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REVISTA CIENCIAS DE LA EDUCACION

ELEMENTOS PARA EL ESTUDIO


DEL ESTADO DOCENTE EN LA FORMACIÓN
HISTÓRICO SOCIAL VENEZOLANA DEL SIGLO XIX

Autor: Eithell Ramos

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA


CARACAS - VENEZUELA

RESUMEN
Dada la importancia de la educación en la formación de la ciu-
dadanía y de la nacionalidad, se investigó, en la historia de la nacien-
te República venezolana del siglo XIX, la importancia otorgada por
los sectores dominantes y constituyentistas a la educación escolar, en
el lapso comprendido entre 1811hasta 1890.
Palabras clave: Instrucción Pública. Estado Docente. Código
de Instrucción Pública. Constituciones.

ABSTRACT
Given the importance of the education in the formation of the
citizenship and of the nationality, it was investigated, in the history of
the nascent Venezuelan Republic of the XIX century, the importance
granted by the dominant sectors and constituyentistas to the school
education, in the lapse understood among 1811hasta 1890.
Key words: Public Instruction. Educational state. Code of Public
Instruction. Constitutions.
UNIVERSIDAD DE CARABOBO / FACE

Para Engels (s/f.), el Estado es producto de la sociedad, éste apa-


rece cuando llegado un momento histórico determinado en la historia
de la humanidad, en el que los conflictos de intereses económicos de
los sectores que lo conforman se hacen irreconciliables y amenazan
consumirla. Surge como una fuerza externa, situado por encima de
los sectores en pugna, pero nacido por el conflicto. Constituye una
institución que no permanece neutral en la lucha de intereses, y por el
contrario, está al servicio de los sectores dominantes. El Estado Mo-
derno que se comienza a constituir en Hispanoamérica en el siglo
XIX, se inició, en el caso de Venezuela, el 19 de abril de 1810, con el
intento de resguardar los Derechos de Fernando VII en las provincias
de Venezuela ante el desmembramiento del Imperio Español y dando
lugar, en 1811, al surgimiento de un nuevo Estado-Nación funda-
mentado en la Soberanía, la propiedad privada, la Libertad, la divi-
sión de poderes y el establecimiento de un pacto de poder político
que le otorgaba a la representación popular la facultad de constituirse
en gobierno de todo el territorio nacional.
La adscripción del Estado a la defensa de los intereses materia-
les y espirituales de los sectores que dominan la sociedad, se logra
visualizar en los distintos aspectos hacia los que el Estado encamina
su acción controladora y de orden. Entre ellas es importante destacar
la labor educativa escolar, como herramienta de creación y recrea-
ción de valores de la sociedad. La función que se le atribuye a la
educación escolar venezolana en el siglo XIX, está condicionada a
las características de la actividad agro-exportadora, que es la forma
de articulación con el mercado capitalista mundial. Los esfuerzos por
establecer los objetivos propios del Estado en el asunto escolar, como
vigilante del poder público, responden a las limitaciones reales del
estadio de desarrollo alcanzado por Venezuela en el siglo turbulento
de la guerra de Independencia. Y de las luchas armadas civiles que
continuaron luego de la Independencia las cuales expresaban los aco-
modos y reacomodos de los caudillos en el control del poder para
construir el Estado Nación Venezolano. Estos aspectos forman parte
del proceso general de consolidación del sistema educativo venezo-
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lano y de la consistencia del Estado Docente, ambas caras de un mis-


mo proceso, en la formación de la República.
Los constituyentes, desde el momento mismo de la Declaración
de la Independencia y de la promulgación de la Constitución de 1811,
consideraron la conveniencia de legislar sobre la materia escolar.
Desde ese momento, y a lo largo de la historia de la educación en
Venezuela, se encontrará abundante material (normas constituciona-
les, decretos, reglamentos) que versan sobre lo educativo formal y su
papel en la preocupación gubernamental. La Intención de organizar
los instrumentos legales que perfilaran las premisas de los sectores
gobernantes en la formación de la República, y el contraste por la
ausencia de ejecutorias que consagraran cabalmente el cumplimiento
de lo esbozado en el cuerpo legal, se traduce en una constante que
caracteriza la cuestión escolar en Venezuela durante el siglo XIX,
con la salvedad del período que abarca las décadas 70 y 80, con el
auge que impulsa el decreto de instrucción pública, gratuita y obliga-
toria de Guzmán Blanco.
Lo educativo-escolar en las Constituciones
(1811, 1819, 1821, 1830)

