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El pasado en palabras: de "qué

pasó" a "cómo fue posible que


pasara"

Astrid Pikielny

Allí están, allí estarán por siempre para recordar lo que sucedió e
intentar explicar cómo fue posible ese quiebre moral y
civilizatorio, ese fratricidio cuyas secuelas –concretas, cotidianas,
lacerantes– se extienden hasta el día de hoy, a pocos días de
cumplirse 40 años del último golpe militar. Allí estarán las
investigaciones periodísticas, las biografías, las memorias y los
libros académicos que abordan "la gran tragedia argentina" y
aspiran a desentrañar lo que pasó y nunca debió haber pasado.

Desde la publicación de Nunca Más hace 32 años –el informe de


la Conadep encargado por el presidente Raúl Alfonsín, el
documento canónico que reveló la escala y la magnitud de la
represión ilegal–, salieron a la luz decenas de libros que buscaron
hacer posible la discusión colectiva sobre los años 70. ¿Cuáles
fueron esos textos que contribuyeron a denunciar, iluminar,
enriquecer o complejizar las miradas sobre esos años? ¿Cuáles
fueron esos textos insoslayables que habilitaron nuevas palabras
e interrogantes para pensar la dictadura, la violencia y el accionar
de las organizaciones armadas? ¿Es posible elegir algunos de
ellos –aunque toda lista sea incompleta y arbitraria– que
marcaron hitos en esta hoja de ruta y contribuyeron a descifrar la
relación entre política y violencia?

Para el investigador del Conicet Hugo Vezzetti –él mismo autor


de varias obras fundamentales, entre ellas, Pasado y presente.
Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina–, el primer título de
ese listado personal, como todo listado "siempre parcial y
sesgado", aclara, es Nunca Más: "No sólo por su efecto de
revelación de la magnitud de la masacre y los crímenes, sino
porque puso en el centro de la intelección de ese pasado el lugar
de las víctimas".

Pero además de la publicación del informe de la Conadep a


principios de la década del 80, Vezzetti destaca dos testimonios
surgidos de la propia experiencia de la militancia, que abrieron al
comienzo de la posdictadura la posibilidad de pensar de nuevo el
ciclo de la violencia: Diálogos en el exilio, de Envar El Kadri y
Jorge Rulli, y Montoneros, la soberbia armada, de Pablo Giussani
(ambos de 1984). "Rulli y El Kadri afrontan un diálogo lúcido y
capaz de asumir las responsabilidades y los desgarramientos de la
opción por la violencia. El libro de Giussani ofrecía una primera y
original caracterización política y moral de la guerrilla peronista",
explica.

La historiadora e investigadora del Conicet Vera Carnovale


explica que a lo largo de las últimas tres décadas, el acercamiento
de la sociedad a ese pasado reconoce distintos momentos que, en
conjunto, dibujan un recorrido que va del conocimiento –o re-
conocimiento– de lo sucedido a la pregunta en torno a sus
condiciones de posibilidad; un recorrido, aclara, que va del "qué
pasó" al "cómo fue posible que pasara". Por eso coincide con
Vezzetti en la elección de Nunca Más y suma Recuerdo de la
muerte, de Miguel Bonasso. Publicados a comienzos de los años
80, ambos textos permitieron iluminar hechos que la dictadura
procuró mantener en la clandestinidad y el secreto. Para
Carnovale –autora también de una obra de referencia como Los
combatientes. Historia del PRT-ERP– ambos libros son de
naturaleza y registro muy diferentes.

"Los dos comparten el haber hecho público aquello que había


sido clandestino; abrieron a la lectura masiva, en un caso, la
sistematicidad del crimen, en el otro, la intimidad de uno de los
dos centros clandestinos más grandes (la ESMA)", dice.

