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IV - I CALOR Y TEMPERATURA
Puede suceder que un cuerpo se enfríe tanto que sus moléculas queden inmóviles, o sea que
la energía cinética media tienda a cero. En este caso el cuerpo habrá adquirido la mínima
temperatura posible. Es la temperatura denominada del cero absoluto.
Por lo tanto, se puede decir que el calor es la causa que origina el calentamiento de los cuerpos
mientras que la temperatura es el estado que adquiere ese cuerpo por efecto del calor recibido.
La mayor o menor cantidad de calor almacenada por un cuerpo depende, primero de su masa,
ya que cuantas más partículas haya en movimiento, mayor será la energía de todas ellas; y
segundo de la mayor o menor rapidez con que las partículas se muevan ya que , por ejemplo, una
partícula que vibre con una determinada frecuencia y amplitud tendrá menos energía que otra
análoga que lo haga en una mayor frecuencia y de más amplitud.
Cuando dos cuerpos se ponen en contacto, será la temperatura la que determinará el sentido en
que tendrá lugar el intercambio calórico entre ambos; la energía calórica no pasará del que posea
más calor al que posea menos, sino del que se encuentre a mayor temperatura al que se encuen-
tre a una temperatura menor.
Siempre se verifica que el cuerpo más caliente (el que está a mayor temperatura) cede calor al
más frío. Los cuerpos tienden a equilibrar sus temperaturas, no así sus cantidades de calor, de
manera que si dos cuerpos se encuentran a la misma temperatura, están en equilibrio térmico y
no se produce ninguna transferencia de calor.
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1. La longitud de un sólido.
2. El cambio de volumen de un líquido.
3. La variación de presión de un gas.
4. El cambio de color de una sustancia incandescente.
5. La resistencia eléctrica de un alambre.
Todas estas propiedades han sido utilizadas para construir distintas clases de termómetros,
definiendo como tal a cualquier instrumento o dispositivo empleado para la medición o
determinación de la temperatura. En general los termómetros se basan en variaciones de las
dimensiones de un cuerpo en función de su temperatura, o sea de su dilatación o variación
de volumen, la que debe ser lo suficientemente notable como para proporcionar un medio
para medir la temperatura.
Un siglo después que Galileo Galilei inventó el primer termómetro en el año 1593, fue el
físico Gabriel Fahrenheit quien recurrió al uso del mercurio como líquido termométrico,
por las ventajas que presenta este metal al estado líquido:
Para poder expresar numéricamente la temperatura de un cuerpo hay que empezar por
elegir dos puntos fijos, es decir, dos situaciones físicas bien conocidas y fácilmente repro-
ducibles, a cuyas temperaturas se asignan unos valores numéricos arbitrarios.
Estos puntos fijos suelen ser:
Con estos dos puntos fijos se han establecido, entre otras, las siguientes escalas de tempera-
tura:
Escala Centígrada
Se debe al astrónomo sueco Anders Celsius la creación de esta escala, donde se asignan los
valores de 0 °C (cero grado Celsius) y de 100 °C (cien grados Celsius) a los puntos de
congelación y de ebullición del agua destilada respectivamente. El intervalo entre una y otra
temperatura se divide en 100 partes iguales, llamadas grados Celsius (°C). Por arriba de los
100 °C se continúa con la escala, y por debajo de 0°C también, pero con signo negativo.
Escala Fahrenheit
Como quería evitar lecturas negativas, se asignó el valor cero (punto inferior) al punto de
congelación o solidificación de una mezcla de una sal (cloruro de amonio) y hielo en ciertas
proporciones y como punto superior se adoptó el de ebullición de agua destilada a presión
normal, pero se le asignó un valor arbitrario de 212 °F (doscientos doce grados Fahrenheit),
dividiendo el intervalo comprendido entre ambas temperaturas en 180 partes iguales, llamadas
grados Fahrenheit (°F).
CUADRO 1
Se entiende por dilatación a la variación del volumen de un cuerpo por efecto de la tempe-
ratura.
Analizando la estructura interna de los sólidos podemos comprender por qué se dilatan.
Los átomos que integran dicha estructura están distribuidos en forma regular y ordenada,
conformando lo que se denomina una red cristalina. Cuando la temperatura aumenta, la
distancia media entre los átomos también aumenta y en consecuencia se produce una dilata-
ción de todo el cuerpo sólido, en todas direcciones, es decir se dilata según sus tres dimen-
siones (dilatación lineal, superficial y volumétrica).
