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UN BUEN

MOMENTO ÉLFICO
AN ELFIN GOOD TIME
de NORSEBARD

TRADUCTORA: SILVINA © 2022

REVISADO POR: charisen


SINOPSIS

En la Noche de Noches, víspera de navidad, la experimentada conductora de trineos


elfa Rockabye y la novata Epilotta se ven envueltas en divertidas situaciones
espeluznantes con chimeneas, árboles navideños, caninos, conductos de calefacción,
bollos de pasas y renos con nombres extraños cuando salen corriendo para entregar una
carga de regalos a un pequeño pueblo, y en detrimento de los bocadillos de pan de jengibre
de Rockabye, incluso se ven obligados a romper la primera regla: nunca te mezcles con
los humanos...

Descargos de la autora:

Este humorístico romance navideño pertenece a la categoría Uber. Todos los


personajes son creados por mí, aunque pueden recordarte a alguien.

Todos los personajes representados, los nombres utilizados y los incidentes


representados en esta historia son ficticios. No se pretende ni debe inferirse ninguna
identificación con personas reales. Cualquier parecido de los personajes retratados con
personas reales, vivas o muertas, es pura coincidencia.

Esta historia insinúa una relación amorosa entre elfos adultos del tipo femenino que
consienten. Si tal historia te asusta, es mejor que hagas clic en la X en la esquina superior
derecha y encuentres algo más para leer.

Esta historia contiene algunas blasfemias humorísticas. Los lectores que se ofenden
fácilmente por malas palabras pueden desear leer algo diferente a esta historia.

Notas de la autora:

Escrito: 3 al 7 de noviembre de 2014.

Una vez más, gracias por tu ayuda, Wendy Arthur :)

Como de costumbre, me gustaría dar las GRACIAS a mis compañeros de AUSXIP


Talking Xena, especialmente a las chicas y chicos de Subtext Central. Realmente
aprecio su apoyo. ¡Gracias a todos! :D
INDICE
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Capítulo 1

Fábrica de juguetes de Papá Noel #3

Snowyvale, Groenlandia, cerca del Polo Norte.

24 de diciembre a las 18:00 horas

La enorme fábrica subterránea resonaba con los sonidos creados por los cientos de
elfos que trabajaban en las líneas de montaje. En un extremo de la cinta transportadora
que serpenteaba a través de la planta, las materias primas llegaban a intervalos regulares.
A lo largo de la línea, los juguetes se ensamblaban y se sometían a un estricto control de
calidad antes de empaquetarlos en cajas de colores y envolverlos en papel de seda
igualmente colorido de muchos diseños diferentes.
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Una vez que se completaban los obsequios, se les pegaban pequeñas calcomanías que
se correlacionaban con los detalles de envío en la lista de deseos enviada a Santa por los
niños del mundo, sin mencionar a muchos adultos. El supervisor mayor el elfo Knarli se
encargaba de eso personalmente, y el sensato anciano, cuyo lema era “La risa es algo
muy serio”, se aseguraba de que cada obsequio recibiera la información adecuada.

El muelle de carga estaba ubicado en el otro extremo de la planta. Los obsequios


completados se llevaban al espacio abierto en cajas que luego los elfos más fuertes
guardaban en docenas de trineos pesados de carga que esperaban. Los trineos
completamente cargados salían constantemente del muelle para salir al mundo y distribuir
los muchos regalos, pero pronto eran reemplazados por trineos vacíos que regresaban de
un recorrido.

Cada trineo era tirado por cuatro renos, y con los animales, sus cuidadores, los elfos
trabajadores y los conductores de trineos, la enorme sala semiabierta bullía de actividad.
Para mantener el ánimo de todos en la noche más ajetreada del año, la música fuerte y
alegre sonaba a todo volumen desde los altavoces a lo largo de las paredes del muelle que
estaban decoradas con todo tipo de oropeles y adornos imaginables.

En una mesa en una parte algo tranquila de la sala, cuatro conductores jugaban a las
cartas mientras cargaban sus trineos. El desorden en la mesa redonda en la que estaban
sentados demostraba que habían estado allí por un tiempo: no solo había botellas vacías
de cerveza blanca dulce por todas partes, una pequeña bandeja de vidrio estaba llena más
allá de su capacidad con envoltorios de dulces y palitos de piruletas gastados.
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La elfa Rockabye “Rocky” bajó su mano potencialmente ganadora de Olsen y miró


por encima del borde de las coloridas cartas para detectar a la oposición con sus astutos
ojos azul hielo. Los otros tres conductores de trineo, Jasper, Sven y Valdemar, tenían más
cartas que ella, dejándola en una buena posición para ganar la ronda. Jasper, el conductor
a la izquierda de Rocky, tomó una carta del mazo, pero soltó una maldición en silencio
cuando no le sirvió de nada.

Los cuatro iban vestidos con la indumentaria típica de los conductores de trineos de
larga distancia: botines negros, pantalón aislante verde oscuro con cinturón de cuero
negro, chaqueta cruzada verde oscuro y finalmente un pañuelo al cuello de un color
especial que se basaba en sus años de antigüedad. Todos comenzaron con un pañuelo
verde, luego amarillo, luego rojo y finalmente negro para mostrar que eran ancianos que
debían ser tratados con respeto.

El pañuelo de Rocky era rojo al igual que los de dos de sus oponentes. El último
hombre, Valdemar, vestía un pañuelo negro, pero su avanzada edad y mayor experiencia
no parecían ayudar mucho a la hora de jugar Olsen.

Mientras esperaba que el juego volviera a dar la vuelta a la mesa, aprovechó para
estudiar la diferencia entre ella y los demás conductores: aunque todos mostraban con
orgullo sus orejas puntiagudas, su color no podía ser más diferente. Ella ciertamente
sobresalía de la norma entre los elfos -que era de ochenta y seis centímetros como 6
máximo, cabello rojo, ojos verdes y piel pálida con una tez rojiza-, con su cuerpo de un
metro, cabello negro, ojos azules y piel bronceada.

Ella era el resultado de una cita secreta y muy romántica entre una Lady elfa local y
un apuesto sureño que había estado trabajando en la Administración Central como
consultor de intercambio. Le había causado a Rocky un punto ocasional de dolor a lo
largo de los años, pero en general, estaba por encima de todo. Cuando los otros elfos
vieron lo bien que lo hacía como conductora de larga distancia, las críticas y otros
comentarios eventualmente terminaron.

Cruzando sus piernas cortas hacia el otro lado, Rocky dejó que su lengua se deslizara
a lo largo de sus dientes frontales mientras extendía la mano para tomar la carta de la
encima del mazo. Tréboles, nada bueno. Gruñendo, tuvo que pegarla junto a sus dos
corazones y esperar otro pase.

“¡Ahora escuchen esto!” dijeron los altavoces todos al unísono, ahogando la alegre
música. “Santa ha completado el primer viaje y no ha informado de ningún problema.
¡Está de regreso al Castillo de Hielo para conseguir una nueva carga”

Una ovación de:

—¡Hurra! —se escuchó en todo el muelle de carga cuando las buenas noticias crearon
una ráfaga de actividad entre los trabajadores elfos, quienes agregaron un poco más de
empuje para preparar los trineos para salir en la Noche de las Noches.
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—Buenas noticias para el gran jefe —dijo Valdemar mientras tomaba una carta del
mazo. Cuando no le dio nada más que otra carta para su creciente colección, arrugó la
cara y la colocó con las demás.

—Sí —dijo Rocky mirando con cautela la carta que estaba encima del montón de
rechazadas. Coincidía con lo que tenía, así que cuando fue su turno, pudo dejar dos de sus
corazones, dejándola con una sola carta. El movimiento le valió una ronda de gruñidos
de sus oponentes a los que respondió con una amplia sonrisa.

La próxima vez, la carta del montón de rechazadas no la ayudó, así que tuvo que
elegir una nueva carta. Antes de levantarla del montón, entrecerró los ojos y le echó un
vistazo.

»¡Guau! —gritó arrebatando el ocho de tréboles—. ¡Tréboles! ¡Y eso es un Olsen!


¡Véanlos y lloren, muchachos! —continuó tirando el ocho y su última carta, la jota de
tréboles.

Los otros jugadores gruñeron en voz alta, pero empujaron las apuestas (cada jugador
necesitaba proporcionar una rana de chocolate con un centro de caramelo suave), más
cerca del lado de la mesa redonda de Rocky.

»Vaya, gracias... muchas gracias, muchachos —dijo Rocky recogiendo las tres ranas 7
y colocándolas en un pequeño montón ordenado.

—¡Hola! Por favor, ¿alguien puede decirme dónde puedo encontrar a elfa Rockabye?
—dijo una voz femenina en algún lugar detrás de la mesa de juego.

—La has encontrado. ¿Está listo mi trineo? —dijo Rocky y reunió las cartas para
poder barajarlas para la siguiente ronda. Al darse la vuelta, notó que la elfa que le hablaba
no era una de las que trabajaban en los trineos, sino una joven elfa del personal
administrativo. Detrás de ella había una elfa aún más joven con el atuendo más lindo y
limpio que Rocky había visto en su vida. La más joven de las dos elfas jugueteaba con
sus manos y seguía moviéndose de un lado a otro en el mismo lugar.

—Me temo que no lo sé, Rockabye —dijo la secretaria y pareció empujar a la joven
elfa más adelante—. Necesito decirte que elfo Benny no se unirá a ti hoy. Ha recaído.

—¡Algodón de azúcar! ¿Otra vez? —dijo Rocky bajando las cartas.

—Me temo que sí.

La joven elfa miró a Rocky y luego a los otros conductores de trineo experimentados
antes de atreverse a hablar.

—Espero que no se haya golpeado la cabeza —chilló mirando apresuradamente sus


botas nuevas y relucientes.
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Unos segundos de silencio atónito fueron seguidos por risas de incredulidad de los
conductores experimentados alrededor de la mesa, pero las risas se detuvieron cuando
Rockabye lanzó una mirada azul a sus compañeros de juego.

—Está bien, sucede —dijo y se volvió hacia las dos elfas—. ¿Eso significa que tengo
el día libre?

—Me temo que no —dijo la secretaria y una vez más empujó a la joven elfa hacia
adelante—. La gerencia ha enviado a la joven señorita elfa Epilotta aquí para que venga
esta noche. Acaba de salir de la Academia.

Rocky frunció el ceño y miró a la joven elfa más de cerca. Como la mayoría de sus
compañeros elfos, Epilotta tenía el cabello rojo llameante, ojos verdes brillantes y piel
blanca como la leche excepto por sus mejillas que lucían un par de manchas rojas sin
duda provocadas por la emoción. Incluso más allá del traje completamente nuevo y
relucientemente limpio, cada parte de ella gritaba Novata, incluso hasta la forma en que
se paraba con los brazos.

—Hmmm... está bien —dijo Rocky y se levantó de su silla—. Gracias. Nos


encargaremos desde aquí.

La secretaria le sonrió a la conductora antes de darse la vuelta y caminar de regreso 8


hacia una de las grandes puertas de la concurrida zona de carga.

—Sí —dijo Rocky y una vez más miró a la novata de cara fresca—. Epilotta, ¿quieres
jugar una mano de cartas mientras esperamos una carga?

—Oh, n-no, gracias, señorita Rockabye. Y por favor... llámenme Lotta —chilló la
joven elfa, mirando a los experimentados jugadores.

—Lotta. Ese es un lindo nombre. Ellos son Jasper, Sven y Valdemar, y ya sabes mi
nombre, aunque prefiero Rocky, no Rockabye. ¿Por qué no te presentas alrededor de la
mesa? —dijo Rocky e hizo un amplio gesto a los demás.

Epilotta saltó adelante como si le hubieran pinchado una chincheta. Apresuradamente


extendió su brazo y se inclinó varias veces a cada uno de los elfos mayores antes de juntar
sus brazos en la antigua tradición de los elfos.

—Señor, ¿cómo está? Soy elfa Epilotta... Señor, ¿cómo está usted? Soy elfa
Epilotta... Señor, ¿cómo está? Soy elfa Epilotta...

—Creo que te escuchamos la primera vez, Lotta —dijo Rocky con una sonrisa
cuando fue su turno.

—Oh... por supuesto. ¿Cómo está? Si- uh... señora. Soy Epi…

—Ah, eso sería señorita.


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—Disculpe, señorita. Señorita, ¿cómo está? Soy elfa Epilotta —dijo Lotta mientras
le daba un fuerte apretón al brazo de Rocky.

Rocky sonrió ante la perplejidad de la joven aprendiz, pero al mismo tiempo, estaba
sorprendida por la fuerza de su brazo. Lotta era delgada hasta el punto de parecer flaca o
incluso frágil, pero había un poder real en su agarre.

—Oh, me siento excelente. Recién salida de la Academia, ¿eh?

—Sí, señorita.

—¿Cuál es tu especialidad?

Por una vez, Lotta permitió que una sonrisa apareciera brevemente en sus labios, pero
la eliminó de inmediato para que no pareciera que era engreída.

—Caída de la chimenea. Terminé como la mejor de mi clase en planificación y


ejecución en general... aunque un punto... o tal vez dos... fueron restados debido a un
pequeño problema con mi estilo de deslizarme.

—Estilo… —dijo Rocky encogiéndose de hombros casualmente—. Deslizarte abajo


no es el problema a menos que te quedes atascado a mitad de camino. Es la vuelta a la 9
parte de arriba que es el verdadero monstruo de las cosquillas. ¿No es así, muchachos?

—Ah... sí. Sí, estoy de acuerdo —dijo Lotta asintiendo con cuidado.

Los otros jugadores de cartas asintieron y también gruñeron. Uno de ellos levantó la
baraja, pero Rocky negó con la cabeza y recogió sus ganancias de la rana de chocolate.

—Lo siento, muchachos, ahora tengo que encargarme de la novata. Nos vemos más
tarde.

Se intercambiaron una ronda de nos vemos y mantenerse seguro antes de que Rocky
pusiera una mano en la espalda de Lotta y le diera una pequeña palmadita.

—Lotta, ¿has estado aquí antes? ¿En el muelle de carga, quiero decir? —dijo y se
puso en marcha lentamente.

—Sí, estuvimos aquí un par de veces en clase —dijo la elfa más joven y cayó en un
movimiento lento similar—. Creo que es tan emocionante aquí abajo, si puedo ser franca.

—¿Por qué no deberías serlo? —dijo Rocky y le lanzó a Lotta una mirada perpleja—
. No, déjame adivinar... tus viejos y estirados profesores te decían que siempre
mantuvieras a tu verdadero elfo dentro, ¿verdad?

Devolviendo la mirada perpleja, Lotta parpadeó un par de veces cuando se dio cuenta
de que la brusca elfa sabía la razón exacta.
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—Oh... sí... de hecho. Somos sirvientes y se supone que debemos comportarnos como
tales. Eso es lo que siempre me han dicho...

—Qué carga de papilla de ciruelas azucaradas, perdona mi vocabulario explícito en


esta gloriosa noche. No, no somos sirvientes, y sí, tu elfa necesita salir. Esa es mi forma
de vida, y solo puedo sugerirte que sigas “un camino similar” —dijo Rocky y golpeó su
puño contra su pecho, demostrando sin lugar a dudas que había querido decir lo que había
dicho.

Lotta se sonrojó y se miró las botas brillantes.

—Lo intentaré —chilló.

—Lo suficientemente bueno para mí. Es un mundo diferente en el cielo en


comparación con los tomos viejos y polvorientos. Lo descubrirás muy pronto. Oye... —
dijo Rocky y se detuvo.

Lotta se detuvo en un centavo y miró con los ojos muy abiertos la elfa mayor.

Al principio, el rostro de Rocky era pasivo, pero pronto se abrió en una sonrisa
cuando extendió el brazo.
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—Bienvenida al equipo, Lotta. Estás bien. Puedo decir por la forma en que te
comportas que vamos a pasar un buen rato esta noche.

Poniendo los ojos en blanco aliviada, Lotta dejó escapar un profundo suspiro
mientras volvía a agarrar el brazo de Rocky.

—Oh, gracias… estaba tan preocupada de que estuvieras a punto de enviarme a


empacar… —murmuró mientras le daba varios apretones al brazo de la elfa mayor.

—Nah. ¿Quieres una rana de chocolate? —dijo Rocky y levantó la primera de sus
ganancias.