Puesto a elegir algunos libros fundamentales publicados durante


la transición democrática, Emilio Crenzel –autor de La historia
política del Nunca Más, acaso el trabajo más importante sobre las
condiciones políticas de producción, circulación y recepción del
informe de la Conadep– prioriza dos obras de lectura masiva que
en los albores de la democracia retrataron el carácter criminal
que asumió el Estado. "Mientras que El Estado terrorista
argentino, de Eduardo L. Duhalde, diseminó el concepto de
‘terrorismo de Estado’ para pensar esas prácticas, el Nunca Más
derrumbó la negación castrense sobre la existencia del sistema de
desaparición. Su representación de las víctimas, ajenas a la
política y a la violencia, fue reproducida de múltiples formas. Su
prólogo, objeto recurrente de debates, diferenció
cualitativamente el terror estatal de la violencia guerrillera",
explica. Para el investigador del Conicet, el título Nunca Más
condensa hasta hoy "el sentido dominante sobre ese pasado y una
esperanza a futuro".

Pero Crenzel no se detiene ahí y busca resaltar varios libros


colectivos que analizaron el ejercicio y los legados del terror en
esos años. "Efectos psicológicos de la represión política, de
Kordon, Edelman y equipo, examinó su impacto en la
subjetividad de los familiares de desaparecidos; el sugerente
artículo de Guillermo O’Donnell, en la compilación de Oszlak
Proceso, crisis y transición, repensó los lazos entre prácticas
estatales y sociales en dictadura. Represión y reconstrucción de
una cultura: el caso argentino, compilado por Sosnowski,
alumbró los vínculos heterogéneos entre la cultura y la
represión." Y agrega El nuevo poder económico en la Argentina
de los años 80, de Azpiazu, Basualdo y Khavisse, "porque expuso
los cambios estructurales e incorporó el concepto de ‘grupo
económico’ al discurso político".

De los libros publicados entre el final de la dictadura y los


primeros años del gobierno democrático, el autor de Los años
setenta de la gente común, Sebastián Carassai, elige tres de
diferentes géneros y registros, cuyas características comunes,
dice, son la novedad que representaron y la vigencia que
conservan. "En primer lugar, Los pichiciegos. Visiones de una
batalla subterránea, la novela que Rodolfo Fogwill comenzó a
escribir en plena guerra de Malvinas, luego de que su madre
celebró la noticia del hundimiento del Sheffield británico. Y
Recuerdo de la muerte, de Bonasso, relato que, antes que Nunca
Más, encendió una lámpara en los sótanos de la represión."

Además rescata, anterior a los otros dos, Retorno y derrumbe. El


último gobierno peronista, de Liliana de Riz, que fue un lúcido
aporte, junto con los artículos que desde finales de los años 70
venía publicando Oscar Landi en la Revista Mexicana de
Sociología.

Diez años más tarde, durante la década del 90, las obras
testimoniales ocuparon el centro de la escena, y de todas ellas,
Crenzel elige El vuelo, de Horacio Verbitsky, "que expuso la
subjetividad de un perpetrador (Adolfo Scilingo) y fue clave para
reabrir el debate público cerrado por los indultos; La voluntad, de
Eduardo Anguita y Martín Caparrós, porque repuso la condición
militante, ocluida por la figura de la ‘víctima inocente’; y Poder y
desaparición, de Pilar Calveiro, porque trascendió el género
incorporando una mirada analítica sobre los centros
clandestinos".

Entre los consultados, La voluntad aparece en el podio de los


libros publicados en los años 90. Los tres tomos escritos por
Anguita y Caparrós saldaron una gran deuda de ese primer
momento al reponer en un gran relato la vasta experiencia de la
militancia revolucionaria, dice Carnovale. Y aunque reconoce
"intervenciones anteriores, incluso muy tempranas, centradas en
la temática de la militancia (por ejemplo, La nueva izquierda
argentina de Claudia Hilb y Daniel Lutzky, o Soldados de Perón,
de Richard Gillespie), quizá por lo ambicioso de la obra, por el
contexto de su aparición y por su registro menos analítico que
testimonial, pareciera ser La voluntad el texto de mayor impacto
y que impulsa, por otra parte, una extensa línea de
intervenciones".