L2 = L1 (1 + K * T)
donde:
hielo 0.000051
plomo 0.000029
zinc 0.000026
aluminio 0.000023
cobre 0.000017
acero 0.000012
vidrio ordinario 0.000009
vidrio pirex 0.000003
Ejemplos característicos de dilatación longitudinal se presentan en los rieles de ferrocarril, líneas
eléctricas tendidas, puentes, cañerías, etc.
Dilatación superficial:
Es el aumento de la superficie de un sólido por efecto de la acción del calor y en virtud del
aumento de temperatura. En este caso se produce una dilatación en dos direcciones, en forma
preponderante. Generalmente se produce en cuerpos de una gran superficie, es decir con espe-
sores relativamente pequeños respecto a la superficie.
S2 = S1 (1 + 2K * T)
donde:
Para su cálculo se observa que se emplea el mismo tipo de ecuación anterior, inclusive con el
mismo valor del coeficiente de dilatación lineal, tan solo que se lo debe multiplicar por 2 y en
lugar de la longitud, se toma la superficie.
Dilatación volumétrica:
Se produce cuando se calienta un cuerpo cuya forma hace que la dilatación se produzca en las
tres dimensiones (por ejemplo en una esfera o un cubo).
El estudio de esta clase de dilatación es similar al efectuado respecto de la dilatación lineal y
superficial.
V2 = V1 (1 + 3K * T)
donde:
V1 = volumen original a la temperatura T1
V2 = volumen luego de calentar el cuerpo a la temperatura T2
T = diferencia de temperatura, (T2 - T1)
K = mismo coeficiente de dilatación lineal, ya indicado anteriormente, tan solo que en esta
fórmula se lo debe multiplicar por 3.
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Dado que las fuerzas de cohesión entre las moléculas de los líquidos son muy débiles,
cuando se les proporciona calor la dilatación que experimentan ante un determinado au-
mento de temperatura es mucho mayor que la de los sólidos. Su dilatación se entiende
siempre que es cúbica, pues los mismos ocupan un determinado volumen dado por el
recipiente que los contiene, el que también se ha de dilatar.
Dada la dilatación del recipiente, que se produce al mismo tiempo, la dilatación de los
líquidos que se observa es sólo aparente. La dilatación volumétrica absoluta de un líquido
(Vtotal) estará expresada por la suma de la dilatación del recipiente (Vrec) más la del
líquido (Vliq).
La fórmula para calcular la dilatación del líquido es igual a la aplicada para la dilatación
cúbica, tan solo que el coeficiente no será el de dilatación lineal sino que corresponderá
utilizar el coeficiente de dilatación cúbica para los líquidos.
V2 = V1 (1 + R * T)
donde:
En la siguiente tabla se puede observar el valor de este coeficiente para algunos productos:
Cuando la temperatura aumenta entre 0°C y 4°C, el agua se contrae, es decir, disminuye su
volumen, aumentando por consiguiente su densidad (masa por unidad de volumen).
Cuando la temperatura continúa aumentando a partir de los 4°C, entonces empieza a aumentar
también su volumen, comportándose como
cualquier sustancia común; en virtud de ello
disminuye su densidad.
En el caso de los gases, entre todos los cuerpos de la naturaleza, éstos son en los que mejor
puede observarse el fenómeno de la dilatación por efecto del calor. Dada su gran compresibili-
dad, bastará una pequeñísima variación de la temperatura, para que se produzca una considera-
ble variación en el volumen del gas en estudio. También se producen variaciones del volumen
debido a muy pequeñas variaciones de la presión a la que esté sometida la masa de gas.
Significa que tanto el volumen como la presión de cualquier gas, pueden variar a un mismo
tiempo, a medida que varía la temperatura, constituyendo estos parámetros lo que se denomina
las variables de estado de un gas.
En la medida que dos de dichas variables se modifiquen, permaneciendo la otra constante, se
dice que el gas experimenta una transformación, como por ejemplo, transformación isotérmica,
(a temperatura constante); transformación isobárica (presión constante) y transformación isocórica
(a volumen constante).
Si la temperatura permanece constante, no se produce ninguna dilatación por efecto del calor.
