Está en la página 1de 24

•• ,,

••
•• 24

•• 57
••
••
••
••
•• Mijail Bajtin
'

••
•• El problema de los géneros discursivos
••
••
••
••
•e
••

•••
249
••
LL PROJ3LEMA DE LOS Gí:NEROS IJISCUI<SIVUS
un universo ele dccl:H<JCiones públicns (en un s~.:ntido nmplio: las
sociales, Jns políticm); pc.ro además tendremos que incluir las
múltiples manife~télcion(:S científicas, así como 1oJos los géne-
••
ros literarios (desde un dicho hasta tina novcln en vorius tomos)_
Podría parecer que lo diversidad de Jos géneros discursivos es
tar. grande que no hay ni puede haber un solo enfoque para su
••
f':~lmlio. ti('lr011P: rlPt.dr-. 11n mi~mn ::Ímmln ~P P~fnrlirn·bn
tan heÍe;·oglrieos como las réplica~ cotidianas constituidas por
frnÓmPnO<:
••
1
¡_ PLANTEAMIENTO DEL I'RODLEMA Y DEFINICIÓN PE LOS
C.GNEP.OS DISCURSIVOS 1111a sola palabra y como una novela en muchos tomos, ebborada

Lo. ''""" "'""' do ¡' "<foidod ho """ ,,; ; ,.;,;; ~(;;;.;:


nHdns con el'-.!150 de la lengua. Por c~o está claro que el caróclcr
artísticamente, o bien una orden militar, estandarizada y obligatori:~
hasta por su entonación, y una obra Hrica, profund<1mente indivi- ••
••
dualizada, etc. Se podría creer que la diversidad hlllcional con- 1
v lns formas de ·su uso son tan multiformes como las esferas de la vierte los rasgos comunes de Jos géneros discursivos en algo
: 'vidad. hmnana, 'lo cual, desde luego, en nada contradice a abstracto y vado de significadÓ. Probablemente con esto se ex,
In unidad nacional de In lengua. El uso de la lrngu_a_~~ lleva a cob5' ·

•••
plica el hecho de que el problelña general de Jos géneros discursivÓs
en forma de enunciados (ornles y escritos) concretos y singulares j_!!mús se haya planteado. Se han estudiado, principalmente, los
que pcrlcneccn a los participnntc.s de una u otra .esfera Uc In géneros liternrias.l'cro desde la antigüedad cl5sica h"ta nuestros~
praxis hlllnnn~: Estos enunciados _r~.f!cjnn las condiciones espe~í­ íns estos génc:os se han c;.;aminndo dentro de" su cspecificidatl
ficns y el objeto de cmla una de las esferas no sólo por su cou- . litcx~tria y .mtística,.en relación con sus diferc.ncins dcnln' dr. l.os
len¡do (tcm{¡tjco) y por su estilo vcrbn1, o se:\ 'por la scle~ciún Ú\! ~
los rc~ursos ·léxicos, fraseológicos y_ gramaticales de la )engun,
smo, ante todo, por su composición o ~ctructuración. Los tres m~­
_1_ímites de lo literario, y no como determinados tÍpQs de cnunci~-:
<l.~l:!P se _disiinguen de otros tipos pero que tienen una natura-
leza verbal .(lingiiística) .. común. El problen1a linp,iiísticó ~.en eral
••
mentos mencionados -el contenido tcm(J[ico, el estilo y la com~
posición:_ están vinculados indisolublemente en In totnlidad dé!
enunciado y se determinan, de un modo semejante, por la espe-
del enunciado y de sus tipos casi no se ha tomado en cuenta.
A partir de la imtigücdad se han estudiado también los géneros ••
••
retóricos (y las épocns ulteriores, por cierto, agregaron poco a )a
cificidad de una esféra dada de comunicación. Cada enuncia
teoría clósica); en este campo ya se ha prestado mayor atención
separado es, por supuesto, individual, pero cada esfera del tiso de
la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados, a In naturaleza verbal de estos g~neros en tanto que enunciados,

••
n taJes mamen los como, por ejemplo, Ja actitud· con respecto al
:¡ los guc dcnominnmos géneros discursil'os. =.
· La riqueza y diversidad de los g~neros discursivos es inmensa. oy-ente y su influencia en el enunciado, a ln coitclusión verbal
pon¡t•c las posibilidades de la actividad humana son inagotables especifica del enunciado (a diferencia cle la coúclusión de un
y porque en cad~- esfera de la praxis existe todo un repertorio ~e
gén~rG~ di!;c'.~rsivos que se diferendn y cr~ce a mcdicln de que
se desnrrolla y se comp.lica la esfera misma. ·Aparte hay que poner
pc.nsamicnto), etc. Pero allí también la especificidad de los gé-
neros retóricos (judiciales, políticos) encubría su' nnlurnlcza lin-
güística común. Se han csllldiado, finalmente, Jos géneros discur- ••
de relieve una extrema lleteroge11eidGd de los géneros discursivos
(orales y escritos). Efeétivamente, debemos incluir en los p,~neros
discursivos tanto las breves r~plicas de un diálo~o cotidiano (to-
sivos (evidentemente :as réjtlicrs del diálogo cotidiano), y, ade-
más, precisamente desde el punto de vista de la lingüística gene-
ral ('en la escuela saussureana,' entre sus seguidores actuales, los ••
mando en cuenta el hecho de que es muy grande la diversidad de
Jos tipos del diálogo cotidiano según el tema, situación, número de
participantes, etc.) como un relato (relación) cotidiano, tanto una
estructuralistas, entre los behavioristas' norteamericanos y entre
los seguidores de K. Vossler,' sobre una fundamentación lin-
güística absolutmnente diferente). Pero aquellos estudios tampoco·
••
carta (en todas sus diferentes formas) como una orden militar,
·breve y estandarizada; asimismo, alH entra~!an un decreto extenso
y detallado, el re.pertorio bastante variado de los oficios burocrá-
\han podido conducir a una definición correcta de la naturaleza
jlingüística_ <:"?1ún uel enunciad~, porque esta dcfi?ición se limitó
a la espec¡flcldad del habla cot~drana, tomando por modelo a ve-
••
ticos (formulados generalmente de acuerdo a un estándnr), todo
(243] ••

•• 250 PLANTEAMIENTO Y DEFINICIÓN 251

•• ces Jos enunciados intencionadamente primitivos (los bchavioris-


tas norteamericmJOs) . ·
de las formas ·genéricas de los enunciados en diferentes esferas
Uc la ·actividad humftna tiene una enorme importancia para casi

.,
De ninguna manero se debe subestimar la extrema heteroge-

••
todas las esferas de In lingüística y la filología. Porque toda in·
,!l!'idad de los géneroo discursiv~s y la consiguiente dificultad d • vcstigación acerca de un material lingüístico concreto (historia do
¡dcful!CIÓn de la naturalcz.n comun de Jos enunciados. Sobre todo la lengua, grámática normativa, cotuposición de toda clase de
!hay que prestar atención a la...diíercllCia, sumamente importante, diccionarios, estilística, etc.) inevitabiementc ·tiene que ver con
i e~t;.:..Séneros. discursivos .primar_iQ.L(~ii~~LY ~~cun_dari~~~11_1: [CnunciadQ.s... ~oncreto~. (escritos y. orales) i.elacionados con dife-=---¡

•• : ~.!ill ; tal d¡fcren9~!12...e~J\InciQ.t[al-!!-os géneros discursivos se- -


cundarios (complejos} - i l ::.uU~1 1 uuvdcl,j, dt~r¡;z.:;,.~7:·.-.::;!:s~d~r:e~
\ cicntíficáS-·cte· ·toda· cln.se, grandes géneros periodísticos, cte._:_ sur~
UeJJ!~~"e~~e~_as q~J~ ~-ctivJd,'!.<! hlfl.l)'!.ria Y..E~}~-~.0.~1~!:i!~~~~~~;:csto:_)
e!1uncsados p~eden ser cromcas, con1rams, teMu~ Jegt~lditv05, uf,.
c•.os_ burocr:lt¡cos, diversos géneros literarios; científicos o pcl'io-

•• : gen en condiciones de la comunicación cultural más compleja, re-


• lativamente más desarrollada y organizada, principalmente escrita:
comunicación _artística, científica, sociopolítica, etc. En el proceso
dJS~IC-os, cartas parti~ul_ares y -oficiales, réplicas de u11 diálogo
cot1d1ano (en sus mult!plcs manifestaciones), cte., y de allí los
investigadores obtienen l_os hechos lingüísticos necesarios. Una

•• • _<!_e su {orma_c¡ón ___ estos géneros._. absorben__ y_ reelaboran ... diversos


~ geueros.. primarios, (simples)_ constituidos en la comunicación dis-
cursiva ..inmediata ..~Los géneros_ primarios'· que--forman-- pari~ de.
noción clara acerca de la 'naturaleza del enunciado 'en general y
de las particularidades de diversos tipos de :enunciados, tanto
primarios como secundnriOs, o sea de diferentes· géneros diséur·

•• .J."
los géneros complejos se transforman dentro de estos últimos y
adquieren un C(lráctcr especial: _pierden .su.rclación.inmcdiata .con
r~ali..dad y e~,'?.; los enunciados reales de otros; por _cjcmplo,_las
sivoS, es necesnria, según nuestra opíilión, en cualquiera oricntr~­
ción eSpe::cíficn del enunciado. El menosprecio de la naturaleza
del enunciado y la indiferencia frente a los detalles de los asnec-

•• 1épl!ca, de un o.ulogo cotJJ¡ar.o o las cartos dentro de una novela


c_<Jnscrvando su forma y su importancia cotidiana tan sóJÓ comÓ
(Partes del contenido de la. novela, p.arti.fipal) de la realidad Ía~1
tos genéricos del discurso llevan, en cualqllicJ· esfera de ía in~es­
tigación lingüística, al formalismo y a una abstracción exccsivn
desvirtúan el cnráctcr histórico· de la investigación, debilitan eÍ

•• 1 sólo a ~-·v~s ~-cla_t~t!'~ida_d ___ d,_ia_p()_vela,_cs d~cir:c·o~~Ü..aconlci_i-


' mltlltu O'ftlshco y no como suceso de la vida cotidiana. La nove
...e-ñ'SúTo~ídarc·s-tin-cñüíicE1do, .ig•Jai'qüelas"i-c¡;l!cá-s de un diá-
' anc:1lo del lenguaje con la vida. P.lli:..qlLc~U..el'g)lªje~r..t\c.UJJl_e~
ln_y!d_,'I_!!_~!~_Yé~_.!!!:.J'!.Lem!'lciados concretos. que lorcalizan, así

••
como la vida participa del leñgüajc-:-á!riivés·Cle ios enunciados. Ei
logo cotJd~ano o una carla particular (todm poseen una natura- ·-·nunc¡adocsiiucleo promematlco déexfic•na iniporianda. -A~ali-
leza común), pero, a diferencia de éstas, aquello es un enunciado
cemos por este lado algunas esferas y problemas de la lingüística .
secundario (complejo).

••
Ante todC>, la estilística. Todo estilo ·está. indisolublemente
. _La ~\ferenci_a.entre i<Js.géneros _primariosy __ los s~c4ndarios vinculado con el enunciado y con las formas típicas de enuncia-
(¡dcológJcos)__ Js .. cxtremadamente grande y es de fondo; sin em-
dos, es decir, con los géneros discursivos. Todo enunciado, oral
b~rgo, por lo_mismo la_ natur?leza del_cnunciado dcb'c' scr.desc'u~

••
o es.critg,_primario o secundario, en cualquíeresféia"de la tot\1U'
bJcrta ~ ~etc~minada m_ediante U!J análisis de. ambos _tip()s; ünica- nicación diocürsivil',-·es_·¡¡;a¡vidual y por Jo·tanto puede reflejar la
mcnte oajo t:st¡¡ coilCicJón lil definición se acic~u.aría n Ja naturt·
individuali~ad del hablante (o .del escritor), es decir puede poseer
leza com~licada y profunda del enunciado y abarcarla sus aspec-

••
un estilo individual. Pero<'Ó<Y)tqdos ..los. géneros -son- igualmente
to~ má~ Jmporta~tes. La orientación unilateral hacia los géneros
susceptibles a semejante rCrJeío de la individualidad pe! hablante
pnmanas lleva mclud!blemente a una vuigarización de todo e]
en. el lenguaie.. .d!'L•!!'!'~~·~'?.·....!'~- -~e_cir, __ llo. todos se prestan a
prohlc_m~ (el coso e_xtremo de tal vulgorización es la lingüística

•• behav10nst~) .-.La .. m1sma -corrclación . .entre.lq$__ g~J:I.e.rq~ _primarios


Y secundanos, y el proceso d<: 1? _fonnación histórica _de-és.ios,
proyectan luz :sobre la naturaleza del enunciado .. (y ante todo so-
nbsorber..un estilo individual. Los más productivos en este sentitl
~n los géneros literarios: en ellos, un ·estilo individual form~1
parte del propósito mismo del enunCiado, es unir de las finalida-

•• bre c_l comple¡o problema de la relación mutua entre el lenguaje


y la Jdeologfa o visión del mundo). ,
El estudio de la naturaleza del enunciado y de la diversidad
des principales· de tste; sin embargo, también dentro del marco
de la literatura los diversos _géneros ofrecen diferentes posibilida-
des para expresar Jo individual del lenguaje y varios aspectos de

•• la individualidad. Las condiciones menos rávorecedoras para· el

• '.
. ' -••
252 Ei. l'il.OilLEf-i,\ IJE LOS eÜ..JEllOS UISCUHSI\'OS

reflejo de Jo individual en el lenguaje existen en aquellos géneros


l'l"t..:TEAMIENTO Y l)I;F'!NIClÓN

giiístico no pueda ser objeto ele un estudio específico e indepen·


2;3
••
discursivos que requieren formas estandarizadas, por ejemplo, en
muchos tipos de documentos oficiales, en las órdenes militores, en
las señales verbales, en el trabajo, etc. En tales géneros sólo ptiC·
diente. Tal estudio, o sea la cstilíltica del lenguaje como discipli·
na ind~pcndiente, es posible y necesario. Pero este estudio sólo
sería correcto y productivo fundado en una constante considera·
••
den reflejarse los aspectos más superficiales, casi biológicos, de
la individualidad (y ordinariamente, en su realización .oral de
f'c:ln" o~.nPrno::: P.c:f!'ltubri7.:~rlns). P.n ln pr::.~ mnvorín de los Pé·
ción de la naturaleza genérica de los estilos de la lengua; así como
en un estudio preliminar de las clases de géneros discursivos.
Hasta el momento la estilística de la lengua carece de esta base.
••
neros discursivos (salvo los .literarios)~ un estiÍo individual ~1o
forma parte de la intención del enunciado, no es su finalidad
!Jc ahf su debilidad. No existe tina clasificacióiJ generalmente
reconocida de los estilos de In lengua. Los autores de las clasifi·
caciones infringen a menudo el ,requerimiento lógico principal
••
••
ímica sino que resulta ser, por decirlo así, un epifenómeno del
enunciado, un producto complementario de éste. En diferentes de la clasificación: la unidad de fundanú:rito:Tris clasificaciones
géneros pueden aparecer diferentes estratos y aspectos de la per· resultan ser extremadamente pobres e indifercnciadas. Por ejem·
sonalidad, un estilo individual puede relacionarse de diferentes plo, en la recién publicada gramática académica de la lengua
maneras ~on la lengua nacional. El problema mismo de Jo nacio-
nal y Jo in di vidunl en la lengua es, en su fundamento, el pro'
rusa se encuentran especies estilísticas del rmo como: discurso
libresco, discurso popular, científico abstracto, científico técnico,
periodfstico, oficial, cotidiano familiar, lenguaje popular vulgar.
••
••
blema del enunciado (porque tan súlo dentro del enunciado
In lengua n"cional encuentra su forma individual). La dcfi· )unto con estos estilos de la lengua figuran, como subespccies
nición misma del e~tilo en general y de un estilo indiviuual eslilísticas, las p:i!nbras di2lecteles, las ·anticuadas, l<Js expresiones
profesionales. Semejante clasificación de estilos es absolutamente

••
en particular requiere de un· est.udio más profundo tanto de la
naturaleza del enunciado como de J:i diversidad de los géneros casual, y en su b<Jse est;ín difercntC.s principios y fund'nmcntus de
discursivos.· la división por estilos. 1\dc.oJÓS, c'ta clasificación es pobre y poco
diferenciada.• Todo esto resulta de una falta de comprensión de
El vínculo orgánico e indisoluble"entre el estilo y el género se
revela claramente en el problema de los estilos )ingüísticos o f un- naturalcza genérica de Jos estilos. También influvc la ausenci~
una clasificación bien pensada de· los géner~s discmsivos ••
É
cíonales. ·En realidad los estilos lingliísticos o funcionales no
gún las es(er<Js de 1:-~ praxis, asf eomo de la Uislinción, muy im·
son sino estilos genéricos de determinadas esferas ue la actividad
y comunicación humana. En cualquier esfera existen y se aplican
sus propios géneros, qué responden " las condiciones específicas
rtante pnra la estilística, entre géneros primarios y secundarios.
La scpmación entre los estilos y Jos géneros se pune de mam·
ficsto de tmn m:mcm cspcciahnentc nefasta en la elaboración de
••
de una esfera dada; a los géneros les corresponden diferentes esti·
1os·. Una función delerminada (científica, técriicá, pcriOdístic~·,
oficial, cotidiana) y unas c·ondiciones determinadas, especí•
una serie de problemas históricos.
LQ!. cambios históricos en Jos estilos de la lengua cstáJL.indi- ••
••
solublcmcnte vinculados a Jos cambios de Jos géneros discursi· ·
ficas para cada csfeni de la comunicación discursiva, generai vos. La lengua literaria representa un sistema complejo y diná. ..
determinados géneros/ es decir,' _tmvs ·tipos temáticos, con~ji mico_ de. estilos: su pc~o cspCcífico y sus interrelaciones dentrÓ
sicionnlcs y estilfstieos Je. enunciados determinados y relativ; · del sistcm.fl de !:; kngu" litcr;,ria se hallan_!:~_l]!.1_~_?.Í.!.~.~)g~jJ~{
mente estables:: El estilo está indisolublemente vinculado a de te · ·
.minndns unidndcsJcmúticas y, Jo que es más importm;tc, o determ!
.
~·-~--~ ....., - .
mancnte .. La lengua de la literatura, que incluye también los
estilos de la lengua no literaria, representa un ~i~tema oún más ••
••
nadas unidades· composicionales; el estilo tiene que ser con d · complejo y organi:adc sobre otros f undamcntos. Para comprender
terminados tipos de estructuración de una toialidad, con los tip s' lo compleja dinómica histórica de estos sistemas, pora pasar de
de su conclusión, con Jos tipos de la relación que se estable ·
* A.N.Gvozdc'.', cri sus Ocllcrki po stilisrike russkopo iazikn (Mose\1,
entre el hnblnntc y otros participantes de la comunicación. discu •
·'-lfivn. (los oyentes o lectores, los compañe.ros; el discurso aje ,
etc.) . El estilo entra como elemento en la unidad genérica del·
1952, pp. 13-15), orrt:ce unos fundamento!' p3ra c);¡sificaci6n de estilos
igualmente pobres y fullos de precisión. En la base de todas e5141S cln$ifi-
, caciones estA una asimilación acrftica de las nociones tradicionales acerca ••
enunciado. Lo cunl no significa, ·desde luego, que un estilo lin· de los estilos d~ 1a lengua.