La Constitución de 1811, elaborada por los representantes de las


Provincias de Margarita, Mérida, Cumaná, Barinas, Barcelona,
Trujillo, y Caracas (faltaron los representantes de las Provincias de
Coro, Maracaibo y Guayana), consagró la materia escolar como un
asunto que debían encarar las provincias. En efecto en el Capítulo IX,
artículo 200, se encarga a los gobiernos provinciales de proveer la
ilustración de todos sus habitantes. Así lo señala Márquez (1964: 34-
35): “...se encargaba a los gobiernos provinciales la creación de es-
cuelas, academias y colegios,” Este criterio supuso a las Provincias
en capacidad de llevar a cabo esta labor, organizando y atendiendo la
cuestión escolar, liberando al gobierno central de la responsabilidad
sobre este asunto.
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La independencia del dominio español, significó para Venezuela


la búsqueda de un camino para afirmar la nacionalidad y construir la
ciudadanía. Los sectores dominantes se entretejieron en el estableci-
miento de una legalidad que consolidara sus intereses y privilegios.
La instrucción del pueblo, para afirmar los valores de ciudadanos
libres que conscientes de sus deberes y derechos con la naciente Re-
pública pudieran contribuir con la formación de la nacionalidad, se
planteó como norma constitucional pero no como un imperativo para
la nación, pues el pueblo no lo reclama como un derecho. La cons-
tante que puede observarse en este período, es la falta de claridad de
propósitos para impulsar lo escolar popular que cubriera la educa-
ción primaria. Las condiciones de la Guerra de Independencia, y el
estado de inestabilidad política producto en parte de las revueltas
militares que continúan a lo largo del siglo XIX, en cierta forma con-
tribuyen a entender la ausencia de acciones que consoliden las previ-
siones legales que en materia escolar se hicieron.
La educación formal en Venezuela hasta 1870, con sus princi-
pios: pública y gratuita, tiene sus inicios pues, con las disposiciones
que asumen las Provincias. Delegada como un asunto que concierne
a éstas, la educación formal estará sujeta a la buena voluntad de las
autoridades provinciales y a las condiciones específicas en las que se
encuentran ellas, según la disponibilidad de recursos económicos.
La situación de dispersión de los asentamientos y caseríos, la
ausencia de vías de comunicación y las condiciones propias de una
economía que tenía su asiento fundamental en el latifundio (configu-
rando una población eminentemente dedicada a las labores de agri-
cultura y cría, articulados a una institución aberrante como la de la
esclavitud), contribuyen en buena medida a que la necesidad de dotar
a estos sectores de instrucción, por lo demás elemental, no se con-
templara como una necesidad fundamental del Estado. La preocupa-
ción por lo educativo-formal a partir de 1811, aunque se manifiesta
en los legisladores venezolanos, no por ello se asume como un dere-
cho social del ciudadano que el Estado debe garantizar y velar en su
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cumplimiento dotando de los recursos suficientes y necesarios para


ello. En ese sentido, los sectores del pueblo, por la forma de operar
de los sectores dominantes son objeto de una segregación social en
materia escolar que resiente las bases de la República.
Las preocupaciones de Bolívar, contenidas en el Poder Moral,
en lo que concierne a lo educativo-formal, son formulaciones carentes
de consolidación institucional en la configuración del Estado. Sus
planteamientos muestran la profunda convicción de la necesidad de
consolidar la libertad con hombres conscientes de su propio destino,
y para ello, la educación es un instrumento poderoso de afirmación
de la libertad de los pueblos. Partidario de la tesis centralista en la
formación del Estado, sostuvo la necesidad de hacer de lo educativo
una actividad cuyo fundamento lo sostuviera el gobierno central. “La
educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal
del Congreso.” Gil, (1942: T1I:512), sostuvo en el discurso inaugural
del Congreso de Angostura de 1819. Bolívar comprendió lo funda-
mental que constituye para el progreso de los pueblos la alianza entre
el «trabajo y el saber».
La Constitución de 1821, en lo que compete a lo escolar, esta-
blece las ideas de mayor influencia que van a ser consideradas las
bases sobre las que se formulan los preceptos constitucionales poste-
riores, fundamentalmente los de la Constitución de 1864, que es la
que da lugar a la promulgación del Decreto de Instrucción Pública de
1870. La Constitución de 1821 promulgada en Cúcuta, correspon-
diente a la Gran Colombia, estableció en la Sección II «De las atribu-
ciones especiales del Congreso», que esté debía “Promover por leyes
la educación pública y el progreso de las ciencias, artes y estableci-
mientos útiles; y conceder por tiempo limitado derechos exclusivos
para su estímulo y fomento.» Gil (1942: 11-575). Queda así estable-
cido, en el ordenamiento constitucional de la República, la educa-
ción privada, que continuará teniendo vigencia en las Constituciones
de 1830, tanto la promulgada para la Gran Colombia como para Ve-
nezuela.
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La disposición constitucional de 1821 que fortalece el estable-


cimiento de la educación privada, se fundamenta en el auxilio de la
iniciativa privada en la generalización de la enseñanza. Los fondos
de la naciente República no permitían cubrir todos los gastos que la
institucionalización de la enseñanza requería. Así, el fundamento del
poder del Estado fue oligárquico, minoritario, escudado en el goce de
los derechos políticos de la minoría acaudalada y establecida explíci-
tamente en el texto constitucional, para esa minoría es para la que se
legisló cuando se incorporó la educación privada.
Las principales leyes (1821-1827) en materia de instrucción pu-
blica y para la constitución del Estado Docente, Mudarra (1978: 32-
34) - Fernández H. (1891: 268), son:

Ley sobre establecimiento de escuelas de primeras letras para


niños y niñas, en 1821; Ley sobre establecimiento de Escuelas de
Niñas en los Conventos de religiosas, en 1821; Ley sobre el esta-
blecimiento de Colegios o Casas de Educación en las Provincias;
Ley sobre la aplicación a la Enseñanza Pública de los bienes de
los conventos menores en 1821; Ley sobre Organización y Arre-
glo de la prestación Pública, en 1826; Los Decretos de Bolívar
como Presidente, sobre Estatutos de la Universidad Central de
Caracas en 1827, a la creación del Colegio de Niñas de Caracas,
a la creación de la Subdirección de Instrucción Pública en Vene-
zuela y el establecimiento de las Misiones de Capuchinos en
Caracas y Bogotá; La Ley del 2 de Agosto de 1827.