En este caso el cambio de volumen es debido al cambio de la presión, en lo que se denomina una
transformación isotérmica. A este respecto, fueron los físicos Boyle en Inglaterra, en el año
1622 y Mariotte, en Francia, en el año 1679, quienes estudiaron y determinaron la ley de varia-
ción de los volúmenes respecto a la variación de las presiones, de una misma masa gaseosa, sin
que exista una variación de la temperatura.
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Si se mantiene la temperatura constante, los volúmenes de una misma masa gaseosa son
inversamente proporcionales a las presiones que soporta.
Es decir que:
p1.V1 = p2.V2 = p3.V3 =........= p.V = constante
V2 = V1 (1 + aT)
donde:
V2 = volumen final a la temperatura t2
V1 = volumen inicial a la temperatura t1
T = diferencia de temperatura t2 - t1
a = coeficiente de dilatación para los gases.
Tanto el coeficiente de dilatación a presión constante como el similar, a volumen constan-
te, difieren muy poco uno de otro y se los consideran iguales, adoptándose el mismo valor
numérico para todos los gases, independientemente de la temperatura; su valor es 1/273 =
0.00365 1/°C.
2) La masa del cuerpo que se caliente o se enfríe. Se comprende que hay que suministrar más
calor para calentar 1.000 gramos de agua hasta cierta temperatura que para calentar, a la misma
temperatura, sólo 5 gramos de agua.
3) La naturaleza del cuerpo. Es un hecho experimental que masas iguales de diversos cuerpos
necesitan cantidades distintas de calor para elevar su temperatura el mismo número de grados.
Hay algo en la propia naturaleza de cada cuerpo por lo que absorbe o cede calor con mayor o
menor facilidad.
La expresión que reúne estos tres factores nos da el valor del calor absorbido o cedido por un
cuerpo:
Q = c * m * (t2-t1)
donde:
Es la cantidad de calor que debe recibir un gramo de una sustancia, para que la misma
aumente 1°C su temperatura. (se mide en calorías/gramo -°C)
Plomo 0,031
Mercurio 0,033
Plata 0,056
Cinc 0,093
Cobre 0,094
Hierro 0,113
Vidrio 0,2
Aluminio 0,219
Aire 0,238
Nitrógeno 0,247
Vapor de agua 0,482
Hielo 0,5
Agua líquida 1
Hidrógeno 3,389
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Se define la Caloría (cal) como la cantidad de calor que absorbe 1 g (un gramo) de agua
para aumentar 1 °C (un grado Celsius) su temperatura. En el sistema inglés se mide en BTU que
es la cantidad de calor que absorbe 1 lb (una libra) de agua para aumentar 1 °F (un grado
Fahrenheit) su temperatura.
En una operación de explotación petrolera es permanente la circulación de fluidos formados por
mezclas variables de agua y petróleo. Resulta de utilidad observar, en el gráfico siguiente, la
cantidad de calor requerida (expresada en BTU) para calentar una mezcla de un volumen de 1
m3 y que la misma eleve su temperatura 1 °C. Expresiones de este tipo son de gran utilidad
cuando se trata de estudiar la instalación de calentadores y de verificar su rendimiento.
100
90
80
70
% DE AGUA
60
50
40
30
20
10
0
1696 1899 2102 2294 2520 2746 2984 3209 3458 3706 3955
De la misma manera que una corriente de agua desciende por una pendiente tratando de
alcanzar el nivel más bajo posible, también el calor se propaga o transmite en forma espon-
tánea, pasando de los cuerpos más calientes a los más fríos, es decir desciende por una
“pendiente de temperatura” en el sentido en que ésta decrece. El calor siempre se transmite
desde los cuerpos de mayor temperatura a los que se encuentran a temperatura inferior.
La cantidad de calor que se propaga en la unidad de tiempo depende de:
Si se apoya con la mano una barra metálica por un extremo y se introduce el otro en una
llama, se aprecia que al cabo de cierto tiempo llega calor hasta la mano. Esta forma de
transferencia desde la parte caliente a otra fría se llama conducción y consiste en la trans-
ferencia de calor realizada por contacto directo, por intercambio de la energía entre partí-
culas próximas, unas a otras sin desplazamiento de las mismas. De esta manera, debido a
violentos choques moleculares, se va elevando el nivel de perturbación de las partículas
de un mismo cuerpo, sin que se produzca una alteración de sus posiciones relativas dentro
del mismo.
Por lo tanto, la conductividad térmica suele variar ampliamente según sea el material o
sustancia a través del cual se transmite el calor.