—Oh, no me gustaría tomar tus premios...

Rocky sonrió y movió un poco a la rana.

—Lo que fácil viene, fácil se va.

—¡Muy bien entonces! —dijo Lotta agarró la golosina de chocolate que le ofrecían
y mordió la mitad de un solo bocado, para asombro de Rocky.

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La actividad en el muelle de carga solo se hizo más intensa a medida que avanzaba
la noche. Más y más trineos salían de las enormes puertas dobles con cargas tan pesadas
que los cuatro renos que los tiraban necesitaban toda la pista fuera de la fábrica para
despegar.

El asunto de preparar los trineos parecía desorganizado y hasta caótico, pero todo
seguía un plan estricto. Los trineos vacíos que regresaban eran enviados al otro extremo
del muelle para que las bestias de carga pudieran cambiarse por renos más frescos. Una
vez que los nuevos animales estaban listos, el conductor o un elfo de maniobras conducía
el trineo hasta los muelles de carga donde retrocedía hasta la rampa para poder cargar el
siguiente lote de regalos en el trineo.

Por lo general, un puñado de trineos se mantenía en reserva en caso de que uno de


los regulares regresara con un problema como un armazón roto o un patín agrietado, o no
regresara en absoluto, pero en la Noche de las Noches, eran todos llamados al servicio.

Rocky y Lotta se arrastraron por el suelo del muelle de carga para llegar al trineo de
Rocky que todavía estaba estacionado en la rampa recibiendo su próxima carga. De vez
en cuando, asentía, sacudía la cabeza o simplemente gruñía ante el interminable torrente
de palabras que salían de la boca de Lotta.

Los ojos de la joven elfa estaban fuera de foco mientras observaba las coloridas 11
actividades en el muelle, y ni siquiera se dio cuenta de que se estaba acercando demasiado
a la pista por su propio bien.

—... pero estaba decidida a mostrarles a mis padres que una niña elfa podía trabajar
como repartidora de regalos. Quiero decir, ¿por qué nosotros no podríamos? Todo lo que
se necesita son habilidades y agilidad, y las tengo a montones. Muy bien, no podría
trabajar como cargador, soy demasiado pequeña para eso y mi espalda simplemente se
rendiría, pero un repartidor de regalos... ¿por qué no? Schmut, baja por el tobogán...
schmut, retrocede. Fui la mejor escaladora de mi clase. Y, además, no es como si yo...

Rocky suspiró para sus adentros y siguió asintiendo en los lugares apropiados. Estaba
empezando a arrepentirse de haberle dicho a la joven aprendiz que dejara salir su elfa
interior; no esperaba que la elfa de Epilotta fuera tan prolija.

—¡Oye! ¡Despejen la pista! ¡El trineo viene! —alguien rugió desde el otro extremo
de la larga y recta franja.

Rocky salió de sus pensamientos y se dio la vuelta para ver a Lotta desviarse hacia
la pista profundamente inmersa en su continua conversación unilateral. Un equipo de
cuatro renos ya había salido de los muelles y corría por la pista para obtener una cabeza
de vapor lo suficientemente grande como para despegar.

—¡Epilotta! ¡Saca tu trasero de algodón de azúcar de la pista! —gritó Rocky,


apresurándose hacia su socia más joven y sacándola de la pista. Momentos después, los
cuatro renos y el trineo completamente cargado pasaron a toda velocidad junto a las dos
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elfas, creando una corriente lateral tan fuerte que el cabello y la ropa de la elfa más joven
se agitaron. A medida que pasaba, se escucharon algunos comentarios selectos del
conductor del trineo y su repartidor de regalos.

—¡Ohhhhhhhh! —aulló Lotta envolviéndose alrededor de la elfa mayor que la había


salvado.

Rocky negó con la cabeza y le lanzó a la aprendiz una mirada azul oscura para hacerle
saber que estaba a punto de recibir UNA SEVERA CHARLA.

—¡Mazorca de maíz! ¡Presta atención a tu entorno, novata! ¡Casi te metes en


problemas allí! Seguro que te habrías convertido en mermelada de fresa. Lo vi hace un
par de años... no quiero volver a verlo, ¡Muchísimas gracias!

Una vez que la mandíbula de Lotta se aflojó lo suficiente como para poder hablar,
miró a Rocky con una sonrisa de disculpa, por no mencionar muy nerviosa, en su rostro.

—G-gracias... eso estuvo demasiado cerca.

—¡Ya no me digas! Lotta, esto no es un aula. Tienes que mirar por dónde vas aquí.
¿Estás bien?
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—Estoy buh... buh... b-bien. Gracias.

—De nada —dijo Rocky y se soltó del agarre de la elfa más joven antes de que los
demás se dieran cuenta y se burlaran de ella por lo rápido que había podido poner sus
patas sobre la aprendiz—. Ahora... ¿qué tal si vamos en silencio... y quiero decir en
silencio... hacia los muelles para que pueda mostrarte mi trineo? ¿Eh?

—O está bien —dijo Lotta, asintiendo.

El trineo de Rocky estaba casi lleno cuando llegaron allí, pero los elfos trabajadores
todavía estaban cargando mercancías en la plataforma detrás del banco. Una breve
conversación con el maestro de carga demostró que estaban esperando una caja especial
que se había retrasado en la línea de montaje.

—Vamos a usar el descanso para que te familiarices con tu espacio de trabajo durante
las próximas dos horas, Lotta. Ven aquí —dijo Rocky y le indicó a la joven e
impresionable aprendiz que se acercara al trineo—. Mira aquí, ¿no es hermoso?

Rocky hizo un amplio gesto hacia un trineo de madera pintado principalmente en


carmesí y verde bosque. Los patines de intrincado diseño estaban hechos de acero
inoxidable, y las coloridas y elaboradas tallas élficas cubrían hasta la última pieza de la
superficie disponible, aparte de la propia plataforma y el pequeño cartel que decía
Servicio de entrega de paquetes de Rocky.
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El banco tenía una cubierta de asiento forrada de piel integrada que mantendría sus
traseros felices incluso después de la sexta hora en el cielo, y el asiento en sí podía abrirse
para que pudieran almacenar adentro todo su equipo necesario, principalmente las bebidas
gaseosas de Rocky, piruletas, pan de jengibre y chocolatinas variadas, pero también sus
gafas de nieve, los mapas y los manifiestos de carga.

»¿No es hermoso? —dijo Rocky y pasó los dedos por las coloridas tallas—. No los
hice, por supuesto, pero elegí los motivos. Siguiendo nuestra tradición, están
representando a mis antepasados.

—Oh, eso es tan bueno —dijo Lotta y se inclinó para estudiar las tallas—. ¿El
servicio de entrega de paquetes de Rocky? Entonces, ¿este es tu propio trineo?

Rocky asintió y abrió el asiento para asegurarse de que sus propias gafas protectoras
estuvieran listas. Mirando al maestro de carga, pudo ver que no tenían mucho tiempo
antes de salir. Dos elfos trabajadores estaban empujando la última caja sobre la
plataforma, lo que hizo que el trineo de madera crujiera y gimiera bajo el peso adicional.

—Sí, soy propietaria-operadora. Así es como me gano la vida. Trabajo casi todo el
año... cumpleaños, aniversarios, cosas así, pero, por supuesto, la temporada navideña es
donde vienen las grandes asignaciones. Escucha, Lotta... no pasará mucho tiempo antes
de que nos vayamos. Ahora necesito escoger los renos. Puedes venir o… 13
—¡Sí! ¡Por favor! —dijo Lotta saltando arriba y abajo y aplaudiendo con alegría. De
repente se dio cuenta, cuando el jefe de carga dejó escapar una carcajada por sus
payasadas, que se estaba destacando de nuevo. Tras tragar saliva, se apresuró a mirar sus
botas.

Rocky se llevó las manos a las caderas y le disparó al maestro de carga y a los elfos
más cercanos una mirada azul oscuro que los hizo callar y volver al trabajo.

—¡Ja, ja! Eso no es gracioso, muchachos. Ustedes también fueron nuevos, una vez...
¿o tal vez no pueden recordar porque fue hace tanto tiempo?

—Oh, no tienes que… —murmuró Lotta, pero Rocky la interrumpió con un gesto
decisivo.

—Sí. Muy bien, vamos a buscar a los animales —dijo Rocky y pasó un brazo
alrededor de los hombros caídos del aprendiz—. Una vez que tengamos un equipo
completo, necesitamos abastecernos para la noche... almuerzo y refrigerios y cualquier
otra cosa que necesitemos. Confía en mí, va a ser un largo recorrido esta noche.

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Como todo lo demás en el muelle de carga, el corral del otro extremo bullía de
actividad. Los cuidadores de los renos trabajaban arduamente cuidando a las bestias de
carga; los herreros revisando los arneses en busca de desgaste, los peluqueros
manteniendo las pieles brillantes y saludables, los veterinarios comprobando las patas y
los cascos, los alimentadores colocando morrales en los venados que necesitaban uno, y
los recolectores de excrementos corriendo con bolsas de lona y palas anchas para recoger
lo que salía por el otro extremo.

Cerca de ochenta renos se recuperaban de los paseos en trineo dentro del corral, y
como resultado, el aire no olía precisamente a chocolate y miel. Para Rocky no era nada
nuevo, pero Lotta contuvo la respiración y se tapó las fosas nasales con fuerza.

—Hola, Canute —le dijo Rocky a uno de los peluqueros, un elfo mayor y un poco
barrigudo que vestía un mono verde, un pañuelo negro y un par de guantes de aseo que le
llegaban hasta los codos—. ¿Cómo están hoy los niños y niñas?

El elfo mayor se apartó del reno que estaba acicalando y se secó la frente sudorosa
con la manga.

—Muy bien, Rockabye. Tuvimos que poner a un par en la lista de enfermos, Gustaf
y Fifi. Estaban agotados por una carga pesada. Sin embargo, el resto están estupendos.
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—Bien, bien. Oye, Canute, te presento a mi nueva repartidora, Epilotta. Benny ha
recaído otra vez.

—¿Otra vez? —dijo Canute y puso los ojos en blanco—. Hola, señorita. No puedo
sujetar su brazo en este momento, como puede ver —continuó sosteniendo los guantes
especiales de aseo.

—Ogga, Cammute —dijo Lotta. Sus fosas nasales pellizcadas hacían que su voz
sonara graciosa, por lo que el anciano no la entendió al principio. Moviéndose como un
rayo, se quitó los dedos de la nariz para decir—: Hola, Canute, —antes de volver a
ponerse el pellizco.

Rocky se sonrió y se acercó para palmear el hombro de Lotta.

—Es una novata, así que tendrás que disculpar su nariz sensible. De todos modos,
¿qué tienes para mí esta noche?

—¡Vaya! —dijo Lotta olvidándose momentáneamente del fuerte olor—. Oh,


¿podemos tener Prancer y Vixen y Donner y Blitzen? —continuó, moviéndose alrededor
en el lugar. Los olores pronto la alcanzaron y se golpeó la nariz con los dedos.

Canute le dedicó una sonrisa torcida y perpleja antes de volverse hacia Rocky.

—Realmente es una novata, ¿eh? —dijo y agregó un guiño—. No, Epilotta, esos
venados son del gran jefe. Son de Santa.
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—Oh… debería haberlo sabido —dijo Lotta alrededor de sus dedos.

—Pero puedes quedarte con Wreck1, Mutt2, Lillyputty3 y Bob —dijo Canute y señaló
con uno de sus guantes de aseo los renos en cuestión.

La mandíbula de Lotta se aflojó y se deslizó hasta la mitad de su pecho ante los


coloridos nombres, pero cuando miró a Rocky para ver si había sido una broma, la elfa
mayor le mostró a Canute un pulgar hacia arriba y se alejó arrastrando los pies hacia las
bestias.

—Wreck, Mutt... ¿Lillyputty? ¡¿Y Bob?! —gritó Lotta demasiado sorprendida para
seguir a su mentora.

Rocky eligió a los cuatro animales del grupo y tomó las riendas de Wreck y Mutt.
Un elfo joven, uno de los recolectores de excrementos que necesitaba un descanso, tomó
las riendas de las otras dos bestias.

—Gracias, Canute. Vamos —dijo Rocky con una sonrisa mientras pasaba junto a la
estupefacta Lotta en su camino de regreso a los muelles de carga.

Congelada en el lugar, Lotta permaneció de pie durante unos segundos antes de darse
cuenta de que realmente estaba sucediendo. Gruñendo, se apresuró tras Rocky y el 15
recogedor que ya habían recorrido una buena parte del camino.

—Espera... espera, Rockabye... Wreck, Mutt, Lillyputty y... ¿y Bob?

—Sí.

—¿Bob? ¿Por qué Bob?

—¿Qué le pasa a Bob? Cuidado, caca-caca —dijo Rocky y señaló brevemente el


suelo para que la aprendiz no pisara los excrementos de los renos.

—Gracias. Bueno, Bob... Bob no es particularmente poético... o romántico.

—¿Debería ser? Son bestias de carga... B, O, B4, ¿entiendes?

—Oh... uh... está bien —dijo Lotta y se rascó la mejilla sonrojada. Cuando quedó
claro que Rocky no tenía nada que agregar al intercambio, Lotta se deslizó hacia Lillyputt
y tiró de las riendas para que el recogedor que tiraba de él entendiera que quería guiar al
reno el resto del camino.

1 Wreck: Naufragio.
2 Mutt: Tonto.
3 Lillyputty: Plastilina.
4 B,O,B: En inglés beasts of burden, bestias de carga.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

De vuelta en el trineo, Rocky y el recogedor de excrementos engancharon los cuatro


renos a los arneses mientras Lotta observaba el proceso desde una distancia segura. Wreck
grande y fuerte era el reno líder, pero Lotta estaba terriblemente decepcionada de que sus
cuernos no fueran particularmente impresionantes y, mucho, mucho peor, su nariz
tampoco brillaba roja como la de Rudolph.

Después de despedirse del recogedor, Rocky se subió al trineo y abrió la tapa del
banco. Rebuscó durante unos segundos antes de encontrar lo que buscaba.

—Oye, Lotta, ven aquí —dijo tratando de ocultar dos artículos con su pequeña mano
bronceada.

—Uh... no da miedo, ¿verdad?

—Absolutamente no. Son un par de regalos para ti. Mira —dijo Rocky y levantó un
par de anteojos y un gorro antiguo del equipo A de Santa elaborado por expertos en
terciopelo rojo. Forrado de piel y con una bola dorada al final del cono flexible, era
inconfundiblemente auténtico y no una falsificación producida en serie y mal ajustada
que se podía comprar en la tienda de regalos de Ice Castle por siete coronas.
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Los ojos de Lotta se agrandaron más y más al ver el gorro que solo unos pocos
elegidos podían usar. Si un elfo había ido más allá del llamado del deber para entregar los
regalos de los que era responsable, Santa entregaría uno y solo un, gorro de terciopelo
rojo a ese elfo para marcar la ocasión. No sucedía todos los años, ni siquiera sucedía cada
cinco años, por lo que los pocos afortunados que recibieron los gorros alcanzaron un
estatus legendario en el mundo de los elfos.

Pronto, la elfa junior se obsesionó tanto con el gorro de terciopelo rojo del equipo A
qué se olvidó por completo de respirar.

—Sí —continuó Rocky sin darse cuenta de la reacción de Lotta—. Estaba pensando
que, dado que puedes hacer tu primer recorrido en esta gloriosa noche, debería celebrarse
con estilo. Ahora, esto obviamente es solo un préstamo, es de Benny de días más felices,
pero si haces un trabajo sólido esta noche, Yo... Yo... ¿Lotta? ¿Lotta? ¿Epilotta...? ¡Oye!

Lotta levantó las manos en el aire y respiró tan hondo que parecía que no quería dejar
nada de oxígeno para el resto del mundo de los elfos. Sacudió la cabeza y apartó la mirada
atónita del gorro de terciopelo para mirar a Rocky a los ojos.

—Perdón... ¿estabas diciendo?

—Este es el gorro de Benny, pero si haces un buen trabajo esta noche, me aseguraré
de anotarlo en mi informe —dijo Rocky y le entregó la preciada posesión a la joven
aprendiz, quien simplemente la miró fijamente—. Obviamente no te dará un gorro de
terciopelo propio, pero te dará un buen comienzo en tu carrera.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Voy a trabajar duro esta noche, Rockabye... lo prometo —dijo Lotta y asintió con
fuerza.