Todas estas disposiciones no se cumplieron a cabalidad según


las “Exposiciones de la Dirección General de Instrucción Pública desde
1849 a 1851”, en Fernández Heres (1981: II), se atribuye, principal-
mente al problema del sostenimiento al poco poder y escasa estruc-
turación del organismo público encargado de la instrucción pública
en el territorio, y a los conflictos socio-históricos caracterizadores
del siglo XIX venezolano, entre otros.
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La Instrucción pública en general, fue favorecida en los precep-


tos constitucionales de 1830. Así:

Sancionada la Ley fundamental de la República en 1830, fueron


atribuidas la Instrucción Superior y Secundaria a los Poderes na-
cionales, y la Primaria a las Diputaciones provinciales. Al amparo
de esta disposición (…) surgen o se reorganizan los Colegios Na-
cionales (...) También las Universidades de Caracas y Mérida. (...)
la Constitución de 1830, (...) dio atribución al Congreso «de pro-
mover por leyes la educación pública en las Universidades y Cole-
gios; el progreso de las ciencias, y las artes y los establecimientos
de utilidad general y conceder por tiempo limitado privilegios ex-
clusivos para su estimulo y fomento». Mudarra (1978: 34- 39)

Como puede observarse, el énfasis de la instrucción publica está


en la Secundarla y en la Superior, mientras que la instrucción prima-
ria se deja por cuenta de las Provincias. Por otra parte, ante la poca
disponibilidad del tesoro nacional, se promueve constitucionalmente
la enseñanza privada por parte de la cual contará significativamente
la instrucción primaria para su subsistencia en el territorio.

En cuanto a la primaria, mal podía ser difundida con calor y efec-


tividad por las provincias dada su precaria capacidad económica,
y acaso de iniciativa y la ausencia de una tradición escolar que
facilitara la realización de planes docentes de la cuantía e impor-
tancia asignada a estas administraciones locales, (...) También
cierta interpretación hallada en preceptores, la negligencia de
padres que determinaba una grave y continua inasistencia esco-
lar, (...) Mudarra (1978: 35)

Y es que luego de la separación de Venezuela de la Gran Colom-


bia, las rentas municipales eran tan precarias que el mantenimiento
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de las escuelas primarias se convirtió en una carga insostenible, si-


tuación que se mantiene a lo largo del período en el que tuvo vigencia
el mandato constitucional. La producción de riqueza basada en la
explotación intensiva de la mano de obra agrícola y la institución
decadente de la esclavitud sostienen la tendencia de fomentar la edu-
cación formal en los centros urbanos más poblados, en las cabeceras
de provincias, y ni aún así, la generalización de lo escolar en estos
escenarios muestra visos de consistencia expansionista.
Es así como para el período de 1830-1831, sólo existen 200 es-
cuelas, las cuales atienden 7.500 alumnos, mientras que 9 años des-
pués, el período de 1839-1840 muestra un incremento de tan sólo 12
escuelas más (212 en total), atendiendo 8.078 alumnos, 578 alumnos
más. Grisanti (1933:137).

La situación escolar nacional y provincial:


la Dirección General de Instrucción Pública
Desde 1831, la tutela del Estado hacia la instrucción pública la
ejerce a través del Ministerio del Interior (y Justicia posteriormente).
Es a partir de 1838 con la creación de la Dirección General de Ins-
trucción Pública cuando lo educativo-formal adquiere ordenamiento
estructural dentro del Estado. La Dirección General de Instrucción
Pública estuvo supeditada al Ministerio del Interior o Justicia hasta
1857, de 1858 a 1861, al Secretario de Relaciones Exteriores; y de
1863 a 1880, el Ministerio de Fomento asume su control hasta que en
1881 se crea el Ministerio de instrucción Pública. Fernández H. (1981:
XIX).
José María Vargas dibuja la situación de la educación en un
informe de 1840;
Es a la verdad muy triste que de las 537 parroquias de la Repúbli-
ca, se cuenten 416 sin ningún establecimiento público de ins-
trucción primaria; y que de las 121 restantes están mal montados
y, preciso es decirlo, con preceptores que careciendo por lo gene-
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ral de cualidades necesarias para desempeñar este delicado en-


cargo. Fernández H. (1981: 772)
Las preocupaciones de los gobernantes de las Provincias sobre
el estado de la educación primaria, se reflejan en las comunicaciones
sostenidas con la Dirección General de Instrucción Pública, en las
que describen la precariedad de las escuelas y la situación de los co-
legios entre 1838 y 1840. Y esto se hace manifiesto aún después,
como lo expresan los comentarios en la Exposición de la Dirección
General de Instrucción Pública (1843) respecto a la situación de la
enseñanza primaria a raíz de ser sancionado el Código de Instrucción
Pública de 1843:

Esta medida ha dejado la educación primaria en el mismo estado


en que se hallaba. No es un precepto legal que se impone, sino
sólo un consejo el que se da a las Diputaciones; a cuyo arbitrio
queda adoptar o no las ideas del Poder Ejecutivo; Y desde cada
Diputación pueda obrar en su línea y a su modo, la uniformidad
que la Ley quiere que se establezca será quimérica y hasta im-
posible. Fernández H, (1981: II-672.)