Es así que la conductividad:
La cantidad de calor que atraviesa un medio puede ser, entonces, expresada con la siguien-
te fórmula:
Q = [k A t (T2 - T1) ]/ e
Plata 0.97
Cobre 0.92
Latón 0.26
Mercurio 0.20
Acero 0.12
Ladrillo refr 0.0025
Vidrio 0.002
Madera 0.0003
Amianto 0.0001
Aire 0.000057
A diferencia de lo que ocurre con los sólidos, en los líquidos y en los gases sólo una
pequeña parte del calor se transmite por conducción. La mayor parte se transmite por
convección, que es la transferencia del calor mediante el movimiento de las partículas del
propio fluido. Es una forma de transmisión más rápida que la conducción. Es así que
cuando se coloca una mano por sobre una llama, la mayor parte del calor llega por las
moléculas del aire que transportan el calor en su movimiento.
La razón de este movimiento es simple; el fluido caliente se dilata, por lo que pierde densidad y
asciende, siendo reemplazado por fluido frío, más denso, que desciende.
La transmisión de calor a los fluidos se realiza generalmente por conducción, por lo que la
propagación por convección no podrá realizarse sin conducción; se trata de un fenómeno
combinado.
La mayor parte del calor suministrado por las instalaciones de calefacción a base de agua
caliente en edificios se produce por convección.
Las corrientes de convección del aire en la naturaleza son las responsables de los vientos,
constituyendo factores preponderantes para el clima.
Las corrientes oceánicas también son producidos por efectos de convección.
Muchas veces el calor es transferido de un cuerpo a otro de un modo distinto a los dos citados
anteriormente.
Si, por ejemplo, se pone la mano a un lado o debajo de un foco caliente, como una llama o
una lámpara de incandescencia, el calor que se recibe por conducción a través del aire es
prácticamente nulo, y por otra parte, la mano se encuentra fuera de las corrientes de
convección.
La energía llega por radiación. No requiere agitación molecular como en la conducción ni trans-
porte de masa como en la convección. Consiste en la transferencia de calor sin intervención de
partículas materiales que transporten el calor, ya que tiene lugar mediante ondas electromagnéti-
cas y, por lo tanto, puede realizarse incluso en el vacío. Estas ondas son de origen eléctrico y
magnético y son emitidas por los cuerpos calientes. Transportan energía y ésta es tanto mayor
cuanto mayor es la temperatura de aquéllos.
Sea un trozo de hielo a -20°C que es calentado en forma continua. Su temperatura comienza a
aumentar hasta que llega a 0°C, que es su temperatura de fusión. Alcanzada esta temperatura, el
hielo comienza a fundirse (cambio de estado conocido como “fusión”) y hasta que no termi-
ne la fusión de todo el trozo de hielo, la temperatura no varía y permanece en 0°C, a
pesar de seguir suministrándole calor en forma permanente.
Una vez fundido, comienza nuevamente a aumentar la temperatura del agua resultante, hasta que
llega a los 100 °C, que es la temperatura de ebullición tumultuosa. (cuando p=1 atm).
Alcanzada esta temperatura, el agua comienza a evaporarse (cambio de estado conocido como
“vaporización”) y hasta que no termine la evaporación de toda el agua, la temperatura
permanece constante en los 100 °C, a pesar de seguir suministrándole calor.
Si el vapor así obtenido es calentado en forma continua, su temperatura subirá indefinidamente.
Si el vapor obtenido es enfriado, se verifica todo el proceso en sentido inverso, produciéndose
los cambios de estado conocidos como “licuación” (vapor a líquido) y “solidificación”,
(líquido a sólido)
Fusión
En los sólidos la estructura interna responde a un orden de alta cohesión, conformando figuras
geométricas regulares, denominadas red cristalina.
Al suministrar calor y aumentar la temperatura, aumenta la vibración de toda esta red cristalina
en su conjunto, sin salir de su estructura por estar fuertemente unida. A medida que sigue aumen-
tando la temperatura, la vibración también aumenta hasta que finalmente las uniones se rompen y
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toda la estructura cristalina se “desploma” en su conjunto. Se dice entonces que esa materia se
está “derritiendo” o fundiendo.
Vaporización
Es el paso de líquido a gas (vapor). Puede realizarse este cambio de estado para todos los
líquidos de dos formas distintas: por evaporación y por ebullición.
