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SIGLO XX
Presentan
EL PORFIRIATO
La Revolución mexicana fue sin duda el primer gran movimiento del siglo
XX que logró transformar radicalmente las estructuras económicas, políticas y
sociales del país. Sin su análisis no puede entenderse el proceso de modernización
seguido por el país ni las características que adoptó su desarrollo a lo largo de esta
centuria.
Por los objetivos que se trazó, la Revolución fue un movimiento
primordialmente democrático, yaqué luchó por las libertades y derechos
sistemáticamente conculcados por la elite porfirista: libertades de expresión, de
manifestación y de creencias, el sufragio efectivo, el derecho de huelga, la
educación gratuita, el derecho a la tierra, etc.
En los inicios de la guerra revolucionaria, el tema educativo fue motivo de
honda preocupación, no obstante que en los planes revolucionarios más
importantes (San Luis, de Guadalupe, de Ayala, etc.) no se explicitaban demandas
sobre la materia. Sin embargo, el Programa del Partido Liberal de los hermanos
Flores Magón y otros precursores de la Revolución sí recogió puntualmente este
aspecto. En él se plantea la multiplicación de las escuelas primarias, la obligación
de impartir enseñanza laica, la obligatoriedad de la instrucción hasta los 14 años y
la importancia de pagar salarios decorosos a los maestros.
En las efímeras administraciones de León de la Barra y Francisco I. Madero
es cuando se organízala escuela rudimentaria, al amparo de la ley aprobada en
1911, la cual, a pesar de su fracaso, representa los primeros intentos serios por
extender los beneficios de la escuela hacia las clases campesinas y núcleos
indígenas dispersos por todo el país, orientado esto a alcanzar la unidad nacional,
elemento indispensable para impulsar el desarrollo económico del país.
En su informe rendido al Congreso de la Unión el primero de abril de 1912,
el presidente Madero refería que el Ejecutivo dedicaba especial cuidado a la
enseñanza, dictando las medidas más oportunas para obtener un buen servicio.
Señalaba que ya se había empezado a poner en práctica el decreto del 1§. de junio
de 1911 referido al establecimiento de las escuelas de instrucción rudimentaria en
toda la República. Madero le dio impulso a la instalación de estas escuelas, pero
estaba consciente de las grandes dificultades presupuestales que afectaban
severamente la realización de esta ingente tarea.
A pesar de la situación de guerra que se vivía, Madero informaba al Congreso
el 12 de septiembre de 1912, que la Secretaría del ramo había emprendido
"importantes estudios sobre la mejor forma de organizar y establecer, de manera
definitiva, y con el mayor provecho y extensión posibles, las escuelas
rudimentarias en todo el país; tiene en obra la revisión de los programas de
enseñanza de las Escuelas Primarias y Normales y de la Escuela Preparatoria, para
conformarlos mejor con las exigencias de la moderna Pedagogía, con el que, a más
de la cultura y la ilustración del individuo, se obtiene la preparación conveniente
de éste para bastarse en la lucha de la existencia y ser un factor de provecho en la
obra colectiva del progreso nacional.