Como se ha visto, lo que se ha denominado la educación formal,


fue una preocupación en los legisladores de la primera mitad del si-
glo XIX. Hombre como Simón Bolívar, Simón Rodríguez y José María
Vargas, entre otros, mostraron inclinación a tratar el problema educa-
tivo como un pilar fundamental de la República, aún cuando las con-
diciones socio-históricas no permitieron asumirlas como práctica
efectiva.

1843: Primer Código de Instrucción Pública


La situación de la educación formal, como ya se señaló encontró
serios obstáculos para su progreso y expansión. Es en 1843, cuando
se promulga el Primer Código de Instrucción Pública. Este Código,
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... Comenzaba... por señalar los organismos que integrarían la


instrucción pública, a saber: escuelas; colegios nacionales; Universi-
dades; Institutos de enseñanza aplicada; academias; sociedades eco-
nómicas y la Dirección General de Instrucción Pública. Aunque no
estaba dicho expresa y directamente, esta distribución suponía un prin-
cipio de organización que abarcaba diversas ramas: primaria (escue-
las); secundaria (colegios); superior (universidades); especial (insti-
tutos de enseñanza aplicada; extra- escolar (academias y sociedades
económicas). En cuanto a la Dirección General de Instrucción Públi-
ca, dicho organismo cerraba la enumeración de las partes integrantes
del sistema, con el expreso encargo de «centralizar el gobierno de las
partes de este sistema, bajo la suprema autoridad del Poder Ejecuti-
vo. «Estaba pues, conscientemente presente el propósito de mantener
el principio de Estado docente. Márquez, (1964: 44)
Si bien se encuentra sistematizada la diferenciación entre los dis-
tintos niveles de la educación pudiéndose identificar con la nomen-
clatura de los establecimientos dedicados a cada una de ellos; la orga-
nización y orientación de la educación primaria no fueron contem-
pladas en este instrumento legal, pues se mantenía vigente la norma
constitucional que dejaba en manos de las Provincias su «fomento y
administración»
De hecho, el Código, constando de 14 leyes, consagra las mate-
rias esenciales de lo educativo en la siguiente distribución:

Leyes Asuntos
1º Organización de la Instrucción Pública.
2º y 3º De los Colegios Nacionales.
4º a 13º Instrucción Universitaria.
14º Designa al Poder Central como reglamentadora de
la Instrucción Pública.
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La importancia dada a la instrucción secundaria y más aún, a la


universitaria, demuestra el interés central de los gobernantes de la
época; mientras, la instrucción primaria dedicada a la atención del
pueblo en sus primeras letras y en el saber popular, no era atendida.
Legal y efectivamente, el Código de 1843 estableció la autono-
mía universitaria que incluía la prerrogativa de tener renta propia.
Por otra parte, se mantuvo indefinida la condición que regía la rela-
ción entre colegios y universidades. No existía el requisito de la pre-
lación de los estudios en los colegios para ingresar a la universidad,
siendo en algunos casos, y cuando la equivalencia le permitiera, que
en los colegios se adquirieran los títulos que otorgaba la universidad:
Bachiller. Licenciado y Doctor.
Además de lo señalado, el Código de Instrucción de 1843, pre-
senta los siguientes detalles, para Mudarra, (1978: 46):

Carece de una orientación general de lo que debe ser lo educati-


vo-formal: sus fines y objetivos; No se establece la obligatorie-
dad ni la gratuidad de la instrucción pública; No se explicita la
libertad de enseñanza, más el auge de la educación privada de-
muestra el apoyo estadal a la misma.