Los cambios de estado descriptos anteriormente, fusión y vaporización, pertenecen a los deno-
minados cambios de estado progresivos, para diferenciarlos de los regresivos, que se verifican
por pérdida de energía calórica, es decir por enfriamiento.
Son cambios regresivos la licuación o condensación, (paso de estado gaseoso a líquido) y la
solidificación (paso de estado líquido a sólido).
Las leyes en estos cambios de estado son semejantes a las de los cambios de estado progresivos
o también denominados directos.
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IV - III CALENTADORES
IV-III-I Introducción
Por diferentes razones operativas (varias tratadas en el presente trabajo), como pueden ser el
movimiento y almacenaje de los fluidos producidos por los pozos, para facilitar el bombeo de los
mismos hacia las plantas de tratamiento, optimizar diferentes problemáticas, o por requerimiento
del propio tratamiento; es necesario con frecuencia elevar la temperatura con la que ingresaron.
Para esto se utilizan equipos (“calentadores”) diseñados especialmente para que el fluido a ca-
lentar pase por su interior y absorba una determinada cantidad de calor que produzca un incre-
mento de su temperatura entre la entrada y la salida. Estos equipos generalmente están localiza-
dos en las Baterías y/o Plantas de bombeo o de tratamiento del petróleo y gas, pero también
pueden ubicarse en las líneas de conducción y en los oleoductos principales, donde funcionarán
como puntos de calentamiento intermedios en la conducción de los fluidos.
Desde el punto de vista de la seguridad, a fin de minimizar los riesgos de incendio, la ubicación
de los calentadores en los predios debe cumplir con una serie de normas y recomendaciones,
entre las cuales se puede citar que no deben ser colocados a menos de 45 metros de cualquier
tanque que contenga hidrocarburos y a menos de 15 metros de cualquier otro equipo.
Según sea la forma de hacer pasar el fluido a calentar por dentro del equipo, pueden clasificarse
los calentadores en “directos” e “indirectos”, con distintas aplicaciones y a utilizar en diferentes
puntos de calentamiento de los fluidos que se manejan en una batería.
IV-III-II Calentadores Directos
Son llamados así por que el fluido a calentar está en contacto directo con el tubo de fuego que
contiene en su interior la llama. La transmisión del calor se realiza en forma directa, dado que la
llama del quemador calienta el tubo de fuego y éste directamente al fluido con el que está en
contacto.
El cuerpo del calentador, debido a su diámetro y al espesor de chapa con la que está construido,
no puede soportar altas presiones y como el fluido circula por el interior del cuerpo, estos
equipos son utilizados al ingreso de las baterías colectoras o en el circuito interior, a la salida de
los separadores gas-petróleo por ejemplo y antes de los tanques de almacenaje.
La llama del quemador calienta el tubo de fuego, el que se encuentra alojado dentro de un
recipiente por donde circula el fluido a calentar. Éste ingresa al recipiente por la parte inferior y
sale por la superior, sin serpentinas ni tubos, y la transferencia de calor se realiza a lo largo de la
superficie del tubo, directamente al fluido.
Una característica importante del modelo “directo” que se puede señalar, es que tienen un mejor
aprovechamiento térmico, dado que la transmisión del calor es directa. Pero, si bien esto ofrece
ventajas de rendimiento en el aprovechamiento calórico, las condiciones de trabajo son más
peligrosas que los indirectos, dada la proximidad del contacto de la llama con los fluidos com-
bustibles. Además hay que tener en cuenta que se fabrican para baja presión por lo que no se
pueden instalar en líneas de conducción ni en oleoductos.
El hecho de que el fluido ingrese por la parte inferior y salga por la superior permite que, en el
caso que el flujo se interrumpa, siempre quedará dentro del recipiente un nivel suficiente.
Es conveniente colocar una válvula de retención a la entrada para impedir el retorno de los
líquidos y el vaciamiento del recipiente y asegurarse que la salida del producto tenga su conexión
sobre la parte superior del equipo sin que penetre dentro del recipiente.
Además, por tratarse de recipientes grandes, construirlos para presiones medias o altas puede
resultar muy costoso, por lo que trabajan a baja presión.
De todos modos se debe asegurar el óptimo funcionamiento y el periódico calibrado de la
válvula de seguridad.