—Sé que lo harás.

Mientras Lotta ahuecaba el gorro y dejaba que el borde forrado de piel se deslizara
sobre sus mechones rojos, volvió a mirar a su mentora y captó el final de una mirada
melancólica en los ojos azul hielo.

—¿No tienes un gorro de terciopelo propio? —dijo tirando del gorro torcido como
se suponía que debía sentarse.

—No. Muy bien, vamos a montar —dijo Rocky quizás un poco demasiado rápido
antes de subir nuevamente a la cabina abierta del trineo. Cerró la tapa del banco y
acomodó su trasero en la piel—. Acomódate, Lotta... estamos a punto de ir a trabajar.

17
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Capítulo 2

Unos minutos más tarde, Rocky agarraba con fuerza las cuatro riendas. Al frente, sus
renos estaban inquietos y bramaban, una clara señal de que estaban listos para partir.
Aunque no bramaba, todavía, Lotta estaba tan inquieta como los animales y se movía de
izquierda a derecha en el banco con todo su vértigo y emoción. Tenía un agarre firme en
la barandilla de metal frente a ella por si acaso.

Detrás de ellos en la rampa de carga, el maestro de carga agitó su brazo para indicar
que estaban listos para partir.

—¡Está todo despejado, Rocky! —gritó haciendo sonar un silbato para que la
conductora supiera que podía rodar hasta la pista.

—¡Nos vemos en un rato, campeón! —gritó Rocky mientras golpeaba las riendas—
. Ve Wreck... lentamente... hacia la pista, chico.

Acompañado por un chillido sordo de Lotta, el trineo despegó de la rampa de carga


18
con un tirón perezoso. Los patines engrasados funcionaron como debían, y el trineo
completamente cargado se deslizó por la superficie para llegar al final de la pista.

Una vez allí, Rocky estiró el cuello para mirar al controlador de vuelo que le indicó
desde una pequeña torre que era seguro despegar agitando una bandera verde con un árbol
de Navidad.

—¡Y aquí vamos! ¡Vamos Wreck, vamos Mutt, vamos Lillyputty, vamos Bob! —
gritó golpeando las riendas para que los animales supieran que era hora de ir a trabajar.

—Bob... quiero decir, eso no está bien... simplemente no está bien... —murmuró
Lotta, pero pronto tuvo otras cosas en mente.

Wreck y el resto del equipo despegaron a un trote lento que fue ganando
gradualmente velocidad. Poco a poco, los cuatro renos aumentaron su trote hasta que sus
patas se movieron en un borrón. El pesado trineo no era fácil de tirar, pero los patines
engrasados lo ayudaron reduciendo la fricción.

Para Lotta, el final de la pista parecía acercarse a ellas sigilosamente demasiado


rápido, y su agarre en la barandilla de metal se volvió más y más firme. Aunque el trineo
corría por la pista con las dieciséis patas del reno trabajando como locas, parecía que
estaban en un curso de colisión directa con las vastas colinas nevadas más allá del final
de la pista.

»Yo-yo-yo-yo no creo que lo looooooooooooooooooooooo…


UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

En el último momento, Wreck y su equipo llevaron el trineo completamente cargado


a una velocidad segura de despegue, y los renos se levantaron de la pista con toda la
facilidad del mundo. El trineo salió disparado por las grandes puertas con mucho espacio
de sobra y pronto estaba subiendo a la altitud preestablecida.

—…oooooooooooooooooooogremos... oh... mi corazón —graznó Lotta cayendo


contra el respaldo del banco. Se levantó brevemente las gafas para limpiarse la frente,
pero se arrepintió de inmediato cuando se encontró con un montón de nieve en la cara
debido a la ventisca que siempre rugía en el área para ocultar la fábrica de juguetes de las
miradas indiscretas del mundo.

Rocky se rio por lo bajo y soltó las riendas para que Wreck, Mutt, Lillyputty y Bob
pudieran ir a su propio ritmo. Los animales tenían la experiencia suficiente para no
estresarse demasiado pronto en la carrera, y se establecieron en una cadencia rápida pero
frugal que podría llevarlos a la mitad del mundo si fuera necesario.

El vuelo navideño no tardó mucho en atravesar el borde de la tormenta de nieve y


entrar en un corredor más tranquilo. Una vez que Rocky pudo ver a dónde se dirigían,
golpeó suavemente las riendas para que Wreck subiera a su altitud de crucero preferida
de trescientos cincuenta metros. Cuando la tormenta desapareció detrás de ellas, fueron
envueltas por la oscuridad de la noche helada que les permitió ver la luna llena y la
infinidad de estrellas en lo alto. 19
—Lotta, ahora puedes quitarte las gafas. Hemos despejado la tormenta —dijo Rocky
y colgó su propio juego en el poste junto a ella.

Lotta hizo lo que se le ordenó y se limpió los últimos copos de nieve del incidente
anterior de su nariz, pero luego se congeló en su lugar y miró con los ojos muy abiertos
el esplendor que los rodeaba. No solo tenían una vista completa del cielo oscuro arriba,
sino que la luz azul fantasmal de la luna llena se reflejaba en el interminable paisaje helado
debajo que se extendía hasta el horizonte por todos lados.

Aunque iban a buen ritmo, la inmensidad de la tierra debajo hacía parecer que estaban
parados en el aire. Lotta estiró el cuello de un lado a otro para asimilarlo todo; incluso
trató de sacar una mano del trineo para sentir la resistencia del viento. De repente dejó
escapar un chillido emocionado que casi hizo que Rocky perdiera el control de las riendas,
pero eso no fue nada comparado con el aullido de alegría que Lotta soltó solo un momento
después.

—¡No puedo creeeeeeeer que por fin estoy aquí! ¡Oh, muchas gracias por permitirme
venir contigo esta noche! ¡No sabes cuánto significa para mí!

—Creo que tengo una pista —dijo Rocky con una sonrisa.

—He soñado con esto durante años y años. Desde que era una pequeña elfa... desde
que empecé en la Academia, he soñado con volar por los aires corriendo... especialmente
en la Noche de las Noches... oh, No puedo esperar hasta que lleguemos a nuestra primera
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

parada. Rockabye, te prometo que haré lo mejor que pueda. ¡Seré la mejor repartidora de
regalos con la que hayas trabajado! Siempre he... ¡mira! Osos polares ¡Osos polares! ¿Los
has visto? ¡Estaban justo ahí abajo!

Rocky le dedicó una amplia sonrisa a su nueva y vivaracha compañera; por lo menos,
era un cambio como del día a la noche del malhumorado Benny.

—Lo sé, Lotta. Los veo en cada viaje.

—¡Oh, esto me encanta! —aulló Lotta golpeando el aire con deleite.

₪₪₪₪₪

Más tarde, Rocky cambió la dirección y llevó al equipo de renos a un pueblo de


tamaño mediano que iba a ser su primera parada de la noche. En el pueblo habían caído
fuertes nevadas durante el día, y todas las calles y techos estaban cubiertos de blanco.
Guirnaldas multicolores adornaban muchos de los edificios, y se había erigido un alto
árbol de Navidad envuelto en luces rojas, verdes y azules en una plaza en la parte este del 20
pueblo.

Aquí y allá, columnas de humo se elevaban de las chimeneas, lo que hizo que Lotta
arrugara la nariz con nerviosa anticipación.

—Vaya... vaya —dijo Rocky y tiró de las riendas para que el equipo se detuviera en
el aire—. Alto, Wreck... eso es todo, muchacho. Sí, buen trabajo, buen trabajo. Estás
bien... ¿Lotta?

—Estoy lista —chilló la aprendiz soltando su agarre mortal sobre el manifiesto de


carga. Leyó las primeras líneas y se puso de pie para mirar la plataforma detrás de ella.
No le tomó mucho tiempo encontrar los dos regalos que se suponía que debía dejar en su
primera parada: una caja cuadrada envuelta en papel de seda púrpura y un obsequio
oblongo con forma de huevo que en realidad solo podía ser una pelota de fútbol.

»Está bien, puedo hacer esto... puedo hacer esto... puedo hacer esto —cantó mientras
subía a la plataforma y tomaba los dos regalos. Después de colocar uno debajo de cada
brazo, dio un largo paso desde el costado del trineo hacia el techo cubierto de nieve
debajo.

Sus resistentes botas ofrecían mucho agarre y no se tambaleó en absoluto en su


camino hacia la chimenea. Una rápida mirada al abismo negro comprobó que no se había
encendido ningún fuego. Lanzó una mirada de preocupación a Rocky antes de dar un salto
y deslizarse por el conducto negro con un:
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

»¡Yo-jo-hooo!

Abajo, en la sala de estar, Lotta aterrizó con gracia en el fondo de la chimenea. Todo
estaba oscuro y silencioso, pero se agachó para presentar el objetivo más pequeño posible
como le habían enseñado. Después de algunas respiraciones profundas para controlar su
ritmo cardíaco, salió de la chimenea y se posó en la alfombra. No se escuchó ningún
sonido, así que dio otro paso, luego otro.

El árbol de Navidad era imposible de pasar por alto: un rincón entero de la sala de
estar en la que había aterrizado había sido dedicado al árbol y las decoraciones. El árbol
estaba cubierto con montones de luces LED de todos los colores, pero se habían apagado
durante la noche para ahorrar energía.

Lotta dio otro paso más cerca del árbol de Navidad. Entrecerró los ojos a la izquierda,
luego a la derecha, luego a la izquierda otra vez. Desafortunadamente, debería haber
entrecerrado los ojos porque el siguiente paso la vio tropezar con un obstáculo sin ser
visto. Jadeando por la sorpresa, se estrelló de cabeza contra el árbol.

No derribó el árbol, pero bailó un baile improvisado durante varios largos segundos
hasta que finalmente cayó en una lluvia de agujas de pino. En su camino, su rodilla golpeó
el interruptor de la luz que encendía todo. No solo se encendieron setenta luces LED en
un destello que iluminó toda la habitación, sino que una pequeña caja de música 21
electrónica comenzó a reproducir una selección de los favoritos de Navidad al doble de
velocidad.

Moviéndose con una prisa todopoderosa, Lotta se agachó y volvió a poner el


interruptor de la luz en la posición de apagado. Jadeó salvajemente mientras depositaba
los dos regalos y se deslizaba hacia la chimenea. Según sus profesores, se suponía que
debía esperar un poco antes de volver a subir, pero no tuvo tiempo para la teoría ya que
los sonidos de voces sorprendidas y otras actividades llegaron a sus oídos puntiagudos
desde una habitación contigua.

En tres segundos, volvió a subir por la chimenea y salió al techo cubierto de nieve.
Allí, Rocky y los renos esperaban pasivamente como si no hubieran notado nada. Lotta
miró hacia el abismo negro y se ajustó el gorro de terciopelo rojo que se había torcido por
la lucha contra el pino.

»Estoy bien... no pasó nada... estoy bien... —murmuró mientras se arrastraba de


regreso al trineo y se sentaba junto a su mentora con un profundo suspiro.

Rocky miró directamente a la asustada aprendiz.

—Oye... felicidades, Lotta. Esa ha sido tu primera tarea real. ¿Cómo te ha ido?

—Oh, m-muy b-bien, gracias —dijo Lotta y esbozó una sonrisa despreocupada en su
rostro—. Ningún problema... ninguno. Todo estuvo, eh, de maravilla. Gracias. ¿Podemos
irnos ya?
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Claro —dijo Rocky y se estiró para limpiar una mancha de hollín de la mejilla de
Lotta. Mientras su mano estaba allí, tomó algunas agujas de pino que se habían atascado
en un mechón de cabello rojo llameante de Lotta—. Hollín y agujas de pino... tus primeros
recuerdos. No importa cuántas asignaciones tengas en el futuro, siempre recordarás la
primera. ¿Eh?

—Oh, definitivamente recordaré esta —murmuró Lotta no obstante le ofreció una


sonrisa a la elfa mayor.

Rocky asintió y golpeó las riendas para que Wreck y los demás volvieran a la
velocidad.

—Alto... alto—dijo Rocky mientras detenía al equipo sobre el techo plano de un


edificio de apartamentos de cuatro pisos. Tres grandes chimeneas, una de las cuales estaba
en uso, sobresalían del techo. Una columna de humo gris se elevaba de la chimenea en el
centro obligando a las elfas a usar una de las otras dos—. Está bien, según el manifiesto
de carga, esta familia tiene tres hijos. Dos regalos para cada uno hacen seis regalos que
debemos entregar.

Lotta se levantó y se dio la vuelta para poder sentir la forma de los regalos. 22
—Puedo hacerlo... iré dos veces —dijo y tomó el primer regalo, una caja cuadrada
que posiblemente contenía una muñeca o una figura de acción.

—No, voy a ir contigo —dijo Rocky y envolvió las riendas alrededor de la barandilla
de metal encima del trineo—. Estuve aquí el año pasado con Benny. Es un laberinto ahí
abajo. Las chimeneas conducen a una sala de calefacción central en el sótano y luego
tendremos que volver a subir a través de los conductos de calefacción.

—Oh... eso suena peligroso. ¿Qué pasa si, eh, liberan vapor mientras estamos allí,
o... o algo así?

—No lo harán por la noche —dijo Rocky y se levantó del banco. Abrió la tapa y
encontró un par de guantes que se puso. Encontró otro par para Lotta, pero eran de Benny
y no le quedaban bien a la pequeña Elfa—. Confía en mí —agregó cuando se dio cuenta
de que Lotta se había quedado inusualmente en silencio.

—Oh, confío en ti... pero no sé si confío en el casero... —murmuró Lotta, mirando la


chimenea humeante en el centro.

Momentos después, las dos Elfas descendieron a través de la chimenea negra como
boca de lobo. Abajo, abajo y abajo fueron hasta que aterrizaron con un golpe en la sala
de calefacción central en el sótano. Rocky estaba fuera de forma, por lo que aterrizó con
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

más fuerza, pero la juventud y la agilidad de Lotta la vieron realizar un aterrizaje elegante
en el que se puso de pie incluso antes de que Rocky tuviera tiempo de volver a ponerse
de rodillas.

La sala de calderas era un revoltijo de tuberías, esferas, interruptores y baldes, estos


últimos solían recoger las inevitables gotas de agua que salían de las numerosas
conexiones de las tuberías. El aire era pesado y olía a polvo viejo, agua y metal calientes.
Para agregar a la atmósfera ya espeluznante, se podían escuchar silbidos, tictac y goteo
desde todo el sótano.

—Guau —graznó Lotta mirando a su alrededor en el confuso laberinto de tuberías—


. No me gustaría estar aquí abajo en Halloween... Estoy un poco asustada...

Rocky sonrió y chocó los hombros con la elfa más joven.

—No lo estés. No hay nada aquí abajo que pueda hacernos daño. Y, además, estoy
aquí para protegerte.

—G-gracias... mira, ¿ese es el conducto de calefacción que vamos a usar? —dijo


Lotta y trató de señalar en la dirección de una rejilla de malla en el medio de una pared.
Los regalos que llevaba bajo los brazos casi se le escaparon de las manos, por lo que tuvo
que volver a subirlos. 23
—Ahí es exactamente a donde vamos, Lotta. Quieres ir prim….

—No

—Eso pensaba —dijo Rocky con una sonrisa. Después de mover las cejas para
calmar a su joven aprendiz, se acercó a la rejilla y aflojó las bisagras. Una breve revisión
dentro del tubo de aluminio demostró que era seguro entrar—. Y nos vamos a deslizar —
dijo y se arrastró hacia el agujero negro.

Salieron a un pasillo del tercer piso. Rocky asomó la cabeza y examinó el pasillo
antes de pasar sus cortas piernas por el borde y saltar sobre la alfombra. A esa hora de la
noche, las luces del pasillo solo funcionaban al diez por ciento de iluminación, lo que
significaba que los letreros de las escaleras de incendios sobre las puertas de vidrio que
daban al hueco de la escalera eran los puntos más brillantes.

—No lo entiendo. Hemos debido hacer un giro equivocado en alguna parte... este es
un pasillo, no su sala de estar —susurró Rocky en el conducto.