La situación de la instrucción primaria, antes y después de


promulgado el Código de 1843 según los autores: Fernández H, (1981:
657. 616 – 617, 684-685, 696 – 697, 721-757) — Mudarra, (1978:
41), fue como se describe a continuación:
Hasta el año 1843 inclusive, y desde 1839, las escuelas públicas
tuvieron un incremento de 93 escuelas más en 5 años, mientras que
las privadas lo tuvieron en 68 escuelas más. Los alumnos de escuelas
públicas se incrementaron en esos 5 años en 2.421 niños, correspon-
diendo en promedio a 26 alumnos por escuela - incremento. Los alum-
nos de escuelas privadas aumentaron en 1.603 niños, correspondien-
do en promedio a 24 a1umnos por escuela-incremento. Las parro-
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quias que en 5 años logran escuelas públicas, son apenas 88, quedan-
do sin ninguna escuela para 1843, 331 parroquias de 540 existentes,
el 61 % aproximadamente. La proporción de niños en edad escolar y
el total de alumnos atendidos para el año 1843 es igualmente des-
alentadora: aproximadamente un 5% de escolarizados con respecto
al total de escolarizables (11.969 alumnos con respecto de 237.767
niños).
Los efectos del Código de Instrucción de 1843 para la instruc-
ción primaria, se pueden observar en los años comprendidos entre
1844 y 1847. En estos 4 años, las escuelas públicas tienen un incre-
mento de 40 escuelas, mientras que las privadas, tienen decrecimien-
to de 16 escuelas en los 3 últimos años (1845-1847). Los alumnos
de las escuelas públicas se incrementaron en 627 niños escolarizados,
correspondiendo, en promedio, a 17 niños por escuela-incremento.
Los alumnos de las escuelas privadas, decrecieron en 809 alumnos
atendidos.
Las parroquias que en 4 años logran escuelas públicas son 3,
mientras que para 1847, quedan aún 288 parroquias sin escuelas
públicas del total de 517 existentes, lo cual representa 56% aproxi-
madamente. La proporción de niños en edad escolar y el total de alum-
nos atendidos para 1847 corresponde a un 4% menor que la de los 5
años anteriores al Código de 1843 (12.815 alumnos con respecto de
307.785 niños en edad escolar).
Con estos resultados, los efectos del Código de Instrucción Pú-
blica de 1843, se extendieron muy poco a la instrucción primaria.
Evidenciando así, que a través de la legislación (contenido legal del
Código) y de la realidad, la instrucción primaria continuó desatendi-
da. La intensidad la concentró en la instrucción secundaria y científi-
ca, aunque aún en ellas fue poca la población atendida. Los sectores
pudientes fueron los que gozaban de tal instrucción. La influencia del
Código de Instrucción de 1843 no fue expansiva.
La realidad de la educación durante esta primera mitad del siglo
refleja en buena medida la incapacidad de los sectores conservadores
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por impulsar la educación popular. Serán los liberales con su progra-


ma de gobierno quienes presentarán un nuevo pacto social que inclu-
ya la participación popular.

Aspectos del pensamiento liberal en Venezuela


Las ideas de los liberales constituyeron un fenómeno que no
sólo se presentó en Venezuela sino en toda América Latina, y para
Weinberg (1981: 102), asumieron:

... en el Nuevo Mundo un contenido y características diferentes


de las que poseían en Europa, ante todo porque allí se manifesta-
ron como movimientos dentro de Estados definidos; en cambio
aquí, menos orgánico, y cualquiera haya sido la denominación
adoptada, aparecen como factores concurrentes a la estructuración
de nuestras nacionalidades como unidades políticas.

Conservadores y Liberales son los dos bastiones principales de


expresiones políticas cuyas confrontaciones tiñen la historia de Ve-
nezuela luego de la separación de la Gran Colombia. La guerra Fede-
ral es el acontecimiento que identifica la liquidación del predominio
de los conservadores como eje político con preeminencia sobre las
orientaciones del Estado.
Así, a través de las tesis de la modernización, la centralización
del Estado como institución político-organizativa de la sociedad, fun-
dado en las tesis del liberalismo como doctrina filosófica de los sec-
tores sociales dominantes, hace que la Venezuela agro-exportadora
del siglo XIX acentúe su configuración como Estado-Nación. Duran-
te este siglo, los sectores dominantes lo constituían la oligarquía mer-
cantil y usuraria y la oligarquía terrateniente.
Este debate fundamental en torno a la orientación que se le había
de dar al Estado en la Venezuela post-independiente, arrolla la temá-
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tica de lo escolar por varias razones: lo escolar constituyó un campo


en el que los intereses materiales de ambos sectores dominantes no
fueron afectados por la intromisión estatal; constituye un área en la
que el sustrato común lo constituía la adhesión a las ideas dominan-
tes del capitalismo mundial, como lo era el liberalismo; los balances
de la situación escolar llevados adelante por los estados (provincia-
les) no se habían fortalecido lo suficiente como para presentar batalla
en torno a la autonomía regional en materia escolar.
Por otra parte, para Mudarra (1978: 50), la instrucción pública
fue la institución que presentó mayor debilidad en la conformación
del estado y así lo señala:

... la Instrucción constituía el aspecto, quizás más débil, de la


organización oficial. De ahí seguramente, y en el amplio progra-
ma reivindicativo la ideología liberal, los orígenes principales
de las providencias del ejecutivo Federal enderezadas a atender
en la medida que lo permitían las disponibilidades y hasta reba-
sándolas, lo relativo al abandonado ramo de la Educación Pú-
blica.

En la estrategia del liberalismo se plantea la necesidad de incor-


porar los poderes locales a la dirección del Estado, y en ese sentido,
la situación de educación primaria y el abandono de atención que
presentan los sectores populares alimenta la preocupación de los li-
berales para reivindicar la educación popular. Antonio Guzmán Blan-
co, funda su poder en la

... represión de los sectores más ultramontanos del conservatismo


y de apertura real hacia los factores de poder locales. El último
bastión del conservatismo, la Iglesia, no sólo estaba identificado
institucionalmente con el sector más conservador de la clase do-
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minante, sino que enfrentaba el liberalismo democrático según


doctrina papal. (...) Carrera Damas, (1986: 172)

Estas dos líneas de acción la represión de los sectores radicales


(la Iglesia entre ellos), y la apertura hacia los factores de poder loca-
les, caracterizaron a los liberales en su estadía en el poder a finales
del siglo XIX, en su afán de consolidar la conciencia política de los
venezolanos. Y se manifiestan con claridad a través de la consolida-
ción del Estado Docente, plasmado en la Constitución de 1864, en el
Decreto de Instrucción Pública de 1870, y en la creación del Ministe-
rio de Instrucción Pública.