El mismo efecto se producirá en el caso que el fluido producido contenga alto contenido de
arena (que pueda aislar el tubo) o en caso que se produzca el vaciado accidental del recipiente.
En las imagenes siguientes se pueden observar detalles del daño producido a los tubos de fuego,
por las incrustaciones aislantes mencionadas.
ASPECTO EXTERNO:
Deformación
ASPECTO INTERNO:
Deformación
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Además del control de la temperatura del cuerpo (la que dirigirá una válvula que permitirá o no
el ingreso de gas al quemador) y los indicadores de temperatura de entrada y salida del fluido,
será necesario un control (de corte) del nivel que ocupe el fluido que está circulando por el
interior del cuerpo, de modo que si se interrumpe el flujo y el nivel baja a un valor peligroso, se
accione este control e interrumpa el flujo de gas al quemador.
Desde ya que de ninguna manera se puede permitir vaciar el recipiente, porque incrementaría la
temperatura del tubo de fuego y, al no haber líquido en el interior para que transmita la tempera-
tura al sensor del termostato, éste no cortará el flujo de gas, con los resultados de la destrucción
del equipo y el alto riesgo de una explosión e incendio.
Uno de los factores mas importantes que influyen dentro del rendimiento y de la vida útil de un
calentador es la condición operativa del quemador. Debe estar bien centrado dentro del tubo de
fuego de manera de evitar que el frente de llama choque en algún lugar con las paredes del tubo
de fuego. Esto puede resultar muy perjudicial debido a que si existe alguna zona del tubo ex-
puesta directamente al frente de llama, se produce en ese punto una elevación de temperatura ,
además de una erosión muy intensa. Se puede llegar a la rotura con el peligro de explosión e
incendio.
También es muy importante limpiar la chimenea con cierta frecuencia, dado que en casos de
excesos de gas en los quemadores, o de mal trabajo del tiraje por chimeneas sucias, por fuerte
viento, por tubo de fuego sucio, etc., el gas puede salir hacia atrás del quemador y encender
afuera con el riesgo de incendio o accidente. Los sólidos dentro del tubo de fuego, concentrarán
en ese punto el calor de la llama más que en otros, generando una oxidación del metal más
acelerada que en otros lugares, pudiendo presentar problemas de roturas acortando la vida útil
del tubo. Esta última observación es válida para cualquier tipo de calentador.
Los calentadores indirectos pueden ser abiertos o cerrados, refiriéndose a la hermeticidad del
cuerpo y su contacto con el exterior.
b) Los cerrados trabajan bajo cierta presión de vapor, por lo que su temperatura superará
los 100°C y la regulación de la misma se podrá realizar a través de controlar la presión de
trabajo del cuerpo.
IV-III-IV Calentadores indirectos abiertos
En estos equipos, el fluido a calentar circula por dentro de un haz de tubos o “serpentín” ubicado
en el interior del cuerpo del calentador.
Funcionan con el cuerpo lleno de agua hasta un cierto nivel que cubre al tubo de fuego y la
serpentina (pueden estar equipados con una o dos serpentinas). La llama en el interior del tubo
de fuego calienta al tubo, y éste a su vez al agua contenida en el cuerpo del calentador.
El agua toma el calor y se lo transmite al fluido que circula por el interior de las serpentinas, por
lo que la transmisión del calor se hace en forma indirecta, sin contacto entre el fluido a calentar y
el tubo de fuego; de donde se origina el nombre de estos equipos (“indirectos”).
Considerando que el fluido circula por dentro de las serpentinas y éstas son construidas con
caños o tubos de acero de alta calidad, la presión a la que pueden ser sometidos estos tubos es
realmente alta, por lo que estos equipos son apropiados y se adaptan a cualquier tipo de uso,
especialmente en ductos y líneas de conducción que operan con altas presiones, ya que no es el
cuerpo sino la serpentina la que soportará la presión de los fluidos.
Se usan dos parámetros para especificar un calentador; el tamaño y el rendimiento del mismo.
El tamaño de los calentadores se expresa por un código de dos números; el primero de los
cuales es el diámetro de la carcaza y el segundo el largo del cuerpo, ambos expresados en pies.
Si se dice que el calentador es de 3 x 10 significa que tiene 3 pies de diámetro por 10 pies de
largo.