••
•• ·-' . ,: .
,.

ru:HC.\f,!JLNHJ \' Dl'FJ:-./!UÓN

estudio m2s o menos profundo:y extenso de Jos gt:nl'nls discursi-


255

•• una símpic (y gclJtrallllcr;tc s·upc:rfici<Jl) dc:~c1 ipción Jc los estilo::;


existentes e intcrc;-nnbiables a uní.! cxplicJción histL~rica de tales
cambios, h?.ce. fJ1tJ una el2boración especial de la historia de los
vos es absolutamente inclispcns~ble parn una e]~Jbornción prodtJL:·
ti va de tocios los problemas de' la estilística .
Sin embargo, la cuestión mj'.todológica general, que es de Ion·

•• géneros discursivos (y no sólo de los géneros secundarios, sino


también de Jos prinwrios), Jos que reflejan de una manera mós
inmediata, atenta y flexible todas las transformaciones de la vida
do, acerca de las relaciones que se establecen entre el ]é,ico y 1:1
gramática, por ui1 Indo, y entt·C el léxico y la eslilísticn, por otro,

••
dcsemboc;} en e] mismo probldna del enunciado y de Jos géneros
cial. Los enunciadoS y sus _tipos, es decir: los_ géneros dis~ursl·

•• r os, son c.orreas de transmisrón entre la hrstona de la socredad


la hisiona áe ia iengu<L i~; ú¡·, 3C~G f:::~:S~~~;~c:- !"!1..1 ~vn (fonético .
)éxico, de gram"tica) puede ser incluido en el sistema de la len-
gua sin pasar la larga y compleja vía de la prueba de clabcració
discursivos. ·
L~ .gr_am5tica (y la !exicolp~.ra) difiere considerablen~e~t~ de
la estJhsttca (algunos ¡nclUStVe .JJcgau ~ upUúC:i.~ii ü !~ ~~~:!:s~~-:3.),
pero al mismo tiempo ningun:l' investigación aceren de.lii gramá-
tica (y aún más la gramática hormativa) puede prescindir de las
~nérica•

••
. .. observaciones y digresiones estilísticas. En muchos casos, In fron-
E!\ cada época del desarro11o de la lengua l!tcrona, son deter- tera entre la gramática y la estilística casi se borra. Existen fe-
minaros géneros los que dan el tono, y éstos no sólo son géneros nómenos a los que unos inve$tigadores relacionan con la gramá-
secundarios (litcrurios, periodísticos, científicos), sino también

••
tica y otros con la estilística, vor ejemplo el sintagma.
los primarios (ciertos tipos del diálogo oral: diálogos de salón, Se puede decir que la gramática y la estilística convergen y se
íntimos, de círculo, cotidianos y familiares, sociopolí!icos, filosó- bifurcan dentro de cualquie~ fenómeno lingüístico concreto: si

••
ficos, etc.) ."Cualquier extensión literaria por cuenta de diferentes se analiza tan sólo dentro del :sistema de In Jengud, se tratn de tlll
e:-tr;¡tos cxtr~Jlíterarios de la lengtÚ\ nacional está relacionada iJ!.· fenómeno grnmatica1. pero si :se analiza dentro Jé la totnliU::Jd úci
evitablementc con la penetración, en toáos los géneros, de la len· un enunciado individual o d~ un ·género discursivo, es un fenó-

••
gua literaria (géneros literarios, científicos. periodísticos, de con- meno de estilo. La misma selección de una forma gramatical dc-
versación), de los nuevos procedimientos genéricos para estrue-. tcnninadn por d lwblánte e·s \.m acto de estilística. Pero estos dos
turar una Lota1id<~d discursiva, par<J concluirla, para tomar en puntos de vista sobre un misn;o fenómeno concreto de In lengua

•• cuenta al oyente o participante, etc., todo Jo cual lleva a una .


mnyor o menor rcstructurnci6n y renovación de }os géneros dis-
cursivos. Al acudir a los correspondientes estratos no literarios
no deben ser mutuamente imPenetrables y no han de sustituir uno
· nl otr.o ele una manera mecánfca, sino que deben combinarse orgá-
nicamente (a pesar de una e~cisión metodológica muy clara entre

•• de la lengua nacional, se recurre inevitablemente a los géneros


discursivos en los que se realiz~m los estratos. En su mayoria,
éstos son diferentes tipos de géneros dialógico-coloqtliales; de
ambos) sobre la base de la ynidad real del fenómeno lingüístico .
'L:m sólo una profunda com.f rensión de .Ja naturaleza del enun-
ciado y de las caractcrístic~s de los géneros discursivos podría

•• nhí resulta una dialogización, más o menos marc.<:~da, de los géne-


ros ~ecunJarios, una debilitación de su composición monológica,
una nueva percepción del oyente como participante de la plática,
2segurar unn solnción corre~ta. de· este complejo problema meto-
dológico. .1
El estudio de la naiurn1eza del enuncir~do y dr los géneros

•• ~sí como aparecen nuevas formas de cc:nclulr la totaiidr.d, ct~c


Donde existe un estilo, existe un género. La transición de un es
tilo de un género a otro no sólo cambia !á entonación del estilo en·
4
.
discursivos tiene, a nuestro parec.er, una import<mcia fundamental
para rebasar las nociones si¡nplificadas acerca de la vida discur-
siva, acerca de la ]Jamada '~corritt11e del dísct~rso", nccrca de la

•• las condiciones de un género que no le es propio, sino que des-


\ truye o renueva el género mismo .
- !lsf, p11cs, t:lllto los estilos inuiviuu:dcs como oque11os que
comunicación, ele., que pcfsistcn nún c.n 1n llngiiíslicn ~ovi(:lk~·"
más, e.l estudio del enunciacjo como de unri unidad real de la
comwlicación discursiva permitirá compre~der de u'na manera ·
•• pcrtct\cccn " la lengua tienden hacia los géneros discursivos. Un
más correcta la naturaleza de las u11idades ele la lengua (como sis-
tema), que son la palabra y_la' oración .

••
• Esta tesis nuestu nada tiene que ver con la vossleriana acerca de
la prirnac!:a de jo ~~1i;í:o.tico sobre !e· gramlltk;¡l Lo cual se manifestará Pasemo~ a e~te problem,a f!lás general.
con toda claridad en el curso de nuestra exposición ..

••
•••
256
, EL rJ<onLEf\P. U!: l,OS CiilNEitOS IJ1SCU1iSI\'OS EL ENUNCIADO
251
••
2. EL t;NUNCIAIJO COMO UNIDAD DE LA COMUNICACIÓN DISCUt:·
SIVA. DlfEHENCtA ENTRE ESTA ·UNIOA!J Y LAS UNIUADES !lE
blos"), pero inclusive en este caso la pluralidad de los hablantes
que son otros en relació1i con cada hablante dctemlinado, carece
de importancia. · ·'
••
L/1 LENGUA (I'ALADRII y ORACIÓN)

La lingüística del siglo xix, comenzando por Wilhelm van Hum·


boldt, sin ne¡;ar la función comunicativa de la lengua, la dej~ba
En la lingüística hasta ahcira'_persisten· tales ficciones corno el
"oyente" y "el que comprende" (los compañeros del "hablimle"),
la "corriente discursiva única", etc. Estas ficciones dan un con·

••
CIC iaciO COmO aigu ~L.~~50i'iU~ ~l, 0:! ~:·::-;~e!' r!~~~ ~~!~h~ 1:\ fnnt:IÓll r:'Pf'tn· nh~nlntamente distorsionadO del. proceso complejO, mu)ti-
UC Ja generación del pensamiento llldependlentemente de lo ca-
;wnicación. Una [amasa fórmula de Humboldt reza as{: "Sin
1
lengua hubiese sido un" condición necesaria del pensamiento del
lrtteral y activo de la comunicación discursiva. •En los cursos de
lingüística general (inclusive en trabajos tan serios como· el de
tccar la i ccesidad de la comunicación entre la humanidad;··¡¡¡·------- - Saussure) ,' a menudo se presentan esquem~ticnme.nte los ·dos
1

compañeros de la comunicación discursiva, el hablante y el oyente,



••
hc'tnbre, incluso en su eterna soledad".' Otros investigadores, por
ricmplo, los seguidores de Vossler, dieron la principal importan·
cia a ln llamada función expresiva. A pesar de las diferencias en
se o[recc un esquema de íos procesos activos del discurso en
cuanto al hablante y de los procesos pasivos de recepción y com·
prens;ón del discurso en cuanto ni oyente: No se puede decir que ••
el enfoque de esta función entre varios teóricos, su esencia se tales esquemas sean falsos y no correspondan a determinados
••
~
duce a la expresión del mundo individua\ del hablante. El len~ momentos de'la realidad, pero, cuando tales momentos se presen-
uaje se deduce de la necesidad del hombre de expresarse Y objo- tan como la totalidad reHI de 1• comunicación discursiva, se con-
varsc a ~í mismo. La esencia del lenguaje, en una u otra íormn. rviertcn en una ficción científica. En efecto, el oyente, ~1 pe.rciblr~
?r una rl otra ví:r, se restringe ~ la creativi.~ad espirilcwl del ~1di-
r·!dUO. Se; p_~·opUSJcron y co~ttnunn pro.pont~ndose ot~os enk•yUCI
'e las fu~cmncs del lr.ngua¡e, pero lo m_ás car?cterlsttco de to~o
1y comprender el significado (~ingüístico) _del discurso, simult:íc¡
neamente lama con respecto ~ este U11¡] aCllVa postura de res pues·
••
sigue sic~ do el hecho de que se subcsl!ma, SI no se dcsvalonz 1 1
por com¡j\eto, ra funci~n comunicativa de la len.gua que se anal·
ta: e"tii o no está de acuerdo con el discurso (total o parcial·
mente), Jo completa, lo aplica, se prepara para una acción, etc.;
y la postura de respuesta del oyente está en formación a lo lar~o
••
z.a desde !el punto ?e viSta del habla_ntc, como SI hablase s?/o ~'¡ 1
una fcrzo.<a rclacton con otros parl!c1pantcs de la connmlcac~~l.;.
~-iscursiva. Si el pn~~l del otro se ha tomad? en cuc_nta ha Sl_d:;¡
de todo cJ proceso de audición y comprensión desde el principio,
a veces a partir de las primeras palabra> del hablante. Toda
comprc~sión de un discurso vivo, de un enunciado viviente, tiene
••
unicamc 1ite en func1on de ser un oyente paSIVO a qu1cn tan solo
<e le asigiw el papel de comprender al hablante. Desde este punte'
:le vista, el enunciado tiende hacia su objeto (es decir. hacia 'u
un
,
~áracter
d
e
pue e sordmuy vana
resp~e~
t (
0
~ d 1 ,¡ d
a) 0pdesar e que:, gra
; a c~mprcnsmn ~s
1 ~ ~a~
e
r · 'ó
tCidaCI n
p;ena a e. rets•
ue~tab¡ e u~a u otra man~·a a gene~'¡ cd. ~yen e se c~~~lcr e
••
contenid<¡> y hacia el enunciado mismo). La lengua. en reolidad.
tan sé!o requiere al hablante -un hablante- y al. objeto de su
di,cm>o. v si ¡ lengua simultáneamente puede utilizarse como
medio e~ 'i:ormrnicación,
en a ante. na comprenSI n paSI\•a e ISC~rso percl ' o. es
tan s?lo ~n momento abstracto de la comprenSión total ~ a~t1va ••
que Jmphca una respuesta, y !e adualrza en la conslgurente

3
ésta es su función accesoria que no toca

••
su esencia. La colectividad lingiiística, la pluralidnJ de los hablon· respuesta en voz alta. Claro; no siempre tiene lugar una respuesta
tes no puede, por supuesto, ser ignorado, pero en la dc!inición de inmediata en voz alta; la comprensión activa del oyente puede tr~·
la escncilT' ue la lengua esta· realidad resulta ser innecesaria y no ducirse en una acción inmediata (en el caso de una orden, podna
!r~tarse del c'.lmplimicnto), puede asimismo quedar por 'JD tiempo
determina la naturaleza 'de lenguaje. A veces, la colecti>·idad lin·
güfstica 'se contempla como una especie de personalidad colectiva,
"cspíritrf del puchlo", etc~ y se le atribuye una enorme importan·
cía (po~ ejemplo, entre Jos adeptos de In "psicología de los puc-
como una comprrnsión silenciosa' (algunos· de los g~neros discur·
si vos están orientodos precisamente_ hacia este tipo dé comprensión, ••
••
por ejemplo los g6neros líricos), pero ésta, 'por decirlo as!, es una
, . - Gomprensión de respuesta de acción retardada: tarde o tempranO
• W. ¡Homboldt, O ra:lic/1ii orga~1imrov rlrdor•ocl12.<kogo ir.,yko. San . lo escuchado y lo comprendido aCtivamente resurgirá en los dis-
l'e!ersbu;r.o. t~19.·p. 51.. laconducta del oyente.•Lo~ géneros deJa

.
'
. CltfSOS posterioreS 0 en

• •

•• 2)9

•• ccHnplcj." comunicación cull\nal cucnt~n p1 ccisam<:nte con cstCl


<~ctiva con1prcnsión ele rcspucstJ de <JCción ¡c\ard<~da. Todo lo que
del otro en el proceso de \11 connmicacir.,n tlisc'=.;r~·i> ;:¡ ::e dcbili1a
de este modo bast<~ el límite.

•• cst<l!llOS exponiendo nquí se refiere, con Lls correspondientes v~\­


rincioncs y complcmcntnciones, al discurso escrito y Jcíclo.
El mi~n~o menosprecio del p~pel <Jctivo del 0tro ·en el proceso
de \~1 comunicm:.ión discursiva, 3SÍ como la tendencia de dej{lr de
l<ltlo este proceso, se mcmificstan en el u~o poco cl8ro y rnnbiguo

•• Así, pues, tPrla comprensión real y total tiene un cadctcr de


rcspucst[l nctivn y no es sino una fase· inicial y prep;n:1tivn de
¡,_~ ¡;::.;;p;..:~::;!~ (~1_,:1lf111iern que sea su forma). También el 1wb1antc
mismo cucnla con esta acliva comprensión prcñ<1ciu L;c: ,c:;¡:-,~;c::;!:'.:
d.: u·Jics términos como "discurso''. o "corrienic disc.ursíva",
estos términos intencionnlmcnte ihdcfiniclos suckn desigt1ar :~:p1c·
. . """
lln • . :1 Sll}C
esl' · "ó n· en um"d ad es d e knguC~,
· t o a una d"JVJSJ
piensan como sus fr<tcciones: fónicaS (tonema, ::iiaOa. p:::ríu~~u
. que .s·:::

•• no espera tma comprensión pasiva, que tan sólo reproduzca su


idea en In cabe1..a ajena,--sino que quiere una contest<H:ión, cansen~
rítmico del discurso) y significantes (oración y palabra). "La
corriente discursiva se subdivide" o "nuestro discurso compren-

•• limicnto, participación, objeción. cumplimento, cte. (los diversos


géneros discur~ivos rrcsuponen cli[erenlcs orientaciones etiológi-
c;~s. varios objetivos discursivos en los que hablan o esc;ibcn). El
deseo de hacCr coñ1prcnsiblc su discurso es tan sólo \111 mo'm~nto
u~::.'': a;Í ~ue]en inicarse, Cll Jc.s má.nuaJcs de lingüística y grt~­
mat!C<l, m1 como en los estudios especiales de fo11ética o lexico-
lugía, lo5 capítulos de gramática dedicados al anlÍiisis de las uni-

•• abstracto de\ concreto y lota\ proyecto discurSivo de\ hablante. Es


m5s, todo hablante es de por sí un contestatario; en mayor o
dades correspondientes a la lengua. Por desgracia, también la
l"CCJén apDrecida gramática de la acAdcmici rus:1 u!ili7.a el mismo
~n~l~finiUo ~· ~mbig.uo término: "nue~tro ·di5cu~so''. He aqui el

•• Jj;enor mctlid8: él no es un primer habiantc, qtlicn hnyn into:rrum-


pido por vez primera el cierno silencio del universo, y él no úni-
cnmcnte presupone Jn existencia del sistema c\e la lengua que uti·
HHCIO de b m!roducción al capítulo dedicado a la fonética; "Nues·
tro discurso, ante tollo, se !mbdividc en oraciones, que a su vez
pueden Sllbdividii-se en combinaciones de palahras y pnl:1bras. Lns

•• Jiz.n, sino qu~ cuenta con ]a presencia Ue dC.rtos emmci8dos


anteriores, suyos y njenos, con las ·cuales su enun~iado determi{
nado establece toda suerte de relacioneS' (se npoy~· en ellos, pro-
p11l<1h~·as se separan c_Jaramcnte ·en pequeñas unidJJ~s fónic.as que
son silab<J.s ... Las s1labas se fraccionan en sonidos del di!:·curso,
o f oncmas . " • ·

•• blemiza con ellos, o simplemente Jos supone conocidos por su


Gycntc.) Todo enunciado es un eslabón en la cadena, muy com-"l
~leiamcnte
. ¿De qué "corriente discUrsiva'.' se trata, qtié. cosri es ''nuestro 1
d:scurso"? ¿Cuál es su extensión? ·¿Tierien un principio y un [in?i
S1 poseen una ext~nsión indeterminada. ¿co:íl es la fracción qué

•• organi1.ada, de otros enunciados'


De este modo. aquel oyente que. con su pasiv<l comprensión,
se representa como pareja del hablante en· h'" esquemas de Jos
cur~oS de lingiiístic¡¡ general, ·no corresponde ni pnrticip:mt~ re<~l
_}
:omamos para divídirln en unidades? Con respecto n tod;:1s est::~s
mtcrrogantcs, predominan una f¡:Jita de definición y un3 vaguedad
ubso1utas. La vaga p<:~labra "discurso", que puede dcsignilr tanto

•• de la connmicacióh diSC\Irs:va. Lo q\IC representa el C~f1UCTT1:1 es


ton sólo un momento abstracto de un acto real y total de la com-
prensión activa que gener~ tina respuesta (con la qnc cuenta el
<1 la lengu3 como al proceso o discurso. es d~cir. al h;bln, tanlo
n un enunciado separado como a toda una Serie indeterminada de

••
enunciados, y :!!;imismo d todo un género discursivo ("pronuncinr
hablante). Este tipo de abstracción científica es en si absoluta- un di~cursu"'), hasta el momento n.o h" sido co:.vertiJJ, por p<ntc
mente }u~,tific:'lcb, pero con un11 condición: debe ser comprendida clc los linglíistas, en un término estricto en cuanto ::1 su significado

•• conscientemente como una <~bstrncción y no ha de. plcsent;:~:-sc


colllO la to!nlídnd concreta del fenómeno; en el ca~-o contrario,
pHe<..lt convertirse en ur.a ficci6n. Lo último precisnme.ntc sucede
y bic.n dclermin;~do (en otras lenguns tienen lugu fc¡-¡6mer0~
an<ilogos). Lo cual se explica por el hecho de que el problema del
enum.:iado y de. los géneros dis.cursivos (y, por consigt1ientc., el

•• en la lingüística, porque semejantes esquemas abstractos, aunque


no se presenten como un reflejo de la comunlc8ción discursiv~
real, tampoco se compietan' con. un señalamiento acerca dt una
de la comunicación discursiva) está muy poco elaborado. Cosi
siempre tiene Jugar un enredado juego éon todos los significados
mencionados (a excepción del (¡\timo). Generalmente, a cualquier

•• mcjur cümplcjidod del fenómeno real. Como resultado de esto, el


esquema falsea el cuadro efectivo ele la comunicación discursiva,
eliminando de ella los momentos más importantes. El papel activo
Gramlli{I!Íka russk.ogo iaryka, tomó 1, Moscú, 1952, p. 51.

