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UNIDAD III

BRAUNSTEIN – LA PERVERSIÓN, DESMENTIDA DEL GOCE

1- ¿El positivo de la neurosis?


Dice que la neurosis se puede considerar el negativo de la perversión, pero que esta inversión no es total.
Va a decir que el goce para la neurosis se expresa en el sufrimiento, el síntoma, en la queja. El neurótico
goza sin saberlo.
La diferencia entre neurosis y perversión es la posición del sujeto ante esta situación. Si el neurótico
busca un saber que le permita recuperar el goce perdido, el perverso toma la actitud contraria (el positivo
de esa negatividad). El perverso vive para el goce, sabe todo sobre él y ofrece ese saber al Otro.
Tanto el perverso como el analista

Producen la división subjetiva del otro (pero el perverso no hace con el fin de obturarlo).
El analista busca que el otro hable, el perverso busca hacerlo callar.
El analista intenta acotar el goce, el perverso hace una apología de él (hay una inversión de posiciones).
Ninguna sorpresa es posible para el perverso en la interpretación, pues esto entra en dos categorías: “no
es así” y “yo lo sabía”.
El neurótico espera encontrar quien le resuelva la ecuación de su deseo, y el perverso lo seduce con su
fantasma de sabergozar. (Saber hacer con el otro y el icc debe ser desmentido).
Este es el modo perverso de enfrentar la castración, el de la desmentida.

2- El fantasma perverso: sabergozar


El fantasma perverso es un fantasma encubridor, es la construcción especular de un yo que se
representa así mismo como $SS2G.
Al desmentir el deseo, se lo cede, (deseo que está del lado del otro) desear es mostrar una falta y
ofrecerla a la falta del Otro es reconocer la reciproca castración como condición para atravesarla.
El amor en la neurosis es la imposibilidad de la confluencia de dos opuestos en la ida erótica: ternura
y sensualidad.
Se resigna el goce en aras de un deseo equivoco y equivocado sustituido por la demanda del otro, en
cambio, el perverso afirma el goce en nombre de una sensualidad desenfrenada y sin ley (sin
ternura) ordenada por el goce como “bien supremo”. Un goce NO sin el otro. El consentimiento con el
partenaire, eliminan la satisfacción perversa (no hay complementariedad de las perversiones) por eso el
neurótico es el compañero ideal.
En el final del análisis el sujeto no se va a encontrar con la perversión, sino con la libertad para el acto
perverso. En la perversión se desmiente la falta en el otro y se coloca en el lugar el objeto a como
tapón (un fetiche). No para afirmar la castración, sino para renegar de ella.
La perversión es todo lo contrario de lo que el perverso mismo piensa de lo que él es y hace. Él es el
objeto y su víctima el sujeto. Queriendo ser el dueño de la situación se hace objeto de su pasión y el
goce se le escurre en la efectuación de su acto.
La fórmula del fantasma se invirtió, puede desplegarse en una escena, pero también puede ser
interrumpido, por eso lacan va a decir que su estructura fantasmatica va a sostener un goce precario.
A diferencia de lo que cabe esperar en el final de un análisis, el perverso no ha instrumentalizado su
deseo, pudiendo decidir si quiere lo que desea (el deseo lo instrumentalizo a él).
La voluntad de goce falla, por desconocer que la premisa del goce es la castración y la aceptación
de la ley del deseo y que el sabergozar es un fantasma que impide el goce.

3- el perverso y el goce femenino


Con Freud se retorna a la tesis perversa de que hay una sola libido, la masculina, y un solo genital, el viril
que organiza la genitalidad infantil en fálico/castrado.
No hay relación sexual, hay un agujero conceptual por donde filtra el goce que escapa a la palabra y el
falo. (Hay del lado de las mujeres un goce suplementario al goce fálico).
Para que sabergozar fuese posible sería necesario que todo lo sexual estuviese bajo la lógica del Ste. Que
las mujeres fuesen “TODAS” en vez de “NO TODAS”.
Que exista la mujer como equivalente simétrico del hombre o como su contrario. Tendría que existir la
mujer como equivalente al falo  lamujer tachada.
Hay un goce diverso al fálico: inefable, enigmático y no agotable en un discurso del saber, loco (el del
hombre es llamado “perverso”).
La perversión “a penas” acentúa la función del deseo en el hombre. Su esencia es la desmentida del goce
femenino y el reemplazo de un enigma por un fantasma, el de sabergozar.
Las mujeres no gozan, son pura disponibilidad para el goce fálico-fetiche como sustituto del lado de la
madre.