—¿Ahora qué? —dijo la voz incorpórea de Lotta desde algún lugar en el interior del
tubo.
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—No lo sé... estoy segura de que tomamos esa ruta el año pasado... tal vez cambiaron
el diseño... oh, algodón de azú…. Un movimiento repentino en la puerta de uno de los
apartamentos hizo que Rocky saltara y se lanzara de cabeza en el conducto abierto donde
aterrizó sin gracia junto a Lotta—. ¡Humano! —susurró señalando la abertura. La elfa
más joven trató de mirar hacia arriba, pero Rocky le puso una mano en la nuca y la
mantuvo bien agachada y fuera de la vista.

Pasó una mujer de cuarenta y tantos años con una bolsa de basura. Abrió las puertas
de cristal de la escalera y pronto se perdió de vista.

»La reconozco del año pasado —susurró Rocky en la oreja puntiaguda de Lotta—.
Los regalos son para sus hijos... mira, dejó la puerta del apartamento abierta... si nos
apresuramos como un par de liebres de montaña enloquecidas, ¡podemos entrar y salir
antes de que ella regrese!

Lotta se movió de lado para lanzar una mirada de asombro a la elfa mayor, pero
Rocky ya había salido del conducto y se dirigía alegremente a través de la alfombra.

—¿Qué? ¿Liebres de montaña enloquecidas? ¡Oh... oh! ¡Oh, no, no puedo... ohhhhh!

Sabiendo que tenía que moverse como el viento para evitar ser capturada, Lotta saltó
sobre la alfombra, corrió por el pasillo y entró en el apartamento. Allí, dejó los tres regalos 24
que llevaba, mientras se aseguraba de no tropezar con nada, y se preparó para volver a
salir.

Fue solo cuando irrumpió en la sólida espalda de Rocky que notó que tenían un
espectador interesado en la forma de un niño en una silla alta. El niño se rio a carcajadas
al ver a las dos personas bajas en su sala de estar y rápidamente arrojó una cucharada de
su yogur de la tarde al suelo.

—¡Deprisa! —susurró Rocky antes de agarrar el uniforme prístino del aprendiz para
que se moviera. En la puerta, Rocky detuvo a Lotta para mirar hacia afuera—. Espera...
mmm....

—Deprisa... espera... por favor, ¿puedes decidirte? —murmuró Lotta ajustando su


gorro.

Afuera, en el pasillo, las puertas de cristal estaban a punto de abrirse, pero Rocky
mantuvo firme a Lotta y la arrastró hasta el enorme agujero de la pared.

—¡Deprisa! —susurró Rocky, arrastrando a Lotta con ella.

Ambas estaban dentro de los conductos y deslizándose a la sala de calderas antes de


que la dueña de la casa tuviera tiempo de notar a las dos elfas.

Abajo, Lotta apoyó la frente contra una superficie lisa y dejó escapar un largo y
profundo suspiro.
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—Oh, voy a tener canas antes de que termine esta noche...

—No seas tonta, somos elfas... no tenemos canas —dijo Rocky con una risita—.
Vamos, acerquémonos a Wreck y los chicos. Probablemente estén pensando que los
hemos abandonado.

Gruñendo, Lotta negó con la cabeza y se arrastró de regreso a la chimenea principal


para comenzar el largo ascenso hasta el techo.

₪₪₪₪₪

En el transcurso del siguiente puñado de obsequios, el nerviosismo de Lotta


disminuyó como resultado de la experiencia que obtuvo. Su confianza en sus habilidades
creció, e incluso pudo persuadir a Rocky para que probara un enfoque diferente en una
parada en particular.

Mirando por encima del hombro, rápidamente contó los regalos restantes antes de
que llegaran a su próxima y última parada en el pequeño pueblo cubierto de nieve: el 25
taller de un escultor en las afueras del asentamiento.

El edificio parecido a una choza con un techo ligeramente inclinado estaba rodeado
por un patio repleto de docenas de esculturas terminadas y losas de piedra aún por
trabajar, y una cerca alta de malla más allá de eso, pero no representó un problema para
Rocky que entró bajo y lento. Wreck y su equipo hicieron una parada perfecta justo
encima del techo, y Rocky dijo alto al reno y aflojó el agarre de las riendas.

—Así que... la última por ahora. Lotta, ¿necesitas una mano? —dijo con una sonrisa.

—No, gracias, lo tengo. Oh, mira este pequeño regalo —dijo Lotta y se acercó a la
plataforma para tomar el regalo destinado al escultor. El paquete era algo extraño, casi en
forma de delta, envuelto en papel neutro—. ¿Crees que es una nueva... uh... uh...
espátula... piqueta... artículo... lo que sea que esté usando un escultor?

—No tengo idea de qué es —dijo Rocky encogiéndose de hombros.

Los sensibles oídos de la conductora de repente captaron un sonido no muy deseado


en la distancia cercana, pero no pudo determinar si provenía del taller o más adelante en
la carretera.

»¿Has oído eso? —dijo estirando el cuello para mirar hacia el suelo.

—¿No…?
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¡LADRIDO, LADRIDO, LADRIDO-LADRIDO-LADRIDO-LADRIDO,


LADRIDO!

—¡Sííííííííííííí! —chilló Lotta mirando a un perro guardián enorme, feo y babeante


que había visto el trineo y los renos flotando sobre el edificio. En poco tiempo, el perro
grande y aterrador estaba ladrando y saltando sobre sus patas traseras con las patas
extendidas como si estuviera tratando de alcanzar el trineo. El perro no parecía estar
atado, ya que podía correr libremente, incluso dentro del edificio donde Lotta necesitaba
depositar el regalo de forma extraña.

—Maíz en una mazorca —murmuró Rocky, frotándose la cara—. Justo lo que


necesitábamos en la última parada antes del almuerzo. ¿Tienes alguna idea brillante?

Lotta solo pudo sacudir la cabeza y dejar escapar un chillido inarticulado, pero decía
más de lo que hubiera dicho un párrafo entero.

—¿Tenemos algún repelente de perros guardianes? —susurró con voz temblorosa.

—No.

—Oh, algodón de azúcar. Oh... oh, supongo que será mejor —dijo Lotta y movió su
pierna fuera del trineo hacia el techo. 26
Rocky gruñó y se estiró para tomar con firmeza el uniforme de Lotta.

—¿Estás loca? Nosotros, los elfos, no tenemos muchos enemigos naturales... aparte
de los feroces perros guardianes. He visto a un elfo acercarse demasiado a un perro una
vez... no quiero volver a verlo, muchas gracias. Especialmente no una joven linda como
tú.

—Pero tenemos que entregar el... oh... ¿crees que soy linda? Gracias —dijo Lotta
con un par de manchas rojas adornando sus mejillas—. Oh, pero tenemos que hacer algo.
El escultor se sentirá muy decepcionado si no le entregamos su regalo. Puede que pierda
su confianza en nosotros.

—Y no podemos permitirlo, ¿verdad? —dijo Rocky y dejó escapar un suspiro.


Golpeó brevemente con las uñas la barandilla de metal antes de tomar las riendas y
prepararse para hacer lo que fuera necesario. —Pero bueno. Te diré lo que vamos a
hacer... primero, vas a saltar al techo. Luego llevaré a Wreck y a los chicos al otro lado
de la cerca del perímetro y, eh... haré algún tipo de distracción. Eso debería alejar a esa
criatura con colmillos de ahí abajo.

—¡Suena como un plan, Rocky!

—No, es una ilusión... veremos más tarde si es un plan. ¿Lista?


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—Uh... no realmente... pero mejor —dijo Lotta y saltó del trineo al techo suavemente
inclinado. Sostuvo con fuerza el regalo de forma extraña mientras caminaba por el techo
cubierto de nieve en su camino hacia la chimenea. Abajo, el perro guardián seguía
ladrando como loco, pero pronto se dio cuenta de la diversión que Rocky había prometido
hacer.

Lotta se rio en voz alta cuando se dio cuenta de que la distracción consistía en algo
tan simple como aterrizar al otro lado de la cerca y saltar para llamar la atención del perro
guardián. Rocky no solo saltó arriba y abajo y agitó los brazos por todos lados, Wreck,
Mutt, Lillyputty y Bob hicieron todo lo posible para parecer locos temblando y
moviéndose lo mejor que pudieron.

A pesar de la tontería de la distracción, pareció funcionar. El perro guardián pronto


notó la colorida exhibición y se dirigió hacia allí para ladrar un poco más. Tan pronto
como desapareció, Lotta se subió a la parte superior de la tubería de acero inoxidable que
formaba la chimenea y se deslizó por el agujero negro.

En el interior, no le tomó mucho tiempo ver un elaborado árbol de Navidad en la


esquina, excepto que no era un árbol en absoluto. La decoración era, de hecho, una
escultura de piedra completa con adornos y guirnaldas que giraban alrededor de la forma
familiar. No había otros regalos debajo del “árbol” de piedra, por lo que Lotta se aseguró
de colocar el paquete de forma extraña de la mejor manera posible. 27
Cuando el perro guardián dejó de ladrar, giró sobre sus talones y se apresuró a
regresar a la estufa de la que había salido. No le tomó mucho tiempo deslizarse hacia
arriba y subir al techo resbaladizo.

—¡Rockabye, estoy lista! —gritó agitando la mano hacia su mentora con mucha
arrogancia.

Un poco demasiada arrogancia como resultó. De un momento a otro, sus botas


resbalaron en la nieve y casi se cae del techo. Con unos centímetros de sobra, se agarró a
la canaleta y se aferró a ella para salvar su vida. Un grito que parecía una sirena de ataque
aéreo escapó de sus labios, pero el rescate estaba cerca en la forma del trineo en el que
Rocky maniobró debajo de la aprendiz que chillaba.

—¡Lotta! ¡Estás a salvo! ¡Suéltate! —gritó Rocky alcanzando a la elfa colgada.

Lotta chilló un poco más antes de seguir las instrucciones de Rocky y soltar la
canaleta. Cayó un pie hacia abajo antes de que su parte trasera impactara con el banco
suave y peludo, solo entonces cerró el pico.

—Oh… oh, gracias… gracias, Rockabye…

—Oh, de nada. No quería perder mi repartidora en su primera noche —dijo Rocky y


golpeó las riendas para que Wreck y el equipo pudieran alejarse del perro guardián y el
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taller del escultor. Cuando estuvieron a una altura segura, volvió a mirar al perro que
todavía corría como loco—. ¡Y tú ahí abajo puedes ir a hacer el gallo en otro lugar! ¡Ja!

—¿Rocky?

—¿Sí?

—¿Crees que podríamos parar en algún lugar para poder lavar mis pantalones cortos?
—dijo Lotta lanzando a la elfa mayor detrás de las riendas una mirada muy avergonzada.

Excepto por la frente fruncida y los dientes descubiertos, Rocky no hizo ningún
comentario.

₪₪₪₪₪

Diez minutos después, Lotta regresó de un riachuelo helado que habían encontrado
en las afueras del pueblo. No dijo nada, pero mantuvo los ojos firmemente pegados al
suelo mientras subía al trineo. Un rubor profundo tiñó sus mejillas cuando finalmente 28
miró a Rocky.

—Falsa alarma —murmuró jugueteando con sus manos.

—Me alegra escucharlo —dijo Rocky y se estiró para envolver un brazo alrededor
de los hombros de la joven y mortificada elfa—. Oye, ahora que estamos en el suelo, ¿qué
tal si almorzamos? ¿Si puedes comer después de ese susto?

—Oh, siempre puedo comer... cada vez que llego a casa de la Academia Élfica, mi
mamá me dice que tiene que comprar cuatro veces la cantidad de comestibles que
normalmente suele llevar.

Rocky sonrió y golpeó suavemente el hombro de Lotta.

—Está bien, entonces... si levantas el trasero, podemos llegar a la comida.

Ambas elfas se pusieron de pie para poder levantar el asiento del banco. Pronto
encontraron y abrieron los paquetes del almuerzo, y un silencio de satisfacción cayó sobre
ellas mientras comían sus bollos de pasas y pan de jengibre: el bollo de pasas de Lotta
tenía una capa extra gruesa de mantequilla.

De repente, Rocky dejó escapar un largo gruñido que demostraba que estaba molesta
por algo vital. Ningún elfo jamás hablaba a través de un bocado de comida, por lo que los
músculos de su mandíbula trabajaron extras para tragar el bocado del pan de jengibre.
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Cuando todo desapareció, gruñó en voz alta y señaló un par de regalos envueltos detrás
de ellas en la plataforma.

»¿Por los tirantes de Santa qué es eso?

—Ummm... ¿regalos?

—Regalos que no están en el manifiesto de carga.

—Oh… —dijo Lotta y se giró en el banco para ver por sí misma—. ¿No lo están?
Son realmente geniales.

—Tal vez, pero no están en el manifiesto. Hmmm... —murmuró Rocky mientras


tomaba un nuevo bocado de su pan de jengibre. Se quedó en silencio mientras masticaba,
pero una vez que hubo terminado, se levantó y pasó por encima del respaldo del banco.
Se agachó junto a los regalos, pero el envoltorio, que tenía elegantes rayas plateadas y
negras, no ofrecía ninguna pista sobre su destinatario—. Extraño —dijo recogiendo uno
de los regalos para sacudirlo un poco.

No podía decir nada por los suaves sonidos que producía, así que lo volvió a dejar en
la plataforma y lo empujó junto al otro, idéntico.
29
Mientras tanto, Lotta se había dado la vuelta y estaba arrodillada en el asiento peludo
para poder ver mejor.

—¿Tal vez son de la caja especial que el maestro de carga nos dio en el último
momento?

—No, la caja especial contenía esos regalos rojos y dorados que dejamos en la
residencia de ancianos. Hmmm...

—Oh... eh... bueno, no tengo sugerencias —dijo Lotta y le dio un mordisco a su


panecillo de pasas. Masticó distraídamente mientras miraba los regalos, pero el bollo
tampoco le ofreció ninguna idea.

Rocky se enderezó y se sacudió las manos y las rodillas.

—No... Deben haber sido puestos en mi trineo por accidente. Sé que hemos seguido
el manifiesto al pie de la letra, así que... entonces... ah, simplemente los devolveremos.
Realmente no importa.

—¡Pero alguien no recibirá sus regalos!

—Sí, pero no tienen ninguna etiqueta... no tenemos forma de saber para quién estaban
destinados. No. Cuando termines de comer, nos iremos a casa en Snowyvale —dijo
Rocky y dio un paso atrás.
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—Pero acabo de empezar a comer… —murmuró Lotta, mirando su segundo, tercero


y cuarto bollos de pasas que ni siquiera había tenido tiempo de untar con mantequilla—.
Oh, puedo comer más tarde. Estoy lista ahora, Rockabye —dijo con una amplia sonrisa
mientras envolvía los panecillos sin comer en el papel y los metía en la caja de almacenaje
debajo del asiento.

—Bien. Aguanta, Lotta... el trineo no pesa nada ahora, así que vamos a tener un
comienzo increíble —dijo Rocky y tomó las riendas.

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UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Capítulo 3

El viaje a casa a Snowyvale, Groenlandia, para recibir una nueva carga de regalos
transcurrió sin contratiempos durante los primeros cientos de kilómetros hasta que Rocky
y Lotta llegaron a un pequeño y pintoresco pueblo cerca de la costa. Al igual que el primer
pueblo que habían visitado, el nuevo lugar había sufrido fuertes nevadas y estaba cubierto
de blanco.

Los edificios del pequeño pueblo eran en su mayoría casas de uno o dos pisos que
solían usar las familias, y la vasta colección de figuras de nieve en los jardines delanteros
parecía probar esa teoría. A pesar de lo avanzado de la hora, las luces estaban encendidas
en varias de las casas, y el cálido resplandor arrojaba reflejos anaranjados sobre la nieve
más allá de las ventanas.

En el trineo, Rocky y Lotta cantaron en voz alta para matar el tiempo. Ya habían
repasado la mayor parte del cancionero tradicional de los elfos una vez y estaban a punto
de empezar de nuevo cuando las luces intermitentes de abajo llamaron la atención de 31
Rocky.

—¡Ohhhh, es tan bueno ser un elfo! —cantaron incluso mientras Rocky miraba hacia
abajo en lugar de hacia adelante—. ¡Elfos, siempre tan amables, cálidos y libres! ¡Elfos,
los mejores amigos que podrías tener! —cantó Lotta, levantando los brazos en el aire para
prepararse para el coro—. Ohhhhhhh, somos elfos, elfos, elfos. ¡Siempre nos lo pasamos
bien como elfos! elfos, elfos, elfos. ¡Y somos simplemente tan lindos y valientes!

