Está en la página 1de 18

Clotario Blest.

Antihistoria de un luchador

IGLESIA JOVEN

"Por una Iglesia junto al pueblo y su lucha."

Desde la década de 1960 en toda Latino-américa comenzó a explotar el descontento contra la posición de
la Iglesia Católica en relación a su posición social. Esta rebelión fue adquiriendo, poco a poco. más fuerza y
adeptos. Libros, folletos, volantes y prédicas de sacerdotes crearon gran preocupación en la Jerarquía
Eclesiástica.

En Colombia la prensa clasificó este hecho como: "La Rebelión de las Sotanas"; en Argentina fue tildado de
"Sacerdotes Rebeldes"; en México de "Cristianos Díscolos" y en Chile se autodenominaron "Iglesia Joven".
Aunque en los demás países no tuvo nombre propio, su presencia y acciones fueron notorias. Hasta en
Europa y Estados Unidos estas inquietudes tuvieron eco.

Paulo VI desde El Vaticano exclamaba: "La iglesia está atravesando un período de autodestrucción. Confío
en que Jesucristo llevará a su barca por buen rumbo" "Parece existir un fermento carismático en la actitud
de los católicos." (1)

Los adherentes respondían: "Hay un Dios que matar y un Dios que seguir y buscar." (2) "Es un grito de
angustia, de respuesta a una Iglesia que oprime y aplasta." (3) "La pobreza, la libertad, el servicio, la
comprensión abierta y audaz son los valores que deben cambiar el rostro de la Iglesia." (4)

"La Iglesia Católica, a través de los tiempos (excepto en los primeros siglos de nuestra era) ha estado
coludida e identificada con los ricos y poderosos y hoy también lo está" (5) "El objetivo de la Iglesia es unir a
los cristianos que ante todo quieren vivir el Evangelio junto a sus hermanos de oprimidos." (6)

Durante tres años que duró el movimiento llamado "Iglesia Joven" en Chile, muchos fueron los manifiestos,
declaraciones y documentos y aún revistas que tratan de definir, explicar y aclarar lo que se consideró en
ese tiempo como una revolución dentro de la Iglesia.

El Cardenal Raúl Silva Henríquez, defendiéndose ante los ataques de la iglesia tradicional y de la derecha
expresaba en el canal nueve de televisión: "La crisis por la que atravesamos no es vital, sino de
crecimiento. Existen disensiones dentro de marcos básicos, no luchas de fondo." En sus Memorias,
recopiladas por Ascanio Cavallo en el diario La Época de febrero de 1991, el Cardenal dice: "Tuve una
opinión dura respecto a la acción de la "Toma de la Catedral". Sin embargo, y porque ellos, representaron la
emergencia de fuerzas descontroladas en nuestra Iglesia, también vi en su acto la señal de nuestros
defectos: No hemos sido humildes, pues creíamos que nuestra Iglesia era la mejor de todas." (7)

El movimiento Iglesia Joven nace oficialmente el 11 de agosto de 1968 cuando un grupo de sacerdotes y
laicos se toman la Catedral. Dentro del grupo de laicos, todos jóvenes no mayores de 30 años, se
destacaba un viejo de pelo blanco: Clotario Blest.

"-¿Por qué participó usted en ese acto? ¿No significaba eso una rebelión abierta contra la Jerarquía
Eclesiástica?"

-"Participé porque queríamos una Iglesia para el pueblo, como en el Evangelio, viviendo en pobreza su
sencillez y sus luchas. Esta actitud no fue dirigida contra la doctrina de la Iglesia Católica, sistematizada en
sus dogmas milenarios, sino que en contra de métodos, estructuras y procedimientos que la han
identificado ante el pueblo y la masa trabajadora, en acciones comunes y contubernio con el régimen
capitalista y sus personeros. La Iglesia Joven no tuvo una larga vida, sólo tres años, pero nuestras
acciones, nuestros artículos y discursos tuvieron repercusión, eco, y se divulgaron nuestras intenciones.
Hasta el Cardenal comenzó a darse cuenta, vea usted, hoy día como encabeza la Vicaría de la Solidaridad
en su lucha contra la tiranía." (8)
ANTECEDENTES HISTÓRICOS, POLÍTICOS Y RELIGIOSOS

