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San Agustin nació en Africa del Norte en 354, hijo de Patricio y Santa
Mónica. El tuvo un hermano y una hermana, y todos ellos recibieron una
educación cristiana. Su hermana llegó a ser abadesa de un convento y poco
después de su muerte San Agustín escribió una carta dirigida a su sucesora
incluyendo consejos acerca de la futura dirección de la congregación. Esta carta
llego a ser posteriormente la base para la “Regla de San Agustín”, en la cual San
Agustín es uno de los grandes fundadores de la vida religiosa.
VIRTUDES:
1. Caridad fraterna
2. Fe en Cristo y la Iglesia
3. Perseverancia por la gracia
4. Paciencia frente al hermano
SANTA MONICA
VIRTUDES:
1. Fe en el poder de la oración
2. Coherencia de vida y ejemplo
3. Saber reconciliar a los que están reñidos
4. Fortaleza para saber soportar la tribulación
SAN NICOLAS DE TOLENTINO
Cuando ya se estaban agotando sus días, alguien le preguntó “Padre, ¿por qué
está tan alegre y contento?” EL P. Nicolás respondió “Porque mi Dios y Señor
Jesucristo, acompañado de su Santa Madre y de mi Santo Padre Agustín, me está
diciendo: ¡Vamos! Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor”.
Fue canonizado por el Papa Eugenio IV el 5 de junio del año 1446, solemnidad de
Pentecostés.
VIRTUDES:
1. Austeridad de vida
2. Caridad hacia los pobres y enfermos
3. Alegría en la vida de comunidad
4. Desprendimiento frente a los biens materiales
SANTA RITA DE CASIA
Pocos santos han calado tanto en la devoción del pueblo como Rita de
Casia, modelo de esposa, madre, viuda y religiosa, nació en Roccaporena (Italia),
a pocos kilómetros de Casia, el año 1380 ó 1381.
Virtudes
Oración incansable
Amor incondicional a Dios
SAN EZEQUIEL MORENO
Nació en Alfaro, ciudad agrícola de La Rioja (España), el 9 de abril de 1848.
Vistió el hábito religioso en el convento de los agustinos recoletos de Monteagudo
(Navarra) en 1864 y profesó como religioso el 22 de septiembre de 1865.
Enviado a Filipinas, el 2 de junio de 1871 fue ordenado sacerdote en
Manila. El Capítulo Provincial de 1885 le nombró prior del convento de
Monteagudo. Concluido el mandato, se ofreció voluntario para restaurar la
Provincia recoleta de La Candelaria en Colombia. Conocido por su celo misionero
y sus virtudes, fue nombrado Vicario Apostólico de Casanare y consagrado obispo
en 1894. El 10 de junio de 1896 tomó posesión de la diócesis de Pasto, que
abarcaba todo el sur del país.
Su ministerio episcopal no fue precisamente tranquilo hasta el punto de
presentar la renuncia al Papa León XIII. Al no serle aceptada, volvió a su diócesis
donde le esperaban los horrores de una cruel guerra civil y un periodo de
anticlericalismo y de hostigamiento a la Iglesia católica. Enfermo de cáncer, y a
petición de sus diocesanos, regresó a España donde fue sometido a varias
intervenciones quirúrgicas soportadas de forma heroica. Murió en Monteagudo el
19 de agosto de 1906, a la edad de cincuenta y ocho años.
Beatificado en 1975 por el Papa Pablo VI, Juan Pablo II lo canonizó en
Santo Domingo (República Dominicana) el 11 de octubre de 1992, en el marco de
la clausura del V Centenario de la evangelización de América Latina. “San
Ezequiel Moreno, con su vida y obra de evangelizador –afirmó Juan Pablo II– es
modelo para los pastores, especialmente para los de América Latina, que bajo la
guía del Espíritu Santo quieren responder con nuevo ardor, nuevos métodos y
nueva expresión a los grandes desafíos con que se enfrenta la Iglesia
latinoamericana”.
SAN ALONSO DE OROZCO
Nació en Oropesa, provincia de Toledo (España) el 17 de octubre del año
1500. Enviado a la Universidad de Salamanca, se sintió atraído por el ambiente de
santidad del Convento San Agustín y entró en la Orden en 1522.
Un año más tarde, profesó en manos de santo Tomás de Villanueva. Junto con
otros religiosos – sobresalientes en ciencia, santidad y celo apostólico -, forma
parte de un grupo granado de agustinos que se mueven cronológicamente en el
siglo XVI y escriben uno de los capítulos más gloriosos de la historia de la Orden
Agustiniana.
Ordenado sacerdote, ocupó diversos cargos que sirvieron para poner de
relieve su carácter magnánimo y comprensivo. En 1554, siendo superior del
convento de Valladolid fue nombrado predicador real por el emperador Carlos V y,
al trasladarse a la Corte a Madrid, pasó al convento de san Felipe el Real y
continuó en el mismo oficio bajo el reinado de Felipe II. El llamado “santo de san
Felipe” murió en 1591 en el Colegio de la Encarnación o de doña María de
Aragón, hoy sede del senado español.
Escribió numerosas obras de carácter ascético y teológico en las que
demuestra su espíritu contemplativo, su alta valoración de la Eucaristía hasta el
punto de recomendar ya en aquel tiempo la comunión diaria, su filial devoción
mariana y su amor a la Orden Agustiniana. Conocía bien a san Agustín y en sus
escritos y sermones abundan las citas del obispo de Hipona. Quiso ser misionero
y acompañar al grupo de connovicios que embarcaron como evangelizadores
hacia el nuevo mundo. En 1547 – durante la travesía hasta Canarias – enfermó y
los médicos le recomendaron que regresara a la península.
En el cuadro de los autores espirituales agustinos, Alonso de Orozco es el
más fecundo y más leído de los escritores en su siglo. Sus obras, escritas en
castellano y en latín, fueron reeditadas y traducidas a distintas lenguas. A través
de su extensa producción de literatura espiritual se puede comprobar la solidez de
su doctrina. En ella se revela como maestro de oración, atento – al mismo tiempo
– a las necesidades de los menesterosos.
Otro aspecto a subrayar en la biografía de Alonso de Orozco es su
actividad como fundador de conventos de agustinos y agustinas, y reformador de
la vida religiosa. “La vida común y unidad fraternal de la Orden debe ser amada y
seguida, porque es buena y provechosa para amar y servir a Dios de todo
corazón”, escribió San Alonso (Instrucción de religiosos).
Beatificado por el Papa León XIII el 15 de enero de 1882, fue canonizado el
19 de mayo de 2002 por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro de
Roma. Sus restos reposan en la capilla del convento de agustinas contemplativas
que lleva su nombre, en la calle La Granja de Madrid