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Alberto Hurtado en el noviciado de 

Chillán hacia 1923

Información personal

Nombre de nacimiento Luis Alberto Miguel Hurtado Cruchaga lechuga 

Otros nombres Padre Hurtado

Nacimiento 22 de enero de 1901


Viña del Mar, Chile

Fallecimiento 18 de agosto de 1952


(51 años)
Santiago, Chile

Causa de muerte Cáncer de páncreas

Sepultura Chile 

Nacionalidad Chilena
Religión Iglesia católica 

Lengua materna Español 

Familia

Padres Alberto Hurtado Larraín


Ana Cruchaga Tocornal

Familiares Miguel Cruchaga Tocornal (tío)

Educación

Educado en Pontificia Universidad Católica de Chile

Tesis doctoral Trabajo a domicilio (1923)

Información profesional

Ocupación Jesuita, sacerdote católico, abogado, periodista, sindicalista, profesor universitario, escritor

Cargos ocupados Apóstol 

Información religiosa

Beatificación 16 de octubre de 1994 por Juan Pablo II

Canonización 23 de octubre de 2005 por Benedicto XVI

Festividad 18 de agosto

Venerado en Iglesia católica

Patronazgo Niños pobres, trabajadores sociales, Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica


de Chile, FEUCA, Universidad Católica Cecilio Acosta1

Empleador Pontificia Universidad Católica de Chile 

Obras notables Anexo:Bibliografía de Alberto Hurtado 

Partido político
 Partido Conservador

Orden religiosa Compañía de Jesús

Firma

Luis Alberto Miguel Hurtado Cruchaga, venerado por la Iglesia católica como san Alberto


Hurtado (Viña del Mar, 22 de enero de 1901-Santiago, 18 de agosto de 1952), fue
un abogado y sacerdote jesuita chileno. Fue popularmente conocido por ser el fundador
del Hogar de Cristo. Es considerado el patrono de los trabajadores en Chile, copatrono (junto
con San Alfonso María de Ligorio) de la Facultad de Derecho y patrono de la Escuela de
Trabajo Social de su casa de estudios (Pontificia Universidad Católica de Chile), de
la Federación de Estudiantes de Ingeniería Química de la UCA y de la Pastoral Universitaria
de Mendoza en Argentina.
Fue beatificado por Juan Pablo II el 16 de octubre de 1994 y
posteriormente canonizado por Benedicto XVI en la plaza de San Pedro (Ciudad del Vaticano)
el 23 de octubre de 2005, cuando se convirtió en la segunda persona nacida en Chile —
tras santa Teresa de Los Andes— en ser elevada a los altares. Su fiesta se celebra el 18 de
agosto de cada año.

Emmanuel d'Alzon
Primeros años[editar]
Emmanuel d’Alzon nació en una familia aristocrática de Le Vigan. Su formación secundaria se
desarrolló en París (Colegios San Luis, luego Stanislas), e inició estudios de Derecho en la
facultad del Panteón.
En esos años se relacionó con los intelectuales católicos de la
época: Lamennais, Montalembert, Ozanam… interesados todos en reconciliar a la Iglesia con
el mundo moderno posrevolucionario. Renunciando a una carrera jurídica o militar, se orientó
hacia el sacerdocio. Ingresó primero en el seminario de Montpellier, pero completó su
formación como autodidacta en Roma. Fue ordenado sacerdote el 26 de diciembre de 1834.
De su antiguo maestro Lamennais retuvo algunas lecciones para la vida, en particular la
necesidad de que la Iglesia entrara en el movimiento de democratización y de libertad que
bullía por entonces en Europa.
Apóstol y fundador[editar]
Puso en marcha numerosas iniciativas pastorales, educativas y sociales en la diócesis de
Nîmes, de la que fue vicario general durante casi cuarenta años, desde 1839 a 1878. Declinó
repetidamente ser elevado al episcopado.
Su acendrada militancia en pro de la libertad de enseñanza le llevó a crear la Revue de
l’Enseignement Chrétien (1851), y fue incluso nombrado miembro del Consejo Superior de la
Instrucción Pública.
En 1843 se hizo cargo del Colegio de la Asunción, que poco después sería cuna de la
congregación de religiosos que funda en 1845 y a la que da precisamente el nombre
de Agustinos de la Asunción, pues para entonces ya había profundizado en San Agustín, y
había entablado una estrecha y duradera relación con María Eugenia de Jesús, fundadora de
la congregación docente de las Religiosas de la Asunción, dándose entre ambos una
fructífera interacción espiritual y apostólica.
La idea clave de su espiritualidad y de su proyecto apostólico es el Reino de Dios. Adveniat
Regnum Tuum (Venga tu Reino) es la divisa de la Asunción y el significado del ART, logo de
la misma. La suya es una espiritualidad cristológica de alta mar, de hoguera, apasionada; y en
clave agustiniana.
Los objetivos apostólicos que d’Alzon señala a sus religiosos Asuncionistas son:

 la educación, para formar cristianos capaces de asumir responsabilidades en la


sociedad;
 la prensa, para la creación y difusión de una opinión pública católica con
participación de los cristianos en los debates políticos y sociales (funda La Croix
Revue, que pronto se convertiría en el actual diario La Croix);
 la animación de peregrinaciones, como manifestación pública de la fe;
 la creación de orfanatos y otras obras sociales;
 la animación de seminarios menores y obras vocacionales;
 el trabajo por la unidad de los cristianos, en particular el diálogo con los
Ortodoxos.
Precisamente para sus obras ecuménicas y sociales en el Oriente europeo fundó también la
congregación misionera de las Oblatas de la Asunción (1865).
El P. d’Alzon falleció en Nîmes el 21 de noviembre de 1880 (y en 1991 fue declarado
«Venerable» por el Papa Juan Pablo II).
Sus hijos Pernet y Picard, en pos de él, fundarán otras congregaciones femeninas con
objetivos precisos: Hermanitas de la Asunción para la atención a los estratos sociales más
necesitados, y Orantes de la Asunción, la rama contemplativa de lo que había llegado a ser
“la Familia de la Asunción”.