El escritor brasileño, radicado en París, Michael Lowy, explicando el origen de la filosofía de la Teología de
la Liberación, indica:

"El marxismo ha sido constantemente reinterpretado en Latinoamérica a partir de las tradiciones culturales
indígenas y africanas, más las creencias religiosas de) pueblo. Los héroes Tupac Amaru, Martí y Sandino
son raíces vivas de nuestro continente. En los años 20, el que sintetiza todas estas corrientes es José
Carlos Mariátegui, el filósofo peruano que, sin duda, es el más grande pensador marxista latinoamericano:
original, auténtico, un marxista romántico latinoamericano." (9)

Las postrimerías de la década de 1960 estuvieron marcadas por un signo especial: aires renovadores
contra las viejas estructuras soplaban en todas partes, tanto al este como al oeste. Europa, Norteamérica y
Asia se estremecían con estos aires. El mundo socialista, sería protagonista de una lucha incansable contra
el dogmatismo y burocratismo, como aconteció en China y Checoeslovaquia. América Latina estará
conmovida y expectante con la Revolución Cubana y la Alianza para el Progreso.

La Iglesia Católica no podía quedar al margen de estos signos de cambio. Será el Concilio Vaticano II el
encargado de modernizar a la Iglesia de Cristo. El Papa Juan XXIII declara: "Hay que abrir las ventanas
para que entre aire fresco." En Chile, sin embargo, la Iglesia Católica no activa la nueva política pastoral
acorde a las circunstancias históricas, pese a que el Sínodo de Santiago celebrado en 1967 se
comprometió a implementarlo a corto plazo.

Esta situación, sumado el hecho de la desmoralización que ha producido en amplios sectores estudiantiles,
obreros y campesinos la "Revolución en Libertad" y la cercanía del Congreso Eucarístico de Bogotá,
motivará la aparición de un movimiento explosivo y polémico que buscará el rejuvenecimiento de la Iglesia
mediante un nuevo modelo, desprendido de la cultura tradicional y ligado a las luchas populares. Esta
corriente reformadora católica, estuvo influenciada por los escritos del uruguayo Juan Carlos Zaffanov, del
teólogo belga Joseph Comblin. También por las publicaciones Vísperas y Onis del Perú que eran
comentadas y analizadas por vastos grupos de cristianos. Dos figuras históricas, trágicamente muertas en
esos años, pasarán a ser los líderes simbólicos del movimiento, el comandante-médico Ernesto Che
Guevara y el sacerdote-guerrillero colombiano Camilo Torres. La revista del movimiento que se editaba en
la casa de Clotario pasará a llamarse: Hombre Nuevo (10) y la imagen del Che presidirá la portada del
primer número. Camilo Torres, será para los sacerdotes jóvenes de izquierda el mártir y héroe cuya vida y
mensaje hay que imitar.

EL LÍDER DE LA IGLESIA JOVEN

La "rebelión de las sotanas" en América Latina fue encabezada por el colombiano Camilo Torres Restrepo,
que se convirtió en el líder de todas las izquierdas de su país, desde comunistas pekineses hasta católicos
reformistas. Es un sociólogo de 37 años, con formación en la Universidad de Lovaina en Bruselas y,
catedrático de la Universidad de Colombia. Desde su tribuna en el aula, y ante cualquier auditorio, nunca
ocultó sus ataques a los sectores conservantistas de su país, exclamando que "un verdadero cristiano debe
colaborar con todos aquellos revolucionarios que se proponen cambiar las actuales estructuras sociales
injustas y opresoras". Después de múltiples entredichos con la jerarquía eclesiástica colombiana, el padre
Torres decidió pedir ser relevado de sus obligaciones sacerdotales.

"En la estructura actual de la Iglesia, se me ha hecho imposible continuar el ejercicio de mi sacerdocio en


los aspectos del culto. Sin embargo, el sacerdocio cristiano no consiste únicamente en la celebración de los
ritos externos. La misa, que es el objetivo final de la acción sacerdotal, es una acción esencialmente
comunitaria. Pero la comunidad cristiana no puede ofrecer en forma auténtica el sacrificio si antes no ha
realizado, en forma efectiva, el precepto del amor al prójimo.