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El rendimiento de los calentadores expresan la cantidad de calor que son capaces de entregar, la
capacidad del quemador, de acuerdo al diseño y al tipo de quemadores con que están equipa-
dos. Este rendimiento se expresa en cantidad de calor, y se mide en BTU (unidad térmica
inglesa) o en kilocalorías.
La diferencia con el abierto consiste en que por el hecho de tener el cuerpo cerrado y bajo
presión, dentro del mismo existe un cierto valor mayor de presión de vapor, pudiendose aumen-
tar la temperatura sin que se efectúe le cambio de estado del agua, aumentando la cantidad de
calor que transfieren y consecuentemente la temperatura del fluido a calentar.
hasta 100 0
101.7 0,1
104.2 0.2
108.7 0.3
112.7 0.4
116.3 0.5
119.6 1.0
Si la presión de cámara fuera mayor a los valores indicados se deberá purgar el cuerpo del
calentador.
Existen también los generadores de vapor, los que se trabajan por sobre la temperatura de
ebullición del agua y bajo presión, a fin de que el vapor generado se traslade por serpentinas de
calentamiento en los equipos afectados, condensándose y retornando por gravedad.
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Todos los calentadores indirectos, abiertos o cerrados como ya se ha visto, tienen los
tubos de intercambio o serpentín sumergidos en agua. La calidad del agua será entonces de
suma importancia para la vida del calentador debido a que si contiene sales en exceso, se
producirán incrustaciones en los tubos perdiendo capacidad de transmisión del calor y si
tuviese exceso de oxigeno, este con las temperaturas que tendrá el equipo en funcionamien-
to, producirá una rápida oxidación en todos los metales acortando sensiblemente la vida
útil del calentador. Esta situación se corrige utilizando solamente agua potable para los
calentadores y además de bajo contenido de sales.
IV - IV COMBUSTION
Combustión es sinónimo de oxidación y, desde el punto de vista químico, consiste en la unión del
elemento oxígeno con un combustible, durante la cual se libera energía en forma de calor.
Los grados de la combustión varían ampliamente, conociéndose la combustión “lenta” u oxida-
ción en el sentido mas usual conocido, la combustión rápida y la muy rápida o “detonación”.
Puede ocurrir que no todo el combustible presente sea oxidado y participe de la combus-
tión, lo que daría por resultado una combustión incompleta y que parte del combustible se
pierda crudo por la chimenea arrastrado por los gases de la combustión.
Para que una combustión sea considerada completa, será necesario que el combustible
presente sea totalmente oxidado y se libere toda la energía interna, para lo cual es necesa-
rio contar:
El combustible utilizado en los yacimientos para los calentadores es siempre el gas natural
producido en los mismos, obtenido de pozos gasíferos o asociado a la producción de
petróleo y separado en las baterías. Como todo hidrocarburo, el gas natural es una mezcla
compleja de dos elementos, carbono e hidrógeno, combinados en distintas proporciones.
mientras que una combustión incompleta (por falta de la suficiente cantidad de oxígeno, por
ejemplo) estaría expresada por una fórmula como la siguiente:
1) insuficiencia de oxígeno;
Por lo tanto, si en los gases de escape se detecta presencia de CO (óxido de carbono) indica-
ría, por ejemplo, que el carbono no se está quemando íntegramente y que la combustión que se
está produciendo es incompleta por falta de suficiente oxígeno.
Los gases de escape pueden ser analizados (mediante un aparato denominado Orsat) a fin de
determinar el porcentaje en volumen de cada gas componente (por ejemplo la concentración de
CO2). También puede ser utilizado un analizador de oxígeno, a fin de verificar el porcentaje de
participación de este gas en particular. Estos ensayos son útiles para definir la mezcla óptima
necesaria y el grado de efectividad de la combustión.
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IV-IV-II Quemadores
Los quemadores de estos equipos son del tipo “inspirador”, es decir que el mismo flujo del gas,
actuando como flujo motor, induce a través de un tubo venturi, la entrada del aire del exterior.
4. boquilla de llama
El oxígeno necesario para la combustión es captado del aire y por lo tanto siempre estará
acompañado con otros elementos que forman parte del mismo, tales como el nitrógeno y el
vapor de agua, en cantidades variables según la temperatura ambiente y la saturación.
(En la composición del aire, el oxígeno participa en un 21% y el nitrógeno en un 79%).
Para obtener una combustión eficiente es muy importante lograr una muy buena regulación
de la mezcla aire - gas, lo que significa obtener una relación óptima entre el oxígeno
presente en el aire y el combustible utilizado.