Wreck y el equipo iban a gran velocidad, pero la conductora apretó las riendas para
hacerles saber que debían reducir la velocidad para tener tiempo de observar más de cerca
lo que sucedía debajo de ellas.

»¡Ohhhh, elfos, elfos, elfos! Siempre tenemos un... no estás cantando. ¿Por qué no
estás cantando? Rockabye, ¿pasa algo? —dijo Lotta estirando el cuello sobre el borde del
trineo para ver qué estaba pasando.

—Todavía no puedo decirlo. Mira hacia abajo... dos casas adyacentes tienen autos
de policía con luces intermitentes frente a ellas. También hay humanos corriendo.
Humanos llorando —dijo Rocky mirando la escena.

Lotta miró hacia otro lado y pronto vio a qué se refería Rocky. Abajo, varios humanos
corrían presas del pánico. Parecían ser miembros de al menos una, quizás dos familias,
pero era difícil saberlo por la altitud a la que volaba el trineo. Los oficiales de policía
hacían todo lo posible para consolar a algunos de los humanos, pero su llanto se podía
escuchar en el aire.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Hagamos otra pasada. ¡Wreck! ¡Yah! —gritó Rocky tirando de las riendas para
que Wreck cambiara de dirección.

La segunda pasada llegó en el punto más bajo al que Rocky se atrevía, pero ni siquiera
eso les dio más de lo que ya sabían de la primera pasada. Varias mujeres humanas estaban
llorando y siendo consoladas por los oficiales de policía y otras vestidas con ropa de
invierno se reunían apresuradamente.

—Algodón de azúcar, uno de ellos acaba de mirar en nuestra dirección. No, esto es
demasiado peligroso —dijo Rocky y golpeó las riendas para hacer que Wreck subiera a
una altitud más segura.

Más arriba en el aire, Lotta se inclinó sobre el borde del trineo y forzó su oído
sensible, incluso levantó el gorro de terciopelo rojo para permitir el acceso completo a su
oreja puntiaguda, para captar cualquier cosa que pudiera darles una pista de lo que estaba
pasando.

—Es algo sobre... algo. No, no puedo escuchar una palabra de lo que están diciendo.

Dieron vueltas dos veces más antes de que Rocky soltara un gruñido y enderezara las
riendas. Mientras Wreck y el equipo volaban en línea recta alejándose de la escena, la
conductora suspiró profundamente. 32
—Se supone que no debemos mezclarnos con los humanos. Nos tienen miedo. Ya
sabes cómo reaccionan los humanos cuando tienen miedo de algo... siempre recurren a la
violencia. Pero…

—¡Pero no podemos simplemente ignorarlo! —dijo Lotta acercándose para poner


una mano en las piernas de Rocky.

—No —dijo Rocky y volvió a mirar su nueva repartidora de regalos—. No podemos.


Pero necesitamos saber más primero. Dejaré el trineo en algún lugar aislado y volveré a
escondidas. Eso debería...

—¡Te acompaño!

—No, Lotta. Es demasiado peligroso. Sé algunos trucos que los engañarán si me ven.

—¡Pero soy mucho más rápida que tú! Oh... disculpa, señorita Rockabye, no quise
ser irrespetuosa —dijo Lotta, su voz se convirtió en un murmullo cuando vislumbró la
ceja levantada de Rocky.

Rocky no pudo mantener el ceño oscuro por mucho tiempo. Pronto, sonrió y se estiró
para golpear el codo de Lotta.

—Probablemente seas más rápida que yo. Pero lo tengo controlado, ¿de acuerdo?
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Está bien. Por supuesto —murmuró Lotta asintiendo con fuerza.

Pudieron encontrar un callejón desierto a una distancia manejable de la escena en la


calle, y Rocky bajó al equipo en un aterrizaje seguro y silencioso. Una vez que estuvieron
seguras en el suelo, se levantó del asiento peludo y volvió a ponerse los resistentes
guantes.

—Está bien... necesito algo del compartimiento, por favor —dijo y esperó a que Lotta
se levantara del asiento. Abriendo la tapa, metió la mano y sacó un largo palo de metal
cubierto de campanillas.

—¡Oh! ¿Qué es eso? ¡Eso es genial! —gritó Lotta mirando con los ojos muy abiertos
el palo brillante que reflejaba incluso la tenue luz a su alrededor.

—Es un bastón de campanillas... y ahora es nuestro sistema de alarma. Si ves algo


sospechoso en el callejón que podría arruinar nuestra tapadera mientras estoy fuera, lo
que sea, solo agita a este bebé en el aire. Las campanas harán mucho alboroto puedo oírlas
a más de un kilómetro de distancia.

—Uh... está bien. ¿Puedo probarlo antes de que te vayas? 33


—Claro —dijo Rocky y le entregó el bastón a la joven elfa.

Lotta respiró hondo y sostuvo el bastón en alto en el aire. Al sacudirlo, todas las
campanitas emitieron el concierto armónico más maravilloso que jamás había escuchado,
y también fue un concierto ruidoso.

—¡Oh! Oh, sí, nos podemos perder, eso es un hecho.

—No. ¿Entiendes lo que tienes que hacer?

—¡Darle una sacudida!

Rocky se rio y se inclinó para acariciar la mejilla de Lotta.

—Así es. Solo agítalo y volveré volando hacia ti —dijo mientras saltaba del trineo.
Después de guiñarle un ojo a Lotta, Rocky se deslizó en la oscuridad del callejón y pronto
se perdió de vista.

—Uh-huh... —dijo Lotta ya sintiéndose un poco intimidada por el callejón oscuro y


aterrador. El reno de adelante hizo todo lo posible para que se sintiera segura, pero no fue
suficiente para evitar que los nudillos se le pusieran blancos en la mano que sostenía el
bastón. Trató de murmurar el segundo verso de la canción de los elfos, pero las palabras
se le atascaron en la garganta.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Una gruesa capa de nieve recién caída dificultó el avance de Rocky por el callejón,
pero se las arregló para vadear lo peor hasta que llegó a una esquina desde donde tenía
una buena vista de la situación en las casas.

Dos coches de policía estaban estacionados en la acera. Sus luces aún parpadeaban,
lo que enviaba reflejos de rojo, azul y blanco al grupo de humanos que se había reunido
cerca de la parte delantera del primer automóvil. Mientras Rocky miraba, un hombre con
un uniforme oscuro extendió un mapa y lo colocó sobre el capó del automóvil en el que
estaban parados. Los humanos señalaron por todo el mapa; algunos asintieron, otros
negaron con la cabeza.

Rocky no dominaba con fluidez todos los dialectos del extraño idioma humano, pero
podía entender la mayor parte; desafortunadamente, todavía estaba demasiado lejos para
escuchar lo que se decía. Después de revisar su entorno, dejó atrás la esquina y cruzó la
calle. Al otro lado, se agachó para que los demás no la vieran; luego saltó y se escondió
detrás de un arbusto cubierto de nieve que proporcionaba una cobertura perfecta. A partir
de ahí, se deslizó por la calle hasta el siguiente arbusto, luego el siguiente, luego el
siguiente, hasta que finalmente se quedó sin escondites.

Su cabello y ropa oscuros significaban que sobresalía como un pulgar dolorido contra
el fondo blanco puro, pero cruzó el césped, atravesó un agujero en un seto y subió a lo
largo de la pared de una de las dos casas antes de que cualquiera de los humanos tuviera 34
tiempo de acercarse a la figura oscura. Podía escuchar ladridos desde algún lugar cercano,
pero el perro no parecía ser una amenaza para ella. Lamiéndose los labios, se agachó y
siguió la pared para acercarse a la acción en el frente.

En los autos, el humano con el uniforme oscuro levantó las manos en el aire después
de haber revisado una linterna que tenía en el cinturón.

—¡Atención, todos! ¡Atención! —dijo con voz ronca. Cuando tuvo la atención de
todos, puso sus manos en sus caderas—. Está bien. Para resumir, faltan dos niñas. Sandie
y Hannah. Ambas tienen seis años. Son vecinas y mejores amigas, por lo que tenemos
todas las razones para creer que se han ido juntas. En este punto, no sospechamos de nada
raro.

—¡Maíz en una mazorca! —gruñó Rocky golpeando su puño en su palma abierta.

—Sin los perros policías que han sido inmovilizados en otro lugar —continuó el
humano uniformado—, no hemos podido seguir sus huellas más allá de unos cien metros,
simplemente hasta la siguiente esquina. Después de eso, sus huellas han sido borradas por
el viento.

El hombre se giró para señalar el otro extremo de la calle en la que se encontraban y


Rocky estiró el cuello para seguirlo. Ella gruñó por lo bajo y frunció el ceño. Si hubiera
sido un par de elfos jóvenes, podrían sobrevivir a las inclemencias del tiempo durante
días sin que les moqueara la nariz, pero los niños humanos eran infinitamente más frágiles
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

que incluso el elfo más escuálido. Gruñendo de nuevo, volvió su atención al humano
uniformado.

El hombre de ropa oscura se dio la vuelta para iluminar con su linterna la casa junto
a la que se escondía Rocky, pero no la atrapó con el cono de luz.

—Ahora bien, las jóvenes aparentemente están usando gruesos abrigos de invierno
ya que esas prendas faltan en ambas casas. Además, un termo ha desaparecido de la casa
en la que estamos parados. Sumado, significa que lo han planeado, y también... al menos
hasta cierto punto... que saben lo que hacen. Las mayores preocupaciones en este
momento son, ¿dónde están? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Han llegado allí o se han perdido
en el camino? Señores, podrían estar en cualquier parte. Y finalmente, como estoy seguro
que todos sabemos... hace frío y cada vez es más frío. Tenemos que encontrarlas.

Rocky enseñó los dientes con una mueca de preocupación cuando la gente que estaba
delante se dispersó.

—Tienes razón, humano —susurró alejándose lentamente de su punto de vista. Se


apoyó contra la pared de la casa para ordenar sus pensamientos, pero nunca fue mucho
más allá de la jugada inicial antes de que se escuchara un gruñido insistente en algún lugar
demasiado cerca para su comodidad.
35
Respiró hondo cuando se dio cuenta de que un par de ojos brillantes se interponían
entre ella y el camino de regreso a Lotta y el trineo. Los ojos pertenecían a un perro negro
que, lenta y amenazadoramente, entró en la luz de las ventanas por encima de ellos. No
podía reconocer la raza, pero no importaba en ese momento exacto: todo lo que vio fue
una bestia fornida y babeante que era casi tan alta como su propio cuerpo de noventa y
nueve centímetros.

Los labios de la criatura se retiraron para revelar hasta el último diente feo mientras
gruñía desde algún lugar profundo de su garganta. Con todo, Rocky tenía muy poco
interés en familiarizarse íntimamente con esos dientes, pero le faltaban opciones y perdía
más por cada paso que daba el canino.

—Es un buen perrito... es un buen perrito —graznó Rocky empujándose hacia atrás
contra el seto detrás de ella. Miró a izquierda y derecha para encontrar una ruta de escape
y finalmente se decidió por un tubo de drenaje cinco metros más abajo en la pared de la
casa, si podía llegar a tiempo.

Por un golpe de suerte de elfo, uno de los humanos salió de la casa de donde había
escapado el perro. Mientras Rocky se metía aún más en el seto para permanecer fuera de
la vista, la joven de la casa agarró el collar del perro y tiró de él hacia la sala de estar. El
perro gimió como si no pudiera entender por qué se le negó su premio de pelo oscuro,
pero la joven no le prestó atención.

Con la puerta finalmente cerrada detrás de la criatura y su dueña, Rocky soltó el


aliento que había estado conteniendo y rápidamente cruzó el jardín delantero para ponerse
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

a salvo. Voló a través del agujero en el seto y se alejó del peligro antes de que alguien
notara la figura pequeña y oscura.

De vuelta en el callejón, Rocky se detuvo en la nieve y miró a la vuelta de la esquina


para comprobar si todo estaba bien en el trineo; lo que vio la hizo sonreír. Lotta no solo
masticaba alegremente uno de sus bollos de pasas, sino que lo hacía mientras tarareaba
para sí misma entre bocado y bocado para mantener alejada la aterradora oscuridad. El
brillante bastón estaba apoyado contra la barandilla de metal para que pudiera alcanzarlo
en caso de que necesitara alertar a Rocky.

Lotta casi se atraganta con un bocado de panecillo cuando una figura oscura se alejó
de la esquina y caminó por el callejón lleno de nieve, pero dejó escapar un suspiro de
alivio cuando resultó ser Rocky. Se apresuró a guardar el resto de los bollos para que no
pareciera que estaba comiendo todo el tiempo.

—Entonces... ¿te has enterado de lo que estaba pasando? —dijo limpiándose


discretamente los dedos grasientos en los pantalones de su uniforme.

—Sí. Parece que dos niñas humanas han desaparecido —dijo Rocky y se apoyó
contra el trineo. 36
—Oh, no... ¡Tenemos que hacer algo!

—Sí... bueno, la policía las está buscando, así que...

—¡Bueno, eso no es suficiente! ¡Sube a bordo y vámonos! No hay tiempo que


perder... —dijo Lotta con un gesto salvaje—. Uh... uh... Rockabye, ¿qué crees que
deberíamos hacer? —continuó en una voz más mansa.

Rocky se sonrió y se dio la vuelta para poder mirar a la elfa más joven a los ojos.

—¿Hacer? Primero voy a subir a bordo y luego iremos a buscarlas... o eso me has
dicho, ¿eh?

—Oh, no quise ser irrespetuosa, señorita Rockabye —murmuró Lotta, pero Rocky le
ofreció un saludo casual mientras se subía al trineo.

Sentada en el banco peludo, Rocky desenrolló las riendas y se preparó para


emprender su inesperada misión de reconocimiento.

—No pienses en eso, Lotta. Estoy de acuerdo con cada palabra que has dicho.
Llegaremos tarde a nuestra próxima carrera, pero ya sabes... encontrar a esas chicas es
simplemente más importante... incluso si son humanas.

Lotta asintió solemnemente y se agarró a la barandilla de metal que tenía delante.


UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Muy bien, vámonos... ¡Vamos Wreck! ¡Vamos Mutt! ¡Vamos Lillyputty! ¡Vamos
Bob! —dijo Rocky fuertemente golpeando las riendas mientras hablaba.

Una vez más, Lotta tuvo dificultades para reconciliarse con los nombres coloridos,
frunció el ceño y sacudió la cabeza lentamente.

—Bob... eso no está bien... simplemente no está bien...—murmuró mirando las


espaldas y las colas de los cuatro renos delante de ellas mientras sujetaba firmemente la
barandilla de metal.

El trineo retumbó a través del callejón lleno de nieve ganando velocidad


gradualmente. Como pesaba mucho menos después de la distribución de los muchos
regalos, los cuatro renos pronto alcanzaron la velocidad de despegue adecuada. Los
patines engrasados hicieron su trabajo admirablemente y ofrecieron muy poca fricción en
la superficie nevada.

Con una ligera sacudida, el trineo se levantó del suelo y ascendió constantemente
hasta que los renos alcanzaron una altura segura. Desde allí, Rocky y Lotta tenían una
buena vista de todo el pueblo.

Algunas cosas habían cambiado desde la última vez que habían estado en el aire:
aunque las luces en la parte superior de los coches de policía seguían parpadeando en la 37
calle tranquila, parecía haber un grupo más grande de personas que antes dando vueltas
en la acera y las luces estaban encendidas en varias casas cercanas a la escena. Aquí y
allá, se usaban linternas para mirar detrás de los árboles o debajo de las escaleras del
sótano, y Rocky y Lotta podían escuchar a los miembros del equipo de búsqueda gritar
los nombres de las dos niñas desaparecidas.

La mayoría de las otras calles estaban vacías y tranquilas, excepto por algún auto que
esperaba en los dos semáforos de pueblo.

Un olor familiar en el aire hizo que Lotta y Rocky miraran hacia las nubes que se
acercaban desde el norte. Las nubes parecían de color gris pálido contra el cielo negro, y
pronto oscurecieron la vista de las estrellas y la luna llena.

—Va a nevar. Mucho —dijo Rocky sombríamente.

Lotta asintió mientras estiraba el cuello para vigilar a las dos chicas humanas que se
encontraban muy abajo.