FREUD – FETICHISMO

Freud señala que el fetiche no se siente como un síntoma, que provoque padecimiento. El fetiche es el
sustituto del falo de la madre, en que el varoncito ha creído y al que no quiere renunciar. Si el niño acepta
el hecho de su percepción, es decir, que la mujer no posee pene, ergo está castrada, su propia posesión
de pene correría peligro. La representación insoportable es desmentida, no escotomizada, porque esto
último implicaría la idea de que la percepción se borraría de plano. La creencia en el falo de la mujer se
conserva, es un compromiso. En lo psíquico, la mujer sigue teniendo un pene, pero este pene ya no es el
mismo que era antes. Algo otro lo ha reemplazado, el fetiche.
A ninguna persona del sexo masculino le es ahorrado el terror a la castración, al ver los genitales
femeninos. ¿Por qué algunos se vuelven homosexuales a consecuencia de esa impresión, otros se
defienden de ella creando un fetiche y la inmensa mayoría la supera? No lo sabemos. Con frecuencia lo
que se retiene como fetiche es la última impresión anterior a la traumática, la ominosa, luego de la
cual sobrevino la amnesia.

En la neurosis, el yo sofoca un fragmento del Ello, al servicio de la realidad. La psicosis se deja arrastrar
por el Ello, que la lleva a desasirse de un fragmento de la realidad. En la construcción del fetiche, por lo
tanto, tienen cabida tanto la desmentida como la aseveración de la castración.

ANDRÉ – LA IMPOSTURA PERVERSA (CAP. 1)

El objetivo del psicoanálisis es del orden de la causa del síntoma y del sufrimiento.
La práctica psicoanalítica  “una cosa es querer ser analista y otra cosa diferente es querer seguir
siéndolo…” la posición del analista en esta paradoja es la del fin como la de los medios.
Medios: por medio de la palabra y de la herramienta de la interpretación.
Fin: fin más allá de la terapéutica y del campo del sentido.
Su objetivo está en relación al orden de la causa lógica del fantasma y su relación al síntoma.
En el analista es más su deseo que su saber lo que motoriza la práctica.

Para LACAN la transferencia tiene dos vertientes:


1. Suposición del saber: esta suposición emitida por el analizante es la condición inicial de la
experiencia, ésta deviene obstáculo, porque el saber suscita amor y no deseo y el amor no se
analiza, ni se interpreta. El amor es el fracaso del icc.
2. Suposición del deseo: suposición de deseo al analista por el analizante. El analizante supone un
deseo que le concierne lo cual de esto no resulta amor, sino angustia. ¿Qué desea el analista?
Deviene obstáculo, porque la experiencia analítica pierde su condición científica/objetiva.

Para ANDRE la transferencia tiene dos vertientes:


1. Angustia: se desencadena cuando la castración amenaza con hacérsele presente al sujeto.
(Daniel). El analizante perverso no se comporta de manera diferente que el neurótico. La neurosis
oscila entre 2 posiciones:
a) Se identifica con el supuesto objeto con que el otro se sacia.
b) Solo puede afirmarse como sujeto a partir de castrarse en su ser imaginario.
El síntoma se destaca hasta ocupar todo el discurso del sujeto. Por el contrario, el fantasma se mantiene
en secreto.

2. Triunfo: la perversión propiamente dicha puede captarse en la transferencia. En el triunfo del


fetiche.
Esto se manifiesta mediante un trastorno de la relación con el Otro y una subversión radical del
$SS2. Esto puede captarse por el lugar nuevo que ocupa el fantasma en el caso Blas.
El psicoanalista sostiene su existencia y su función frente a la queja y el sufrimiento, no está ahí para
“sufrir con”, para compadecer. El psicoanalista esta para despreciar al pathos. No concede al sufrimiento el
mismo valor que el analizante le concede.

Al verdugo Sadiano no le interesa el sufrimiento de su víctima. Busca dividir a la víctima.

Ambos (psicoanalista y verdugo sadiano) tratan de extraer el sujeto dividido del sujeto patológico. Pero a
diferencia, el amo sadiano asume su posición en nombre de una voluntad de goce absoluto (deja a su
víctima sólo el grito), en cambio, el analista solo se reduce a algunos suspiros y algunas frases, mientras
que el paciente tiene casi toda la palabra. No goza de la división del Otro y no apela a una voluntad de
goce distinta de la del sujeto que a él se dirige.

Fin de análisis/interrupción del perverso: abandonan cuando el sujeto elige o adopta su perversion. Allí
es donde empieza el deseo del analista.
El autor va a plantear dos casos clínicos:

DOS CASOS Dani o la elección del masoquismo Blas o la transferencia perversa


CLINICOS

MOTIVO DE Violentos y devastadores accesos de Acabar con un sufrimiento fuera de lo


CONSULTA angustia, y por una pregunta que le común, sólo alcanzaba a ver dos
obsesionaba ¿era un “transexual”, o soluciones: o poner fin a sus días o
no? confiarse al psicoanálisis, aunque no
creía demasiado en él por adelantado.

PRESENTACION Se sentía más chica que chico. Pero, Afectado desde hacía cinco años por
DE PADEDIMIENTO la castración quirúrgica le inspiraba una neuralgia facial dolorosa y
horror. Limitándose a seguir un localizada en el lado izquierdo de la
tratamiento hormonal. ANGUSTIA cara. Múltiples exámenes con los
mejores especialistas, sin éxito. Se
conforma con analgésicos cada año
más potentes.