"Yo opté por el cristianismo por considerar que en él encontraba la forma más pura de servir a mi prójimo.
Fui elegido por Cristo para ser sacerdote eternamente, motivado por el deseo de entregarme, tiempo
completo, al amor de mis semejantes.

"Estimo que la lucha revolucionaria es una lucha cristiana y sacerdotal. Solamente por ella, en las
circunstancias concretas de nuestra patria, podemos realizar el amor que los hombres deben tener a sus
prójimos."

En su Plataforma Latinoamericana de Acción Popular, que él diera a conocer en mayo de 1965 en Bogotá,
propugna la necesidad de tomarse el poder político como medida indispensable para que sean las
mayorías quienes produzcan las decisiones políticas, ya que no puede esperarse que las actuales minorías
que lo detentan "tomen decisiones que afecten sus propios intereses ni los intereses extranjeros a los
cuales estén ligadas". (11)

Si mientras vistió la sotana el padre Torres Restrepo hizo erizarse de horror a la jerarquía eclesiástica
colombiana, sus actuaciones posteriores lo convirtieron en un proscrito a quien la prensa de su país llamó
"cura comunista" o "idiota útil al comunismo". Sus superiores. temerosos de su influencia demoledora, lo
fueron alejando poco a poco de sus funciones sacerdotales, para que no interviniera en la política activa.
Fue enviado a estudiar a Bélgica. Cuando regresó en mayo de 1965, fue recibido por una multitud de
estudiantes ante los cuales lanzó su programa revolucionario:

"Los partidos políticos al dividir la sociedad colombiana verticalmente y al agrupar en las luchas electorales
a la clase popular en fracciones antagónicas por sentimiemos y tradiciones opuestos, impidieron la
formación de un partido de clase. La ausencia de este partido aseguraba los privilegios sobre la clase
mayoritaria y popular. La exigencia del conformismo es el instrumento de control más eficaz de una clase
privilegiada minoritaria sobre una clase mayoritaria desvalida." (12)

A fines de junio de 1965, cambió la sotana por un traje negro y una camisa del mismo color, sin corbata, y
se lanzó a la política activa. Dio conferencias en sindicatos, centros estudiantil; y en todo lugar donde se
solicitara su presencia. Sacó un periódico, Frente Unido, que su propia madre salió a vocear a las calles,
convertida en una prosélita suya más.

El 8 de noviembre desapareció misteriosamente de Bogotá. Se sospechaba que hubiera ido definitivamente


a las guerrillas, en las montañas, pero nadie lo sabía con certeza, hasta que el 8 de enero del año siguiente
comenzó a llegar a los periódicos bogotanos y a diversas personalidades políticas una circular firmada por
el ex sacerdote Camilo Torres y dos dirigentes del Ejército de Liberación Nacional, Fabio Vásquez Castaño
y Víctor Medina Morón. Cada carta iba acompañada de una foto donde aparecían los tres firmantes en
tenida de milicianos.

"Todo revolucionario sincero tiene que reconocer la vía armada como la única que queda -decía en una de
sus partes-. Sin embargo, el pueblo espera que los jefes. con su ejemplo y con su presencia, den la voz de
combate. Todos los colombianos patriotas debemos ponernos en pie de guerra -continuaba
amenazadoramente-. Poco a poco irán surgiendo jefes guerrilleros experimentados en todos los rincones
del país. Mientras tanto, debemos estar alertas. Debemos recoger armas y municiones, Buscar
entrenamiento guerrillero. Conversar con los más íntimos. Reunir ropas, drogas y provisiones para
prepararnos a una lucha prolongada." Y concluía con el grito de guerra: "¡Ni un paso atrás....! ¡Liberación o
muerte!"

