesta.
"No lo es, pero podría hacer de Papá Noel en una película, ¿no crees?"
127
Ben asintió, su asombro sólo ligeramente moderado. "Podría".
Ben siguió mirando fijamente y Cody se inclinó con un susurro propio.
"Estoy bastante segura de que piensa que es una tapadera y que está viendo al
verdadero Santa en ropa de calle".
Ella resopló antes de poder evitarlo, luego intentó disimularlo con una tos. Cody
sonrió conspiradoramente. Mientras tanto, mamá la miraba la mirada incrédula desde el
otro lado de la habitación. Más nerviosa de lo que quería admitir, se aclaró la garganta y se
lanzó a las presentaciones.
Las presentaciones se extendieron hasta el almuerzo, el tradicional buffet de
sándwiches previo a Acción de Gracias. Se unió a la fila con Cody y Ben, dejando caer un par
de rebanadas de pan de siete granos en su plato de papel.
"Espero que esto esté bien. Siempre hacemos sándwiches para el primer día ya que
la gente llega a todas horas. Prometo que la cocina de mañana lo compensará".
Después de poner un panecillo de submarino en su plato y un trozo de pan de trigo

en el que preparaba para Ben, Cody le dirigió una mirada interrogativa.
"¿Qué es lo que no me iba a gustar? Es una comida que no tuve que pensar, planear,
armar o hacer para los niños".
"Bien ,ok . Cuando lo pones de esa manera. Tuve este flash de la cena en la casa de
la presidente y pensé que tal vez estabas acostumbrada a algo más elegante".
Cody se rio. "Tal vez un día te diga con qué frecuencia comemos nuggets de pollo
para cenar".
"Con brócoli y salsa de queso", añadió Ben, arrastrando los pies a lo largo de la isla
de la cocina entre ellos.
Todavía la pillaba desprevenida la frecuencia con la que Ben prestaba atención a su

conversación. Ella había pensado que tenía que ver con el temor de que dijera algo
inapropiado para los oídos de un niño de cinco años. Pero ver a Ben permanecer cerca de
Cody mientras sus sobrinas y su sobrino se sentaban en la mesa de los niños hablando entre
ellos le hizo darse cuenta de que su infancia había sido la segunda. Suficientes hermanos y
primos dando vueltas que rara vez tenía que recurrir a la compañía de un adulto. No es que
hubiera nada malo en la compañía de los adultos, pero ella esperaba que Ben se llevara bien
con Joshua y las niñas y no tuviera que preocuparse con los adultos, al menos por un tiempo.
"¿Pavo o jamón?" le preguntó Cody.
128
"Pavo, por favor".
Terminaron de preparar sus sándwiches, debatiendo los méritos relativos de Cheetos

frente a las patatas fritas y acordando que los pepinillos deberían contar como verdura. Ella
estaba a punto de preguntarle a Ben si quería sentarse con los otros niños cuando Cody se
le adelantó. Cuando accedió a unirse a la mesa de los niños sin dudarlo, su corazón se hinchó
de un orgullo que probablemente no tenía que sentir.
Después de comer, tuvo un leve presentimiento de que una siesta sería agradable.
Lo que le hizo pensar en cómo sería acurrucarse con Cody. Como ellos en el sofá de Cody,
pero en la cama. Con menos ropa. Pero antes de que pudiera pensar más en la idea, o
refrenarse a sí misma, Lacey se levantó de la mesa.
"¿Quién quiere ir en trineo?"
"¡Yo quiero! Yo quiero!" Ben saltó al unísono con Joshua.
Ante el entusiasmo desenfrenado de Ben, Lacey se encogió y lanzó a Cody una mirada
de disculpa.
"Lo siento, debería haberte preguntado primero".
Cody se levantó también, haciéndole un gesto para que se fuera.
"No te preocupes. Creo que ir en trineo es una fantástica idea, sobre todo después
de tanto tiempo sentado esta mañana".
Lacey acercó su ginger ale al vaso de agua de Cody.
” Esto es para cansarlos y dormir toda la noche".
Cody levantó su vaso. "Brindo por eso".
"¿Puedo brindar por eso también? ¿En solidaridad?" Porque cansar a Ben tenía sus
propios méritos.
"Por supuesto". Cody chocó con Jess.
Lacey siguió su ejemplo.
"Pero eso significa que estás en el deber de los niños iguales con el resto de nosotros
durante los próximos tres días. Especialmente si alguien quiere algo a las seis de la mañana.
No hay que eludir".
Cody puso una mano en su brazo. "Yo no pediría..."
129
Jess levantó su mano libre para cortar a Cody.
"No. Acepto todos los derechos y responsabilidades de ser la tía genial y la adulta. No
puedes retirarlo ahora".
En lugar de ponerse demasiado seria, como pensó que podría hacer Cody rio.
"Oh, no voy a retirar nada. Me estoy preguntando si debería hacerte firmar un

contrato".
Lacey rugió de risa, aunque podría tener más que ver con saber que toda su relación
con Cody era básicamente un contrato. Cody se encogió de hombros amistosamente y
levantó a Ben para que se cambiara. Observó a Ben subir las escaleras -claramente con un
exceso de energía que gastar- y sonrió.
"¿Estás segura de que esto es temporal?" La pregunta de Lacey interrumpió su

ensoñación.
"Suenas como mamá".
"Sí, pero lo pregunto basándome en la preponderancia de la evidencia, no en los

deseos".
Ella gimió, tanto por el lenguaje de los abogados como por el comentario en sí.
"¿Qué pruebas?"
Lacey le dirigió una mirada sosa. "Te conozco. Además, soy muy observadora".
"Mm-hmm. Bueno, no importa. Ese no es el acuerdo".
El acuerdo no incluía aún el sexo, y compartir una habitación con Cody y Ben la había
relegado al catre rodante.
"Ella es caliente, sin embargo."
La subestimación del siglo. "No es la base de una relación a largo plazo".
"Ben parece adorarte."
Ella se había enamorado de él tanto como su madre en este punto. "Te das cuenta de
la implicación de eso, ¿verdad?"
Lacey se encogió de hombros. "Podría decir que sí, y también que sé que quieres ser
mamá pero te sientes ambivalente con el embarazo".
130
"¿Pero no lo harás?"
"No lo haré. Uno, porque es pesado y eso es más el estilo de mamá que el mío. Dos,
porque sólo se han visto durante un mes y yo sólo la conocí hace dos horas".
Jess soltó un suspiro. Todas las cosas que se recordaba a sí misma a diario.
"Y tres, porque acordamos mutuamente romper el día de San Valentín".
"No, no y tres".
"¿Te opones?"
Ella no era abogada, pero había visto suficientes dramas de la corte para conocer la
jerga.
"Sí." La expresión de Lacey era de suficiencia. "Relevancia".
"Denegada". Le dio un codazo a Lacey suavemente pero se rio.
"Vamos a tomar un receso hasta que vea cómo maneja el caos que es la cena de
Acción de Gracias de la familia Archer. Nos volveremos a reunir mañana antes de
acostarnos".
Jess puso los ojos en blanco. "Voy a ponerme los pantalones de nieve".
131
Capítulo Dieciséis
¿Puedo llevarle a papá Bruce su pastel?"
Cody asintió, sorprendida de nuevo por la confianza que tenía Ben con la familia de
Jess.
"Pregúntale qué tipo quiere. Calabaza, nuez o manzana".
Ben le tiró del brazo. "Tú también vienes".
Bien, no estaba del todo segura. Sin embargo, había recorrido un largo camino en las
cortas veinticuatro horas que habían estado en Breckenridge y ella estaba orgullosa de él. Es
cierto que la familia de Jess se lo puso fácil. Sus padres y sus abuelos eran dulces y
acogedores. Su hermana y la esposa de su hermana eran divertidas, por no decir por no decir
graciosas. Lo que era aún mejor, sus hijos creaban suficiente caos como para que Cody no se
estresara por el desorden de Ben. Y Jess era tan feliz alrededor de ellos. Todo parecía
exactamente como debería ser Acción de Gracias y casi demasiado bueno para ser verdad.
"Papá Bruce, ¿quieres pastel?"
"¿Quiero pastel?" Bruce sonrió a Ben. "¿Los patos graznan?"
"Pregúntale de qué tipo quiere", susurró Cody. Bruce la miró y le guiñó un ojo, luego
esperó a Ben.
Ben se aclaró la garganta. "¿Quieres calabaza, nuez o manzana?".
Bruce se frotó la barriga. "No sé si puedo elegir".
"Probablemente podamos convencer a Jess de que corte una pequeña porción de

cada una", ofreció Cody.
"Sabía que me gustabas". Bruce miró a su mujer. "Cariño, tenemos que decirle a Jess
que esta es un guardián".
"Oh, se lo he estado diciendo todo el día".

Elaine tiró de Ben en un abrazo de lado. "Nosotros también nos lo quedamos. Incluso
si se las arregló para asustarme con esa serpiente falsa. ¿Dónde encontraste esa cosa?"
"No lo digo".
132
Ben se rio y se alejó cuando ella fingió buscar la serpiente de plástico en su pelo.
Había estado absorbiendo la atención de los abuelos todo el día. A Cody le encantaba verlo,
aunque fuera un doloroso recordatorio de que sus propios padres nunca habían tenido la
oportunidad de colmar de amor a un nieto.
"Si voy a comer una porción de cada pastel, supongo que será mejor que vaya a
buscar mi estómago extra".
"¿Tienes un estómago extra?" Ben parecía intrigado pero también un poco asqueado.
"Bueno, las vacas tienen cuatro estómagos", dijo Cody. "Pero no creo que sea una
vaca. ¿Qué te parece?"
Bruce dejó salir un mugido convincente y luego volvió a mugir cuando Ben se puso
las manos sobre su boca y soltó una risita.
"Ve a decirle a Jess que papá Bruce es una vaca y quiere un trozo de tarta para cada
estómago".
"¿Cuatro rebanadas?" Los ojos de Ben se hicieron grandes.
"No, sólo tres. Moo. El primer estómago está lleno, ¿recuerdas?"
Ben miró a Cody como si se preguntara si iba a dejarle salirse con la suya. Cody sólo
sonrió.
"Bien, tenemos nuestro pedido. Tres rebanadas de tarta para papá Bruce".
Mientras volvían a la cocina, Ben dijo: "Papá Bruce sólo tiene un solo estómago,
¿verdad?"
"Sí, amigo. La gente sólo tiene un estómago".
"Le va a doler la barriga más tarde".
"Probablemente. Así es el Día de Acción de Gracias. Hay demasiada buena comida

para dejarla pasar".
Aunque Cody se preguntaba si Ben recordaba haber tenido un gran Día de Acción de
Gracias. Habían tenido su cuota de amigos, pero esto era diferente.
"No es justo que tengamos nuestra tarta al final", dijo Ben pasando por delante de
los abuelos de Jess que estaban comiendo una rebanada de nuez compartida y que no sólo
parecían adorables sino que se parecían mucho al Sr. y la Sra. Claus vestidos de rojo.
133
"Claro, es justo. Nos toca servir. Pero no te preocupes. No hay forma de que nos
quedemos sin tarta".
Cody había reclutado a Ben para ayudar con la entrega de la tarta mientras Jess
estaba cortando y sirviendo en la cocina con Lacey. Más que querer que ayudara, había
querido un momento para ver cómo estaba. Prácticamente no tenía experiencia en grandes
reuniones familiares, medio esperaba que se portara mal en algún momento de ese día.
Afortunadamente, se había unido con el sobrino de Jess, y los dos habían jugado sin parar
hasta la cena.
"Tú y Joshua parecen estar divirtiéndose. ¿Todo va bien?"
"Es mi mejor amigo".
"Eso fue rápido".
No es sorprendente, sin embargo. Así eran las cosas con él. Al final del viaje, estaría
apegado a cada miembro de la familia de Jess, sin mencionar que estaba mucho más
apegado a Jess. Una pequeña parte de ella se preocupó por ese apego, pero lo apartó por
ahora.
"Quiero pastel de calabaza. Con extra de crema batida", dijo Ben. "Lo mismo que
Joshua".
Volvieron a la cocina y Jess se rio. "Otro niño quiere crema batida extra?"
Dio un asentimiento entusiasta a Jess. "Sí, por favor".
"Una entrega más para llevar a Papá Bruce. Luego tendré pastel de calabaza para ti.
Con crema batida extra". Ella le dio a Ben un plato cargado con una porción de cada pastel.
"¿Crees que puedes llevar este por ti mismo?"
Ben se quedó mirando el plato. "¿Cómo sabías que iba a querer todas?"
"Puedo leer la mente". Jess se golpeó la sien.
Ben abrió la boca con asombro. "¿En serio?"
"Si ella puede, será mejor que tengamos cuidado con lo que pensamos, ¿eh?"
Cody se acercó a Jess mientras Ben se dirigía a la última entrega. Lacey estaba
ocupada poniendo las sobras en contenedores y no miraba en su dirección y Jess estaba en
el proceso de añadir una generosa porción de crema a una rebanada de pastel de calabaza.
134
"Entonces, ¿qué tengo que hacer para conseguir mi propia rebanada?"
"Podría darte una lista". Jess sumergió la cuchara de nuevo en el tazón de crema
batida y la acercó a los labios de Cody. En voz baja añadió, "O puedes comer cualquier cosa
que te ponga delante".
Anticipando que Jess podría quitarle la cuchara antes de que ella tomara...Cody la
agarró de la muñeca y la sujetó con fuerza. Ella abrió la boca y lamió la punta de la cuchara,
luego se la llevó toda a la boca. Un sonido entre un gemido y un jadeo salió de los labios de
Jess.
Lacey silbó. "Maldita sea, las dos necesitan una habitación".
Ganarse un silbido de la hermana de Jess probablemente debería haber sido

vergonzoso, pero Cody no pudo evitar reírse. Con su boca llena de crema, el sonido salió más
como un bufido, lo que hizo que Jess se riera también.
"Sí que necesitamos una habitación". Jess dejó caer la cuchara en el fregadero de la
cocina y sacó otra del cajón. "Tienes esa reserva de hotel preparada, ¿verdad?"
"Una semana a partir de esta noche".
"“Ojalá viviéramos más cerca de ustedes dos”, dijo Lacey. “Ben podría tener una
fiesta de pijamas con Joshua y tú podrías tener toda la noche en lugar de solo unas pocas
horas”.
Ben volvió a la cocina justo cuando Cody se preguntaba cuánto le había contado Jess
a su hermana, no sólo sobre los planes del hotel, sino sobre todo ello.
"¿Pasar la noche en el hotel?" Los ojos de Ben se dirigieron a Cody. "¿Puedo

quedarme a dormir con Joshua?"
"Te enteras de todo, ¿no?" Jess le dio a Ben un plato y le dio un golpecito en la nariz.
"Este es tuyo. Con extra de crema batida, como se prometió. Tal vez algún día tú y Joshua
puedan tener una pijamada, pero no la próxima semana. Él vive en Boulder. Está demasiado
lejos y nos preocuparíamos por ti".
Le gustaba la forma en que Jess no dudaba en ayudar a establecer los límites y se

preguntó si realmente sería una preocupación compartida. Algo le decía que sí. Ben no era
el único que se había encariñado.
"¿Qué tal si nos quedamos a dormir esta noche?" Lacey sugirió. "En lugar de que
dormir en la habitación de tu madre, podrías dormir con Joshua y las chicas. Hay una litera
extra".
135
Ben dudó. Una pijamada en teoría era aparentemente más fácil de imaginar que una
fiesta de pijamas esa noche. Cody había esperado convencerle de que durmiera en la
habitación de los niños la primera noche, pero se había negado. Así que en lugar de tener al
menos acurrucarse con Jess en la cama de matrimonio, Jess estaba atrapada en el catre.
Había prometido que estaba bien, pero Cody sabía que estaba decepcionada.
"No tienes muchas oportunidades de dormir en una litera". Intentó animar sin dar un
empujón.
Ben asintió lentamente. "Está bien".
"Sin embargo, cuando se apagan las luces, tú y Joshua tienen que dormir". Lacey sabía
de niños, eso era seguro.
"Lo haremos", prometió Ben.
Cody no sabía si realmente se quedaría dormido, pero tener incluso un poco de

tiempo a solas con Jess valdría la pena. Miró a Jess esperando que tuviera el mismo
pensamiento. Jess le dedicó una sonrisa tímida. Oh, sí. Ella puede leer la mente.
***
"Todavía quiero una habitación de hotel", dijo Jess.
"Yo también. Y no sé cuánto tiempo durará Ben allí". Cody señaló la puerta cerrada.
Los sonidos de los niños charlando habían comenzado de nuevo.
"Mi hermana prometió que estaría de guardia durante la noche".
"Sí, pero..."
"Lo sé. Deberíamos aprovechar el tiempo al máximo".
Jess deslizó su mano en la de Cody mientras iban por el pasillo de la habitación de los
niños a la suya. Todo el mundo, incluidos los adultos, había decidido una noche temprana en
previsión de la jornada de esquí de mañana. Ella se había alegrado de irse a la cama por otras
razones.
"Sabes, estás entendiendo muy bien esto de los niños".
Lo decía en serio. En el transcurso de los últimos dos días, había perdido la cuenta del número
de veces que Jess había hecho exactamente la misma llamada a la paternidad que ella habría
hecho.
136
"Es como si fuera intuitivo para ti cuando el resto de nosotros tardamos años y años
en descubrirlo".
"Gracias. Aceptaré con gusto ese cumplido. Me gustan los niños". Jess se detuvo en
el pasillo fuera de la puerta cerrada de su habitación. "Pero eso no es la única cosa que es
intuitiva para mí".
El cambio en el tono de Jess la hizo sonreír. Desde el postre, Jess parecía salir de su camino
para rozarla o tocarla casualmente. No sólo cada caricia se sentía increíble, sino que también
hacían que su excitación se disparara. Ella había estado disfrutando de la anticipación, pero
ahora no podía esperar a que Jess se desnudara.
"¿Qué más se intuye?"
"Esto". Jess dio un paso adelante y presionó los labios de Cody.
Incluso sabiendo que venía, el beso de Jess la dejó sin aliento. Ella tropezó con la
puerta cerrada, luego buscó a tientas el picaporte mientras Jess continuaba el beso.
Atravesaron la puerta y cayeron sobre la cama. Jess aterrizó encima, pero aceptó entre risas
que la voltearan. Cody puso una almohada bajo la cabeza de Jess y se colocó encima de ella.
"Hola".
Jess sonrió. "Hola a ti".
Una carga la recorrió sabiendo que Jess estaba esperando su siguiente movimiento.
"Ha pasado un tiempo para mí. Lo que no quiere decir que me sienta tímida sobre lo
que viene a continuación, pero no estoy segura de poder ir despacio".
"Me doy cuenta". Jess pasó un dedo por los labios de Cody. "La forma en que has
estado mirándome de arriba abajo toda la noche. Eres como un niño que sabe qué regalo
que va a recibir y no puede esperar a desenvolverlo".
"Esa es una muy buena descripción".
El clítoris de Cody palpitó. Maldita sea, era agradable tener a Jess debajo de ella. Ella
quería aferrarse a la sensación y al mismo tiempo su cuerpo zumbaba con la ansiosa
anticipación de lo que iba a hacer a continuación.
Jess entrecerró los ojos. "¿qué esperas?"
"Tal vez a que alguien me diga que puedo desenvolver mi regalo".
137
Jess se levantó para susurrarle al oído.
"Desenvuelve tu maldito regalo, Cody".
Cody había imaginado su primera vez más de una vez: desnudando lentamente a Jess
con suaves besos, su piel encontrándose como dos palmas presionando ligeramente juntas.
Pero eso no era lo que quería esta noche. La necesidad la dominaba.
Prácticamente con un solo movimiento, tiró de Jess para que se sentara y le quitó el
suéter. Desabrochó el sujetador de Jess, y unos pechos cálidos y llenos cayeron en sus
manos. Cody casi gimió de placer. Tenía toda la intención de quitarle el resto de la ropa a
Jess, pero no pudo resistirse a los pezones rosa oscuro que se levantaron con sólo una ligera
caricia. Agachó la cabeza y chupó uno entre sus labios.
Jess jadeó y encontró los hombros de Cody. Se agarró con fuerza y su jadeo se convirtió en
un gemido.
"Oh, Dios. Sabes lo que estás haciendo".
Cody se rio, dejando que el pezón de Jess se escapara de su boca.
"¿Estabas preocupada de que no lo hiciera?"
"Quiero decir, nunca se sabe".
La mirada juguetona de Jess hizo que Cody quisiera sacar todo lo que tenía.
"Tendré que mostrarte todas las cosas en las que soy buena".
"Deberías". Jess acarició sus manos por los brazos de Cody. "Me gusta este lado de ti.
La confianza es aún más sexy que la fuerza y la terquedad".
"¿Sigues llamándome testaruda? Hmm. Puede que te guste eso de mí después de un

tiempo".
Cody necesitaba a Jess completamente desnuda entonces. Tenía que sentirla toda
ella, cada pedazo de piel suave, cada músculo tenso, y luego le mostraría a Jess exactamente
de lo que era capaz. Incluso en la cama, la falda de Jess se quitó fácilmente una vez que se
ocupó de la cremallera lateral y tampoco le costó quitarse la ropa interior. Una vez que ella
estaba desnuda, Cody se las arregló para apreciar su cuerpo antes de que el deseo la
dominara.
Comenzó por el cuello de Jess, besando todo el camino hasta el vértice de sus muslos
y luego volvió a subir hasta sus pezones hinchados. El deseo la hacía delirar. Deliraba de todo,
excepto de lo bien que se sentía Jess. La fuerza de su cuerpo era innegable y, sin embargo,
respondía incluso al más ligero contacto. La combinación se sentía como ondas de desafío
que sólo la ponían más caliente.
138
"Yo también te quiero desnuda". Jess tiró de los pantalones de Cody. "Quítate esta
ropa . Llevo esperando demasiado tiempo. Quiero sentirte sobre mí de la manera correcta”.
"¿Hay una manera correcta?"
"Sí. Desnuda".
Cody sonrió. "Tan exigente".
"Oh, no tienes ni idea. Sólo espera".
Cody se rio. Le dio un pellizco en el hombro a Jess y luego rodó para desnudarse. Jess miraba,
apoyada en un codo.
"¿Prefieres guapo o bonita?"
"Advina".
"Los dos, pero esta noche te voy a llamar guapo".
"Buena decisión". Cody se desplazó de nuevo sobre Jess. Cuando su piel presionó
contra la de Jess, no pudo contener su gemido. "Dios, ha pasado demasiado tiempo desde
que sentí a una mujer desnuda debajo de mí".
"Cualquier mujer desnuda serviría, ¿eh?"
"No. Definitivamente no".

Dejó de sonreír cuando la belleza de Jess la impactó. No era sólo lo hermosa que era, sin
embargo. Era todo lo demás sobre ella, también. Lo increíble que era con Ben, lo divertida
que era, lo astuta, y cómo desafiaba a Cody de todas las maneras correctas.
"No sé cómo tuve la suerte de salir contigo, pero voy a aprovechar al máximo durante
todo el tiempo que tenga".
Cody se inclinó y se encontró con los labios de Jess. Cada vez se sentía mejor que la
anterior. Sus labios habían encontrado una pareja perfecta y ella no sabía si nunca le gustaría
besar a otra persona tanto como a ella. Pasó de los labios de Jess a su cuello y luego a sus
pechos, de nuevo desviados por los pezones de Jess.
Pero entonces se movió y su pierna se introdujo entre las de Jess. Tan pronto como
sintió la humedad de Jess contra su muslo, supo que necesitaba más.
Esparció besos a lo largo del suave vientre de Jess y bajó hasta que estuvo entre sus
piernas. La idea de ir despacio era tentadora. De alargar todo el tiempo que pudiera. Pero
tan pronto como el tenue almizcle de Jess llamó su atención, no quiso contenerse.
Bajó la cabeza y pasó su lengua entre los pliegues de Jess. Jess levantó las piernas,
gimiendo y agarrando el pelo de Cody. Le encantaba que le tiraran del pelo y gimió su propia
139
aprobación. Tal vez más tarde le diría a Jess que se sintiera libre de agarrar más fuerte. Más
tarde. Encontró el clítoris hinchado de Jess y lo chupó entre sus labios y luego lo dejó salir,
sólo para repetir el movimiento de nuevo.
"Joder. Hazlo otra vez y me voy a correr".
"Así de fácil, ¿eh?"
Cody quería darle más placer a Jess. Tenía una lista de otras cosas que quería hacer.
Pero no pudo evitarlo. Ella rodeó el lugar y luego chupó de nuevo. Jess sacudió sus caderas
y agarró los hombros de Cody. Las uñas se clavaron en su piel y un medio gruñido escapó de
sus labios. Había pensado que su fiel vibrador era suficiente. ¿Cómo había olvidado lo mucho
que le gustaba dar placer a otra persona? Bajó la cabeza y puso toda su atención en el clítoris
de Jess.
"Oh, sí... sí... síss".
Los muslos de Jess se apretaron mientras aguantaba el orgasmo, y Cody casi se rio de
lo fuertes que eran sus piernas. Archivó la idea de preguntarle a Jess por su otro trabajo. El
que no implicaba escribir sobre su relación y que, en cambio, le proporcionaba un cuerpo de
infarto.
"Mierda, ¿te estoy haciendo daño?" Jess separó sus piernas y Cody se levantó para
besar sus labios.
"Soy dura, no te preocupes. Pero tienes unas piernas increíbles".
"Tú tienes una boca increíble". Jess se estremeció y luego envolvió sus brazos
alrededor de Cody. "¿Puedes relajarte del todo? Quiero sentir tu peso sobre mí".
Cody se había mantenido en pie, pero cuando bajó del todo sobre Jess,
definitivamente no estaba relajada.
"Dame un minuto y te devolveré el regalo que me hiciste".
"Sabes que se supone que no debes devolver los regalos".
Jess rio suavemente y la sensación de ello retumbó en Cody.
"Entonces no lo devolveré. Te daré algo completamente diferente".
"No puedo esperar". Encontró los labios de Jess, pero apenas había comenzado el
beso cuando Jess giró su cara hacia un lado. "¿Qué pasa?"
140
"Creo que alguien llamó a la puerta. ¿Has oído eso?"
Cody escuchó un momento, esperando que Jess se equivocara. Un golpe más fuerte
un golpe más claro y Cody quiso fingir que se lo estaba imaginando, aunque se levantó de la
cama y se tiró de la camisa que había tirado al suelo no hacía mucho tiempo.
Abrió la puerta y Ben la miró, con los ojos hinchados y rojos.
"Oh, amigo, ¿qué pasa?"
"No quiero dormir en la habitación de los niños. ¿Dónde está Jess?"
"Está aquí dentro. Pero..."
Sintió la mano de Jess en su brazo. Se había acercado detrás de ella y se las arregló
para agarrar una camiseta y un par de pantalones de pijama en el camino.
"Está bien", murmuró Jess cuando Cody empezó a disculparse.
Ben pasó por delante de Cody para rodear las piernas de Jess con sus brazos.
"Quiero dormir con ustedes. ¿Por favor?"
Jess le lanzó una mirada suplicante. Pero no era de las que se deshacen de él. Era más
bien del tipo no podemos decir que no.
Cody suspiró. En cierto modo, se imaginó que él entraría en algún momento. Si sólo hubieran
tenido un poco más de tiempo. Una dosis de Jess no era ni de lejos suficiente para saciar sus
deseos.
"Está bien, puedes dormir aquí pero sin patear a Jess"
141
Capítulo Diecisiete
Jess se despertó con algo que le presionaba el omóplato izquierdo. ¿Rascal se había
colado de nuevo en su cama? Abrió los ojos. Al darse cuenta de dónde estaba dio paso a
recordar con quién estaba compartiendo la cama. Pero, ¿por qué Cody la estaba apartando?
Cody la empujaba? Se dio la vuelta, sólo para descubrir que no era la mano de Cody, sino el
pie de Ben.
Oh. Sí, claro.
Los detalles de la noche anterior inundaron su cerebro aún somnoliento. Estar con
Cody. El increíble orgasmo. La interrupción. La cara llena de lágrimas de Ben que se iluminó
cuando dijo que podía subir a la cama con ellas. Por supuesto, él había querido el medio y se
quedó dormido casi al instante. Ella y Cody se habían se miraron durante un rato,
consiguiendo transmitir humor, frustración, deseo y resignación sin pronunciar una palabra.
Ella había dudado de poder dormir con un niño en la cama, tanto por miedo de
aplastarlo tanto como de temer que inconscientemente buscara a Cody y encontrara a Ben
en su lugar, pero se quedó dormida y durmió a pierna suelta. Y ahora la luz del sol se asomaba
por las cortinas y Ben, que había conseguido ponerse de cabeza y prácticamente de lado,
tenía su pie encajado contra ella con mucha más fuerza de la que un niño de cinco años
dormido debería ser capaz de reunir.
Como literalmente no tenía espacio para desplazarse, trató de ponerlo en una
posición un poco más alta y baja. Él murmuró pero no se agitó. Cody tampoco lo hizo,
dándole a ella el lujo de estudiarlos a ambos.
Cuanto más tiempo pasaba con Ben, más podía ver a Cody en él. Aunque no
estuvieran emparentados biológicamente, compartían el mismo pelo rubio arenoso que
tenía una tendencia a ir en todas direcciones. Sus gestos eran como Cody en miniatura la
mayor parte del tiempo, incluso cuando dormía. Le hizo preguntarse sobre la ex de Cody, la
otra madre de Ben. ¿Estaba realmente fuera de la foto completamente? Ben no había ido a
verla ni una sola vez en el tiempo que había conocido a Cody -al menos que ella supiera- y
Ben nunca la mencionó.
No es que le corresponda pensar en esas cosas, excepto tal vez para juzgar a la mujer
por haber abandonado a Ben y a Cody y al parecer no mirar atrás. Incluso si ella esperaba
ser parte de sus vidas cuando todo este experimento terminara, la paternidad no era parte
del trato. Sin embargo, Ben la había querido la noche anterior. ¿Extrañaba a su madre
biológica? Si se acercaba a Cody, y las cosas no terminaban el día de San Valentín, ¿cuál sería
su papel en la vida de Ben?
Cambió su mirada de Ben a Cody y, a pesar de tener a Ben entre ellas, dejó que su
mente vagara hacia temas más fáciles. Como lo que ella y Cody habían hecho antes de que
él llamara a su puerta. Cody era más caliente -y mejor para dar placer- que sus fantasías más
lujuriosas. Y sólo acababan de empezar. Sólo la visión de Cody entre sus piernas la hacía
apretar los muslos y retorcerse ligeramente.
Ben volvió a murmurar y se giró, golpeando a Cody en el estómago.
142
Ella se encogió, convencida de que la fuerza del golpe los despertaría a ambos. Pero
no. Lo cual era gracioso porque estaba bastante segura de que el sonido de la voz de Ben a
una habitación de distancia despertaría a Cody en un santiamén. El hecho de que Cody ni
siquiera se estremeció la hizo sonreír.
Como estaba completamente despierta, se deslizó de la cama lo más silenciosamente
posible. Se puso una sudadera con capucha sobre el pijama que había conseguido ponerse
anoche y bajó las escaleras. El aroma del café la recibió antes de llegar a la cocina.
Encontró a su madre y a su hermana en la isla de la cocina en la isla de la cocina,
sorbiendo ya sus primeras tazas.
"Buenos días", dijo, y se dirigió a la cafetera.
"¿Durmieron bien tú y Cody?"
El tono de Lacey era pura inocencia, incluso aunque la insinuación en la pregunta era
todo menos eso. Se sirvió una taza, añadiendo sus niveles de vacaciones de crema y azúcar,
antes de unirse a ellas.
"Lo hicimos, o al menos yo lo hice. Mejor de lo que hubiera esperado con un niño
sacando su mitad del medio".
Lacey se rio y mamá la miró con simpatía. "¿Ben no paso la noche en la habitación de
los niños?" Preguntó mamá.
"Ni de lejos".
Aunque, por muy decepcionada que estuviera por ser interrumpida cuando lo fueron,
tal vez fue lo mejor. Bueno, mejor que en medio de lo que hubiera sucedido a continuación.
"Bienvenido a la vida con los pequeños". Lacey levantó su taza.
Era una burla suave, pero la hizo pensar. Menos sobre cómo ella no querría que eso
fuera su vida cotidiana y más sobre cómo, si estar con Cody era su vida diaria, no le
importaría la ocasional interrupción. Uf. Su cerebro estaba unos dos mil pasos por delante
de donde debería estar esta mañana.
Lacey le dio un suave empujón con el codo.
"Oh, no te preocupes. Te acostumbras. También tienes una cerradura para la puerta".
Decidiendo que este era un tema más seguro, incluso con mamá allí, levantó un
hombro.
"O consigues un hotel".
143
"Bow-chicka-wow-wow". Lacey hizo un pequeño baile en su asiento.

Mamá, que se había quedado muy callada, miraba fijamente su taza de café. Jess se
acercó y le apretó el brazo.
"Lo siento. Se acabó la charla sobre sexo".
Mamá levantó la vista, con exasperación en su rostro. "Oh, eso no me molesta. Son
mujeres adultas. Sé lo que hacen. Y no soy una mojigata".
Jess levantó las manos en señal de concesión. "Ok, ok. No quise insultar tu reputación
de madre genial. Parecías incómoda, eso es todo".
"Sólo me pregunto de nuevo, cómo de temporal es este acuerdo temporal

realmente".
Ella gimió, no porque no quisiera hablar de ello sino porque no tenía una respuesta.
Una y otra vez, ella había cuestionado si las cosas serían realmente temporales. Esta mañana
no podía dejar de pensar en ello. Incluso había empezado a pensar en formas de abordar el
tema en su columna.
"Ya hemos hablado de esto".
Mamá ofreció una de sus inclinaciones de cabeza "no trates de engañarme".
"Sí, pero eso fue antes de que tuviera la oportunidad de conocer a Cody".
Exhaló un suspiro. "Y te gusta. Y Ben, por supuesto. Estoy segura de que te encantaría
añadirlo a tu prole de nietos. Hay más que eso, sin embargo. ".
"Hay mucho más que eso. Como la forma en que Cody te mira de formas que no
tienen nada que ver con una atracción pasajera. O la forma en que claramente adoras a Ben
tanto como él te adora a ti".
"Eso no significa que vayamos a sentar la cabeza y ser una pequeña y perfecta familia
feliz".
Mamá levantó la barbilla. "Pero no significa que no puedas".
Miró a Lacey en busca de apoyo, pero la mirada de Lacey decía que su hermana se
había puesto del lado de su madre.
"No importa. No digas nada".
"¿Solicitaste el trabajo del que me hablaste? ¿El de Filadelfia?"
144
El aparente cambio brusco de tema de mamá era todo menos eso.
"Todavía no".
Había desempolvado su currículum, pero aún no había redactado una carta de
presentación, diciéndose a sí misma que tenía que terminar la columna de esta semana y
prepararse para el fin de semana largo.
"¿Vas a hacerlo?"
Había estado indecisa desde el principio. Era un puesto de redactor de perfil más alto
en Q, una de las principales revistas LGBTQ, una que tenía una circulación impresa que
duplicaba la audiencia digital de Sapphisticate. Más dinero, sin duda, y más prestigio. Tareas
sobre eventos actuales, no lo que se debe y no se debe hacer en las citas.
Pero también mucha más presión. Ah, y un traslado. Uno grande, a través del país,
una reubicación en la Costa Este. Ella adoraba Filadelfia las pocas veces que había estado,
pero la perspectiva de mudarse allí -o a cualquier lugar, en realidad- la llenaba de una vaga
sensación de tristeza. Y eso era antes de las cosas con Cody.
Por supuesto, no había dicho nada de eso a mamá ni a Lacey. Sólo les había dicho les
había dicho que su antiguo jefe le había enviado la oferta de empleo y la había animado a
solicitarlo. Había sido tan halagador que había compartido el correo electrónico sin pensarlo.
Antes de que se diera cuenta de lo que iba a suponer. Si intentaba explicarlo ahora,
estarían convencidos de que era por Cody. Convencidos de que estaba manteniendo la
esperanza de que las cosas con Cody serían permanentes.
"Lo haré. Sí. La próxima semana. Tan pronto como llegue a casa".
La ceja levantada de Lacey le hizo pensar que tal vez había exagerado con el afán,
pero era demasiado tarde para retractarse. Afortunadamente, una ráfaga de pasos en las
escaleras significaba que al menos algunos de los niños dormidos estaban ahora despiertos.
Unos segundos después, Joshua, Ava y Addy aparecieron en la cocina. Keisha los siguió un
momento después.
Varias conversaciones comenzaron a la vez y ella lo tomó como su señal para ir a ver
cómo estaban Cody y Ben. Pero antes de que llegara a las escaleras, aparecieron en la parte
superior y comenzaron a bajar.
"Buenos días, dormilona".
"¡Jess!"
Ben saltó desde el escalón inferior a sus brazos extendidos. Ella le dio un apretón,
aprovechando la oportunidad para mirar por encima de su hombro a Cody.
"Buenos días".
145
La sonrisa de Cody era tímida. "Espero que no te hayamos alejado con patadas o
ronquidos".
"No". Ella negó con la cabeza. "Me he levantado temprano".
"Normalmente nosotros también lo hacemos".
Ben se echó hacia atrás. "Siempre duermo mejor con mamá. ¿Y tú?"
Si lo supiera. "He dormido muy bien, así que tal vez".
Ella lo dejó en el suelo y le ofreció a Cody un guiño. "¿Quién quiere café?"
Ben hizo caras y varios ruidos de disgusto mientras se dirigían a la cocina. Le sirvió a
Cody una taza antes de preguntarle a Ben qué le gustaría en su lugar. Él ya estaba inmerso
en una conversación con Joshua sobre si Spiderman o Batman era mejor superhéroe. Se
alegró de ver que el abandono de Ben de la habitación de los niños no había empañado su
incipiente amistad.
Papá entró con leña, mamá empezó a hacer tostadas francesas y Keisha puso en cola
una lista de reproducción de Navidad porque era el día después del Día de Acción de Gracias
y, por lo tanto, era el momento. En casi todos los sentidos, era idéntica a tantas mañanas
después de las fiestas con su familia. La familiaridad de ello, la tradición, significaba casi tanto
como las propias vacaciones.
Se había preguntado si tener a Cody y Ben allí lo haría sentir diferente, extraño. En
realidad lo extraño era que no se sentía extraño. Con Ben y Joshua compitiendo por la
atención de Ava y Addy y Cody absorta en la conversación con Keisha, era como si hubieran
estado allí innumerables veces antes. Por lo menos, se sentía como si pertenecieran.
Teniendo en cuenta que nunca había tenido una novia lo suficientemente seria como
para unirse a ella, se sentía... significativo.
Bueno, significativo o potencialmente desastroso. Tenía la costumbre de enamorarse
de la gente equivocada o dejarse atrapar por alguien cuyos sentimientos eran mucho más
profundos que los suyos, era difícil imaginar que había mágicamente su cadena de mala
suerte en las relaciones. Tener un arreglo conveniente Cody encajara perfectamente en su
familia era probablemente una forma más que el universo había ideado para engañarla.
Suficiente. Cody estaba aquí. Todo estaba yendo mejor de lo que ella podría haber
imaginado. Caer en la depresión no tendría sentido. Además, las pistas la llamaban y de
ninguna manera iba a dejar que se adelantara a sí misma y arruinar un buen día de esquí.
Añadió más mantequilla y sirope a su segunda tostada francesa y se sirvió otra
rebanada de tocino antes de volver su atención a Cody.
"Entonces, ¿voy a convencerte de que te pongas un par de esquís?"
Cody dudó. "No lo sé. Ben nunca ha ido y no quiero retrasar a todo el mundo".
146
"Tonterías", dijo papá. "Todos nos turnamos. Un par de adultos en las pistas de
conejo con los niños, uno o dos en la cabaña en caso de que alguien tenga suficiente, y un
par disfrutando de las pistas más grandes".
Redoblando su compromiso de simplemente relajarse y pasar un buen rato ya, le dio