—Y también se está apagando nuestra luz...

—Sí —dijo Rocky y miró los últimos rastros de la luz plateada de la luna antes de
que fuera absorbida por las nubes de color gris pálido—. Maíz en una mazorca, no los
encontraremos en esta oscuridad.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Por favor, no digas eso, Rocky... las vamos a encontrar. Ten fe en el Gran Elfo, las
vamos a encontrar —dijo Lotta enfatizando cada palabra. Desafortunadamente, su voz no
mantuvo el tono persuasivo que pretendía, y una ceja levantada de Rocky lo demostró.

Desde arriba, los primeros copos de nieve se abalanzaron sobre ellas. Al principio,
no eran más que pedazos de pelusa esparcidos, pero pronto se unieron a sus hermanos
para crear una alfombra impenetrable de color blanco.

—Oh, esto es justo lo que necesitábamos —se quejó Rocky alcanzando sus gafas de
nieve. No pudo encontrarlas por ninguna parte y, finalmente, recordó que las había vuelto
a dejar en el almacenaje debajo del asiento en una de sus primeras paradas después de
dejar la base en Snowyvale, Groenlandia.

Lotta no había guardado las suyas, y rápidamente se las puso para poder ver a dónde
iban. Su satisfacción solo duró unos segundos antes de notar que Rocky estaba tratando
de volar a través de la nieve entrecerrando los ojos con tanta fuerza que sus ojos apenas
estaban allí.

—¡Oh! Oh, Rockabye... toma... t-toma... puedes usar mis gafas —gritó y tomó su
propio juego de nuevo.

Moviéndose torpemente, Lotta se deslizó hacia su mentora mientras la nieve les caía 38
en la cara. Le resultó difícil ver algo, pero se las arregló para colocar las gafas frente a la
cara de Rocky y envolver las bandas elásticas alrededor de sus orejas puntiagudas.

—¡Por los tirantes de Santa! Gracias, Lotta... te debo una —gruñó Rocky limpiando
las gafas con el dorso de la mano. Cuando miró a la derecha, el asiento a su lado estaba
vacío— ¿Lotta? ¡¿Lotta?! Lotta, ¿dónde estás?

—¡Estoy bien! ¡Estoy aquí abajo! —dijo una voz apagada desde el fondo del trineo.
Una pequeña mano salió de detrás y palmeó la pierna de Rocky para mostrarle que la elfa
menor se había arrastrado hasta allí para salir de la nieve.

Rocky gruñó en voz alta y puso los ojos en blanco detrás de las gafas.

—¡La próxima vez que tengas una idea ingeniosa, por favor dímelo primero! ¡Creo
que ahora necesito lavar mis pantalones cortos! —dijo inclinándose para que Lotta
pudiera escucharla claramente.

—Oh… lo siento. ¿Quieres encontrar un arroyo…

—Es una forma de hablar —dijo Rocky y golpeó las riendas para alejar a Wreck y al
equipo de lo peor de la nieve. Los cuatro renos cambiaron de dirección y tomaron una
ruta más hacia el este sobre el pueblo que los alejó del borde de la tormenta.

Después de un tiempo, el clima fue lo suficientemente bueno para que Rocky se


aflojara las gafas y se las subiera a la frente. Aprovechó al máximo la visibilidad mejorada
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tirando de las riendas para que Wreck y el equipo se inclinaran hacia la izquierda y tiraran
del trineo en un círculo amplio y amplio. Debajo de ellos, los edificios de la ciudad se
destacaban claramente, pero no se veía a las chicas desaparecidas.

—¡Sigue así, muchacho! ¡Yah! —gritó Rocky, golpeando las riendas para que Wreck
supiera que debía continuar el amplio círculo en el que habían entrado.

Lotta asomó la cabeza por el borde del trineo para seguir su avance. Debido a la
forma de la tabla de madera, el viento atrapó su gorro de terciopelo rojo y lo azotó tanto
que tuvo que sujetarlo con la mano para que no saliera volando.

—Esta situación me recuerda a algo que sucedió hace unos años en la aldea de los
Elfos donde crecí…—dijo mientras escaneaba el suelo con cuidado.

—¿Sí?

—Sí. Un joven elfo se molestó con sus padres y abandonó su hogar. Los ancianos lo
buscaron por todas partes durante siete días y siete noches hasta que lo encontraron.

—Apuesto a que tenía hambre para entonces.

—Se había caído a un barranco. Estaba muerto —dijo sombríamente Lotta—. No 39


estoy ayudando, ¿verdad?

—No.

—Será mejor que me calle ahora —continuó, trepando al banco peludo ahora que
estaban a salvo de la última ráfaga.

Rocky se sonrió y se acercó para palmear el hombro de Lotta. Cuando la aprendiz se


giró para mirarla, movió su mano hacia arriba para arrugar la mejilla sonrojada.

—¿Qué tal si te olvidas de los cuentos sombríos y te limitas a explorar?

—Buena idea. Lo haré, Rockabye —dijo Lotta y se concentró en mantener una


estrecha vigilancia sobre el terreno de abajo. Después de un tiempo, comenzó a tararear
la canción Elfo Caminante, una de sus favoritas del Gran cancionero élfico, para mantener
el ánimo—. Aquí vamos, vagando... pálido, pálido, vagando por los campos tan
verdes...—murmuró explorando las calles vacías debajo de ellas.

₪₪₪₪₪
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Continuaron dando vueltas y vueltas en círculos cada vez más amplios durante un
rato hasta que Rocky les hizo saber a Wreck y al equipo que debían enderezarse y reducir
un poco la velocidad tirando de las riendas de una manera particular. El reno respondió a
la orden y comenzó a volar en línea recta. Una vez que estuvieron libres del giro,
redujeron su paso a un trote lento.

Lotta suspiró profundamente y volvió a sentarse en el banco peludo después de pasar


toda la búsqueda de pie. Habían buscado por toda la ciudad a las dos chicas humanas,
pero no habían podido ver ni un atisbo de ellas.

—No sirve de nada, ¿verdad? —dijo jugueteando con sus manos.

—No lo parece, pero honestamente no lo sé —dijo Rocky y dejó escapar un largo y


lento suspiro—. Por un lado, no quiero dejarlas atrás, pero por otro...

—Por otro, es posible que ya estén muer…

—Oye, esta es la Noche de las Noches, Lotta... podemos tener un poco de optimismo,
¿por favor? Tú misma me has dicho que tuviera fe en el Gran Elfo —dijo Rocky
acariciando la pierna de Lotta—. Estaba a punto de decir que podríamos ayudar a muchos
otros si volviéramos a Snowyvale y recogiéramos la próxima carga de regalos.
40
Lotta asintió solemnemente.

—Eso es cierto —dijo antes de caer en un silencio deprimido. Al mirar hacia


adelante, pudo ver que se dirigían a la iglesia y al cementerio del pueblo. El campanario
sobresalía en la noche; oscuro, excepto por un tenue brillo que provenía de las manecillas
de un reloj antiguo en la mitad de la torre.

Estaban siguiendo un camino que conducía desde el pueblo hasta la iglesia. Wreck y
los demás solo iban a un trote perezoso que dejaba mucho tiempo para ver el paisaje de
abajo. El camino estaba flanqueado por altos bancos de nieve que parecían lo
suficientemente grandes como para esconder un automóvil; no es que ningún automóvil
se hubiera aventurado tan lejos de la ciudad en Nochebuena. La superficie de la nieve
estaba prístina e intacta excepto por dos pequeñas huellas que parecían dirigirse hacia la
iglesia en la distancia.

Lotta suspiró y comenzó a jugar con un hilo suelto en la manga de su uniforme. Trató
de no concentrarse demasiado en el destino de las jóvenes, pero su mente no la obedecía.
Siguió girando a gran velocidad hasta que de repente tropezó con un hecho que de algún
modo se le había pasado por alto la primera vez: las dos huellas en la nieve. Lotta jadeó
ruidosamente y se puso de pie de un salto para mirar detrás del trineo.

—¡Rocky! ¡Rocky, da la vuelta! Da la vuelta, creo…


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—¿Las has visto? —dijo Rocky y golpeó las riendas para que Wreck cambiara de
dirección. El trineo casi había llegado a la iglesia y al cementerio, pero dio la vuelta para
regresar por el mismo camino por el que habían llegado.

—No, no sé, pero... he visto algo —dijo Lotta y se concentró mucho para poder ver
mejor—. ¿Podemos bajar más? Mucho más abajo... hasta el suelo... pero no aterrizar... al
menos no todavía.

—¿Qué has visto? ¡Cuéntame, Lotta!

Lotta escudriñó el camino frente a ellas con tanto cuidado que no tuvo tiempo de
parpadear. Cuando le empezaron a doler los ojos, simplemente se los secó con el dorso
de la mano.

—He visto un par de huellas muy pequeñas en la nieve —dijo enfocándose


intensamente en la superficie intacta del camino inmediatamente debajo y delante de ellas.
Dado que la nieve aún estaba prístina, tenía que significar que todavía se estaban
acercando a lo que fuera que había visto.... —Podrían haber sido hechas por las chicas
desaparecidas —murmuró cuando nada apareció a la vista.

—O podrían haber sido hechas por zorros, gatos, perros o lo que sea...
41
—No, no lo creo… ¡Oh! ¡Mira, las huellas están ahí abajo! ¿Las ves, Rocky? ¡Están
ahí abajo! —dijo Lotta señalando frenéticamente hacia abajo a su izquierda.

—¡Sí! Bien hecho, Lotta... son huellas humanas, muy bien. ¡Oye, aún vas a ser jefa!
¡Espera! —Golpeando las riendas, Rocky trajo a su equipo de renos una vez más. Esta
vez, bajaron tanto al suelo que apenas estaban en el aire.

—¡Oh, debemos haber pasado por encima de sus cabezas antes! —gritó Lotta
retorciéndose las manos—. Mira eso, las huellas continúan... parece que se dirigen a la
iglesia más adelante.

—¡Algodón de azúcar! Si es ahí adónde van, tenemos un problema —dijo Rocky con
decisión mientras golpeaba las riendas para detener a Wreck.

—Espera... ¿por qué... por qué nos detenemos? ¡Ahora no podemos detenernos!

—Santa hizo un acuerdo con nuestros opuestos. Ningún elfo puede entrar allí. Los
cementerios y los lugares de culto son sagrados para los humanos... o algunos de ellos, al
menos. Al igual que no nos gustaría que los humanos pisotearan el Bosque Mágico de
Calshiweah en casa.

Lotta gimió en voz alta y se cubrió la boca con las manos mientras digería las palabras
de Rocky. Entrecerrando los ojos, siguió las pequeñas huellas hacia la iglesia. Podía ver
que una de ellas se tambaleaba de izquierda a derecha casi como el humano estaba
demasiado cansado para caminar derecho.
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—Bueno. Solo tenemos que encontrarlas antes de que entren a la iglesia, ¿no? —dijo
saltando del trineo a la nieve que casi le llegaba a la cintura.

—Lotta...

La súplica de Rocky llegó demasiado tarde: la joven aprendiz ya estaba caminando


por la nieve. Las botas y los pantalones aislantes del uniforme de Lotta resistieron la
mayor parte del hielo y la nieve, pero aun así sintió el frío en las piernas. No le prestó
atención a eso; su mandíbula se endureció como piedra mientras caminaba a través de la
sustancia blanca en la misión misericordiosa que estaba decidida a llevar a cabo.

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Capítulo 4

Treinta pasos por delante del trineo, Lotta de repente se encontró con un par de
abrigos oscuros de invierno que venían en sentido contrario. Sus instintos defensivos se
hicieron cargo y estuvo a punto de salir disparada del camino, pero la vista de los
pequeños rostros humanos debajo de las capuchas la hizo quedarse donde estaba, aunque
de mala gana.

Claramente eran las chicas desaparecidas, y estaba igualmente claro que no podían
creer lo que estaban viendo. Durante varios segundos, las tres personas bajas simplemente
se miraron, pero finalmente Lotta levantó la mano a modo de saludo.

—Uh... hola. Soy Epilotta... —chilló en su lengua materna antes de recordar que las
chicas no podrían entenderla a menos que hablara humano. El idioma extraño no era su
lado más fuerte, y se pateaba mentalmente por pasarse la mayor parte de las clases
dibujando o escribiendo pequeños poemas de amor—. Uh... Lotta. Lotta mí —chilló
señalándose—. Sin miedo, eh... asustado. Eh... no tengas miedo. ¿Perdida? Eh... tú... 43
¿estás perdida?

Las dos chicas se miraron como si no pudieran creer lo que estaban escuchando. Una
de ellas, la más alta de las dos, finalmente se dobló la capucha para revelar su cabello
oscuro.

—No realmente, sabemos exactamente dónde estamos —dijo mientras miraba a la


persona corta frente a ella—. Soy Sandie... esta es mi mejor amiga, Hannah. ¿Nuestras
mamás te enviaron? ¿Estás aquí para llevarnos a casa? Oh... estamos en problemas, ¿no?

—Te intento en casa. Lo intentamos... mi amiga Rockabye, intenta —dijo Lotta y


señaló detrás de ella. La rima no había sido intencional, pero ahora que la había dicho,
pensó que agregaba un toque lindo y encantador al estado de ánimo oprimido, por lo que
estalló en una amplia sonrisa.

Solo entonces Sandie y Hannah notaron los cuatro renos y el trineo que flotaba en el
aire. Sus ojos se abrieron de par en par, y Hannah dio un paso hacia atrás que la vio
terminar sobre su trasero en la nieve. De inmediato, Sandie se inclinó y ayudó a su amiga
a levantarse.

Hannah era la más pequeña de las dos niñas y claramente estaba exhausta por la larga
caminata hasta la iglesia. Una vez que estuvo erguida, todo lo que pudo hacer fue apoyarse
contra Sandie, que era más alta.

—Estoy tan cansada... quiero ir a casa con mi mamá —gimió tirando hacia atrás de
su capucha para dejar que su cabello rubio se soltara.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Lotta asintió con fuerza, pero se aferró a su sombrero de terciopelo rojo para que sus
orejas puntiagudas no aparecieran y asustaran a las chicas.

—A casa, no. No ahora.

—¿Qué quieres decir con que no...? —dijo Sandie dando un paso atrás.

—Uh... uh... —dijo Lotta, maldiciendo en voz baja por su falta de habilidades
lingüísticas—. Quiero decir... pronto. ¿Sí? Pronto vete a casa. No a casa ahora, pero
pronto.

Sandie no parecía estar demasiado convencida por la extraña persona bajita, y agarró
con firmeza el abrigo de invierno de Hannah para mantener a salvo a la niña más pequeña.

—Oh... está bien —dijo Sandie mirando con recelo a Lotta—. No se nos permite
hablar con extraños. Pero eres una chica... ¿está bien hablar contigo?

Eso fue demasiado para el limitado conocimiento de Lotta sobre humano, y se dio la
vuelta y le hizo señas a Rocky para que la elfa más experimentada pudiera traducir.

—Mi amiga Rocky habla. ¿Sí?


44
Hannah, cansada como un muerto, mostró los dientes en una mueca de preocupación,
pero se calmó y se convirtió en una amplia y genuina sonrisa al ver a Rocky saltando del
trineo y acercándose a su rescate.

—¡Elfa! —gritó señalando las orejas protuberantes de Rocky—. ¡Eres una elfa!
¡Ambas son elfas! ¿Santa está con ustedes?

—No, no lo está, probablemente ya esté de regreso en Snowyvale —dijo Rocky en


humano. Sonrió a las dos chicas y extendió las manos con las palmas hacia arriba para
que pudieran ver que no representaba una amenaza—. ¿Son Sandie y Hannah? —dijo
revisando cuidadosamente lo que podía ver de las chicas para la congelación.

—¡Ajá! —dijeron como una.

—¿Cómo terminaron aquí?

Sandie dio un paso adelante, pero mantuvo un firme agarre en el abrigo de su mejor
amiga.

—Íbamos al cementerio. Mi abuela murió este año y queríamos decirle Feliz


Navidad. Mis padres no querían ir hoy... solo mañana. Pero quería ir hoy y le pedí a
Hannah que viniera.

—También quería decir Feliz Navidad —intervino Hannah—. Realmente me gustaba


la abuela de Sandie y estaba muy triste cuando murió.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Rocky sonrió para mostrar que no estaba molesta o enojada con las dos aventureras.
Pensando en retrospectiva, podía recordar muchas situaciones peliagudas en las que se
había ido de aventuras con sus mejores amigas, por lo que no tenía derecho a condenar el
comportamiento de las chicas.