Fue muerto en combate y enterrado por orden del Ejército, y nadie sabe donde yace su cadáver. Sin
embargo, su deceso trajo el florecimiento de un fuerte movimiento de católicos de avanzada. El nuevo
cabecilla pasó a ser un franciscano de 26 años; Eduardo Aranjo Trujillo. (13)

NACE LA IGLESIA JOVEN EN CHILE

A cargo de la Iglesia Católica en Chile estaba el Cardenal Raúl Silva Henríquez que había sido un ferviente
partidario de las reformas que impusieron en el Concilio Vaticano II. Sin embargo, deberá enfrentarse en
Chile a graves problemas doctrinarios que estuvieron a punto de producir un cisma en los católicos.

Desde el Concilio se nota claramente la posiciones de dos tendencias. En Chile el enfrentamiento estalla
por la visita que efectuará el sucesor del Papa Juan XXIII, Paulo VI a Colombia. Por primera vez un Papa
llega a territorio latinoamericano. "¿A qué viene el Papa? ¿A bendecir la miseria, el dolor? ¿A predicar la
paciencia en la injusticia? ¿O viene como otro Cristo, a denunciar la injusticia bajo todas sus formas, a
comprometerse con los pobres que sufren, a gritar a los ricos la verdad del evangelio? Si esto último
hiciera, y así lo esperamos todos los cristianos de América Latina, lo matarían como otro Camilo Torres o
por lo menos lo harían callar." (14)

Estas interrogantes expresadas en una carta pública por el sacerdote español, párroco de una barriada en
Santiago, Paulino García, encuentra un gran apoyo en un grupo de religiosos, estudiantes y sindicalistas,
provenientes de la Juventud Obrera Católica. Semanas después de este conglomerado pasa a
denominarse, "Iglesia Joven". El Cardenal presintiendo el conflicto que podía desatar la falta de respeto a la
autoridad papal por parte de este grupo, ordena a sus vicarios que convenza a los disidentes de la
inconveniencia de sus palabras. El llamado del prelado es rehusado en una franca actitud de rebeldía.

No es extraño, pues, que en ese clima haya surgido otro grupo que también buscó en los obispos el chivo
expiatorio para las dificultades que surgían en la Iglesia. Así, a fines de julio, la Sociedad de Defensa de la
Tradición, Familia y Propiedad (TEP), más conocida con el nombre de "Fiducia", difundió una declaración
titulada: Reverente y filial mensaje a su Santidad el Papa Paulo VI. (15)

Patricio Larraín, presidente de Fiducia, entrevistado explica su posición: "El mensaje que haremos al llegar
a su Santidad, es el denunciar como el comunismo desarrolla actividades en Chile, para transformar a una
nación católica en una vil colonia de Moscú, Pekín o La Habana: manifestando por esto, públicamente y con
toda energía la execración del comunismo, porque el sistema en que se apoya es ateo, materialista y
amoral; porque su régimen social totalitario niega la familia, la propiedad individual y la legitimidad de una
armoniosa jerarquía de clases." (16)

Acusaba esta declaración, además, a la revista Mensaje, al "Centro Belarmino" y a "Desal", pidiendo con
rapidez que sea eliminada enteramente la acción eclesiástica y laica pro-comunista.

"Hasta entonces, "Fiducia" no era conocida más que por la edición clandestina de un libro llamado: Frei el
Kerensky chileno, escrito por el abogado brasileño Favio Xavier da Silveira." (17) Este movimiento formado
por una centena de jóvenes de extracción universitaria y acomodada, cuyos inspiradores vivían en Brasil,
se distinguían por su indumentaria medieval: traje negro, pañuelos amarillos y un gran escapulario de la
Virgen de Fátima. De pelo muy corto, haciendo contraste con el largo cabello de moda en la juventud de la
época, se colocaban en las esquinas de las arterias principales, voceando sus consignas y repartiendo
panfletos. Ninguna mujer integraba el grupo y entre sus postulados estaba el de castidad.