un ligero codazo a Cody en las costillas.
"Entonces, ¿te preocupa que Ben nos retrase, o tú?"
Cody le devolvió el codo. "Me has descubierto".
"No te preocupes, seré suave contigo". Ella no quería que sonara sugerente, pero lo
hizo totalmente.
La expresión de Cody sólo lo confirmó. "No demasiado fácil, espero".
"Nunca". Ella mantuvo sus palabras sutiles si no su voz.
"Me alegro de oírlo".
A diferencia de ella, el tono de Cody no revelaba nada. Se permitió una sonrisa antes
de volver a prestar atención a su desayuno antes de que las cosas se salieran de control. Pero
cuando levantó la vista, mamá y Lacey le enviaban miradas cómplices. Demasiado para la
sutileza. Ella removió su tocino en el jarabe antes de tomar un bocado. Eso estaba bien. De
todos modos, nunca era buena para engañarlos de todos modos.
***
Con Cody dándole un baño a Ben y todos los demás descansando y holgazaneando
después del día de esquí, Jess se encontró con un momento de tranquilidad a solas. Se
acomodó en el sofá junto a la chimenea con una manta y su portátil, pensando que tal vez
podría hacer una carta de presentación. Si no fuera por otra razón que decir que lo había
intentado. Pero nada más terminar de formatear la carta de presentación, se encontró
haciendo clic en una carpeta.
Había creado un documento para su columna de Acción de Gracias pero no había
decidido el ángulo. Afortunadamente, el último día y medio le dio muchas opciones.
Claro, la perspectiva de transmitir sus sentimientos al universo le dio aún más pausa
que escribir sobre tener sexo, pero ese era el punto central de su columna. Dejó el té a un
lado, hizo crujir los nudillos y empezó a escribir.
Realmente no esperas que tu primera vez con alguien sea en una cabaña que
compartes con tus padres y abuelos, pero al más puro estilo de Carrie y Jess, no parece que
estemos haciendo nada según los libros. Por supuesto, no llegamos muy lejos antes de que
cierto adorable niño de cinco años insistió en que tenía que dormir con nosotras y no en la
habitación de los niños. Pero, ¿a qué llegamos? Vaya, vaya, vaya. Lo sé, lo sé. Quieres más.
147
Te daré más. Pero primero tenemos que hablar del Día de Acción de Gracias propiamente
dicho. Uno, porque fue fantástico. Dos, porque si tengo que vivir según el mantra de que las
cosas buenas vienen a los que esperan, tú también. Y tres, porque estoy bastante segura,
queridos lectores, de que he cogido un caso de sentimientos.
Antes de que pudiera decidir si empezar con que Ben creía que el abuelo era Papá
Noel o la forma en que Cody la miraba por encima de la pila de patatas que habían sido
asignados para pelar, Cody apareció en la parte superior de las escaleras.
"Te han solicitado para la hora del cuento".
"Ahora mismo voy". Cerró su portátil con un chasquido y se liberó de la manta justo
a tiempo para pillar a mamá dándole otra mirada cómplice.
"¿Solicitado, eh?" La voz de mamá era tranquila pero no le faltaba nada en

insinuación.
"Te haré saber que hago muy buenas voces".
"Claro, claro".
Mamá asintió y tomó un sorbo de su té, un gesto que logró dar a entender que sabía
muy bien que no tenía nada que ver con la actuación de Jess.
Dejó el ordenador a un lado.
"Bueno, yo sí".
"Sí, querida".
Papá levantó la vista ante la frase que normalmente se reserva para aplacarlo. Jess le
ofreció un encogimiento de hombros y él volvió a prestar atención a su libro sobre la pesca
con mosca. Ella subió las escaleras, disfrutando de la forma en que sus cómodos calcetines
de lana se sentían contra la madera.
Cody la saludó en la cima con una sonrisa.
"¿Seguro que no te importa?"
"Por supuesto que no. Me encanta la hora del cuento".
"¿Quieres que entre contigo?"
Por mucho que quisiera estar cerca de Cody en cualquier oportunidad que tuviera de
poder, tenerla cerca para los cuentos la hacía sentir un poco tonta por todas las voces que
hacía. Y Cody rara vez tenía una noche libre de la hora de dormir.
148
"Yo me encargo. La tetera aún está caliente si quieres té o cacao".
Cody se animó. "¿Sí?"
"Y el frasco de ibuprofeno está en la encimera".
Cody se encogió y luego se rio.
"¿Me hace parecer vieja estar emocionada por la perspectiva de un té caliente y

antiinflamatorios antes de dormir?"
"Sí." Ella sonrió. "Pero estás en buena compañía".
"Oh, bien."
"Mantén mi lugar caliente y bajaré en un rato".
Cody llevó una mano a la mejilla de Jess y la besó. "Ya lo tienes".
Cody bajó las escaleras y ella se dirigió a la habitación que todos compartirían una
vez más. Ben estaba agotado, pero sus ojos se iluminaron al verla.
Ella tomó el Mousetronaut, que Ben había empacado especialmente para ella, y
pensó en la columna que había empezado. Sí. Definitivamente un caso de sentimientos.
149
Capítulo Dieciocho
Cody echó un último vistazo a la habitación, preguntándose si debía buscar debajo
de la cama en busca de calcetines. Ben tenía la costumbre de tirar los suyos por todas partes,
y era muy probable que cuando llegaran a casa y deshicieran la maleta, descubriera varios
calcetines sueltos. Con un suspiro, se arrodilló y empezó a buscar.
"¿Qué haces ahí abajo?" preguntó Jess.
Cody levantó la vista de donde se había metido debajo de la cama. Qué suerte que
Jess eligiera ese momento para entrar. Levantó un calcetín de dinosaurio.
"Misión de búsqueda y rescate. Tengo un sexto sentido para los calcetines perdidos".
"¿Por qué has esperado hasta ahora para decirme esto?" Jess se cruzó de brazos y
dio a Cody una mirada de desaprobación fingida. "Voy a necesitar que vengas a mi casa
pronto. Tienes trabajo que hacer".
Cody sonrió. "¿Muchos calcetines perdidos?"
"No tienes ni idea. Estoy bastante segura de que es el perro de mi compañera de piso.
Finn jura que Rascal no es un ladrón de calcetines, pero alguien se los está comiendo. Es la
lavadora o el perro".
Jess extendió su mano y Cody le pasó el calcetín de dinosaurio. Se acercó a la mochila de Ben
y lo metió en uno de los bolsillos laterales. "Sólo para que sepas, esa no es la única razón por
la que me gustaría que vinieras".
"¿Crees que serviría para algo más que para encontrar calcetines perdidos?" Cody se
levantó del suelo.
"También me faltan varios guantes. Curiosamente sólo la mano izquierda".
"¿Quiero preguntar para qué podrías usar sólo una mano?"
Jess inclinó la cabeza. "Puedes usar tu imaginación. O podrías venir algún día".
Su tono era coqueto y ligero, pero eso no significaba que no hubiera un problema. A
pesar de lo agradable que habían sido los últimos días, apenas habían tenido tiempo a solas.
La única noche que pasaron juntos había sido corta y Ben había estado notablemente
pegajoso la noche siguiente.
"Esperaba que tuviéramos más tiempo juntas, a solas, en este viaje. Y realmente me
gustaría ser el tipo de novia, o lo que sea, que viene a tu casa cuando sea. Pero con Ben no..."
150
"No quise hacerte sentir mal. O hacer que te sientas como si tuvieras que dar
explicaciones. Sólo quería que supieras que sería feliz con un poco más de ti". Jess suspiró.
"Y ahora me siento tonta al admitirlo".
"Tendremos el próximo jueves todo para nosotras. En una cama king-size".
Eso no era suficiente y Cody lo sabía. Pero era lo que tenía que ofrecer.
"Confía en mí, no lo he olvidado. Será mejor que aparezcas en el hotel preparada para
un montón de energía reprimida por mi parte".
"Me gusta cómo suena eso".
Mucho de hecho. Y sin embargo, no llegó al problema mayor. Jess no se había

apuntado a una familia. Ella sólo quería alguien con quien salir.
"Quiero hacer un mejor trabajo de tiempo juntas. Puedo conseguir una niñera y venir
a tu casa o podemos salir. Y tal vez sería raro, pero podrías venir cualquier noche después de
que Ben esté dormido. Por lo general, él está durmiendo a las ocho".
"Me gustan todas esas opciones". Jess cogió la mano de Cody. "Me has dado una
pequeña muestra de algo que quiero mucho más. Pero también me gusta salir contigo y con
Ben. No te preocupes. Tenemos esto".
Cody no estaba segura, pero asintió de todos modos.
"La verdadera pregunta es si estás preparada para las despedidas de Acción de

Gracias al estilo de la familia Archer".
"Creo que me ha ido bastante bien con la familia Archer hasta ahora".
Jess acercó a Cody. "Lo has hecho. Muy impresionante, de hecho. Pero podemos ser
intensos. Prepárate para muchos abrazos".
Las despedidas fueron más ruidosas de lo esperado, y Jess no bromeaba sobre los
abrazos. Todos parecían abrazar a todos al mismo tiempo. Los ojos de Ben se pusieron
grandes cuando Ava -¿o era Addy?- abrió los brazos y se acercó a él, pero entonces Joshua
interceptó el abrazo y rápidamente se convirtió en un juego con todos los menores de siete
años persiguiéndose y pasando entre los adultos.
La madre de Jess, Elaine, se adelantó para dar el último abrazo a Cody. Después de
soltarla, agarró las muñecas de Cody y se aclaró la garganta como si tuviera algo importante
que decir.
151
"Entonces, el año que viene. Espero que tanto tú como Ben estéis en la tarea de la
tarta de nuevo. ¿Qué tenemos que hacer para que eso ocurra?"
Cody no estaba del todo segura de a quién quería incluir Elaine en "nosotros", pero
la mirada de determinación en su rostro le recordaba exactamente a Jess. ¿Cuánto sabía
Elaine? Por mucho que deseara que lo de las esposas fuera sólo un divertido detalle de cómo
habían empezado a salir, la verdad era que no sabía lo que pasaría en dos meses, y mucho
menos en el próximo año. ¿Qué quería Jess de esto? ¿Seguía pensando sólo en su columna
y en lo siguiente que escribiría?
"Haré lo que pueda".
"Bien. Eso es lo que quería oír". Elaine soltó las manos de Cody. "Eres perfecta para
Jess. Esperemos que ella tenga la inteligencia para agarrarse bien".
"¿Qué tengo la inteligencia para aferrarme?"
Jess se dejó de abrazar a su hermana y estudió a Elaine, claramente recelosa de lo que su

madre podría haber dicho.
"Tu padre y yo hemos decidido que Cody es una guardiana". Elaine le guiñó un ojo a
Cody. "Así que espero una propuesta de matrimonio cualquier día".
Cody y Jess se rieron. Elaine estaba claramente bromeando, pero fingió actuar
molesta antes de esbozar una sonrisa.
"Puedo intentarlo, ¿no?"
"Gracias por dejarnos a Ben y a mí colarnos en tu Acción de Gracias. Jess tenía razón
tiene la mejor familia. Todos ustedes nos hicieron sentir como si fuéramos parte de ella".
De la nada, sintió la presión de las lágrimas y rápidamente apretó los dientes.

Afortunadamente, Ben eligió ese momento para abalanzarse sobre ella. Estaba siendo
perseguido por Joshua, pero no estaba claro si la había golpeado por accidente o necesitaba
ser rescatado. Sin embargo, ella lo recogió. Por una vez, tuvo un buen momento para
interrumpir una conversación.
"Muy bien, es hora de irse antes de que alguien empiece a llorar".
"Eso es real". Lacey agarró a Joshua y le señaló su minivan.
Un coro de "nos vemos pronto" siguió cuando todos se metieron en sus respectivos
coches, y un momento después, la cabaña de alquiler estaba en el espejo retrovisor de Cody.
No dejaba de mirarla, sintiéndose ridícula por tener nostalgia de un lugar en el que sólo se
152
había quedado tres noches. Sin embargo, se sintió mal cuando la cabaña se perdió
completamente de vista.
***
"¿Estás bien?" Jess tocó el muslo de Cody.
"Sólo concentrada. Quiero que lleguemos a casa de una pieza". Las carreteras de
montaña nevadas eran una excusa plausible de todos modos.
"Eres buena conductora. No estoy preocupada".
"Gracias".
Cody sonrió pero mantuvo sus ojos fijos en el coche delante de delante de ellos.
Habían estado conduciendo durante casi una hora, pero su mente no había tomado un
descanso. Sus pensamientos daban vueltas desde un recuento de las aventuras de la semana
hasta dormir con Jess hasta las palabras de despedida de la madre de Jess. Prometer que
intentaría llegar para el Día de Acción de Gracias del próximo año se había sentido
deshonesta, pero ¿qué otra cosa podría haber dicho?
Jess se giró en su asiento y estudió a Ben, probablemente tratando de decidir si
estaba dormido o no. Parecía estar dormitando, pero ya los había engañado antes. Jess
probablemente estaba recordando eso y sopesando si una conversación era una buena idea.
Se echó hacia atrás y miró por la ventana. Pasó un momento.
"Estás callada".
"Tú también".
"Porque lo estás. Hay algo que te preocupa. Sabes que preferiría que me dijeras lo
que es".
"Ya he oído eso antes".
Jess le sacó la lengua. "Lo que sea, Dra. Fuerte, Silenciosa y Testaruda".
"Podemos hablar". Sus mini vacaciones habían sido casi perfectas. Ella no necesitaba
arruinar las cosas ahora. "Lo pasé bien contigo y tu familia. Pero no tengo muchas ganas de
volver a la realidad y calificar todos los exámenes que debería haber calificado el martes por
la noche".
"¿Eso es lo que tienes en mente?"
Cody se encontró mordiendo la pregunta que la había molestado toda la semana.
153
"Vamos. Saca el tema". Jess resopló. "Sabes que te lo sacaré eventualmente. Elegiste
fuerte, ¿verdad? Así que no te quedas callada también".
"Escogí testaruda".
Jess sonrió. "Bien. Puedes ser terca. Empieza a hablar".
Cody quitó los ojos de la carretera el tiempo suficiente para girarlos hacia Jess, que
juguetonamente le dio un manotazo en el brazo a cambio. Ella agarró el volante y se
preguntó qué decir. Tal vez hacer la pregunta era la decisión correcta. No era como si fuera
a quitárselo de la cabeza de otra manera.
"¿Cuánto le dijiste a tu familia?"
"¿Sobre nosotras?"
Jess tenía que saber que eso era lo que quería decir, pero asintió de todos modos.
"Todos han estado leyendo mis columnas. Bueno, mi padre no, pero si todos los
demás. Y mi madre le cuenta todo a mi padre pero en términos PG".
"¿En serio? Pero tu mamá..." Cody se detuvo. Trató de recordar las palabras exactas
de Elaine después de que se habían abrazado. "¿Saben que las esposas son temporales?"
"Sí. Lo entienden".
Redujo la velocidad cuando el coche que tenía delante se desvió por un trozo de hielo.
"Nos trataron a Ben y a mí como si ya fuéramos parte de la familia".
"Así son ellos". Después de un momento, Jess se encogió de hombros. "Cuando les
gusta alguien".
No quiso preguntar a cuántas mujeres había llevado Jess a Acción de Gracias antes
que ella. O cuántas habían gustado a la familia. Ambas tenían historia, eso era seguro, pero
Jess claramente no había escrito sobre todo lo que había hecho con las novias anteriores
para que toda la familia lo leyera. Por un lado, Cody deseaba saber lo que Jess había dicho
de ella. Por otro, se sentía se sentía aliviada de no saberlo.
"¡Mamá, mira! ¡Hay una granja donde se pueden comprar árboles de Navidad!
¿Podemos parar? Por favor".
154
Cody miró por encima de su hombro. Ben estaba repentinamente despierto y

probando las correas de su asiento elevador. Rebotó hacia arriba y hacia abajo con excitación
y golpeó con el dedo la ventanilla.
"¡Mira! ¡Justo ahí! Prometiste que podríamos tener un árbol de verdad este año".
"No me importa parar", dijo Jess en voz baja.
Cody miró de Jess a Ben. Un árbol de Navidad definitivamente no estaba en la agenda

y tenía mucho trabajo esperándola, pero...
"Pasaste por delante de él". Ben hizo un sonido que estaba más cerca de un gemido
de perro.
"Amigo, la salida aún no ha aparecido. Tienen la valla publicitaria y el cartel de los

árboles de Navidad ahí detrás, pero la salida está más adelante".
"¿Significa eso que podemos ir?"
Su pregunta estaba tan llena de feliz anticipación que ella no quiso decir que no. Jess
puso su mano en la pierna de Cody de nuevo. Lo que la señal significaba esta vez no estaba
del todo claro, pero se sintió como un gesto de apoyo.
Cody exhaló. Tenía que dejar de pensar demasiado. Empezando por ahora.
"Sí, podemos ir a elegir un árbol".
El chillido de Ben llenó el coche. "¡No hay árbol falso!"
Jess sonrió. "¿Supongo que este es tu primer árbol de verdad?"
"El primer árbol de verdad de Ben". Cody se inclinó hacia la salida de la autopista.
"Prometí que tendríamos uno de verdad, pero cada año nos quedamos sin tiempo y pongo
uno de plástico en su lugar".
"Y se ve terrible", dijo Ben.
"¿Cómo recuerdas el aspecto de nuestro viejo árbol? Sólo tenías cuatro años la última
vez que lo pusimos".
"Me acuerdo de todo". El tono de Ben era enfático.
"En realidad, teníamos un árbol de verdad el año en que naciste, pero ni siquiera tú
puedes recordar cuando eras un bebé".
155
Ben frunció el ceño y ella deseó no haber dicho nada. Nadie necesitaba saber que
Anastasia había abrazado la emoción de al menos algunas de las primeras veces de Ben. O
que el hecho de ser abandonados a su suerte por sí mismos era parte de la razón por la que
las vacaciones se sentían como mucho trabajo.
Jess se encogió de hombros.
"Bueno, yo siempre voy a votar por un árbol de verdad. Nada huele mejor".
"Se me ocurren algunas cosas", murmuró Cody.
"Ejem. Estoy segura de que puedes, pero será mejor que te guardes esos
pensamientos para para ti". La voz de Jess cambió a un susurro y su mano se movió hacia
arriba en el muslo de Cody.
"Las palomitas de cine huelen mejor que los árboles", dijo Ben.
"De ninguna manera". Jess negó con la cabeza. "Ni de lejos".
"También lo hace el chocolate". Ben levantó la vista en señal de contemplación. "Y

las naranjas.
Y... el recreo".
"¿Recreo?" La mirada de Jess era dudosa. "¿A qué huele el recreo?"
Cody se rio mientras Ben intentaba defender que el recreo tenía un olor, y un buen
olor. La granja de árboles de Navidad apareció a la vista y Ben y Jess soltaron
simultáneamente un grito de júbilo. Cody no pudo evitar sonreír. Sea lo que sea que
sucediera el día de San Valentín, estaba al menos ochenta por ciento segura de que Jess era
buena para Ben. Y para ella.
156
Capítulo Diecinueve
Jess escudriñó el pequeño estudio para comprobar la forma de todos.
"Bien, ahora que estamos en nuestro amplio segundo, vamos a doblar las rodillas y
hacer pulsos lentos. Abajo para dos, arriba para dos".
Contó los primeros, y luego repasó los recordatorios habituales para mantener los
movimientos pequeños y mantener la postura. Hizo un bucle de la clase para hacer pequeñas
correcciones, luego regresó a su lugar en el centro.
"Ahora vamos a acelerar. Abajo, abajo, abajo".
Dejó que el tempo de la música mantuviera el ritmo durante un minuto y permitió su

mente a vagar. Al igual que la mayor parte de la última semana se dirigió a Cody. Y mientras
algunos de sus pensamientos fueron de la variedad blanda y romántica, la mayoría fueron R,
si no Xrated.
A pesar de la interrupción, habían logrado ir más lejos que en cualquiera de sus
intentos anteriores. Y aunque ella no tenía interés en ser unilateral cuando se trata de sexo,
sería difícil quejarse de recibir las atenciones de Cody. Todo lo que tenía que hacer era cerrar
los ojos para ver la cara de Cody entre sus piernas. Y el ejercicio actual, con su enfoque en
el interior de los muslos, le recordaba demasiado bien lo que sentía al apretar los hombros
de Cody con esos músculos.
La música cambió, haciéndole ver que había forzado a su clase a permanecer en una
posición mucho más tiempo de lo habitual. No hay que preocuparse. Recuperaría el tiempo
en la sección central. Contó las últimas cuatro repeticiones, terminando con, "Y estamos
fuera".
Los gemidos de sus clientes habituales le dijeron todo lo que necesitaba saber sobre
cuánto tiempo había perdido la noción del tiempo.
"Vamos a nuestras colchonetas para algunos estiramiento y mostrar a esos muslos

un poco de amor".
Mantuvo su atención en sus estudiantes por el resto de la clase, haciendo su camino

a través del asiento restante y el trabajo central, junto con el enfriamiento final y
estiramiento. Recordó a todos que debían limpiar sus colchonetas y reviso a la nueva en su
clase, una estudiante universitaria con magníficas curvas que dijo estar intimidada y un poco
aterrorizada de probar el barre.
"Entonces, ¿qué te parece?"
Kari con K asintió con entusiasmo.
157
"Pensé que iba a morir durante la sección de tablas, pero por lo demás no está mal.
Quiero decir, todavía pensé que iba a morir, pero en el buen sentido".
"Has aguantado mucho mejor que yo en mi primera vez".
Kari se sonrojó. "Es muy amable de tu parte".
"Lo digo en serio. Fuiste una estrella de rock. Deberías estirar más esta noche si
puedes y saber que vas a estar dolorida mañana". Ella no quería asustar a la gente, pero era
mejor saber lo que les esperaba.
"Oh, estoy totalmente preparada para una larga ducha caliente y algo de
ibuprofeno".
"Bien. Espero verte de vuelta".
Kari asintió. "Lo harás. Me gusta la clase, pero usted es un gran profesora". Alta
energía sin ser maniática".
"Gracias".
"Lo digo en serio. Eso de gritar y competir me da ansiedad". Kari hizo una mueca.
Se rio porque ella misma no podría haberlo descrito mejor. "A ti y a mí también".
Le deseó a Kari buenas noches, luego ordenó los accesorios para la próxima clase
antes de dirigirse al vestuario. Cogió sus cosas en lugar de ir a las duchas, queriendo la
comodidad y la gama completa de productos de casa antes de su noche con Cody. Al salir,
se encontró con Finn.
"Hola, forastera".
Finn le levantó la barbilla. "Hola, a ti también".
"¿Estás bien? Siento como si no te hubiera visto en una semana".
La sonrisa de Finn lo decía todo. "Estoy bien".
"Me alegro. Te lo mereces".
"Tú también lo mereces. Hablando de eso, esta noche es tu cita sexual, ¿verdad? ¿No
estarás en casa?”
En circunstancias normales, ella le haría pasar un mal rato a Finn por referirse a
158
cualquier cosa que hiciera como una cita sexual, pero sería difícil argumentar que era otra
cosa.
"Sí, pero puede que esté en casa. Cody no puede quedarse por Ben".
Finn asintió, con más empatía que juicio. Al menos Jess esperaba que fuera más
empatía que juicio.
"Qué mal".
La dificultad que habían tenido para pasar la primera base era frustrante, por decir lo
menos. Pero aparte de esas interrupciones en particular, no le importaba que Ben estuviera
cerca. La verdad es que ella estaba bastante apegada a él. Y pasar el Día de Acción de Gracias
con su familia sólo reforzó eso. Como esa no era una conversación que necesitaba tener con
Finn en medio del gimnasio, se conformó con un
"Sí".
"Bueno, espero que esta noche sea el festival de sexo de seis horas de tus sueños".
Una vez más, ella quería discutir la elección de las palabras de Finn, pero eran
demasiado acertadas.
"¿Nos ponemos al día pronto? ¿En casa, tal vez?"
"¿Quieres decir como compañeras de piso civilizadas?"
Ella se rio. "Exactamente."
***
Cody se había ofrecido a recogerla, pero como eso habría acortado media hora en
ambos extremos del tiempo que tenían, sugirió reunirse allí y utilizar el tiempo de forma más
fructífera. Entró en el vestíbulo justo cuando Cody terminó de registrarse, manteniéndose al
margen para que pareciera que no estaban juntas.
"¿Todo listo?", preguntó cuándo Cody se volvió hacia ella.
Cody asintió con la cabeza y sonrió despreocupadamente.
"Todo listo".
Subieron al ascensor con un hombre y sus dos hijos, que claramente volvían de un
viaje a la piscina cubierta. Eso no le impidió dar a Cody un apretón subrepticio en el trasero,
159
mientras los niños se quejaban de tener frío. La habitación tenía la estética estándar de un
hotel de tres estrellas: buenas sábanas, arte genérico y una televisión gigante.
"Tengo que decir que esto se siente un poco raro. Como si tuviera que invitarte a
cenar primero o algo así". Cody frunció el ceño.
Apreció la caballerosidad de Cody pero esperaba que se le pasara.
"¿Y si no quiero cenar?"

Cody levantó una ceja, con un brillo burlón en sus ojos. Al menos Jess esperaba que
fuera burlón. "O, quizás más exactamente, ¿qué pasa si quiero que cenes?"
"¿Cuánto tiempo has estado trabajando en esa línea?"
Ella se rio. "Si hubiera trabajado en ella, me gustaría pensar que podría haber llegado
con una línea ligeramente mejor".
"¿Es bueno tener objetivos?" Cody se encogió de hombros e hizo que Jess se
preguntara si realmente tenía complejos con todo este plan del hotel.
"¿No te va a molestar no cenar? Te juro que estoy bien, pero quiero que tú también
lo estés".
Eso pareció llamar la atención de Cody. Ella hizo una especie de gesto de
estremecimiento, como si literalmente se estuviera sacudiendo la duda. O la duda. O lo que
fuera. Cerró los ojos y respiró profundamente. Cuando los abrió, miró fijamente a Jess.
"No es así. Lo siento. No sé por qué por qué estoy siendo rara".
La honestidad, emparejada con la incomodidad que parecía venir justo antes de que
hicieran algo físico, la hizo sonreír.
"No estás siendo rara. Bueno, lo estas, pero es apropiado para la situación".
"Entonces, ¿no reservas regularmente habitaciones de hotel para tener una

encuentro sexual?
¿Lugar de encuentro? ¿Cuál es el plural de "rendezvous"? Cody hizo una mueca.
"Lo siento. Ahora sí que estoy siendo rara".
Y ridículamente encantador. Era el encanto, incluso más que la atracción sexual, lo

que amenazaba con acabar con ella. Pero como fue la atracción sexual lo que las trajo a
160
este momento, ahí es donde ella enfocaría su atención. Cruzó lentamente la habitación hasta
donde estaba Cody.
"Estoy bastante segura de que es una cita".
Jess se detuvo antes de tocar a Cody. Miró el cinturón de Cody resistiendo el impulso
de desabrocharlo, al menos por ahora, y luego a la boca de Cody.
Cody tragó. "Como un alce".
Ella se mordió el labio y ni siquiera intentó no sonreír. "Sí, como un alce".
Cody asintió. "Gracias por ser paciente. No estoy segura de cómo, ya sabes, empezar
las cosas".
Puso una mano en el bíceps de Cody, amando lo fuerte y sólido que se sentía.
"¿Qué tal si empiezas por besarme?"
Y así, Cody se relajó. Tal vez fue porque se habían besado unas cuantas veces y se
sentía cómodo. O tal vez necesitaba permiso. Parecía el tipo de mujer a la que le interesaba
mucho el consentimiento. Sea lo que sea, los nervios que parecían estar vibrando alrededor
se calmaron. En su lugar, el deseo. Irradiaba de ella y calentaba a Jess desde el interior. Puso
una mano en el pelo de Jess, justo en la base del cuello, y la otra en la cintura de Jess.
"Eso, puedo hacerlo".
A pesar del calor que crecía rápidamente entre ellas, Cody se tomó su tiempo con el
beso. Pero no había nada de cuestionamiento o vacilación en él. No, este era un tipo de beso
deliberado, del tipo diseñado para amplificarla y derretirla en un charco al mismo tiempo. Y
vaya si funcionó.
Apretó el brazo de Cody, tanto para estabilizarse como para cualquier otra cosa. Llevó
su otra mano a la cintura de Cody, enganchando un dedo en una de las trabillas del cinturón
y le dio un suave tirón. Cody no dejó de besarla pero dejó escapar un pequeño gemido que
le recordó a Jess que tenía a Cody acurrucado entre sus piernas.
Presionó su pelvis hacia delante, no de forma consciente exactamente, sino más bien
en desesperación por tener el cuerpo de Cody contra el suyo. En respuesta, Cody le tiró del
pelo, inclinando la cabeza de Jess. Jess dejó escapar un gemido y la boca de Cody y la boca
de Cody encontró su mandíbula, su cuello, la zona de la carne justo por encima de la clavícula.
Sí, definitivamente desesperación.
Empezó a tirar de la camisa de Cody, queriendo que estuviera desnuda, al menos,
necesitando sentir su piel. Antes de que pudiera llegar muy lejos, Cody agarró el dobladillo
del suéter de Jess y lo tiró por encima de su cabeza.
161
"No es justo", dijo ella con una risa.
"No puedo responsabilizarme del hecho de que hayas elegido no meterte la camisa
por dentro".
Su inteligente respuesta sobre las diferencias entre la moda marimacho y la femenina

desvaneció cuando Cody le desabrochó el sujetador, se lo quitó y lo tiró a la cama. En su
lugar, trató de centrar su atención en desabrochar la camisa de Cody, una tarea nada fácil
con las cálidas y ligeramente ásperas manos de Cody cubriendo sus pechos.
"Joder". Fue tanto un suspiro como un improperio, pero aun así la hizo reflexionar.
Ella Inclinó la cabeza lo suficiente para mirar a Cody a los ojos. "No hay frasco de palabrotas
esta noche, ¿verdad?"
Cody se rio, un sonido sexy y relajado que aseguró a Jess que cualquier resto de
nervios se había desvanecido.
"Di lo que quieras".
Cody la besó de nuevo y fue pura confianza. O competencia .Ambas cosas, en

realidad. Ella se hundió en él, pero reanudó sus esfuerzos para deshacerse de la ropa de Cody
tanto como sea posible. Consiguió quitarle la camisa a Cody, junto con la ajustada camiseta
que llevaba debajo. Cody desabrochó sus vaqueros mientras ella jugaba con el cinturón de
Cody. Fue un esfuerzo juguetón, aunque ligeramente frenético, pero se las arregló para que
estuvieran desnudas y en la cama en poco tiempo.
Cody inmovilizó las muñecas de Jess ligeramente por encima de su cabeza y se movió
sobre ella. La sensación de piel contra piel la puso en órbita, especialmente sin Ben y la
mayoría de su familia a una pared de distancia.
"Fue una idea fantástica la que tuviste".
"Las tengo de vez en cuando". Cody tomó uno de los pezones de Jess en su boca.
Ella se arqueó, el placer se disparó como electricidad a través de su cuerpo y justo
hasta su clítoris.
"¿Ves? ¿Eso? También es una idea fantástica".
"Estoy tan contenta de que estemos en la misma página".
Cody soltó sus muñecas y comenzó a besar el torso de Jess. Por muy celestial que se
sintiera, no iba a dejar que Cody se saliera con la suya primero.
"No tan rápido".
162
Cody detuvo su avance y miró hacia arriba.
"¿Qué? ¿Qué pasa?"
Quizás no era justo aprovecharse de la preocupación de Cody, pero eso no la detuvo.

Enganchó una pierna alrededor de la de Cody y giró su cuerpo, invirtiendo efectivamente sus
posiciones.
"No pasa nada. Pero no voy a dejar que te pongas sobre mí de nuevo cuando no he
puesto una mano o boca sobre ti todavía".
Cody la miró con una mezcla de confusión y preocupación. "¿Acabas de literalmente

darme la vuelta?"
Jess movió los muslos y se sentó, poniéndose a horcajadas sobre las caderas de Cody.
"Sólo en el sentido más técnico. Sigues siendo la primera".
Cody la agarró por las caderas, asertivo sin ser agresivo. "En ese caso".
Como no sabía cuánto tiempo, o cuán a menudo, podría estar en esta posición, la
aprovechó, haciendo girar sus caderas lentamente y apretando contra Cody de una manera
que parecía darle a Cody tanto placer como a ella.
Cody no aflojó su agarre, pero dejó que Jess marcara el ritmo. El movimiento, junto
con la fricción que causaba, la llevó peligrosamente cerca de correrse, así que se desplazó
hacia delante, apoyando sus manos a cada lado de la cabeza de Cody. Los ojos de Cody
estaban oscuros de deseo, pero su mirada no vaciló. Jess la besó, empezando por sus labios
y luego haciendo un rastro por el torso de Cody. Las piernas de Cody se abrieron y ella se
acomodó felizmente entre ellas.
Besó el interior de los muslos de Cody antes de deslizar su lengua en la humedad de
Cody. Cody aspiró, haciéndola retroceder.
"¿Demasiado?"
Cody levantó la cabeza y la sacudió. "No, sólo demasiado tiempo. Ha sido demasiado
mucho tiempo".
Ella sonrió. "Puedo ir con calma".
Cody volvió a negar con la cabeza. "Por favor, no lo hagas".
Era toda la invitación que necesitaba. Presionó su lengua en el centro de Cody y dejó
escapar un suspiro de satisfacción. Tal vez no había estado esperando tanto tiempo como
Cody, pero se sintió como si lo hubiera estado deseando durante años. Cody gimió y enredó
163
sus dedos en el pelo de Jess. Sin palabras, le dijo a Jess exactamente lo que tenía que hacer
y Jess le obedeció encantada. Jess lamió y chupó, deleitándose con el modo en que el clítoris
de Cody palpitaba literalmente bajo su lengua.
Cody se corrió con fuerza y rapidez, más rápido de lo que a Jess le hubiera gustado,
pero pudo apreciar la urgencia contenida. Apoyó la cabeza en el muslo de Cody, disfrutando
del modo en que el cuerpo de Cody seguía estremeciéndose. ¿Cuáles eran las posibilidades
de que Cody volviera a hacerlo?
"Sube aquí".
Cualquier fuerza en la orden se perdió en el ligero deslizamiento de voz de Cody. Ella

obedeció, pero se esforzó por besar a Cody lenta y minuciosamente.
“Espero que eso no signifique que hayas terminado conmigo".
Cody se rio. "Ni mucho menos. Sólo necesito un minuto. Y tal vez para hacerte eso a
ti".
Ella dejó escapar un suspiro de felicidad, locamente excitada pero también algo
satisfecha.
“Apruebo este plan. Aunque..."
Cody la miró con preocupación. "¿Qué?"
"Esperaba poder convencerte de que probaras también un par de cosas más".
La mirada de preocupación se volvió traviesa. ¿Había algo más caliente que Cody
post-orgasmo y juguetona?
"Obviamente".
Se imaginó a Cody moviéndose dentro de ella.
"Ojalá hubiera pensado en preguntarte sobre las correas antes de este momento
exacto".
Cody se puso de lado y se apoyó en el codo. "¿Sí? ¿Qué me habrías preguntado?"
Dejó que su mirada recorriera el cuerpo de Cody. "Si te hubiera gustado".
"¿Y si hubiera dicho que sí?"
"Te habría pedido que vinieras preparada".
164
"Ya veo". Cody asintió lentamente. "¿Y si hubiera dicho que no quería presumir nada,
pero que venía preparada, por si acaso?"
"Diría que tu afición a estar preparada se está convirtiendo rápidamente en una de

las cosas más sexys de ti".
Cody se levantó de la cama. "No te muevas."
"No me voy a ninguna parte". Jess se dejó caer sobre su espalda. Tal vez había algo
que decir sobre las citas sexuales después de todo.
165
Capítulo Veinte
Buenos días".
"Si has llamado para preguntar si estoy dolorida, la respuesta es sí. Y todo es
por tu culpa".
Cody pudo oír la sonrisa en la voz de Jess, y era exactamente lo que ella esperaba.
"¿Debo pedir perdón?"
"Ambas sabemos que no lo sientes. De todos modos, deberías estar orgullosa de ti

misma. Esto no ocurre a menudo".
Se rio. "Bueno, no he llamado para preguntar eso, pero gracias por decírmelo. Por
desgracia, ahora voy a pasar el resto del día deseando poder masajear todos esos músculos
doloridos que tienes".
"Podrías venir. Finn se ha ido y tengo la casa para mí sola. Definitivamente me vendría
bien un masaje a fondo".
Hubo una pausa y Cody se imaginó a Jess estirada y desnuda en la cama, tal vez
incluso metiendo la mano entre sus piernas para palpar un punto en particular que podría
estar sensible por toda su atención.
"Incluso abriría la puerta desnuda para ti".
"Mm. Eso no es justo".
"Tú eres de los que hablan de jugar limpio. ¿Te das cuenta de que sólo me dejaste
tener una ronda contigo anoche? Estaba aquí tumbada pensando en ello".
"¿Estás realmente molesta?"
"No. No puedo recordar la última vez que me tocaron tan bien. Pero estoy haciendo
una lista de cosas que quiero hacer cuando te coja la próxima vez. ¿Estás segura de que no
puedes hacer novillos y venir?"
Ojalá. La imaginación de Cody se disparó con ese pensamiento. Miró su reloj.
"Tengo que dar una conferencia en veinte minutos. Tal vez podrías jugar contigo
misma y contármelo después".
166
"¿Es una petición real? Porque si es así, lo haré".
A Cody se le cortó la respiración. Con una sola pregunta Jess las había llevado de una
ligera broma sexy a un lugar que empujó sus hormonas en la sobrecarga.
"Sí, eso es una petición real. Quiero un informe completo".
"Bien. De todos modos, no quería ir a la oficina hasta más tarde. Ahora tengo una
buena razón. Voy a trabajar desde casa en un proyecto imprescindible”.
Jess hizo un sonido a medio camino entre un ronroneo y un gemido de satisfacción,

y Cody anhelaba pedirle una foto en ese momento. Ella se aclaró la garganta.
"Quiero dejar que te pongas a trabajar, pero tengo una pregunta rápida".
"Pensé que estabas siendo dulce y comprobándome después de la última noche".
Cody sintió una punzada de culpa y decidió poner todas sus cartas sobre la mesa.
"Estaba comprobando cómo estabas, pero no porque pensara que no estarías bien.
Quería escuchar tu voz y por eso se me ocurrió que una pregunta parecía una buena excusa".
"Y ahora sí quieres saber mi respuesta".
"Exactamente. Dame un segundo. Tengo que abrir una puerta". Cody deslizó el
teléfono de su oreja derecha a la izquierda, luego sostuvo su tarjeta de acceso hasta el
escáner y esperó a que la cerradura hiciera clic. Empujó la puerta de su despacho y dejó su
bolsa de mano. "¿Sigues ahí?"
"Sí. Y mojándome con todos los ruidos que haces".
"Entrar en mi despacho. No es nada sexy". Afortunadamente, ninguno de sus

estudiantes de laboratorio estaba trabajando esa mañana.
"Hmm. No sé sobre eso. Hasta ahora, he encontrado casi todo lo que tiene que ver
contigo es sexy. Imaginarte en el trabajo haciendo todas tus cosas de química atmosférica
no es definitivamente una desviación".
No pudo evitar sonreír. "La mayor parte del tiempo estoy analizando conjuntos de
datos".
"¿Te molestaría que entrara en tu despacho y te interrumpiera? ¿Te diría que

necesito algo de tu atención?"
167
Cody se pasó la mano por el pelo. Era demasiado temprano en la mañana para pensar
en sexo, pero de repente era muy consciente de su clítoris. De hecho, todo entre sus piernas
parecía estar en atención ahora.
"Tenías una pregunta para mí. Creo que te sigo distrayendo".
"Sí. Mi pregunta". Aproximadamente tres células cerebrales se encendieron. El resto

estaban entretenidas en la fantasía de tener a Jess en la oficina. "¿Quieres venir a decorar
el árbol esta noche? Sé que nos vimos ayer, pero Ben me lo ha estado pidiendo toda la
semana. Hemos estado ocupados, pero también piensa que tú sabes más sobre la decoración
del árbol que nosotros. Y probablemente tenga razón. También esperaba que tal vez
pudieras pasar la noche".
"Así que, Ben quiere que vaya a decorar y tú quieres que vaya para que puedas
cogerme?"
Debería haberse sentido mortificada por la exactitud de la sucinta evaluación de Jess

