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DEFINA:
El procedimiento civil tiene principios válidos en todos los procedimientos, como por
ejemplo la libertad de la defensa y el respeto al derecho de defensa.
Sin embargo, el derecho procesal civil tiene tonalidades muy propias porque la relación
procesal enllava no solamente a las partes entre sí, sino a ésta con el juez. Bajo esta
óptica se han fijado los principios fundamentales: el principio dispositivo; el principio
contradictorio; el de la inmutabilidad del litigio.
De conformidad con el principio dispositivo, las partes tienen la dirección del proceso.
De su mayor o menor diligencia dependerá la marcha del proceso. Las partes tienen no
sólo la iniciativa, sino además la impulsión, el desistimiento y la aquiescencia.
Solamente cuando el interés en juego roza el orden público, puede haber otros que lo
impulsen. Pero siempre la iniciativa es facultad privativa de las partes.
Las partes conducen la instancia bajo las obligaciones que les incumben. A ellas les
pertenece cumplir los actos del procedimiento en las formas y dentro de los plazos
legales.
Este principio establece que cada parte tiene facultad para discutir las pretensiones del
adversario. Admitir lo contrario es lesionar el derecho de defensa.
El principio de contradicción domina nuestro derecho procesal civil, aunque a veces
aparece un medio en el cual una de las partes es sorprendida, tal es el caso de cuando se
trata de ordenanzas dictadas por el juez de los referimientos.
Casi siempre también aparece el medio legal, aún en referimiento para que la parte se
pueda sacudir contra la ordenanza obtenida por el adversario a sus espaldas.
Este principio se da cuando una vez que la instancia se inicia, el proceso no deja
convertir al litigio en juguete tirado al vaivén de las olas. El objeto de la demanda inicial
debe perdurar. La tendencia moderna es prohibir las demandas nuevas, no sólo en
primera instancia, sino además en grado de apelación.
La inmutabilidad del litigio repercute también en los poderes del juez, el cual no puede
fallar ni extra ni ultra petita, so pena de que su decisión sea casada o atacada por la vía
de la revisión civil.
Lo que sí puede hacer el juez es suplir los medios de orden público en interés de la
causa, pero no puede modificar ni el objeto ni la causa de la demanda.
Este principio lo que busca, es que la causa y el objeto de la demanda, como regla
general, deben permanecer inalterables hasta la solución definitiva del caso, salvo la
variación que pueda experimentar la extensión del litigio a consecuencia de ciertos
incidentes procesales.
Con la publicidad se propicia una especie de supervisión de los procesos por parte de
los ciudadanos, a la justicia. Con la publicidad se facilita el acceso a la justicia, de
manera que los interesados puedan evaluar su desempeño.