—Eso ha sido muy dulce de tu parte, pero me temo que tus padres han estado bastante
preocupados. ¿Están bien? ¿Han tenido frío?

—Un poco —dijo Sandie—, pero teníamos un termo con té caliente que yo misma
preparé.

—Pero lo dejé caer —agregó Hannah, luciendo culpable—. No nos quemamos con
el té caliente... ¡simplemente se acabó y derritió toda la nieve!

Sandy asintió.

—Y luego empezó a nevar un poco más... mucha nieve. Esperamos a que amainara
antes de continuar, pero cuando llegamos al cementerio, la puerta estaba cerrada con
llave, ¡así que ni siquiera pudimos entrar!

—Así que queríamos caminar de regreso a casa con nuestras mamás —dijo Hannah
y tomó la mano de la niña más alta—. Y entonces vinieron ustedes 45
Mientras Rocky hablaba con las chicas, Lotta volvió al trineo y se subió.
Rápidamente levantó la tapa de la caja de almacenaje y encontró su comida. Lanzó una
mirada apenada a los bollos de pasas que quedaban (el bollo de pasas era su comida
favorita, aunque nunca diría que no al pan de jengibre, las albóndigas o incluso las galletas
con sabor a vainilla), pero de todos modos tomó la bolsa y se preparó para volver a saltar.

En el último momento, Lotta cambió de opinión y subió a la plataforma. Allí, se


arrodilló y rasgó el envoltorio del primero de los dos regalos restantes para ver qué
contenían.

—Sé que estropear el envoltorio es probablemente una de las tres peores cosas que
un elfo puede hacer... ¡pero esto es una emergencia! —murmuró quitando lo último del
papel rayado. Apareció una familia de osos de peluche: uno más grande, uno más pequeño
y dos osos diminutos, todos vestidos con ropa de época del siglo XIX de los humanos.

—¡Oh... tan dulce! —dijo arrancando también el papel del otro. Cuando hubo más
ositos de peluche, se puso los dos regalos debajo de los brazos, saltó por el borde y se
hundió en la nieve—. ¡Mira! Mira, regalo. ¡Tú regalo! —dijo sosteniendo los regalos y la
bolsa de comida.

Rocky puso los ojos en blanco y tomó nota de enviar a Lotta a algunas clases de
idiomas.

—Lotta, eso es “tenemos regalos para las dos —dijo en elfo.


UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Gracias... ¡Mira! ¡Tenemos regalos para las dos! —dijo Lotta mostrando los
regalos.

Sandie y Hannah se miraron de soslayo. Estaba claro que se sentían cómodas con la
elfa mayor, pero tal vez menos con la más joven.

—Ese es nuestro trabajo —dijo Rocky en humano—. Vamos y entregamos regalos a


todos. Estos dos son para ti. Mira, ositos de peluche... ¿te gustan los ositos de peluche?

Hannah asintió con los ojos tan abiertos como platos al ver a los osos. Extendió la
mano hacia la caja de inmediato, y Lotta se la entregó debidamente. La joven dejó escapar
un chillido feliz y abrazó la caja de cartón contra su pecho.

—Awwwwww —dijo Lotta alcanzando el uniforme verde oscuro de Rocky para


tener a alguien con quien compartir el momento—. Sandie, osito para ti... ositos... caja
para ti. Toma.

La respuesta de Sandie no fue menos entusiasta que la de su amiga, pero aun así,
mantuvo una estrecha vigilancia sobre la extraña elfa pelirroja con un dialecto extraño.
Pronto, su atención se centró en los osos que sacó de la caja. Pasó los dedos por el suave
pelaje y esbozó una amplia sonrisa.
46
—Sabes, Lotta —dijo Rocky en elfo, envolviendo un brazo alrededor de los hombros
del aprendiz—. He estado haciendo esto por... maíz en una mazorca, más de lo que puedo
recordar. No creo que me haya quedado para ver las reacciones... hace que todo valga la
pena, ¿no?

—Sí. Me alegro de que hayamos hecho otra pasada. Si no lo hubiéramos...—


respondió Lotta en elfo.

—Eso ahora no importa. ¿Ese es tu almuerzo? —dijo Rocky y señaló la bolsa.

—Oh, casi lo olvido —dijo Lotta y cambió a humano para poder hablar con las
chicas—. Mira, comida. Tú comes. Bolle. Rosinbolle. ¿Entiendes? Rosinbolle. Yum-
yum. Con smør y rosiner jugoso. Rosinbolle con smør, mi mejor —dijo y se palmeó la
barriga.

—¡Lotta! ¡No entienden una palabra de lo que estás diciendo! —dijo Rocky y se rio
en su mano—. Chicas, ¿tienen hambre? ¿Les gustaría un bollo de pasas con mucha
mantequilla?

—¡Sí, por favor! —Sandie y Hannah dijeron como una sola, asintiendo con tanta
fuerza que sus capuchas subieron y bajaron.

Lotta sonrió ante la respuesta y comenzó a distribuir los bollos y la mantequilla.

—¿No es genial, Rocky? ¡El amor por la comida sana y nutritiva es universal!
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Las niñas tenían un apetito más grande de lo que incluso Lotta podría haber
imaginado: después de comer los tres bollos de pasas, también masticaron el último pan
de jengibre de Rocky. Después de eso, las dos latas restantes de PinkFizzy desaparecieron
como el rocío de la mañana.

Como el oficial de policía había predicho anteriormente en la búsqueda, la


temperatura bajó cuando la noche se convirtió en madrugada. Aunque Sandie y Hannah
estaban saciadas y contentas después de la cena, columnas de vapor escapaban de sus
bocas cada vez que respiraban.

Rocky gruñó y miró hacia el cielo. Más nubes de color gris pálido se deslizaron hacia
ellas desde el norte, prometiendo más nieve en poco tiempo. Arrastrándose detrás del
trineo, miró al pueblo a lo lejos, pero no pudo ver ninguna evidencia de que los equipos
de búsqueda estuvieran cerca de ellas: no había linternas moviéndose hacia arriba y hacia
abajo, ni reflejos de las luces de colores en lo alto de los coches de policía.

—Lotta... creo que tenemos que llevarlas de regreso nosotras mismas. La ayuda no
llega.

—Oh. ¿Podemos hacer eso? Quiero decir, ¿podemos hacerlo? —dijo Lotta jugando
un juego de dedos con Sandie y Hannah para distraerlas del frío. Era un viejo juego de
elfos que su madre le había enseñado donde el objetivo era predecir qué dedo tiraría el 47
oponente y doblarlo hacia atrás en el tiempo. Era solo una tontería, pero las niñas jugaban
bien y tenían una gran sonrisa en sus rostros.

Rocky negó con la cabeza lentamente mientras miraba a las chicas.

—No. Se supone que no debemos mezclarnos con los humanos. Nos tienen miedo,
¿recuerdas?

—¿Lo tienen? —dijo Lotta, haciendo reír a Hannah cuando cerró su mano y le sacó
meñique de la niña más pequeña.

—Tienes razón, discusión estúpida —dijo Rocky con un suspiro—. Está bien, cuando
termines de jugar, subámoslas al trineo.

—Está bien... ¿en la parte de atrás?

—No, es demasiado peligroso allí atrás. Tendremos que dejar que se sienten entre
nosotras. Lotta, por favor pídeles que despejen el camino... voy a aterrizar —dijo Rocky
y se subió al trineo.

Lotta tragó saliva y miró a las dos niñas con las que estaba jugando.

—Lo intentaré —murmuró en elfo antes de cambiar a humano—. Chicas, Rocky


tierra ahora... alejarse... no, a un lado. Cuidado. Casco... eh... caballo... no, ¿reno? Casco
de reno. Ka-lomp, ka-lomp... ay. No ay. ¿Sí?
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

La boca de Hannah se abrió levemente ante el curioso mensaje, pero Sandie se inclinó
hacia su mejor amiga para traducirlo al humano adecuado.

—La otra elfa va a aterrizar ahora. Necesitamos tener cuidado para que Rudolph no
nos pise.

—Ohhhh —dijo Hannah y asintió.

Lotta estuvo a punto de decir que en realidad no era Rudolph, sino Wreck, Mutt,
Lillyputty y Bob, pero no tenía el vocabulario para eso, ni podía hacer añicos las ilusiones
de las chicas al revelar que incluso tenían un reno llamado Bob. En cambio, sonrió y
ayudó a Sandie y Hannah a llegar al costado del camino.

Cuando el camino estuvo despejado, Rocky llevó el trineo a tierra y pronto se deslizó
por el camino nevado sobre los patines engrasados. Cuando los animales se detuvieron,
el que estaba junto a Wreck rebuznó y se estremeció como si estuviera ansioso por llegar
a su hogar en Groenlandia.

—Lo sé, lo sé, Mutt... no pasará mucho tiempo antes de que puedas comer y beber
algo —dijo Rocky con voz tranquilizadora.

Lotta, Sandie y Hannah se alejaron del costado del camino y se acercaron al borde 48
del trineo. Lotta les mostró a las dos niñas dónde debían poner los pies, y pronto, las
cuatro estaban sentadas en el banco peludo. También estaban bien sentadas apretadas,
con el trineo no lo suficientemente ancho para dos elfas y dos humanas. Cuando Lotta se
encontró con la mitad de su trasero colgando precariamente sobre el borde del asiento,
volvió a levantarse y se arrastró hasta el espacio para los pies en el trineo donde había
estado antes.

—Siéntate. ¿Sí? Siéntate bien —dijo extendiendo la mano para acariciar el asiento.

Como siempre, Hannah no entendió una palabra, pero Sandie tradujo:

—Muévete.

—Ohhhh —dijo Hannah y se hizo a un lado para que tuvieran un poco más de
espacio. Puso sus piernas a la derecha de la elfa en el suelo y encontró una posición
cómoda—. Extraño a mi mamá... Quiero irme ahora a casa —le dijo a Rocky.

Sandie deslizó un brazo alrededor de la cintura de su mejor amiga y la acercó un poco


más.

—También quiero ir a casa —dijo girándose para mirar a Rocky con ojos redondos
y tristes.

Rocky respondió tomando las riendas y sonriendo a sus pasajeras.


UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—¿Estamos todas listas? —dijo mirando a Lotta. Con un coro de:

—¡Sí! —golpeó las riendas, lo que hizo que el tiro de renos diera el primer paso
vacilante.

—¡Adelante Bob, adelante Lillyputty, adelante Mutt y adelante, adelante, Wre…


uh... Wrudolph! —dijo guiñándole un ojo a la elfa menor que estaba en el suelo del trineo.

Wreck rebuznó su confusión, pero mantuvo el ritmo. Más y más rápido, el trineo
corrió por el camino nevado hasta que los renos alcanzaron la velocidad necesaria para
despegar. Con un chillido de alegría de ambas niñas, y de Lotta, cuando los patines se
soltaron del camino, el trineo salió disparado por los aires.

No les tomó mucho tiempo volar de regreso a la calle de la casa de las niñas, incluso
incluyendo un segundo barrido inclinado del pueblo que habían persuadido a Rocky para
que realizara. Hannah había encontrado el bastón de campanillas y lo estaba sacudiendo
a fondo para anunciar su regreso triunfal. El estado de ánimo alcanzado todos comenzaron
a cantar Jingle Bells para marcar la feliz ocasión.

—Ahí está tu calle —dijo Rocky en humano mientras señalaba hacia el suelo. —Sin 49
embargo, no podemos aterrizar allí. Los titulares darían la vuelta al mundo... elfos vistos
en el pueblo que sea... pero vamos a asentarnos en un callejón justo por allí. ¿Lo ven?

—Ajá —dijeron Sandie y Hannah al unísono.

Lotta asomó la cabeza desde debajo del trineo para seguir su progreso. Alcanzó a ver
el único coche de policía que quedaba aparcado delante de la casa.

—Caminamos a casa y mamá. No... eh... caminamos... acompañamos a mamá a casa,


—dijo en humano, poniendo una mano en el abrigo de invierno de Hannah. Cuando se
hizo dolorosamente obvio que esta vez, ni Sandie ni Hannah tenían ni idea de lo que Lotta
estaba tratando de decirles, la elfa gimió en voz alta—. Oh, ¡algodón de azúcar! Rocky,
por favor tradúceme...

—De acuerdo.

—¿Cómo dirían que las acompañaremos de regreso a sus casas y a sus mamás?

Rocky sonrió y se inclinó hacia Sandie para que no tuviera que gritar.

—Oye, una vez que hayamos aterrizado, las acompañaremos de regreso con sus
mamás. Lotta y yo no podemos ir hasta allí, pero no nos iremos hasta que estén cerca de
sus hogares. ¿Está bien?

—Está bien —dijo Sandie asintiendo. Momentos después, Hannah también asintió.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

Lotta le dio a Rocky un gran pulgar hacia arriba antes de que se agachara para salir
de la brisa.

A salvo en el suelo del callejón nevado, Rocky tomó la punta con un firme agarre en
la mano de Sandie. La chica humana de cabello oscuro se aferró a su mejor amiga Hannah,
quien a su vez tenía a Lotta a cuestas. Juntas, las cuatro bajitas caminaron por la nieve
hasta llegar a la calle donde vivían las niñas.

Un perro ladró en algún lugar en la distancia, y Hannah se animó de inmediato al ver


su casa y escuchar a su mascota.

—¡Ese es Shredder5!—gritó casi saltando adelante—. ¡Oh, estoy tan cansada y


extraño a mi mamá, a mi papá, a mi hermana mayor y a mis juguetes! ¿Ya llegamos?

—Casi llegamos, Hannah —dijo Sandie dándole un pequeño apretón a la mano de su


amiga.

—¡¿Tu perro se llama Shredder?! —graznó Rocky recordando el incidente con el


mencionado canino. Los dientes del perro no se habían visto particularmente atractivos o
indulgentes, y ahora sabía por qué. Perdió un paso, pero pronto lo recuperó. 50
—¡Sí, es tan tierno!

—¡¿Tierno?!

Lotta se rio disimuladamente en su mano libre ante la mirada asustada en el rostro de


su mentora.

—Rocky, ¿te encontraste con él? —dijo en elfo.

—¡Sí! ¡Y eso es lo último que voy a pensar en Shredder!

Veinte metros más adelante, la hilera de arbustos que usaban para cubrirse estaba a
punto de terminar. El resto del camino a las casas estaba dominado por céspedes vacíos
y abiertos que no ofrecerían protección contra las miradas indiscretas del mundo. Rocky
hizo que las chicas se detuvieran y extendió la mano en el acostumbrado saludo humano.

—Hasta ahí podemos llegar con ustedes. ¿Estarán bien desde aquí? —dijo y le
estrechó la mano primero a Sandie y luego a Hannah.

5 Shredder: En castellano triturador


UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Sí, caminamos aquí todos los días cuando jugamos con nuestra vecina Juliet —
dijo Sandie y de repente abrazó a Rocky que casi derriba a la elfa—. ¡Gracias! —dijo en
la oreja puntiaguda de Rocky.

—¡Uf! De nada... de nada, Sandie. No olvides tus ositos de peluche.

—No lo haremos. Hannah, ¡no olvides tus ositos de peluche!

Mientras eso sucedía, Hannah se volvió hacia Lotta y abrió los brazos para invitar a
la elfa pelirroja a darle un abrazo similar. Lotta estaba muy feliz de obedecer y cayó en el
abrazo con una risita y un:

—Awwww... —Cuando se separaron, Lotta le dio un apretón extra a las manos de la


joven rubia—. Hannah, estás a salvo. ¿Sí? Estás a salvo.

—Es “mantente a salvo”, Lotta. Mantente a salvo —susurró Rocky con la comisura
de su boca.

—Oh... gracias —susurró Lotta—. Hannah, mantente a salvo. ¿Sí?

Asintiendo, la joven rubia juntó las manos y tiró de Lotta para darle un abrazo de
despedida. 51
—Adiós, Lotta... gracias —dijo antes de que ella y Sandie caminaran arrastrando los
pies el resto del camino, de la mano y con un firme agarre en sus nuevas familias de ositos
de peluche.

