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La situación comunicativa

Todos los miembros de una comunidad lingüística no hablamos ni escribimos de la misma


forma, tampoco utilizamos la lengua del mismo modo en las diferentes situaciones
comunicativas.
Primeramente, cada persona puede escoger entre usar su variedad dialectal o estándar. En
segundo lugar, cada situación requiere el uso de un registro particular que está determinado
por el tema del que hablamos o escribimos (general o específico), por el canal de
comunicación (oral y escrito), por el propósito perseguido (informar, convencer, etc.) y por
la relación entre los interlocutores (formal o informal).
No utilizaremos las mismas frases o palabras si escribimos una carta a alguien o si
llamamos por teléfono para decirle lo mismo. Si querés informar a alguien seremos
objetivos e imparciales; sin embargo, si lo que pretendemos es convencerlo, seremos
subjetivos y parciales.
Si hablamos coloquialmente con hermano o un amigo, podremos decir palabras como joda,
zafar, birra, mientras que, si hablamos formalmente con un profesor, médico, etc., será
preferible decir fiesta, salvarse, cerveza. En el primer caso, la relación entre los
interlocutores es simétrica, en tanto que en el segundo es asimétrica.
Estas elecciones tienen también implicaciones importantes, puede que algunas personas
desconozcan el significado del término hipertensión, cardiopatía y podrían molestarse y
pensar que utilizamos palabras poco convenientes, e inadecuadas
La adecuación es la propiedad del texto que determina la variedad (dialectal/estándar) y el
registro (general/específico; oral/escrito, objetivo/subjetivo, formal/informal) que hay que
usar. Los escritores competentes, son adecuados y conocen los recursos lingüísticos propios
de cada situación. Saben cuándo hay que utilizar el estándar y también dominar los
diferentes registros de la lengua (por lo menos los más usuales).
Podemos concluir expresando que la situación comunicativa determina la utilización de
diversidad de tipos textuales, el uso de variables lingüísticas adecuadas al tema, al grado de
formalidad de los participantes, a su edad, profesión, etc.
Extraído del libro “Describir el escribir” de Daniel Cassany

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