••
••
_ •
••
.. - ....... ---- ··-- .•.. - .

261
EL f-.:tJNCIAl.IO '
U. PltO[Jl.E¡\1/\ DE LOS Gl~NE.HOS DISCURSIVOS
26U

e!lunciado de cualquier persona se le aplica la expresión ''nuestro


discurso"; pero esta acepción jamás se sostiene hasta el final.'>
Y. que termina _co~ el !lecho de ceder la palabra al otro, una es pe·
Cl~ de un drxr SilenciOSO gue se percibe por ]os oyentes [como
scnal] de que el hablante hayri concluirlo. · .
••
Sin embargo, si falta definición y claridad en aquello que
suelen subdividir en unidades de la lengua, en la 'definición de
estas últimas también se introduce confusión.
Esta alteración de los sujetos 'discursivos, que constituye las
fronteras precisas del enunciado, adopta, en diversas esferas de la
praxis humana y de la vida cotidiana, foi·mas variadas según dis·
tlntns funciones del lenguaje, diferentes ·condiciones y situación

••
La falta de una definición terminológica y la confusión qtie
reinan en un punto tan importante, desde el punto de vista meto-
dológico, para el pensamiento iingi.ií~lí\_;v, 50ii ;~:;~!!:.!¿:; ¿~ ~~,_
erl.osprecio hacia o]¡¡ u11idad·..rea. l de la. c.omunicación discursiv·0·
ue' es d enunciado~Porqu~ e.I. dis_curso puede existir en 1~ rcá'-~
de la comunicación. ·Este cambio dé' sujetos discursivos se obser·
va de un~ maner~ mris simpie j'uUviu' t-u Ui-1 dl~~vgc .-~~!, ds-~~~
los enunc1ados de los interlocutores (dialogarités), llamiirl;is répli· · ••
U dad tan- sólo en .forma de enunc¡ados~concrctos''perteneclentes
Jos hablantes o· sujetos del discurso. El discurso siempre est ·
cas, se sustituyen mutuamente: El diálogo es una forma clásica
de la comunicación discursiva ·debido a su sencillez y claridad.
Cada réplica, por·nuís. breve e intermitente que sea, posee una
••
vertido en ]a forma del enunciado que pertenece a un sujeto dis·
cursivo determinado y no puede existir fuera de esta fom1a. Por
más variados que se.an Jos enunciados según su extensión, con:c-
conclusión especifica, al expresar ciér:a posición del hablante, Jo
que puede s~r _contestada y con resp~~to a iá que se puede adop-
!m otra posrctón. En esta conclirsión· ·especfficá del einmcindo
••
nido, co¡npc)sición, todos pose~n, en tar,to que son u;-¡itlade~ clc L.!
comunicación dhicursiva, unos rasgos estructurales comunes, y,
ante lodo, tienen fronteras muy'bien definidas. Es necesario des·
haremos hincapié más adelante, ·puesto que éste es uno de lr.s
r~sgos distintivos principales del enunciado. Al mismo tiempo, las
replicas están relaCionadas entre sf. Pero las relaciones que ;e
••
criOir c~tas fronteras que tkncn tm carácter esenci:1l y de fondo.

c~ción
Las fronteras de .cada-cnunciauo·como unidad de la comunio
-discursiva se. determinan por el cambio de Íos sujetos clis!
establecen entre las réplicas de un diálogo y que son relaciones
de prc~u.nta, afirmación y objeción, afinnación y consentimiento,
proposiCIÓn Y ?ceptación, orden y cumplimiento, etc., .son impo·
••
cursivos, es decir, por la alternación de los hablanteS: Todo cnun,!
ciado, -'desde una breve réplica del diálogo cotidiano hasta una
novela grande o un tratado científico, posee;'por decirlo así, un.
S1bles ent~e umdades de la lengua ·(palabras y oraciones), ni den·
(~·o de] SIStema de Ja )engua, ni dentro de] enunciado mismo.
l:stas _rdaciooes especffic~s que· se entablan entre las réplicas de
••
principio absoluto y un final absoluto; antes del comienzo están
los enunciados de otros, después del final están Jos enunciados
. respuestas de otros .(o siquiera una comprensión silenciosa y acti
un rJ¡a]ogo son apenas subespecies de tipos de rélaciones que sur-
g.~n en~re enunciados enteros en el proceso de; la comunicación
drscurstva_. Tales relaciones pueden ser posibles tan sólo entre
••
va del otro, o, finalmente, una acción respuesta basada en tal tipo
de. comprensión) . Un hablante ter¡nina su. enunciado pnra cede¡
los enunciados. que pcrtc1~7zcnn a dif~renles sujetos discun:ivos,
porque presuponen' la· extstencia de otros (en relación con el
hablante) miembros de una cbn1unicación discurhiva. Las relacio-
••
••
la palabra al otro o para dar lugar a su comprensión activa corrto
respuesta. El enunciado no es una unidad convencional sino real n~s entre enunciad~s enteros no· se someten a 'una gramaticalizi~
delimitada con precisión por el cambio de íos sujetos discu:·ci vu ; c.rón _porque, repetimos; son imposibles de establecer entre ]as
umdades de 19engua; ni a nivel del sistema de la lengua, ni den·
:.• Por cicrlo que no puede ser sostenida hast<t el fin¡¡;l. Por ejemplo, u~
cnuncíndo como .. ;.Eh?"· (réplica en uri di<ilogo) no pUede :ser di\'idido
1
en oraciones,. .combinaciones. de p&labr¡.¡s .o sílabas. ) 0T consiguiente, no
tro del enunctado.' · ·· · ·' · ... · ·
En lo_s géneros discunivos' secuhdarios, sobre todo los géne-
ros relac~o~ados con_··]a oratoiia, _nos encontrnmqs. con algunos
••
;pucd.c .tratn_rsc- .de ... cualquier- enunciado. Luego, fr¡¡cciomm ·el. enunciado
. (di~Cursó} y obticn·en unidades de .la Jcngua. DCspués, en muchns ocasio-
_ncs -~dincn la oraci6n c~m~ un cnúnciado Ciemf:ntal :Y· por lo tanto, la
oractón ya no puede ser umd:::~d de enllnciadO. Se sobreentiende, implfci·
fenómenos que aparentemente contradicen a nuestra última tesis.
Muy a menudb el l1ablante (o el eséritot) ' dentro de los límites ••
••
de su enunciado plantea preguntas;·lás .co'ntesta, se refuta y re-
tilmtnte, que se trala del discurso de \In solo habtante; loS' matices dialó· chaza sus propias .objeciones;' etc_. Pero· estbs fenómenos no son
_gicos se .dejan de Indo. . 1 • • • .. • •
más que una representación convencional de la comunicación dis-
. En comparación con las fron1cr8s de los enunci11dos, todas las demás

••
!tonteras (entre oraciones, combinaciones de palabras, sintagmas pala· cursiva Y de los géneros discursivos primarios. Tal representación
bra:s) 5on .·relativas· y convencjon<lles. ' es característica de los géneros retóricos (en sentido amplio, in-

, ... ~
••

•• 1_1. 1::.· 1) t~( IAI:~ 1
'
263

••
1 .
ciuyt:ndo alijullO:::. géncrus Jc: b Jívu!gaci~Jll científica), pero !llentc a JJ primerJ. El contexto de una oración viene a ser el con-
todos los demás gincros secundarios (literarios y científicos) uli· texto del discurso de un mismo sujeto hablaryle; la oración no se
!izan diversas formas de la implantación de géneros discursivos relaciona inmcdiotamcnte y por .sf misma cori el contexto de la

•• primarios y rclt~ciones entre ellos a ]a estructura del enuncindo


(y Jos géneros prímmios incluidos en los secundarios se transfor·
realidad extraverbal (situación, ambiente, prehistoria) y· con los
enunciados de otros ambientes, sino que se vincula a ellos a tra-

••
man en m:1yor o mer;or medida, porque no tiene lugar un cambio vés de todo el contexto verbal que la rodea, es decir, a través del
rcel de Jos sujetos discursivos). Tal es la naturaleza de los gé- enunciado en su totalidad. Si el enunciado no está rodeado po
neros secundarios.*' Pero en todos estos casos, las relaciones que e-1 contexto discur,ivo de ün mismo hablante, es decir; si rtpre-
se establecen enrrc ios g¡¿IJeru:::. tJ:iwctlÍv;:, J.C.J!ivdu.:i.:!.:.::., ~.y::;~:-¿~ ~~!~!:! ~!~~ e!'!'-~~c!~d0 rco!:!'plf-"tl"l y r.nnl"ln_o::rl (ré!!lica del diálogo)

•• ubicarse dentro de Jos límites de un solo enunciado, no se someten


a Ja gram~llicnlización y conscrvnn su naturaleza específica, que
entonces se enfrenta de·tma·manera directa e inmediata a la rea-
lidad (al contexto extraverbal del discurso) y a otros enunciados

••
es fundilmcntolmcnte distinta de la naturaleza de ·las relaciones aje11os; no es seguida entonces por una pausa determinada y eva-
que existen entre palabras y oraciones (Jsí como entre otr<~s uni- luada por el mismo hablante (toda clase de pausas como fenóme-
dades Jingiiístic2s: combinaciones verbales, cte.) en el enunciado . nos gramaticales calculados )' razonados sólo son posibles dentro


Aguí, aprovechando el di;ílogo y sus réplicas, es necesario del discmso de un sólo hablante, es decir, dentro de un mismo
cxpllcar prcvi:unc11tc el problema de h1~ oraci61L cou_¡o unidad... der enunciado; las pausns que se dan entre los eminci¡¡dos no tienen
la lengua, :1 difcrcncin del enunciado como unidad de la· comu- un carácter gramatical sino renl; esas pausas reales son psicoló-
nicación di;.c!.'n,iva. gicas o se prc.Juceh por nlgunns circunstancias externas y pueden
(El problema de b twturnleza de la oración es uno de lus interrumpir un enunciado; en loS géneros literarios secundarios
mDs complicJdos y difíciles en la lingüística. La lucha de opinio- CS<IS p2usas se calculan por el nutor, director o actor, pero son
nes en rclt!ción con él se prolong;~ hnsta el momento nctual. Des- radicalmente diferentes tanto de las pausas gramaticales como
de luego, lo ólCioración de este problema en todo su complejidad estilísticas, las que se dan, por ejemplo, entre Jos sintagmas den-
no form:1 parte de nuestro propósito, nosotros tenemos la inten- tro del enunciado), sino por ·una reSpuesta O·la comprei1sión tá-
ción de tocar ton sólo en parte un aspecto de él, pero este aspecto, cita del otro hablante. Una oración semejante· convertida en un
en nucstr¿¡ opinión, tiene una importancia esencial para todo d enunciado completo mlquiere una especial p1enitud del sentido:
problema. Lo q1JC nos importa es definir· cxact:Jmentc la relación en relación con ello se puede tomar una postura de respuesta:
entre la oración y el enunciado. Esto ayuclnrá n vislumbr::~r mejor estar de acuerdo o en desacuerdo con ello, se puede cumplirla si
lo que. es el cnunci;:~do por una parte, y la oración por otra.) es Ullil orden, se puede evaluar!J, cte.; mientras que una oración
De cstJ cuestión nos ocupnremos más adelnn!c y por Jo pronto
1 dentro del contexto verbal carece de capacidad para determinar
nr;otarcmos tan sólo el hecho de que los ·límites·; de .una oración tma respuesta, y.la puede adquirir. (o. más bien.se cubre por ella)
como unidad de: la lengua jamás se determinan por el cambio de tan sólo dentro de la totalidad del enunciado.
Jos sujetos" discursivos.-,Tal cambio que· enmnrcaría la oración Todos esos rasgos y particularidades, absolutamente nuevos,
desde Jos dos lado::; h.t conviertl! en un er.unciado compieio:~· Una no pertenecen a la oradón misma que llegase o ser un enunci<:~do,
ornción <~SÍ adguitrc nuevas cualidades y se percibe dC: una ma· ~ino al enunciado en sí, porque expresan la naturaleza de éste, y
ncr,a diferente en compílración con la oración que está cnmarcad11 no }a naturaleza de la· oración; esos atributos se unen a la oración·
-f!.Ol' otras oraciones dentro del COnlexlO de un mismo CllUl1Ciadn completándola ha~ta formar un enunciado ·co;npleto.JL" oración
)crlcnecicnte a un solo hablante. La oración es una idea rcJati- como unidad tle la lengua carece de todos esos atributos: no se
mcnte ccncluidn que se relaciona de una manera inmediata con delimita por el cambio de los sujetos .discursivos, no tiene un

m
ras ide¡¡s de un mismo hablante dentro de la totalidad de su contacto inmediato con,la,realidad, (con la· situación extraverbal)
unciado; al concluir la oración, el hablante hace una pausa ni tampoco se·':relacio!la· dc··ima · mimerá directa· con- Jos. enuncia.D- '
ra pasar Juego a otra idea suyo que continúe, complete, funda:- dos ·ajenos; no posee una plenitud. del sentido ni una capacidad
1
,de detenninar. directamente la postura de respuesta del otro
Hucii:~s de iimitcs dentro de lu~ gén::.1o~ secund;:uios. hablante, es decir, no pro"Y·oca u~a ;cspuesta.: L~ oración cvm9

·'- ..- ·.
~~_.,Jr,.J .. .._J-••-·--"·. .. - ·-·-········-··-~·----· --·-··- ..
..:_.
El. rJHJlH.EMA DE. 1.0.'> GÉNF.ItOS IJJSCUiiSI\'OS U. [NU/'CCIAI.lO ••
unidad de la lengua tiene una naturaleza gramatical, límites gra-
maticales, conclusividad y unidad gramaticales. (Pero analizada
vidualidad que revela una obra es lo que: crea unas fronlerns in· 1
terrias específicas que In. distinguen de otras obras relacionadás ••
dentro de la totalidad del enunciado _y desde el ·punto de vista de
esta totalidad, adquiere propiedades estiHsticas.) Allí donde la
ornción figura como un enunciado entero, resulta ser enmarcado
con .ésta en el proceso de la comtmicación discursiva dentro de
una esfera cultural dada: la diferencian de las obras de los ante·
cesorcs•cn las que se fundamenta el autor, de otras obras qu'e. ••
en una especie de material muy especiaL Cuando se olvida esto
· t:ll d OJJ~ii~i~ Ut:. uua ura~iÚJJ, ~'=' i.t.:J~jVt:.I:,!-1 r;::;uivm.. r;:, =-u Üdi.üi.i·
leza (y .al mismo tiempo,' la del enunciado, al atribuide aspectos
pert~necen a una misma escuela, de las obras pertenecientes a las'
~~:-=-:~::!e= ~r~~::~:::::: ::::::;;. !;:::: qo.;~ !ü.:.};.u el uu~vi, ~i.c. '
..una obra, igual que una réplica del diálogo,: está orientada
••
gramaticales). Muchos lingüistas· y-escuelas lingüísticas (en lo que
respecta a la sintaxis) confunden .ambos campos: Jo que estudian
e en realidad, una especie de híbrido entre la oración (unidad
hac1a. la respuesta de otro (de otros), hacia su respuesta com·
prens1va, que puede adoptar formas diversas: intención educa-
dora con respecto _n los ]ector~s, propósito de convencimiento, co-
••
de la lengua) y ·el enunciado. La gente no hace intercambio d]
oraciones ni· de palabras en· un sentido estrictamente lingüistico,
ni de conjuntos de palabros; la gente habla por medio de enun-
mentarios críticos, influencia con respecto a Jos seguidores y epí-
gonos, etc.; una obra determina las posturas de respuesta de Jos
otros dentro de otras· condiciones complejas de la comunicación
••
ciados, q~te se construyen con la ayuda de las unidades de la len·
gua q~r;::. son p<c!lab;t!.s, conjun10s de palabras, oraciones; el cnun-
ci::ldo puede ~~r constituido ~~•nto oor una oración como nor
discursiva de una cierta esfera cultural. Una obra es eslabón en
1~ .cadena de la comunicación discursiva; como la réplica (}e un
Oinlo,g\..1,· b obra se relaciona con otras obras-c:nuJ;ciarlos: con
••
una palabro, es decir, por ur.a ·Unidad del discurso (principal-
mente, por una réplica del diálogo),· pero no por eso una unidad
de la lengua se convierte en una unidad' de la comunicación dis·
aquellos <1 los que contesta y con aquellos c¡ue le contcstnn a elb;
al ~1ismo tiempo, igual que la réplica de un diálogo, unil obra
e~¡¿¡ ~eparada de otros pbr las fro!iteras nbsoluta~ del cambio de
••
cursiva.
La falta· de una teoría bien elaborada del enunciado como
los sujetos ·discursivos.· ·
Así, pues, el cambio de los sujetos discur~ivos
al enunciado y que crea su masa firme y estrictamente determi·
que enmare:: ••
••
unidad de la comunicación discursiva lleva a una diferenCiación
insuficiente entre la oración y el enunciado, y a· menudo a una n;tda en relación con otros enupciados vinculados a él, es el pri:
completa confusión entre ambos:·- mer rasgo constitutivo del enunciado corno unidad de la c0muni-
cacióh discursiva que Jo distingue de las unidades de la lengua.