Dormía de día y velaba por la noche y la


angustia le invadía.

OCACIONAMIENTO Padre algo ausente, bastante Padre ausente en su infancia.


DE LA femenino. Diferencia de edad con sus hermanos.
ENFERMEDAD Su deseo de cambiar de sexo Hijo inesperado.
coincidía con la expresión de un deseo Cuando Blas acababa de cumplir cinco
materno. La madre quería una hija. años, su padre se suicida. (no pudo
averiguar los motivos, porque su familia
se negó a responder)

A los 7 años observa a una niña


orinando. Le llamó la atención la línea
que dibujaban los dos labios del sexo y
también el chorro brillante de orina.
CASAMIENTO

De día se sentía obligado, a «hacer de Pánico durante las sesiones.


SINTOMA hombre», pero al llegar la noche,
Temor obsesivo de tener que suicidarse
podía abandonar esa máscara viril, algún día para poner fin a sus
entonces se maquillaba, se vestía de neuralgias.
mujer y se dedicaba a sus cosas
(identificación con el ama de casa). Los dolores, se iban extendiendo,
Aunque estaba constantemente al bajaban por el cuello y pasaban por el
acecho y vivía en el temor de ser hombro, para invadir por fin el brazo y el
descubierto (con lo equívoco de esta antebrazo.
expresión), Dani se arriesgaba a pesar
de todo a ir al despacho con unas Obsesión por la raya del sexo femenino
medias puestas o con unas braguitas sin vello. Se la encontraba por todas
disimuladas debajo del pantalón. partes.
Mediante este simulacro escenificaba
su repudio de la castración: para él la Breves viajes a un país vecino para
feminidad era, literalmente, lo que no procurarse revistas pornográficas donde
se puede ver. podía encontrar fotos del sexo femenino
sin pelo y sin excitar.
Además necesitaba hacerse atar y Solía buscar regularmente entre las
pegar por una mujer. prostitutas hasta descubrir alguna con el
sexo adecuadamente conformado;
Dificultades para encontrar parejas entonces no se entregaba con ella a
dispuestas a suscribir esta clase de ningún acto sexual, salvo el consistente
contrato, sado-masoquista. en mirarle el sexo y, tras masturbarse,
reposar entre sus brazos.
Su relación conyugal estaba afectada
por la exigencia precisa de su
fetichismo. Cuando ella misma se
excitaba, Blas tenía que apagar la luz
para no ver entreabrirse la hendidura de
su sexo. Por otra parte, desde que
había tenido un hijo, el sexo de su mujer
ya no se cerraba como antes. Blas se
quejaba de una ligera irregularidad que
rompía la línea, una mínima abertura de
los labios que le inspiraba una terrible
repugnancia.

INTERVENCION Lo que él llamaba «transexualismo» Blas había vivido con su madre una vida
DEL ANALISTA era su intento de solución al enigma de pareja, porque, inmediatamente
de su sexo. después de la muerte de su padre, sus
hermanos y hermanas se fueron de
Una vez fallecida la madre, Èl ocupa casa, y en él recayó el papel de
de algún modo su lugar para el padre. consolador.
En su fantasma era una chica fálica,
de acuerdo con la elección hecha por Su temor obsesivo de tener que
el deseo de su madre. Mientras que suicidarse algún día para poner fin a
con su padre corría el riesgo de sus neuralgias recibía tal vez, una
convertirse sólo en un chico castrado. significación que lo situaba en el marco
Su transexualismo debía interpretarse de la búsqueda de una identificación
como una medida defensiva frente a la paterna.
homosexualización que le amenazaba
en la relación con su padre (si era una «Neuralgia facial» como un fenómeno
mujer, ya no corría el riesgo de ser de conversión. En cuanto aparecía la
homosexual). Así se resolvía otra neuralgia la reacción era masturbarse.
paradoja del caso: mientras que Dani
temía la castración frente al padre, por El malestar del lado izquierdo se debía
otra parte parecía reivindicarla frente a a que cuando miraba a la niña en el
la madre o frente a su pareja baño él estaba apoyado en el suelo con
fantasmática. su mejilla izquierda. Tras esta
intervención las neuralgias cesaron
Más tarde había conseguido escribir rápidamente. Luego empezó a tatuarse
una secuencia de escenas tratando así de realizar la renegación
masoquistas, eso no podía ser sino la perversa. Haciéndose él mismo portador
instauración de una nueva relación del fetiche y una protección contra el
con el NP. padre imaginario, terrible y castrador
Ahora más que ser simplemente un que, al haberle faltado realmente, era
masoquista, debía afirmarse como tal. más poderoso fantasmaticamente.
El tatuaje tomaba el relevo de la
neuralgia.

INTERRUPCION Con este nuevo proyecto de Empezó a hacerse tatuar y consideró


lector/a, tomó la decisión de poner fin que éste era el final feliz de nuestra
a su análisis. experiencia analítica. Yo no compartía
su opinión, y él se fue muy enfadado
por no haber contado con mi aval.
El análisis fue interrumpido a mí
entender de forma prematura.

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