pero el tono burlón la hizo reír.
"Más o menos, sí".
"Me gusta este plan. ¿Podríamos hacerlo el sábado? Tengo una cita esta noche.
Bueno, no es una cita. Es sólo una cosa".
¿Una cosa? El retroceso de Jess impidió a Cody preguntar a qué se refería que quería
decir. No habían hablado de salir con otras personas. Por supuesto, ella podría, pero ¿haría
Jess eso sin una conversación previa? ¿Y qué pasaría si su cita iba bien? ¿Era alguien con
quien Jess quería tener una relación? Ella trató de atemperar la ola de decepción con el
deseo de no sacar conclusiones.
"El sábado estaría bien".
"¿Hay alguna posibilidad de poner música navideña?"
"Claro. Incluso podría hacer un fuego. Y palomitas".
"Ooh, me encantaría eso. ¿Puedes decirle a Ben que siento no poder hacerlo esta
noche? Y dile que no cuele la estrella en la parte superior antes de que yo llegue".
***
168
"Deberíamos tener un fuego todas las noches". Ben apoyó su barbilla en sus dos
puños doblados mientras observaba a Cody hurgando en los troncos. "¿Cuándo va a estar
Jess aquí?"
"A las seis".
"¿Cuánto falta para eso?"
Cody miró su reloj. "Cinco minutos".
En realidad, faltaba un minuto para las seis, pero quería que Jess tuviera algo de
gracia y Ben no se la daba.
"Quiero que esté aquí ahora". Ben empujó la pila de LEGOs de un camión de helados
desmontado y gruñó su frustración.
"Esperar es difícil. ¿Qué tal si planeamos lo que queremos hacer tan pronto como
llegue?"
Incluso mientras distraía a Ben, sus pensamientos volvieron a la pregunta que había
estado en su mente todo el día. ¿Debería sacar el tema de salir con otras personas? Por
mucho que quisiera decirle a Jess que estaba bien si lo hacía, eso sólo añadiría otra capa de
complicación a su tenue relación. En cualquier caso, tenían que hablar de ello. ¿No es así? O
tal vez no debería sacar el tema hasta que Jess lo hiciera.
El timbre de la puerta sonó y Ben se puso en pie, esparciendo los LEGOs en todas las
direcciones.
"¡Está aquí!"
"Bueno, ve a abrir la puerta, bobo".
Cody sonrió ante su contagiosa felicidad. Tal vez ella no sacaría el tema en cuestión.
Tal vez lo correcto era simplemente disfrutar de la velada. Colgó el atizador en el estante y
se quitó el hollín de las manos. Por mucho que ella quería ver a Jess, rodearla con sus brazos
y besarla, sentía el pecho apretado. ¿Habría venido Jess esta noche si no hubiera querido?
El bullicioso saludo de Ben se mezcló con la risa de Jess y se filtró por el pasillo. Cody
rodó los hombros, diciéndose a sí misma que se aflojara. Eso era todo lo que podía hacer de
todos modos. Disfrutar del viaje mientras durara y confiar en que Jess le diría si no quería
que las cosas continuaran.
Cuando Cody llegó a la entrada, Jess tenía a Ben en sus brazos. Ella todavía no se
había quitado el abrigo, pero estaba ocupada escuchando el monólogo de Ben sobre los
planes para la noche.
"Y luego vamos a ver El Grinch. ¿La has visto?"
169
"Oye, Ben, ¿recuerdas que íbamos a preguntarle a Jess qué película quería ver? Y qué
tal si dejas que Jess se quite el abrigo".
Ella le dio a Jess una sonrisa tentativa y no pudo evitar llenarse de calidez ante la
amplia sonrisa que Jess le devolvió. Tal vez estaban bien. Tal vez ella estaba preocupada por
nada.
"Estoy un poco caliente. Pero no quiero menospreciarte. He echado de menos verte

toda la semana. De hecho, creo que voy a seguir abrazándote toda la noche para compensar.
Excepto cuando tenga que ir a orinar". Ella le dio a Ben un apretado abrazo y él soltó una
risita.
"Eso sería un problema".
"Puedes mudarte con nosotros y me verías todo el tiempo. Incluso tenemos una
habitación extra. Mamá guarda allí su máquina de remo y su bicicleta, pero es una habitación
grande. También tengo mi juego de trenes. Puedes jugar con él cuando quieras. Todo lo que
necesitas es una cama".
Cody se preguntó cuánto tiempo había estado Ben tramando esto. Decidió que no
responder era mejor que apagar su imaginación y que las cosas fueran incómodas. Pero
tendrían que hablar más tarde.
"Ben, vamos a darle a Jess un segundo para quitarse el abrigo. Ven aquí".
Extendió los brazos y Jess dejó escapar un suspiro atribulado. "Bien."
Ella tomó a Ben de Jess y lo puso en el suelo.
"Bien, cuando tenemos un invitado, tenemos que actuar con elegancia". Se aclaró la
garganta y se enderezó. "Buenas noches, señora. ¿Puedo tomar su abrigo?"
"Oh, sí, gracias". Jess le guiñó un ojo a Ben, y se quitó los guantes y la bufanda,
haciendo un espectáculo de pretender ser extra correcta. Se los dio a Cody y se quitó el
abrigo.
"Amable señora, ¿sería tan amable de colocar mis cosas en un lugar seguro".
"Sí, por supuesto". Cody se inclinó.
Ben arrugó la nariz. "Ustedes dos son raras".
Cody se rio. "Sólo espera a que seas un adolescente. Vas a pensar que somos
realmente raras entonces".
170
Jess inclinó la cabeza y le dedicó una pequeña sonrisa a Cody. ¿Significaba eso que no
le importaba que la incluyeran? No era más que una tontería pensar en ellas juntas dentro
de diez años, pero no sería la primera vez que su imaginación va a ese lugar. Sus
pensamientos volvieron a la cuestión de si Jess quería estar aquí esta noche. Quería besarla.
De hecho, lo necesitaba. Un beso y sería capaz de decir cómo se sentía Jess.
"¿Has visto El Grinch, Jess?" Preguntó Ben.
"Sí, la he visto. Pero ha pasado mucho tiempo y creo que debería verla de nuevo".
Ben empezó a dar saltos por la habitación coreando que sí. De repente, dejó de saltar
y se llevó un dedo a la sien.
"Voy a preparar la película”.
"Buena idea. Estaremos allí en un segundo". Ben se dirigió a la sala de estar y miró a
Jess. "Está un poco excitado".
"¿De verdad? No podría decirlo". Jess dio un paso adelante y cogió el cinturón de
Cody.
"Yo también estoy emocionada. Pero no por el Grinch".
No tuvo oportunidad de preguntar por qué Jess estaba emocionada. Ella tiró de Cody
hacia ella y cubrió su boca con un duro beso. Cody apenas logró orientarse antes de que Jess
fuera a por otro. Todas las dudas sobre si Jess quería estar aquí esta noche terminaron
abruptamente. Lo de Jess anoche, cita o no, no podría haber ido tan bien.
Jess mordió el labio de Cody antes de retirarse.
"Será mejor que me mantengas ocupada colgando adornos o no podré quitarte las
manos de encima".
"Mientras seas tú quien le explique eso a Ben..." Sus pensamientos se desviaron

cuando Jess se acercó para darle otro beso.
"¿Vienen o no?" gritó Ben.
Jess ignoró la llamada y sólo profundizó el beso. Cody lo disfrutó, por un momento
dejó que la excitación se extendiera a través de ella, pero luego se apartó. Ben vendría por
ellas en cualquier momento.
"No sé si quiero mantenerte ocupada colgando adornos. Voy a estar pensando en

mejores cosas que tus manos podrían hacer".
171
"Las manos son bonitas, pero tengo otros planes para ti esta noche". Jess tocó la
hebilla de la hebilla de Cody. "Incluso te daré una pista. Tiene algo que ver conmigo entre
tus piernas y tú diciéndome dónde lamer".
"¿Esa es mi pista?"
"Mm-hmm. Donde tú me digas, lameré. Pero tienes que decírmelo".
"Joder. ¿Cómo diablos voy a mantener mis manos fuera de ti durante las próximas
dos horas?"
"Oh, estoy seguro de que lo descubrirás. Y le debes al tarro de las palabrotas dos
monedas de 25 centavos".
Ben volvió a aparecer en la entrada. "¿Por qué siguen hablando aquí ¿ Jess, ven a ver
el árbol. Mamá puso las luces, pero dijo que teníamos que guardar todo lo demás para
cuando llegaras".
"Fue difícil esperar". Cody se encogió de hombros. "Para los dos".
"Bueno, las cosas buenas llegan a los que esperan". Jess deslizó su mano en la de
Cody cuando Ben se marchó de nuevo. "No puedo esperar a decorar el infierno de tu árbol".
Cody se rio más por el movimiento de cejas que por la insinuación.
"Algo me dice que no vas a poder usar sólo la lengua después".
"No creo que seas capaz de mantener tus manos fuera de mí".
Jess se movió más cerca. "¿Es un reto, Cody Dawson?"
"Tal vez".
Jess le soltó la mano cuando llegaron a la sala de estar, y se quedó boquiabierta al

ver el árbol iluminado.
"Se ve aún mejor que cuando lo elegimos. Han encontrado el lugar perfecto para él.
Y me encanta el fuego". Se acercó a calentar sus manos.
"No te acerques demasiado".
"Creo que lo tiene, amigo". Aparentemente, él había escuchado las cien veces que
172
ella le había dicho lo mismo cuando se acercaba demasiado a las llamas. "¿Quieres enseñarle
nuestros adornos?"
Cuando Ben fue a buscar los adornos, Jess se volvió hacia Cody. "Sólo para que sepas,
esta es una cita bastante perfecta".
"¿Mejor que una habitación de hotel?"
"Diferente". Jess hizo una pausa, mirando entre el fuego y el árbol antes de que su
mirada se posara en Cody. "Resulta que me gustan las dos cosas. O tal vez sólo me gustan
las citas contigo".
"¿Y qué hay de tu cita de anoche?" La pregunta salió antes de que de que ella pudiera
detenerla y de inmediato quiso patearse a sí misma.
"¿Anoche?" El ceño de Jess se arrugó. "Oh. No fue una cita. Noche de chicas con
algunas de mis compañeras de trabajo. Tenemos una cosa permanente cada mes".
"Ah." Cody intentó una sonrisa casual a pesar de la enorme ola de alivio. Y la patada
a sí misma por haber enloquecido en primer lugar.
Los ojos de Jess se abrieron de par en par. "¿Pensabas que estaba en una cita con
otra persona?"
Hizo una mueca. "Bueno, nunca dijimos que estaríamos..."
"¿Qué es una cita?" Preguntó Ben, repentinamente de vuelta.
Jess le dirigió una mirada de "te voy a hacer pasar un mal rato por esto" antes de
volver su atención a Ben.
"Una cita es cuando se reserva un tiempo para hacer algo especial con alguien que te
gusta. O con dos personas que te gustan".
"Y nosotros te gustamos".
Jess le revolvió el pelo a Ben. "Exactamente."
Él levantó una caja de zapatos con adornos para que Jess los inspeccionara y ella
comenzó a buscar entre ellos. Varios eran fotos enmarcadas de Ben que había hecho en la
guardería y Jess felicitó amablemente a cada uno, así como a todos los recortes de pan de
jengibre hechos a mano.
Ben señaló un cuadro con marco de macarrones que había hecho en el preescolar
dos años atrás.
173
"Puedes colgar ese primero, Jess. Lo hice yo mismo".
"¿De verdad?" Jess cogió el adorno con delicadeza. "¿Lo has hecho tú?" Ella esperó a
que Ben asintiera. "¿Y puedo colgarlo donde quiera?"
Otro asentimiento. "Excepto en la parte superior. Ahí es donde ponemos la estrella".
"Bien. Yo colgaré este y luego tú puedes colgar el adorno que compré para ti".
"¿Me has comprado uno?"
"Sí. Está en mi bolso". Jess se abrió paso con cautela entre los LEGOs de Ben para
llegar al árbol. Enganchó el adorno en una de las ramas centrales, luego dio un paso atrás y
examinó su trabajo. "Creo que necesitamos música navideña antes de colgar más".
"En ello". Cody sacó su teléfono y comenzó la lista de reproducción con canciones
navideñas. En cuanto la música crepitó por los altavoces de la casa, Jess sonrió.
"Esta noche se pone cada vez mejor". Jess tocó el hombro de Ben.
"Déjame ir a buscar el adorno que tengo para ti".
Jess salió de la habitación y Ben se acercó para apoyarse en Cody. "Me gusta Jess".
"A mí también, amigo". Cody suspiró.
Todo lo que tenía que hacer era no pensar en nada más porque cada vez que lo hacía,
sólo parecía meterse en problemas. Un calor le llenó el pecho. El fuego, la música, las luces
brillantes, y la sensación de Ben relajándose contra ella, todo ayudaba. Pero ella sabía que
tener a Jess allí también era parte de ello.
Jess volvió y le tendió una caja a Ben. Él inmediatamente rasgo el papel del regalo sin
acordarse de dar las gracias. Demasiado para los modales. No es que a Jess pareciera
importarle. Dentro había un adorno de trineo con un pequeño oso de peluche montado en
él. "Ben" estaba impreso en el trineo con una brillante letra cursiva. Tardó un momento en
darse cuenta de la escritura, pero jadeó cuando la vio.
"¡Mi nombre está en él!"
"Increíble, ¿verdad?" Jess levantó el trineo por la fina cinta roja. "Tan pronto como
lo vi, supe que este era para ti. Vamos a encontrar el lugar perfecto".
No tardaron en colgar todos los adornos de la caja de zapatos y de las otras tres cajas.
En su mayor parte, Cody dejó que Jess y Ben eligieran los lugares y sólo ayudaba cuando se
necesitaba su altura. A ella le encantaba observarlos a los dos, con las cabezas juntas y
174
debatiendo la ubicación ideal para cada pieza. Incluso en su faceta más maternal, Anastasia
nunca tuvo ese tipo de paciencia.
Cody suspiró. Le encantaba todo lo relacionado con la velada. Incluyendo cómo su
corazón parecía presionarse contra sus costillas cada vez que uno de ellos la miraba y
sonreía.
"Creo que es el momento de la estrella". Cody le entregó a Jess la brillante estrella

dorada.
"La compró para ti", añadió Ben.
"La compré. La vi y pensé en ti". Tal vez era un poco ridículo, pero era cierto. "Al igual
que viste el trineo y supiste que era para Ben".
"Excepto que la estrella no tiene su nombre. Ella lo compró porque era bonita. Ella
piensa que eres bonita". Ben miró entre Jess y Cody con una sonrisa traviesa.
"¿Qué voy a hacer contigo?" Cody agarró los hombros de Ben y lo empujó
juguetonamente.
Él se rio y trató de soltarse. "Lo que sea. Tengo razón".
"¿Lo que sea? ¿De dónde has sacado eso?" Cody le soltó y le besó la parte superior
de su cabeza. "Tal vez tengas razón. Y tal vez eres demasiado inteligente para tu propio bien".
Miró a Jess, preguntándose cómo se sentiría si Ben lo supiera.
Jess sólo sonrió. "Vamos a ver cómo se ve esta estrella en nuestro árbol. Entonces es
la hora de la película, ¿verdad?"
"¡Sí!" animó Ben.
"Luego la hora de dormir".
Pensó en la promesa de Jess de antes. Por muy perfecta que era la noche, Cody
estaba lista para acelerar las cosas.
Jess se apretó contra Cody y le susurró:
"Recuerda, las cosas buenas vienen a los que esperan".
175
Capítulo Veintiuno
Jess se despertó, no con el pie de Ben clavado en la espalda, sino con el brazo de Cody
cálido y cómodo alrededor de ella.
Nunca se había considerado una gran aficionada a las caricias, ¿pero esto? A esto
podría acostumbrarse. Movió ligeramente el trasero, sobre todo para ver si Cody estaba
despierta. Cody respondió con un suave gemido y la apretó más fuerte. Agradable, aunque
no exactamente una respuesta .Como no tenía ninguna prisa por romper el acogedor y
ligeramente sexual acurrucamiento, volvió a contonearse y saboreó la presión de todo el
cuerpo de Cody contra el suyo.
Cody le acarició el cuello.
"Buenos días".
Jess dejó escapar un zumbido de placer. "Buenos días".
El brazo que Cody había puesto alrededor de ella se movió y sus manos empezaron a
vagar. Cuando rozó la parte inferior del pecho de Jess, ésta se giró para darle un mejor
acceso. ¿Podrían salirse con la suya antes de que Ben se despertara?
"Si no estuviera cien por ciento segura de que Ben está despierto, te preguntaría
cómo te sientes sobre el sexo matutino".
"Es tan injusto preguntarme eso, excitarme, y al mismo tiempo me dices que no
puedo tenerte".
La mano de Cody se detuvo. "Lo siento."
Ella rodó el resto del camino para que estuvieran frente a frente. "Oh, no te estoy
diciendo que pares. Te estoy diciendo que es injusto".
"En ese caso..." Cody tomó uno de los pezones de Jess entre sus dedos y le dio un
apretón.
Ella se mordió un gemido. "Qué injusto".
"¿Tal vez pueda convencerte de otra pijamada y despertarte más temprano?"
La idea de que Cody la despertara con manos y besos errantes aumento tanto su
pulso como su imaginación.
"Sí, por favor".
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"Mientras tanto, ¿puedo ofrecerte el desayuno y quizás unos dibujos animados?"

Ella hizo un gesto de consideración. "Supongo".
"Me alegro mucho de que te parezca bien".
La sinceridad en la voz de Cody la hizo pensar en lo difícil que debe ser intentar salir
con alguien y ser madre soltera.
"Por supuesto".
Se levantaron de la cama y se aventuraron a bajar las escaleras, encontrando a Ben

ocupándose de su tableta. Levantó la vista y dejó escapar un enorme suspiro.
"Por fin te has despertado. Me muero de hambre".
"Buenos días a ti también". Cody le besó la parte superior de la cabeza. "Podrías haber
tomado cereales, sabes".
"Sí, pero es el fin de semana y quiero un buen desayuno".
Ella podía apreciar eso. "¿Y qué es un buen desayuno?"
"Tortitas, gofres, tostadas francesas". Los marcó uno por uno con los dedos.
"¿Detectas un tema?" preguntó Cody a Jess con una sonrisa.
"Um..." Ella fingió que realmente tenía que pensar en ello. "¿Sirope de arce?"
"¡Sirope!" Ben levantó los puños en el aire.
"¿Qué tal panqueques?" Cody dirigió su atención a Jess. "Los panqueques ¿te parecen
bien?"
"Oh, sí. Si haces café, incluso te ayudaré".
Cody chocó su cadera con la de Jess. "Vendida".
Era más divertido de lo que debería ser el estar en la cocina con Cody. Ella hizo la
masa mientras Cody preparaba el café, luego puso la mesa con Ben mientras Cody atendía
la sartén. En cuestión de minutos, los tres estaban sentados en la mesa, con una pila gigante
de esponjosos panqueques que pedían ser devoradas.
Ella se tomó su tiempo para aplicar la mantequilla y el jarabe, un proceso que parecía
fascinar y confundir a Ben. Se encogió de hombros.
177
"Me tomo los panqueques muy en serio".
"Yo me tomo muy en serio lo de comer panqueques". Ben se metió un gran bocado
en la boca.
Ella tomó un bocado del suyo. "Mmm. Delicioso".
"Mamá hace los mejores panqueques".
"Lo hace". Miró a Cody. "Lo haces".
Cody dio un sorbo a su café, aparentemente más interesado en ellos dos que en los
panqueques que tenía delante.
"Vaya, gracias".
"¿Te he oído decir a Joshua que te gustan más los panqueques que los gofres?"
"Sí". Ben asintió con seriedad.
"¿Por qué? Porque me gustan los dos, pero creo que los gofres son ligeramente más
increíbles". Miró a Cody. "Aunque estos son excepcionales panqueques".
Ben frunció el ceño. "Los gofres están bien. Es que los comemos mucho y nunca
tenemos panqueques".
"¿En serio?" Ella levantó una ceja, pero más a Cody que a Ben.
"Sí", dijo Ben antes de que Cody pudiera dar más detalles. "Los gofres vienen
congelados así que Mamá dice que son más fáciles".
"Ah". Ella asintió. "Tu madre es muy inteligente".
Cody se rio. "Ese es el problema con los niños. Ellos cuentan todos tus secretos.
Desayunamos Eggos quizá con demasiada frecuencia".
Levantó ambas manos. "Oye, no me juzgues. Se sabe que me gusta un un Toaster

Strudel, especialmente en ciertos momentos del mes".
Cody sonrió. "Gracias por decir eso. Creo que estamos a mano".
"Encantada de complacerte".
"¿Qué es un Toaster Strudel?" preguntó Ben con la boca llena de panqueques.
178
"Mastica, traga y luego habla", dijo Cody.

Hizo una demostración de masticar y tragar, luego tomó un trago de leche y se pasó
la mano por la boca.
"¿Qué es un Toaster Strudel?"
Le lanzó a Cody una mirada de disculpa y trató de explicar en términos que no dejaran
entrever lo deliciosos que eran. Falló de forma estrepitosa, lo que llevó a Ben a insistir en
que debían comer Toaster Strudel a la mañana siguiente.
"Y tú podrías quedarte a dormir otra vez", añadió.
Era difícil saber si estaba más interesado en un nuevo desayuno o en la perspectiva

de otra pijamada. Encontró ambas cosas bastante encantadoras, aunque sabía que no debía
dejarlo pasar. Afortunadamente, Cody era una experta en atender las peticiones de Ben y
no perdió el tiempo.
"Las golosinas del desayuno son para el fin de semana y Jess tiene que trabajar
mañana, así que tendremos que esperar".
Ben dejó escapar un suspiro de cansancio -que resultó totalmente adorable- y luego
se volvió hacia Jess con una mirada de "lo siento, lo he intentado".
"¿Vendrás de nuevo el próximo fin de semana?"
Antes de que ella pudiera responder, sonó el teléfono de Cody. Cody lo miró con el
ceño fruncido.
"Debería atender".
"No te preocupes". Intentó que su sonrisa fuera extra tranquilizadora.
"Gracias". Cody se levantó de la mesa y pasó su dedo por la pantalla. "Hola".
Ben no parecía inmutado, así que ella decidió no estarlo tampoco.
"Más panqueques para nosotros".
"¡Sí!" Ben bifurcó otra en su plato y la empapó de sirope.
Ella imitó sus movimientos pero vertió una cantidad más razonable de jarabe en el
suyo. Acababa de dar un mordisco cuando la puerta del despacho se cerró con un clic.
Le dio un respiro, aunque se dijo a sí misma que no debería ser así. No es que ella no
le negara a Cody una conversación privada.
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Cuando terminaron de comer, Cody aún no había salido. Jess dudó en despejar la
mesa por si Cody quería más. Pero Ben había comido hasta la saciedad y permanecer en la
mesa parecía ponerle nervioso. Miró el reloj de la estufa. Como no lo había hecho cuando
Cody se levantó, no le proporcionó ninguna información útil. ¿Era el jefe de Cody? ¿Alguien
de su laboratorio? ¿Estaba todo bien?
"¿Quieres jugar a los LEGOs?"
La pregunta de Ben la sacó del remolino de preguntarse con quién estaba hablando
Cody durante tanto tiempo.
"Claro. ¿Por qué no vas a prepararlos y yo limpio aquí?"
"¡Sí!" Ben se lanzó de su silla y corrió hacia arriba.
Ella limpió sus platos y los de Ben, enjuagándolos y deslizándolos en el lavavajillas.

Lavó la sartén y el tazón a mano, y luego se sirvió otra taza de café. Todavía no estaba Cody.
Como no había ningún bribón que pudiera ir a la barra o a la mesa, dejó los
panqueques restantes y el plato de Cody y fue en busca de Ben. Lo encontró en su
habitación, literalmente rodeado de pequeños ladrillos de colores. Una papelera bastante
grande estaba a un lado, vacío. Definitivamente había vertido todo su contenido en el suelo.
"¿Quieres que construyamos algo juntos o te gusta construir por tu cuenta".
La cortesía de la pregunta la hizo sonreír. "Me encantaría construir algo juntos".
"Deberíamos construir una nave espacial ya que a los dos nos gustan tanto".
"Me gusta la idea".
"¡Genial!" Rebuscó en el montón y levantó una pieza azul rectangular. "Deberíamos

empezar con las grandes como esta".
"En ello".
Pasó los dedos por encima de las piezas, eligiendo algunas más como la que él le había
mostrado. Las encajó con confianza, seleccionando componentes e indicándole que buscara
más de cada pieza que necesitaba. Era una actividad perfectamente sin sentido, permitiendo
que sus pensamientos vagaran hacia Cody. Pero en lugar de preocuparse y preguntarse por
su misteriosa llamada, pensó en lo agradable que había sido quedarse dormida con Cody y
despertarse en sus brazos.
"Ahí están los dos. Pensé que los había perdido por un momento".
180
La voz de Cody la devolvió al momento, a la habitación de Ben y a la montaña de

LEGOs y una mañana de domingo tan diferente a la habitual.
Ben se levantó de un salto.
"Estabas tardando mucho, así que decidimos construir una nave espacial".
La sostuvo para que Cody la inspeccionara y ella asintió.
"Siento haber demorado tanto tiempo".
Incluso sin saber el quién o el porqué de la llamada telefónica, Jess podía sentir que
era algo serio. La postura de la mandíbula de Cody, tal vez, o el mínimo indicio de tensión en
sus ojos.
"¿Todo bien?"
"Absolutamente". El tono de Cody no coincidía con su respuesta y su sonrisa parecía

forzada.
"Jess, necesito otros cinco rojos como este". Ben levantó una tira estrecha.
Las manos de Cody se dirigieron a sus caderas.
"¿Dejas que Jess juegue o sólo le dices lo que tiene que hacer?
Ben abrió la boca -para protestar o para disculparse- pero ella lo cortó.
"Estaba jugando felizmente como asistente, lo prometo".
Cody entrecerró los ojos pero no presionó. "De acuerdo".
Quería preguntar más sobre la llamada telefónica, pero no delante de Ben.
"No estaba segura de si querías más panqueques, así que los dejé fuera".
Cody consideró. "Sabes, creo que podría ir por uno más".
"Puedo calentarlo para ti".
"No, no." Cody le hizo un gesto para que no lo hiciera. "Puedo arreglármelas. Ustedes
dos sigan jugando y ya vuelvo".
Cody desapareció y Ben le recordó los bloques que quería a continuación. Ella buscó
por todos lados, preguntándose si la brusquedad de Cody era intencional o porque no quería
181
que pareciera que Jess la estaba esperando a ella. Ben charlaba, preguntándole su opinión
sobre las alas y si deberían construir un espacio para que se sentara un astronauta. Ella hizo
lo posible por mantener su atención en él, pero era una lucha.
El regreso de Cody -sonriente pero distraído- no ayudó. Ben terminó su nave espacial
y todos la admiraron. Ben preguntó qué debían hacer a continuación, pero Cody negó con la
cabeza.
"Estoy segura de que a Jess le gustaría ir a casa y tener un poco de su fin de semana
para ella".
"Oh." Ben frunció el ceño.
De nuevo, era imposible saber si Cody estaba siendo demasiado considerada con su
tiempo o le estaba pidiendo sutilmente que se fuera. A ella no le gustaba ninguna de las dos
cosas, incluso si tenía una pila de ropa esperando y necesitaba ir de compras en su camino a
casa. Pero como Cody no mostraba ningún signo de querer hablar, optó por no discutir.
Ben hizo un ligero mohín, pero un suave empujón de Cody le devolvió el de papel
anfitrión educado. Le dio las gracias por venir y por ayudar a decorar el árbol. Jess le dio las
gracias por incluirla y luego se excusó para vestirse.
Pensó que Cody la seguiría para que tuvieran un momento a solas, pero no hubo
suerte. ¿Cody estaba siendo rara o ella estaba siendo demasiado sensible? Al parecer, las
relaciones temporales no eran inmunes a estos dilemas.
Uf.
Abajo, Ben jugaba con su tren de Navidad mientras Cody miraba. Dejó su bolsa en el
suelo y se puso el abrigo y las botas lentamente, sin estar preparada para irse, pero sin saber
por qué. Ben se acercó a darle un abrazo, pero volvió a sus trenes en lugar de quedarse.
"Gracias de nuevo por venir".
Cody no parecía tener la intención de hacer un doble sentido, lo que hizo que Jess
sonriera aún más que si lo hubiera hecho. Al darse cuenta, Cody se sonrojó, luego ofreció
una sonrisa tímida.
"Gracias por invitarme".
"Me he divertido mucho. El árbol, pero también el tiempo de los adultos".
"Sí. Ambos fueron excepcionales, en formas muy diferentes". Ella esperó a que Cody
sugiriera que lo hicieran de nuevo pronto, pero no lo hizo. "Entonces, ¿hablaré contigo esta
semana?"
"Por supuesto".
Cuando Cody no dijo más, Jess alcanzó la puerta principal se detuvo antes de girar el pomo.
182
"Oh".
"¿Oh?"
"Ese concierto es esta semana. El que dije que iríamos sin preguntarte a ti".
"Oh." El tono de Cody era totalmente inconducente.
"Puedo hablar con Shannon y sacarnos de ahí. Hacer que parezca que me ha surgido
algo".
Cody negó con la cabeza, tal vez con demasiada fuerza.
"No. No hagas eso".
Le había hecho ilusión, pero aun así. No quería que Cody se sintiera presionada,
especialmente porque era esencialmente un compromiso social con su jefe.
"Está bien. En principio, no estabas tan entusiasmada".
"No, pero quiero ir. Definitivamente".
No estaba convencida, pero tampoco quería discutir. Especialmente con Cody ya

actuando raro. "¿Estás segura?"
"Positivo".
"De acuerdo. Habíamos hablado de ir a cenar juntas antes. ¿Te apetece eso,
también?"
"Claro, siempre que lo organices tú. No quiero llamar a la oficina de la presidente

para organizar una cita doble".
Normalmente, se reiría y se burlaría de Cody por eso, pero esta vez dudó.
"Estoy en ello. Arreglaré los detalles con Shannon y te enviaré un mensaje".
"Genial. Gracias".
Cody consiguió parecer aliviado, aunque no entusiasmada. Ella abrió la puerta y pasó.
Cody la agarró de la mano, haciéndola girar.
"Siento de nuevo haber tenido que atender esa llamada durante el desayuno. Y por
ser rara con lo del concierto. Te juro que estoy deseando que llegue".
183
Una parte de ella quería decirle a Cody que prefería una explicación a una disculpa,
pero no lo hizo. Si Cody quería compartir más, lo haría. Y si no lo hacía, no lo haría.
"Todo está bien".
"Gracias por eso también".
Cody se inclinó y la besó, brevemente pero en los labios. La hizo sentir mejor, aunque
sólo fuera un poco.
"Te veré pronto".
"No puedo esperar".
Como la sonrisa de Cody parecía genuina esta vez, ella la devolvió y se dirigió a su
coche. Estaba bien. Cody no le debía una explicación. Y tal vez no compartir demasiadas
cosas personales era lo mejor. Como ese trabajo en Filadelfia. Había presentado su
currículum y su carta de presentación más por principios que por cualquier esperanza o
deseo real de conseguirlo. Y como no tenía ningún deseo de hablar de su ambición -o de la
falta de ella- no tenía planes de contarle a Cody al respecto.
Trazar un paralelismo la hizo sentir mejor, tanto sobre su decisión como lo que fuera
que motivara la reticencia de Cody. También permitió que su mente divagara a cosas más
agradables. Como la sensación de tener los dedos de Cody dentro de ella. O lo agradable
que había sido dormirse juntas y cómo Ben no vino llamando a la puerta ni una sola vez.
Cuando llegó a casa, su estado de ánimo se había recuperado muy bien. Tanto es así
que sacó su teléfono antes de entrar y envió un mensaje a Shannon. Irían al concierto y se
lo pasarían bien. Se concentraría en eso y en escribir su columna y dejaría de pedir
problemas prestados. Y como tantas cosas, eso sería todo.
184
Capítulo Veintidós
Cody probó el Malbec que Jess había elegido y se recordó a sí misma que debía
relajarse.
"Tengo que admitir que el concierto fue mejor de lo que esperaba".
Jess levantó una ceja. "No estoy segura de si eso es una crítica positiva o no".
"No, lo disfruté".
"¿Pero no lo esperabas?"
Ella no había esperado exactamente que fuera malo, pero tampoco había esperado
que fuera bueno, tampoco.
"Um..."
Jess golpeó el hombro de Cody, sus ojos se arrugaron con una sonrisa.
"Si te estás preguntando si es una pregunta con trampa, la respuesta es sí".
Cody se rio. "Gracias por la advertencia. En ese caso, sólo diré que me alegro de que
nos hayas conseguido entradas".
"Buena decisión". La sonrisa de Jess se desvaneció cuando añadió: "No estaba segura
de que lo estabas pasando bien antes. Estuviste callada un rato".
"Sí. Lo siento". Nunca había sido buena ocultando sus sentimientos.
"¿Quieres hablar de ello?"
Cody cerró un ojo y trató de poner una expresión desenfadada.
"No realmente".
"¿Por qué no me sorprende?"
Jess negó con la cabeza pero parecía más exasperada de forma juguetona que
realmente molesta. Miró a un grupo de mujeres frente a ellas -todas riendo y claramente
divirtiéndose- y tomó un sorbo de su vino.
185
Cuando la pausa en su conversación se alargó, Cody empezó a preocuparse Jess

estaba realmente molesta porque no quería hablar. Consideró decirle a Jess lo que estaba
pasando, pero no quería crear un problema más en un día ya lleno de ellos. De hecho, estuvo
a punto de cancelar su cita simplemente porque estaba agotada de apagar un fuego tras
otro.
"Dijiste que no eras realmente un fan de Avis DeVoe, así que entiendo que no
estuvieras emocionada por venir esta noche. Y esto probablemente se siente como más
trabajo que el placer de reunirte con Gillian y Shannon. Me siento mal por haberte
comprometido a algo que no querías hacer".
"No te sientas mal. Tienes razón en que no me interesaba el concierto, pero tenía
ganas de salir contigo".
"¿Segura?" Jess negó con la cabeza. "No contestes a eso".
Jess suspiró y su atención volvió a centrarse casi de forma puntual en el grupo de

mujeres frente a ellas. El bar de vinos estaba a sólo una cuadra de la sala de conciertos y
atraía a una multitud mixta de parejas después del concierto y asistentes a clubes que se
preparaban para la noche. La presidenta Toller-Gillian -había sido la que lo había sugerido,
pero ella y Shannon se habían detenido en camino cuando un gran donante de la universidad
reconoció a Gillian. Shannon había sugerido que Cody y Jess se adelantaran y consiguieran
una mesa, probablemente adivinando que Gillian no saldría rápidamente de la conversación.
"¿Alguien que conozcas por ahí?" preguntó Cody, señalando con la cabeza al grupo.
"No. Sólo parece que se están divirtiendo".
Y nosotros no, añadió Cody en silencio. Aunque no había ninguna razón real para que
no lo hicieran. El concierto había sido bueno -Cody no mentía sobre eso- y sí quería salir con
Jess aunque estuviera cansada. Pero había una tensión tácita entre ellas que se había
instalado el domingo.
Habían tenido algunas conversaciones de texto desde entonces, pero no habían
hablado hasta que Cody recogió a Jess. Incluso entonces, no habían hablado mucho.
"Estoy segura de que quería salir contigo esta noche".
Jess golpeó su copa de vino contra la de Cody. "Se suponía que no debías responder
a esa pregunta porque no debería haberla hecho".
"No importa. Sí que lo preguntaste y quise responder". Cody exhaló un suspiro.
"¿Quieres decirme qué es lo que realmente te molesta?"
186
"Esta noche quizás no era la mejor para hacer planes. Las últimas semanas del
semestre son siempre estresantes con las calificaciones y los estudiantes enloqueciendo por
hacer las cosas en el último minuto, pero además he tenido...todos estos problemas que
surgen en el laboratorio.
Uno de nuestros ordenadores ha sido golpeado y finalmente se detuvo hoy. Dos estudiantes
en mi laboratorio tienen que tener sus tesis de alto nivel en el final del semestre y ambos
están en función de las muestras que recogimos este verano pasado, pero el equipo que
hemos estado usando para analizar las muestras está dando resultados extraños".
Cody se detuvo y sacudió la cabeza. "No necesitas escuchar todo esto. Sólo estoy frustrada.
Ninguna de estas cosas sería un problema si los fondos de la subvención que conseguí ya se
hubieran asignado".
Jess la miró fijamente. "Tienes mucho que hacer. Lo entiendo".
Cody sintió una punzada de culpabilidad. Todo lo que había dicho era cierto. Las cosas
en el laboratorio eran un desastre y ella estaba estresada por las calificaciones. Pero la
llamada de Anastasia y la decisión que se había visto obligada a tomar era la verdadera razón
por la que estaba distraída y malhumorada.
"Este acuerdo es raro para las dos. Creo que ambas queremos estar aquí, pero
también estamos aquí por razones de trabajo". Jess suspiró. "Aun así, quiero que me digas
cuando no tienes tiempo para salir. Podrías haber cancelado esta noche".
"No quería cancelar. Puedo hacer todo. Sólo me saltaré unas cuantas horas de
sueño".
Jess inclinó la cabeza. "¿Necesito hablarte de todos los estudios que muestran que la
privación del sueño es mala para la salud?"
Intentó sonreír. "No, gracias".
"Pensé que tal vez te sentías mal dejando a Ben con una niñera para salir conmigo".
"No. Tal vez debería, pero no lo hago. Hemos pasado mucho tiempo con él y quería
un tiempo a solas contigo".
Jess asintió lentamente. "Pero apenas has dicho una palabra durante la cena. O
cuando me buscaste. Todas las veces que pudimos hablar esta noche, parecías estar a
kilómetros de distancia".
Cody agachó la cabeza. "Te juro que no es porque no quiera estar contigo".
"Lo entiendo, pero no quiero añadir más estrés a tu mundo. Si hay algo que pueda
hacer -o no hacer- dímelo".
187
Ella consideró simplemente decirle a Jess sobre la conversación con Anastasia. Pero
hablar de su ex mujer era lo último que quería hacer en la única noche que tenían para pasar
juntas.
Cuando Cody no respondió de inmediato, Jess continuó.
"Tal vez deberíamos enviar un mensaje a Shannon y Gillian y decirles que tuvimos
que irnos. Podemos usar a Ben como excusa ,decir que llamó la niñera o algo así".
"No quiero irme. ¿Y tú?"
"No. Pero siento que hay algo en tu mente que no quieres decirme, puedes pensar
que estás siendo sutil al respecto, pero no lo eres".
Inmediatamente deseó haberle dicho a Jess sobre la llamada telefónica desde el

principio. Había estropeado la noche tratando de fingir que estaba bien, pero Jess podía ver
a través de ella.
"La llamada que tuve que atender cuando estábamos desayunando el domingo era
de mi ex. La otra madre de Ben".
"Oh."
"Sí." Cody sintió el mismo peso sobre sus hombros que tenía cuando vio el nombre
de Anastasia aparecer en su teléfono. "Ella casi nunca llama".
"Disculpen". Gillian se acercó a la mesa. "Eso tomó mucho más tiempo de lo que
pensé que sería."
"Sabía que tomaría exactamente ese tiempo. Incluso con nosotras dos tratando de
cortar la conversación”. Shannon guiñó un ojo a Cody y Jess mientras soltaba el brazo de
Gillian para acomodarse en la cabina. "Por eso me tiene cerca".
"Sólo una de las muchas razones". Gillian se deslizó junto a Shannon.
"Gracias por pedir una botella de vino para empezar".
Shannon giró la botella para examinar la etiqueta. "Mmm. El Malbec es mi favorito y

ustedes dos eligieron uno bueno. ¿Has probado el pastel de chocolate que sirven aquí? Está
para morirse".
"Vale la pena por lo menos dos horas en la elíptica. Quizá tres". Gillian sirvió vino en
las dos copas que la esperaban a ella y a Shannon.
"Parece que tenemos que pedir ese pastel". Cody miró a Jess.
188
"Nunca digo que no al chocolate".
Cody rara vez lo hacía tampoco, pero en ese momento no estaba interesada en el
postre en absoluto. Deseaba que estuvieran solas, no en un bar de vinos muy concurrido con
compañía. La conversación inacabada se instaló entre ellas, y ella había conseguido
complicar la velada sacando a relucir a su ex.
"Entonces, ¿qué te pareció el concierto?" preguntó Shannon.
"Me encantó". Jess encontró la mano de Cody bajo la mesa y le dio un suave apretón.
Ella se encontró con los ojos de Jess. Cuando Jess sonrió suavemente, la tensión en sus
hombros se alivió un poco. Ya terminarían su conversación más tarde. Y tal vez todo se
resolvería.
***
"¿Hay alguna posibilidad de convencerte de que vengas a casa conmigo?"
Cody se metió las manos en los bolsillos incluso cuando deseaba poder enlazar los
brazos con Jess.
"Le prometí a la niñera de Ben que volvería antes de medianoche, pero no creo que
hayamos terminado de hablar".
"Es un miércoles".
Estudió la cara de Jess, sin saber si debía presionar o retroceder. "¿Es eso un no?"
"Los dos trabajamos mañana".
"Lo sé".
Todavía no estaba segura de la respuesta de Jess. Llegaron al garaje y subieron dos