Según el Cardenal, "el comunicado de "Fiducia" se imprimió como inserción en varios diarios y revistas y se
distribuyó a través de todo el país. El Obispo Alfredo Cifuentes, que ya estaba jubilado, fue el único que le
dio cierto reconocimiento. por medio de una carta. Para despejar equívocos, mi Obispo Auxiliar Fernando
Ariztía, emitió una declaración condenando la actitud de este grupo, afirmando que conversaría con los
miembros de la TFP si así lo deseaban. Pero estos replicaron con un agresivo comunicado en que
sostenían que la iglesia de Santiago se cerraba al diálogo..." (18)

En ese invierno la Iglesia Joven inicia sus actividades públicas al realizar una estruendosa protesta en
contra de la construcción del Templo Votivo de Maipú, al que consideraban un lujo que provocaba
inútilmente a las clases desposeídas.

LA TOMA DE LA CATEDRAL

La ocupación del principal templo de la capital de Chile por más de 200 personas, entre sacerdotes y laicos,
dirigidos por Clotario Blest el 11 de agosto de 1968 fue la acción de más impacto que realizó la Iglesia
Joven.

Semanas antes Blest reunió en su casa a los responsables de los diversos componentes de este
movimiento con el fin de diseñar el plan de la ocupación de la Catedral. La idea era causar tal impacto en la
sociedad que los medios de comunicación no pudieran silenciarlo. Clotario que era el único viejo de los
llamados Iglesia Joven, nos relata el episodio: "Como nuestra posición no trascendía y como no
contábamos con radios, televisión o periódicos que dieran a conocer nuestros ideales de una Iglesia junto al
pueblo y sus luchas, decidimos tomarnos La Catedral, símbolo de la Iglesia. Tramamos la acción
detalladamente, para no fracasar en nuestro intento. Decidimos por lo tanto, que un grupo de cincuenta
personas entrarían a las oficinas parroquiales el día anterior, cerca de las seis de la tarde. Los canónigos,
que sabían de nuestros propósitos, creyeron que la toma se había reducido a esas oficinas, así que cuando
después de dos horas de charla se despidieron, los canónigos quedaron complacidos. Lo que no se
imaginaron es que 20 de los 50, sigilosamente, se escondieron en una escalera interior de un entrepiso. La
operación "Toma de la Catedral" había comenzado. En la madrugada llegamos los demás y como sabíamos
que el templo estaría rodeado de policías, inventamos una pelea entre cuatro muchachos en la plaza. El
incidente, como era obvio, atrajo a los carabineros que en gran número trataron de disolver el pugilato.
Aprovechamos ese momento para ingresar tranquilamente a la Catedral." (19)

El periodista Fernando Reyes Matta añade otras anécdotas sobre este hecho:
"Hace dos semanas dos turistas españolas llegaron a la Catedral. Manifestaron su curiosidad por verlo
todo, hasta los patios interiores. Allí se desmayó una de ellas, las condujeron hasta las oficinas interiores
para que se repusieran. Pero ni el desmayo ni las turistas eran reales. Se trataba de dos monjas que
cumplían el primer paso de la operación "toma de la catedral". Su objetivo era hacer un plano del edificio.
Este plano fue fundamental para que un grupo de laicos se tomara la Catedral. provocando el mayor
remezón registrado en la historia de la Iglesia chilena." (20)