••
Volvamos nl diálogo real. Como ya Jo hemos señalado, er. la
forma clásica y más sencilla de la comunicación discursiva. El Pasemos ahora a otro rasgo, indisolublemente vinculado al pri·
cambio de ios sujetos discur~ivos (hablantes) que determina Jos mero. Este segundo rasgo es la conc/ush•idad específica del enuh· i
ciado. i

••
límites del enunciado se presenta en el diálogo con una claridod
excepcional. Pero en otras esferas de la comunicación discursiva, El carácter concluso del enunciado prepresenta una cara
incluso en la comunicación cultural complejamente. orgaili7.ndn interna del cambio de Jos sujetos discursivos; tal cambio se da
-~ natura)~za tan sólo por el hecho de que el hablante dijo (o escritió) 10do lo

••
{científica y a:tísHca), la de Jos Hmitc!: del enunciado
es la misma. que en un r..1omcnto dadü y en condiciones determinadas quiso
Las otros,' complejamente estructuradas y especializadas, de decir. Al leer o al escribir, percibimos claramente el fin de un
•..
enunciado, una especie del dixi conclusivo <le! hablante. Esta con·
div"crsos géneros cientfficos y literarios, con toda su distinción
con respecto a las réplicas del diálogo; son, por Sl! naturaleza, las
unidades de la comunicáción discursiva de la misma cluse: con
clusividad es específico y, se determina po; criterios particulares.
Eir1primero y mós importante, ,criterio-.de .la- conclusividad del
enunciado· es la posibilidad de ser contesiiido. O, en térmimis
••
una claridad igual. se de.limilan .por. eL cambio de los sujetos dis.
cursivos;' y sus fronteras, conservando su precisión externa, ad~
quieren un .especial carácter interno graci~s ni hecho de ·que el,
más; ~xactós .y.amplios,.J!.po~ibilidad de. tomar una postura de
respuesta en reli>ción con el. enunciado' (por ejemplo, ·cumplir ••
••
sujeto discursivo (en este caso,. el autor de la obra) mnnificsJa una orden). A :este criterio está sujeta una· breve pregunta coti·
en ellos su individualidad mediante el estilo; visión del mundo en diana, por ejemplo "¿qué hora: es?" ··(puede ser contestada), una
todos los momentos intencionales de su obra. Este sello de indi! p!tición cotidiana que puede ser cumplida o no, una exposición



--~·~·
• ,,¡..

•• Ll. I'IIV;\11 '.1·• ¡;1 1_(,:, 1 1'~,)1\,1;; lil:;l'\1\t:-.1\V'>


1 1. i:N! 1t~C'! 1\IXJ

Yulunt3d di~cu1 si va del hnbbntc, que Jetermina todo el enun-

•• cicntífic;:¡ con la que puede uno cst;1r de ¡tcucH.lo o no (totnl o


parcialmente), una novela que puede ser valorado en su totalidad.
Es necesario que el enunciado tenga cierto carácter concluso para
ciado, su volumen, sus límites. Nos imaginamos qué es lo que
4uierc decir el hablante, y es mediante esta intención o voluntad
discursiva (según la interpretamos) como medirnos .el grado de

•• poder ser contc.\tado. rora eso, es insuficiente que el enunciado


sea comprcr:siblc Jingüistic~unente. Una oración totalmente com-
prensible y concluida (si se trata de una oración y no enunciado
conclusividad del enunciado. La intención determina tanto la
rnisma elección del objeto (en determinadas condiciones de la
comunic;.1ción discursiva, en relación con los enunciados anterio-

•• ';u'-c~c:.::.to
oc "'" oración), no puede provocnr uno reacción de
respuesta: se comprende, pero no es un zu•iu. f..:;~.:. !~~!co, '; H~ es
1

sciíal de la totalidad del sentido en el enunciado, no puede ser


res) como sus Hmites y su capacidad de agotar el sentido dd
obJeto. Taml.Jj¿u J~i>.:;r. . . ~::~:, ¡;e-: 511fll1esto. la elección de la fonna
genérica en lo que se volverá el enunciado (el tercer factor, que

•• sometido ni (!. una definición gramatical, ni 2 una determinación


de sentido abstracto.
Este cnráctcr de una totnlidad conclusa propia del enunciado,
trataremos más adelante), La intención, que es el momento sub-
j<tivo del enunciado, forma una unidad indisoluble con el aspecto
del sentido del objeto, limitando a este· último, vinculándola a

•• que asegura la posibilidad de una respuesta (o de una compren·


sión tácita), se determina por tres momentos o factores que se
rclocirJnan cntiC sí en Ja tot<1lidnd orgánica del enunciado: J] el
una situación concreta y única de la comunicación discursiva, con
todas sus circunstancias. individuales, con los participantes en
p~rsona y con sus enunciados anteriores. Por eso Jos Participantes

•• s~ntido del objeto del enunciado, agotado; 2] d enunciado se


determina por la intencionalidad discursiva, o la voluntad discur-
:;iva del habl;mlc; 3] el enunc-iado posee formas típicns, genéricas
Ji rectos de ln comunicación, que se orientan hicn en la sitt1ación,
cun respecto a Jos cnunci~:Jos anteriores abarcan rápidnmente y
con f<~cilidaJ la intención o voluntad díscursivn tlel hnblantc y

•• y c5tructurales, de conclusión .
El primer momento, la capacidad de agotar el sentido del
objeto del enunciado, es muy diferente en diversas esferas de la
perciben desde el principio mismcl. del discurso la totalidad del
enunciado en proceso de desenvolvimiento.
!'osemos al tercer factor, 'que es el m6s importante P"'" ilooo-

•• comunicación discursiva. Este agotmnicnto del sentido puede ser


cn~i completo tn ¡:)\gun¡]s esferas cotidinnns (preguntas de carác-
lros: las formas genéricas estables del enunciado., La voluntad
discursiva del hablante se realiza ante todo en la elección de w1
géucro discursivo deter!llinado. La elección se define por la espe-

••
ter puramente f;'¡¡,:tico y las respuestas igunlmcntc f6cticas, ruegos,
órdenes, ere.), en ciertas esferas oficiales,·en ]as órdenes militares cificidad de una esfera discur.:.iva dada por las consideraciones
1

o industriJies; es decir, allí donde los géneros discursivos tienen del sentido del objeto o temáticas, por la situación concreta de la
comu~1icación discursiva, por los participantes de la comunicación,

••
un canh::tcr cstambrizndo al máximo y donde está ausente el Il"IO-
trH:nto crea1ivo casi por completo. En las esferas de creación (so- etc. En lo sucesivo, la intención discursiva del hublanle con su 1

btT todo científica), por el contrario, sólo es posible un graJo


individualidad y subjetividad, se aplica y se adnpta al género es-
cogido, se forma y se desarrolla dentro de una forma genérica

••
muy relativo de agotamiento del sentido; en estas esfcr01s tan sólo
5e pucd:! haG1ar sobre un cierto mínimo de conclusividad que. dL:tcrminaU.a. Tales géneros existen, ante todo, en todas las múlti-
permite adoptar una postura de respuesta. Objetivao1ente, el obje- ples esferas de la comunic3ción cotidiana, incluyendo a la más

•••
to es inagotable, pero cuando se convierte en el tema de un cnun·
ciado .(por tjcmplÓ, ele 111. trabaio científico), adquiere un cank-
ttr relativamente concluido en determinadas condiciones, en un
determinado enfoque del problema, en un material dado, en los
r
.
f<llniliar e íntima .
Nos exprcs~mos únie:atllCIJte meclia~te' determinados géneros
Jiscursivos, es decir, todos nuestros enunciados posen mlf!S formas
típicas para la estructuraciólr de .la totalidad, relativamente esta·
! bies. Disponemos de un rico repertorio de géneros discursivos
propósitos que busca lograr el autor, es decir, dentro de los

•• límites de ln intención del autor. De este modo. nos topamos inevi·


tablcmente con el segundo factor, relacionado indisolublemente
'-orales y escritos. E11 la práctica los utilizamos con seguridad y
destreza, pero teóricamente podemos no sahe"r nada de su existen-
cia. Igual que el jourdain de Moliere; quien bablJba en prosa sin

••
con el primero . sospecharlo, nosotros hablamos ·utilizando diversos géneros sin
En cada enuncipclo, desde una réplica cotidiana que consiste
en una sola palabra ha·sta complejas obras científicas e literarias, •nbcr de su existencia. Incluso dentro de la plática más libre
podemos abarcar, entender, sentir la intención discursiva, o la

•• •.
~¡ ... ~-·· .....;..-..-.-· .... .._ ........ .

26S EL PRODI.EMA. DE LOS Gé.Nf:.~OS DJSCURSJ\'OS Et ENUNCIADO 269


••
y desenvuelta moldeamos nuestro discurso de acuerdo con deter-
a
minadas formas genéricas, veces con caracteristicas de cliché, a
veces más ágiles; plásticas y creativas (también la comunicación
social y las relaciones personales entre Jos p<1rticípnntes de lf\ 1
comunicP.ción: existen fonnas elevadas, estrictamente oficiales de 1
estos géneros, junto con las formas familiares de diferente. grado¡
••
cotidiana dispone de géneros creativos). Estos géneros discursivos
nos son dados casi comó se ·nos da la lengua materna, que domi·
namós librcinente antes del estudio teórico de ·la gramática. La
y las formas íntimas (que son distintas del as familiares) ;• .Estos
- - - . - -...- . · - - · . .

géneros requieren también un determinado tono: es decir, admiten


en su estructura uñ.a determinada entonación expresiva'. Estos
1!

••
lengua materms, ;::,u -.v~i.!:;~!:.d~· y ~'.t P.structUra Rramatica1, 110 los .
conocemos por los diccionarios y manuales de gramática, sino por
íos enunciados conc.rctos que escuchamos y reproducimos en la
géneros, sobre todo lo; elevados y oficiales, poseen un alto grado
Ue ~;::,\a0i!¡d~¿ j' ~~!~g:!!0ri.P.chr1. De ordinario, la voluntad discur-
siva se limita por la selección de un génerq determinado, y ,.;,
••
comunicación discursivo efectiva con los personas que nos rodean.
Las formas de la lengua los asumimos tan sólo en las formas de
los enunciados y junto con ellas. Las formas de la lengua y las
sólo unos leves.matices de .entonación expresiva (pÚcde adoptarse
un tono más seco o más reverente, más frío o más cálido, intro·
ducir una entonación alegre, etc.) pueden reflejar la individua·
••
formas tipicas de los :enunciados llegan o nuestra experiencia y
a nuestro conciencia conjuntamente y en uno estrecha relación
mutua. Aprender a .hablar quiere decir aprender a construir los'
lidad del hablante (su entonación discursivo-emocional)'. Pero
aquí también es posible una reacentuación de ]C's géneros, que es
tan característica de la comunicación discursiva: por ejemplo, la
••
enunciados (porque hablamos con Jos enunciados y no mediante
oraciones, y menos aún por·palabtas separadas). Lós géneros dis;
cmsivos organizan ntiestr<J discurso casi. de la misn;a mnnern 1
forma genérica del saludo puede ser trasladada de la esfera oficia\
a la esfera de la comunicación iamiliar, e< decir. es posible que ••
••
se r.mplce con una re?.c.cnhlnción paródica o irónicn, osí como un
como lo organiza'il·ias íorrnas gramn'ticales (sinlfícticn). Aprende· propósito :m~logo puede mc7.ci:Jr Jos géneros de tlivcrsas csfcrns.
mas a plasmar nuestro discurso r.n formas ·genéricas, y al o{r el Junto con semejantes géncror. estandari1.ados siempre han cxis·
discurso ajeno, adivinamos su género desde las primeras palabras, ti do; desde Juego, los géneros mós libres de comunicación discur·
calculamos su aproximado volümen (ó la extensión aproximada
de la totalidad discursiva),' su deierminnda composición, prevemos
siva oral: géneros de pláticas ·Sociales de salón acerca de temas
cotidianos, sociales, estéticos· y otros, géneros de conversaciones ••
••
su final, o sea que desde el principio percibimos la totalidad dis· entre comcnsnlcs, de pláticas íntimas entre amigos o entre micm·
cursiva · que posteriormente se especifica en el proceso del bros de una familia, etc. (por lo pronto no existe ningún invenl:l·
discurso. Si no existieran los géneros discursivos y si no los do- rio de géneros discursivos or·,lcs, inclusive por ahora ni siquiera
mináramos, si tuviéramos que irlos creando cada vez deniro del
proceso discursivo, libremente y por primera vez cada cnuncífldo,
la comunicación discursiva habría sido casi imposible.
está claro el principio de tal nomenclatura). L1 mayor parte de
estos géneros permiten una libre y creativa rcstructuración (de
un modo semejante a los géneros literarios., e incluso algunos de ••
••
Las formas genéricas en 12s que plasmamos nuestro discurso los géneros orales son oún más abiertos que los lítcrarios), pero
por supuesto difieren de un modo corisi:J.érable de las formas lin· hay que señalar que un uso libre )' creativo no es aún creación de
güisticas en el sentido de su estabilidad y obligatoriedad (normati· un género nuevo: rara 11tilizar libremente los géneros, hav que
vidad) para con el hablante. Eri general, las formas genéricas wn
mucho mós ágiles, elásticas y libres en comparación cC'n '"' for·
mas lingüísticas. En este sentido, la varieda<! de los géneros dis·
dominudcs bien.
Muchas personas que dominan la lengua de" una manera for-
midable se sienten, sin embargo, totalmente desamparadas rn ••
cursivos, es muy grande. Toda una serie de los géneros más co-
munes en la vida cotidiana son tan estandarizados que la voluntad
discursiva individual del hablante se manifiesta únicamente en
]a selección de un determinado género· y en la entonación expre-
alguDas esferas de la comunicación, precisamente por el hecho de
que no <laminan las formas genéricas prácticas creadas por estas
esferas. A menudo una persona que maneja perfec.tamente el dis-
i.
• ••
siva. As! son, por ejemplo, los breves géneros cotidianos de Jos
saludos, despedidas, felicitaciones, deseos de toda clase, pregun·
tas acerca de la salud, de losntgocios, etc. La variedad d.e e~tos
géneros: se determina por la situación discursiva, por la posición
• Estos icnómenos: y otros Dn~logO~· hnn intcrcsndo' a los Úngüistns
(prindp<Jlmcnte a los hhtoriadorcs de 1cn~uá) bajo el án~ulo purnmentc
cstilfstico, como reflejo cn··la lengua de. las fotmJs hbtóricnmtnte c~m·
biomtts de etiqueta, corteS la, decoro,. Véase, por ·ejemplo; F. Btunot. 1
••
••

••
• "''·" .. ... -

•• :2íu J.l. ¡:~~UNC);,p;¡


2il

•• cur::o de. Jif.:rcntes es[cras de In comunlcsción cultural, que ~~be


dm un:! conferencia, llevar a c3bo una discusión científica, que se
nunta se }w defendido de un<1 manera consccucnk) Uc. que IHJLS-
tro discurso se plasma mediante las formas estables y prestnble-

•• exprc~J cxcc\enU::mcntc en rcl<~ción con cuestiones públicas, se


quccb. no Clbstrmte, callada o participa de una mé'lnera m11y torpe
en una pliilico de salón: En este caso no se trata de la pobrc7.a
cid;¡s de oraciones, ·mientras que no iinporta cu:ínf¡ts oracion~s
intcrrclélcion;¡das pueden Sl·~r pronuncindns de corriJO y cu{mdo
habría que detenerse (concluir'), porque este hecho se atribuía n

•• uol vocabt!orio o de un estilo abstracto; simplemente se trata de


una inhabilidad pnra dominar el género de b conversación mun-
.::!:::~.::. ~;~·~ rrnvir.nc de la ausencia de nociones. acerca de la tola-
1<~ cbmpleta arbitrariedad. de la voluntad discmsiva individual del
h:tblante. o al C<.\pricho ele la mitificada COrricnte Uiscursiv3".
01