Cuando estaban a media docena de metros de sus casas, la madre de Hannah salió
para hablar con uno de los policías que organizaba el registro. El grito de felicidad que
soltó al ver a Sandie y Hannah de regreso en casa y a salvo se escuchó en todo el pueblo
y al menos a mitad de camino hasta Snowyvale, Groenlandia.

—¡Mamá, mamá! —gritó Hannah corriendo hacia adelante con sus ositos de
peluche—. ¡Conocimos a dos elfas! ¡Volamos sobre los techos con dos elfas y Rudolph!
¡Fueron muy, muy amables y Lotta nos dio bollos de pasas, pan de jengibre y osos de
peluche! —Eso es lo lejos que llegó Hannah antes de que su madre la levantara y
comenzara a balancearla.

La conmoción hizo que todos salieran a la calle, y la acera pronto estaba tan llena de
gente que parecía una estación de tren concurrida en hora punta. Todos comenzaron a
animar y abrazar a las dos jóvenes que casi se pierden en el mar de gente. La sirena de la
policía se acercó más y más, y el segundo coche patrulla no tardó mucho en deslizarse
por la esquina.

En los setos, Rocky y Lotta chocaron los cinco antes de marcharse de puntillas para
volver con Wreck y los otros renos en el trineo: ya era hora de volver a Groenlandia para
recibir la próxima carga de regalos.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

El último tramo del viaje de regreso a Snowyvale se cubrió en un tiempo récord.


Apenas una hora y media después de que Sandie y Hannah se reunieran con sus familias,
el trineo de Rocky y Lotta atravesó la gran abertura del muelle de carga de fábrica de
juguetes #3 y aterrizó perfectamente a un tercio de la pista de aterrizaje.

Wreck bramó en voz alta mientras él y sus colegas reducían la velocidad del trineo
vacío en su camino hacia el corral y el alimento que sabían que los estaba esperando.
Disminuyendo la velocidad, los animales grandes se sacudieron y se estremecieron para
mostrar que ya habían pasado su tiempo normal de cena.

Rocky tiró de las riendas para que el equipo bajara a un trote perezoso. Una vez que
los renos llegaron a la velocidad requerida, sacó el trineo de la pista de aterrizaje y lo
colocó en la ruta que los llevaría al corral. Con un último esfuerzo de Wreck y los chicos,
el trineo dio la vuelta y retrocedió para detenerse en la cerca.

Incluso antes de que se detuvieran, un grupo de cuidadores comenzó a desenganchar 52


los arneses y alejar a los cuatro animales cansados.

—¡Adiós Wreck! —gritó Lotta saludando al reno que había trabajado tan duro
durante el transcurso de la noche para llevar los regalos a los necesitados—. ¡Adiós, Mutt!
¡Adiós, Lillyputty... y adiós, Bob!

Rocky suspiró y pasó ambas manos por su cabello que aún estaba húmedo después
de volar a través de la capa de nieve afuera. Un elfo de maniobras ya estaba esperando
con un solo reno para remolcar el trineo hasta la rampa de carga, por lo que colgó sus
gafas sobre la barandilla de metal y saltó al suelo.

—Oye, Lotta... —dijo mientras se dirigía al otro lado del trineo.

—¿Sí? —dijo Lotta mientras seguía a la conductora hasta el piso.

—Qué debut —dijo Rocky y extendió su mano en una invitación para un saludo
apropiado de elfos—. Has hecho un trabajo increíble esta noche. Fácilmente el mejor
novato que dejaba regalos con el que he trabajado. Espero que podamos seguir trabajando
juntas. Dejo ahí, compañera.

Lotta hizo algo mejor. Atrajo a Rocky a un abrazo aplastante que se prolongó tanto
que llamó la atención de los alimentadores, peluqueros, recogedores de excrementos, el
maestro de carga y varios de los elfos de trabajo.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Gracias... gracias por decir eso, Rockabye. Me lo pasé genial esta noche. ¡Gran
Elfo, qué no hemos hecho!

—Sí, no es broma.

—Cuando Benny regrese, supongo que estaré afuera en el frío —dijo Lotta y se quitó
el gorro de terciopelo rojo prestado de sus mechones rojos llameantes—. Gracias por
dejarme usar su gorro.

—De nada —dijo Rocky y se apartó del abrazo—. Te queda genial. Realmente resalta
tu lindo rostro —continuó mientras alcanzaba el trineo que se movía lentamente y volvía
a colocar el gorro del equipo A en el espacio de almacenaje debajo del asiento.

—Oh, Rocky, te voy a extrañar mucho —dijo Lotta y se llevó las manos al pecho—
. Me he divertido mucho esta noche... en general. Va a ser muy difícil ahora verte volar
en tu próximo viaje... ¡y también con alguien más repartiendo los regalos!

—A decir verdad, no estoy segura de que Benny regrese. Esta es la tercera vez que
vuelve a recaer. Tarde o temprano, la paciencia del jefe se agotará.

Lotta miró a izquierda y derecha antes de inclinarse hacia la elfa mayor.


53
—Yo... ahora voy a revelar mi lado estúpido, pero ¿qué significa eso exactamente?
¿Volver a recaer?

—Es una historia triste. Significa que él es... oh, no sé si debería estar hablando de
eso. Benny es mi amigo —dijo Rocky y comenzó a arrastrarse hacia la mesa redonda
donde ella y los otros conductores habían jugado Olsen temprano en la noche.

Lotta la siguió a dos pasos de distancia hasta que llegaron a la mesa. Observó en
silencio mientras Rocky se sentaba, aunque estaba a punto de explotar por no escuchar
los detalles.

Rocky notó la mirada en el rostro de Lotta y empujó una de las otras sillas con su
bota.

»Toma asiento, novata. Bueno, Benny... elfo Benny... digamos que el punto de
partida de sus problemas vino cuando pasó por una mala ruptura.

Lotta se sentó, acercó la silla a la mesa y apoyó la cabeza en los brazos.

—¿Sí? —dijo visiblemente dándose un festín con la historia de Rocky.

—Sí. Ahí es donde sucedió. Desarrolló una adicción a las Sugabombs. ¿Conoces las
Sugabombs? ¿S-u-g-a-bombs? Son bolas de caramelo cubiertas de azúcar con un centro
de crema de chocolate para untar y fragmentos de azúcar cristalizada. Verdaderos
monstruos que hacen cosquillas.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—¡Los conozco! ¡Ni siquiera puedo comer un cuarto de uno, son tan dulces!

—Benny tomaba tres o cuatro al día.

—¡No!

—Me temo que sí —dijo Rocky y comenzó a desabrocharse la chaqueta del


uniforme. —Lo llevamos a rehabilitación, pero... ya sabes. —Hizo una breve pausa antes
de quitarse la chaqueta para revelar una camiseta sin mangas negra que combinaba bien
con sus hombros y brazos musculosos.

—Sí… lo sé.

—Supongo que ha vuelto a pasar. Pobre muchacho.

En su visión periférica, Lotta notó que una elfa cruzaba corriendo el muelle de carga.
Era la misma secretaria que la había anunciado a los conductores esa misma noche, y su
rostro sonrojado y emocionado demostró que algo estaba pasando.

—Creo que estamos a punto de tener visita…—dijo y se enderezó justo cuando la


secretaria las alcanzó.
54
—Buenas noches, señorita Rockabye, señorita Epilotta... el gran jefe acaba de
regresar de un viaje. Se ha enterado de sus hazañas y les pide que vayan a su oficina arriba
de inmediato... y quiero decir de inmediato —dijo mirando a las dos elfas en la mesa.

Lotta jadeó y comenzó a retorcerse las manos, pero Rocky simplemente suspiró y
volvió a ponerse la chaqueta.

—Dígale al jefe que estaremos arriba. ¿De acuerdo? —dijo la elfa mayor mientras
metía su brazo derecho por la manga.

—Lo haré, señorita Rockabye —dijo la secretaria y se alejó rápidamente de la mesa


redonda.

—El gran jefe quiere vernos… quiere hablar con nosotras… —Lotta gimió
retorciéndose las manos como loca—. Santa... Santa quiere hablar con nosotras... debe
haber oído que nos mezclamos con los humanos... ¡estamos condenadas!

₪₪₪₪₪
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Sí, Santa... gracias, Santa... muchas gracias, Santa... adiós, Santa... fue un honor
conocerte, Santa—dijo la voz de Lotta desde el otro lado de la puerta de la oficina de
Santa en el piso administrativo de Fábrica de juguetes #3.

Momentos después, ella y Rocky salieron de la oficina y cerraron la puerta detrás de


ellas. Lotta simplemente tenía que echar un último vistazo al gran jefe, así que mantuvo
la puerta entreabierta y echó el vistazo. Fue breve, pero suficiente para ver la característica
barba blanca, los tirantes negros y el abrigo rojo que tenía colgado sobre el respaldo de
su sillón.

Rocky la apartó para que no los atraparan espiando a Santa Claus.

—¡Lotta! ¡Por el bien del Gran Elfo! —susurró arrastrando a la ansiosa elfa menor
lejos de la puerta.

—Está bien, está bien, solo un vistazo más...

—¡Lotta!

—¡Está bien, ya!

Ambas sostenían una caja de cartón blanca neutral. Las cajas eran delgadas, pero 55
estaban bien protegidas por una tapa resistente y un papel de seda blanquecino que cubría
los bordes.

Rocky fue la primera en quitar la tapa y apartar el papel protector. Se le formó un


nudo en la garganta y tuvo que tragar saliva varias veces al contemplar el prístino gorro
de terciopelo rojo forrada de piel Equipo A de Santa con una bolita dorada al final del
cono. Tomando una respiración profunda, sacó el sombrero de valor incalculable de la
caja y lo ahuecó para que estuviera listo para ponérselo.

Lotta se conmovió por la reacción genuina que se grabó en el rostro del normalmente
tan imperturbable de la elfa Rockabye. Sonriendo a través de un leve velo de lágrimas,
abrió su propia caja y sacó un gorro idéntico de terciopelo rojo Equipo A.

Las dos elfas se miraron durante un rato antes de intercambiar las preciadas
posesiones y ayudarse mutuamente a ponérselas. Lotta bajó el suyo para descansar sobre
sus orejas puntiagudas, luego arrojó el cono largo y flexible sobre su hombro derecho.
Rocky ajustó el suyo para que quedara torcido y tiró el cono sobre su hombro izquierdo.

—¡Muy bien! —Lotta lloró y tiró de Rocky hacia ella para darle un abrazo
aplastante—. ¡Míranos ahora! ¡¿Puedes creerlo?!

—No, realmente no…


UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—¡Yo tampoco! Oh, Gran Elfo, estoy tan feliz —dijo Lotta y comenzó a saltar arriba
y abajo. El movimiento hizo que la bolita de su nuevo gorro del Equipo A saltara como
loca, y eso a su vez la hizo chillar de alegría.

Rocky tiró de la vertiginosa elfa hacia atrás para darle otro abrazo antes de que
comenzara a arrastrarse hacia el muelle de carga.

—Lotta, puedes decir que no si prefieres irte a casa, pero... ¿puedo tentarte para que
me acompañes en mi próximo viaje? Iba a ir a buscar cuatro renos nuevos.

—¿Tentarme? ¡Rockabye, tendrías que atarme al Pino Sagrado en casa para


mantenerme alejada! —dijo Lotta y rápidamente enganchó su brazo dentro del de Rocky.

Abajo, en el muelle de carga, las dos elfas y sus gorros de terciopelo rojo del Equipo
A de Santa atrajeron la atención de todos: el jefe de carga, los duendes de trabajo y los
demás conductores silbaron y vitorearon para mostrar su aprobación.

Lotta le devolvió el saludo ampliamente, pero Rocky estaba un poco avergonzada


por la atención y prefirió seguir caminando como si nada inusual acabara de suceder.
56
En el corral, Canute se acercó y silbó en voz alta ante las declaraciones de moda de
terciopelo rojo.

—Felicitaciones, Rocky. Seguro que tardó mucho en llegar. Tú también, novata.


Entonces... ¿estás lista para un nuevo equipo?

—Así es, Canute... ¿qué nos tienes? —dijo Rocky mientras se apoyaba contra la
cerca. Lotta se acercó para pararse a su lado, y las dos elfas instintivamente se abrazaron
por la cintura.

—Oh, tenemos Alkimeyepoiki, Ballumbalytis, Paykanosa y Wellokesso. También


muchos otros. Elijan —dijo Canute e hizo un amplio gesto hacia los animales disponibles.

—¿Alkim-ojo-pido-tu-perdón? —gritó Lotta mirando con los ojos muy abiertos a


Canute y los animales. —¿Ballumba-qué? ¿Payka-chismes? ¡¿Por qué no pueden tener
nombres regulares... como... como... como Bob?!

—Lotta... —dijo Rocky por la comisura de su boca.

—Pero yo…

Canute enarcó una de sus pobladas cejas y cruzó los brazos sobre el pecho.

—¡No dejes que el elegante gorro se te suba a la cabeza, novata! Son buenos
animales. ¿Los quieres o no?
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Le ruego perd…

—Lotta, los recogeré un poco más tarde. Es hora de schmut. Schmut... schmutter,
schmuttest—dijo Rocky y apartó a Lotta del corral antes de que dijera algo de lo que se
arrepintiera.

Sin decir una palabra, se arrastraron hasta un recinto para ver despegar a los otros
trineos. Lotta tenía una mirada enfadada en su rostro, pero desapareció cuando Rocky le
pasó un brazo por los hombros.

—No puedo creer que ya estoy extrañando a Bob... ¡Bob, de todas las cosas!

—Sí, ¿eh?

—Sí. Oh, qué noche hemos tenido —dijo Lotta y miró un trineo completamente
cargado que corría por la pista tirado por un equipo de cuatro renos. El pesado trineo casi
se elevó en el aire antes del final de la pista.

Rocky gruñó y movió su mano hacia abajo para descansar sobre la cintura de Lotta.

—Y no va a parar aquí—dijo con su dedo meñique haciéndole cosquillas en la cadera


a Lotta. 57
—Rockabye, ¿qué-qué quieres decir con eso? —dijo Lotta y se dio la vuelta para
mirar a la elfa mayor a los ojos. Deliberadamente no rompió el contacto, lo que significaba
que estaban un poco más cerca de lo habitual.

—Bueno… ¿no has dicho que querías venir para la próxima carrera?

—¡Oh! Oh, sí, por supuesto —dijo Lotta y estalló en un sonrojo—. Oh, sí, sí. Por
supuesto. ¡Me encantaría!

Rocky sonrió y se estiró para recoger un mechón de pelo rojo llameante de Lotta
debajo del borde de su gorra de terciopelo rojo del equipo A.

—Solo necesito una taza de cerveza blanca dulce y una buena ración de arroz con
leche con mucha canela y un charco de mantequilla caliente y derretida, pero luego
saldremos volando, tú y yo.

—Oh… ¿arroz con leche? —respiró Lotta desarrollando una mirada soñadora en sus
ojos—. ¿Con canela y mantequilla derretida...? Ohhhh, me encanta el arroz con leche con
canela y mantequilla derretida... una vez que empiezo, no hay nada que me detenga... y
también la cerveza blanca dulce...

—Quieres venir para al próximo viaje, ¿verdad? —dijo Rocky con un guiño.
UN BUEN MOMENTO ÉLFICO de NOSERBARD TRADUCTORA:

—Arroz con leche… —dijo soñadoramente Lotta. De repente se despertó y se golpeó


la frente—. ¡Buh! El viaje... ¡sí, sí! —exclamó y se puso de puntillas para depositar un
pequeño beso en los labios de Rocky. Cuando volvió a bajar, se dio cuenta de que podría
haber sido demasiado optimista de su parte—. Oh... yo... espero que eso no haya sido...
espero que no... te importe... —dijo tocándose los labios que todavía tenían un pequeño
hormigueo por el dulce contacto.

—¿Importar? Definitivamente me importará si nunca me das otro igual. Tal vez


deberíamos esperar hasta que termine la Noche de las Noches, aunque... ¿eh? —dijo
Rocky con un guiño de complicidad.

Lotta le devolvió el guiño y se inclinó hacia el toque de la elfa mayor.

—Sí. Me gustaría. Qué buen momento élfico que hemos tenido esta noche —susurró
mientras observaba el próximo trineo acercándose por la pista.

—Y solo va a mejorar —agregó Rocky apretando un poco la cintura de Lotta.

58
FIN

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