Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hal Foster
Dioses prostéticos. Madrid, Akal, 2008.
una forma de arte que él considera zafia, incluso degenerada y, por otra, el retorno a una
fase infantil de desarrollo del individuo caracterizada, según estaba teorizando Freud en
aquellos mismos momentos, por el erotismo anal. El purismo de la arquitectura loosiana
se halla, así, atravesado por el fantasma de la posibilidad de una regresión, de una
“caída en desgracia” que resquebraje el orden civilizatorio.
Dioses prostéticos no fue concebido en origen como libro, sino que es el resultado de
la compilación de una serie de textos que, desde principios de la década de los noventa,
Foster ha ido publicando en distintas revistas y catálogos de exposiciones. La obra se
resiente así, en ocasiones, de una cierta falta de unidad y coherencia internas: no
siempre resulta fácil identificar el hilo conductor que une a un conjunto de artículos que
no fueron pensados como parte de un todo, pero al mismo tiempo en muchos de ellos se
percibe esa ambición de construir una interpretación global y rotunda de las
Vanguardias a la que me refería anteriormente. Ya cuando se publicó Arte desde 1900
en castellano, muchos críticos subrayaron cómo, bajo la aparente intención de
deconstruir la historia tradicional del arte del siglo XX que alegaban Bois, Buchloch,
Foster y Krauss, parecía esconderse el deseo de convertir su propia versión en narración
canónica. Esa aspiración a elaborar un relato oficial, una historia definitiva del arte
moderno es la impresión que nos deja también, a la postre, la lectura de Dioses
prostéticos.