Consolidación del Estado Docente:


La Constitución de 1864, el Decreto de Instrucción Públi-
ca de 1870, la creación del Ministerio de Instrucción Pública y el
Código de Instrucción Pública de 1897

La Constitución de 1864 fue el pilar fundamental que sostuvo


las ideas manifiestas de los liberales en su concepción política de la
sociedad. En este texto constitucional, se establece el derecho al su-
fragio para todo venezolano mayor de 18 años, al igual que se reco-
noce la libertad de industria, tránsito, reuniones y asociaciones, y se
consagra en toda su extensión la libertad de enseñanza. A la vez se
manifiesta constitucionalmente, el compromiso del Estado de garan-
tizar gratuidad de la instrucción primaria y la de arte oficios.
En lo que respecta al principio de la libertad de enseñanza, ésta
Constitución fue explícita al contemplar «la protección de la misma
en toda su extensión.” Esta prerrogativa dejó a la actividad privada
libertad en el establecimiento de locales escolares para su provecho
a la par que les garantizaba la libre estructuración de contenidos y
orientaciones.
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Decreto de 1870 sobre la Instrucción Primaria obligatoria y


gratuita.
El Decreto dictado por Guzmán Blanco 1870, se funda en hacer
obligatoria la primaria para todo ciudadano, y tenía mucho de preten-
sión formal, pues las condiciones reales de las relaciones en la pro-
ducción se mantenían instituyendo la desigualdad económica y la
carencia de recursos para afrontar la escolaridad por parte de la ma-
yoría de la población. Resultó un formalismo jurídico que supuso la
igualdad de oportunidades ante la Ley, pero sin atacar la redistribución
de la propiedad. Las aspiraciones de Guzmán Blanco se encontraban
enfrentadas a una realidad insoslayable de la República, pues:

Esta idea de crear escuelas en todas partes era irrealizable para el


momento, primero porque el país no estaba pacificado del todo;
segundo porque no había uniformidad en los planes educativos y
tercero por que no existía el suficiente material humano capaci-
tado. Lemmo, (1961: 43)

El Decreto de Instrucción Pública de 1870, marca la consagra-


ción de la intervención centralista del Estado en materia escolar, pues
hasta 1870 la instrucción primaria era potestad Provincial. Es uno de
los aciertos liberales más sobresalientes, que marca la segunda mitad
del siglo XIX. El Ministro de Fomento, Martín J Sanabria (1873),
expuso ante el Presidente Provisional de la República, A. Guzmán
Blanco, los siguientes planteamientos que ilustran el ideario liberal
en materia educativa. Fernández H. (1981: XCIV - XCV, T. II)
Las naciones ..necesitan ...que todos sus miembros ...posean la
instrucción necesaria para conocer sus derechos y deberes. De aquí
se sigue que el Estado debe proporcionar directa o indirectamente la
instrucción elemental a todos los asociados, como el medio más efi-
caz para moralizar las costumbres, fomentar la riqueza y formar la
conciencia pública.
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El Decreto manifiesta que la instrucción pública en el país es de


dos especies: obligatoria o necesaria (que le ley garantiza gratuita y
obliga a todo venezolano), y libre o voluntaria, que abarca los cono-
cimientos adicionales a los obligatorios que los venezolanos quieran
adquirir.
Los elementos que integran El Decreto son: el Estado toma con-
trol de lo escolar, desplazando los resabios de hegemonía que se ha-
bía mantenido la institución religiosa en la época colonial y en algo
más de un cuarto de siglo de vida republicana; Reconoce lo escolar
como una función del Estado y debe proveer los recursos; Establece
la obligatoriedad de la educación primaria para toda la población ve-
nezolana mayor de 7 años. Establece la gratuidad de la enseñanza;
Articula la República en el contexto del capitalismo mundial en ma-
teria escolar, en tanto que busca universalizar la educación elemental
para la población sin distingo de condición social; y establece que la
instrucción primaria pasa a ser centralizada por el Estado. Desde esta
perspectiva hay un intento de ruptura con la realidad escolar y la
relación que se establecía con el Estado.

PRESUPUESTO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA: Períodos de 1869 a 1888.