tramos de escaleras, cada paso le recordaba lo largo que había sido el día y lo mucho que su
cuerpo quería acurrucarse y dormir. Su mente, sin embargo, era una bestia diferente.
El postre y las bebidas habían transcurrido sin problemas, gracias sobre todo a que
Jess y Shannon llevaban la conversación. Gillian parecía incluso más agotada que Cody, pero
todos se relajaron con el vino. Cuando se despidieron, Cody se dio cuenta de que había
echado de menos no sólo las citas dobles, sino el tiempo de los adultos en general. Después
de todo, casi le daba pena que la velada hubiera terminado.
Sin embargo, no había dejado de pensar en lo que tenía que decirle a Jess. Cody vio
su coche y pulsó el botón de desbloqueo mientras se acercaban. Ella Se dirigió al lado del
pasajero para abrir la puerta de Jess.
189
"Gracias", dijo Jess sin levantar la vista.
Tal vez deberían dar por terminada la noche, aunque las cosas quedaran inconclusas.
Jess también parecía cansada. Cody fue al lado del conductor y se acomodó. En cuanto
encendió el motor, una canción pop sonó en los altavoces. Se apresuró a pulsar el botón de
encendido de la radio y chocó contra Jess, que claramente tenía la misma idea. Cuando la
canción se cortó tan bruscamente como se encendió, miró a Jess.
"No me di cuenta de que tenía el volumen tan alto antes. Lo siento".
"No pasa nada". Jess se puso de cara a Cody. "Quiero ir a casa contigo".
"¿Pero?"
"No hay peros. Tenemos que hablar".
Cody dio marcha atrás en el aparcamiento. "¿Y si hablamos por el camino?"
"¿Así podemos hacer otras cosas cuando lleguemos a tu casa?"
El tono esperanzador de la voz de Jess levantó el ánimo de Cody. "Me gusta tu forma
de pensar. Pero las dos estamos cansadas".
"Abrazarnos, Cody Dawson. Eso es lo que pensaba hacer. ¿En qué estabas
pensando?"
Cody se rio. "En abrazarnos, por supuesto".
"Bien. Ahora escúpelo. ¿De qué se trataba la llamada de tu ex?"
"Anastasia quiere que Ben vaya para Navidad".
Jess pareció tomarse un momento para asimilar la información, o tal vez considerar
su respuesta. "¿Dónde vive ella?"
"EN LOS ÁNGELES. Bueno, técnicamente, en Santa Mónica. Tiene una casa en la playa.
¿Mencioné que mi ex es rica además de ser completamente egocéntrica y una madre de
mierda?" Cody sacudió la cabeza. "No debería decir esas cosas".
"Agradezco saber que no estás suspirando por ella".
"Oh, diablos, no. Si Ben no estuviera en la foto..." Se detuvo. "¿Sabes qué?, no quiero
ir allí. Normalmente soy mejor para no decir cosas malas sobre los ex. Especialmente
Anastasia desde que es la madre de Ben. Siempre me preocupa lo que pueda escuchar".
190
"Ben no está aquí y puedes ser honesta conmigo. He tenido mi cuota de exes de
pesadilla". Jess apoyó su mano en el muslo de Cody. "¿Por qué crees que empecé a escribir
una columna de relaciones".
Ella sonrió, calmada tanto por la mirada comprensiva de Jess como por la firmeza de
su tacto. "Gracias por ser comprensiva".
"Entonces, ¿supongo que Anastasia no suele tener a Ben por Navidad?"
"No. Apenas tiene contacto con él. Por eso nos peleamos sobre la Navidad. Y es por
eso que me tomó tanto tiempo para volver a ti y a Ben".
Cody frenó hasta detenerse en un semáforo en rojo.
"Ella no ha hablado con Ben desde su cumpleaños hace meses. Solía organizar citas
semanales por videollamada para ellos, pero cuando dejé de insistir en eso, ella desapareció.
Le he sugerido que viniera a vernos, incluso dije que iríamos de visita, pero ella no ha estado
interesada hasta ahora. Han pasado dos años desde que Ben incluso la ha visto en persona.
Entonces, de la nada, decide que quiere que Ben vaya y se quede con ella durante dos
semanas? No tiene sentido".
"Dos semanas es mucho tiempo. ¿Crees que querrá quedarse tanto tiempo?"
"No creo que ninguno de los dos tenga opción".
Cody tuvo el repentino impulso de dar un puñetazo al volante, pero en lugar de eso
sólo apretó más su agarre. Era exactamente como Anastasia hacer un truco como este, y
Cody no podía hacer nada más que seguirle la corriente. A los veinte años, había sido
emocionante. Anastasia era vibrante y valiente y aventurera. Sacó a Cody de su caparazón
demasiado serio y consiguió que Cody se dejara llevar y probara cosas nuevas y se divirtiera.
Ahora, sólo se sentía inmadura e irresponsable.
"¿Por qué no tienes elección?"
"Nunca formalizamos un acuerdo de custodia. En cualquier momento, ella podría

decidir que quiere la custodia compartida de Ben y no hay ninguna razón por la que no la
obtenga. Si no digo que sí a esta visita, me preocupa que consiga un abogado. Y no estoy
diciendo que no crea que sea bueno para Ben conocerla, tener una relación con ella, pero
hace años que está controlada. No quiero que aparezca en su vida y luego desaparezca de
nuevo".
"Oh, Cody. Lo siento. No me extraña que estuvieras distraída antes". Jess hizo una
pausa. "¿Hace cuánto tiempo que rompisteis?"
"Ella se fue cuando Ben tenía dos años. Ella había empezado a hacer la planificación
de eventos aquí en Denver y conoció a una celebridad en uno de sus eventos que la invitó a
191
organizar una gala en Los Ángeles. Ese evento llevó a otro y la semana en California se
convirtió en un mes y luego en seis y entonces decidió quedarse allí de forma permanente".
Al principio, ella había hecho un espectáculo de querer Cody y Ben que se unieran a
ella, pero como tantas otras cosas en la vida de Anastasia, lo familiar siempre quedaba en
segundo plano frente a lo nuevo y emocionante. Lo cual estaba muy bien hasta que se
extendía a su hijo.
Cody se adentró en la autopista, tratando de concentrarse en los otros coches a
través de un torrente de emociones que hizo que las lágrimas se le clavaran en los ojos. ¿Qué
le pasaba? Un minuto estaba tan enfadada que quería golpear el volante y al siguiente
estaba tan frustrada por su incapacidad para proteger a Ben que quería llorar. Apretó la
mandíbula, sabiendo que probablemente debería haber tenido esta conversación con
alguien más que con Jess.
"Tal vez deberías detenerte y dejarme conducir".
"Estoy bien."
"No tienes que estar bien. Esto es mucho, sabes. Incluso yo no quiero que Ben vaya
a pasar dos semanas con alguien que es prácticamente un extraño".
Jess se cruzó de brazos y miró por la ventanilla del copiloto. "¿Qué vas a hacer?"
"No quiero decirle que no. No rotundamente". El miedo a cómo Anastasia podría
tomar represalias hizo que fuera imposible incluso pensar en ello. "Pero no puedo dejar que
vaya solo".
"¿Vas a ir con él?"
Cody asintió. "Dudo que Anastasia lo quiera por más de una semana... incluso si ella
dice dos, así que estoy planeando quedarme cerca. Tengo un hotel no lejos de su casa".
"¿Así que te irás en Navidad?"
"A menos que ella haya terminado con él en una semana. Entonces estaremos de
vuelta justo antes". Debería dejarlo así y dejar que Jess lo digiriera todo, pero siguió adelante.
"Puede ser una idea loca, pero estaba pensando. ¿Te gustaría venir conmigo? El hotel que
he reservado está en Santa Mónica, junto a la playa".
Jess asintió lentamente, sin revelar si le gustaba la idea o no. "Y las dos estaríamos
allí si Ben necesitara algo".
"Exactamente. Si no nos necesita, tendríamos unas mini vacaciones".
El pensamiento de ese tiempo a solas sonaba aún más atractivo que la idea de tener
192
una distracción mientras Ben estaba con Anastasia. ¿Las dos cosas a la vez ¿ Era difícil
imaginar algo mejor. Pero, ¿se sentiría Jess así, o como si ella fuera sólo una adición al plan?
Jess le apretó la pierna. "Quiero ir".
"¿Estás segura?"
"Si estás segura de que estoy invitada, entonces estoy segura de que quiero ir".
El rápido acuerdo de Jess alejó todas sus dudas. Por primera vez en toda la semana
sintió que podía respirar profundamente.
"Quiero besarte ahora mismo, pero estoy en la autopista".
"Llévanos a casa a salvo y podrás besarme toda la noche. O hasta que los dos nos
quedemos dormidas. Ha sido un largo día".
"Gracias."
Jess entrecerró los ojos. "¿Por qué?"
"Por saber que esto es difícil. Por querer venir conmigo de todos modos".
"Bien, ahora tienes que parar antes de que te haga parar para que pueda besarte".
Cody se rio. "No se habla más entonces hasta que aparquemos el coche".
193
Capítulo veintitrés
Jess dio los últimos toques a su lista de "Diez ideas de regalo para la mujer con la que
acabas de empezar a salir" y la envió a Cindy para que la corrigiera.
Eso dejó la edición de la columna de esposas de esta semana y la terminación del
contenido extra. Luego se iría de vacaciones.
Sí, tendría que escribir una columna mientras estaba fuera, pero Donna la había
dejado libre de cualquier otro artículo. Entre eso y la semana que ya había planeado para ver
a su familia -completada con alguien que cubriera sus clases de barre- le esperaban dos
semanas prácticamente sin trabajo.
Sacó el borrador de las reflexiones adicionales. Mientras que en la columna principal
había hablado de ofrecer apoyo moral y de esperar el clima cálido, había dejado volar su
imaginación. Sueños eróticos, paseos románticos por la playa, todo eso. Sabía que se estaba
adelantando con sus sentimientos tanto como con sus fantasías sexuales, pero al menos
podía admitirlo, para sí misma y para sus lectores.
Y como Cody seguía insistiendo que no leía, ni le gustaría leer la columna, podría ser
su pequeño secreto.
Dejó caer la barbilla sobre el puño y soltó un suspiro de satisfacción. Tal vez Cody la
llevara a dar un largo paseo por la playa. Casi le daba vergüenza las pocas veces que había
estado en el mar. O tal vez se quedarían en casa y pedirían el servicio de habitaciones y
tendrían un festival de sexo sin parar. ¿Sería suficiente una semana en la cama para saciarse
de Cody?
Tras esa deliciosa pregunta llegó una oleada de culpabilidad. Ella estaba básicamente
deseando una semana sin Ben. No, eso no era justo. Ella estaba esperando aprovechar al
máximo el tiempo que Ben estaría con su otra madre.
No hay nada malo en eso, ¿verdad? Y probablemente más razonable los sentimientos
protectores casi irracionales -y tal vez un poco posesivos- que tenía ante la idea de que Ben
pasara tiempo con alguien que lo había abandonado a él.
Con esa racionalización firmemente en su lugar, volvió a sus ensoñaciones sexuales.
Con todas las bromas sobre las esposas, se preguntó cómo sería... si Cody la atara. Sin
embargo, no había sido lo suficientemente valiente como para sugerirlo. A pesar de la
cantidad de tiempo que habían pasado juntas, relativamente poco de él había incluido el
sexo y no habían ido realmente más allá de lo básico. No es que ella fuera una pervertida en
toda regla ni nada por el estilo. Simplemente le gustaba ser aventurera en la cama y fuera
de ella.
"Archer. A mi oficina".
La orden tersa de Donna la sacó de la idea de que Cody la doblara sobre el borde de
la cama y la dejó caer sin contemplaciones en su escritorio, con el clic-clic de Silpa tecleando
y Frida haciéndole una sonrisa de desconcierto.
194
"Corta, corta, Archer". Frida inclinó la cabeza en dirección a la oficina de Donna.
Jess se levantó de su silla. En el camino, se alisó el pelo como si realmente hubiera

estado haciendo cosas picantes y no sólo pensando en ellas. Enderezó los hombros y respiró
profundamente.
"¿Sí, jefa?"
"Tengo un encargo para ti".
Considerando que su último encargo de Donna la había llevado a una relación con
Cody, no sabía si alegrarse o encogerse.
"¿Qué es eso?"
"Bueno, siempre estás diciendo que quieres hacer periodismo”. Donna sacudió la
cabeza y dejó escapar un suspiro. "Aunque todavía no sé por qué. Tu columna tuvo más
visitas la semana pasada que la mía".
Donna no parecía demasiado molesta por ese hecho. En todo caso, le hizo mirar a
Jess con un poco más de respeto. No es que Donna no la respetara antes, pero... bueno, ella
escribía una columna sobre citas. Nadie lo consideraría en la categoría de actividades
periodísticas nobles.
"Me encanta mi columna. Sólo que no quiero que sea lo único que deje atrás".
Donna se quejó pero no discutió. "Bueno, esto no es una gran investigación, pero es
importante".
Todavía no sabía si debía estar emocionada o aprensiva, se cruzó de brazos.
"Te escucho".
"Conseguimos una estancia de dos días entre bastidores en el despacho de la

senadora López, incluyendo una entrevista cara a cara con la propia senadora".
"Guau".
Todo un golpe para un sitio de estilo de vida lésbico, incluso si Sapphisticate tenía su
sede en Denver y Gloria López era la primera senadora lesbiana de Colorado.
"Lo sé. Llevo meses haciéndole la pelota a su secretaria de prensa".
Jess no quería preguntar lo obvio, pero tenía que hacerlo.
195
"¿Por qué no vas a ir?"
"Porque el recital de Navidad y la obra de teatro son la próxima semana".
En muchas redacciones, el hecho de que un editor en jefe renuncie a una gran

asignación debido a una obligación familiar sería inaudito. Pero Sapphisticate no era una
redacción típica y Donna no era ciertamente cualquier editor en jefe.
"Es un honor que hayas pensado en mí".
Donna la miró fijamente con seriedad. "Sé que crees que tu columna es ligera pero la
has convertido en algo especial. Es inteligente, perspicaz, divertida y honesta. Y en el fondo,
la mayoría de la gente se preocupa más por sus relaciones que lo que pasa en el mundo".
A diferencia de muchos de los cumplidos de Donna -diseñados para que sus escritores
que hicieran algo que ella quería, éste parecía valer por sí mismo. Jess sintió que sus mejillas
se sonrojaban.
"Gracias".
Donna asintió con decisión, poniendo fin a su breve momento. Dijo suficientes
nombres, fechas y otros detalles para que Jess deseara tener algo con lo que escribir.
"Te enviaré por correo electrónico la logística. Te sugiero que reserves tu viaje hoy".
Si una parte de ella quería responder con un saludo y un cortante "sí, señora”. Sabía
que no debía tentar a la suerte.
"Lo haré. Y gracias de nuevo".
"Esperaré tu artículo casi tanto como tu próxima columna".
El teléfono de Donna sonó y ella contestó, terminando efectivamente la

conversación. Jess se permitió un doble pulgar hacia arriba antes de volver a su escritorio.
Se dejó caer sin contemplaciones en su silla y dejó caer la cabeza hacia atrás.
"¿Qué pasa? ¿Ha gritado Donna? ¿O te ha dicho lo de "estoy decepcionada", que no

debería ser peor que un grito pero lo es? preguntó Frida.
Levantó la cabeza y ni siquiera intentó reprimir la sonrisa.
"No pasa nada malo. Me envía a DC".
La expresión de preocupación de Frida se convirtió en una de alarma.
196
"¿Permanentemente?"
"No, no. Nada de eso. Ella consiguió una entrevista con la senadora López y me la va
a dar a mí".
"¿Qué?" La voz de Frida contenía tanta emoción como incredulidad.
"Lo sé. La senadora quiere que la entrevista sea en persona para poder mostrar la
diversidad de su personal, así que tiene que ser antes de que termine la sesión".
Frida asintió. "Así que, pronto".
"Sí, como la semana que viene". Ella nunca había salido en misión antes y la
perspectiva le dio un poco de vértigo.
"No es que no seas increíble y más que capaz de hacer un trabajo pero ¿por qué no
lo hace Donna? Es totalmente el tipo de entrevista que sería una pluma en su gorra". Frida
entrecerró los ojos, como si buscara la trampa.
Jess se encogió de hombros. "Entra en conflicto con la obra de Navidad de sus hijos.
O un recital. Algo así".
Frida sacó las manos con una floritura. "Por supuesto. Ella no va a descuidar a sus
hijos -o el pan de cada día de su columna- por nada. Ni siquiera una entrevista con una
senadora".
"Joder".
"¿Qué?"
¿Cómo pudo ser tan estúpida? "Yo también tengo un conflicto".
Frida arqueó una ceja. "Bueno, estoy bastante segura de que lo que sea no es más
importante que una entrevista que podría llevar tu carrera al siguiente nivel".
Tuvo un pensamiento fugaz de sus fantasías de fiesta sexual antes de sacudir su

cabeza con tristeza. "No lo es".
Frida sonrió. "Entonces está decidido".
Sí, lo estaba. Suspiró.

Cogió su teléfono para llamar a Cody, pero una notificación de su cuenta de correo
electrónico personal le llamó la atención en su lugar.
197
Querida Jess,
Sólo estoy haciendo seguimiento de mi correo electrónico de hace un par de días.
Nos encantaría hablar contigo sobre el puesto, pero estamos comprometidos con un
calendario que nos permita seleccionar un candidato antes de fin de año. Por favor,
hágamelo saber a más tardar a las 5 p.m. (hora del este) si sigue interesado para que
podamos programar su entrevista.
Saludos,
Maleeka Jones
Joder. Joder, joder, joder.

Había recibido el primer correo electrónico, el que le ofrecía la entrevista, hacía dos
días. Se había sentido eufórica, ansiosa, indecisa y en negación, más o menos en ese orden.
También había estado en casa de Cody, así que rápidamente su mente lo dejó de lado.
Cuando finalmente se fue a casa, redactó una respuesta profesional, agradecida, retirándose
de la consideración. Pero no se atrevió a enviarla. Y ahora había esperado tanto tiempo que
parecía escamosa y poco profesional.
Y sin embargo.
Gracias a la asignación de Donna, ahora estaría en DC -ni siquiera a dos horas de tren
desde Filadelfia- durante el tiempo exacto que querían para reunirse con ella. No era muy
buena para creer en el destino, pero todo se sentía demasiado como si las estrellas se
alinearan como para ignorarlo.
Por mucho que no quisiera decepcionar a Cody, ¿se perdonaría a sí misma si dejaba
pasar la oportunidad? Bueno, dos oportunidades, técnicamente. Oportunidades que la
harían sentirse orgullosa de su trabajo, de lo lejos que había llegado. Oportunidades que
podrían cambiar la trayectoria de su carrera, y su vida.
Oportunidades que deberían entusiasmarla.
"Chica, ¿ha muerto alguien?" La cara de Frida apareció sobre su pantalla. "O ¿Donna
ha recuperado el encargo?"
Jess exhaló un suspiro, dándose cuenta de cuántas veces había hecho eso hoy. Una
ola de odio a sí misma se unió a sus emociones.
"Ninguna de las dos cosas. ¿Acaso alguna vez tienes uno de esos días en los que las
cosas buenas suceden pero luego se convierten instantáneamente en más problemas de los
que valen?"
Frida asintió con decisión. "Sí".
"¿De verdad?" Por alguna razón, no esperaba esa respuesta.
"¿Quieres hablar de ello?"
Frida era una colega, pero de las que podía confiar. Y viceversa. Jess sabía sobre la
198
vida amorosa de Frida, sus batallas con la ansiedad, y el trabajo en ESPN que casi consiguió
unos meses antes. Miró a su alrededor. Silpa tecleaba con los auriculares puestos. Donna
salió de su despacho y se dirigió con propósito hacia el grupo de cubículos que albergaba el
departamento de informática.
"Aquí no".
Frida inclinó la cabeza en dirección al ascensor. "Vamos. Estas conversaciones de

conversaciones son mejores con cócteles de todos modos".
Necesitaba terminar la columna extra de esta semana. Necesitaba hablar con Cody.
Necesitaba reservar un billete de avión. Pero la promesa de un oído empático y un poco de
coraje líquido se impuso. Cogió su abrigo.
"Yo invito".
Frida subió la cremallera de su North Face. "Desde luego que sí".
Veinte minutos después, se sentó en la barra de Calamity Jane's con un martini sucio
y la mirada expectante de Frida fijada en ella. Jess levantó su copa.
"Salud por los colegas que también son amigas".
Frida acercó su copa a la de Jess y bebió un sorbo. "Salud. Ahora escúpelo".
Empezó por el principio. Bueno, el principio de solicitar el trabajo que no estaba

segura de querer.
"Fue impulsivo, ya sabes. Realmente no pensé en ello o tal vez lo hice y tuve
sentimientos encontrados, así que me pareció más fácil solicitarlo e imaginar que eso sería
el final".
"Bueno, también es que no querías pensar en Cody y en lo seria se está volviendo tu

supuesta relación no seria".
Ella hizo una cara. "Y eso".
"Entonces, ¿quieres consejo o empatía?"
Ella apreció la distinción. "Consejos, por favor".
"No te prestes a los problemas".
Cuando Frida no dio más detalles, hizo un movimiento circular con la cabeza.
199
"No estoy segura de lo que significa eso".
"Significa que no te preocupes por algo hasta que necesites preocuparte”.
"Estoy bastante segura de que necesito preocuparme por todo". Ese era el problema,
ella no podía averiguar de qué preocuparse primero.
"No lo necesitas. Ir a la entrevista no es decidir sobre el trabajo. Es querer aprender

más. Si te lo ofrecen, entonces tienes que preocuparte por ello. Y tendrás más datos sobre
si lo quieres, así que será una decisión más fácil".
Había cierta lógica en ese argumento. También había una sensación de que ella
estaría haciendo poco más que patear la lata, aplazando la inevitable angustia. Por supuesto,
si no lo conseguía, la decisión se tomaría por ella.
Eso tenía más atractivo de lo que le importaba admitir.
"Tienes razón".
"Lo sé". Frida sacó la aceituna de su vaso y se la metió en la boca.
"Más barato que mi terapeuta, también". No es que no quisiera a su terapeuta.
"Definitivamente, quédate con ella para las cosas importantes. ¿Y esto? Esto es fácil".
Ella no iría tan lejos, pero Frida tenía una manera de hacer que todo pareciera
bastante simple.
"Entonces, ¿digo que sí a la entrevista?"
Frida se encogió de hombros. "Quiero decir que ya vas a estar allí".
"Sí". Porque rechazar el encargo no estaba sobre la mesa.
"¿Por qué sigues tan estresada?"
"Porque voy a tener que abandonar a Cody". Y la perspectiva de más tiempo a solas
que el que habían logrado juntas hasta ahora.
"Ella lo entenderá. Es el trabajo".
Dado lo centrado que estaba Cody en su carrera, ella esperaba que fuera el caso. Y
con suerte ella y Ben sólo estarían fuera una semana y pudiera convencerlos de pasar la
Navidad con su familia.
200
"Sí."
"No te ves convencida".
No lo estaba, aunque no podía saber por qué. Tal vez era por lo estresada que parecía
Cody por la perspectiva de tratar con su ex, y el hecho de que ella quería ofrecer apoyo
moral. O tal vez era el hecho de que había cambiado una semana de vacaciones por trabajo
y una entrevista de trabajo. En cualquier caso, no se sentía bien. Y no estaba deseando
contarle a Cody el cambio de planes de última hora.
201
Capítulo Veinticuatro
Rara vez alguien llamaba a la puerta del despacho del laboratorio. Cody ni siquiera
estaba segura de que se tratara de un golpe. Levantó la vista de las líneas de datos y se
restregó la cara, ya que se sentía mareada después de una hora de revisar los números.
Volvió a sonar el "thump thump-thump".
"Rashad, ¿puedes bajar la música? Y, Keith, tal vez deberías tomar clases de canto
chico".
Le encantaba pasar suficiente tiempo con sus estudiantes de laboratorio como para
poder burlarse de ellos. Rashad bajó el volumen de la música y Danae se rio. Keith refunfuñó
porque no se apreciaba su talento, pero se detuvo en seco cuando María dijo "Lo
mantenemos cerca porque es agradable de ver".
Keith se puso casi tan rojo como su camisa mientras María se metía otro Skittle en la
boca y miraba la pantalla.
Cody se apretujó entre el sofá y su escritorio, abriéndose paso entre mochilas y
derribando el Starbucks a medio terminar de alguien en el proceso. Al menos había una tapa.
Cuando se inclinó para recogerlo, se dio cuenta de que había palomitas en el suelo y dos
bolsas de Skittles vacías.
"Chicos, tenemos que limpiar este lugar. Ustedes mantienen el laboratorio

impecable, pero esta oficina parece el dormitorio de alguien y nada de esto es mi basura".
Se resistió a recoger la basura. Por mucho que le gustara el hecho de que a sus
alumnos les gustara pasar el rato en el laboratorio y que pasaran tiempo allí si no tenían
trabajo de laboratorio que hacer, no le gustaba su desorden. Tampoco le convencía verla en
el sofá que habían insistido en que la oficina del laboratorio necesitaba. Alguien claramente
lo había tirado, y aunque no estaba en un estado horrible para los estándares universitarios,
no era nada bonito de ver y ocupaba una cuarta parte del espacio en la ya estrecha oficina.
Cody abrió la puerta y se enderezó.
"Presidenta Toller. Uh, hola. ¿Cómo está?"
"Bien. Bien, de hecho".
Gillian parecía no inmutarse por la música –todavía demasiado alta- y sonrió mientras
miraba más allá de Cody, sin duda observando las palomitas y envoltorios de caramelos en
el suelo, las mochilas y los libros y la expresión de sorpresa en las caras de sus cuatro
alumnos.
202
"Estaba en una reunión con el profesor Hayes y pensé en pasarme ya que están en la
misma planta. Se me ocurrió que en realidad nunca he visto su espacio. ¿Es un buen
momento para una visita a su laboratorio?"
"Sí, definitivamente. Por desgracia, hay que pasar por la oficina para llegar al
laboratorio".
Cody se alejó de la puerta, dando a todos una mirada que esperaba que interpretaran
como "no jodamos más esto". Rashad se apresuró a apagar la música y María se levantó de
un salto del sofá.
"Presidenta Toller", dijo María, ahora sonrojada tanto como lo había hecho Keith
antes. "Habríamos limpiado si hubiéramos sabido que iba a venir. Este lío es totalmente
nuestra culpa. La profesora Dawson nos deja pasar el rato y estudiar aquí cuando no tenemos
trabajo de laboratorio que hacer, pero..."
"Son desordenados pero estos cuatro estudiantes son algunos de los mejores con los
que he trabajado", dijo Cody.
Tal vez fue un error, pero había compartido con sus estudiantes de laboratorio lo
nerviosa que estaba por la próxima revisión de la titularidad y sabía que eso tenía que estar
en la mente de María ahora. Sin embargo, era su responsabilidad dar una buena impresión
a la presidente, no la de María.
"Todos ellos se matan trabajando. Y todos son brillantes. Desgraciadamente, la

limpieza no es lo suyo".
Gillian inclinó la cabeza y siguió sonriendo. "No pasa nada. La limpieza tampoco es lo
mío".
Un suspiro colectivo de alivio recorrió la oficina, y Cody casi rio ante el audible "uf"
de María. Cody le indicó a Keith que recogiera su mochila que estaba en medio de la pasarela
mientras Gillian le preguntaba a María por su papel en el laboratorio. Los demás se
apresuraron a recoger también sus cosas. María describió animadamente su proyecto de
tesis de licenciatura y cómo encajaba con los objetivos generales de investigación del
laboratorio, y luego señaló a cada uno de los otros estudiantes y en qué estaban trabajando.
Gillian estaba obviamente impresionada y apenas parecía darse cuenta de la cantidad de
objetos que se metían bajo el sofá y los escritorios.
María continuó.
"Si Cody, la profesora Dawson, no me hubiera pedido que me uniera a su laboratorio,

probablemente nunca me habría metido en la investigación. Y ahora es lo que quiero hacer
el resto de mi vida. Pensé que podría gustarme, pero no fui lo suficientemente valiente como
203
para pedirle a un profesor un puesto en el laboratorio. Dejó una nota en mi primer examen
en su clase que decía 'tenemos que hablar', y pensé que iba a suspender la clase".
"¿Alguna vez has sacado una B?" preguntó Keith.
María levantó un hombro. "Una vez estuve muy cerca".
Los demás se rieron y Cody dijo
"Muy bien, presidenta Toller. Creo que hemos limpiado lo suficiente como para que
no se caiga al llegar al laboratorio. Es por aquí".
Gillian le siguió, al igual que los cuatro estudiantes. Cody rebosaba de orgullo cuando
cada estudiante se adelantó para mostrarle a Gillian su área del laboratorio.
Cuando Rashad recorrió los pasos para preparar una muestra para ser analizada su
trabajo como nuevo miembro del laboratorio, Cody miró su teléfono. Había sentido que
vibraba en su bolsillo, pero lo había ignorado antes y se dio cuenta de que no sólo había
perdido una llamada, sino también unos cuantos mensajes de texto.
Todos de Jess. El primero decía simplemente
tenemos que hablar, pero el siguiente era Tengo malas noticias.
El corazón de Cody se hundió.
No podemos hablar ahora. ¿En diez ?respondió Jess inmediatamente.
Quiero hablar en persona. ¿Estás libre en una hora?
"Mierda", dijo Cody en voz baja.
Si Jess quería hablar en persona, las noticias tenían que ser realmente malas. Cody
levantó la vista de su teléfono. Gillian estaba mirando hacia el otro lado, afortunadamente,
ahora recibiendo un tour de la sección de Danae del laboratorio.
Si es una emergencia, puedo estar libre. Pero tengo que dar una clase.
No es una emergencia. Tiene que ver con el trabajo. ¿Qué tal esta noche?
Cody se preguntaba qué cosa del trabajo implicaría una mala noticia que le
incumbiera a ella. Casi dejó de respirar cuando recordó las Crónicas. Es curioso que casi haya
bloqueado la columna de su mente. Tamborileó con los dedos en la parte posterior de la
funda del teléfono.
Claro. Pero aparte de la clase, estoy libre. Llámame.
Cody volvió a meter el teléfono en el bolsillo y se acercó a continuar el recorrido
donde Danae lo había dejado. Gillian dio las gracias a los estudiantes y luego siguió a Cody
fuera del laboratorio a través de la oficina casi ordenada. Llegaron al pasillo exterior y Cody
cerró la puerta tras ellos antes de volverse hacia Gillian.
"Realmente son un grupo de chicos increíbles".
204
"Se nota. Y cada uno de ellos sabe lo afortunados que son de estar en tu laboratorio.
No me sorprende, pero sí me impresiona". Gillian sostuvo un sobre. "Puede que haya tenido
un motivo oculto para pasarme por aquí. Shannon normalmente envía esto por correo, pero
le dije que entregaría el tuyo en mano. Tenemos una pequeña fiesta cada año nuevo. Nada
elegante, pero queríamos asegurarnos de que nos pusiéramos en tu agenda antes. ¿Ya
tienen planes Jess y tú?"
Cody dudó. "No que yo sepa".
"Déjame adivinar. ¿Jess maneja tu agenda social?" Antes de que Cody pudiera
responder, Gillian añadió: "Me encanta que estés al antojo de Jess exactamente igual que
estoy en el de Shannon. Habla con ella y avísame. Si ella ya te tiene apuntada a una fiesta de
baile de toda la noche, no te preocupes".
"Voy a decir para que conste que realmente espero que podamos hacerlo. No soy
una gran bailarina".
Gillian se fue y Cody buscó su teléfono de nuevo. Repasó el intercambio de textos,

deseando que Jess simplemente le dijera las malas noticias. Jess no había respondido a su
último mensaje sugiriendo una llamada telefónica. Tal vez las malas noticias de trabajo
significaban que las Crónicas de las esposas se iban a cancelar.
Cody miró el sobre que le había dado Gillian. Cody y Jess estaban escritos en una
perfecta cursiva arremolinada. Sus nombres parecían perfectos juntos. Casi como si fueran
el uno para el otro. Pero sólo estaban saliendo por el trabajo de Jess. Cody negó con la
cabeza. Eso no era correcto. Habían empezado a salir por la columna. Lo que tenían ahora
era mucho más.
***
"No quiero ir."
Ben se dejó caer en la maleta abierta. Ninguno de los artículos que Cody le entregó
había logrado entrar, pero cabía perfectamente.
"Nos lo vamos a pasar en grande. Será tan cálido que ni siquiera necesitarás esta
chaqueta probablemente".
"¿Entonces por qué tengo que empacarla?"
"Es bueno estar preparado".
Cody le entregó la chaqueta, pero la tiró al suelo junto con todo lo demás. Cuando
ella le dirigió una mirada no muy distinta a la que había dirigido a sus alumnos de laboratorio
205
ese mismo día, se limitó a encogerse de hombros. Ella no quería obligarlo a ir. De hecho,
esperaba que le entusiasmara.
Pero tal vez él se diera cuenta de que ella tampoco quería.
"Podemos jugar en el océano. Nunca has visto el océano, pero te prometo que te va
a encantar. Incluso podemos construir castillos de arena. Esa es mi parte favorita".
"Has dicho que el agua está fría".
"Bueno, no es una bañera, pero puedes correr y chapotear en ella. Y las olas son
divertidas".
"Quiero quedarme en tu hotel. Contigo y Jess". Ben se cruzó de brazos.
Ahora se preguntaba si debería haberle dicho que Jess iba a venir. ¿Era esa su mala
noticia? ¿Que ella no podía venir? Cody apartó ese pensamiento.
No podía preocuparse por lo que ya le había dicho a Ben. Por el momento, ella tenía
que concentrarse en entusiasmarlo con el viaje. Había pensado que hacer la maleta lo haría
pero hasta el momento no parecía ser el caso.
"Sé que te gustaría quedarte conmigo y con Jess, pero vamos a estar en una pequeña
y aburrida habitación de hotel. Anastasia -Mamá- tiene una casa grande con muchas
habitaciones y una piscina. Es mucho más cálida que el océano".
Ben frunció el ceño. "No me gusta nadar".
"El verano pasado te encantaba nadar. Fuimos a la piscina casi todos los días". Cuando
Ben no respondió, ella decidió cambiar de táctica. "Apuesto a que si preguntas, jugará al
escondite contigo. Probablemente jugará a lo que tú quieras".
Dijo esperanzada. Anastasia no había sabido qué hacer con un niño pequeño, pero tal vez
jugaría ahora que Ben era un niño. "Quiere que te quedes con ella para que puedan pasar
tiempo juntos. Se van a divertir mucho".
"No quiero divertirme con ella. Quiero divertirme contigo. Tú eres mi madre".
"Tienes dos madres. Ya lo sabes". Cuando él se limitó a hacer un mohín, ella se

arrodilló y se arrastró hacia él. Ella volteó la tapa de la maleta sobre su cabeza. "Tal vez te
empaque así. Ni siquiera me cobrarán el billete".
Ben le sacó la lengua, pero le siguió una sonrisa. Luego soltó una risita cuando ella
luchó con él. Se desplazó hacia atrás sobre sus talones y estiró los brazos.
"Ven aquí".
206
Tardó un momento, y varios gruñidos, pero se bajó de la maleta. Se paró frente a

Cody, sin pisar sus brazos y sin mirar hacia arriba para encontrar sus ojos. Cody inclinó la
barbilla hacia arriba.
"Escucha, si no lo estás pasando bien, puedes venir a quedarte conmigo y Jess. Pero
quiero que intentes pasar algo de tiempo con mamá. Dale una oportunidad de divertirse.
Tienes suerte de tener dos mamás. No muchos niños la tienen".
"Jess podría ser mi otra mamá en lugar de ella".
¿Qué demonios se supone que debía decir a eso? Sus planes de mantener a Jess tan
separada como fuera posible del mundo de Ben habían fracasado por completo. Él hablaba
sobre ella todo el tiempo y ella podía decir por la mirada esperanzada en su cara que ya
había pensado en la propuesta de mamá.
Además de la naturaleza generalmente tenue de su relación, ella todavía no tenía idea de
cuál era la mala noticia de Jess. Jess finalmente le había devuelto el mensaje para decir que
prefería hablar en persona y que vendría después de que Ben estuviera en la cama. Su
corazón sólo se había hundido más ante eso. Pero nada de eso le correspondía a Ben.
"Jess y yo somos amigas. A ella le encanta salir con nosotros, pero..."
"¿No te vas a casar con Jess?"
"Amigo, eso está como a cien pasos de donde estamos. Somos buenas amigas y nos
gustamos, pero te tiene que gustar mucho alguien para casarse con ella".
Excepto que si no seguían siendo amigas? Si rompían, no era como si Jess fuera a
pasar a saludar a Ben. Dios, debería haber planeado todo esto antes.
"¿Lo entiendes?"
Ben asintió de mala gana.
"Me haría sentir muy orgullosa si le das a mamá una oportunidad. No estoy diciendo
que te tenga que gustar tanto como a mí. Tal vez ni siquiera quiera que lo hagas". Puso cara
de tonta y consiguió una sonrisa de él. "Pero quiero que lo intentes".
"De acuerdo". Asintió y dio un paso adelante. Cody lo envolvió en un abrazo y se dejó
caer en su regazo. "¿Y si huele mal?"
Cody sonrió. "Algunos pensamos que el perfume huele bien".
"Blech".
207
Ben fingió unas arcadas. No le gustaba el perfume fuerte, y por alguna razón de todos
los posibles recuerdos que podía tener de Anastasia, el que se le quedaba era que ella era
apestosa.
"Aunque lleve perfume, quiero que seas amable con ella".

Se apretó la nariz. "Lo intentaré".
"Gracias. Eres el mejor".
Ben se acurrucó más en los brazos de Cody. Ella lo acunó, y por un momento ya no
era un niño de cinco años, sino un niño pequeño. Los años habían pasado y lo habían hecho
bien solos. Ahora todo se sentía lleno de incógnitas. Y nada de eso era culpa suya.
El sonido de su teléfono rompió el momento de tranquilidad. Ella mantuvo a Ben en sus
brazos pero buscó en su bolsillo trasero para apagar el sonido. Al ver el nombre de Jess,
dudó. No quería soltar a Ben ahora, pero no estaba segura de poder ocultar sus emociones
por completo. Dependiendo, por supuesto, de lo que Jess tuviera que decir. Decidió llamar
a Jess más tarde, pero antes de que pudiera pulsar el botón pero antes de que pudiera pulsar
el botón rechazo, Ben cogió el teléfono.
"¡Hola, Jess!"
Cody le tendió la mano para coger el teléfono, pero Ben negó con la cabeza. Ella podía
oír la voz de Jess, pero no podía entender lo que estaba diciendo. Ben escuchó un momento
y luego dijo:
"LEGOs. O algo genial. No ropa. Definitivamente, nada de calcetines".
"¿De qué estás hablando?"
Ben alejó el teléfono de su oído.
"Jess quiere saber lo que a Joshua le gustaría para Navidad. Y lo que yo quiero,
también". Escuchó a Jess de nuevo y luego le tendió el teléfono. "Quiere hablar contigo
ahora".
Si Jess estaba preguntando por los regalos de Navidad, no estaba planeando terminar
las cosas. Pero eso no impidió que se le apretara el estómago al coger el teléfono.
"Hola".
"Resulta que no puedo ir esta noche. Olvidé que le prometí a Finn que la ayudaría a
envolver regalos para los niños de acogida. Su trabajo hace una colecta de juguetes cada año
y luego trae a casa un montón de juguetes y todos tienen que ser envueltos antes de ser
entregados mañana. Finn se está volviendo loca por envolverlos sin mí".
208
"¿Qué pasa?" Preguntó Ben.
"Nada, amigo". Al menos con Ben allí, tenía que fingir que era el caso. Más tarde,
cuando estuviera sola, podría procesar. Se aclaró la garganta. "Me parece bien que hablemos
por teléfono".
"Gracias". Jess suspiró. "Realmente quería decírtelo en persona, pero... no puedo ir a

California contigo y con Ben. Mi jefe me dio esta asignación de última hora en DC y quiero
rechazarla pero es un gran problema porque me pidió que lo hiciera, bueno, no puedo decir
exactamente que quiero ir de vacaciones en su lugar".
"Eso tiene sentido".
Cody se tomó un momento para dejar que la noticia calara. De las opciones que había
considerado, no era la peor. Y, sin embargo, seguía siendo una mierda.
"¿Qué pasa, mamá?" Preguntó Ben.
"Jess, ¿puedes esperar?" Cody le quitó el teléfono de la oreja.
"Todo está bien, pero Jess no puede venir a California y está deprimida por ello".
Cuando Cody volvió a ponerle el teléfono en la oreja, Jess dijo
"Estoy más que desanimada".
"Todo irá bien. No te preocupes". Cody miró a Ben y vio que las lágrimas rodaban por
sus mejillas. "Oye, Jess, tengo que irme".
"Um, está bien. Bueno, ¿tal vez podamos hablar más tarde?"
"Sí. Claro". Terminó la llamada y acercó a Ben, besando las lágrimas en sus mejillas.
"Lo siento, amigo".
Maldita sea. Ella debería haber sabido mejor. No debería haber invitado a Jess y
definitivamente no debería haberle dicho a Ben sobre el plan. Y todos esos límites que había
dejado perder, bueno, había que volver a ponerlos en su sitio.
Lección aprendida.
209
Capítulo Veinticinco
La senadora López estrechó la mano de Jess y señaló la pequeña zona de asientos en

la esquina de su despacho.
"Sentémonos aquí. Es mucho más cómodo".
Jess le siguió el juego y se sentó en el borde de un sillón de color azul intenso.