EL VENERABLE PADRE MANUEL D'ALZON


FUNDADOR DE LOS RELIGIOSOS ASUNCIONISTAS
* 30 de Agosto de 1810 - † 21 de Noviembre de 1880

Nace el 30 de agosto de 1810, en Le Vigan (Gard, sur de


Francia). Sus padres son Henri Daudé
d'Alzon y Jeanne-Clémence de Faventine, familia
aristocrática. El día 2 septiembre del mismo año es
bautizado con el nombre de Manuel José María
Mauricio. El Padre D'Alzon celebraba con gran
esmero y recogimiento el día de su bautismo porque,
decía, “era el día de su verdadero nacimiento”.
Ordenado sacerdote a la temprana edad de 24 años,
desde muy joven se entrega a Cristo y a la Iglesia para
servir a la causa de Dios y hacer llegar su Reino. Su
vida entera fue de una actividad sin límites.
Fue Vicario General de la Diócesis de Nîmes, un predicador y confesor, y sin embargo,
encontró tiempo para pasar horas en la oración y escribir miles de cartas y artículos sobre
una amplia variedad de temas que afectan a la Iglesia de su tiempo. Se unió a cada batalla
entre Dios y la Iglesia. Como director de la escuela que él fundó en 1844 (Collège de
l'Assomption en Nîmes), luchó por la libertad académica y todavía encontraba tiempo para
formar a sus discípulos en el espíritu de la Asunción. Misionero incansable, torrente de
iniciativas que madura con otros que se sintieron atraídos por su fe y el dinamismo.
Desinteresado y enérgico, a la vanguardia de todos los proyectos destinados a los fines de
Dios. Espíritu vigilante, detecta las necesidades y encuentra las respuestas inéditas
apropiadas. Amplió su campo de acción desde el sur de Francia a todo el país galo, y de
Francia a Europa y más allá. "Venga tu Reino" era su lema y su pasión, sello que le dio a
su joven congregación, los Agustinos de la Asunción, que fundó en la Navidad de
1845. Su obsesión fue ver a Jesús amado por cada hombre y mujer. Como hombre de su
tiempo, muy distinto del nuestro, arremete con vigor contra los adversarios de Dios. Su
combate permanente fue la defensa de los derechos de Dios pisoteados por un Estado
que alardeaba de laico. Este celo se enciende en un fuego interior: Manuel d'Alzon está
como fascinado por el amor de Dios. El ultraje a su majestad y a la bondad divinas le
resulta insoportable. Desbordante de ternura para con Jesús y María, contempla una y otra
vez su vida concreta para entrar en sus actitudes e imitar sus virtudes. Este apego se irá
fortaleciendo y purificando con los años y con los padecimientos de toda clase. Manuel
d'Alzon se dejó cautivar cada vez más por Jesucristo, entregándose a Él para darlo a los
demás. Su dedicación total a la Iglesia le ayudó a comprender sus misterios más
profundos. Sus divisiones le duelen profundamente. La unidad de la Iglesia fue su bandera
de lucha. En consecuencia, se mantuvo siempre fiel al Papa, el símbolo de esa unidad. La
actitud del Padre D'Alzon, el “San Pablo del siglo XIX” como alguien le llamó en su país, se
debió a su amor a la Iglesia, la “Esposa de Cristo”. Entregó este sentido de la Iglesia a su
Congregación, cuya piedra angular es Cristo, y el objetivo y el lema son la extensión del
Reino de Dios. En esta misión, los Agustinos de la Asunción han recurrido a todo el
arsenal de la fe: la educación, la predicación, publicaciones, investigaciones, obras de
caridad y misiones en el extranjero. En 1862, decide luchar por traer de vuelta al redil a los
disidentes de la Europa del Este. En 1865 funda las Oblatas de la Asunción. En 1871
crea el primer seminario menor para hijos de pobres. Al año siguiente funda la Asociación
Notre-Dame de Salut. Durante los últimos años de su vida luchó además por el
reencantamiento de la clase trabajadora urbana que se estaba apartando de la Iglesia.
Muere el 21 de noviembre de 1880. En 1991 es proclamado “venerable” por el Papa Juan
Pablo II.

“Si Jesucristo es la piedra angular de la Iglesia, desligarse de


Jesucristo es desligarse de la Iglesia, y adherirse a Jesucristo, adherirse a la Iglesia. No
puedo amar a Jesucristo sin desear que le amen todas las criaturas, he aquí el
fundamento de lo que debe constituir el carácter apostólico de mi vida”. (Padre Manuel
d'Alzon, fundador de los Religiosos Asuncionistas y de las Oblatas de la Asunción)

DEO DATI: que significa “entregados a Dios” lema de la familia del


Padre Manuel d´Alzon. “Venga Tu Reino”: lema de la Congregación Agustinos de
la Asunción. Dos estrellas: las cuales representan a María de Lourdes Patrona de
la Provincia Andina y María de la Asunción Patrona de la Congregación.

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