Al seleccionar dcterniinado tipo de oración, no lo escogemos

•• lid:id del enunciado, que nyudcn a plasmar su discurso en Üt:it:t·


minadas formas con•posicionales y estilísti"cas-r~pida- 'i- desenfa-
dadamcnte; una persona así no sabe intervenir a tiempo, no sabe
~~~;~~.:?~~~~!~ 1"1!"!r~ nn~ oración determinada ni de acuerdo con
:1qucllo que "queremos expresar median! e 1~ oración· úhica, s1no
que elegimos el tipo de oración desde el punto ele vista de la to-

•• comenzar y terminar correctamente (a pesnr de que la cstructurJ


<le estos géneros es muy simple) .
Cuanto -mejor dominamos los géneros :discursivos, ·fanto más
t<~lidod del enunciado que se le figura a nuestra imaginación dis-
cursiva y que determina ·la elección. La noción de la forma del
enunciado total, es decir, la ·noción acerca de un determinado

•• libremente los aprovechamos, tanto mayor es la plenitud y c!ari-


dnd de nucstr:1 pcrson2lidad que se -reflejtr en este uso (cu:mdo
~.:s ncccso:·io). t<Jnto más pl.ístíca y ágiimcnle reproducimos In
género discursivo, es lo que nos dirige en el procese dé discurso.
Lo intcncionalidad ·de nuestro enunciado en su totalidad puede,

••
ciertamente, requerir, pnra su. "realiznción, una sola oración, pero
irrepetible situación de la comuJ!icación verbal; en Hna pal~bra, puccle requerir mlichns m{ts. Es el género elegido lo que prccstn-
tanto mayor (';S In perfección coh }a cunl realizamos nuestra......l.i.b.l: b!cce los tipos Oc oraciones y las relaciones entre é.<;ln!';.
intención discursiva . Un¡¡. Oc los c:ws.1s eJe que en ]a lingüística se hayan subestima-

•• Así, pues, un hablante no sólo dispone de las formas ·obliga-


torias de la lengua nacional (el léxico y la gratntticn), sino que
do los formas del enunciado es la extrema hetcrogctrcidad de estos
ronnas scglm su estructura y,··sobrc todo, según su dimensión (ex-
tensión discur~iva): desde unl.rép!ica que consiste en una sola

••
cuenta también con l:J.s formas obligntorias discursivas, guC son
tan ncccsnrias pnrn una intcrcomprensión como las formas lin· polabra hasta tiOa novela. Una extensión marcadamente desigual
giiísticns. Los géneros discursivos son, en comparación con las for- aparece también en los géneros. discursivos ornlcs_ Por eso, los

•• mas lingüísticas, mucho más combinables, ágiles, plásticos, pero el


hablante tiene unn importancia normativa: nb son creados por
él, sino gue le son dados. Por eso un enunciado aislado, con todo
gl'neros ~liscursivos pnrct;cn se:r inconmensurabtes e inaceptables
COt1lO t111ld<ldes de} diSC\!fSO. ·
Por' lo tat;to, muchos linglÚst·a; ·(principalmente los que se

•• SJ carácter individual y creativo, no puede ser considerado como


un~ combitloción absolutamente libre de formas lingüísticas, se-
gún sostiene, por ejemplo, Saussu:-c (y en esto le siguen muchos
dedican a la Sintaxis) tratan tle enconlrar formas especiales que
~can t:'" térmii}O medio enire 1~ oración y el enunciado y que, al
mismo tiempo, sean conmensurables con la oración. Entre estos

••· 1i;;g:iirl3s), qu~ contrapone el "habb" (la paro! e), como un acto
estrictamente individual, al sistema de In lengua como fenómeno
purílmcn:c socicd y obligatorio para el individuo. La gran mayo-
tém1inos aparecen frase (sCgún Kartsevski) / comunicado (según
Sh:íjméltov ~ y otros). Los inv~stigndores que usan estos términos
no tienen un conc~plo unificado acerca de lo 4LlC rcprcs~nl3n,

•• ría d~ Jos lingüist8S comp:~rtc -si no teóricnmentc, en la· p:-ác-,


tico__:_ es le punto de vista: consideran que el "habla" es tan ·sólo
una combinación individnal de formas lingüísticas (léxicas y gra-
porque en la vida de la lengua nó Jés corresponde ninguna reali-
dad determinada bieil delimitada.' Todas estas unidades, artifi-
ciales y convencionales. resultan ser indiferentes al cambio de

•• maticolcs), y no encuentran ni estudian, de hecho, ninguna otra


forma normativa_c.
El menosprecio de los géneros discursivos como formas rela·
Hljctos discursivos que tiene lugar en cualquier comunicación real,
tlebido a lo -cual se borran las fronteras niás importantes que
actúan en todas Jns esferas de la lengtia y que son fronteras entre

•• tivarncntc estables y normativas del enunciado hizo que Jos Jin-


güís:as, cerno yn· se h::~. señalado. confundiesen el enunciado con
la oración, lo cual llevaba a la lógica conclusión (que, por cierto,
enunciados. A coilsecuencia de esto se cancela también el crite-
rio principal; el del carácter concluso de1 enunciado como uni-
dad vc:rdader~ de 1~ comtmicac:-.i6n discur::.¡va, criterio que implicOJ.

••

-
--- .••

27 )'
11. I'.NUKCJAD(l
EL l'lH)!Ii.EMA rJ~ LUS Cf.NEROS DISCURSIVOS
272 y la re<1cción de rcspucsla <1 é-l serán diferentes. Esta misma or;1- •
la capacidad del enunciado para determinar 'una activa posición ción también puede formar parte de una obra literaria en cal•d"d
de respuesta que adoptan otros participantes de la comunicación. de elemento de un paisaje. Entonces la reacción de respuesta, que •
A modo de conclusión de esta parle, algunas observaciones sería unn impresión artística e ideológica y una evaluación, úntca- •
ace.rca de la oración (regresaremos al problema con mlis detalles mente podrá ser referida a todo el paisaje representado. En el
contexto de alguna otra obra esta oración puede tener un signifi· •
al resumir nuestro trabajo).. . · · . . ,
' La ot ación en tanto que unidad de la lengua, carece de capa·:1 <ado simbólico. En todos los casos semejantes, la' oración viene a •
~;~"~ ""'" del~rminar directa y activamente la posición respons~ ser un elemento significante de un enunciado co'!lp!cto, elemento
que adquiere su sentado ciefiniüvo :;úiu Ün1itv -~¿ :P!~~ü~;~;;d, •
va del hablanté/-Tan .sólo al cmivertirsé en 1un enunciado com·
- -··· pleto:~ adquiere t•ria oración esta capacidad~ Cualquier oración En el caso de que nuestra oración figure como un enunciado •
puede actuar como un enunciado completo, pero en tal coso, se- concluso, resulta que. adquiere¡ su sentido total dentro de las con· •
gún lo que se ha explicado, la oración se complementa con una diciones concretas de la comunicación discursiva. Asf, esta ora·
serie de aspectos sumamente importantes no gramaticales, los cua· ció~ puede ser respuesta a la pregunta del Qfro: "¿Ya salió el •
les cambian su nati!ralez.a misma. Pero sucede que esta misma f.•JI?" (c\:uo, siempre dentro de una circunstancia concreta que •
circunstancia llega a ser causa de una especie de aberración sin· justifique la pregunta). En tal caso, el enunciado viene a ser la
táctica:· al analizar una oración determinada separada de su con· ::~Jirmación de un hecho detc1minado, la que puede str r~ccrta- •
texto se la suele completar mentalmente· atribuyéndole el valor de dn o incorrecta, con b cu<Jl se. puede estar O no estar de oc\tcr- •

un enunciado entero. Como consecuencia de esta operación, la du. ·La oración, que es afirmativa por su forma, llega a ser un;o •
:1rirmación real sólo ep ·ct contexto "de un enunciado determinadl'. •
oraciÓn adquiere el grado .. de 'conc!usi,,idad que la vuelve con··
Cu:lndo se analiza 11na ora.ción semejante aislada, se la suele •
testable. . . ·
in\crprctar como un enunciado concluso referido a cierta situíl-
La oración, ·igual que la palabra, es una unidad significante
de la lengua .. Por eso cada oración aislada, por ejemplo: "ya salió
ciún muy simplificada: el sol efeclivamcnlc salió y el hablante e
atc,tigua: "ya salió el su!"; al hablante le consta que la hierba •
el sol", es per!ectar:'cndte ~omgr~nsible, es _dbc cir, no sodtros codm· 1.
1
prendemos su signif•ca o mgUlshco,_ su poSI 1e pape1 en 1ro e1
e; verde, por eso declura: "la hierba es verde". Esa clase de cv·
mrmkados sin· Sentido a menudo ~e examinan directamente conw •
enunciado. Pero es absr¡lutamcnte imposible adoptar, con respecto cjcmplm clúsicos de oración. En la realidad, cualquier comuni-' •
a esta oración, Úria postura de respuésta,. n no ser que sepamos rndo semejante siempre va dirigido a alguien. está provocado por 1 •
que el hablante expresó con ello cuanto quiso decir, que la ora· algo. tiene alguna finalidad, es decir, viene a ser un eslabón real,
ción no va precedida ni le siguen. otras oraciones del mismo en 1a cadena de· la comunic3ci6n discursiva dentro de algu11él •
hablante.· Pero en tal caso no se trata de una oración, sino de un· esfera determinada de la realidad Clltidiana del hombre.f
L" oración, igual que la palabra, posee un<1 concl~sividad del
1
enunciado pleno que consiste en una sola oración: este, enuncja·' •
do está. enmarcado y delimitado por el. cambio de los sujetos · ~ipnificndo y una conclusividad de la forma gramatical, pero. la •
discu'rsiv¿s y refleja de. una manera inmeC:iata una realidad extra· rondusividod :k ~ignificado e~ de caráéter ab~tracto y es prcC.lS<.l· •
verbal (la situación) .IUn enunciado semejante puede ser con· m::ntc por csv por lo que es ta~ clara; es el rem~t.e de ttn dc':'en-
10. pero no Ir~ conclusión de un todo .. La orac10n como umd~d •
testado.
·Pero si esta oración está inmersa en un contexto, resulta que d< la lengua, igual que la palabra, no tiene autor. No pertenece f •
adquiere la plenitud de su sentido _únicamente dentr? de este a nadie, como la palabra, y tan sólo funcionando como un cnun· 1
contexto, es decir dentro de la totalidad de un enunc1ado com· ciada compkto llega a ser la expresión de la postura individual ¡' e
de hablante en una situación concreta de la comunicación discur·
pleto, y Jo que puede ser contestado es este enur:Ciado completo
,;va.~ Lo cual nos aproxima al tercer rasgo constitutivo del emm· •
cuyo elemento significante es la oración. El enunctado puede, por
ejemplo, sonar as!: "Yasalió elsol. Es hora de levantarnos." La rindo, a sab~r: In actitud del enunciado hacia el hablautc mismo e
comprensión de respuesta: :·De veras, yn es la hora." Pero puede , (el autor do! enunciado) y hacia otros participantes en la comu· •
también sonar asf: "Ya salió el sol.·Pero aún es muy tempr~no.
Durmamos un pbco más." Eri este caso, el sentido del enunciado 1
\
nicación discursiva.
••
.' ••

•• f.L f.NUr~ClADO 275

•• Todu cn~:nci;1do es un csblJl)JJ en b cndcn:l de la c~.,..,¡¡unica­


ción discursiva, viene a ser. una postura activa del hablante dc!i-
tro de un:-~ u otra esfera de objclos y sentidos. Por eso cadri enun-
vir n cualquier hablanic>y.:_-pnr~ diferentes ·e i11cluSo contrarias
valoraciones. de los hablantes.
Asirnismo, la. oración como wiidad de·la !tngua es 11etitra, y

•• ciado se c:~racteriza ante· todo· por su contenido · determin.ado


referido o .objetos y sentidos. La selección· de Jos recursos lingliís-
ticos y del género discursivo se define ante todo por·eJ compromi-
no posee de suyo ningún aspecto' expresivo; lo obtiene . (o más
bien, se inicia t:ll él). únicameÍite dentrb -de un enunci,ldO ·cOn·
creta. Aquí es· posiiJl.! la misi11a · abcrr'ación mencion~da. Una

•• so (o intención)· que adopta un sujeto discursivo (o autor) dentro


de cierta esfera de sentidos. Es el primer aspecto del enunciado
q:..:c fije::;-.;.:; J~~:!!~: ~:::¡:::!::·:r::.:::;~· ¿6·~·8tt.j;8.s::::ó~ y-~s!l!8.
oración tomo, por ejemplo/ "él ha muerto", ap¡¡rentcmcilte-inclu-
yc un determinado. matiz expicsivci~ sin hablar ya ele una onicióri
cAmA ·"·~'!ué ale.2ría!" PerO. en realidad. oraciones como éstas las

•• El segundo aspecto -del enunciado· que determina su composi-


ción Y· ·estilo es éi momento c.ttpresiJJo, es decir, úna actitud sub-
jetiva y evaluadora desde el punto de vista emocional del hablan-
nsumimos ·como 'enunciados ~enteros en una situación' modelo, es
decir, bs percibimos como ·géne;os ·discursivos de ·coloración ex-
presiva típica. Como oraciones, careCen de esta última, son 'ncu•

•• te con respecto al contenido semántico de su propio enunci,ido.


En las diversas-esferas de la comunicación discursiva, el morriento
tras. Confor~1e el contexto del enunciado, la oración "él ha Júuer-
to" puede expresar un matiz positivo, alegre, inclusive de júbilo.
Asimismo, la oración "¡gué alegria!.", en el contexto de tm enun-

••
expresivo posee un· sigr1ificodo y un peso diferente, pero está. pre-
scnlc en todas partes: un enunciado absohitarl1c1itc neutrnl es im- chldo determinado puede ·asumir. un· tono. irónico o hasta snn.:ás-
posible. Un:1 Jctitud evaluador:~ deJ hombre con respecto al obj€:· tico Y. an~argo.
to de su discurso (cunlqllkra. ·guc se.;.¡ este ·objeto) también Uno de los recursos expresivos "de ·}a actitUd emotiva y }·é1lo-

•• de.lcrinina J;¡ selección de los' rcC.ursoS léxicoS, gramaticale~ y colil-


r,osicionales de1 enunciádo. El cstiio ilidividual de Un rj:uncindo
radorn del hablante con respecto al objeto de su discurso es Jn
cntonnción cxprcsív:-t que apurccc con cl<lridnd en b intcrprct:J·

•• se define principplmcnic por su asp'ecto expresivo. En cuanto a la ción oral.' La entonación cxpresiva·cs un rasgo constitutivo del 1
eslilísiic·n, esta ·situación puede considerarse Como comúnmente enunciado.' No existe dentro dci sistema de In lengua, es decir:
<Jccptóda. Algunos inv-~stigadorcs inclusive. 'rcdt:ccri ·el estilo J¡: ruera del en uneindo. ·Tanto. la ·pril abra como la oración como· un i-

•• rcct~unentc al aspecto emotivo y evaluativo del discurso .


¿!'uéde ser considerado el aspecto expresivo del discurso como
un fenómei1o de la lengua en tanto que sistema? ¿Es· posible
dades de /a-lengua· carecen de entonaCión expresiva. Si una pa-
lnbra aislada se pronuncia con 11na entonación expresiva, ya no
se trata de una palabra sino de nn enunciado concluso realizado

•• hablar del aspecto eicpi·esivo de las uilidades de la lengua, o se~


uc las palabras y'oraciones'! Estas preguntas .deben ser contesw-
das eón uÍ1a .categórica neg8ción.· La leogua como sistema dispone,
en una sola palabra· (no hay razón alguna para eKtenderla hasta
una oración). Existen Jos modelos de enunciados valorativos; es
decir, los géneros discursivos valorativos, bastante definidos en la

•• desde Juego, de. un rico arsenal de recursos lingüísticos (léxicos,


morfo!ógicas y sintáctic.os) para eJ<presar !apostura emotiva y
'.'n1orntivn del hablante, pero todos eslos n~edios, en tilnto que
comunicación discursiva y que expresan 'alabanza, aprobación,
Jclmiración, reprobDCiún, injuria: H¡muy bien!, ¡braVo!, ¡qué lin-
do!, ¡qué vergüenza!).¡qué asco!, ¡imbécil!'.'; etc. Las palabrns que

•• recursos de la· lengua, son absolutamente neutros respecto a 'una


valoración determinada y reaL La palabra "nmorcito", cariñosa
adquieren ·en la. vida política y social una· importnn'c.ifl pnrticu1ar
se convierteri en enunciados ~xpresivos admirativos: '.' ¡pnzl, ¡li~
bertad", etc. (se trata de un gén~ro discursivo político·soeial es-

••
tanto _por el signi.ficado de su raíz como por el sufijo, es por sí pecífico). En una situación determinada una palabra puede adop-
;!'isma, como unidad de l.a lengua, ian neutra como la palabrá t:u un! sentido profundamente expresivo convirtiéndose en un
~·Jejos". Representa tan sólo un recurso. lingüístico para una enunciado admirati~o; "¡Mar! ;Mar!''· gritan diez mil griegos en

••
posible expresión de una actitud emotivamente valoradora res- [cnofonte. 10 ·

pecto a la realidad, pei'O no se refiere a ninguna realidod dctermi- En todos estos chsos tio tenemos que ver ccin lo p~labra como
nada;,tnl referencia, es decir, una valoración real, puede ser. rea]i .
'····

•• zada sólo por el hablante en un enunciado concreto. Las palabra;


son de nadie, y por sí mismas no evalúan nada, Pero pueden se¡·.
• Desde luego la pcrcibiTnos, y desde luego---existe como factor estilfs-
Jico, en jn ieclnta $ilenciosa del discurso cstii:O:-...~

••

••
276 Et rnonLE.M,\ DE LOS CÉN!".HOS DISCUnSI\"OS

unidad de· la lengua ni con el significado de esta palabra, sino


fl. E:--IUNCIA])i) T77
••
con un enunciado concluso y con su sentido c011creto," que pcr·
tenecen tan sólo a este enunciado; el significado de la palabra
está referido en estos casos a determinada realidad dentro de las
Jc la creación lingüística con la realidad concreta, sólo el contacto
de la lengua con la realidad que se da en el enunciado es lo que
genera fa chispa de lo e~presivo: ·esta última no existe ni en el ••
igualmente reales condiciones de la comunicación di_scu_r:iva. Por
Jo tanto en estos,ejemplos no sólo entendemos el s1gmhcado de
0
1 h
b ·n~~~~!"?. ~?.d~ ~0!"!~0 ~:!.2-!"!! A fan...-.~......... ,· .-:
•• _ ~-H
_e !.! ..... .... ,.... ~"a ,....1 .... - t ........ ,.,.,.
0
_._ .... ""1-- ......_.... r~ .. ,u..., ....
sislcma. de la lengua, ni en la realidad objetiva que está fuera de
nosotros.
Así, la emotividad, la evaluación, la expresividad, no son pro· ••
frc~te n ella una postura activa de respuesta (consentiniiento,
acuerdo o desacuerdo, estimulo a la acción); Asf, pues, la entona-
ción exprcsi va pertenece al U al enunciado, no ·:r la palabra. Y sin·
pws de la palabra en tanto que unidad de la lengua; estas cara e·
lcrísticas s~ generan sólo en el proceso del uso activo de la pa·
labra en un enunciado concreto. El significarlo de la palabra en ••
