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Estructura perversa y fantasma

Para determinar el funcionamiento del fantasma dentro de la estructura perversa es necesario

entender cómo se articula el goce con la perversión. En la neurosis encontramos que el goce se

encuentra separado del cuerpo, queda afuera, y se encuentra alejado del Otro, mientras que en la

psicosis se evidencia una irrupción del goce dentro del cuerpo o una identificación del goce en el

lugar del Otro (Mazzuca, 2003). Por otro lado, en la perversión también ocurre que el goce se

encuentra afuera del cuerpo y del Otro como en la neurosis, pero la diferencia radica en que, en

este caso, existe una orientación a recuperar el goce perdido y de esta forma poder retornarlo al

Otro (Mazzuca, 2003). Es así que la estructura perversa busca ser un instrumento o herramienta

que brinde goce al Otro, en tanto se ofrece a sí mismo para que se goce de él a pesar de que a

simple vista parezca que los otros no le importan o que solo busca incomodarlos.

Es por lo anterior que el fantasma del perverso cumpliría una función inversa que el fantasma del

neurótico. En la neurosis, el fantasma tiene como objetivo el de sostener el deseo del sujeto,

mientras que en la perversión, este buscar mantener la voluntad u orientación hacia recuperar el

goce y dárselo al Otro (Mazzuca, 2003). Además, el sujeto perverso sabe que la razón de su ser

es el goce y que no tiene ninguna falta porque sabe donde buscarlo, sabe que existe para

provocarle al Otro goce, causándole angustia ayudado por su fantasma: “El fantasma se invierte

[…] Desde su posición certera y firme se sitúa en el lugar de la causa. Él se convierte en objeto de goce

del Otro, por eso él está en posición de objeto” (Marchesini, 2014, p. 2).

Se puede articular el fantasma perverso con el fetiche de manera que este último cumple la función de ser

el objeto causa de goce. De esta forma, el sujeto perverso utiliza el fetiche para poder sostener su goce

que se halla de parte del objeto, sosteniendo su deseo (Gerez, 2015). Además, el fantasma y su lógica

permiten entender la posición del sujeto en la perversión frente al deseo del Otro, de tal manera se puede
determinar que la renegación en el perverso es imperativa y que a la falta del Otro la tapa con el fetiche y

no con el falo imaginario (-Q), obteniendo así certidumbre (Gerez, 2015). Finalmente, con respecto al

objeto, en la neurosis este se halla como un residuo de la operación del sujeto con respecto al Otro,

mientras que en la perversión, el objeto queda dentro de la zona del sujeto (Gerez, 2015). Es por lo

anterior que se pueden establecer diferencias evidentes entre las estructura de la neurosis y la perversión,

y es relevante considerar la importancia que tiene el fetiche en esta última.

Referencias

Gerez, M. (2015). Perversión y fantasma perverso. Academia.edu. Recuperado el 14 de octubre

de 2022 de https://www.academia.edu/11460227/Perversi%C3%B3n_y_fantasma_perverso

Marchesini, A. (2014). La estructura perversa. Virtualia, (28).

https://revistavirtualia.com/storage/articulos/pdf/LnuKNmvEoJ8oYlTvrjfIHeOeZyz6IBEHoEdy

arl0.pdf

Mazzuca, R. (2003). La elaboración lacaniana de “La Perversión” como categoría clínica. En De

la psychopathia sexualis a la subjetividad perversa (pp. 159-184). Bergasse.

https://www.scribd.com/document/455657846/Mazzuca-R-Perversion-de-La-Psychopathia-

Sexualis-a-La-Subjetividad-Perversa-Berggasse-19

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