Entonces recordó que no quería parecer una adolescente ansiosa para el periódico de la
escuela y se sentó. Cruzó las piernas y apoyó su cuaderno sobre el regazo, pero se inclinó
ligeramente hacia delante para que su lenguaje corporal mostrara interés.
"Gracias de nuevo por reunirse conmigo. Es un verdadero honor".
La senadora López también se sentó en su silla, cruzando el tobillo sobre la rodilla.

Jess apreció el rechazo casual a adherirse a las normas de género tanto como había
apreciado el traje perfectamente adaptado y andrógino de la senadora.
"Voy a ser sincera. Es divertido hacer una entrevista con alguien que no tiene una
agenda oculta o el deseo de arrinconarme".
Estaba tan nerviosa por ser tomada en serio, que no se le había ocurrido que la
senadora podría apreciar el tipo de artículo que estaría escribiendo.
"Bueno, he jurado averiguar quién hace su ropa. ¿Eso cuenta?"
La senadora López se rio. "Secreto de Estado".
Fingió una expresión de desamparo.
"Supongo que tendré que conformarme con preguntar cómo es ser la única mujer de
color abiertamente lesbiana en el Senado de los Estados Unidos.”
"Ayuda que no sea la única lesbiana o mujer de color. Pero seamos sinceras, la
política sigue siendo un club de hombres. Un club de chicos heterosexuales y blancos".
Jess utilizó esto como punto de partida para la iniciativa de la senadora de fomentar
servicios públicos en las comunidades sub representados, desde el nivel local hasta el
nacional. Hablaron del personal del senador, más diverso de lo que es habitual en el
Capitolio y de orígenes no tradicionales. Como era de esperar, planteó algunos problemas
logísticos. Pero también ha servido de base para su plataforma y sus prioridades políticas.
210
"Tenemos que hacer que el gobierno se parezca a la gente a la que se supone que
representa".
Jess asintió con la cabeza, sin preocuparse ya de que pudiera parecer ansiosa o
emocionada. "Me encanta".
Se oyó un golpe seco y la puerta de su despacho se abrió. Una mujer negra con un
elegante traje de negocios sonrió a Jess y luego dirigió su atención a la senadora.
"Diez minutos, senadora".
"Gracias, Naomi. Estamos terminando aquí".
Era difícil creer que habían hablado durante casi una hora, aunque sus páginas de
notas dijeran lo contrario. Ella volvió a su página de preguntas y trató de elegir una buena
para terminar. Aunque, honestamente, se trataba más de terminar con una nota agradable
que de necesitar más material.
"Entonces, ¿cómo es la vida en la tierra de las esposas?"
Jess levantó la cabeza y se quedó con la boca abierta.
Jess levantó la cabeza y se quedó con la boca abierta. "¿Qué?" Se reprendió

mentalmente, tanto por la reacción como por la respuesta, antes de aclararse la garganta y
tratar de parecer algo más que un ciervo encandilado por los faros. "Quiero decir, lo siento..."
La senadora López sonrió, claramente divertida por pillarla tan desprevenida.
"He estado siguiendo su columna y tenía curiosidad por saber si iba tan bien como
usted lo hace parecer".
"Um..."
Era difícil saber qué la dejaba más boquiabierta: el hecho de que la senadora López
leyera su columna o la maraña de sentimientos y preguntas que componían el estado actual
de las cosas con Cody.
"Lo siento. ¿Demasiado personal?" Para ser una persona tan sincera como la
senadora López parecía, no estaba de ninguna manera arrepentida. Al menos no en este
momento.
"¿Es complicado?" Intentó un encogimiento de hombros juguetón.
Eso le valió una sonrisa. Una sonrisa sincera de una senadora de los Estados Unidos.
211
"¿No es el punto de las esposas mantener las cosas sin complicaciones?"
Ya que se habían salido del guion, y ella no tenía nada que perder, decidió seguir el
juego.
"No, estoy bastante segura de que para eso están las aventuras de una noche. El
esposamiento significa que te tiene que gustar alguien lo suficiente como para pasar tres
meses con ellos, pero no enamorarse".
Una simple explicación que hizo que se diera cuenta de lo espectacularmente que
estaba fallando con Cody. Al menos en lo que se refiere a la parte de no enamorarse.
"Bueno, si lo pones así". La senadora López levantó una ceja en lugar determinar la
frase, haciendo evidente su sentimiento.
"Digamos que hay más de lo que inicialmente anticipé".
La senadora López inclinó la cabeza. "Eso lo creeré. ¿Significa eso que no voy a
convencerte de ningún spoiler? Podría conseguirte un botón de 'He conocido a un senador".
Jess se rio entonces. ¿Quién habría esperado que una mujer tan poderosa tuviera un
sentido del humor tan perverso?
"Ya he tomado uno de la cesta en el escritorio de su asistente".
"Hmm."
No tenía forma de saber si alguna vez se cruzaría con la senadora de nuevo, pero
quería darle algo, y no sólo para que se separaran en buenos términos.
"Me estoy perdiendo unas mini vacaciones en la playa con ella para estar aquí".
"¿Ah, sí?" La senadora López se inclinó como si estuvieran discutiendo espionaje

internacional en lugar de la vida amorosa de Jess. "¿Con o sin el niño?"
Ella había ocultado la mayor cantidad de detalles personales de Cody y Ben de la

columna como fuera posible, pero no la existencia de Ben.
"Sin".
"Bueno, es una maldita pena".
212
El comentario le hizo preguntarse qué podrían estar haciendo ella y Cody ahora
mismo. Pero igual de rápido le dio una punzada de echar de menos a Ben. Hablando de
complicado.
"Oye, ¿estás bien? Estaba bromeando contigo. No pretendía provocar nada".
Genial, había pasado de ser burlada por un senador sobre su vida amorosa a ser
mimada por uno.
"En absoluto. Aunque no le digas a mi jefe que eres tú quien terminó haciendo las
preguntas difíciles".
La senadora López se rio y se puso en pie. Puso una mano en el hombro de Jess y
extendió la otra.
"Trato hecho".
Jess aceptó el apretón de manos.
"Gracias de nuevo por el tiempo de hoy y por dejarme ser la sombra de su personal
durante los últimos dos días”.
"Un placer". La senadora López la acompañó hasta la puerta. "Y en serio, buena
suerte con su proyecto. Espero que salga exactamente cómo quieres".
Jess sonrió ante la elección de la frase. "Tú y yo, ambas".
***
Jess cogió los restos de su ensalada Cobb antes de poner el recipiente a un lado. Se
odiaba a sí misma por haber pedido servicio de habitaciones en una de las mejores ciudades
de restaurantes del país, pero entre el día en las oficinas de la senadora López y la necesidad
de coger un tren ridículamente temprano para llegar a Filadelfia, estaba agotada. Y más que
un poco ansiosa.
También estaba el hecho de que Cody no le había enviado un mensaje de texto hoy.
Sí, ella y Ben estaban pasando el día juntos en Los Ángeles antes del traspaso a Anastasia,
pero aun así. Le hizo preguntarse si Cody estaba más molesta por su la cancelación de lo que
ella había dejado entrever.
Por eso quería tener la conversación en persona. No sólo porque era el tipo de
conversación que merecía ser cara a cara, sino porque confiaba más en su habilidad para
leer el lenguaje corporal de Cody que en su capacidad para captar el subtexto de su
demasiado breve conversación telefónica.
Pero no había pasado nada de tiempo entre su salida y su viaje a DC. Y ahora estaban
literalmente en lados opuestos del país y ella no sabía no sabía si se verían antes de Navidad.
213
Se levantó para caminar un poco, pero cogió su teléfono después de caminar en la

habitación un par de veces. Tocó el icono del teléfono junto al nombre de nombre de Cody
y esperó a que sonara. Y sonó. Cuando empezó el saludo del buzón de voz de Cody, estuvo
a punto de colgar. Pero dejar un mensaje se sentía de alguna manera más personal que los
mensajes de texto.
"Hola. Espero que las cosas vayan bien. Estoy pensando en ti. Bueno, en ti y en Ben,
en realidad. Siento de nuevo no estar allí. Me encantaría escuchar cómo van las cosas si estás
dispuesta para ello. Hice la entrevista hoy y fue bien. Aparentemente, la senadora lee mi
columna. ¿Qué tan salvaje es eso? Tan salvaje como el hecho de que haya preguntado sobre
ti. En fin. Perdón por divagar. Hablamos pronto".
Pulsó la X roja para terminar la llamada.
"Te echo de menos. Estoy un poco enamorada de ti. Ah, y tengo una entrevista
mañana para un trabajo muy prestigioso que estoy bastante segura de que no quiero".
Para cuando terminó la parte no grabada del mensaje, su pantalla se había quedado
en negro. Tiró el teléfono en la cama, sólo para recogerlo unos cuantos metros de la
habitación más tarde. Comprobó el volumen para asegurarse de que lo había silenciado
antes.
Por supuesto que lo había hecho. Ahora que había conseguido sentirse patética,
además de todo lo demás. Cogió su portátil. Después de montar un fuerte de almohadas
como escritorio, se situó en el centro y arrancó. Probablemente debería empezar a redactar
el artículo sobre la senadora mientras todo estaba fresco en su mente, pero se encontró
navegando hasta la carpeta donde almacenaba sus columnas.
La más reciente se refería al tiempo que había pasado con Cody, con referencias
ingeniosamente vagas a Ben pasando tiempo con su otra madre. Ella comenzó a redactar la
de esta semana en el avión, citando la entrevista y cómo la adultez tenía mucho que
recomendar, pero seguro que a veces se interponía en el camino.
Su objetivo había sido mantener las cosas ligeras porque el objetivo de las esposas
era evitar las conversaciones de "¿vamos en serio?" y "¿cuáles son nuestras prioridades?"
que plagaban las relaciones tradicionales.
Y sin embargo, mientras abría un documento en blanco, se preguntó si había metido
la pata con Cody de la misma manera que arruinó la mayoría de sus relaciones. Esas eran las
preguntas de las que parecía no poder escapar.
Al entrar, imaginaba que el mayor problema de las esposas era que mucha gente lo
hacía sin querer, o peor, queriendo y no lo decían con claridad. Yo, por supuesto, me aseguré
contra ambas cosas y pensé que era bueno para ir.
Pero aquí está la cosa, lectores. A tu corazón le importa un bledo...si debes
enamorarte de alguien o no. Su corazón va a querer lo que quiere y estoy bastante segura de
que no hay manera de detenerlo. Lo que hagas al respecto es otra cuestión. Tienes algo de
opinión al respecto. Lo que debería sentirse como una especie de consuelo, pero rara vez lo
hace.
214
Me estoy enamorando de ella. Al menos las partes de mí que aún no han están
cayendo. No sé qué hacer al respecto y cada vez estoy más preocupada por la hora que estoy
sola en ese barco.
Estoy bastante segura de que la mayoría de ustedes están gritando en sus pantallas
ahora. "¡Habla con ella! Dile cómo se sienten". Tal vez tengan razón. Pero voy a jugar la carta
de "es complicado" por ahora, y no hay nada que puedas hacer al respecto. Para bien o para
mal, sigo cruzando los dedos por la Navidad.
Le dio a guardar y luego se quedó mirando la pantalla oscurecida del televisor frente
a la cama. La configuración le hizo pensar en la noche en que ella y Cody habían reservado
un hotel para poder tener por fin sexo sin interrupciones. Era curioso. Había pensado que
sería difícil escribir sobre la parte del sexo, cuando en realidad, lo difícil resultaba ser todos
los sentimientos, desnudar su corazón ante sus a sus lectores de una manera que no podía
hacer con Cody. Esta noche, sin embargo, en un hotel sola y a un par de miles de kilómetros
de casa, la hacía sentir un poco menos sola.
215
Capítulo Veintiséis
La lluvia cesó esa mañana temprano, pero el cielo seguía siendo obstinadamente gris
junto con el océano, y la línea entre ambos se difuminaba en el horizonte. Al menos la escena
encajaba con su estado de ánimo sombrío. Cody escuchó el mensaje de Jess de nuevo,
deseando que su corazón no se elevara al oír la voz de Jess y deseando que no deseara volver
a llamarla.
Cuando el mensaje terminó, Cody tiró su teléfono boca abajo en la arena húmeda. Se
sentía tonta haciendo un castillo de arena sin Ben, pero sin nada más en qué pensar, se
dedicó a recoger puñados de arena y a colocar una torre en su sitio. Los últimos tres días sin
Ben habían sido productivos pero repetitivos. Todos los días, se despertaba temprano y salía
a correr, luego levantaba pesas en el gimnasio del hotel, antes de ducharse y desayunar sola.
Había utilizado la mayor parte de cada día para ponerse al día con el trabajo intercalando
descansos para pasear por la playa frente al hotel.
Por desgracia, eso le dio mucho tiempo para pensar en lo bonito que hubiera sido si
Jess hubiera venido con ella. Cody pudo ver en el mensaje que Jess realmente lamentaba
perderse el viaje. Las obligaciones laborales eran lo primero, ella lo entendía. Sin embargo,
deseaba que Jess no hubiera dicho que sí en primer lugar. Es más, deseaba que ella nunca se
lo hubiera pedido. No sólo se había hecho ilusiones a sí misma, sino también a Ben.
Cuando Ben se enteró de que Jess no iba a venir, decidió -de nuevo- que tampoco iba
a ir. Le costó horas de negociación conseguir que se sumara. Afortunadamente, cuando
finalmente llegaron a California, se emocionó al ver el océano y excitado por la aventura de
todo ello. Viéndolo correr en las olas, riendo y chillando por el frío, hizo que todo valiera la
pena.
Pero luego habían ido a casa de Anastasia y Ben le había rogado que no lo dejara.
Aquella primera noche berreó por teléfono y le costó toda la contención que tenía para no
salir corriendo. El día siguiente fue mejor. Anastasia lo había llevado a Disneylandia y él le
contó a Cody todo lo que había pasado en las atracciones esa noche. Cody no sabía cuáles
eran sus planes para hoy; ella quería darles espacio, así que no había preguntado. Tal vez
Anastasia quería ser madre después de todo, y Cody no quería interponerse en el camino si
ese era el caso.
Por Ben, ella haría cualquier cosa. Incluso dar un paso atrás. También quería darle
espacio a Jess, o al menos eso es lo que se dijo a sí misma cuando envió un mensaje de texto
con una respuesta rápida a la llamada de Jess en lugar de llamar. Pero tal vez era ella la que
necesitaba espacio. Si hablaba con Jess ahora, sabía que le diría lo mucho que la quería en
California. No sólo por la parte de la diversión adulta, sino porque necesitaba alguien con
quien hablar. Siendo separada de Ben y confiar en que Anastasia cuidaría de él era más difícil
de lo que había previsto. Sin embargo, sabía que no debía llamar a Jess para hablar de su ex-
esposa, o para tratar de describir cómo se sentía. Nada de eso era sexy. También era un
recordatorio de lo diferentes que eran y de que no tenía sentido que salieran juntas, no tenía
sentido que estuvieran saliendo en primer lugar.El problema era que se había enamorado
216
de Jess. Lo sabía y no podía hacer nada al respecto. Peor aún, no podía hacer nada para
detener la cuenta atrás para el día de San Valentín.
Con un suspiro, dio los últimos toques a la torre y se recostó para estudiar su trabajo.
La marea había bajado y el castillo no sería arrasado pronto, pero aun así sintió un impulso
de protección. Había fortificado una de las paredes con rocas y conchas para romper las
pequeñas olas, pero todo sería barrido en marea alta.
¿A Jess le gustaba el mar? Eso era sólo el comienzo de las preguntas que había en los
últimos días. Había pensado en Jess casi tanto como en Ben. Se puso de pie y estiró sus
músculos rígidos, luego se dirigió de vuelta al hotel, sin permitirse volver a mirar el castillo
de arena.
Una vez que llegó a su habitación, se quitó los zapatos y se hundió en la cama. Llamó
a Amelia y se recostó en las almohadas, esperando que ella respondiera.
"¿No estás de vacaciones? ¿Por qué me llamas?"
"Estoy de vacaciones".
¿Calificaba como vacaciones si pasaba la mayor parte del tiempo trabajando y
sintiéndose sola?
"Suenas miserable. Gracias por recordarme que las vacaciones no son todo eso".
Cody se rio. "No soy miserable. Estoy, bueno..."
"¿Sola sin Ben?"
"Sí." Y Jess. Cody suspiró. "Estoy preocupada por él pero intento no estarlo. Anastasia
lo llevó ayer a Disneylandia y todo parece ir bien así que me dije que les daría espacio. Estoy
tratando de no llamarlo hasta la hora de acostarse".
"Esperemos que Anastasia no lo olvide en un restaurante antes de eso. ¿Recuerdas

aquella vez?"
Cody gimió. "¿Podemos no hablar de eso? Apenas estoy aguantando por aquí".
"Lo siento pero no sé cómo aguantas su mierda. El hecho de que ella te hizo dejar
todo y llevar a Ben hasta allá cuando ella ni siquiera lo ha intentado durante los últimos tres
años..."
"Amelia, he aceptado esa parte. Ella lo arruinó, pero sigue siendo su madre. Si quiere
volver a intentarlo con él, tengo que apoyarlos a ambos". Había sido su decisión de tener un
hijo con Anastasia en primer lugar.
"No tienes que hacerlo". Amelia resopló. "Lo que sea. Podemos discutir esto más
tarde. ¿Qué tal la playa?"
217
"Bien".
Amelia se rio. "Vaya, sí que eres miserable. ¿Es sólo Ben y todo lo de Anastasia o hay
algo más que te molesta?"
"Sí. Todo con Jess".
"Oh, bien."
Cody se rio. "¿Bien?"
"Sí. Quiero hablar de Finn. Primero me hablas de Jess y luego me quejaré de lo mucho
que no quiero enamorarme de Finn".
"Creía que las cosas iban bien entre ustedes".
"Estaban bien. Entonces surgió algo con su hermana y se fue de la ciudad. Se saltó
totalmente los planes que habíamos hecho y apenas se disculpó. Y ahora me estoy dando
cuenta de que estoy más metida que ella".
"Parece que tenemos el mismo problema". Ella se dio cuenta de cómo podría ser
tomado y rápidamente añadió, "Pero el mío es con Jess, obviamente. No con Finn".
"Tú y Finn no llegarían a dos citas. Los dos son demasiado malditas cerradas. Casi he
decidido que las relaciones con mujeres marimachos no valen la pena".
"Probablemente no lo valgan. Sabes que las mujeres femeninas no son exactamente

fáciles tampoco. Pero el sexo..."
"Es bueno saber que no soy la única cachonda solitaria".
Cody se rio. No era sólo el sexo lo que echaba de menos, sino que tener una
habitación de hotel para ella sola y todo el tiempo del mundo le hizo entender lo que podría
estar haciendo.
El teléfono vibró contra su oreja y comprobó quién llamaba. No reconoció el número.
Alguien de Los Ángeles. Empezó a pulsar el botón de ignorar, pero dudó. Con una sensación
de hundimiento, se dio cuenta de que podría ser sobre Ben. No tenía sentido, si algo iba mal,
Anastasia llamaría, no un desconocido. Pero aun así.
"Amelia, tengo que atender otra llamada. ¿Puedo llamarte en un minuto?"
"Claro. Pareces preocupada. ¿Está todo bien?"
"Probablemente estoy siendo sobreprotectora".
218
"Considerando todo, no te culpo. Ve".
Cody exhaló, incapaz de luchar contra la opresión en su pecho.

Cambió a la otra llamada.
"¿Hola?"
"¿Es Cody Dawson?" La voz de la joven era tensa.
"Sí, ¿quién es?" Su corazón se le metió en la garganta cuando escuchó un llanto en el

fondo. "¿Es Ben?"
"Se ha caído. No pensé que fuera un gran problema, pero ha estado sosteniendo su
brazo y llorando y no puedo hacer nada para que pare. No quería molestar a Anastasia, pero
finalmente intenté llamarla y no contestó. Creo que su brazo podría estar roto. Me dio tu
número como respaldo".
Cody apretó los dientes. "Déjame hablar con él".
"Mamá, me duele el brazo. Mucho". Su voz temblorosa dio paso a un ahogado

sollozo. "¿Puedes venir a buscarme? Por favor".
Entonces no pudo contener las lágrimas. "Estoy en camino".
La espera en urgencias no fue larga, pero Ben se durmió en sus brazos antes de que
los llamaran a una habitación. Se despertó para la radiografía y se durmió de nuevo mientras
esperaban el regreso del médico. Estaba claramente agotado, lo que le hizo preguntarse
cuánto había dormido en los últimos días.
No había podido localizar a Anastasia para preguntarle eso ni para preguntarle dónde
demonios estaba. La niñera, que parecía bastante agradable y estaba claramente
preocupada por Ben, sólo había dicho que Anastasia se había ido alrededor del mediodía y
que estaría hasta el final de la tarde. Cody esperaba que tuviera una buena razón para dejar
a Ben con una niñera todo el día y ni siquiera decírselo.
Cuando sonó su teléfono y el nombre de Jess apareció en la pantalla, contestó sin
dudar. Ben se movió en su regazo, pero sus ojos no se abrieron.
"Hola. ¿Cómo estás?" La voz de Jess sonaba ligera y despreocupada. Como alguien de
vacaciones.
"Estoy bien. En urgencias con Ben".
"Oh, mierda. ¿Qué ha pasado?"
219
El cambio inmediato en el tono de Jess le dio algo de consuelo y la hizo sentir como
una mierda al mismo tiempo.
"Se rompió el brazo".
"¿Mientras estaba con tu ex?"
"Estaba con una niñera".
"¿Ella lo tiene por dos semanas y lo deja con una niñera al tercer día?"
El mismo pensamiento había pasado por su mente más de una vez.
"Sí. Supongo que tenía que trabajar".
"¿Pero no te lo dijo? Podría haber estado contigo en lugar de con un extraño. Lo

siento. Probablemente ya has tenido toda esta conversación".
Lo había hecho, por supuesto, pero sólo en su cabeza. Fue un pequeño consuelo
escuchar a Jess decirlo en voz alta.
"¿Cómo está? ¿Le duele mucho el brazo?"
"Le han dado un cabestrillo para que lo lleve mientras esperamos. Su brazo se ve tan
pequeño en él". Y frágil, como el resto de él. Cody miró hacia abajo y encontró a Ben
mirándola fijamente, con los ojos todavía enrojecidos.
"¿Es Jess?"
Cody asintió.
"Dile hola". El hecho de que no tratara de coger el teléfono tiro del corazón a Cody.
Estaba agotado.
"Te manda saludos. Le pasaría el teléfono pero está bastante cansado".
"Está bien. Sólo me gustaría estar allí. Sabes que podría coger un vuelo mañana por
la mañana. Podría acompañarte el resto de la semana..."
"¿Y tu trabajo?"
"He terminado aquí. Vuelvo a Denver".
220
Cody lo consideró. Quería decir que sí, pero al mismo tiempo, no tenía ni idea de
cómo sería el resto de la semana. ¿Volvería Ben con Anastasia? Antes de quedarse dormido,
le había hecho prometer que no lo obligaría. ¿Pero qué podía decirle a Anastasia?
"Quiero que vengas, pero no estoy segura de lo que va a pasar aquí. Creo que Ben va
a necesitar un yeso. La enfermera dijo que tendría que hacerse mañana, pero no estoy
segura de lo que Anastasia había planeado para el resto de la semana o lo que Ben va a poder
hacer..."
"No voy a volver", dijo Ben la ira elevando su voz. "Dijiste que yo sólo tenía que
intentar que me gustara y lo he intentado".
"Amigo, lo hablaremos más tarde. Tal vez nos quedemos allí juntos o algo".
"¿Vas a quedarte con tu ex?"
Estaba atrapada entre la pregunta de Jess, que no parecía juzgada pero tenía más que
una punzada de preocupación, y la mirada de Ben.
"No sé lo que vamos a hacer, sinceramente".
"De acuerdo. Parece que probablemente sólo complicaría las cosas, pero hazme
saber si cambias de opinión. Te echo de menos. Y a Ben".
"Yo también te extraño."
¿Estaba Jess pensando en complicar los asuntos o iba más allá? Quería decirle a Jess
lo a menudo que había pensado en ella durante los últimos días y cómo lamentaba no
haberla llamado de vuelta. Jess no complicaba las cosas, su vida ya era complicada.
"Dile a Jess que yo también la extraño", dijo Ben.
"Ben también te echa de menos".
"Dale un abrazo de mi parte. No puedo esperar a dibujar un corazón en su yeso".
La doctora volvió a entrar en la habitación con una enfermera a su lado.
"Tenemos que irnos, Jess. El doctor ha vuelto".
"¿Tal vez podamos hablar más tarde? Me gustaría poder darles abrazos a los dos
ahora mismo".
"Te llamaré esta noche", prometió Cody.
221
Si era algo bueno, o sólo otro problema, deseaba el abrazo de Jess más que nunca.
Después de que el médico interrogara a Ben sobre lo que había pasado -había intentado
saltar a uno de sus sofás de Anastasia y sus pies calcetados se habían resbalado en el costoso
cuero liso, les mostró la radiografía y señaló los dos huesos que se habían roto. La expresión
de Ben era estoica, pero su estómago se apretó.
"¿Cuánto tiempo falta para que se cure?" preguntó Cody.
"Los niños se curan rápido y las roturas son limpias. Probablemente sólo estará en un
yeso durante cinco o seis semanas. Dale un poco de Tylenol esta noche y prepara una cita
para la escayola mañana".
El médico le entregó una tarjeta con el nombre de un centro ortopédico y se volvió

para decirle algo a la enfermera.
Ben tiró de la camiseta de Cody. "¿Puedo nadar con la escayola?"
"No. No se puede nadar".
"Entonces quiero ir a casa. Lo único divertido del hotel es el océano y lo único

divertido de la casa de mamá es la piscina".
Ella no lo culpó. Ella también quería ir a casa. "Ya lo hablaremos".
Ben volvió a refunfuñar sobre lo de irse a casa y la enfermera se asomó. El médico se

había escabullido.
"Dame un minuto para envolver tu brazo en una férula y luego puedes irte a casa.
Pero no saltes más en ese sofá". Le guiñó un ojo. "O si lo haces, al menos quítate los
calcetines primero".
En poco tiempo, el brazo de Ben estaba envuelto en amarillo brillante y ajustado

contra su pecho en el cabestrillo. En cuanto la enfermera dijo que estaba listo, se puso de
pie.
"Vamos al aeropuerto".
Cody pasó el camino hacia el estacionamiento explicando que lo que dijo la

enfermera no significaba que pudiera volver a casa, a Denver. Su ánimo se hundió aún más
cuando entendió que el vendaje en su brazo era sólo temporal y el yeso vendría después.
Llegaron al coche de alquiler y el teléfono de Cody sonó. Ella esperaba volver a ver el nombre
de Jess, pero era Anastasia. Cody ayudó a Ben a sentarse en su asiento elevador antes de
contestar.
"Acabo de hablar por teléfono con la niñera".
222
Anastasia sonaba preocupada, lo cual era un pequeño consuelo. "¿Dijo que Ben
podría haberse roto el brazo?"
"Sí. Lo hizo. Estamos saliendo de la atención de urgencia ahora. ¿Estás en casa?"
Anastasia dudó y Cody notó el ruido de fondo. Risas y música fuerte. Tal vez estaba
en medio de un evento. Pero entonces, ¿por qué habría programado la visita de Ben para
una hora en la que sabía que estaría trabajando?
"¿Tenías que ir a trabajar hoy?"
"Uno de mis amigos está organizando una gala benéfica. La estoy supervisando. No
te creerías la lista de invitados".
Cuando Anastasia empezó a enumerar los nombres de los actores, la frustración de

Cody aumentó. A ella no le importaba la gente famosa. De todos modos, no conocía a la
mitad de ellos. Pero esa no era la cuestión.
"Mira, Ben está cansado. Puedo llevarlo a tu casa o puede venir conmigo al hotel.
¿Vas a llegar pronto a casa?"
"No antes de medianoche".
Eran las siete y media. "Entonces puedes llamar por la mañana. Si quieres. Estaremos
en el hotel".
"Lo siento, ¿hice algo para molestarte?"
El tono legítimamente confuso de Anastasia y la no disculpa hicieron más para

cabrear a Cody que cualquier otra cosa que hubiera pasado. Ella miró en el asiento trasero.
Ben no estaba dormido, pero tenía la mirada perdida en la ventanilla y no parecía prestar
atención a la conversación.
"No has hecho nada".

Podía dejarlo así. Después de todo, el brazo roto no era Anastasia. Pero por una vez
ella quería decir lo que estaba en su mente en lugar de simplemente hacer más fácil para
Anastasia la responsabilidad. "Ojalá me hubieras dicho que ibas a dejar a Ben con una
niñera".
"Cody, esta gala es mi trabajo. Sé que no lo entiendes, y que nunca te ha importado

lo que a mí me importa, pero..."
"Me importa Ben. Necesito llevarle la cena. Y algún medicamento para el dolor. Se
rompió el maldito brazo y odio no haber estado ahí cuando me necesitaba".
223
Anastasia se quedó callada. Después de un momento se aclaró la garganta.
"Bueno, parece que tienes todo bajo control ahora".
"Sí, lo tengo. Adiós, Anastasia".
Cody no esperó a terminar la llamada. Si se quedaba en la línea un momento más,

sólo terminaría maldiciendo y Ben no necesitaba escuchar eso. Tal vez debería haber dicho
simplemente a Anastasia que ella y Ben iban a volver a Colorado. Ella no quería pasar un
minuto más en Los Ángeles. Sin embargo, la idea de una batalla por la custodia echó por
tierra ese pensamiento. Y Anastasia podría no haber admitido ninguna culpa en voz alta,
pero su voz se había templado al final. Cody sabía que ella se preocupaba por Ben. Sólo que
le importaban más otras cosas.
Miró detrás de ella. "¿Qué te apetece cenar, amigo? Tu elige esta noche".
"¿Estamos en problemas?"
Ben miró su brazo entablillado y luego miró a Cody. "Si no volvemos a su casa, se
enfadará, ¿verdad?"
"No, lo entenderá. No te preocupes".
Con suerte, Anastasia decidiría que ya había tenido suficiente crianza por un tiempo.
Se dio media vuelta en su asiento y tocó la rodilla de Ben. "Oye, estoy orgullosa de que te
quedes en su casa. No estuvo del todo mal, ¿verdad?"
"Disneylandia fue divertido. Especialmente la atracción de la taza de té".
Cody sonrió. "Esa es mi favorita también. Tal vez un día podamos volver y puedas
mostrarme todas las otras cosas que te gustaron".
"¿Tal vez con Jess?"
"Tal vez".
Cody no tenía ni idea de lo que pasaría con Jess. Y sin embargo, un viaje familiar a
Disneylandia con ella no parecía tan descabellado, lo cual podría ser el pensamiento más
loco que había tenido en todo el día. Pase lo que pase, ella no podía evitar sentir que Jess
era buena para ella, para ellos. Mejor de lo que Anastasia jamás había querido ser.
224
Capítulo Veintisiete
Gah". Jess se despertó con un sobresalto, y todo su cuerpo se agitó. O, mejor dicho,
su cuerpo se sacudió para llamar la atención. Observó el respaldo del asiento frente a ella,
la mesa de la bandeja en su posición vertical y bloqueada. El estruendo debajo de ella le
indicó que el avión había aterrizado. Miró al estudiante universitario que ocupaba el asiento
junto a ella.
"Lo siento".
El chico se sacó los auriculares. "¿Eh?"
Intentó respirar tranquilamente. "Sólo me estaba disculpando por mi agitación".
"No pasa nada".
Él le ofreció un asentimiento y se puso los auriculares de nuevo.

Uno de los auxiliares de vuelo se puso en el intercomunicador para anunciar su llegada al
aeropuerto internacional de Denver y la hora local, recordándoles que debían permanecer
sentados con los cinturones abrochados hasta que el capitán apagara la señal. Encendió su
teléfono, haciendo cuentas mientras se encendía. Treinta y un horas. Eso era lo que había
tardado en llegar a casa. No estaba mal, honestamente, teniendo en cuenta la ventisca en
Chicago y la posibilidad muy real posibilidad de pasar la Navidad en la terminal C de O'Hare.
Después de tres intentos de conseguir un vuelo de la lista de espera, ella lo había
conseguido. Eran las dos de la tarde del día de Nochebuena, pero estaba en casa. Envió un
mensaje de texto a Finn, luego a Donna y después a su madre. Luego, abrió su hilo de texto
con Cody.
Ben había recibido su yeso y Cody tomó la decisión de no obligarlo a pasar más
tiempo con Anastasia. Habían llegado a casa el día anterior más o menos a la misma hora
que se suponía que Jess iba a llegar antes de todos los retrasos y cancelaciones. Cody se
había mostrado comprensiva con su situación, pero no había dicho mucho más.
¿Estaba ocupada? ¿Desinteresada? ¿Sigue enfadada porque Jess no está allí? Estuvo
un poco difícil, pero lo logré. Ella quería preguntar sobre Ben, sobre si Anastasia había hecho
un escándalo, sobre cuándo podría verlos a ambos. Se resistió, sin embargo, al menos hasta
que Cody respondió y le dio una idea de las cosas. Suspiró, odiando su vacilación. A pesar de
su coqueta confianza, cuando se trataba de sentimientos, era poco más que una variedad de
pollo de jardín.
¡Hurra! ¿Necesitas que te lleven?
El mensaje de Cody no debería haberse sentido como ganar la lotería, pero como que
lo hizo. Incluso más que la perspectiva de ver a Cody, la oferta hizo parecer que Cody también
quería verla.
No, no. Está fuera del camino y soy un desastre. Pero me encantaría pasarme más
tarde.
Si sobrevivimos al centro comercial, nos encantaría. ¿Comida para llevar, tal vez?
225
Jess sonrió ante el comentario del centro comercial, luego liberó su maleta del
compartimento superior y se unió a la cola que esperaba para salir.
¿Quién va de compras en Nochebuena?
La mujer que está complaciendo a su hijo por culpa.
Era difícil saber si Cody estaba haciendo una broma o realmente se culpaba a sí misma por
lo que pasó con Ben.
Para. Sigues ganando el premio a la paternidad en mi libro.
Cody desvió el cumplido e hizo una broma sobre la compra de sus regalos extra. Jess le deseó
suerte y fortaleza y le prometió que se presentaría después de una merienda, una ducha y
algo de ropa limpia. Se dirigió a la terminal y a la parada de taxis, contenta de no tener que
conducir ella misma hasta su casa.
Con Finn en el rancho de su familia en Dakota del Sur y Rascal quedándose con
Amelia, el apartamento tenía un ambiente casi inquietantemente tranquilo. En ese
momento se dio cuenta de que nunca había vivido sola. Había pasado de la casa a la
universidad y a los apartamentos con un abigarrado grupo de amigas y compañeras de piso.
Las finanzas la motivaban tanto como cualquier otra cosa, pero le gustaba tener
gente alrededor. Le hizo preguntarse si Cody había vivido alguna vez sola, o si había querido
hacerlo.
Se comió un envase de yogur de pie en el fregadero antes de dirigirse al baño,
quitándose las capas de costra del viaje mientras avanzaba. Puso en marcha la calefacción
de la ducha, poniendo el rociador en la posición de masaje, y se metió en ella.
El agua que caía a borbotones consiguió relajarla y reanimarla. Y por mucho que parte
de ella deseaba ir a la cama, la idea de ver a Cody y Ben le dio una ráfaga de energía. Bueno,
tal vez no una explosión. Pero sí una recarga. Definitivamente una recarga.
Desde que no había conducido al aeropuerto -o utilizado su coche en días- estaba
encerrado en varios centímetros de nieve. Refunfuñó mientras sacaba el cepillo para la nieve
y arrancó el motor, pero cuando terminó, había empezado a tararear villancicos y tenía
visiones de salchichón y champiñones bailando en su cabeza.
Podría tener un millón de cosas de las que preocuparse, pero Cody quería verla. Eso
hacía que todo lo de los últimos días fuera mejor. Así que, al menos por el momento, se
permitió simplemente ser feliz por estar en camino a verlos, feliz por la pizza caliente y feliz
por estar en casa.
***
"¡Jess!" Ben abrió la puerta y se lanzó a sus brazos.
"Hola, Ben".
Jess sostuvo la caja de pizza para que Cody la agarrara y pudiera aceptar el abrazo. Lo
rodeó con ambos brazos y se dejó empapar por su entusiasmo y el olor a champú para niños
que salía de su pelo húmedo.
"Te he echado de menos".
226
"Yo también te he echado de menos. Mamá dijo que ibas a venir después de tomar
un baño, así que yo también me bañé. Tuvimos que envolver mi brazo en una bolsa Ziploc
porque no se puede mojar". Le tomo la mano con la buena y tiró de ella dentro. "¿Sabías que
los yesos no se pueden mojar? No puedo ir a nadar hasta que me lo quiten, pero como ya
no estamos en California y es invierno aquí, ni siquiera me importa".
"¿Qué tal si dejamos que Jess se quite el abrigo? Probablemente quiere un minuto
antes de todas nuestras historias y preguntas".
Jess levantó la vista para encontrar a Cody mirándola con una media sonrisa y su
corazón tropezó consigo mismo un par de veces.
"Hola".
La sonrisa de Cody creció. "Te ves muy bien para alguien que ha estado viajando
durante dos días y durmiendo en un aeropuerto".
"No estoy segura de que eso sea un cumplido".
Cody asintió. "Lo es."
"Es increíble lo que puede hacer una buena ducha caliente y un poco de maquillaje
fresco. ¿Cómo estás?"
Ella había dirigido la pregunta a Cody, pero Ben se lanzó a decir que su brazo casi no
le dolía y que podía elegir el color de su yeso y que no le gustaba romperse el brazo, pero,
pero que se alegraba de poder volver a casa.
Jess asintió con la cabeza y exclamó. Hizo preguntas de seguimiento y declaró que
Ben había sido muy valiente. Todo el tiempo, captando la mirada de Cody por encima de la
cabeza de Ben.
Dada la tensa conversación antes de sus respectivos viajes, ella no estaba segura de
lo que esperaba ahora. Pero Cody parecía relajada, y la forma en que miraba a Jess -una
mezcla de afecto y deseo- hacía que todo estuviera bien en el mundo. También le dieron
ganas de pinchar, de preguntarle a Cody exactamente qué estaba pensando. Y le hizo
preguntarse qué ocurriría después de que Ben se fuera a la cama.
Pero primero la cena. Se zambulleron en la pizza y pusieron dibujos animados de
Navidad en la televisión, debatiendo los méritos relativos de Una Navidad de Charlie Brown
y Olive, el otro reno. Cuando terminaron de comer, Cody intentó convencer a Ben de que
empezara a prepararse para ir a la cama.
"¿Vas a quedarte a dormir?" preguntó Ben. "Apuesto a que Santa podría dejar tus
regalos aquí si lo hicieras. Él lo sabe todo".
"Creo que Santa está más concentrado en asegurarse de que todos los niños reciban
227
sus regalos que en preocuparse demasiado por los adultos".
Cody inclinó la cabeza. "No lo sé. Estoy bastante segura de que Papá Noel te traerá
algo".
El brillo en los ojos de Cody le dijo que "Santa" ya tenía algo para ella. Le hizo alegrarse
más de haber tenido los medios para traer los regalos de Cody y de Ben con ella. "Santa es
muy inteligente".
"Estoy segura de que estás agotada, no sé cuáles son tus planes con tu familia, pero
nos encantaría que te quedaras".
Ella esperaba que Cody se retractara. O al menos que matizara y advirtiera su

invitación. El hecho de que no lo hiciera hizo que Jess quisiera decir que sí aún más. Sentía
que Cody sabía lo que quería y eso era ella.
"Normalmente voy en la tarde de Navidad, pero estoy bastante segura de que