cmb~rgo resulta muy difícil abandonar la convicción de que .cada
palabra de unu lengua posea o pueda poseer un "tono emohvo",
un "rnaliz. emociona) ..., un·"momento valorativo", una ''aureo]a
sí (sin relación con la realidad), como ya Jo hemos señalado,
carrce de emotividad. Existen palabras que especialmente deno-
tan emociones o evaluaciones: .. alegría", "dolor'', ·"bello", "ale- ••
cstilistica", etc.,· y, por consiguiente, una·entonación expresiva
que le es propia. Es muy factible que se. piense que ?1 selec;
tionnr pa}abras para un cnunci:1do nos onenta~os prcc1sament~
gre", "triste", ele. Pero esi<JS significados son lan neutros como
todus los demás. Adquieren un matiz expresivo únicamente en el
enunciado, y tal mntiz es indepen9iente del significndo :~bstr~cto ••
ul Ion o emotivo característico de una palabra a1slada: csco¡;emos
las que corresponden por su tono al aspecto expresivo de nu~stro
er.u.nciadO y rechazamos oti3s. Así es como Jos poetas conciben
1
o aislado; por ejemplo: "En es le momento, toda alegría para mi
t:S un dolor .. , (aqui la palabra .. alegría" se interpreta rontr:lria-
mcnte a su significado). ••
su Jobor sobre lo palnbra, y nsf es como la eslilística interpreta
esle proceso (por ejemplo, f.! "experimento estilístico" de Pesh-
kovski) ." · · · .
No obstante, el problema está lejos de estar agotado por todo
lo que acaba de exponerse. Al elegir palabras en el proceso de es-
tructuración de un cnuncimJo, muy pocas veces las tomnmos del ••
y, sin embargo, esto no es así. Estamos frente a la. aberració~
que ya conocemos. Al seleccionar las palabras parttmos d~ la;
sistema de la lengua en su forma neutra; de diccionario. Las ser'
lemas lomar de otros enunciados, y ante todo de los enunciados
nfines genéricamente al nuestro, es decir, parecidos ror su tem~,
••
totalidad re.al.del enunciado que ideamos: pero·esla· totahdad~
ideada y creada por nosotros siempre es expresiva, y es ella 1~
que irradia su propia exprésividad (~, más b1en, nue~tra expre~,
estructura, estilo; por consiguiente, escogemos palabras según ~u
especificación genérica. E1 género discursivo no es una forma
lingüística, sino una fé)rma típica de enunciado; como tal. el gé·
••
sividad) hacia cada palabra.que·elcglmos, o •. por dec~rlo asl,_l!)o
contamina ,de la .expresividad del todo.?Escogemos la. palabra s~.~
gún su significado, ·que de· suyo no es expresiv?, pero pt~egc
nero incluye una expresividad determinada propia del género dado.
Denlro del género, la. palabra adquiere cierta expresividad .tf.
pica. Los géneros corresponden a las . situaciones típicas de la'
••
••
corresponder 'o~ no corresponder a nuestros prop6s1los · expre~1v?s
comunicación discursi,•a, a Jos temas tfpicos~ y, por lo tanto, •.
en relación con.otrns palabras, es
decir con.respecto a la totahdad;
"l~llnos contactos típicos de Jos significados.de las palabras con
de nuestro ·en~nciado. El significado neutro de una palahra refe-
la realidad concreta en sus circunstancias típica~.' De ahí se ori-
rido-a una realidad determinada dentro de las condiciones de-
terminadas reales de la comunicacióry_ discursiv3 gcncm una chts·
¡:-a de· expresividad. Es justamente lo que tiene lu8ar en el proceso
~im la posibilidad de los matices expresivos típicos que "cubren"
las palabras. Esta expresividad tfpica propia de Jos géneros no
pertenece. desde Juego, a la palabra como unidad de la lengua,
••
t Al construir nueslro discurso, sicm.pre nos antecede la lou!.lid:~.d de
nuestro cnunciodo, tont.o en forma de un esquema genérico rlctermin:1do
sino que expresa únicamente el vínculo que establece la palabra
l' su sig.niiicado con el género, o sea con Jos enunciados tfpicos.
!.a expresividad típica y la entonación típica que le corresponden
••
••
como en formn de un:1 intención discursiva individual. No v:1mos cm:u·
t:nndo pnlnhrM, no seguimos 'de: una palabra P otro, sino que ncluamo$ no poseen la obligatoriedad de las formas de .la lengua. Se t.rala
corno si fuérnmos rcllcnnmlo un todo con palabras ncccsari:~s. Se ensartan .Jc una normalividad genérica que es más libre. En nuestro eJem·
pol<"bras tan sólo en una primera' fase del estudio de una Jengua r~jena, y plo. "en este momento, toda alegria para mf es un dolor", el tono
aun con una dirección mctodoló~ica pésima e\prCSiVO de la palabra "aJegrfa" determinadO por eJ contextO no
••

• •:•"'>$':., . ._. ,•

•• .?79

••
2n , l. l'l<ctl>i.lld•l lll. 1.< ; CÉ!WW!I lliSCUHSI\üS \
do de ln fnmilia de arnigos :Y ·conocidos, ·de colup3Íl.tros, en e\
1
que se. forma y vive cada hombre, siempre existen enunciados
es, po. r supuesto, cm:ncterístico de esta palabra. Los géne.ros dis- 1 guc gozan de prestigio, que dan el tono; existen tratados .cientí·

•• cursivos,se .someten con bnstante facilidad a uno reacentunció";';:


lo triste puede convertirse_ en jocoso y nlcgre. pero se obtiene,
como resllltado, algo nuevo (por ejemplo, el género dd epitafio \
ficos y obrns de literatura publicística en los gue la gente fund"-
wcnlil sus enunciados y los que cita, imita o sigue. En cndíJ época,
rn todas las áreas de ln práctica existen determinadas tradiciones

•• burlesco) _
..... La expresivida? tf_rica (geliérica) puede ser examinada como
Ji.l a;..;o:::.8!:. ~~!d!1;;flc:a de la palabra, pero la aureola no pertenece
;;e:~
expresos y conservadas en formas verbalizadas; obras, el> ·xia-
dos, nforismos, etc. Siempre existen ciertas ideas principales ex-

•• !o i'"- l presadas vcrilaimeni" 'l'-'" ;oe:•eneren a los personajes relevantes


,k unn época dada, existen objetivus generales, consignas, eic. ~~i
·a la- palabro de la lengua como tal smo ni génot u c ••
labra suele funcionar; se trata ·de unn especie' de eco de una to-
hablar de Jos ejemplos escolares y antológicos, en Jos wales Jos
talidad del género que suena en la palabro.

•• La expresividad genérica de la palabra (y la entonación ex- niiios estudian su lengua materna y los cuales siempre poseen una
presiva del género) es impersonal, como lo son Jos mismos génc· c;¡rgn expresiva.~ ,
Por- eso b experiencia discursiva individu .. l :de cada persOJin
ros discursivos (porque los géneros representan las formas típicas
de los enunci~dos individuales, pero no son los enunciados mi.s·
se forma y se desarrolla en .. una· constante interacción ccn los

•• raos). Pero ~as pnlabf"ns pueden forn!~r pDrtC de 11\.t~stro discur·


~o conservando al mismo tiempo, en mayor o· menor medida, los
enunciados individuales ajenos;' Esta experiencia' puede
t..::rízajn, en cierta medida,
sercarac·
con1o proceso _de aslmilacióu (más o

••
menos creativa) de pnlabras a¡enas. (y no de palabras de Jo lcn-
tonos y Jos ecos de los enunciados individua1cs .
Las palabr<ts de la lengua no son de nadie, pero al mismo ~ua). Nuestro discurso, o sca1 todos nuestros enunciados (inclu-
ticmp9 l_as ·oímos _sólo eh cnuncindos individuales dcterminodos, ycltdo obras literarias), están llenos de palnbras ajenas de dife-

•• y en _ellos las palabras no sólo poseen un matiz típico, sino que rente grndo de. ."nllericlad" o de. nsimiloción, de diferente grndo
de concicntización y de manifestación . .Lus pa\abrns ajena·s apor-
tan su propia expresivid<~d, su tono apreciativo que se asimila,
t"mhrén tJencn una exprcsividnd individual mós o menos clara
.(según el género) fijada por el contexto del enunciado indivi-

•• dual e irrepetible.
. Los significados neutros (de diccionnrio) de las p<1labras de
la lengua aseguran su carácter y la intercomprensión de todos los
' se cl;~bora, se reacentúa por nosotros.··
As{, puc·c In expresividad de las palabras no viene n ser la
propiedod de la palabro misma CJ1 tanto que unidad de la lengua,

•• que la habl3n, pero el uso de las pálabras en la comunicación dis·


cursiva siempre depende· de ··un contexto pnrticular. Por eso se
puede decir que cualquier palabra existe para el hablante en sus
y no deriva inmediatamente· de Jos significados de lns palabras;
o bien representa una expresividad típica del género, o bien se
trota de un eco del matiz expresivo ajeno e individual que hace

•• tres aspectos: como palabra neutra de la lengua, quo no pertene-


ce a nadie; como palabra ajena, llena de ecos, de Jos enunciados
de. o~ros, que p~rtenece· a otr<~s personn5; y .. finalmen-te~ comO
a In p¡;Jnhra representar la totalidad del· enunciado ajeno como
dr..:tcrminada pos1ción vnlorativa.
Lo mismo se debe decir acerca de la oración en tantO que

•• JJdpalabra, porgue, puesto que yo la uso en una situación deter-


minada. y con una· intención discursiva dctcrminncla, la palabra
está.compenetrada de mi expresividad. En Jos últimos aspectos la
unidad de la lengua: la oración:-también carece de expresividaJ .
Ya hablamos de esto ·al principio de este capítulo. Ahor" sólo
f:~lta completar lo dicho. Resulta que existen tipos de oraciones

•• palabra posee expresividad, pero ésta, ]o reiteramos, no. -perte-


nece a la palabra misma: nace en el punto de contacto de la
pal?bra con la situación real, que se realiza· en un enunciado \
que. suelen funcionar como· enunciado.s enteros de determinados
géneros tfpicos. 'Asi, son or~ciones interrogativas, exclamativas y
órdenes. Existen muchlsimo.s géneros .• cotidianos y especializados

•• individual. La palabra en este caso aparece como la expresión de


cierta posición valorativa del individuo (de un personaje promi: \
(por ejemplo, las órdenes militares y las indicaciones en el pro·
ceso de producción industrial) que, por re~la general, se expre-
san mediante oraciones de un tipo correspondiente. Por otra parte,
scmej?ntes orntiorie~. ~nc~et\trari relativamente poco en un
••
nentc, un escritor; un cientí_fico, del padre, de la madre, de un
amigo, del mnestro, etc.)= como una suerte de abreviatura del se
contexto congruente 'c:je eritiáciados extensos. Cuando los oracio·
enunciado. '
En cada época, en cada círculo social, eri cada pequeño mun- 1

••

••
280
I:L rROIH.EMII [)E LOS Ct~NE!lOS DISCURSIVOS
1"1. INIJNClADO

objeto del discurso y el hab1antr: mismo y su actit11d valorativa


181

••
nes de este tipo forman parte de un contexto coherente, suelen apo-
reccr como puestas de relieve en la totalidad del enunciado y
generalmente tienden a iniciar o a concluir el enunciado (o sus
hncia el objeto. La selección de los recursos lingiiísticos se deter-
mina, según la concepción habitual de la estilí>tico, únicamente
por consideraciones acerca del objeto y sentido y de la expresivi-
••
partes relativamente independientes.• Esos tipos de oraciones tie-
nen un interés especial para b •olución de nuestro problema. y
¡-,-.;;:; =::.!:!:!~!'; rPerP.snremos a ellas.· Aquí lo que nos importa es
dad. Asf se definen los estilos de la lengua, tanto general e~ como
individuales. Por una . parte,'
. el
.. hnblante, con su visión del mundo •
.

~·-'~ '-'~lntP.~ y e.moc10nes v, por otra parte, el objeto de su discurso


y el sistema de la lengua (los recursos lingüísticos): estos son iu>• ~
... ••
señalar que· ta!Cs ·oraciones se compenctr~n sOildamcnit:: Ue !a. ~;;,­
presividad genérica y adquieren con facilidad la expresividad in-
dividuo\. Estas oraciones son las que contribuyeron a la forma-
:t>pectos-que ._definen el enunciado, su estilo y su composición.
l':sta es la concepción predominante;
••
ción de In idea acerca de la naturaleza expresiva de la oración.
Otra observación. La oración como unidad de la lengua posee
cierta entonación gramatical. pero no expresiva:· Lns entonaciones
En la realidad, el problema resulta ser mucho más complejo.
Todo enunciado concreto viene a ser un eslabón en ]a cadena de"
la comunicación discursiva en una esfera determinada. Las [ron- '
••
específicamente gramaticales son: la conclusivo, la explicativa. la'
disyuntiva, la enumerativa, etc. Un lugar especial pertenece a Já
entonación cnunci:~tiva, interrogativa, cxclnmr\tiva y a la ordery:~
teros mismas del enunciado se fijan por el cambio de los sujetos •
discursivos. Los enunciados no son indiferentes uno a otro ni son
nlltosuficicntes, sino que ">aben" uno dc\.otro y se reflej:m mu-
••
en cJias tiene lugar una suerte de fusión entre In entonación gra'
matical y Jo que es propio <\e los géneros discursivos -(pero no
trata de ln entonación expresiva 'en c1 .sentido exacto de In pnh,}
st
tllnmentc" Estos reflejos recíprocos son los que determinan el
t:ar:íctcr del enunciadO. Cada cmtnci:-tdo cst:í lleno de eco~ y re-
flejos tlc otros enunci!\dos con los cuales '5C relaciona por la co-
••
brn). Cuando damos un ejemplo de oración para analizarlo sole-
mos atribuirle una cierta entonación tlpica, con lo cual lo con-
vertimos en un enunciado completo (si la oroción se toma de un
munidad de esfera de )a comunicación discursivn. Todo enun·
ciado debe ser anali7.ado, desde \111 principio, como rcsp11cs1n o
los cnuncindos anteriores de una cs[ern dada (el discmso como
••
texto determinado, lo cntonmnos, por supuesto, de acuerdo con
la entonación expresiva del texto).
respuesta es trotado aquí en un sentido muy amplio): los refuta.
los confirm:~, los completa, se hnsa en ellos, los supone conocidos. ••
••
Asf, pues, el momento expresivo viene a ser un rasgo constitu- los tomo en cuenta de alguno m"nera. El enunciado, pues. ocupa
tivo del enunciado. El sistema de la lengua dispone de formas una determinada posición en la esfera dada de la comunicación
necesarias (es decir, de recursos lingüísticos) para manifestar la discursiva, en un problema, en un asunto, etc. Uno no puede de-

••
expresividad, pero la lengua misma y sus unidades significantés tcrminnr su propia postura sin correlaciomnla con las de otros.
(palabras y oraciones) carecen, por su naturaleza. de expresivi~ Por eso cada enunciado está llc!lo de reacciones -respuestns de
d~d, son nuestras. f Por eso pueden servir igualmente bien pnrn todo clase dirigidas hacia otros enunciados de la esfera dctermi-
cualcsq~ie.ra valciiadones. aunq'!l.e &ean muy variadas y opuestas: nndn de la comunicnclón discursiva. Estas reacciones tienen difc~
por eso ~las• unidades de la lengua asumen cualquier postura va.'
tOrativa~f
n·nlcs formas: enunciado!' ajenos pueden ser intrOrlucidos direc·
· tmncnte al contexto de un enunciado, o pueden introducirse sólo ••
••
En resumen, el enunciado, su estilo y su composición, se de- palabras y oraciones aisladas que en este ca>o representan los
terminan por el aspecto temático (de objeto y de sentido) y por cnt~nciados enteros, y tanto enunciados enteros como palabras
' el aspecto expresivo, o sea por la actitud valorativa del hablante aisladas pueden conservar .,, expresividad ajena, .pero tambi~n
h"cia el momento temático. La estilística" no comprende ningún
otro aspecto, sino que sólo considera los siguientes factores que ·
determinan el estilo de un enunciado: el sistema de la lengua, el
pueden sufrir un cambio de acento (ironía, indignación, venern-
ción, etc.). Los enunciados ajenos pueden ser repr,esentados con
diferente grado de revaluación; se puede h:icer referencia a ellos ••
••
como opiniones bien conocidas por el interlocutor, pueden sobre-
entenderse calladamente, y la reacción de. respuesta puede refle-
• Ln primera y última oración de un enunciado generalmente son de jarse tan sólo en la expresividad pel discurso propio (selección de
naturaleza especia), poseen Cierta cuutid:~d complementaria. Son, por de·
recur~os lingüfsticos y de entonaciones que no se determina por el
cirio de alguna manerB-:-Draciones de_.~-~"guardia, p_orque_ se colocan én la·
posición limftrofe del c8mbio de sujetos discursivos. ·

• •
•• [.l. ENUr-.;CJAIJO 28}

•• ODjeto del discurso propio 5illo por _el cmnJCi~du ajeno ~1cerca del
mismo objeto). Este último caso es muy típico e importante: en mu:.
sinlflcticas qút! se cstnblecen. 'deptro· de una unidad sintáctic:1 sim-
ple p ·compleja, ni· tampoco ·con ·las'. relaciones tcm6ticas entre

•• chas ocasiones, la expresividad de nuestro enunciado se determina,


no únicamente (a· veces no tanto) por el objeto y el, sentido del
enunciatlo sino también por los enunciados ajeno_s emitidos acerca
unidades· sintácticás.· nO vincüladas · ~intácticn.menle dentro de los
límites de Uli enuhciado. Sin' embargo',-· e~tas interreiJciones son
anólogas (sin ser, pOr supuesto, idénticas} a las relaciones que se

•• dd mismo tema, por los cn~mciados _que conlestaTnos, con los qu~·
polemizamos; son ellos Jos que determinan. también la puesta en
relie\·e de algunos momentos, lr.s reiteraciones, la selección de ex,
clan entre las réplicas de un diálogo. La entonación ~ue aísla d
discurso ajeno (y quC: se representa en el discurso P.scrito median·
le comillas) .es un .fenómeno aparte: ;es .una especie de traspo-

•• presiones miis duras (o, ai cuni¡i:l.I iv, ,ú.á.; .ii.iü·r-.:=:}, ::::.! ~~~':' ~! ~t:_'\tH'\
dcsafiar.te (o conciliatorio), ·etCLa ·expresividad de un enun-
ciado nunca puede. ser comprendida y explicada hasta el fin si se
•ición del cambio de los ·sujetos ·cliséursivos dentro ·de un enun-
ciado. Las fi'onteias qtú~·-se: crCnn ~n este ·ciiwL;v .;üii, -~~ es!~
caso, débiles y espccífitas; lo expresividad del·· hablante ·pcnetr"