Luis Torres Acuña, hoy rector de la Universidad Arcis y en ese entonces un joven estudiante de segundo
año de Periodismo de la Universidad Católica, me entrega su testimonio: "Yo tenía una sólida formación
católica, había estado interno en el Liceo Alemán de Los Angeles, regido por curas muy estrictos. Cuando
regresé a Santiago pertenecí al Movimiento Juvenil Cristiano, inspirado en Michel Quois: "La oración que
vale es la que uno construye"; "Debemos acercarnos al hombre cotidiano". Para mi la misa había perdido
autenticidad, me sentaba en la última fila y criticaba la frivolidad, el mecanicismo y ramplonería del rito.
Escribía el diario mural de mi parroquia y allí exponía mis dudas y disgustos. El año anterior, junto a otros
dos estudiantes, fuimos los encargados de tomarnos la Facultad de Periodismo, cuando se impuso la
reforma universitaria liderada por Miguel Ángel Solar. Quizás por todos estos antecedentes fui seleccionado
para la acción previa, los "adelantados" que debíamos ser 20, pero sólo se presentaron 19, que facilitarían,
al abrir las puertas por dentro, la entrada de los 200 que se tomarían al amanecer la Catedral. Todo fue
programado con anticipación. Cuando nos despedimos de los canónigos, ellos se quedaron tranquilos. Lo
que no supieron es que 19 permanecimos escondidos en el entrepiso. Patricio Hevia era nuestro guía,
estábamos todos como poseídos por esta misión que considerábamos trascendental. En círculo y en voz
baja nos fuimos presentando, yo dije: Soy Luis Torres, estudiante de la Universidad Católica, calzo 41.
Después nos dividimos las tareas, algunos limaron las cadenas de las rejas, otros colocaron cera en las
bisagras de las puertas para evitar todo ruido. Atravesamos el patio y así llegamos a la sacristía. Al entrar,
en pleno silencio sonaron ruidosamente unas campanadas, creímos que nos habían descubierto y estaban
alertando a los demás curas, nos tranquilizamos cuando nos dimos cuenta que era un reloj antiguo que
indicaba las dos de la madrugada. Al prender nuestras linternas nos enfrentamos con los inmensos retratos
de los deanes que con su mirada severa parecían criticar nuestra violación de ese lugar sagrado. ¡Por fin
entramos al templo!. Dentro de dos horas, o sea a las cuatro, entreabríamos las grandes puertas, para que
200 se tomaran el símbolo de esta iglesia que amábamos tanto, pero que considerábamos equivocada.
Eramos ahora sus redentores, yo me fui a dormir encima del altar, coloqué mis pies junto al cáliz y mi
cabeza en la parte baja. Sentí una gran liberación: El mundo debía cambiar; la iglesia al servicio de los
pobres, para los pobres... Me dormí"... (21)

Inmediatamente después del ingreso a la catedral, se extendió entre las dos torres un lienzo que decía:
"Por una Iglesia junto al pueblo y sus luchas". La noticia se extendió rápidamente y una multitud acudió a la
Plaza de Armas frente al templo, mientras se distribuían folletos: Manifiesto de la Iglesia Joven y Por una
Iglesia servidora del Pueblo. "Fiducia" no tardó en reaccionar, gritando: ¡Sacrílegos! ¡Herejes! ¡Agentes
comunistas! El público tomaba posiciones y se armaron grandes polémicas.

Los sacerdotes, monjas y laicos que habían ingresado tapiaron las puertas y se juntaron en lo que llamaron
una jornada de reflexión: misas, canciones, debates y meditaciones llenaron las horas de la ocupación.
Según los diarios El Clarín, El Siglo y La Ultima Hora : "A pesar de las dificultades para ingresar al templo,
asistimos a cuatro misas que oficiaron los sacerdotes: Diego Palma, Paulino García y Francisco Guzmán,
poco habituales. Estas se realizaron en el medio de la nave, en vez de las hostias se comulgó con tres
panes partidos y tres copas de vino. Acompañaba a la liturgia el llamado "Oratorio para el Pueblo" cantado
por los hijos de Violeta Parra, Ángel e Isabel, de raíces folclóricas. Las letanías usuales se cambiaron por:
Te pedimos, Señor, por todos aquellos hermanos nuestros que han muerto en las lucha por la libertad de
América Latina, recordándose al Che Guevara y Camilo Torres, coreado por un "escúchanos. Señor, te
rogamos". En la tarde todos los ocupantes se retiraron pacíficamente, bajo fuerte custodia policial." (22)