En sintonía con Carnovale, Carassai destaca La voluntad, pero


también se refiere al trabajo –más crítico– de los intelectuales
nucleados en torno a la revista Punto de Vista. "Ellos aportaron
valiosas reflexiones tanto sobre los años 70 como acerca del modo
de abordarlos, de las cuales surgieron libros como Tiempo
pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo, de Beatriz Sarlo, y
Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina,
de Hugo Vezzetti. Entre finales de los años noventa y comienzos
del nuevo siglo, la academia hizo variadas contribuciones para
entender aquella época, en especial la del régimen militar. Como
texto integral, el más completo es La dictadura militar
(1976-1983). Del golpe de Estado a la restauración democrática,
de Marcos Novaro y Vicente Palermo", concluye.

Los finales de la década del 90 y comienzos del nuevo siglo


representan, para la autora de Los combatientes, otro momento
importante, un giro explicativo y conceptual "que apunta a pensar
el sistema represivo no ya como aberración extraña a la sociedad
argentina, sino como parte de su trama, de su historia". De esa
etapa señala dos aportes fundamentales: el de Pilar Calveiro con
Poder y desaparición y el de Hugo Vezzetti con Pasado y presente.
"El primero constituye un extraordinario análisis sobre el
funcionamiento de los ‘campos de concentración y exterminio’ en
su condición de dispositivos de represión y disciplinamiento
social. El segundo tiene la enorme –aunque no única– virtud de
instalar como interrogante central por ser pensado el problema
de las responsabilidades colectivas en la instalación y
funcionamiento de la maquinaria del terror."

Uno de los mojones en el largo camino que va del Nunca Más a la


actualidad, coinciden Crenzel y Vezzetti, lo constituye el libro
escrito por Marcos Novaro y Vicente Palermo, La dictadura
militar 1976/ 1983, publicado en 2003. "En el terreno de la
investigación creo que el trabajo de Novaro y Palermo desplegaba
la historia de una dictadura que no cayó del cielo y que se
revelaba como un emergente del sistema y la cultura políticos",
explica Vezzetti. Y en el mismo sentido, dice, el trabajo de Marina
Franco –Un enemigo para la nación, 1973-1976– mostró un
proceso de "transición a la dictadura" desde las condiciones
propias de la guerra civil entre peronistas, durante el ciclo del
segundo gobierno de Perón e Isabel Martínez.

Vezzetti recuerda además la producción en torno a dos actores


fundamentales: las Fuerzas Armadas y la Iglesia. Para el
investigador, una indagación muy original y poco reconocida de
la formación del discurso y de la moral de las Fuerzas Armadas
argentinas y sus consecuencias en el pasaje al acto de la represión
criminal es la que hizo el español Prudencio García, con su libro
El drama de la autonomía militar (1995).

"Y otro nudo de problemas ineludible para abordar los años 70,
que se corresponde y se refuerza con la formación del actor
militar, es la radicalización del mundo católico que reproducía en
su interior la guerra interna desatada en la sociedad y la política.
Son varios los textos de Loris Zanatta (incluso uno reciente, La
larga agonía de la nación católica), pero destaco los capítulos
incluidos en el libro publicado con Roberto Di Stefano, Historia
de la Iglesia argentina."

Para Vezzetti, la década del 70 no puede ser abordada sin


considerar las condiciones que vienen del pasado anterior y dice
que fue Tulio Halperín quien, con la publicación de La larga
agonía de la Argentina peronista, "iluminó magistralmente ese
curso, con un foco puesto en el peronismo y en la dimensión
económica y social, de un modo que permitía situar la década no
sólo a la luz de las anteriores sino de ciertas derivaciones hacia
una nueva experiencia del peronismo-menemismo en el poder".