•• toma en cuenta nada más su objeto y su sentido. La expresividad


de un enunciado siempre, en mayor o. menor medida, contesta, es
decir, expresa la actitud del hablante hacia los enunciados ajenos,
a través de estas fronteras y se 'extiende hacia el discurso ajeno,
puede ser representadJ mediante. tonos· irónicos, indignados, com-
pasivos, devotos (esta ex·presividad ·se<traduc~ mediante la ento-

•• y no únicamente su actitud hacia el objeto de su propio enuncia-


do. o L:-~s formas de la5· reacciones-respuesta que llenan el enun-
ciado son sum~mcmc heterogéneas y hasta el momento no _se han
n~ción· expresiva, "'} en e) discUl"SO ·eScritO }a adiviJl;)tnOS .COil pre-
cisión y la sentimos ·gracias al ·contexto que enmarca el discurso
:~jcno o gr~cias a ln -~ituac.ión extráverbal· que ·sugiere un matiz.

•• estudiado en absoiuto. Estas formas, por sUpuesto, se diferencian


entre sí de una mancrn muy tajante según las cskras de ;¡ctivid::Jd
y vid¡¡ humana e.n las: que ~e realiza la comunicnción discursiva.
expresivo correspondiente)·. El discurso njcno, pues. posee una
t'~prcsivid.-.d doble: la· propia,: que es precisamente la ajena, y
la c.prcsivld,,d del enunciado que acoge ·el discurso ajeno, Todo

•• Por más monológico que sen un enunciado (por. ejemplo, unr.


obra científica o filosófico), por más que se concentre en su obje-
to, no puede dejar de ser, en cierta medida, una respuesta 3 nquc,
esto puede tener lugar, =~nte todo, al!{ donde el:·di;curso ajeno
(mm~uc sea una soln palabr~ que adquiera eJ. valor de enunciado
entero) se cita explícitamente y se pone de relieve (mediante co-

•• ]lo que ya se dijo aceren del mismo objeto,. acerca .del mismo pro-.
blema, aunque. el canlctcr de reSp'JCSta no recibiese una expresión
externa bien definida: ésta se manife.staría en los matices del sen-
millas) :.los ecos del cambio· de los sujetos discursivos y de sus
interrelaciones dialógicas· se perciben-en estos casos con Claridad.
Pero, ·además, en todo··enuJiciado,. en'.un cxinnen más detenido

•• tido, de la expresividad, del estilo, en los· detalles más finos de


la composición. Un enunciado está .lleno de matices dialógicos, y
sin tomorloo en cuenta es imposible comprender hasta el final el
realizado en las·.condiciónes concrétas. de· la comunicación dis-
cursiva, podemos descubrir toda· una··serie de discursos ajenos,
semicultos o implícitos y ·con diferente grado de otredad. Por eso

•• estilo del ,enunciado. Porque nuestro mismo pensamiento. (filosó-


fico, científico, artístico) se origina y se forma en el proceso de
interacción y lucha con pensamientos ajenos, lo cual no puede
·un enunciado revela una especie· de súrcos que· representan ecos
lejanos· y apenas perceptibles de los cambios de sujetos discur-
sivos, de Jos matices dialógicos y de marcas limítrofes sumamente

•• dejar de reflejarse en la íorma ce ia expresión verbal del nuestro.


· Los enunciados ajenos y. las palabras aisladas ajenas de que
nos hacemos conscientes como ajenos y que separamos como ta-
Jebilitndas de los enunciados que llegaron ·a ser permeables para
la expresividad del autor. El enunciado, así, vie11e a s~r un fenó-
meno muy campleja·que ·manifiesta una multiplicidad de planos:

•• les, al ser introducidos en nuestro enunciado le aportan· oigo que


aparecz como irracional desde el punto de vista del sistema de la
lengua, particularmente, desde el punto de .vista de In sintaxis.
Por supuesto, hay que analizarlo no· aisladamente y no sólo en su
J·clación con el autor (el hablante) ··sino coma eslabón en la cu-
dena de la comunicación discursiva .y en •su .nexo con otros enun-

•• Las interrelaciones entre el discurso ajeno introducido y el resto


del ~iscurso propio no tienen analogía alguna con las relaciones
ciados· relacionados con él :(estos ·nexos suelen analizarse única-
mente en el plano ten1ntico'y Iio discursivo; ~s decir, composicio,
na! y estilístico)_ · .· · · · ·

•• · • La entonación es sobre todo ]:~·qUe es cspl'tialmcnte sensible )' aicm-.


pre es.tá dirigida al contexto. .· ·. .· ~ . · :
Cada enunciado aislado representa un eslabón en la caden<~ de
la comunicación discursiva. Sus:Jronteras ·son precisas y se dcfi·

••
-•
2~1
••
284
f.L rROnLHih \1E !.OS GÉN[ROS DiSCURSIVOS

ncn por el cambio de los sujetos discursivos (hablantes), pero


Uifirrc por principio de \~ ;1ctitucl hacia c1 Objeto, pero slc-mprc
nporcce acompañando a este último. Hepetimos; el enunciado es
un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva y no pue-
••
dentro de estas fronteras, el enunciado, semejantcmente a la mó-
nada de Leibniz, refleja el proceso discursivo, Jos enunciados aje-
nos, y, ante todo, los eslabones anteriores de la cadena (a veces
de ser separado de Jos eslabones anteriores que lo determinan por
dentro y por fuera generando en él reacciones de respuesta y ecos ••
los más próximos, a veces -en las esferas de la comunicación cul-

Ji;~;;~:::: d~
tural- muy lejanos)."
El objeto ti el 11n hablante, cualquiera que sea el ob-
dialógicos.
!'ero un enunciado no sólo está relacionado con Jos eslabones
anteriores, sino también con Jos eslabones posteriores de la co-
municación úi,cü¡;¡·;o. c~c~·-ln •' enunciado está en la etapa de
••
jeto, no llega a tal por primera vez en este enunciarlo, y el ¡,¡;\:;\;;"
·- · ---·-···-·te no es el \'rimero que lo aborda. El objeto del discurso, por de-
cirlo así, 1• se encuentra hablado, discutido, vislumbrado y valo-
~u crcnción por e\ hablante, estos últimos, por supuesto, aúu l•V
r,istcn. Pero el enunciado· se construye desde el principio to-
mando en cuenta las posibles. reacciones de respuesta para las
••
rado de las maneras más diferentes; en él se cruzan, convergen
y se bi!urcan varios puntos de vista, visiones del mundo, tenden-
cuo\cs se construye el enunciado: El papel de los otros, como ya
.,bemos, es sumamente importante. Ya hemos dicho que estos
otros, para los cuales mi pensamiento se vuelve tal por primera
••
••
cias. El hablante no es un Adán bíblico que tenía que ver con
objetos vírgenes, aún no nombrados, a Jos que debla poner nom- vez (y por lo mismo) no son oyentes pasivos sino los activos par-
bres. Las concepciones simplificadas acerca de la comunicación tiripnntcs do la comunicnci6n discursivo. El hoblar.tc espera desde 1
el principio su contestación y su comprensión activa. Todo c\

••
como hnsc lúgica )' psicológica de Jri 0•·oción hacen record" a este
mítico A:l:ín. En In mente del hablante se combinan dos concepcio- .:nuncindo se construye en vista de 1a respuesta.
nes (o. nl contrario, se desmembra una concepción compleja en U!' signo importante (constitutivo) del enunciado es su orien-•

••
dos simples) cuando pronuncia oraciones como las siguientes: tnción hacia alguien, su propiedad de estar destillado! A diferen-
"el sol alumbra", "la hierba es verde", "estoy sent~do", etc. Las Ól de las unidndes significantes de la lengua ~palabras y ora·
oraciones semejantes stin, desde luego, posibles, pero o bien se ci<mc<- que son impersonales, no pertenecen a nadie y a nadie
justifican y se fundamentan por el contexto de un enunciado com-
pleto que las incluye en una comunicación discursiva como répli-
cas de un diálogo, de un artículo de difusión científica, de una
están dirigidas, el enunciado tiene autor . (y,_por cpnsiguiente,
"prcsh•idad, de lo cual ya hemos,hablado).y.destinatario: El des:
1

tinatnrio puede ser un participante··e interlocutor inmediato de un


una

••
explicación del maestro en una clase, etc.), o bien, si son emm-
ciados conclusos, tienen alguna justificación en la situación dis-
cursiva que las introduce en la cadena de la comunicación discur-
di;ilogo cotidiano, puede representar un grupo diferenciado de
<'rccialistas en aiguna esfera específica de la comunicación cul-
ttnnl. o bien ,., público m6s1 o menos homogéneo, un pueblo,
••
contesta (en \10 sentido amplio) de una u otra manera a los enn~­
siva. •_En la realidad, todo er.unciado, aparte de su ohjcto, siempre

ciados r.jenos 'que le preceden. El. hablante no es un Adán, por' lo'


<onlcmporáneos, partidario<, opositores o enemigos, subordina-
,¡.,,_ je!es, inferiores, superiores, personas cercanas o ajenas. etc.;
rambién puede haber un destinatario absolutamente in¿e!inido1
••
tanto el objeto'ñiisÍno de-su--discurso se convierte inevitablemente
~e
;n un· [oro dondr. encuentran opiniones de los interlocutoreS 1
directos .. (en \ma plática o discusión acerca de cualquier suceso
''" vtrv no concretizado (en-tuda clase de enunciado; mo;d6gi-
"'' de tipo emocional) _:;::¡ todos estos tipos y conceptos de ••
••
cotidianc¡) o __ puntos <.le vista, \•isioncs del mundo, tendencias, <lcstinatariCl se' determinan por la esfera de la praxis humana,y,
de la vida cotidiana a la que se refiere el enunciado":ll:á campo''
'i~ión pobr~;todo,el,e~ti!§
teorías, etc. (en la esferá- dé.la comunicación cultural) .•Una vi·
sión del mundo, una tendencia, un punto de vista, una· opinión, del" enunciiÍdÓ dependen de un hecho

••
siempre poseen una expresión verbal. Todos ellos representan dis- n'nc_rcta:· it quién está destinado· el enunciado, cómo el hablante'
curso ajeno (en su forma personal o impersonal), y éste no puede 'to d escritor) percibe y se imagina a sus destinatarios, cuál es la ;
dejar de re[Jejarse en el enunciado. El enunciado no está dirigido fuona de su influencia sobre el enunciado. Todo género discur-
únicamente n su objeto, sino también a discursos ajenos aceren •inr en cada esfera de la comunicación discursiva posee su pro- ,
de este último. Pero \a alusión más ligera a un enunciado ajeno pía concepción del destinatario, la cual lo determina como tal.
confiere al discurso un carácter dialógico que no le puede dar nin-
gún tema puramente objetual. La actitud hacia el discurso ajeno
1 :
••· 2C5 ,.:•l.il [;.¡,., IlL 1 OS Gt.t-:LI!OS DJSCURSJ\'05 1 L LNlJNC!t.DO

•• El destinatario del enunciado putde coincidir personalmente


con 'aquel (o aquellos) a quien. responde el enunciado. b1 un
cicdad de ti ases; y sobre todo' dentro de los .regímenes estamenta·
les, se ··observá· !in a· extraordinaria· diferenciación de los géneros

•• diálaga cotidiano O en una 'COrrespondencia taJ COincidencia per.


sana! es común: el destinatario es•a quien yo contesto y de quien
espero, a mi turno, una respuesta. Pero en los .casos de coinciden·
discursivos)•: de'· joS estilos que les eorrespouden, en i'elación con
el tít.tiló, ·rángo;·'categoda; fortuna: :Y' posición soéial;··edad del
hablante (o~·eSCrit6r) ·mismo·..A 'pesar de la riqueza en la difcren-

•• cia personal, un solo individuo cumple con dos papeles, y lo que


importa es precisamente esta diferenciación de roles. El enunciado
de aquel a quien contesto .(con quien estoy 'de acuerdo, o estoy
ciacióri tant.o dé las formas princrpales como de los matices, estos
fenómenos 'iiehert ·\m ~arácter· de' cliché ·y externo: rlo' s~n capa·
ces de aportar un dramatismo profündo al enunciado. Son intc·

•• rduil::llnl..:., v :~:::'~;;-!0 ~"· nrden. o toino nota, etc.) ya existe, pel'o


BU· contestación (o su comprensión activa) ·aún no apaLc;<.. ·-.. A~
construir mi· enunciado, yo trato de determinarla de. una llJ<~ncra
rcsantcs tan sólo i:omo ejemplo de una bastante bbvia pero instruc·
!:,.ri ~~!'""ión ·¿e_ la influencia"que ejerce el destinatario sohre la
cstructuracióti y el estilo del eriüi:fciádo. • ·

•• activa; por otro lado, intento adivinar esta contestación, y la res·


puesta anticipada a su vez influye activamente sobre mi enuncia·
do (esgrimo objeciones que estoy presintiendo, acudo a todo tipo
Matieé.s'rilás 'delicados di e~tilo >e-determinan por el carácter
y el grado de intimidad entré'el destinatário y el hablante, en di-
ferentes géneros discursivos '!~miliares, por uria parte, e fntimos

•• de restricciones, etc.) :-Al hablar,.siempre tomo en cuenta el fondo


aperceptivo de mi discurso que posee mi.destinatario: hasta qué
punto conoce ln situación, si posee o no conocimientos específicos
por otra.· Aiincjue existe. una ··diferencia ·enorme entre- los gé·
ncros • familia:res e fntimos y entre •sus ··estilos correspondientes,
ambos perCiben a su destinatario de tina manera iguolmente ale·

•• de .la esfera comunicativa. cultural, cuáles son.: sus opiniones y


convicciones, cuáles son sus prejuicios (desde mi punto de vista),
cu5les oon sus simpatías y .ailli¡iatías; todo esto terminará la
jaua del marco de bis jerarquías sociales y de las convendones. Lo
cun\geneia una sinceridad específica propia del disctrrsci, que en
los géneros familiares a veces llega hasta el cinismo. En los es ti·

•• activa. comprtnsión-respuesta con que .él reaccionará a mi en un·


ciado,iEste tanteo determinará. también el género.dcl enunciado,
la selección de procedimientos de estructuración y, finalmente, la
los íntimos esta ~ualid•d seexpresa én la tcildencia hacia tina
especie de fusión· completa entre el hablante y· el dcstinatar'io del
discurso. En el discurso familíar, gracias a la aboliCión de' prohibí·

•• selección· de los recursos. lingüísticos,· es decir, ·el estilo· del


enunciado. Por ejemplo, los géneros de la.literatura ·¿e difusión
cienes y. conveiü:iones- discm~ivas se. vuelve posible un eilf oque
C>pcciril, extraoficial y libro; de la realidad. • • Es por eso por lo
que los géneros y estilos fomiliares¡mdieron jugar un pare! tan

••
cientffica están dirigidos a un lector determinado con cierto fondo
aperceptivo de comprensión-respuesta; a otro lector se dirigen los pusitivo dmante·el Renacimiento, en'.lá larca de la destrucción .
tld modelo oficial del mundo, de carácter medieval; también en
libros de texto y a otro,' ya totalmente distinto, las investigaciones
otros períodos, cuando se presenta la ·tarea de la destrucción de

•• especializadas, pero todos· estos géneros pueden tratar un mismo


tema. En estos casos es muy fácil tomar en cuenta al destinatario
y su fondo aperceptivo, y la influencia del destinatario sobre la
los estilos y ·las visiones del· mundo ·oficiales y tradicionales, los
estilo' familiares adquieren una gran importancia para la litera·
turn. Además, la familiarización de los estilos abre c:H11íno hacia

•• estructuración del. enunciado tan1bién es muy sencilla: todo se


reduce a la cantic.iad de sus conocimientos especializados .
Puede haber casos mucho más complejos. El hecho de prefi·
l.1 literatura a los estratos de la lengua que aníeriormente se en·

• Citaré la correspondiente observación -Ue Gógol: "No es posible

•• gurar al dcstin.atario y. su tencción de respuesta a menudo pre·


senta muchas facetas que. aportan un dramatismo interno m~1y
especial al enunciado (algunos tipos de diálogo cotidiano, cartas,
cnlcular todos Jos matices y fineza~ de nuestro troto ... Hay conoccd01·cs
t:~lcs que hablarán con un tcrrniéníente que posee doscientas olmns de
un modo muy difcreñte del que usarán ·corl Uno ·que tiene trc~cicntas
y el que tiene trescient~S.· recibirá, 'a ·su vez, Un trato distinto del que dis:

•• géneros autobiográficos y .confesionales). En los géneros retóri·


cos, estos fenómenos tienen un carácter. agudo, pero más bien ex·
terno. La posición social,. el rango y ·la importancia del destina·
rruw un propietnriO de Q\linientas, mientrns que Con este úllimo lorn·
I'OCO hnbladn de·];\ misma manera que con .urio que posee ochocientas
.nlmns:. en una palabra 1 se puede .. a~cender· hasta un millón, y 6 icmpre

•• tario se reflejan .sobre tod() en los enunciados que pertenecen a


la comunicación cotidiana y a la esfera .oficial. Dentro de la so·
h;~brá matices" (Almas muertas,. ~ap .. 3).· .
•• Este estilo se ~aracteriz:a por una aiñc,erid;;.~ de pinZa pública, CX·
r1t'~:~da en voz nlta¡ por el heCho de ll~mar las cosns por ~u nombre .

••
• \
l ... -....-----~·-~-·~--~.~.....,.,..,"0~0-A"(_,,........

28H
El. I'ROnLEMA !lE LOS GÉNCROS DISCURSIHlS

controban baje prohibición. La importancia de Jos géneros y es- , El problema de. b concepción del destinatario dol discurso
289

·•••
tilos familiares para la historia de la literatura no se ha apreciado (como 1~ siente Y ~e lo figura el hablante o el escritor) tiene una
Jo suficiente hasta el momento. Por otra parte, los géneros y es- 1.
tilos fr.timos se basan en una máxima proximidad interior entre
el hablante y el destinatario del discurso (en una especie de fu-
enorme rmportancra para la historia litcrnria. Para ·cada época
¡~ara ~ada corriente literaria o estilo literario, para cnda géner~
\rterano. dentro de una : épo ca o una ese ue1a, son r.aracterísticas
••
sión entre ellos como limite). El discurso íntimo est:\ compene-
trado de una profunda confianza hacia el destinatario, hacia su
consentimiento, hacia la delicadeza y la buena intención de su
determmada~ concepcrones del destinatario de la obra literaria,
~;~a percepcrón y comprensión específica del lector: oyente pú-
rco, pueblo. Un estudio histórico del cambio de tatés eonc;pcio-
••
<nm!'rcnsión de respuesta. En esta atmósfera de profunda con-
fianza, el hablante abre sus prolunciiciacies inl~lud5. !:5:v ~:~~~·­
mina una especial expresividad y una sinceridad interna de estos