1869 – 1870 112.716,00


1876 – 1877 447.984,84
1880 – 1881 1.624.465,20
1881 – 1882 1.639..354,40
1883 – 1884 2.500.621,00
1885 – 1886 3.287.399,88
1887 – 1888 3.343.991,88

FUENTE: Mudarra, (1978: 61)


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Como puede observarse, el presupuesto para la instrucción pú-


blica es creciente a partir de 1869 – 1870 hasta 1887 – 1888, donde
alcanza el mayor monto.
A raíz del Decreto de Instrucción pública de 1870, se observó
un crecimiento significativo de la instrucción primaria, así lo descri-
be Mudarra: (1978:63):

Era tal el incremento ocasionado por la intensificación de la


Instrucción Pública, y el crecimiento de la responsabilidad gu-
bernamental en ella, que resultaba manifiestamente incapaz, por
su organización y dimensiones, para prestar la oportuna y debida
atención, la Sección que ocupa en el Ministerio de Fomento, a
pesar de las reformas registradas en ella. Por esa causa, el Go-
bierno Nacional, culminando este importante y sorprendente pro-
ceso de crecimiento y expansión docente – administrativa, dis-
puso la Reorganización Ministerial contenida en la Ley del 24 de
mayo de 1881, y creó el Ministerio de Instrucción Pública.

El Ministerio de Instrucción Pública, llena un vacío importante


en lo educativo – formal. Hasta ese momento (1881), la instrucción
pública había sido atendida por

...el Secretario de lo Interior y Justicia (…) 1830 – 1858, (…) el


Secretario de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública (…)
1858 – 1861; el Ministerio de Fomento (…) 1863 – 1880.
Fernández H, 1981: XIX)

En lo sucesivo, este ministerio asumirá los asuntos relativos a la


educación formal en Venezuela.
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Código de Instrucción Pública (1897)


Este segundo Código de Instrucción reafirma la potestad del
Estado en la atención de lo escolar en toda su extensión y convalida
la libertad de enseñanza para los sectores privados de la sociedad. El
próximo Código de Instrucción Pública será promulgado en 1904.

La instrucción laica y la libertad de enseñanza


Las ideas que influyen como doctrina en la intervención del Es-
tado, se fundan en la garantía del derecho a lo escolar, estableciendo
los instrumentos legales que protejan el disfrute colectivo a todos los
sectores sociales. El Estado, por ser institución colectiva que expresa
una integración heterogénea de intereses de los sectores que confor-
man la sociedad, aparece actuando como árbitro para menguar la supre-
macía de un sector sobre los otros. Según Engels (S/F: 606), el estado
es un poder situado por encima de la sociedad, siendo producido por
ella, que se sitúa y se divorcia de ella y es el llamado a mantener el
orden en los límites del pacto social y de la estructura jurídico políti-
ca. Esta realidad efectiva que constituye la esencia misma del Estado,
supone una organización estructurada en las normativas legales que
en definitiva son el resultado de la concentración jurídica que expre-
sa los intereses sociales en pugna.
La situación escolar heredada de la Colonia hasta Guzmán Blan-
co, no había atacado globalmente el problema relativo a la organiza-
ción de lo escolar y su institucionalización como sistema educativo.
Igualmente las acciones de las Legislaturas Provinciales, pautadas en
la primera Constitución venezolana de 1811, se encontraban desarti-
culadas entre sí cumpliendo sus funciones de acuerdo a criterios lo-
cales específicos.

Los Constituyentes venezolanos de 1811, cuando formularon


los principios de la libertad pensaron en las libertades para una
sola clase: la burguesía que ascendía y que como fuerza política
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luchaba por la independencia para darle expresión a sus intere-


ses. Los derechos del hombre y del ciudadano allí consagrados
no alcanzaban a todos los venezolanos porque gran masa ocupa-
ba la categoría de parias sociales y no podían influir de manera
decisiva en la dirección de los negocios públicos. A otros, la de-
pendencia inmediata de un dueño y señor, les convertía en sim-
ples cosas. La propiedad tenía el valor de derecho fundamental y
alrededor de ella se estructuró toda la tabla de garantías y dere-
chos de los hombres que estaban amaneciendo a la vida de la
república en nuestro Continente. Prieto Figueroa, (1951: 25-26)

La educación laica es una conquista que caracteriza la acción del


Estado alimentado por los liberales: Es la ruptura con la práctica
escolar que se había venido desarrollando en manos de la Iglesia como
función exclusiva de evangelización a cargo de las órdenes religiosas
que permitieron la penetración de la acción colonial y que posterior-
mente se transformaron en instrumento importante para la integra-
ción colonial en Venezuela.
La instrucción laica y la libertad de enseñanza, constituyen el
centro de una vorágine sobre lo escolar, Impulsada por los liberales
en su afán de desembarazarse de la tutela de la Iglesia. De allí que
sostengan que “...la dirección de las sociedades no está ya encomen-
dada a los teólogos e iluminados, sino a los sabios y filósofos”.(Ló-
pez Méndez, 1961: 369). En este aspecto, sostienen el derecho ina-
lienable de la razón y la fuerza como tribunal supremo del orden
social.
El Decreto del 20 de diciembre de 1872, en que se fijan las
normas para que los Colegios particulares se equiparen a los colegios
nacionales y a las universidades (instrucción secundaria y científica),
ratifica la libertad de enseñanza y la laicidad de lo educativo-formal,
estableciendo que:
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(...) puedan leer las materias del trienio filosófico, produciendo


los mismos efectos legales que en las universidades y colegios
nacionales. Este Decreto en nada ataca la libertad de enseñanza,
puesto que siendo el Gobierno la autoridad suprema que vela
sobre las universidades y colegios pertenecientes a la nación, es
a ella a quien corresponde fijar las reglas e imponer las condicio-
nes que juzgue indispensables para resguardar la Constitución y
leyes de la República de toda pretensión facciosa que vulnere su
espíritu o aje la soberanía nacional. El Gobierno no impide a los
colegios particulares el ejercicio del derecho constitucional so-
bre la libertad de enseñanza de las ciencias filosóficas, ni de cua-
lesquiera otras, sino que establece por el Decreto aludido las for-
malidades que deben llenar y carácter que deben tener las casas
de educación. Fernández H, (1981:IC- C, T II).