Como corolario abierto de este largo proceso de elaboración,


Carnovale señala una serie de polémicas intervenciones de los
últimos años que constituyen, en conjunto, un sensible aporte no
sólo al conocimiento de ese pasado sino, además, al de su
comprensión. "Y justamente por su capacidad de adentrarse en
temas ríspidos destacaría la disruptiva obra de Sebastián
Carassai, Los años setenta de la gente común, en la que analiza el
comportamiento de las clases medias no politizadas en relación
con la violencia; la audaz investigación de Marina Franco, Un
enemigo para la Nación, que, centrada en el período 1973-1976,
muestra la responsabilidad que le cupo al peronismo en el
proceso que culminó con la instauración del terror estatal; y,
atendiendo ahora a las responsabilidades que le cupo al
conglomerado de la revolución en el entramado trágico que selló
su suerte, señalaría las intervenciones de Vezzetti, Sobre la
violencia revolucionaria; la de Calveiro, Política y o violencia, y la
de Claudia Hilb, Usos del pasado, entre otras."

De la genealogía de textos imprescindibles, Crenzel destaca los


trabajos de Elizabeth Jelin, que situaron a la memoria como
objeto de estudio; el equipo de Antropología Política y Jurídica
–dirigido por Tiscornia– inscribió las prácticas dictatoriales en la
larga duración y libros como Cuentas pendientes. Los cómplices
económicos de la dictadura, compilado por Verbitsky y Juan
Bohoslavsky, enfocaron las responsabilidades corporativas más
allá de las Fuerzas Armadas. "Éstos y otros libros, dice, ampliaron
el conocimiento sobre la dictadura y brindaron un repertorio
conceptual para pensarla. Es decir, contribuyeron a vencer el
terror."

De la producción, vasta y heterogénea en su aporte e impacto, No


matar. Sobre la responsabilidad, de Oscar del Barco, aparece en
las elecciones de Carassai y Vezzetti, quien además suma
Memorias en fuga, de Héctor Leis. "En las condiciones que se
abrieron después del debate suscitado por el texto de Oscar del
Barco, la literatura testimonial alcanza una cima inédita con las
memorias de Leis, un texto único sobre la muerte y las culpas,
fruto de la inteligencia y el dolor, redactado en el acto mismo de
enfrentar, como un estoico, su propia muerte", concluye Vezzetti.

Los trabajos sobre los años 70 han absorbido buena parte de la


reflexión sobre el pasado, cree Carassai. Y sobre el final, se refiere
también a Born, la investigación de María O’Donnell sobre el
secuestro de los hermanos Born, y a Música, dictadura,
resistencia. La orquesta de París en Buenos Aires, el fino análisis
de Esteban Buch de la visita de Daniel Barenboim y la Orquesta
de París a Buenos Aires en julio de 1980. "Para los interesados en
leer la producción realizada por extranjeros, menciono Consent of
the Damned. Ordinary Argentinians in the Dirty War, de David
Sheinin, un libro que desafía lugares comunes, y finalmente The
Fate of Freedom Elsewhere. Human Rights and US Cold War
Policy, de William Michael Schmidli, un texto que vendría bien
leer en estos días en que nos visita un presidente
norteamericano."

Libros, documentos, revistas como Lucha Armada (la publicación


dirigida por Sergio Bufano que repiensa críticamente la relación
entre la política y la violencia, y la acción de la guerrilla),
biografías políticas que van de El dictador, de María Seoane y
Muleiro (sobre Jorge Rafael Videla), a Almirante O, el libro sobre
Emilio Eduardo Massera escrito por Claudio Uriarte; o
investigaciones periodísticas como Operación Traviata, el libro de
Ceferino Reato que reabrió la causa por el asesinato de José
Ignacio Rucci, o Disposición final, del mismo autor, con el
testimonio del ex dictador Videla, y tantos otros textos que
exceden el espacio de estas páginas estarán allí, siempre, como
espejo de una tragedia de la que nadie salió indemne.

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