Si se provoca una mezcla muy rica (defecto de aire, exceso de combustible - llama roja) no
se obtiene la cantidad de calor correspondiente a la cantidad de combustible, debido a que
no se quema todo el gas.
Si hay una mezcla pobre (exceso de aire - llama azul) sí se quema todo el gas pero el
exceso de aire presente arrastra parte del calor, entregado por el combustible, al exterior
por la chimenea, además de los efectos corrosivos del oxígeno libre sobre el tubo de fuego.
Como no es posible asegurar que cada una de las numerosas moléculas que componen el
combustible encuentre una molécula de oxígeno para combinarse con ella, aunque la rela-
ción esté químicamente equilibrada, es conveniente utilizar en la práctica una mezcla que
tenga cierto exceso de aire. En este caso se notará una llama azulada y levemente amarilla
en su frente y se notará presencia de oxígeno en los gases de escape. (El contenido de
oxígeno en los gases de escape no debe superar el 2%).
Si con el pasaje al máximo, la llama sigue siendo amarillenta, debe restringirse la entrada
de gas al quemador mediante el orificio ajustable.
Cuanto más fuertemente dispersado y mezclado con el aire esté un combustible, menos exceso
de aire será necesaria para lograr una combustión completa.
La presencia de oxígeno en los gases de escape puede determinarse con un equipo “anali-
zador de oxígeno”, que indica el porcentaje, en volumen, presente de este gas. El equipo previa-
mente se calibra, haciendo pasar por el mismo una corriente de aire; donde debe indicar 21%,
que es la participación del oxígeno en la composición del aire. Luego se hace pasar una corriente
de los gases de escape, tomada directamente de la chimenea del calentador, y se observa el
porcentaje indicado. Como se dijo anteriormente, el contenido de oxígeno en el escape no debe
superar un 2%, indicativo de estar utilizando en la mezcla con el combustible, un exceso de aire
adecuado.
Existen quemadores que no cuentan con aire primario regulable, sino que la mezcla es fija.
Generalmente son usados en quemadores hasta 500.000 BTU y el ajuste de la llama se hace con
la regulación del suministro del gas.
Los quemadores de mayores capacidades cuentan con regulación de aire, de manera que para
obtener una llama azulada, con frente amarillo, se trabaja con esta regulación, una vez en régimen
la entrada de gas. Si no es posible encontrar la coloración adecuada, será necesario restringir la
entrada de combustible, o cambiar el orificio del quemador.
Los circuitos de alimentación de gas a los calentadores son, en sus primeros tramos, muy simila-
res entre sí, cualquiera sea el tipo de calentador que deban alimentar.
Al ingresar, el gas pasa por una válvula manual de corte principal, generalmente de tipo esférica;
luego por un pequeño pulmón decantador y/o separador de líquidos primario y sistema de filtros,
a fin de realizar una primera purga antes del ingreso a las válvulas o accesorios. La presión de la
línea principal debe ser adecuada al valor con que trabajan los quemadores y además mantenida
constante dentro de un estrecho margen, lo que se logra con la instalación a continuación de los
filtros y decantadores, de una válvula reductora - reguladora, generalmente una tipo BIG JOE
Fisher 630.
Luego se produce una etapa de precalentamiento del gas, para lo cual se lo hace pasar por el
interior de la cámara o cuerpo del equipo.
MÓD. I - CAP. IV: Pag. 111
Material preparado para REPSOL-YPF
A partir de este punto los circuitos generalmente varían según sea el modelo del calentador.
En los calentadores abiertos el paso del gas al quemador es, generalmente, regulado según la
temperatura y el nivel del agua en el interior del cuerpo.
Para regular por la temperatura del agua, se utiliza generalmente una válvula automática
termorreguladora que corta el pasaje de gas cuando la temperatura del agua llega a un valor
prefijado.
Para regular de acuerdo al nivel del agua se agrega al anterior una regulación del pasaje de gas
según el nivel que ocupa el agua dentro del equipo, lo que se puede hacer con un controlador de
nivel tipo CMA 401, alimentando a una reguladora tipo DSG 7501.
En los calentadores cerrados, además de los controles anteriores, se instala un tercer elemento
que regula el paso del gas según sea la presión del cuerpo en la zona superior, zona de vapor,
donde se puede intercalar, en la línea de alimentación a los quemadores.