recibiría aplausos si les dijera que voy a pasar el día contigo".
Cody entrecerró ligeramente los ojos. "Entonces, ¿eso es un sí?"
Ella miró de Cody a Ben, cuyos ojos estaban muy abiertos y suplicantes. Y en ese
momento se dio cuenta, más que cuando estaban separados por miles de kilómetros de
distancia, más que cuando supo que Ben estaba herido y ella no estaba allí, lo mucho que
deseaba estar exactamente donde estaba.
"Si".
Ben lanzó un grito de alegría y Cody sonrió con seriedad. Se ofreció a leerle un cuento
y Ben le preguntó si podían leer todos juntos en la cama. Cody le dejó elegir cuatro, ya que
era una ocasión especial, pero le dio sueño a la mitad del segundo.
Después de los abrazos de buenas noches, salieron de la habitación de puntillas y
Cody cerró la puerta casi por completo.
"No creo que haya dormido mucho con Anastasia".
La ya familiar oleada de protección le apretó las costillas.
"Me alegro que hayas venido a casa cuando lo hiciste. Parece que ella es aún más
inútil de lo que pensaba".
"Ella no es inútil. Ella es... no sé". Cody suspiró. "No creo que haya querido ser madre.
Durante mucho tiempo, pensé que era su idea, pero ahora me pregunto si fui yo. Quizá la
228
convencí yo. Yo quería niños ,bueno, una familia en realidad y a ella le encantaba la emoción
de todo lo nuevo. Todavía lo hace. De todos modos. Intentaba hacer lo correcto, ¿sabes?".
Tomó la mano de Cody y las condujo por el corto pasillo hacia la habitación de Cody.
"Lo sé. Y lo hiciste".
"¿Lo hice? No lo parece".
Era difícil saber si Cody se refería a volver a casa temprano o a ir a California en primer
lugar.
"Fue bueno para Ben verla y fue bueno volver a casa antes de tiempo. Actuaste
completa y totalmente con su mejor interés en mente".
Cody asintió con decisión, como si el hecho de que Jess lo dijera lo hiciera más cierto.
O tal vez como si pudiera permitirse creerlo.
"Gracias".
Se imaginó a Cody sola en la habitación del hotel que debían compartir, recibiendo la
llamada de la niñera.
"Siento de nuevo no haber estado allí. Lamento haberme perdido las vacaciones,
pero más lamento que hayas tenido que pasar por todo eso sola".
Cody la estudió por un momento, como si no estuviera segura de qué hacer con eso.
Finalmente, dijo
"Me habría sentido fatal por arruinar tus vacaciones, pero sí. Yo también te he
echado de menos".
Ella negó con la cabeza, pero el calor de saber que Cody la echaba de menos se
extendió en su pecho.
"No se habrían arruinado porque habríamos estado juntas".
Cody le cogió la mano libre y las sujetó a las dos. "Pero ahora estás aquí".
"Lo estoy."
"Y mucho mejor para mí y Ben que mi ex. En muchos sentidos".
Jess se rio. "No me sentía insegura por eso, pero gracias".
229
"Además, desearía haber pensado en buscar algo de muérdago".
A pesar de las interminables horas en las terminales del aeropuerto, el agotamiento

que casi la deja dormida de pie en la ducha, la idea de la boca de Cody en la suya hizo que
un zumbido de anticipación la recorriera.
"¿Quién dice que necesitas muérdago para besarme?"
Cody se inclinó hacia ella. Jess cerró los ojos con anticipación. Pero en lugar de tomar
su boca, Cody le dio besos en los párpados, en las sienes y en la mandíbula. Finalmente llegó
a la boca de Jess, pero el beso que dejó fue tan suave y fugaz como el resto. Jess abrió los
ojos justo cuando Cody llevó una mano a cada lado de su cara.
"Apuesto a que estás agotada".
Tal vez era la adrenalina en este punto. O tal vez había cruzado la línea en ese vértigo
que viene con el exceso de cansancio. Sea lo que sea, el sueño era la última cosa en su mente.
"Puedo pensar en un par de cosas que preferiría hacer que dormir".
"¿Es así? ¿Una película, tal vez? Diría que podríamos abrir las medias, pero Ben nunca
me lo perdonaría".
Como antes, este lado confiado y juguetón de Cody la pilló desprevenida.
Y la excitó. "No podemos hacer eso".
"Bueno, entonces. Tal vez debería llevarte a la cama. En caso de que decidas que
estás cansada después de todo".
Cody la llevó al dormitorio y cerró la puerta, haciendo sonar la cerradura recién

instalada y dejando claro que no tenía intenciones de descansar. Al menos no de inmediato.
"Qué atenta. La cerradura también".
La cerradura hizo sentir que Cody tenía toda la intención de tenerla más allá de las
próximas semanas. Cody sonrió.
"Esa soy yo. Vamos a quitarte esa ropa también. Mucho más cómodo así".
Cody cogió el dobladillo del jersey de Jess. Ella levantó los brazos, dejando que el
deseo la atravesara. Y si había sentimientos mucho más grandes que el deseo, ella los dejó.
"Oh, sí. Vamos".
230
Capítulo Veintiocho
Jess estaba profundamente dormida en los brazos de Cody, con su trasero desnudo
acurrucado en el hueco hecho desde la curva de la cadera de Cody hasta su pecho.
Habían estado intercambiando recuerdos de cómo habían descubierto que Papá Noel
no era real cuando las palabras de Jess ralentizaron y luego se interrumpieron. Pasó un
minuto largo y silencioso antes de que Cody se diera cuenta de que Jess no estaba llegando
al final, había estado describiendo a su yo de nueve años saltando de la cama con una
cámara para tratar de tomar una foto de Santa en el acto. No le había importado que Jess se
tomara su tiempo con la historia. De hecho, no le importaba de qué hablaban, mientras lo
hicieran
Estaba demasiado distraída por lo bien que se sentía Jess y la forma en que Jess se
acurrucaba contra ella como si no hubiera otro lugar en el que prefiriera estar.
El hecho de que Jess se durmiera en sus brazos era aún más sorprendente que los
sonidos que había hecho cuando llegó al clímax esa misma noche. O al menos casi tan bueno.
Le encantaba lo cómoda que se sentía con Jess y lo cómoda que Jess estaba con ella, en sus
brazos, en su casa, en su vida. Había sucedido rápido, casi demasiado rápido para creerlo,
pero no tenía sentido discutir que había ocurrido. La cuestión era qué hacer al respecto.
Se había convencido a sí misma de que tenía que establecer mejores límites para la
relación, al menos por el bien de Ben, pero tan pronto como estuvieron todos juntos ese
plan se había ido por la ventana. La verdad es que no quería límites.
Quería simplemente ceder y aceptar que algunas cosas buenas eran fáciles. Todo lo
relacionado con Jess era fácil. ¿Quizás era así con las esposas?
No hay que procesar el viejo equipaje, no hay que dejarse atrapar por los "y si..." del
futuro, simplemente estar presente con alguien y completamente en el momento.
Pero también quería decir lo que le había dicho a Jess la noche anterior. Jess era
buena para ella y para Ben. Ambos eran más felices. Sólo esperaba que fueran buenos para
Jess.
Se apartó de Jess para mirar el reloj de cabecera. Un puñado de regalos para Ben y
no había puesto ninguno de los regalos de regalos de "Santa" bajo el árbol. Además, los
calcetines estaban esperando a ser llenados. Pero no se atrevía a salir de la cama.
"¿Qué hora es?" Las palabras de Jess murmuraron con el sueño.
"Un poco después de la una".
Cody se acomodó de nuevo contra Jess y le besó el cuello. Papá Noel podía llegar
unas horas tarde. De ninguna manera Ben se levantaría hasta por lo menos las cinco. Con
suerte, incluso podría recordar la regla y quedarse en la cama hasta el amanecer.
"Siento haberte despertado".
"Tenemos que hacer la media de Ben, ¿verdad?" Comenzó a levantarse, luego se

231
estremeció y tiró de Cody para acercarse.

"Hace frío ahí fuera, pero tenemos que hacerlo. No podemos olvidarlo. Es
importante".
Que algo como la media de Ben fuera importante para Jess hizo que el corazón de
Cody se hinchara.
"No tienes que salir de la cama. Puedo hacerlo".
"Quiero ayudar. Si te parece bien".
Cody la besó de nuevo. "Definitivamente está bien. Me gustaría tu ayuda, de hecho.

Pero en este momento no quiero soltarte".
"Yo tampoco quiero que me sueltes, pero me preocupa que me duerma de nuevo si
nos quedamos así". Jess bostezó. "Creo que me quedé dormida en medio de nuestra
conversación. Lo siento".
"No pasa nada. Estabas cansada".
"Podemos fingir que sólo fue eso. Y no cómo me pones toda mareada y atontada".
"¿Mareada y sin fuerzas?"
"Mm-hmm." Jess encontró la mano de Cody y la llevó a sus labios. Ella rozó un beso
sobre los nudillos de Cody. "Tu mano huele como yo. ¿Te he dicho lo mucho que me gusta
cuando estas dentro de mí?"
"Lo mencionaste hace una hora".
"¿Lo hice?"
Cody sonrió ante el jadeo fingido de Jess. Se preocupó entonces de que la declaración
de Jess, completa con un "joder, sí", pudiera ser lo suficientemente fuerte como para
despertar a Ben. Afortunadamente, eso no había ocurrido.
"Pero creo que me gusta estar dentro de ti incluso más de lo que a ti te gusta que yo
esté ahí".
"Discutible". Jess tiró de la mano de Cody mientras se desplazaba al borde de la cama.

"Vamos, Santa. Tenemos trabajo que hacer".
Cody refunfuñó pero se levantó de la cama. Encontró una sudadera para Jess y un par
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de pantalones de chándal para ella, pero su elección de ropa le valió una ceja arqueada de
Jess.
"¿Esto es todo lo que llevamos puesto?" Jess tiró de la sudadera sobre su pelo
deliciosamente despeinado.
"Así trabajaremos más rápido".
"Así que, básicamente, ¿estás tratando de llevarme a tu cama temblando? Es eso es

para que tenga que acurrucarme contra ti de nuevo para entrar en calor?"
"Realmente no lo había pensado, pero ahora que lo mencionas..."
Jess se rio. "Esa mirada culpable sólo me hace querer saltar sobre ti otra vez".
"¿Otra vez? Estoy bastante segura de que te salté".
"¿Lo hiciste?" Jess se golpeó la barbilla. "Hmm. Mi memoria de quién agarró quién es
aparentemente borrosa. Puede que tengas que recordarme lo que pasó".
"Podría hacerte una recreación".
"Me gusta cómo suena eso. ¿Puedo esperar una repetición completa?"
Cuando Cody asintió, Jess enganchó su brazo. "Vamos a llenar estas medias. No sé
cuánto tiempo podré esperar para tenerte de nuevo".
Por mucho que estuviera dispuesta a complacer a Jess, para cuando los calcetines y
los últimos regalos estaban bajo el árbol, ambas estaban bostezando y el sueño las
sorprendió a ambas.
No pasaron suficientes horas y Ben llegó volando a la cama gritando
"¡Santa ¡vino! Ha venido Papá Noel".
Cody trató de calmarlo, pero se lanzó a una descripción completa de todos los regalos
bajo el árbol y Jess sólo lo animó, riendo y preguntando
"¿Qué más?"
Cada vez que hacía una pausa para respirar. Con los ojos desorbitados, Cody entornó
los ojos en el reloj. Eran más de las seis y no podían enviarlo a su habitación. Se giró para
decirle a Jess que no tenía que levantarse, pero Jess ya estaba saliendo de la cama,
envolviendo hábilmente la manta y pidiéndole a Ben que comprobara si Papá Noel había
llenado también su calcetín.
233
La mañana no se detuvo. Primero abrieron los calcetines y luego Ben escogió un

regalo de debajo del árbol para abrirlo antes del desayuno, como era su rutina. Después de
eso, Jess convenció a Cody para que la dejara hacer gofres de verdad -no congelados- y la
casa pronto olió a jarabe de arce y mantequilla.
Después de desayunar, se acurrucaron en el sofá con una segunda taza de café,
mientras Ben abría el resto de sus regalos con una ruidosa y desordenada prisa. El yeso no
lo retrasó mucho, aunque se quejó una o dos veces de no poder desatar el lazo. A Cody le
encantaba su interminable entusiasmo. Incluso se alegró cuando uno de sus regalos de Santa
Claus resultó ser unos calcetines, y la sonrisa de Jess no abandonó su rostro en todo
momento.
Jess le sacó una foto rodeado de papel de regalo con un lazo pegado a su yeso y una
sonrisa tonta en su cara. Le mostró la imagen a Cody y le preguntó si podía enviarle un
mensaje de texto a su madre. La pregunta calentó el corazón del corazón de Cody, al igual
que los mensajes de seguimiento de la madre de Jess para asegurarse de que Ben tenía todo
lo que quería.
Después de que los regalos de Ben fueran desenvueltos, no perdió tiempo en admirar
sus regalos. En su lugar, inmediatamente arrancó el juego de LEGO que Jess le había dado y
comenzó a construir justo en frente del árbol. Mientras trabajaba, Cody esperó a que Jess
anunciara que tenía que irse. Pero ella sólo se acurrucó más cerca.
El resto del día transcurrió con pereza. No había planeado ninguna comida elegante,
anticipando que sólo serían ella y Ben, así que calentaron sopa enlatada para almuerzo y Jess
insistió en que era completamente razonable pedir chino para la cena. No mencionó otros
planes o la necesidad de estar en otro lugar, aunque sí se comunicó por FaceTime con sus
padres y hermanos.
Cuando estaba con su hermana, le preguntó a Ben si quería saludar a Joshua. Ella
perdió rápidamente su teléfono para que los niños pudieran mostrar cada uno de los regalos
que habían recibido.
"Esta podría ser la Navidad más bonita que he tenido". Jess se acurrucó con Cody en
el sofá de nuevo.
"¿En serio?"
"Pareces sorprendida".
"Bueno, lo estoy. Estamos bastante aburridos aquí. Y tú no estás con tu familia".
"Se siente como si lo estuviera".
Ella no encontró la mirada de Cody, ni notó la mirada interrogativa de Cody. En su

lugar, observó a Ben parloteando con Joshua. Ambos habían conseguido la estación espacial
de LEGO de Jess y se mostraban con entusiasmo todas las piezas.
"No estaba segura de sí era una buena idea darles el mismo regalo, pero vi la estación
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espacial y no pude resistirme".
"Oh, fue una buena idea. Quizá algún día podamos reunirnos con tu hermana y los
primos puedan volver a jugar". Cody hizo una pausa, sacudiendo la cabeza.
"No sé por qué he dicho primos".
"Parece que son primos, ¿no?". Jess pasó su mano por el pecho de Cody mientras se
acercaba. Apoyó su cabeza en el hombro de Cody y suspiró suavemente.
"He estado yendo y viniendo todo el día entre querer de sacar a relucir lo feliz que
me hacen Ben y tú y no querer romper el hechizo".
"Lo mismo digo".
Cody quiso decir más pero se le formó un nudo en la garganta. No era sólo lo perfecto
que había sido el día, lo feliz que era Ben, o lo feliz que se sentía. Había algo diferente entre
ella y Jess-algo había cambiado desde sus respectivos viajes. Cuando Jess levantó la vista y la
miró a los ojos, Cody estaba casi segura de que ella también lo sentía.
"¿Qué estás pensando?"
"Que me gustas", dijo Cody. "En realidad, estaba pensando en lo mucho que me
gustas".
"Pensé que tal vez estabas tratando de adivinar cuál es tu regalo". Jess le entregó a
Cody la estrecha caja de plata y sonrió. "He estado tratando de adivinar cuál es el mío toda
la mañana y tú no has adivinado ni una sola vez el tuyo.
¿Nerviosa?"
"Bueno, ahora lo estoy". Agitó la caja y la acercó a su oreja. "¿Es una cuerda para
saltar?" Sin duda era una corbata y, de hecho, ella estaba más que un poco emocionada por
ponérsela a Jess más tarde. "¿O una varita mágica?"
"No es mágica aunque puede que te conceda algunos deseos si la llevas puesta".
Los ojos de Jess brillaron con picardía. Recogió su regalo de Cody e imitó el
movimiento de éste, inclinando la caja de un lado a otro y escuchando como el papel del
interior se deslizaba de un extremo a otro.
"¿Flores?"
"Casi".
En realidad, no. Jess había abierto los pendientes que Ben había elegido para ella,
235
pero había esperado el regalo de Cody, insistiendo en que quería tratar de adivinarlo
primero. Hasta ahora, ella había estado tratando de adivinar tonterías, pero Cody se
preguntaba si tenía alguna pista.
Para dificultar las adivinanzas, había puesto el sobre con las entradas del concierto y
la reserva de hotel en una caja grande. Avis DeVoe iba a dar un concierto en Boulder y pensó
que sería una buena sorpresa conseguir entradas pero también una noche fuera sólo ellas
dos. La hermana de Jess, a quien había llamado porque Ben necesitaría un lugar para pasar
la noche mientras estaban allí, había prometido que a Jess le gustaban las sorpresas. Cody
sólo esperaba que ésta le gustara.
"¿Lo que dije es un problema? ¿Que estaba pensando en lo mucho que me gustas?"
No le había importado el desvío de Jess antes, pero tal vez hizo que Jess estuviera
incómoda. Si ese era el caso, planear algo para después de San Valentín -algo para marzo-
había sido un error.
"No era un problema. Estaba pensando que estás empezando a gustarme más ".Jess
tragó. "¿Y tal vez eso sea un problema?"
"Más de lo que me gustas, ¿eh?"
No pudo evitar sonreír pero no quiso hacer sentir a Jess que sus palabras eran una
broma. En absoluto. Inclinó la barbilla de Jess hacia arriba para que sus miradas se
encontraran de nuevo. Su corazón se aceleró en su pecho mientras consideraba decirle a
Jess la verdad acerca de todas las revueltas en su pecho. No se había enamorado de muchas
mujeres, y hasta ahora, se había arrepentido cada vez. Pero todo lo relacionado con Jess era
diferente.
"Gracias por decírmelo. Y no es un problema. Me hace muy feliz, en realidad. Me

gusta saber que no soy la única que le gusta más que alguien".
"¿Alguien? Espera, ¿quién te gusta más que a ti?" Jess estrechó burlonamente sus
ojos.
"Tú. Sólo tú".
Jess tocó los labios de Cody con la punta del dedo. "Haces mucho eso".
"¿Hacer qué?"
"Mirarme de esa manera y hacer que mi corazón dé un vuelco. Ese fue más bien como
un triple giro". Jess miró a Ben y luego volvió a mirar a Cody. "Realmente quiero besarte
ahora mismo".
236
"Él sabe que nos besamos".
Ben seguía charlando con Joshua, aunque ahora sus figuras de LEGO se atacaban a
través de la pantalla del teléfono.
"Además, está distraído".
Jess se inclinó pero no fue a por un beso. "¿Qué te parecería que me quedara otra
noche?"
"Me gustaría. Quizá también podrías pasar el fin de semana".
"¿No te importaría que estuviera en tu espacio durante tanto tiempo?"
Cody rodeó a Jess con un brazo y la acercó. "Resulta que me gusta que estés en mi
espacio".
Jess volvió a mirar a Ben. "En algún momento vamos a tener que decirle que los
amigos no suelen besarse como nosotras".
"¿Sigues pensando en besarme?"
Jess sonrió. "Sí."
Cody acortó la distancia con los labios de Jess. Si pudiera seguir besando a Jess,
valdrían la pena todas las conversaciones complicadas que tendría que tener con Ben. Y de
alguna manera todo funcionaría. Estaba segura de ello.
237
Capítulo Veintinueve
¿Estás segura de que no necesitas ir a la oficina?"
Cody inclinó la cabeza, parecía más preocupada que descontenta. Jess levantó la vista
de su ordenador, levantó una ceja y sonrió.
"¿Es esa tu sutil manera de intentar deshacerte de mí".
Los ojos de Cody se pusieron enormes. "Oh, Dios. No. Por supuesto que no. Me
encanta tenerte aquí".
Se cruzó de brazos y siguió sonriendo. "Eres linda cuando te asustas".
"No estoy enloqueciendo".
"Eres aún más linda cuando haces pucheros".
Era demasiado fácil burlarse de Cody. Ella había olvidado lo agradable que era eso
en una compañera. El hecho de que Cody lo tomara tan bien, que pudiera repartir tan bien
como lo tomara, lo hacía aún mejor.
"Estaba tratando de ser considerada con tu trabajo y todo lo que haces es acosarme”
Cody hizo una mueca y sacudió la cabeza en señal de decepción. El hecho era que ella
había pasado todas las noches desde Navidad en la casa de Cody. Con Cody y Ben fuera de
la escuela, había sido tan fácil tener mañanas tranquilas y tardes productivas con su portátil,
dejándolos sólo para enseñar barre y recoger ropa limpia cuando Cody y Ben iban al campus
para comprobar algo en su laboratorio. Le encantaba, y le encantaba que su trabajo le
permitiera esa flexibilidad.
"Lo siento, estás siendo muy dulce".
Cody inclinó la cabeza ante la concesión. "Gracias".
"Honestamente, sin embargo, siempre y cuando esté haciendo mi trabajo, realmente

no importa donde lo haga. Especialmente esta semana. Mi jefe está casi siempre fuera para
estar con sus hijos".
Y como también había recogido su traje para la fiesta de Año Nuevo en casa de
Shannon y Gillian la última vez que salió, prácticamente no necesitaba ir a ninguna parte.
La sonrisa de Cody era conciliadora.
238
"Confío en ti. Y todos tendremos que volver a las rutinas de la vida real muy pronto".
Dejó caer la cabeza hacia atrás con un suspiro. "No me lo recuerdes".
Los rasgos de Cody se suavizaron. "Ha sido un placer tenerte aquí. Tal vez esa parte
no tenga que cambiar demasiado".
"Eso me gustaría". Más de lo que ella quería admitir.
Cody volvió a prestar atención a su propio portátil y Jess la estudió durante un

momento. Si ninguna de las dos quería que las cosas terminaran en el día de San Valentín,
no había ninguna razón para que lo hicieran. El regalo de Navidad de Cody de un fin de
semana fuera en marzo dejaba bastante claro los sentimientos de Cody al respecto. Y aunque
su regalo a Cody estaba programado para antes de la fecha límite, como un fin de semana
de esquí en una cabaña privada con una bañera de hidromasaje al aire libre no decía que
fuéramos a romper en las próximas dos semanas.
Incluso había llegado a abordar el tema con Donna. No es que necesitaba el permiso
o la bendición de Donna cuando se trataba de su vida personal, pero el entusiasmo de Donna
por la perspectiva de un fracaso de las esposas en la conclusión de la serie le quitó cualquier
ansiedad sobre cómo tratarlo en su columna. Realmente, todo parecía encajar en su sitio.
No es por arruinarlo para sí misma, pero era algo agradable.
Cerró el documento que sería su próxima columna e hizo una comprobación rápida
de su correo electrónico. Su cuenta de Sapphisticate no ofrecía mucha información: su
contraseña principal expiraba en un par de semanas, una pregunta de Donna sobre si quería
entrevistar a una congresista lesbiana de Nuevo México que había visto el artículo sobre la
senadora López y se había puesto en contacto con ella.
Cambió a su correo electrónico personal, borrando la basura y disfrutando de su
artículo sobre la presidente Toller. La revista local no tenía el alcance de Sapphisticate, pero
ella amaba su misión y la oportunidad de trabajar por cuenta propia para ellos de vez en
cuando.
Casi borró el de Maleeka Jones antes de que el nombre se registrara. Hizo clic en él,
sintiéndose ya aliviada. El correo electrónico significaba invariablemente gracias, pero no,
gracias. Y en este momento, era exactamente lo que ella quería escuchar. O leer. Lo que sea.
Sólo que las palabras en el correo electrónico de Maleeka no coincidían con sus expectativas.
Era todo menos una oferta de trabajo, que terminaba con una solicitud para charlar por
teléfono al día siguiente.
"¿Qué pasa?"
"¿Eh? Oh, nada".
A pesar de la afirmación, Cody siguió mirándola con preocupación.
239
"Vaya, eres peor mentirosa que Ben".
Ella se rio. "No estoy mintiendo. Es sólo un correo electrónico con el que no quiero
lidiar y por eso no voy a hacerlo".
La tranquilidad no pareció ayudar. "¿Es urgente?"
Cerró el portátil con un chasquido. "Nada que no pueda esperar hasta mañana".
Cody movió las cejas. "Hace calor cuando eres tan decidida".
"Para."
"Lo digo en serio".
Dejó su ordenador a un lado. Con Ben en casa de su amigo Daevon para la tarde, no
dudó en subirse directamente al regazo de Cody, colocándose a horcajadas sobre sus muslos.
"¿Y ahora? ¿Te gusto cuando soy decisiva sobre cuánto te deseo?
Ella había estado bromeando principalmente, pero la expresión de Cody se volvió

seria.
"Realmente me gusta".
"¿Y si te pido que me lleves a la cama?"
Las manos de Cody se dirigieron a sus caderas. "Diría que tal vez deberías llevarme a
la cama".
"¿De verdad?"
Cody asintió. "De verdad".
"Porque me dejarías totalmente a cargo una vez que llegáramos allí".
Lo decía en broma, pero el mero hecho de decirlo en voz alta hizo que se le acelerara
el pulso.
"Quiero decir, no te estoy pidiendo que te ates, pero tú encima, haciendo

exactamente lo que quieres? Sí. Eso es caliente".
Estaba caliente. Y cuanto más hablaban de ello, más lo deseaba.
240
Movió su trasero hacia atrás lo suficiente para que los dedos de sus pies rozaran el
suelo, luego se puso de pie. Extendió ambas manos y Cody las tomó sin vacilar. Cody se puso
de pie y Jess la soltó lo suficiente para darse la vuelta. Esta vez, ella tenía las manos detrás
de ella y Cody las tomó una vez más, invitándola a guiarlas hacia arriba.
Una vez que estuvieron en la habitación de Cody, ella esperaba que Cody cambiara y
tomara el control. Sólo que Cody no lo hizo. Ella se quitó la ropa y Cody se limitó a observarla.
Ella se despojó de la suya y Cody la dejó, deslizando sus manos hacia arriba por los costados
de Jess y de nuevo hacia abajo. Ella no hizo ningún otro movimiento, ningún intento de
agarrar o provocar o besar. Se limitó a esperar.
La espera hizo que los sentidos de Jess se dispararan. Quería tocar y saborear todo a
la vez, para saciarse de Cody y que Cody la dejara.
¿Se lo permitiría Cody?
La mirada de Cody no vaciló. Y aun así, esperó.
Jess bajó la cabeza y se llevó a la boca uno de los pezones de Cody. Ella usó el dedo y
el pulgar para pellizcar el otro. Cody dejó escapar un gemido y su cabeza cayó hacia atrás. Se
agarró a las caderas de Jess, posesiva, pero quizás también como si tratara de orientarse.
Cualquier ilusión que tuviera Jess de tomarse su tiempo se desvaneció.
"Creo que necesitas buscar tu polla".
Cody levantó la cabeza. "¿Sí?"
"Oh, sí." Miró a Cody de arriba abajo. "Porque una vez que te meta en esa cama, no
te dejaré salir".
A Cody sólo le llevó un minuto sacar su arnés de la caja cerrada debajo de la cama,
pero Jess apenas la dejó terminar de ajustar las correas antes de besarla de nuevo. Le dio un
empujón a Cody y ésta no se resistió, cayendo de nuevo en la cama con una sonrisa. Jess se
unió a ella, sentándose a horcajadas sobre su muslo en lugar de sus caderas.
Besó la boca de Cody, su cuello. Chupó los pezones de Cody, uno y luego el otro,
usando su mano libre para acariciar la polla y empujar la base contra el clítoris de Cody. Cody
gimió su aprobación, arqueándose en Jess y retorciéndose de una manera que hizo que Jess
goteara de deseo.
"Espero que estés preparada, porque no estoy segura de cuántas burlas más podré
soportar".
Cody logró algo parecido a un "uh-huh", pero sin palabras. Jess tomó el
consentimiento y la invitación que necesitaba. Cambió sus rodillas para que estuvieran
situadas a ambos lados de las caderas de Cody y se puso detrás de ella para agarrar la polla.
"¿Lubricante?" La pregunta de Cody salió con una respiración temblorosa.
"Oh, eso no será necesario".
241
Colocó la polla y se acomodó sobre ella, sentándose para que la llenara por completo.
"Joder".
Cody tragó y asintió. Ella comenzó a moverse, lentamente al principio. Había olvidado
lo bien que se sentía estar encima. Las manos de Cody volvieron a encontrar sus caderas.
Pero en lugar de intentar controlar los movimientos de Jess, Cody se movió con ella, siguió
su ritmo. Abrió los ojos y encontró a Cody mirándola con algo parecido al asombro. Hizo que
su corazón se estremeciera con algo mucho más potente que el placer.
Temiendo que sus emociones se apoderaran de ella, cerró los ojos y tocó por un
momento sus propios pechos en lugar de los de Cody. Pero entonces Cody tuvo que ir y hacer
ese sonido casi quejumbroso. Jess abrió los ojos y sonrió. Se inclinó hacia delante, poniendo
una mano a cada lado de la cabeza de Cody.
"Joder, te sientes bien".
Otro asentimiento de Cody. Jess tomó eso como una señal para montarla en serio,
avanzando y retrocediendo de una manera que golpeaba cada terminación nerviosa que
tenía.
Y si la respuesta llena de improperios de Cody era algo para seguir, ella golpeó un
buen número de los de Cody también.
Cody dejó escapar una risa desgarrada.
"Es todo lo que puedo hacer para no correrme todavía".
"Bueno, no te contengas por mí".
Ella aumentó el bombeo de sus caderas. Cody agarró sus caderas con más fuerza.
"Joder. Sí. Por favor".
El cambio de ángulo, junto con la sensación de sus pezones rozando los de Cody, la
llevó al límite. Las palabras de Cody, seguidas de su cuerpo entero temblando bajo Jess, la
empujaron. El orgasmo la inundó con olas de placer. El agarre de Cody se hizo más fuerte y
ella lo aguantó, sin poder hacer nada más.
Permanecieron así durante un largo minuto, Jess sin poder moverse y Cody parecía
estar perfectamente satisfecha con Jess encima de ella. Sólo cuando uno de sus flexores de
la cadera empezó a protestar, se apartó y se desplomó junto a Cody en un montón de sudor
y satisfacción.
El brazo de Cody le rodeó los hombros.
"Vaya."
"¿Realmente estuvo bien?"
242
Cody besó la parte superior de su cabeza.
"Lo siento. ¿Fueron mis ruegos poco claros? O tal vez fueron las palabrotas. No estás
acostumbrada a eso, así que puedo ver cómo podría haberte desconcertado".
Por mucho que no quisiera alejarse ni una fracción de pulgada de Cody , Jess se apoyó
en su codo para mirar a Cody a los ojos.
"Hablo serio. Eso no ha sido ¿demasiado?"
Cody la estudió y ella se preparó para lo inevitable.
"No estoy diciendo que no quiera ser la mejor. De hecho, me gusta mucho. Pero hay
algo que decir sobre la variedad. Para ser rematada por una mujer que sabe exactamente lo
que quiere".
"Oh."
"Pareces sorprendida".
¿Cómo podría explicarlo? "Supongo que estoy acostumbrada a estar con gente que
tienen ideas más rígidas sobre lo que les gusta".
Cody llevó una mano a su mejilla. "Me gustas, Jess. Más que gustar. Mucho más, si lo
recuerdas. Eso significa que me gustas toda, no sólo partes.
"Pero..."
"No hay peros. Me encanta cómo eres con Ben. Me encanta que podamos salir con
otros adultos y tener una conversación interesante. Y me encanta estar en la cama contigo.
Todas las formas de estar en la cama".
Si una pequeña voz en el fondo de su mente seguía sospechando, dejó que el resto
de sí misma creyera en las palabras de Cody. No sólo las que se referían a lo que ella tomaba
en la cama, sino todas ellas. Las que le permitían creer que ella y Cody podrían tener un
futuro juntas.
"De acuerdo".
"Ahora ven aquí para que pueda abrazarte como el marimacho fornido que soy antes
de que tengamos que levantarnos".
Ella se rio, y luego hizo lo que le dijeron. "Tan mandona".
243
Los brazos de Cody la rodearon y la abrazaron.
"Creo que la palabra que estás buscando es intercambio".
Extrañamente, ella no había pensado mucho en eso antes. Sólo que le gustaban las
mujeres marimachos y la mayoría de las que se enamoraban no estaban interesadas en algo
así.
"Um."
"Es una broma". Cody besó la coronilla de su cabeza. "Sigo siendo una top de corazón.
Pero cada vez que quieras hacer eso, no vas a recibir una palabra de protesta de mi parte".
"Puedo vivir con eso". Era esencialmente la dinámica sexual de sus sueños.
Cody dejó escapar un suspiro. "¿Estaría mal tomar una siesta antes de que Ben llegue
a casa?"
"Si está mal, no quiero estar bien".
Cody le dio un apretón y ella le devolvió el apretón. "Ves, todavía sigues mi ejemplo
a veces".
Al ritmo que iba, seguiría a Cody a cualquier parte. O, quizás más exactamente, se
quedaría felizmente en su sitio. ¿Podría ser tan simple como eso? Tal vez no siempre, pero
podía pretender que lo fuera, al menos por el momento.
244
Capítulo Treinta
Cody se coló por un estrecho espacio entre dos grupos de mujeres, disculpándose
cuando chocaba con el codo de alguien. Exhaló cuando llegó al pasillo vacío entre la sala de
estar y la cocina, pero había otra multitud que atravesar antes de llegar al mostrador donde
estaba el bar.
No era una reunión pequeña para sus estándares, pero tal vez Shannon había
añadido algunos más a la lista de invitados desde que la presidente le había dado la
invitación. A pesar de no ser una fanática de las multitudes o incluso de las fiestas en
realidad, Cody estaba disfrutando. Incluso había dejado que Jess la convenciera para que se
vistiera, y cuando se vio reflejada en el espejo del vestíbulo, no pudo evitar sonreír. Las
pajaritas y los chalecos siempre le recordaban a los osos de peluche, y estaba entre sentirse
un poco ridícula y que el look le gustara de todos modos.
Por lo menos sabía que Jess apreciaba el atuendo, ya que apenas le había quitado las
manos de encima a Cody en toda la noche.
No es que ella lo hiciera mucho mejor. Con un sedoso vestido negro con la espalda
abierta que mostraba sus tonificados hombros, Jess era realmente un bombón. Cody había
estado lista para encontrar una cama en el momento en que la había visto con el atuendo.
Desafortunadamente, Jess insistió en que llegaran a la fiesta a tiempo y se quedó
tanteando a Jess subrepticiamente mientras lidiaba con estar mojada y cachonda en una
multitud de extraños. Con suerte, podrían escapar justo después de la medianoche.
"¿Vas a rellenar el vaso?" Gillian levantó un vaso vacío mientras asentía a los dos que
sostenía Cody. "Al parecer, tuvimos el mismo pensamiento".
"Sí. Jess y Shannon se encontraron y empezaron a charlar así que imaginé que sería
un buen momento para escabullirme un minuto".
"No esperabas que fuera un minuto tranquilo, ¿verdad?"
"No, en absoluto". Cody sonrió.
"Oh, bien. Porque esta noche no habrá tranquilidad. Para que conste, esto es unas
cuantas docenas de personas más de las que acordé originalmente". Gillian ofreció un qué
vas a hacer encogiéndose de hombros. "No soy fan de las grandes fiestas, pero Shannon es
increíble para hacer amigos y recordar invitarlos a todos".
"Sinceramente, me lo estoy pasando muy bien. Jess hace que las cosas sean fáciles.
Ella se encarga de toda la charla y yo sólo tengo que sonreír y asentir a la gente".
"No es un mal trabajo."
245
"Además, sé que le encantan las fiestas". Ella había disfrutado viendo la cara de Jess
cuando llegaron y aún no había dejado de sonreír. "Mi yo introvertido puede salir por ella de
vez en cuando. Además, esta multitud es algo increíble. No sabía que hubiera tantas
lesbianas en todo Denver".
"Shannon conoce a todas. Y con quién han salido. Si no tuvieras a Jess,

probablemente te estaría emparejando con cualquiera de sus cuarenta mejores amigas
ahora mismo".
"Menos mal que no estoy soltera. No creo que pueda soportar tener mi elección de
cuarenta mujeres".
Gillian se rio. Dos mujeres pasaron por el pasillo y Gillian levantó un dedo para indicar
a Cody que no fuera a ninguna parte. Intercambió palabras de cortesía con ellas, les indicó
la dirección del bar y luego volvió a centrar su atención en Cody.
"Entonces, tú y Jess. ¿Todo va bien?"
"Sí. Estamos muy bien".
Tan segura como Cody estaba de ese hecho, algo en el tono de la pregunta de Gillian
le hizo reflexionar.
"Bien. Hacen una gran pareja". Gillian se mordió el borde del labio y pareció
considerar cómo expresar lo que quería decir a continuación. "Sólo pregunto porque incluso
si dos personas son geniales una para otra como tú y Jess, muchas cosas externas pueden
tensar una relación".
Cody quería preguntar a qué se refería Gillian, pero no podía decir la pregunta en voz
alta. En su lugar, asintió con la cabeza. Era cierto, por supuesto, que las influencias externas
podían estropear una buena relación, pero las cosas estaban bien con ella y Jess, mejor que
bien.
"Oh, antes de que se me olvide, quería que supieras que tengo tu expediente para
revisar. Está bien, pero llegó un poco tarde y no he tenido la oportunidad de mirarlo todavía".
¿Tarde? En lugar de sentir alivio ante la explicación de Gillian, se quedó más ansiosa
que antes. ¿Había hecho su jefe de departamento algo para sabotearla después de todo?
¿Faltaban las cartas de recomendación? Con el viaje a California y todo lo de Anastasia, había
estado fuera de onda y no había pensado en su expediente más allá de saber que había
presentado todas sus piezas a tiempo.
"Desde luego, no me preocupa lo que vaya a figurar en su expediente". Gillian puso

una mano tranquilizadora en su hombro. "Sólo quería explicar por qué no habías escuchado
246
nada. Probablemente tendré noticias para ti en una semana. Volveré a trabajar pasado
mañana y el comité de permanencia y promoción se reúne antes de que empiecen las
clases".
"¿No hay descanso para los cansados?" Cody esperaba que su tono restara
importancia a su miedo.
"Me mantiene alejada de los problemas". Gillian le hizo un guiño conspirador a Cody
y le dio un apretón en el hombro. "Ve a buscar a tu chica. Estaba tratando de aliviar tu estrés,
no aumentarlo. Y, por supuesto, no tuvimos esta conversación".
"Por supuesto".
Cody respiró profundamente, consciente de lo temblorosa que se sentía. Ella de

repente quería encontrar a Jess. Necesitaba hablar de las cosas y escuchar las palabras "estás
enloqueciendo sin razón" de alguien que no fuera la presidente.
Volvió a llenar sus copas de vino y las de Jess y se dirigió al sofá donde había dejado
a Shannon y Jess. Apenas había salido de la cocina cuando sintió un zumbido en su bolsillo
trasero. Como podía ser la niñera, dejó una de las copas y buscó su teléfono.
Miró el nombre en la pantalla. Un momento de alivio al ver que el mensaje no era de
la niñera dio paso a la ansiedad.
Sé que esto probablemente va a sorprenderte.
El resto de las palabras del bloque de mensajes se desdibujaron. Tomó una respiró
con calma, recordándose a sí misma que no debía asustarse antes de tiempo. Por desgracia,
su presión arterial aún no había bajado por las noticias de Gillian sobre su expediente de
permanencia. Y ahora Anastasia. Cody volvió a respirar profundamente y se obligó a seguir
leyendo.
Me voy a casar en febrero. El día de San Valentín. Iba a decírtelo cuando estuvieras
aquí, pero te fuiste antes de tiempo, obviamente. Como nunca formalizamos el divorcio,
necesito que firmes algunos documentos. Mi abogado te enviará un correo electrónico. La
mayor parte de esto es una formalidad, pero tenemos que hablar sobre Ben.
Cody tragó saliva y volvió a leer el largo texto. No le importaba que Anastasia se
volviera a casar, pero ¿era esta su forma de pedir la custodia compartida? Anastasia a
menudo tenía una agenda oculta, y se sintió enferma con todas las posibilidades que le
daban vueltas en la cabeza. ¿Por qué había enviado Anastasia un mensaje de texto esta
noche? ¿No estaba de fiesta con su nueva prometida?
Si quería estropear la Nochevieja de Cody, había logrado su objetivo. La boda en San
Valentín sólo añadía peso. Cody había dejado de pensar en ese día en particular como el día
de la ruptura con Jess, pero justo cuando las cosas iban mejor que nunca, las palabras de
Gillian le hicieron dudar de su convicción en eso también. Esto era una tontería. Jess no se
parecía en nada a Anastasia. Claro que era espontánea y aventurera -rasgos que una vez
había atribuido a Anastasia-, pero también era paciente y presente y mejor con Ben de lo
que Anastasia había sido. De ninguna manera Jess iba a tirar de la alfombra debajo de ella.
247
Jess era exactamente la persona con la que necesitaba hablar de todo esto ahora...antes de
que le devolviera el mensaje a Anastasia.
Cody guardó su teléfono y recogió las copas de vino. Ella miró a través de la multitud
tratando de localizar a Jess. No podía ver a Jess o a Shannon o incluso el sofá desde donde
ella estaba. No parecía posible, pero la sala de estar se había llenado de gente.
Se dirigió al sofá, pero lo encontró lleno de mujeres que no conocía. Miró a su
alrededor y finalmente vio a Jess con Shannon en el comedor. Shannon estaba reponiendo
las bandejas de comida mientras Jess arreglaba las servilletas y los cubiertos. Cody supuso
que Shannon y Gillian no habían preparado toda la comida, pero no había catering a la vista.
Observó a Jess y Shannon, con las cabezas juntas en lo que parecía ser una intensa
conversación y se preguntó si debía esperar a que terminaran.
"¿Perdiste tu cita?" preguntó Gillian, con una sonrisa en los labios.
"No exactamente. Está con tu mujer". Cody señaló el comedor.
"Oh, le prometí a Shannon que le ayudaría a preparar la estación de trinchado".