Luis Torres me señala: "Las misas se sucedían, las oraciones, los cantos y también los discursos. Algunos
como el de Germán Cortés, seminarista y posteriormente dirigente del MIR muerto en un enfrentamiento en
1978 y se quedó para siempre con el apodo de "el cura", me sobrecogió: el sentido de la pobreza, de la
entrega a los pobres de espíritu. Lo recuerdo exaltado, chascón, le temblaba la mandíbula, le brillaban los
ojos. Otro que me pareció sincero, fue un estudiante de la Universidad de Chile, Ricardo Halabi, se
expresaba con tanta humildad y sencillez. Varios, en cambio, aprovecharon la ocasión para lanzar
discursos políticos, Oscar Guillermo Garretón fue uno de ésos, tan sociólogo, frío y poco espiritual. No
hablaba con el corazón, sólo quena lucirse, no comprendía el signo profético y desinteresado de nuestra
misión. Las palabras de esos discursos que yo califiqué de políticos perseguían un fin personal, el poder.
Algo me sucedió allí, se me apretó el alma. Después no fui a ninguna reunión, no formé parte del
movimiento y a muchos de ellos no los vi nunca más. Cuando abandonamos la Catedral, los compañeros
del exterior nos hicieron una fila para protegernos de la violencia de los adversarios. Recuerdo a don
Bernardo Leighton: "¡Tranquilos, tranquilos, estamos aquí, estamos bien!" (23)

Clotario Blest, al salir de la catedral le declara a un periodista:

-"La Iglesia Joven no toca el dogma, no ataca la doctrina, pero si está en contra de la estructura de la
Iglesia que tiene 20 siglos y no se ha modificado".

-¿Y, usted, considera que ahora es el momento?

-"La humanidad vive un período de transición: la familia, la moral, el sexo, el marxismo, la Iglesia. No
negamos la infabilidad del Papa cuando hable ex-cátedra, pero es falible en todas las demás materias,
como en el caso de la píldora en que no tenemos la obligación de creerle".

-¿Qué persiguen?

-"Que la Iglesia Católica sea verdaderamente cristiana, que abandone el boato, las riquezas que nada
tienen que ver con Cristo, que no tenía donde reclinar la cabeza. Es una contradicción y un grave pecado
estar junto a los ricos y a los poderosos. Por eso le pedimos a la Iglesia que se defina en defensa del
oprimido, que se arriesgue a perder su situación de privilegio. Se debe vivir en contacto directo con la
miseria, el alcoholismo, la prostitución, los sueldos de hambre. Por esto insistimos la Iglesia no debe servir
a la escandalosa división de clases. Sus colegios que educan a la aristocracia chilena, son una institución
que contradice al Evangelio, contribuyendo a formar miembros de la clase burguesas, donde no existe
sensibilidad ni sentimientos de solidaridad efectiva frente a la miseria, donde el interés individual y del grupo
prima".

-¿Creen que lograrán sus objetivos?

-"Por supuesto. No estamos haciendo un show ni una barbaridad. Es una actitud irreversible. No vamos a
retroceder, sino a avanzar para purificar a la Iglesia de todas sus taras materiales a fin de que retorne al
primitivo cristianismo." (24)

Por otra parte, reunidos en el episcopado, los siete Vicarios de Santiago entre los que se encontraba,
Rafael Maroto Pérez, (25) declaraban que lamentaban y condenaban "profundamente la forma en que se ha
procedido, reñida absolutamente con el espíritu del Evangelio." (26)

Al día siguiente, el Cardenal informa a la prensa, que ha resuelto suspender "A divinis" a los siete
sacerdotes que participaron en la ocupación: Francisco Guzmán, Andrés Opazo, Diego Palma, Paulino
García, Carlos Langue, Ignacio Vergara y Gonzalo Aguirre, dando a conocer una declaración donde señala
"se ha profanado a nuestra Iglesia Católica, se ha profanado, además, hermosas tradiciones de nuestra
patria en materia religiosa", añadiendo que tal acción ha "llevado a un grupo de laicos, estudiantes y
obreros, ha efectuar uno de los actos más tristes de la historia eclesiástica de Chile..." (27)

Enterándose los sacerdotes sancionados de la medida tomada en su contra, elevan una carta al Cardenal
Raúl Silva Henríquez, donde explican que jamás pretendieron herir a su persona, solicitándole, además,
continuar con el ejercicio de su ministerio y disculpándose sinceramente si es que habían ofendido a la
Iglesia de Santiago.