ncs es una tarea interesante e importante. Pero para su elabora-
crón productrva lo que hace taita es la. cianciaci teórica en er
mrsmo planteamiento del-problema.
••
estilos (a diferencia de la sinceridad _deja_pl_a~_a_pública que ca-
racteri2:a Jos géneros familiares). Los géneros y estilos familiares
e íntimos, hasta ahora muy poco estudiados, revelan con mucha
. ':!•~ que señalar que al lado de aquellas concepCiones y per-
cepcr~nes reales de su destinatario que efectivamente determinan
el estrlo de los enunciados (obras), en la historia de la literatura
••
claridad la dependencia que el estilo tiene con respecto a la con-
cepción y la comprensión que el hablante tiene de su destinatario i'
(es decir, cómo concibe su propio enunciado), así como de la
cxrste~ _además las formas· convencionales y semiconvencionales
de drn_grrse hacia los lectores, oyentes, descendientes, etc;, iguol
como !'mio co? el autor real existen las imágenes convencionales
••
idea que tiene de su comprensión de respuesta. Estos estilos son 1
!os qu~ ponen de manifiesto la estrechez y el enfoque erróneo de
la estilística tradicional, que trata de comprender y definir el es·
\ semrconvencr~nales de autores ficticios, de editores, de narra-
' ores ,de todo trpo. La enorme mayoiía de Jos g~.neros literarios
;on gcner?s _s~cundarios y compleJos que se ccnfonnan a los gé-
••
tilo ton s6lc desde el punto de vista del contenido objetiva\ (de '
sentido) del discurso y de la expresividad que aporte el hablante
nc;os_ prunano~ transformados de las maneras mós variadas
(rephcas de dralogo, narraciones cotidianas, cartas, diarios, pro-
t-~coJos, etc.). L!Js géneros secundarios de la coinuhicación diseur- •
••
••
en relación con este contenido. Sin tomar en cuenta la actitud úcl
hablante hacia el otro y sus enunciados (existentes y prefigura·,·· ".va s~clen represeli/ar diferentes formas de la comunicación
dos), no puede ser comprendido el género ni el estilo del dis• thscursr~a primaria~ De allf que apare1.can todos los personajes
curso. Sin embargo, los estilos llamados neutrales u objetivos, j
conccntrndos hasta el máximo en el objeto de su exposición y, alj
jJareccr, ajenos a toda referencia al otro, suponen, de todas maf 1
!
convcncJonales de autores, narrndores ·y destinatarios. Sin etnbar·
P-~: la o~ra _m:ís compleja y de múltiples planos de 11n género
~~cum1~n? v1ene n ser en su totalidad, y como totalidad. un enun~ ••
ncras, una determinada concepción de su destinatario: TaleS esti·
los objetivos y neutrales seleccionan los recursos lingüísticos no 1:
sólo desde el punto· de vista de su educación con el objeto dd
erado-. 11mco que posee 11n autoi real. -El carácter dirigido del'
~-~~n.cwdo es su rasgo constitutivo sin el cual no existe ~¡.puede
ntshr ~1 enunciado. Las diferentes formas típicas de este carácter
,:·. las ~tversas com;ep~iones. típic~s del destinatario, son las pm:
••
discurso, sino también desde el punto de vista del supuesto fondo
de percepción del destinatario del discurso, aunque este ronda se
vrcfiguta de. un .modo muy gcncrnl y con ln abstr~cción máximn
en ¡c\ncién ~on su lado r.,::prcsivo (la expresividad drl hablante
, ·~ulanda~cs. con~IJtutrvas que determinan la especificidad de lo~
!tC:lCTOS dJSC'JTSJVCS. ••
mismo es mínima en un estilo objetivo). Los estilos neutrales l'
objetivos presuponen una especie de identificación entre el desti-
11 difcron~ia de los enunciados y de los géneros disoursivr:s,
las umdades srgnificantes de la lengua (palabra y oración) por su
m1sma na~uraleLa _carecen de ese ,carácter destinado: no pertene- ••
natario y el hablante, la unidad de sus puntos de vista, pero esta '
homogeneidau ·y ·unidad se adquieren al precio de un rechaw e:~ si
total de la expresividad. Hay que apuntar que el carácter de los
cen a nadre_ y no cs_tán dirigidas a nadie. Es más, de suyo carecen
de lod~ actrtm:l hacra el enunciado, hacia la palabra ~jena.·Si una'
dc.term:naun palabra ~ oración est:l_ dirigida hacia alguien, esta-· ••
estilos objrti.vo~ y neutrales (y, por consiguiente, la concepción
del destinataric que los fundamenta) es bastantr. variado. según
las uiferentés zonas de la comunicoción discursiva.
n.ws frente a un enunc1ad,o conclusO,•Y el carácter destinodo no ]es'
pcr.tcn_cce en ¡tanto ,qu~.a,unida~e~_deJa )c_ngua, -sinoen tonto que
rm.nc1ados. Una oracrón rodeada de contexto adquiere un carác: ••
••
. .'
___. J¡¡¡~-~ lUZ
• ·----- ------
----· •
•• 290 f.L rHOBLE ... L\ J)E 1.05 (;I~NEfiOS DJSCURSI\'05

libro fue publicado bajo el- noJ-nbre dé -V.N.Volóshino"vj. se apunta "un


29t

••
ter dcstinndo tan sólo mediante la totalidad del enunciado, sielido
su parte constitutiva (elemento)- • . progrnmn p_nra_ el cs!_udio de '.'los génc'ros de las nc!uacionc.s discursiVas
· La lengua cofno sistema . posee ·un~ cna·rme_ reserva de· re_cur· f_ en ln.vidn y en Ja·Creación ideológica, cOn' la "dctcrniinadón- dc.la.inler-
ncción discUrsiva" (p. 98) y "pnrtie!JdO ·de allí, una i-cvlsi~n ·de JDs· fcirrhas
sos puramcnt~ !ingUísticos para exptesat formalmente el vocattvo:

•• del lenguaje C~ su. acoslllmbrodo. 'trliÚ1iniento·· lingü{stid)" .(idl!ui)':- Allí


1
medios léxicos. morfológicos (-los casos correspondientes, los pro- mismo ·s_c· da .~ma breve· ~cscripcióu": '(JC.. los ' 18:éiJeroS cotidianoS~·- de- la

. •
••
---- ----
nombres, las formas perspnales del verbo), sintócticos •(diferente:
modelos y modificaciones de oración)_ Pero el carácter dirigido
real lo adquieren estos recuí-sos üniCamente dei1lro de la totalidad
de un enunciado concreto.J Y la expresión de: este· Carácter diti·
gido· nuncá puede ser agotXda por' estos recursos lingüísticos (gra-
maticales) especiales. Estos recurSos puede1) tstar· ausentes, y
~oniunicación "discur"siVa: "Una. Pregunta ·concluida, una ~xclamaCión, una
orden, unn s~pliCa, ·representan lOs Casps m·ás tfpicOs de enunciados Co-
lidinnos. Todos ellOs (sObre tOdo--_aq·ucllos "toles como S~plica y orden)
o:igcn uh Complemento exLravt!rbál, as[ como" Un- ci1foquc' DSimisrTIO. cxtra-
\'crbol. El mismO lipci de cci~ch.!t.ión dC estOs ·pequeños gdiJet-o·S c.otidiim"os
~e determina pOr la fricción ·a e la_ palaBra· sobr-e ·_el mediÓ ·extr~lin8üfsliCo..__
. Y ~obr~ la palabra ajcn.a (la de: otras pc.rsohas). [ ... ] TOda sil unción co~
tillinna eStable posee un~ detcrinÍf!ad,a· or&a"_niz.ación· del auditorio·y,_:asf, un
sin embargo el enunciado podrá reflejar de m1 modo muy agudo

••
la influencia del destinatario y su· reacción prefigurada de rcspues-' rcqucño repertorio de pequeños géQero_s·· cotidianos" · (pp. 98-99). · .
Urin rimplia rcpreScn"tación del "génci-o cOmo de uria realidad· de" 'la CO·
ta. Lo selección de todos los medios lingüísticos se realiza por i:!
municatión hu~ana ·(de tal inodó· que_· ·16s' g¿nCfoS litcni.rio"S se· anOtiz<üi
hablante bajo una mayor o menor influencia ·del'destinatario y de como géneros diScufsiv(?S, y· In Serie de 1os_;últim65 se dCfihe.ei1 lbS HrilitcS

•• que comprchdefi··desde liria· r6plic'n· Cotidiari.a ·hasta una ñoVela d~·-varios


Str respuesta prefigurada. · .. ,
Cuando se analizó una oración ·aislada ·de ·su cotitexto, las IOnws) se rcladonri con· }~- importDndO. ·cx;ccpcion.al que Bajtfn _nttibufn,
huellas del carácter destinoclo y de la· influencia de la respuesta en In· historia de· la· Jit~rnt~ni y de la_ cultuia; a l_n" categorfa del ké~ero
~o:OillO portndora .de lns· _tcrich:i-lcius "más estable's_ Y s"cCUlareS': dé! ..dcsilrro.:

•• prefigurada,· Jos· ecos dialógicos ·producidos por los enunciados


ajenos anteriores, el rastro debilitado· del cambio de los sujetos
discursivos que ·habían morcado por dentro el enunciadó -todo
!lo literario, como "reprcScnlnnte d1!. la l!lCmoriá crCádora 'eh el. procc~o
Jcl desarrollo literario" (Problcmy poeliki DosloiCv'skoio, 178-179}. Cf.
un juiciO que desplaza" las acostuinhradaS nócioi1i:s de '-JOs~ cstudlos_·Jitaa-

•• ello se borra, se pierde, porque-es ·ajeno ala or'aci6n como unidad


de la lengua. Todos estos fenómenos están relacionadbs con la
totalidad· del onunciado, y donde esta· totalidad sále de Jo visión
rios: "Los historiadores· dé ·la.- litcrñtura;_.I:Jmeritablcmcr1lc, .sueiCO: -red-ucir
cstn h1cba clc la novela con otros géneros, y todas las manirestaciOrles. de
la noveliznción, a_ In vida y ]u J~cha d.~ las co~ricrit"es lilC'raiiaS:.-( .. ]
DctriÍs del ruido· superficinl del·jjroc;eS~ Ii(Cr<iriO no vcri loS· &dndCs e

•• del analista, allí mismo dejan .de existir pará 'éste: En esto consiste
·una de las causas de aquella estrechez de Ja· estilística tradicional
que ya hemos señalado: El análisis· estilístico que abarca todas las
impor!antcs dcstiri!)S dt la lilc"ratur~·- Y"'i::lcl·lerigúaji!," cuYOS. mo(óres prin-
cipalcs"·son nnte tcidó ló.s· géneros;" mienti-aS ·que las eorricntCs ·y "ins· Csci.Je.
lns son apenas héroes s'CCundarios" :CVoPrásy litérotury i eStcÚki,-451).

•• facetas del estilo es posible tan sólo como análisis de la totalidad


del enunciado-y únicamente dentro de aquella caden~ de la ca'
municación discursiva ·cuyo eslabó11. inseparable representa este
En los aryos 50-70, ·Dajtrn pl<i~caba .-escribir un libro bajo·- el :título
Zha11ri ·rechi; él pi--eSentc ti-abajO represeñ_tit 3Pcnas un csboi:.o'· de aquel
trtlbnjb j.:ui1ás re~1izndQ. ·· ·
1.
·· ·
. '·
· ' · · ·

•• enunci?.do~ '·. - ·
1
La doctrina· de. Soussure se has~ "en' lo distincióri ~-ntre ·ia lengua
cor,Jo ¡¡i;;:cma· de signos y !Ormll~. mlltu:arhcnte rclacionadBs que' d6termi·

•••
NOiAS ACLARATORIAS n;m normativamcnte todo acto disCursivo. (este Sistema es objct~ t:specf.
fico de la lingüística) y C:l habla Co'mo rCalifaci6ri individual de la lengua.
l':·abaj~ escrito en 195.2-1953 en_Snransk; .fr¡Jgmcntos_ p~blicados en Litera- lo doctrina de' Sawsure fUe analiZada· Por· Dejtfn en el. librO Múk.siún
lun~aJa uchioba (_t 978,_ n~m._ .1 ,- 200-219). , . . . _·. . .. . . . .. _ . i jifosofio iozyka· como unn de_-}as·'Co_s ·priricipalcs· cO(riCrites·de la filo--
··El fénófneno de los -g~nCro!. discursivos· ·rúe irlV.CS'ti&ildo ·par· Rajlín '.¡;{ sofín- tlcl lenguaje (el objctivismo· iibsti-ni:tOL-de los cuales· si::para el autOr

•• Cri los tmbaj,os de la segunda mitad de loS .años 20. ·En el libro Marksizm
i jilosojio iazyka (Lenir'lgrádo, -1929; eri lo sucesivo ;e dta· scgún·l~··scgun··
da edición, 1930; el texto P.rincipal del libro·pcrtenecc: a llajtín, Pt:f~ _el
·,
su propia teorla del enunClado. __ , . ___ _ . '

nctuat· que anaUza la aclividad .psfqiJica del hombre basániloSe


reacciones·_ extei-iias y considera" 1~ ·. cO"ndutta hurnatia Como SiStema .de
·
2 .El behaviotisrnci ·_o cond~ctisinO. es·· uria: "CC:1iriente dC-.1~ psicología

]as ·en·

•• • Scñ~kmos que la~ or~cioncs inierrogativos e . irnP~rativás_·. suel~n· ·


figurar coino Cnl:Jnciados conclusos en sus géneros· discursivos corr_espOil~
dientes.-
renccioneS'·a Jos eslímulos 'eXtei-nos· Cn· er·_pia"no del momento_ pr'éserite.-
'~a lingü_rstibi' "descriptlva.~norteariiericana';· cuy·o __ --máximO repiesenlaÍlte,
l.eonnr~ -BI~orpfield, "Se gilia~á. por; Cl: ·esqiJe~i~ ... estfm~Jo-rcspiJ·estn" al

••
'.:. :. :l.. .. . ,._ .. l./,, .... ' • .

• "'·
'.•·

...---'-----

----~------····
--· -· ······-··-··-----··-·-·--··-· ---·-·· ·-···- ·------·---- --··· ··- -· -- ·--····- ·-- ····-····---·-.!· ___ _. 1 d
·--..,-·--···
H * . tl¡it·4J·.i"'t!ft'l~ ~·
••
292
EL rRullLEMA,DE 1.05 GÉNEROS DISCURSIVOS
SOHS ACLA"-HOJUAS
291 ••
Mscriblr el pro,ceso discursivo,, se oricnla por, csin corricnlc de psico- Jn dicl•o y lo 110 d;./,;,'. En la enlonac.ión, In palnbrn se coneclo con _In •
logia. . . .· . . .. . . ~·ida. Y nnle lodo es en la en!ónaci6r donde el hablan le hece con lacio
t LO escuch1 de Vossler, en la cunl se destaca .sobre todo. Leo Spilter, ~;on los 'oyentes: la entoneci6n es ~acial por cxcellet1Ce" (Volóshinov, .•
~;uyos libros menciona D"jtfn en varios dc_stts _trabajos, es caracterizada V.N., "Siovo v z.hizni i slovo v poczii", Zvezdo, 1926, núm ..6, 252-253).
por el _ou!Ór ·como "uno· de lo; corrienles mh. poderosos del pensomicnlo Cl. lnmbién: "Es precisomcnle esle 'lono' {entonnci6n) In que conformo •
filos6fico y · Jingi.i_fslicO ñctlJol''; A'nr01. 1~_-, es~uela. ~~ yOSsler, ·¡n rcalidi\d J In 'mú!-icn' (sentido general, signiricodo general) de todo enunci~do. Lo
·lingiiislica es In cons!anle ac!jvidad cr~adora elec!ueda mediante los nc!o.s' •ilnnción Y el nudilorio corrcspondicnle deler01innn anle lodo a la cnlo· •
discursivos individuales; lo creación lingü(stica se;aserncjn, ftgún~cllos, n<Jción Y a través de ella realizan la selección de las pnlnbras y su arde- •
~ ,)il creación litcrOria, y lo cstilfstica es pai-a e11os·la disciplina .lingülsticai nnmicnto, n través de ell::l llenan de ~cntido al enunciado entero" (Vo-
principnl;.el cnloqne.v.ossleri~no del lenguaje se earacleri<a.por la pri·f li>~hinov, V.N., "Kons!rolsi• vyskozyvania", Litcratumaia uclliobn, 1930, •
IJ.lncfa de la cstiHsüca sobre -la. gramática, pot·. la_ pritnncfa del ,puniQ de·.·- ----mlm..-3, -77-78) .- ·
lingiHsli~a--saussurcan.n) ,1<~ prin~ncl~
vis la. del. hnblnnle.· (!ren!e o la, primada .del ptlnlo tic visln dr.l oyen le, se· . " )enolon!e., A11dbasis.
11

Gún la !!;.y de 13 [unción. estética. La.f \ En Marksizm i filós.ofia ia;.yka, el sentido .concrclo del enunciado •
C!stética.de la.creación verbal de D:;jdn en una: 6t.ric de momentos impor-~ ~e dcterminn terminológicamente como su "tema": "El tema dcl.enunciadO
lnntcs. •e nproximo. a_la e•cucla 'de Voos)er (mienlrD$ que recllOZO· el' '"lo realidad es inóividunl e irrepetible como el enunciado mismo [ J r. •
''objc:tlvismo nbStracto"_ de, IOJ ilngüfstica 'en m;~yo.r
mCclidn)., .Ante. todo eJ F.l signiricado, a dH crencio del· fcmn, rcr.rc.scntn todo!. los momentoli dcl.f

_l~n~oo;
el <>]foque del enunciodo c.omo una reolidad eoncrcla de la vida de ¡.'· .cnuncindo que sonr<petib(cs e idlnticos.a.sl mismos en todas¡., rcpeli-' •

vbt~1 ~-ar~c ~ ~cnunci~dO'!. f¡ F-igr~ific:~dóS


•in embarco, la leorla de la poi abra de Dajl(n <!ivergc del puntb dones. El-lema del enuncindo es en reolidnd indisoluble. El signilicndo',
, Ue vosslcriono en cu_:!n.t.º a.l . t.cr indi;·jdu:.l, t.! el y del enunciado, al. contrario, se dcscompchc en ur.n F-erie -de •
. 5\lhrayu · el · momel_")to de .la soc1aln~c10n .. mlern~". en !r~ comun 1ci'!Citm l que c9rrcspondcn n los elementos de 1:1· lcnguíl que lo cohrormrm.. •
diS~\irsiva, aspecto. [ijndo ci1 l9s géneros discursivos. De este rrtbdo, la 1 tiOI-102).
17
misma" idea de los géneros discursiv"os t-cpara R In trans1ingiiísticn bBjti- 1 El "nperimento estHlstico" qU<: consiste en la ''in"enci6n nrtifi- •
riian:-~ tanto de· In cor-:icntc :;nussurcana como tlc );1 ·,•osslcriuna dcntrt' c!c dal de vnriantes estil!stica~ para un tr.:xto" fue 'm artificio mctodológic.o
In lilosolío del len~uaje. : .. ·.. . 'Piicndo por A.M.Peshkovski parri el análisis del discurso literario (Pcsh- •
. • F.de.Sau.ss·~~e.· Curso de lingiii.Siica 8encrol, Bu~nos Aires, 1973, ·57. korski, A.f>.t, Vóprosy melodiki roduogo. iazyka, li11g1!istiki i stili~tiki, •
Bruno\ F.", 1-/i!(/Oire ÓC':. la lauguc fronfaisc des o.rigi11cs 1¡ 1900, 10 ~1oscú-Leningrado, 1930, '133).
P:~rfs, 1905."1943.
·
1
tomos, 13 CL las idens del nutor ncercn de Jos "coritcxtos lcjnnos" en el t'1ltilno •
. n Pe sñu~surc, ibid.. , .. : . .. c:nsnyo de Jo presente edición. · . · .
' La frase, _como fenómeno lingülslico de índole dislinln lrenle n -lo •
or~dón; se fundanicnln C.n los lrribnjos del lingi.\isht'rusO ~\IC pertenecía
o lo escuela de Ginebi·a y que !ombién pnrlicip6 en las nclividodcs del •
circulo de. Pf(ign-:- E.O.Karccvski. L3 [rase; n difercndn dC la oración,
"no .tiene su propio · es!ruclura gramalical. Pno posee una es:rur.lurn •
ft,nicn que consiste en su entona.cíón. Es precisame.nte la cnlonP.ci6n líl •
que constiiUyc lB frase~· (Korcevskij, S., "Sur la phonologic de la phrase",
Travattx du Cercle lingttistiqtte da Pragtte, 4, 1931, 190). "La oración, •

lur,ci~n di~logo,
pnrn rc.nliznrsc, debe adquirir In entonación de frase [ ..• ] La frase es ln
del Es lo unidad de i11tercamhio enlro. los inlcrk.ctlloo·<;"
(KorcCvskij,. "Sur-. Ja parntaxc, el la synta_,.;c en. russc", Callicrs Ferdinaml

11 ~.A.ShAjmnt~v
de Sattssttre, 7, 1948, J4). . . .
dctinrn. Jo ••comunicAción'f como acto de p·~nsamienlo •

. In psiquis del
dhigc••..
~ablanle.
. que viene n .ser· ~ose psicológica de la oración, eslnbón de enloce "entre

(Sh6jmato~
y .In mani!es!ación suya en la palabra a la que se
A.A., .Sintaksis run:~oBO.iazyka, Lcoingrado, 1941,


19-20).
e La cnionudón expresiva como la exPresión ~ás
pura de lu cv;~lun· •
c~6n en el e~uricindo y como su indicio constructivo m5s importante se .1
a~nliz.a destnllnda!"11.cnte por M.Dnjtrn en una _serie de trabajos de la. 1 •

estr~Ch:! r~l~c~ói:'. de~:


·
segunda ~itadd_c la década de los años 20. "La entonación.establece umi'
ID pnlobr:.. con el contexto extravcrbnl: la. entona.' 1··
'"ci6n sierJ.,p_rc se· ubica. sobre- la frontera !"ntrc {o. v·iúbal Y lo no v:rbal, dt . ! •

También podría gustarte