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Entre los años ’60 y ’70 el Estado implementó, con fondos del Banco Hipotecario Nacional,
diferentes planes habitacionales que modificaron el paisaje urbano. La función principal del
Banco Hipotecario era facilitar préstamos para la construcción de viviendas con garantía real
en todo el territorio de la República. Durante gran parte del siglo XX fue un instrumento
esencial en la política de Estado en materia habitacional. Su función fundamentalmente social
permitió que sectores de escasos recursos, con poca posibilidad de acudir al financiamiento
privado, puedan acceder a créditos adecuados a sus ingresos. “Las obras del Banco Hipotecario
traducidas en conjuntos habitacionales o créditos individuales no lograban satisfacer las
dimensiones del problema; recién a finales de los ’70 se creó por ley el Fondo Nacional de la
Vivienda que fue el punto de partida con el que contaron todas las provincias para el
desarrollo sostenido de políticas de viviendas de interés social”9 . Si bien no fue hasta los años
´70 que explotó el crecimiento urbano de la ciudad en grandes bloques habitaciones
desarticulados, se debe destacar que durante este período se construye el primer barrio
alejado de la mancha urbana consolidada al norte, se trata del Barrio Universitario, edificado
en las inmediaciones de la Universidad Nacional con el fin de dar solución habitacional a parte
de la población estudiantil.
A partir de 1970 la mancha urbana comienza a vencer las Barreras Naturales y Urbanas que
contenían su crecimiento: Río Arenales al Sur y las Vías del ferrocarril al norte.
Al sur este proceso de crecimiento desarticulado estuvo fortalecido por las mejoras en la
accesibilidad con la consolidación de las arterias principales y los puentes como nexos sobre el
Río Arenales, estos hechos urbanos sumados a la política de financiamiento del Banco
Hipotecario resultó en la construcción de los Barrios: B° Santa Ana, Intersindical y Tribuno.
A partir del Banco Hipotecario Nacional a comienzos de la década del ´80 lanzó la operatoria
más ambiciosa para la construcción de viviendas económicas, monopolizando los fondos
nacionales, y surge “…una nueva forma de urbanización, que hasta entonces consistían en
grupos que no sumaban más de 300 viviendas ubicados cerca de loteos o áreas ya
consolidadas. Por el contrario en ese momento se empezó la construcción de 2 (dos)
urbanizaciones de más de 1000 unidades: “Ciudad del Milagro” al norte y “Barrio El Tribuno” al
sur. Ambos casos emplazados muy lejos del ejido urbano central.”
Durante este período quedan definidos tres de los Vacíos Urbanos más grandes y con mayor
perdurabilidad en el tiempo, el Vacío Martearena y Vacío Santa Anita al Sur y el Vacío Pereyra
Rozas al norte, si bien las características dominiales y morfológicas son diferentes, su situación
de vacío fue producto de un proceso de crecimiento urbano no planificado, ya que las
intervenciones habitacionales y las plusvalías por las mejoras en accesibilidad e
infraestructura, sin un sistema tributario de control que acompañe estas transformaciones,
resultaron en un panorama de especulación fortalecido a lo largo del tiempo. Se debe destacar
que el Vacío de Santa Anita, fue el más dinámico, ya que en el período posterior fue
parcialmente urbanizado, reduciéndose su superficie.
A principios de la década del ´90 se inicia la consolidación de los
asentamientos al norte de la ciudad sobre los terrenos del Estado
que correspondían al radio de seguridad de la Planta de tratamiento
de líquidos cloacales. En este caso se generó un importante conflicto
social, ya que una avenida separaba los conjuntos de Vivienda Social
realizados por el estado para la clase trabajadora hacia el oeste y la
apropiación ilegal del suelo por parte de un importante grupo de
personas hacia el este, además el acelerado crecimiento urbano de
este asentamiento, derivó en la construcción de viviendas sobre las márgenes de los piletones,
lo que resultó en importantes afecciones a la salud.
En Salta la conformación de las grandes villas miserias (Villa Mitre, 25 de Mayo, Solidaridad,
entre otras) y de los primeros Barrios Cerrados (El Tipal y La Almudena), fueron coincidente
con las medidas Neoliberales de principios de los años ´90, promovidas desde la escala
nacional en el contexto mundial de la globalización.
La década del ´90 sacudió a la ciudad de Salta con otros dos procesos de relevada importancia:
la privatización de YPF significó el cierre de la Destilería Chachapoyas y la privatización del
ferrocarril represento la desaparición del transporte de pasajeros hacia el norte, y el
otorgamiento de la administración del transporte de cargas y la concesión de los predios e
infraestructura del ferrocarril a la empresa Belgrano Cargas hoy Sociedad Operadora de
Emergencia, lo cual derivó en el abandono y deterioro de las instalaciones debido a la falta de
aplicación de mecanismos de regulación.
Con respecto a la privatización del la explotación petrolera, se trata de una de las medidas
Neoliberales, que tomó el gobierno nacional en 1989, así Yacimiento Petrolífero Fiscales pasa a
llamarse en una primera instancia Y.P.F. S.A. y Gas del Estado.
Sin embargo, se debe mencionar que actualmente existe un problema de competencias ya que
el Estado Provincial pretende expropiar el vacío Pereyra Rozas con la intención de urbanizar a
través de Vivienda Social, lo cual peligra las posibilidades de densificar más de 100 has.
De los ochos casos estudiados en el presente trabajo solo dos fueron contemplados por el
municipio para su intervención. En la actualidad el PIDUA se encuentra en una fase de revisión
para su actualización, llevándose a cabo el estudio de las Áreas Especiales de Interés
Urbanístico Social, de Interés Urbanístico de Renovación y de Interés Ambiental. Es importante
tener en cuenta que si bien existen intensiones desde el Municipio y la Provincia de intervenir
en los vacíos estudiados, estos aún continúan bajo la situación de Vacíos.