Gillian bajó la barbilla. "No queríamos que los proveedores tuvieran que trabajar toda la
noche, así que los dejamos salir temprano. Y luego me olvidé de la carne asada. Juro que no
sé por qué me aguanta".
Gillian logró dar un paso hacia el comedor antes de que alguien la llamara desde el
otro lado del piano.
"Puedo hacerlo".
Cody negó con la cabeza cuando Gillian empezó a protestar e insistió de nuevo, y
luego recibió instrucciones sobre lo que había que preparar. Fue a la cocina para recuperar
el asado de la caja de calentamiento y se dirigió al comedor.
"Dime que no estás rompiendo con ella en el día de San Valentín", dijo Shannon.
"Cuando leí esa parte, rompí a llorar. No es broma. No puedes hacerlo".
Los pies de Cody se detuvieron por voluntad propia. Se había acercado por detrás de
Shannon y Jess y se preparó para bromear sobre unirse al equipo de catering, pero las
palabras se desvanecieron. Debería aclarar su garganta o algo para alertarlas de su presencia,
pero en lugar de eso dio un paso atrás en el pasillo y salió de su vista mientras su pulso se
agitaba en sus oídos.
Shannon lo sabía. Cody se esforzó por tomar aire. Si Shannon lo sabía, Gillian también
lo sabía. Joder. De repente, que Gillian comprobara tenía sentido. Pero ¿todavía estaba sobre
la mesa una ruptura en el día de San Valentín? Cody no podía creerlo y sin embargo,
realmente, ¿qué sabía ella? ¿Lo haría Jess por el bien de su columna?
Shannon continuó.
248
"Todavía no puedo creer que Cody sea Carrie y tú seas esa Jess".
"No puedes decir nada. ¿Prometes que no se lo dirás a Gillian? Si Cody supiera que lo
sabes, se volvería loca. Pero si Gillian lo sabe, podría afectar al trabajo de Cody. Ella ha estado
preocupada por eso desde el principio. Gillian no lo sabe, ¿verdad?"
Shannon dudó lo suficiente para que Cody estuviera seguro de que era demasiado
tarde para ocultar las cosas a Gillian.
"Ella ya lo sabe". Las palabras de Jess reflejaron las de la mente de Cody.
"Joder".
"Las dos las hemos estado siguiendo. He metido a Gillian en esto, pero no sabíamos
que eran tú y Cody al principio".
"¿Qué le voy a decir a Cody?"
"Tal vez no le digas nada a Cody. Si no estáis rompiendo el día de Día de San Valentín,
no importa, ¿verdad?" Cuando Jess no respondió inmediatamente, Shannon continuó.
"Dios, tienes que decírmelo. No estás planeando romper con ella, ¿verdad? No puedo
esperar hasta el día de Día de San Valentín para averiguarlo".
"El suspenso es bueno para los clics de página". Jess no cedió ni siquiera cuando
Shannon se quejó.
"Si rompes, ¿vas a poner esos detalles detrás del muro de pago también?"
"No le des ideas a mi jefa. Creo que me haría hacer todo esto de nuevo la próxima
temporada de esposas con todas las partes jugosas detrás del muro de pago".
Cody deseó poder ver la cara de Jess. Parecía seria, pero no podía estar segura. A
menos que lo estuviera. Cody miró el plato de carne, sintiendo náuseas.
"Haces un buen trabajo al provocar las partes jugosas", dijo Shannon. "Tengo que
admitir que he tenido un poco de envidia. Incluso le dije a Gillian que deberíamos conseguir
una habitación de hotel alguna vez para animar las cosas. Me molestó que no pudieras ir a
Santa Mónica con ella. ¿Una semana entera sin un niño? Creo que necesitaba vivir
indirectamente ese festival de sexo tanto como tú lo necesitabas en persona".
Jess se rio. "No te preocupes. Nos hemos puesto al día con el sexo esta última
semana".
"Eso he leído". El tono de Shannon era burlón ahora. "¿Pero una semana sin un niño?
249
Eso no tendría precio, ¿verdad? Quiero decir que tú misma lo has dicho, no te metiste
en esto para ser madre".
Jess suspiró. "Tienes razón. Una semana con sólo nosotras dos habría sido
agradable".
Cody no pudo escuchar más. Se dio la vuelta, el asado a medio cortar se tambaleó
en la bandeja con el repentino movimiento, y se dirigió a la cocina. Dejó la bandeja en la
mesa de la cocina, apartando una silla de su camino de una patada mientras lo hacía. Un
grupo de mujeres que estaban cerca la miraron, pero ella sólo se encogió de hombros y
volvió al comedor. Esta vez, no dudó en el pasillo.
"Jess, ¿puedo hablar contigo?"
La sonrisa de Jess se borró de su rostro cuando captó la expresión de Cody.
"¿Es algo malo?"
Cody negó con la cabeza. Muchas cosas estaban mal. Empezando por la elección que
había hecho de llamar a Jess en primer lugar.
"Sólo necesito hablar contigo durante un minuto". Sonrió a Shannon. "No la retendré
por mucho tiempo".
"Es toda tuya. Tengo que ir a por la carne asada de todos modos".
Cody se obligó a mantener la calma.
"Está en la mesa de la cocina. Le dije a Gillian que lo prepararía aquí, pero me

distraje".
Jess inclinó la cabeza, con una pregunta en los labios. Cody no iba a ocultar que había
escuchado todo lo que Jess le había dicho a Shannon.
No podía. Pero tampoco podía decir nada más con Shannon allí.
"¿Te parece bien si salimos fuera?"
"Claro." El tono de Jess era incierto, pero Cody no le dijo que no se preocupara. No
podía decir que todo estaba bien. Nada lo estaba.
"¿Puedo tomar mi abrigo?"
"Sí, por supuesto".
250
Cody las guió hasta el vestíbulo y encontró sus abrigos. Le entregó a Jess el suyo sin
mirarla a los ojos y abrió la puerta principal. Jess la siguió temblando por una ráfaga de aire
frío y apresurándose a abrocharse el abrigo.
"¿Qué pasa, Cody? Tienes una mirada que me tiene asustada. ¿Es por Ben?"
"¿Por qué sacas el tema de Ben ahora?"
Jess negó con la cabeza. "Porque está claro que estás alterada. No puedo pensar en
nada que te ponga así, excepto que le haya pasado algo a él".
"No le pasó nada a Ben". Excepto que ella se las había arreglado para no protegerlo
en absoluto, a pesar de que se había dicho a sí misma que lo haría.
"¿Escuchaste a Shannon? ¿Sobre su lectura de mi artículo?"
Cody asintió.
"Ok". Jess exhaló un suspiro. "Podemos resolver esto. Sé que estás probablemente
preocupada por lo que va a hacer Gillian, pero podemos elaborar esto de la manera correcta.
No vamos a romper en el día de San Valentín y fue una tonta manera de conocerse para dos
personas, pero ¿qué diferencia hay ahora?"
"¿Romper en el día de San Valentín aumentaría las visitas a tu página web? ¿O sería
mejor para tu trabajo si alargamos esto un poco más?"
"¿En serio me estás preguntando eso?"
"Sí, lo digo en serio". La ira que había surgido en su interior estaba en un punto de
inflexión. Debería dejar de hablar pero no podía. "Porque si eso es lo que esto va, estoy
pensando que deberíamos arrancar la tirita ahora y seguir adelante".
"No quiero romper en absoluto. Estaba bromeando con Shannon sobre ello, y siento
que lo hayas escuchado, pero si lo estuviera considerando, no habría rechazado el trabajo
de mis sueños. Me gustas. Me gusta lo nuestro".
"¿Tu trabajo soñado? ¿Has recibido una oferta de trabajo en algún sitio?"
Los hombros de Jess cayeron. "Sí. En Filadelfia. No iba a decírtelo porque no importa
de todos modos ya que no lo voy a aceptar".
A pesar de que acababa de asegurarse a sí misma que Jess no se parecía en nada a

Anastasia, su mente empezó a trazar más paralelismos de los que podía procesar.
251
"¿Cuándo recibiste la oferta?"
"Antes de ayer".
"¿Cuándo estabas en mi casa? ¿Y no lo mencionaste?" Cody sacudió su cabeza. Como

si Anastasia hubiera accedido a esas primeras actuaciones en Los Ángeles sin decírselo a ella.
"Así que tú también hiciste la entrevista, ¿no? Quiero decir que nadie ofrece un trabajo sin
una entrevista. ¿Fue eso parte del viaje a DC?"
"Sí, pero..." Jess comenzó y luego se detuvo. "Debería habértelo dicho, pero con todo
lo que está pasando con Ben y Anastasia, pensé que tenías suficiente en tu plato".
Jess trató de alcanzar a Cody, como si el contacto pudiera hacer las cosas, pero Cody
lo esquivó y la mano de Jess cayó a su lado.
"Creo que tenemos que no tocarnos ahora mismo".
Respiró profundamente, y se dio cuenta de ello. No importaba lo que Jess dijera para
suavizar las cosas. No importaba que se hubiera guardado cosas para sí misma -cosas
importantes- exactamente como habría hecho Anastasia. No importaba lo bien que se sentía
Jess en sus brazos. O lo que escribiera en su maldito artículo.
"Cody".
"No tenemos sentido juntas, Jess".
Y ella se había estado engañando a sí misma para pretender lo contrario.La

mandíbula de Jess se apretó.
"No estoy de acuerdo, pero ¿por qué piensas eso?"
"Porque no estás en condiciones de ser madre. Querías una semana sola sin un niño,
lo cual es completamente razonable. Diablos, yo también lo quería. Pero Ben, y ser madre,
es mi realidad. No voy a pedirte que sigas haciendo esto cuando no es lo que quieres. Ya
cometí ese error antes y no voy a hacerlo de nuevo. Quiero ser algo bueno en tu vida. Algo
que realmente quieres. No una tarea de trabajo en la que te hayas visto envuelta".
Jess negó con la cabeza, pero Cody continuó. "Prefiero que te alejes ahora que
lamentarlo después. Nadie debería renunciar a un trabajo de ensueño por una relación que
se supone que no va a durar más que unos meses".
"Tal vez esto comenzó como un esposamiento, pero ambas sabemos que es más que
eso ahora. No quiero terminar esto. O no lo hacia hace cinco minutos".
Jess miró hacia la puerta como si pensara en volver a entrar, luego maldijo en voz
baja. "Cody, si lees mi columna, sabrías lo mucho que me gusta estar con Ben y descubrir
252
cómo ser una madre. No esperaba esa parte, y tal vez no estaba preparada para ello, y tal
vez no soy tan buena en ello todavía, pero eso no significa que no lo quiera".
"¿Cuánto tiempo pasará antes de que te arrepientas? Antes de que te des cuenta de
que jugar a ser madre no es siempre la mañana de Navidad? ¿Antes de que te des cuenta
de que no soy tan genial y que Ben es una tonelada de trabajo? ¿Cuánto tiempo pasará antes
de que te separes?"
Jess negó con la cabeza a cada una de las preguntas que Cody planteaba y seguía
negando con la cabeza ahora, pero las lágrimas brotaron en sus ojos también.
"¿De dónde demonios viene esto viene esto? ¿No me has oído decir a Shannon que
quiero a Ben? ¿No lo ves cuando me abraza?"
"Te escuché decirle a Shannon que querías una semana sin él y aparentemente
escribiste que querías un festival de sexo de una semana. Y la presidente de mi universidad
leyó todo eso". Pero que Gillian lo supiera no era el verdadero problema. "Jess, me gustas,
pero ¿a quién estamos engañando?"
"¿Realmente te gusto? No creo que lo haga . Porque si realmente te gustara alguien,

no lo tratarías como me estás tratando a mí ahora mismo. Y sigues mencionando mi columna
y mi trabajo, pero no llegamos a este acuerdo sólo por mí. Estás enloqueciendo porque estás
preocupada por tu maldita permanencia. Bien. Lo entiendo. Esta eres tú enloqueciendo por
la posibilidad de perder tu trabajo. Y lo siento, pero no hagas esto sobre si deberíamos estar
juntas o no".
Cody abrió la boca para discutir, pero Jess levantó una mano.
"No he terminado. Cuando dices que no me importa Ben..."

Ella tragó, sus labios apretados mientras luchaba contra el llanto. Cody comenzó a
interrumpir pero ella sólo levantó la mano más alta.
"Tengo que terminar. A veces no estoy segura de cuál de ustedes me enamoré primero. Y
me pone lívida que puedas decir insensiblemente cosas como que él no me importa".
"Sé que te has acercado a Ben. Pero eso no debería haber ocurrido. No debería haber
dejado que pasara. Y ahora va a salir herido de nuevo".
"¿Sabes qué? Tienes razón. Fue un movimiento egoísta. Si sabías que ibas a alejarte,
deberías haberlo protegido. No deberías haberme hecho venir. Pero no lo hiciste y ahora
está atada. Y yo también. Bien hecho".
"Vete a la mierda".
Jess levantó las manos. "¿Qué demonios esperas que diga?"
253
"No espero nada a estas alturas. Cualquier cosa que digas, no podré confiar en
cualquier caso. Todo será para tu columna, ¿no?".
Jess maldijo de nuevo, y luego se limpió con rabia las lágrimas que caían por sus
mejillas.
"No sé en qué estaba pensando al enamorarme de ti. Entonces, ¿estamos terminando

esto?"
"¿Qué sentido tiene esperar? Las esposas no son para siempre". Cody apretó su
mandíbula, luchando contra la presión de sus propias lágrimas. "Tal vez la próxima
temporada encuentres a alguien que sea mejor en las partes divertidas. Alguien que pueda
llevarte a un festival sexual de una semana cuando quieras".
"Cody, no quiero eso. Quiero..."

Jess miró al cielo oscuro, las nubes ocultaban cualquier estrella, y sacudió la cabeza.
Un momento después, sus ojos se dirigieron a Cody.
"Ahora ni siquiera importa. No debería haberme dejado acercarme a ti. Pero tienes razón.
No tiene sentido alargar esto si eres alguien que se aleja cuando la mierda se pone difícil".
La puerta principal se abrió y una pareja salió, riendo y chocando el uno con el otro.
Miraron a Cody y Jess, dándose cuenta en el mismo momento de que estaban
interrumpiendo algo.
"Lo siento", dijo la mujer más alta. "Salíamos a fumar".
"No pasa nada. Hemos terminado aquí". Jess no miró a Cody antes de pasar a la pareja
y deslizarse hacia el interior.
254
Capítulo Treinta y uno
Pasaron tres días enteros sin que Cody dijera una palabra. Jess había pensado que se
calmaría después de uno o dos días y se acercaría, pero nada. No sabía si gritar, llorar o lanzar
algo.
Por muy tentadoras que fueran esas opciones, se conformó con ir a tientas al trabajo
como un zombi, escribiendo y editando cualquier cosa menos la siguiente entrega de su
columna y enseñando barre en piloto automático.
En casa, se escondía en su habitación, y sólo salía para hacer tostadas de mantequilla de
cacahuete y llevar a Rascal a correr cuando Finn no estaba en casa. Todo mientras revisaba
su teléfono obsesivamente.
Con la fecha de entrega de la columna que se avecina, ella sabía que no podía pensar
que podía seguir posponiendo lo inevitable. Pero además de no tener ni idea de qué decir,
también tenía que lidiar con el hecho de saber que, fuera lo que fuera, no sería lo que Donna
quería o tenía en mente. Jess necesitaba decírselo y, con suerte, no derrumbarse en un
montón de sollozos en el proceso.
Se levantó de su escritorio, triste porque Frida estaba de nuevo fuera de misión y no
tenía a nadie con quien compadecerse del lamentable estado de su existencia. Se dirigió a la
oficina de Donna, pero como a menudo sucedía, Donna estaba al teléfono. Consideró la
posibilidad de volver a su mesa, pero dado el tiempo que había tardado en perder el valor,
era muy posible que perdiera horas. Y ella no tenía horas.
Se acercó al tablón de anuncios que colgaba de la pared adyacente, un antiguo tablón
de anuncios de la escuela en el que cualquiera de los escritores o editores podía colgar fotos
o ideas a medias para futuros artículos. Pero en lugar de inspirarla, la mezcla de imágenes y
frases la inquietó aún más. Se paseó frente a la puerta de Donna, tratando de ser sutil y
sabiendo que no lo era.
Se estiró. Se paseó un poco más.
"Archer. Ven aquí".
Había estado paseando frente a la puerta de Donna durante tanto tiempo que se
había perdido en sus pensamientos sobre Cody y lo fea que había sido su pelea y se las
arregló para parecer una idiota total. Una vez más. Se apresuró a entrar en la oficina de
Donna.
"¿Puedo hablar contigo un minuto?"
"Bueno, no me imaginaba que estuvieras merodeando de un lado a otro para hacer

ejercicio".
La sonrisa de Donna le quitó el hedor a sus palabras.
255
"¿Qué pasa?"
Respiró profundamente, deseando no vomitar.
"Cody y yo rompimos".
Los ojos de Donna se entrecerraron con confusión.
"Carrie. Lo siento. Carrie y yo hemos roto".
Los labios de Donna formaron una O perfecta y asintió lentamente.
"De acuerdo."
"Se suponía que no íbamos a romper hasta el día de San Valentín, pero estábamos en
una fiesta de Año Nuevo y..." Ella vaciló, no queriendo revivir la conversación, pero tampoco
quería ventilar todos sus problemas de relación a su jefa. "Nos peleamos y ambas dijimos
cosas horribles y bueno ya está hecho".
Donna levantó la barbilla.
"¿Cómo lo llevas?"
Levantó ambas manos y las agitó un poco más frenéticamente de lo que era su
intención.
"No estoy buscando un hombro para llorar. Me preocupaba que la columna

terminara antes de lo que habíamos acordado".
Donna agitó la muñeca con displicencia.
"La columna es un éxito. Y honestamente, la relación duró más de lo que esperaba,

dado el niño y todo eso".
Sólo la vaga referencia a Ben hizo que se le retorciera el estómago. Lo dejó de lado y
se dijo a sí misma que debía centrarse en el tema que tenía entre manos.
"Entonces, ¿no estás enfadada?"
Los rasgos de Donna se suavizaron. "Cierra la puerta. Siéntate".
Hizo lo que Donna le pedía, el nudo de tristeza en sus entrañas se convirtió en uno
de ansiedad.
256
"Eres mi mejor escritora, Jess, sin duda".
Tragó saliva, esperando que cayera el otro zapato. El inevitable y desgarrador “pero”.
"Has conseguido que una columna que podría haber sido superficial y sórdida una
lectura obligada en el sitio. Lo hiciste siendo vulnerable, con la mujer con la que salías y con
tus lectores. Y lo hiciste sin absolutamente ninguna manera de saber cómo iría o cómo
terminaría".
Las lágrimas se clavaron en sus ojos, pero no por las razones que ella esperaba.
"Gracias".
"Supongo, por la mirada que tienes, que tienes el corazón roto".
Ja. "Podría decirse que sí".
"Lo siento. Cuando te propuse la serie, no imaginé que lo que estaba en juego sería
tan alto".
Dejó escapar una risita de arrepentimiento. "Yo tampoco".
"¿Es realmente una causa perdida?"
Dada la negativa de Cody a hablar en ese momento, y el absoluto silencio de radio

desde entonces, era difícil imaginar otra cosa.
"Creo que sí".
"Lamento oírlo. Más por tu bien que por el de la columna".
Fue bonito que Donna lo dijera, aunque no lo dijera en serio del todo.
"Sobre eso".
"¿Estás pidiendo una salida? ¿Es eso? ¿Un rápido descargo de responsabilidad en
lugar de derramar tu corazón y tu alma de nuevo?" Donna suspiró. "No creo que podría
culparte".
Por mucho que la idea de escribir sobre los últimos dos días la hiciera sentir mal, no
se le había ocurrido.
"No, no. En absoluto. Yo sólo, supongo que quería avisarte de que las cosas habían
terminado. Y que la columna también terminaría, antes de lo que habíamos discutido".
257
"Bueno, la parte de las esposas al menos. Tengo la sensación de que la mayoría de

los lectores que has recogido se van a quedar contigo, sea cual sea tu próxima
aventura".Donna sonrió. "Estoy segura de que al menos unos cuantos celebrarán el hecho
de que vuelvas a estar en el mercado".
Un gemido se escapó antes de que pudiera detenerlo, seguido de una rápida disculpa.
Donna volvió a agitar una mano.
"Creo que te has ganado un indulto. Tal vez podrías escribir sobre el autocuidado.
Tendrá resonancia entre los solteros y la gente de los propósitos de Año Nuevo".
Esta vez se tragó el gemido, aunque apenas.
"No voy a decirle a la gente que la respuesta a su tristeza o soledad o lo que sea es ir
al gimnasio y bajar cinco kilos".
Fue sarcástico, incluso para ella. Donna cruzó las manos y las puso sobre su escritorio.
"Te lo permitiré ya que estás teniendo una mala semana".
Cerró los ojos por un segundo, respiró profundamente y se disculpó de nuevo.
"Piensa en lo que necesitas ahora, lo que va a poner tu mundo de vuelta a la

normalidad".
¿Cody apareciendo con una disculpa sincera y un ramo de flores? Era absurdo incluso
pensarlo, pero eso no le impidió desearlo.
"Um."
"¿Qué tal un retiro de meditación? ¿O un fin de semana en un spa?"
La idea de saunas y masajes con piedras calientes la animó un poco. Como la idea de
que Sapphisticate pagara la cuenta.
"¿Te estás ofreciendo a enviarme a un balneario porque te sientes mal por haberme
roto el corazón con este encargo?"
Donna inclinó ligeramente la cabeza. "Sinceramente, creo que te lo mereces. Como

cualquiera de nuestros lectores lo haría si estuviera pasando por algo similar".
Aunque los ánimos de Donna la hacían sentir mejor, la hacían sentir mierda por una
razón completamente diferente.
258
"Hay algo más que tengo que decirte".
"Dios mío, Archer. ¿Hay algo más?"
Donna puso los ojos en blanco, pero su expresión seguía siendo juguetona.
Contempló la posibilidad de no decir nada. Era posible que Donna nunca se enterara.
También era muy posible que lo hiciera.
"Me entrevistaron y me ofrecieron un puesto en Q. Lo rechacé, pero sé que el

universo editorial queer es pequeño y quería que lo supieras por mí".
"¿Lo rechazaste por... cuál es su verdadero nombre?"
"Cody".
"Bien. ¿Lo rechazaste por Cody?"
A pesar de lo que había soltado en el calor del momento, no había sido por Cody. O,
tal vez más exactamente, no había sido por la oferta del trabajo de sus sueños. ¿Cómo podría
explicarle a Donna lo que tan épicamente falló en explicarle a Cody?
"Es más que eso. Cuando estuve en DC, fue increíble. Pero también fue intenso y
acelerado. La oficina de la senadora, la ciudad, todo. Me di cuenta de que mudarme a
Filadelfia sería igual. Y aunque sería una oportunidad única en la vida, me llenó de temor.
Sé que suena dramático y quizá inmaduro, pero...".
Cuando se interrumpió, convencida de que había hecho el ridículo, Donna se limitó a

ofrecerle una sonrisa comprensiva.
"Te gusta tu vida".
¿Era tan simple como eso? "Siento que se supone que debo ser ambiciosa. ¿No se
supone que las mujeres inteligentes e independientes deben ser ambiciosas?"
Donna se encogió de hombros. "Pueden serlo. También pueden valorar el equilibrio

entre la familia y la vida laboral y encontrar una carrera que sea satisfactoria y desafiante sin
consumir todo lo que tienen para dar".
Pensó en el hecho de que Donna la enviara a DC en primer lugar, dejando pasar una
entrevista de alto nivel para poder ir a la obra de Navidad de sus hijos.
"¿Es eso es lo que hiciste?"
Donna sonrió. "La mayoría de los días se siente así".
259
"Y eres feliz". Era una afirmación -una observación de lo obvio -más que una
pregunta.
"Lo soy. Ayuda el hecho de que tengo una pareja que me apoya, unos padres que me
empujaron a encontrar mi propio camino más de lo que me empujaron a ser la mejor. No
todo el mundo tiene esos lujos".
La ironía de todo esto es que ella sí tenía esas cosas, al menos en el frente de los
padres. Había estado tan ocupada desviando sus sentimientos por Cody, que se había
arrinconado en un rincón que ella misma había creado.
"Soy una idiota."
"Todos lo somos, de vez en cuando. Me entristecería perderte, pero si decides que

quieres esa vida, no tengo duda de que la aplastarías y la harías tuya".
Una vez más, las lágrimas amenazaron. Se mordió el interior de la mejilla para
mantenerlas a raya.
"Gracias".
"Ahora ve a escribir tu columna. Supongo que no has empezado y que se publica

mañana".
Donna guiñó un ojo e inclinó la cabeza hacia la puerta, dejando claro que sus palabras
eran a partes iguales una charla de ánimo y un despido.
Jess se cuadró de hombros y volvió a su escritorio. Podía hacerlo. Era fuerte. Era
resistente. Y como básicamente le había insistido a Donna que podía, no tenía otra opción.
Tres horas después, le dolían más los hombros que el corazón, pero había una
columna con la que podía vivir. Tal vez, una vez que la oscuridad se desvaneció, una de la
que incluso podría estar orgullosa. No había arrojado a Cody bajo el autobús, pero tampoco
había asumido toda la culpa. Y mientras lo leía, se las arregló para reír y llorar. Fue el final,
en realidad, lo que la hizo caer.
He aprendido muchas lecciones duras esta semana. Voy a ser honesta, queridos
lectores, no lo recomendaría. Pero me conozco un poco mejor y sé que el amor no es
realmente amor a menos que estés dispuesta a ser tu ser completa, imperfecta y
desordenada. Siempre lamentaré haber arruinado mi oportunidad con esto. Realmente creo
que podría haber sido la cosa real, ¿sabes?
Lo que pasa con las relaciones es que nunca se sabe. A veces quieres enamorarte de
alguien y simplemente no sucede. A veces, aceptas explícitamente lo contrario y aun así te
las arreglas para perder tu corazón en el camino. No estoy segura de que las esposas estén
exentas de ninguno de los dos extremos del espectro, así que supongo que la moraleja de la
historia es que el comprador tenga cuidado.
260
Prometo que no voy a suspirar para siempre, pero esto va a tomar un tiempo para
superarlo. Espero que te quedes conmigo, o al menos me des otra oportunidad
eventualmente. Si necesitas un respiro, créeme, lo entiendo.
Yo también necesito uno de esos. Gracias por ir en esta aventura conmigo.
Xo
Jess
Lo leyó todo por última vez antes de adjuntarlo a un correo electrónico a Cody. Se
resistió al contexto o a las explicaciones o a la petición de hablar.
Ya había dicho lo que tenía que decir. Cody aceptaría que ella había contribuido a
este desastre o no lo haría. Y si Cody no estaba dispuesta a hacer eso, bueno, tal vez era
mejor saberlo cuanto antes.
Recogió sus cosas y se dirigió a casa, exhausta pero satisfecha de haber hecho lo
mejor posible. Al menos en lo que respecta a la columna. Pero mientras recorría su
apartamento vacío, la necesidad de conectarse la venció.
Sacó su teléfono y envió un mensaje de texto a Cody antes de que pudiera disuadirse
a sí misma de hacerlo.
Te he enviado mi última columna para la serie de esposas. Sé que no las lees, pero
quería darte la oportunidad de verla antes de que se publique.
Se cambió de ropa y se dirigió a Barre. Su teléfono le dijo que Cody había leído el
mensaje, pero no hubo respuesta. No hay respuesta a su correo electrónico tampoco. Como
todos los de la clase eran habituales, los presionó mucho, forzando su cuerpo a través de la
rutina junto con ellos. Después, se fue a casa y se duchó para quitarse el sudor y trató de
estirar el dolor de sus músculos. Todavía no había noticias de Cody.
Envió su columna a Cindy para que la editara y a Donna, maldiciendo en voz baja todo
el tiempo sólo para que le recordaran el vocabulario para adultos de Cody y sus bromas de
mal gusto. Contempló la posibilidad de tomar un vaso de vino o un poco del chocolate que
Ben y Cody habían metido en su media. Al final, se fue a la cama, tirando de las mantas sobre
su cabeza y se rindió a las lágrimas que tanto le había costado mantener a raya.
261
Capítulo Treinta y dos

Cody se frotó los ojos y volvió a concentrarse en la pantalla. O intentó concentrarse.
Había perdido la cuenta del número de veces que había escaneado el conjunto de datos.
Por lo general, sólo necesitaba un vistazo rápido y tenía una buena idea de cuáles serían los
resultados después de los cálculos, pero esta vez…los números parecían arremolinarse en la
pantalla, sin alinearse en ningún orden ni preocupase lo más mínimo por tener sentido. Si
los números pudieran analizarse a sí mismos por una vez.
No necesitaba estar en el trabajo, pero Ben tenía una cita para jugar y ella no podía
pasar tantas horas en la máquina de remo. Por desgracia, la oficina del laboratorio, lo
suficientemente silenciosa como para escuchar el zumbido de los instrumentos de
laboratorio al otro lado de la pared, sólo le proporcionaba un cambio de escenario.
Su estado de ánimo no había mejorado ni un poco. En todo caso, había empeorado
ligeramente.
Echaba de menos a sus estudiantes y deseaba que las vacaciones terminaran ya para
poder volver a enseñar, al menos así tendría algo en lo que pensar además de Jess y en todo
lo que se había dicho.
Cuando sonó su teléfono, se arriesgó a esperar que fuera Jess, aun sabiendo que no
lo sería. Jess le había enviado un mensaje de texto el día anterior, junto con un correo
electrónico
Cody no se atrevió a leerlo. ¿Quién quería leer un resumen de una de una ruptura
que no quería que ocurriera en primer lugar?
Agradeció que Jess le diera la oportunidad de leerlo, especialmente sabiendo que la
presidente de su universidad probablemente lo leería, pero simplemente no podía
soportarlo. Y ahora no había ninguna posibilidad de que Jess volviera a tenderle la mano. No
a menos que Cody se pusiera en contacto con ella, e incluso entonces, sería poco probable
que perdonara la Nochevieja.
Incluso ahora, la fealdad de la pelea le hacía subir la bilis a la garganta. Ella había sido
tan irracional, tan exaltada por la bomba de Gillian sobre su archivo y el texto críptico de
Anastasia. El hecho de que el texto fuera la pista de Anastasia para renunciar a sus derechos
parentales, para que ella y su nueva esposa no tuvieran que pagar la manutención de su
hijo, fue un gran alivio, pero se sintió casi vacía al saber que no podía compartirlo con Jess.
O tal vez estaba demasiado ocupada dándose patadas a sí misma por haber
arruinado las cosas como para disfrutarlo.
El teléfono sonó por tercera vez antes de que Cody lo encontrara en su bolso.
"Hola, Amelia. ¿Qué pasa?"
"Oh, no actúes como si no lo supieras".
"¿Saber qué?"
Claramente, Amelia estaba enfadada con ella pero, ¿por qué?
262
"Sé que has hecho algunas cosas estúpidas, pero no puedo creer que incluso tú hayas
hecho algo tan estúpido. Así que, dime que todo esto es para irritar a los lectores y que
realmente no rompiste con ella".
Cody apartó su silla del escritorio y exhaló. ¿Esperaba que Amelia fuera comprensiva?
Ella quería a alguien de su lado, incluso si sabía que no lo merecía.
"¿Te lo ha dicho Finn?"
"Finn no lo sabía hasta que yo se lo dije. Aparentemente, Jess se ha estado

escondiendo en su habitación o en la oficina. Finn adivinó que algo pasaba pero no pudo
sacarle nada".
"Pero, ¿cómo se enteró?".
Amelia dio un suspiro exagerado. "Lo he leído en internet esta mañana.
Cuatro días después del hecho".
"¿Leíste la columna de Jess?"
"Sí, no te hagas la sorprendida. Yo y la mitad de la población de lesbianas hemos

estado pendientes de cada una de las palabras de Jess durante el último mes".
"¿La mitad?"
"Sólo una estimación. Me imagino que la otra mitad es tan tonta como tú. Tú no lo
terminaste realmente, ¿verdad?"
Cody quería reírse de la burla de Amelia, pero no tenía ganas.
"Sí".
"Sí, ¿terminaste con ella? ¿O estabas de acuerdo con la parte tonta?"
Cody suspiró. "Las dos cosas".
"¿Sabes lo que es molesto? No eres tonta en absoluto. Eres una de las personas más
inteligentes que conozco". Amelia refunfuñó sobre la gente tonta e inteligente durante un
minuto. "¿Qué pasó?"
"¿Jess no dio todos los detalles sangrientos en su columna?"
"No lo suficiente como para entender por qué demonios lo habrías hecho. Por eso no
263
me lo creí. Y es por lo que estoy llamando".
Fue un alivio saber que Jess no había dado una descripción exacta de lo que había
pasado, pero entonces todos los que leyeran se preguntarían qué diablos le pasaba a ella.
Ella también se lo preguntaba. En el calor del momento, había estado segura de que romper
era la decisión correcta, la única decisión. Pero una hora después de dejar la fiesta, quería
retractarse de casi todas las palabras que había dicho.
"Sabes que está enamorada de ti, ¿verdad?"
"No lo sé, no".
Cody pensó en la conversación de la mañana de Navidad. Ninguno de los dos había

dicho amor, aunque Cody había querido hacerlo. Jess había evitado la palabra, sólo diciendo
que podría más que gustarle. No eran exactamente palabras en las que pudiera basar su
futuro.
"Creo que deberías colgar ahora mismo e ir a leer la columna".
"Eso es lo último que quiero hacer. Amelia, ponte en mi lugar. Esta loca y perfecta
relación en la que estás acaba de terminar. ¿Quieres volver y leer sobre lo increíble que fue
y cómo todo implosionó? No, gracias".
"¿La amas?"
"Sí."
Las lágrimas brotaron. Miró al techo, tragó saliva, y sólo cuando estuvo segura de que
podía continuar sin que la emoción la traicionara, dijo
"No importa lo que sienta. Debería haber vigilado a Ben. Sabía que esto iba a ser
temporal y no debería haber dejado que Jess y Ben se acercaran. Metí la pata a lo grande.
Es que todo se sentía tan bien. Tan fácil.
Empecé a pensar que no iba a ser temporal, ¿sabes? Jess dijo que ella no quería
romper, pero luego se fue a una entrevista de trabajo en Filadelfia y ni siquiera me lo dijo.
Así que, obviamente, no estaba planeando que la relación durara. Y quizás se quede
aquí, por ahora, pero ¿Qué pasará cuando aparezca otra oferta mejor?
Ella dice que quiere ser madre, pero no sabe cómo es realmente. No el día a día. No
todas las cosas a las que renuncias. Como las ofertas de trabajo en todo el país y..."
"Cody, para". La voz de Amelia se suavizó. "Jess no es Anastasia. Estás sacando

conclusiones que no son justas. Y entiendo que tienes que vigilar por Ben. Pero me dijiste
que pensabas que Jess era buena para Ben".
"Sí..."
264
Ella pensó en Jess y Ben acurrucados en el sofá el día después de Navidad. Junto con
los LEGOs, Jess le había regalado un puñado de libros sobre el espacio, y los dos los habían
estudiado durante horas.
Pensó en lo orgulloso que estaba Ben del pequeño corazón que Jess había dibujado
en su yeso. Y luego se imaginó la expresión de confusión de Ben esa mañana cuando ella le
había dicho que Jess no vendría por un tiempo.
Él había preguntado dónde estaba durmiendo Jess, pareciendo que ya había decidido
que debían vivir juntos después de una semana.
Cody evadió la pregunta y media docena más sobre Jess antes de que Ben levantara
los brazos para que lo levantara, claramente sintiendo que algo grande estaba mal. Ella lo
sostuvo durante un rato, sin decir nada más.
¿Era Jess buena para él? ¿Incluso si algún día se marchaba? ¿Y eran ella y Ben buenos
para Jess o sólo le impedirían hacer cosas increíbles?
"Si realmente la quieres, ve a leer su columna. Empieza por el principio y no te saltes

nada. Aunque te duela".
La línea hizo clic y Cody miró el teléfono, sorprendido de que Amelia hubiera colgado.
Y sin embargo, no. Así era como demostraba un punto.
Cody tiró el teléfono sobre su escritorio y se quedó mirando el ordenador durante un
largo minuto. ¿Realmente quería leer todo lo que Jess había dicho sobre su relación? Había
estado tentada todas las noches desde Año Nuevo, pero se había resistido, sabiendo que
sólo la haría más desgraciada pensar en lo bien que habían ido las cosas. Por otra parte, tal
vez se merecía sentirse miserable.
Con un fuerte suspiro, Cody minimizó la pantalla de datos y abrió un navegador. En
unos pocos clics, tenía las Crónicas de las esposas de Jess en la pantalla.
En lugar de leer el último artículo, a pesar de lo mucho que deseaba hacerlo, empezó
por el principio.
Pasó una hora y Cody no se había movido de su asiento. No esperaba reírse, pero lo
hizo. También lloró. Y luego volvió a reír.
Cuando Jess recapituló el viaje a la Fundación Espacial, estuvo pendiente de cada
palabra, más que un poco sorprendida de que Jess admitiera libremente que se había estado
excitada y deseando que Cody la hubiera tocado subrepticiamente mientras estaban
acurrucadas bajo la manta de picnic en el parque.
Y cuando Jess contó que encontró a Cody en el suelo de la cabaña alquilada en
Breckenridge, medio debajo de la cama tratando de agarrar el calcetín de Ben, se rio hasta
que llegó a la parte en la que Jess admitió que no sólo quería saltar sobre Cody, sino que
también se resistía a admitir que se estaba enamorando de ella. Era demasiado pronto, dijo.
Y sólo estaban esposando.
Unos cuantos posts más tarde, Jess admitió que se había enamorado de todos modos.
No sólo de Cody, sino también de Ben. Ella había colocado la estrella en el árbol que habían
elegido juntos, miró a Cody y a Ben, y lo supo sin duda.
Finalmente, llegó al último puesto. La víspera de Año Nuevo. Cuando leyó la última
línea, la pequeña x y la o hicieron que su corazón se resintiera aún más. La xo no era para
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para ella. Sin embargo, la despedida sí lo era. Se levantó y se paseó por el despacho, Las
palabras de Jess -comprador cuidado- resonaban en su mente. ¿Era verdad y Jess estaba
enamorada? ¿O era todo para la columna?
En cierto modo, no se sentía mejor después de haberlo leído todo. ¿Por qué iba a
contar Jess a todo el mundo lo que no le diría directamente? Tal vez Jess pensó que ya lo
sabía? De hecho, lo había sabido. O al menos había estado noventa por ciento segura de lo
que Jess sentía, pero eso no había detenido todas las dudas.
Cuando la oficina le pareció demasiado pequeña, cogió su chaqueta y se dirigió fuera.
No tenía un destino en mente, sólo necesitaba un espacio más grande para pensar. No fue
hasta que casi chocó con Gillian que se dio cuenta de que ni siquiera miraba hacia donde
iba. Se detuvo de golpe, y se detuvo sólo unos centímetros antes de derribar a Gillian.
Gillian. "Oh, Dios, lo siento".
"No te preocupes. Estoy acostumbrada a los profesores con la cabeza en las nubes.
Trabajo peligroso". Gillian levantó su taza de café. "Menos mal que estas vienen con tapa".
Gillian había salido de la cafetería justo cuando Cody pasaba a toda velocidad. La
mayor parte del campus estaba cerrado por vacaciones, pero la cafetería tenía un horario
limitado principalmente para servir a los estudiantes que no tenían otro lugar para comer
con las cafeterías cerradas y al personal que no podía trabajar sin cafeína.
"¿Tú también ibas a tomar un café?" preguntó Gillian.
"No. Estaba pensando. Y caminando. Aparentemente sin mirar por dónde iba".
La sonrisa de Gillian parecía comprensiva. "Tienes muchas cosas en la cabeza. Con

Jess y todo lo demás".
No necesitó preguntar si Gillian había leído la última columna de Jess. Sus hombros
cayeron.
"Sí."
"¿Tal vez necesitas un descanso para el café?" Gillian señaló con la cabeza la cafetería.
"Yo normalmente no tomo café aquí, pero resulta que es bastante bueno. Mi personal está
fuera y no me atreví a hacer una cafetera entera para mí sola".
Cody miró el café y luego negó con la cabeza. "No creo que pueda quedarme quieta
ahora mismo".
"Entonces caminaremos y hablaremos".
Gillian no le dio a Cody la oportunidad de salir de la conversación. Ella inclinó la
266
cabeza hacia el camino del arboreto.
"Ibas a ir por este camino, ¿verdad?"
"No tenía un plan realmente".
"Ese fue tu primer error".
Gillian comenzó a caminar, sin esperar a ver si Cody la seguía.