Por otra parte, el desplazamiento de la hegemonía escolar de la


Iglesia en la sociedad y la ocupación del Estado como nueva institu-
ción republicana que dirige a la sociedad y a la que la sociedad debe
responder, se basaba en dos tendencias inequívocas:
- La iglesia constituía un resabio institucional de la situación
colonial y un reducto del conservadurismo en la primera mitad del
siglo XIX.
- Permitió al Estado colocarse a la vanguardia de acción
modernizadora de las ideas liberales en materia concerniente a la edu-
cación laica.
La línea ideológica de separar la acción de la Iglesia de la ins-
trucción pública, entendiendo esta última como una responsabilidad
del Estado, se institucionaliza producto de un proceso complejo.

Y aquí es el lugar de consignar mis ideas sobre instrucción po-


pular, en la cual debe privar como en ningún otro ramo del Gobier-
no el gran principio de la libertad. Tan atentatoria contra él es la
imposibilidad de la enseñanza laica como de la enseñanza re-
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ligiosa, porque se priva al ciudadano del derecho de elegir el


orden de ideas en que se ha de educar a sus hijos. Pero aquí, en
Venezuela seria más atentatorio que en ninguna otra parte la im-
posición de la educación laica; porque éste es un pueblo esen-
cialmente católico, aunque sin fanatismo, y el Legislador debe
tener en cuenta no sólo el medio social en que vive, sino también
el pueblo para quien legisla En mi concepto, pues, no debe im-
ponerse ni la educación religiosa ni la laica, sino dejar en liber-
tad al ciudadano de elegir la que sea más cónsona con sus Ideas y
con sus creencias. No comprendo el liberalismo que excluye, sí
no el que atrae, fomenta y cautiva voluntades, el que tolera todas
las ideas, el que ampara todos los derechos, el que amplía todas
las libertades. Así, pues, os pido que calquéis el nuevo plan de
instrucción publica en Venezuela, sobre el hermoso principio de
libertad de enseñanza. (...) Mensaje del Doctor Raimundo
Andueza Palacio, Presidente de la República, al Congreso de
1891, (Presidencia de la República, 1971: 47 – 48).

La acción excluyente de la iglesia respecto a lo educativo – for-


mal se suavizó, pues, al finalizar el siglo XIX.

Incidencia de la consolidación del Estado Docente en la


escolarización
El impacto del decreto de Guzmán Blanco se deja sentir en la
atención que recibe la instrucción primaria, y la atención a la educa-
ción secundaria, creando nuevos planteles en:

(...) Maturín, San Fernando, Petare, Ciudad de Cura, San Carlos,


San Felipe, Barinas Mérida, San Cristóbal; y colegios de niñas
en Valencia, Barquisimeto, Mérida, Trujillo, Coro, Zamora, Ca-
labozo y San Cristóbal. Mudarra, (1978: 59)
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Desde el periodo de 1872- 1875 el número de Escuelas Federa-


les de Instrucción primaria asciende a 691 en contraste con 209 mu-
nicipales, siendo el número de alumnos, 28.010 y 7.590 respectiva-
mente. Es de notar que por primera vez en la historia de la Instruc-
ción Primaria en Venezuela, las Escuelas Federales exceden en nú-
mero a las Escuelas Municipales.
En el Septenio de gobierno de Guzmán Blanco, se estabiliza e
incrementa la asignación para la Instrucción Pública. Esto no sólo
incide en la Instrucción Primaria, notablemente impulsada, sino
también en la formación de normalistas (maestros de instrucción
primaria), a través del Decreto de noviembre de 1876.
También en el gobierno de A. Guzmán Blanco, se dicta el De-
creto 0rgánico de la Instrucción Superior y Científica (Septiembre de
1883), aunque no es sino con J. Crespo (1893-1898) cuando el auge
de esta rama se hace evidente.
La instrucción secundaria y científica o superior presenta una
progresión en las décadas del ’80 y el ’90. El número de Colegios
Federales y Nacionales, tienen su mayor auge en 1891, durante la
presidencia de R. Andueza Palacio, con 41 colegios atendiendo 1927
alumnos. La política que en materia educativa se adopta en la última
década del siglo XIX se centra en la atención a la instrucción superior
o científica
La instrucción científica o superior, ve coronado su auge a partir
de 1891, año en el que la Universidad del Zulia hace aumentar una
matrícula poco fluctuante que venían manteniendo la Universidad
Central, principalmente, y la Universidad de los Andes (de 503
alumnos en 1890, a 909 en 1891), siendo aún mayor el número de
alumnos, al elevarse el Colegio de Carabobo a la categoría de Uni-
versidad, el año siguiente (1892:1834 alumnos).
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