Tenía que estar de acuerdo. En muchos sentidos, debería haber tenido al menos un
plan. Pasaron el patio de estudiantes vacío y giraron a la derecha. Cody recordó la loca
carrera que había hecho con Jess por el mismo camino y sintió una ráfaga de nostalgia.
Muchas cosas se habían sentido tan bien con Jess. Luego ella había arruinado todo.
"Cuando empecé a salir con Shannon, sabía que se acabaría en verano. Nosotras nos
conocimos cuando ambas estábamos de vacaciones en Costa Rica. Me imaginé que de
ninguna manera la relación sobreviviría después de que volviéramos al mundo real. Y eso
estaba bien. Ella era una distracción divertida". Gillian dejó de caminar el tiempo suficiente
para señalar a Cody y añadir: "No te atrevas a decirle a nadie que he dicho eso. Nunca".
"Tu secreto está a salvo. ¿Qué pasó al final del verano?"
"Rompí con ella".
La simple declaración de Gillian tomó a Cody por sorpresa. "Pero..."
"¿Pero ella es increíble? ¿Pero ella es la luz de mi vida? Pero ella me cambió, ¿me hizo
una mejor persona?" Gillian asintió. "Todas esas cosas son ciertas. Y yo pensé que ella no
querría estar atada a mi carrera. No quería pedirle que cambiara su vida para estar conmigo.
No quería que renunciara a nada. Ella estaba acostumbrada a viajar todo el tiempo, a salir a
bailar a los clubes. Todas esas cosas que me gustaban de ella tendrían que terminar si
intentábamos hacer una vida juntas. Yo no quería eso".
Esta vez Cody dejó de caminar. "¿Qué pasó después de que rompieron?"
"Me di cuenta de que había cometido un gran error. No la había dejado decidir. Tenía
miedo de que ella odiara esta vida". Gillian agitó su brazo como si incluyera a todo el campus.
"Terminar las cosas antes de que fuéramos infelices parecía una mejor idea que tener que
pasar por ser infelices para luego romper".
Cody asintió. "Creo que yo habría tomado la misma decisión. Pero ustedes dos son
perfectas juntas. ¿Todavía te preocupa que sea feliz?"
"Lo hace. Ella me dice que le encanta nuestra vida y que soy una tonta por
preocuparme. Dice que yo la hago feliz y que la haría feliz en cualquier lugar". Gillian levantó
267
un hombro. "Abrirme a Shannon y pedirle una segunda oportunidad fue lo más inteligente
que he hecho. También lo más difícil".
Empezaron a caminar de nuevo y pronto llegaron a la arboleda de árboles desnudos.

Gillian se detuvo cuando el camino principal se separó del sendero del arboreto.
"Sabes que Jess te quiere. Todavía".
"Ella nunca dijo que me amaba. Le dijo al resto del mundo, pero..."
"Ella estaba esperando por ti. Esperando que estuvieras lista para dejar entrar a
alguien nuevo en tu vida. Ella dijo que se sentía como si te estuvieras conteniendo.
Honestamente, yo no te culpo. Es difícil dejar que alguien se acerque si crees que
eventualmente será infeliz contigo. O con la vida que tienes que compartir". Gillian dejó
escapar un suspiro. "Supongo que debería volver a la oficina".
"Sí." Ella también debería aunque cualquier intento de trabajo sería infructuoso
ahora.
"Por cierto, el consejo de administración no se reúne hasta la primera semana de

febrero, pero eso es sólo un sello de goma. El comité y yo hemos revisado todo en tu
expediente y te recomendamos para la permanencia. No puedo pensar en una sola razón
por la que no votarán a tu favor. Enhorabuena Cody".
Le dio las gracias a Gillian, pero se quedó demasiado sorprendida para decir más.
Todo el estrés se redujo a eso. Ella iba a mantener su trabajo. Podría seguir enseñando y
continuar su investigación. Era todo lo que ella había querido.
Entonces, ¿por qué no se sentía feliz? Respondió a la pregunta con una palabra: Jess.
Gillian le tocó el hombro.
"Sé que tienes muchas cosas que pasan por tu mente ahora mismo, pero voy a darte
un consejo más. Arrastrarse nunca hace daño".
Cody logró una media sonrisa. "¿Con flores?"
"Te estás dando cuenta. Y ve con un plan".
Gillian siguió su camino y la débil esperanza de Cody se tambaleó. No parecía

probable que Jess saltara a la oportunidad de aceptarla de nuevo después de haber hecho
un trabajo tan estelar al alejarla. Y Gillian tenía razón Jess había estado esperando, había
esperado a que le dijera "te quiero" primero porque se había estado conteniendo todo el
tiempo. Había utilizado la excusa de proteger a Ben, pero había algo más que eso. Tenía
miedo de volver a arriesgar su propio corazón.
Demasiado para ser valiente.
268
Incluso cuando Jess había dicho que había decidido quedarse en lugar de tomar el
trabajo de sus sueños, Cody no le había creído. No le había dado a Jess una verdadera
oportunidad.
Estaba tan preparada para que la relación estallara que había encendido la mecha
ella misma. ¿Podría pedir una segunda oportunidad? Su experimento de esposas había
terminado, pero tal vez no era demasiado tarde para intentar una relación real.
Tal vez tampoco era demasiado tarde para ser valiente. Si no sabía nada más en ese
momento, ella sabía que tenía que ver a Jess. Y si Gillian tenía razón y los ruegos y las flores
servirían de algo, estaba dispuesta a comprar toda la floristería.
269
Capítulo Treinta y tres
Siento lo de Carrie".
Jess giró la cabeza, reconociendo la voz de Silpa pero luchando reconciliar el

comentario con algo que Silpa diría realmente.
"Lo siento. ¿Qué?"
Silpa ofreció una sonrisa suave que Jess nunca había visto antes.
"Dije que siento lo de Carrie. Que las cosas no terminaron bien".
"Gracias." Ella trató de sonreír y sólo logró un encogimiento de hombros. Empezó a

volver a su escritorio pero se detuvo. "¿Has leído mi columna?"
Silpa se rio y negó con la cabeza. "Estoy segura de que todas las lesbianas de Estados
Unidos con acceso a Internet leen tu columna".
Simpatía y ahora cumplidos. De Silpa. O ella era más patética de lo que se había dado
cuenta y Silpa tenía un botón de compasión, o el infierno se estaba congelando.
"Seguro que no es tan popular, pero gracias por eso también".
Silpa se encogió de hombros esta vez, sólo que fue esa mezcla de juguetón e incrédulo
que se produce al admitir algo que no quieres.
"Todo el mundo que conozco lo hace".
Sabía que no debía, pero no pudo evitarlo.
"No quiero ser rara, pero ni siquiera sabía que eras gay".
"No lo anuncio. No estoy en el armario ni nada, sólo mantengo mi vida personal

separada del trabajo".
En cualquier otra circunstancia, ella lo tomaría como una indirecta que no es tan
profesional, pero que su trabajo tampoco lo es. Pero la expresión de Silpa siguió siendo
amable y tal vez con un toque de admiración.
"Bueno, siento haber hecho suposiciones. Yo…-"
270
Los ojos de Silpa se abrieron de par en par.
"Jess".
Dejó de hablar, agradeciendo la interrupción antes de que consiguiera meter el pie

en la boca. Pero en lugar de decir algo más, Silpa inclinó la cabeza hacia algo detrás de Jess.
Ella se volvió, esperando que Donna o tal vez Frida la mirara con una mirada de incredulidad
cómica por confraternizar con el enemigo.
Pero lo que vio fue un ramo de flores. Un ramo gigante. Y detrás de él a Cody de
aspecto ansioso.
A Jess se le cortó la respiración y se le revolvió el estómago, aunque era difícil saber
si eran los nervios, la excitación o el miedo.
"¿Cody?"
"Maldita sea. Esperaba que fuera Carrie". Silpa negó con la cabeza. Entonces ella
jadeó. "Cody es Carrie".
Miró a Silpa el tiempo suficiente para ofrecer un asentimiento y una sonrisa de

reconocimiento. Luego dirigió toda su atención a Cody. Silpa se desvaneció, al igual que su
escritorio y el resto del bullicioso piso de la oficina. Todo lo que vio fue a Cody.
"Hola". Cody le dedicó una sonrisa tentativa
"Hola". Ella se obligó a no desmayarse. O vomitar. "¿Qué estás haciendo aquí?"
"Disculpándome. Arrastrándome si me lo permites".
Si hubiera guionado esto en su mente, no habría sido capaz de llegar a una línea
mejor.
"Viniste a mi trabajo".
Cody hizo una mueca.
"Sí. Tenía miedo de que no contestaras a la puerta si aparecía en tu apartamento.

Aunque ahora que lo digo, no quiero que pienses que tienes que verme ahora. Puedes
decirme que me vaya. Tal vez disculparse en público es una mala idea porque te pone en la
posición..."
"Detente. Está bien”. Tan enojada como estaba, no podía imaginar dejar fuera a Cody.
"Además, habría contestado a la puerta".
Un rastro de alivio brilló en los ojos de Cody. Se aclaró la garganta.
271
"La otra razón por la que estoy aquí ahora es que cuando me doy cuenta de que he
cometido un gran error, quiero intentar arreglarlo cuanto antes".
¿Estaba Cody realmente allí para arreglar las cosas? Su corazón saltó ante la
posibilidad, incluso cuando su cerebro traqueteaba con una docena de preocupaciones.
Cody podría estar allí para disculparse por haber provocado una pelea en Año Nuevo.
Puede que ella aún quiera romper. O tal vez ella quería volver a estar juntas, pero no
sería capaz de explicar por qué había reaccionado tan mal, dejando a Jess decidir si podía
arriesgar su corazón por alguien que tal vez nunca confíe del todo en ella. Su mente se
arremolinaba con las posibilidades y la maraña de emociones que las acompañaban.
"¿Podemos hablar? Quiero decir, entiendo si es un mal momento. ¿Pero pronto? Yo

iré cuando y donde tú digas".
Tenía programado reunirse con Donna en una hora para discutir las estrategias para
su columna en los próximos meses. Pero si había una mínima posibilidad de que ella y Cody
se reconciliaran, no tenía intención de dejar a Cody fuera de su vista. Levantó un dedo.
"Ahora está bien. ¿Puedes darme un minuto?"
Cody asintió, todavía agarrando el ramo de rosas rojas y blancas, orquídeas, y lirios.
"Por supuesto".
Se apresuró a ir al despacho de Donna y milagro de todos los milagros, encontró que

no estaba al teléfono. Golpeó ligeramente el marco de la puerta y Donna levantó la vista de
su ordenador.
"Por favor, no me digas que ya son las cuatro".
"No. Venía a ver si podíamos movernos..."
Donna se levantó bruscamente, haciendo rodar su silla y rompiendo el tren de

pensamiento de Jess.
“¿Quién está recibiendo flores?”
Había trabajado con Donna lo suficiente como para que la inherente curiosidad no la
sorprendiera ni la molestara y no la sorprendió ni la molestó.
"Yo, en realidad".
Donna inclinó su cuerpo hacia adelante y hacia atrás, sin pretender ser sutil en sus
esfuerzos por obtener una mejor visión.
272
"Es eso..."
"Lo es."
"Oh, esto va a ser bueno".
La alegría en la voz de Donna claramente tenía menos que ver con la felicidad de Jess
y más con las nuevas entregas de las Crónicas de las esposas.
"Ejem."
No estaba realmente enojada, pero dado lo que había hecho por la gran idea de
Donna, se sentía justo.
"Lo siento, lo siento. Quiero decir, esto parece prometedor. ¿Vas a hablar? Aceptarla
de vuelta?" Los rasgos de Donna se suavizaron lo suficiente como para convencer a Jess de
su sinceridad.
"Sí, y no estoy segura. No estoy segura de que eso sea lo que ella quiere".
"Por supuesto que es lo que quiere. No te presentas con flores para decir, 'Siento que
las cosas hayan ido tan mal y espero que no pienses que soy una idiota por toda la eternidad
y que tengas una buena vida'".
La especificidad de la descripción la hizo reír. También le dio esperanzas.
"Bueno, entonces todavía no estoy segura".
"No tengas miedo de hacerla trabajar por ello".
Apartó sus ojos de Cody y los fijó en Donna.
"¿Estás diciendo eso como mi amiga o como mi jefe que ya se está imaginando la
columna que va a salir de esto?"
"Lo digo como una mujer que ha hecho su cuota de estupideces y cuya esposa la
perdona pero la hace mejor persona al no dejarla que se libere tan fácilmente".
Sería difícil poner en palabras todas las formas en que esta única tarea había
cambiado su vida. Las obvias, por supuesto: enamorarse, confrontar sus sentimientos
encontrados sobre su carrera y ambición, darse cuenta de todos los errores que
invariablemente cometía en las relaciones. La conexión más profunda con Donna, bueno,
eso parecía tan fuera de campo como hacerse amiga de Silpa. Pero aquí estaban.
273
"Gracias por decir eso".
"Pase lo que pase, confía en tu corazón y lo harás bien".
Se le escapó un resoplido de desprecio antes de que pudiera evitarlo.
"Hablo en serio, Jess. El hecho de que te hayas enamorado de gente que no te

merecía no significa que tu corazón sea defectuoso. Significa que has tenido mala suerte. Y
hay muchos idiotas por ahí".
Ella sabía que era más que eso, que había ignorado las señales de advertencia en el
pasado porque quería que las cosas funcionaran. Pero tal vez Donna tenía un punto. Lo
suficiente como para querer reconocer sus errores y ver lo que Cody tenía para decir por sí
misma.
"Entonces, ¿podemos reprogramar nuestra reunión?"
Donna volvió a mirar a Cody. "Creo que es lo mejor".
"Gracias." Sin esperar a que Donna dijera nada más, se dirigió a donde había dejado
a Cody. "De acuerdo. Salgamos de aquí".
"¿Sí?" Cody parecía sorprendida por su respuesta.
"Bueno, no vamos a discutir en medio de mi oficina, eso es seguro".
"¿Dónde quieres ir?"
Hacía frío pero no era gélido. Al aire libre parecía preferible a un café o bar, o a
cualquiera de sus lugares.
"Hay un parque al otro lado de la calle. ¿Está bien?"
"Por supuesto". Cody miró las flores. "No estaba segura de sí querrías estas".
"Son hermosas". Y oficialmente las flores más bonitas que le habían regalado a ella.
Nunca.
"Hice que el florista las pusiera en un jarrón para que no tuvieras que encontrar algo".
Fue considerado, considerado de manera que la hizo ablandarse incluso antes de que
tuvieran la oportunidad de hablar.
"Gracias. Las dejaré aquí para que no estén en el frío".
274
Cody le entregó el jarrón y ella los puso sobre su escritorio. Se puso el abrigo y cogió
su bolso. Una rápida mirada a su alrededor le dijo que Silpa estaba observando y tratando
de aparentar que no lo hacía. Donna también. Junto con la mitad del personal del Mile High
Business Journal. Le hizo preguntarse cuántos de ellos estaban siguiendo su columna y sabían
exactamente lo que estaba pasando.
Se sacudió la rareza de aquello y condujo a Cody al ascensor. Unos minutos después,
se sentaron juntas en un banco mientras la gente paseaba y las palomas picoteaban a su
alrededor.
"Lo siento". Cody se giró para mirarla de frente, con ojos intensos. "Siento haber
peleado y lamento haber arruinado el Año Nuevo y sobre todo lamento haber sugerido que
rompiéramos".
Fue un comienzo. Más de lo que ella esperaba. "Está bien. Gracias por eso. Creo que
necesito entender por qué".
Cody resopló.
"Exageré. Para ser justos, Gillian me dijo que mi archivo de titularidad se había
retrasado y Anastasia me envió un mensaje de texto acerca de casarse de nuevo y que quería
"hablar de Ben", así que, para empezar, estaba un poco nerviosa".
"¿Anastasia quiere casarse?" Jess la miró con partes iguales de alarma y

exasperación. "¿Contigo?"
"Con su nueva novia".
"Oh." Jess dudó. "¿Por qué no me dijiste ninguna de esas cosas en ese momento?"
"Porque estaba demasiado ocupada buscando pelea. Ahora ambas cosas están
resueltas. Puedo darte los detalles más tarde".
Jess resopló. "Sí, lo harás".
"De todos modos. Pasé tanto tiempo esperando que cayera el otro zapato que casi
necesitaba que sucediera".
"Lo entiendo. Toda la premisa de nuestra relación implicaba que iba a suceder.
También entiendo que proteger a Ben desencadena todos tus instintos de lucha o huida". Se
miró las manos y suspiró.
"Hay un pero, ¿no? Me doy cuenta. ¿Es por saber que nunca serás mi única
prioridad?"
Si Cody no pareciera estar al borde de las lágrimas, Jess podría haber cedido al
275
impulso de golpearla. En el brazo, al menos.
"No. Y sinceramente, que te jodan por pensar eso.

Es que no confías en lo mucho que te quiero, lo mucho que quiero estar en su vida.
Escuchaste un pequeño comentario sobre que quería estar a solas contigo y te asustaste. No
puedo hacer esto si vas a dudar de mí en todo momento".
Cody dejó escapar un suspiro. "Lo siento. Nunca me has dado razones para dudar de
lo que sientes por Ben. Lo que dije no fue justo , honestamente, te mereces algo mejor".
"Gracias".
"En mi defensa, Anastasia, que es literalmente su madre biológica, decidió que la

crianza de los hijos era una carga y nos abandonó".
Aunque se erizaba ante la comparación, podía apreciar el trauma de eso.
"Lo sé. Así que voy a decir 'y' en lugar de 'pero' aquí. No soy Anastasia".
"No te pareces en nada a ella. Nada."
"Si vamos a tener una oportunidad, tienes que recordar eso".
Cody asintió. "Lo haré".
"No digo que no puedas preocuparte nunca, pero tienes que decírmelo. Tenemos que
hablar de ello".
"Sí."
"Bien. Me alegro de que lo hayamos solucionado".
Cody asintió de nuevo pero bajó la cabeza y se quedó mirando su regazo. Allí
definitivamente había algo que no estaba diciendo.
"Bien. Parece que nos estamos moviendo en la dirección correcta, pero todavía
pareces como si acabara de patear a tu cachorro".
Cody levantó la vista, con miseria en sus ojos. "Te entrevistaste para el trabajo de tus
sueños y no me lo dijiste. Peor aún, lo conseguiste y no lo aceptaste. No puedes renunciar a
eso por mí".
Sí. Eso. "No era el trabajo de mis sueños".
276
Cody cerró un ojo e inclinó la cabeza. "Literalmente dijiste que lo era".
Gracias a su charla con Donna, tenía palabras para explicar todas las formas en que
no lo era. Contó la historia, comenzando con la presión inadvertida de su madre para que se
presentara. Repasó su conversación con Frida, convenciéndola de que la solicitud la ayudaría
a saber lo que quería, y la conversación con Donna, en la que no sólo hizo las paces con su
decisión, sino que la aceptó.
"Me gusta mi vida aquí. Me gusta mucho más contigo y con Ben, pero no habría
aceptado el trabajo de ninguna manera".
"Yo te creo".
Teniendo en cuenta cómo comenzó todo este lío, esas tres palabras tuvieron un gran
impacto. Casi tanto como un "te quiero".
"Bien. Siento no habértelo dicho. No puedo pedirte que confíes en mí si no comparto

cosas que tienen el potencial de afectarnos".
"O a ti. Yo también quiero saber lo que te afecta. Y quiero ser buena para ti, tú eres
buena para mí y para Ben. Quiero ser lo mismo para ti. Si no lo soy quiero que seas capaz de
decírmelo".
Fue su turno de asentir. "Eres muy buena para mí. Y también lo es Ben".
"No quiero seguir esposando contigo. Quiero más que eso. Quiero una relación real,
una que dure. Te amo, Jess, y lo quiero todo".
Estaba equivocada. Cody diciendo "Yo te creo" había sido genial, pero no tenía nada
en comparación con "Te amo". Extendió la mano y acarició la de Cody. El leve toque la hizo
estremecerse y la sonrisa tentativa de Cody hizo que sintiera más ganas de rodearla con
sus brazos.
"Yo también te quiero".
Las facciones de Cody se relajaron por completo. "He leído tus columnas. Lo sé. Me
siento tonta por haberlas evitado todo este tiempo".
Exhaló un suspiro. "Entiendo lo raro que fue que escribiera sobre nuestra relación".
"Y contando a tus lectores cosas que no me habías contado a mí". Cody no parecía
enfadada por eso, pero sí un poco decepcionada.
"Eso también. Lo siento".
277
"Aun así. Entiendo por qué necesitabas que lo dijera primero". Cody extendió su
mano, con la palma hacia arriba. En cuanto Jess la estrechó, sonrió. "Te quiero, Jess. Estoy
enamorada de ti. Completamente enamorada".
Si no estaba ya convencida, la última frase, una que había usado en su columna, selló
el trato. "Bien, porque yo también estoy realmente enamorada de ti".
"Me alegro de que eso esté resuelto".
Y así, la alegría sustituyó a la tristeza y a la preocupación.
"¿Vas a besarme ahora o qué?"
Cody sonrió. "La primera".
Sin otra palabra, lo hizo. Y oh, qué beso fue. Tenía todo el fuego, toda la chispa, de su
primer beso, pero con la profundidad que sólo viene con el conocimiento, con el
sentimiento. De estar enamorada.
"¿Y ahora qué?"
Parecía justo preguntar, aunque su preferencia era ir a casa con Cody y no salir en un
futuro previsible.
"Bueno, por mucho que me gustaría tenerte para mí durante unas horas, tengo que
recoger a Ben de una cita de juegos". Cody hizo una pausa, luego dio un casi imperceptible
movimiento de cabeza. "Estoy segura de que le encantará verte".
Ella no lo quería, pero la sospecha se impuso. "¿Por qué sacudiste la cabeza?"
Cody se encogió. "Porque dudé y luego me pateé por seguir dudando".
"Una autocorrección bastante rápida. Lo dejaré pasar".
Porque ella sabía mejor que nadie que algunos hábitos son difíciles de romper,
incluso con buenas intenciones.
"Te quiero, sabes. Sé que lo dije hace un minuto, pero realmente, realmente te
quiero".
El corazón de Jess se hinchó ante esas palabras. Probablemente lo haría durante un

tiempo.
278
"Bien. Porque yo también te quiero, y no me voy a cansar de oírlo. ¿Qué tal si busco
una pizza y nos vemos en la casa?"
Cody sacudió la cabeza con seriedad esta vez. "No sé lo que yo…lo que hicimos para
merecerte".
"Eso es fácil. Me quieres, tal y como soy". Había parecido tan difícil, y sin embargo a
la hora de la verdad, era así de sencillo.
"Te quiero". Cody se levantó y la puso de pie.
Los brazos de Cody la rodearon y ella se dejó hundir en el abrazo. Hasta que la boca
de Cody encontró la suya y ella quiso mucho más que los brazos de Cody. Dio un paso atrás
y la mirada de Cody le dijo que los pensamientos de Cody estaban en el mismo lugar.
"Ya llegaremos a eso. Mientras tanto, ¿lo de siempre?"
Cody asintió. "Lo de siempre".
***
Jess equilibró la caja de pizza en una mano y usó la otra para tocar el timbre. Incluso
a través de la puerta, podía distinguir el sonido de los pies corriendo.
Como la primera vez que la visitó. Exactamente como la primera vez, la puerta se
abrió, pero no había nadie delante de ella. Al menos nadie a la altura de los ojos.
"¡Jess!"
Ella había pensado que Ben estaba entusiasmado la primera vez, pero no tenía nada
que ver con la mirada en sus ojos ahora. Emoción, sí, pero también amor. Al darse cuenta de
que él la amaba tanto como ella a él, sus ojos se llenaron y amenazaban con desbordarse. Se
agachó y lo abrazó con su brazo libre.
"Hola, Ben".
"Te he echado mucho de menos".
Cody apareció y la liberó de la caja de pizza. Ella envolvió su otro brazo alrededor de
Ben y lo levantó.
"Yo también te he echado de menos".
Entró hasta el final y cerró la puerta, dejando a Ben en el suelo para quitarse el abrigo
y las botas. Era una tontería, pero se sentía casi tan familiar como hacerlo en casa.
279
"¿Vas a quedarte a dormir? Me gusta despertarme y que estés aquí".
El comentario, sin designio ni pretensión, inclinó la balanza de su autocontrol, y unas

cuantas de las lágrimas que había retenido rodaron por sus mejillas. Ella olfateó y trató de
disiparlas, sintiéndose ridícula por ser tan emocional.
"¿Estás bien?" Ben la miró, con los ojos muy abiertos por la preocupación.
Ella se rio. "Lo estoy. Lo siento. He tenido un montón de grandes sentimientos hoy y
creo que algunos de ellos todavía están revoloteando por ahí".
Él asintió, como si eso tuviera mucho sentido y pudiera empatizar.
"Tuve grandes sentimientos cuando mamá dijo que tal vez no te veríamos por un
tiempo".
Se atrevió a mirar a Cody, que hizo una mueca de disculpa, y luego volvió a centrarse
en Ben.
"A mí también me preocupaba que pudiera ser así. Me alegro de que no sea así".
"Yo también". La declaración de Ben fue acompañada de un dramático giro de su

cabeza.
"¿Quién tiene hambre?" Preguntó Cody. "Yo sé que estoy hambrienta".
"¡Yo tengo! Yo sí". Ben arrancó en dirección a la cocina.
Cody la miró con incertidumbre. "¿Estás bien?"
Pensó en cómo había empezado su día, en cómo habían ido los últimos días. Luego
pensó en los últimos dos meses, meses que pasó enamorándose y descubriéndose a sí misma
y empezando a construir una familia con Cody y Ben. Todo por cortesía de la loca idea de
Donna para las Crónicas de las esposas y su decisión impulsiva de decir que sí.
"Depende. ¿Puedo quedarme a dormir?"
"Si por mí fuera, pasarías todas las noches aquí". Cody sonrió. "Probablemente es
demasiado pronto para preguntar si quieres mudarte, ¿no?"
"Probablemente. Pero eso no significa que no quiera que me lo preguntes".
Ella se limpió los restos de sus lágrimas y sonrió a su vez. Luego besó a Cody larga y
lentamente. Lo suficiente como para que Ben corriera a la entrada e insistiera que dejaran
280
de besarse y se dieran prisa antes de que la pizza se enfriara.

Cody se apartó lo suficiente para decirle a Ben que tuviera paciencia, y luego se volvió hacia
Jess.
"¿Seguro que estás bien?"
Ella miró a Ben antes de fijar la mirada en Cody. "Nunca he estado mejor".
281
Epílogo
El siguiente noviembre
"Tal vez no corras a menos que quieras comerte ese trozo de tarta del suelo", dijo
Jess atrapando hábilmente el borde del plato de Ben antes de que el pastel se deslizara.
"Sabes que eso no sería un problema para él, ¿verdad?".
Los primos habían estado jugando a las escondidas en la cabaña durante la última
hora y Cody sabía que Ben tenía demasiada hambre como para preocuparse por la suciedad.
No es que él realmente lo hiciera.
"Tiene razón". Ben asintió con seriedad. "No hay problema".
Ante la ceja levantada de Jess, Cody se aclaró la garganta.
"Todos sabemos que no es un problema, Ben, pero ¿qué tal si te tomas un pequeño
descanso del juego y te quedas quieto mientras comes".
"Los dos comerían tarta en cualquier sitio que cayera".
Jess incluyó a Cody en su juguetón movimiento de dedos. Cody dejó escapar un jadeo
fingido antes de esbozar una sonrisa.
"Tienes razón. Pero sólo porque haces la mejor tarta de la historia".
"¿Sin comentarios sobre lamer la alfombra?" murmuró Lacey.
"Ejem." Jess le dio a su hermana una mirada severa. "Estamos manteniendo este día
de Acción de Gracias para niños, ¿recuerdas?"
"¿Dónde está la diversión en eso?"
Cody se rio ante el gemido exasperado de Jess, pero Ben las ignoró a las tres y se
dedicó a comer su tarta. Mientras masticaba, Joshua se acercó sigilosamente detrás de él.
Justo cuando Ben balanceaba un gran bocado en su tenedor, Joshua le tocó el
hombro.
"Tú eres".
"¡Ah, hombre! ¿Puedes sostener esto, mamá?"
282
Ben le dio a Jess su plato y no esperó una respuesta antes de salir corriendo detrás
de Joshua. Empujó a través de la puerta de la cocina y desapareció de la vista. Jess se quedó
quieta, con el plato de pastel a medio comer en la mano. Miró a Cody.
"¿Acaba de llamarme mamá?"
Era bueno saber que no lo había imaginado. "Sí".
Jess asintió lentamente.
"¿Te parece bien?"
Había planeado sacar el tema antes de la boda, pero imaginó tener la conversación
con Jess antes de abordarlo con Ben. Jess se había convertido en una madre para Ben en
todos los sentidos que cuenta, formas que Anastasia nunca tuvo. Sin embargo. Debería ser
su elección si Ben la llamara así.
Jess siguió asintiendo parecía complacida, pero la respuesta sin palabras la hizo
preocuparse.
"¿Estás segura?"
Toda la cara de Jess se rompió en una sonrisa. Ella olfateó.
"Mm-hmm."
Y eso, al parecer, fue todo. Un chillido desde la cocina rompió el hechizo y confirmó
que Ben había marcado a alguien.
"Creo que podrían seguir así todo el día".
Jess puso el plato de Ben en la mesa de café y se acomodó en el sofá. Cody la rodeó
con un brazo y la acercó.
"Esperemos que lo hagan", dijo Lacey. "Tienen algo de azúcar para correr".
La puerta de la cocina volvió a girar y Ben apareció encaramado a los hombros de

Bruce. Bruce sonrió a Ava, que intentaba saltar para agarrar los pies colgantes de Ben.
"Ahora no puedes agarrarlo. Lo tengo". Bruce miró a Ben.
¿Cuántas rebanadas de pastel has comido? Te estás poniendo pesado ahí arriba".
"Sólo un bocado de tarta de manzana".
283
"¿Sólo un bocado?" Bruce sacudió la cabeza. "Será mejor que tu abuelo empiece a
levantar pesas. Sabes que ese es el trabajo de un nieto, ¿verdad? Me dices que levante más
pesas para que pueda cargarte".
"Bien, abuelo", dijo Ben, tomándose claramente las palabras a pecho. "Pero ya eres
bastante fuerte".
Bruce se rio. "Sabía que eras un guardián".
Joshua apareció en el pasillo, gritando para que su hermana tratara de atraparlo y se

fue corriendo al piso de arriba. Ben observó hasta que sus dos primos salieron corriendo de
la vista.
"¿Quieres que te baje para que los sigas?" preguntó Bruce.
Ben negó con la cabeza. "Quiero que me lleves hasta mi pastel, por favor".
“Ben, eres un hombre tras mi propio estómago” .Bruce depositó cuidadosamente a

Ben en el sofá junto a Cody y Jess. Él miró el pequeño trozo, suficiente para un niño de seis
años. "Cuando termines eso, ven a buscarme y te daremos un trozo de pastel de verdad".
"Sabía que eras un guardián, abuelo", dijo Ben
Todos se rieron de la frase de Ben, pero Bruce fue el que más se rio. Demasiado
rápido, Ben se acabó el pastel y le tendió la mano a Bruce.
"¿También tienes espacio para más tarta?"
"Siempre".
Se dirigieron a la cocina y Cody pudo oír que Elaine estaba de acuerdo en cortar a
ambos una rebanada de pastel de calabaza, con extra de crema batida.
"Tu padre y Ben son una buena pareja".
"Lo son". Jess dejó escapar un suspiro de felicidad. "Me encanta".
"Tú y Ben también son una buena pareja".
La expresión de Jess se volvió seria. "Debería preguntarte si te parece bien que Ben
me llame mamá. Es algo importante para ti, no sólo para mí".
Ella cerró los ojos por un momento y dejó que la realidad del último año se hundiera
en ella. Mucho mejor de lo que podría haber imaginado, tanto para ella como para Ben.
284
"Esperaba que llegáramos ahí. No esperaba que lo hiciera por su cuenta, sin
embargo".
Jess sonrió. "Me encanta que lo haya hecho".
No podía estar en desacuerdo.

Lacey estiró sus pies en la otomana, tan imperturbable como el resto de la familia de
Jess por el desarrollo.
"Entonces, ¿me van a dejar ayudar con los planes de la boda?"
Cody inclinó la cabeza, cediendo a Jess. Una parte de ella todavía no podía creer que
Jess dijera que sí, sin ninguna duda. Cody había sudado sobre cuándo y cómo pedírselo. ¿Era
una propuesta de matrimonio en un planetario demasiado rara? ¿Le importaría a Jess que
Ben estuviera allí? Luego se había preocupado por la elección del anillo. ¿Le gustaría a Jess
algo simple y tradicional o algo llamativo y divertido?
Al final, se decantó por la diversión. Esperó hasta justo antes de que el espectáculo y
entonces se inclinó para susurrar la pregunta, con el corazón palpitando en su pecho tan
fuerte que apenas podía oír sus propias palabras. Las luces se encendieron un segundo
después, el sí de Jess fue lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de todos.
Ella rodeó con sus brazos a Cody mientras Ben aplaudía su aprobación, lo que hizo que el
resto del público aplaudiera también.
Habían fijado la fecha para la víspera de Año Nuevo, decidiendo que era la última
rehacer la primera que habían pasado juntas.
"No creo que tengamos que hacer muchos más planes", dijo Jess. "Pero nos vendría
bien algo de ayuda en el departamento de los niños. ¿Podrías estar a cargo de las chicas de
las flores y los portadores de los anillos?"
"Será un placer". Lacey sonrió. "No puedo esperar a verlas todas vestidas. Voy a hacer
demasiadas fotos".
"Tendremos un fotógrafo, ya sabes".
Y un catering, un DJ y ochenta invitados. Iba a ser una boda de verdad y Cody no podía
esperar. Cogió la mano de Jess.
"Me alegro de haber aceptado a esposar contigo. Pero me alegro aún más de que
quieras casarte conmigo".
Jess acortó la distancia entre ellas. “yo igual”.
The End
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Acerca de las autoras

Jaime Clevenger vive en Colorado con su mujer, Corina; dos hijas, dos gatos muy
peludos y un golden retriever. Cuando no trabaja como veterinaria o escribiendo novelas
románticas, Jaime disfruta de las aventuras familiares, acoger animales peludos, nadar y
practicar karate. Jaime ha publicado muchos libros con Bella Books y ha ganado el premio
literario Golden Crown por su novela Tres razones para decir sí. Escuchar la lluvia y comer
chocolate son dos placeres no tan secretos, pero a Jaime también le encantan los paseos por
la playa y la lectura.
Aurora Rey es decana de la universidad durante el día y autora de novelas lésbicas
premiadas el resto del tiempo, excepto cuando cocina, hornea, montando en el tractor o
suspirando por las cabras. Creció en un pequeño pueblo del sur de Louisiana, soñando con
Nueva Inglaterra. Guarda un lugar especial en su corazón por el Sur, especialmente por la
comida y el modo en que se educa a las mujeres para ser fuertes, aunque se les enseñe a no
demostrarlo.
Tras una breve relación con la bioquímica, se licenció y obtuvo un máster en inglés.
Es autora de la serie Cape End Romance y de varias novelas románticas contemporáneas y
novelas independientes. Ha sido ha sido finalista de los premios Lambda Literary, RITA® y
Golden Crown Literary Society y Golden Crown Literary Society, pero lo que más le gusta son
los comentarios de los lectores. Vive en Ithaca, Nueva York, con su perro y cualquier animal
que se haya instalado en el estanque .
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Un Arreglo Conveniente - A Rey y J Clevenger

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Un Arreglo Conveniente - A Rey y J Clevenger

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Un arreglo conveniente –Aurora Rey y Jaime Clevenger Traducción by Emm

"Entonces, ¿quieres que escriba un artículo sobre este...fenómeno?"

"No. Absolutamente no".

Donna frunció el ceño. "Cuando lo dices así, suena poco serio".

"¿Tú crees?" Ni siquiera trató de ocultar el sarcasmo en su voz.

"Aprecio la advertencia, incluso si se trata de cubrir tu trasero para Recursos

Donna se llevó una mano al pecho. "Estoy dolida".

"Has estado diciendo que quieres hacer algo inmersivo".

"Esto no es exactamente lo que tenía en mente".

"¿Por qué yo?"

Donna no contestó de inmediato, dejando que Jess se imaginara el elogio perfecto

Jess se quedó con la boca abierta, pero no le importó ni se molestó en cerrarla.

"Ni siquiera sé cómo responder a eso".

Ella frunció el ceño. "Me divierto".

"Tal vez tenemos diferentes ideas de diversión. Además, el entrenamiento no es

No es que Donna tuviera la costumbre de meter las narices de forma inapropiada. Es

"¿Cómo se supone que voy a hacer esto?”

Hablando de botones. Por supuesto que Donna tendría que ir y mencionar su

"No he dicho que no".

"Eres un genio del mal. Lo sabes, ¿verdad?"

Realmente no debería. Al menos no sin pensarlo bien. Especialmente si el sexo sería

"¿Supongo que 'porque mi jefe me lo dijo' no va a volar?"

Donna le dirigió una mirada sosa.

"Estaba bromeando". Lo estaba, pero también absolutamente no lo estaba. "Ahora

El golpe de ego no fue suficiente para superar la incómoda presión en su pecho.

"Me parece poco ético".

Bueno, eso era cierto. Se negaba rotundamente a ser deshonesta, especialmente en

Sacó su archivo mental de "Te lo dije". "¿Y el crucero?"

"Te veré por la mañana, Archer".

Se dispuso a irse, pero se volvió. Se mordió el labio, odiándose a sí misma por

"¿Estás segura de que esto va a funcionar?"

"Hola, preciosa. ¿Planeando la tortura del día?"

Se giró para encontrar a su compañera de habitación, Finn, rondando en la puerta.

"Puede ser. ¿Vas a dejar que te torture hoy?"

Sin dudar ni un segundo, Finn negó con la cabeza.

"No. Si me engañas a mí una vez, qué vergüenza. Engáñame dos veces..." Se

"Vamos, estás en excelente forma. Tú misma lo has dicho".

"Al menos eres sincera".

A pesar de la mala leche, el apodo de Finn para Zafiro la hizo sonreír.

"Mi jefe quiere que escriba sobre las esposas".

Finn sonrió. "Pervertida".

"No ese tipo de esposas".

"Espera. ¿Hay otro tipo?"

"Bien. Entonces, ¿con quién vas a hacer esta esposada?"

Levantó la barbilla e hizo un alarde de mirar a Finn de arriba abajo.

"Estoy bromeando. Te quiero, pero no quiero salir contigo".

"Sólo es bueno si puedo encontrar a la chica adecuada".

Antes de que pudiera responder, el primero de sus alumnos entró a trompicones.

"Te he echado de menos".

"¿Quiero saber cuántas te comiste en el proceso?"

El ceño de Ben se arrugó. "Probablemente no".

Amelia, que recientemente se había roto el pie en un accidente de coche, se apoyó

El pecho de Ben se hinchó y Cody volvió a agradecer al universo que el número de

"Ese sería la tercera", dijo Amelia. "¿Tal vez cenar primero?"

"Estoy pensando en brócoli y nuggets de pollo".

"Eso lo comimos hace tres días".

Ben empezó a asentir antes de que Amelia terminara.

"Por favor, podemos quedarnos, ¿Mamá?"

"¿Y qué pasa con Verónica?"

"Está en Nueva York".

"¿Puedo ir a jugar con mis LEGOs hasta la cena?"

Ben preguntó, claramente aburrido de la conversación de adultos. Un movimiento de

"Ya sabes, la paramédica".