"En los días siguientes, el Obispo Carlos González asumió la tarea de hablar uno por uno con los
sacerdotes suspendidos. Según parece, los convenció de escribirme una carta pidiéndome perdón para
reconsiderar la medida. Acepté las disculpas y levanté la suspensión." (28)

A pesar de que el Cardenal declara en sus memorias, en una carta a la prensa de la época firmada por los
sancionados, se deja establecido que este perdón no significó en absoluto un arrepentimiento o
claudicación a la toma de la Catedral o a su ideario: "La ocupación de la iglesia y la declaración
fundamental son dos elementos inseparables, de los cuales nos hacemos responsables, pues nuestra
conciencia nos urgió a hacerla. A esto no renunciamos, ni el Cardenal nos pidió que lo hiciéramos." (29)

El sacerdote Andrés Opazo que participó en la Toma de la Catedral y fue el redactor del manifiesto que
explicaba el sentido de la acción, me entrega 25 años después -y cuando ya abandonó el sacerdocio- su
testimonio que él titula: Sobre la Toma de la Catedral.

"Los hechos, cuando son mirados a la distancia o por espectadores externos, tienden a ser vistos como
determinados por una cierta lógica que los vuelve comprensibles. Ellos son interpretados de acuerdo a
visiones más amplias del acontecer. La Toma de la Catedral, que fue un hecho impactante, dio mucho que
hablar. Para ser comprensible, debía ser enmarcado dentro de una lógica asumida como tal. Por ello, se lo
percibió como parte de un "plan" o de un designio inspirado en diferentes motivos. No obstante, para los
que allí intervinieron como actores fue otra cosa: un gesto espontáneo, sin muchos antecedentes previos, y
sin desenlaces posteriores.

Yo participé desde la primera reunión y escribí el documento de proclama, que cuando lo leí hace un tiempo
me impactó por lo válido de las convicciones y por el candor con que se exponen. Era sacerdote de una
congregación religiosa y estaba sometido al voto de la obediencia. Me sentí obligado a revelar el secreto a
mis superiores antes de los hechos. Era una cuestión de conciencia y sabía que, como tal, sería asumida
por ellos. Y así fue, ellos me dijeron que si pensaba que debía participar (en algo que por supuesto ellos no
compartían para nada) y lo creía mi deber de religioso, que lo hiciera. Lo dejaban a mi criterio.

Las interpretaciones que he escuchado, formuladas con total convencimiento. son de dos tipos. Una es de
carácter político. De acuerdo a ella. la toma obedecía a una estrategia bien elaborada. Se pretendía abrir
espacios a la izquierda para personas religiosas, honestas y comprometidas, que adherían, casi por inercia,
a la Democracia Cristiana. Desde este punto de vista fue una maniobra genial. A mí me han felicitado, en el
seno de la izquierda, por nuestra supuesta perspicacia política. En la toma participaron efectivamente
muchos militantes de la D.C. Algunos de ellos buscaban bases de mayor apoyo para separarse del Partido,
este grupo pasó al poco tiempo al MAPU. Yo no puedo dudar que esta lógica pueda haber guiado la
participación de algunos en la toma. Pero de lo que estoy seguro, es que esta perspectiva jamás existió en
los que la idearon, planearon y condujeron la Toma de la Cátedra!. Nunca analizamos los hechos desde
una perspectiva partidista ni instrumental. Eramos mucho más ingenuos de lo que podía imaginarse el
analista que reconstituye las cosas a posteriori.

La otra lógica es de tipo institucional, es una interpretación eclesiástica, de acuerdo a esta visión, la Toma
de la Catedral fue una iniciativa promovida por un grupo de curas atolondrados y desesperados. Eran curas
disconformes con la institución eclesiástica, que deseaban que ésta asumiera papeles más radicales en lo
social, que buscaban mayor liderazgo y figuración. Pero sobre todo, habían otras motivaciones ocultas.
Detrás de los bombos y platillos, y como medio de legitimación ante su auditorio joven y deseoso de
cambios, tales curas pretendían esconder su deseo íntimo de renunciar al celibato y dejar el sacerdocio. O
sea. existían motivos espúreos para tomarse la Catedral. Esta es una lógica eclesiástica, un tanto
defensiva. Es natural que la autoridad de una institución como la Iglesia delimite responsabilidades
corporativas, y apele a la explicación del "mal funcionario", que induce a error de sus seguidores, fieles
buenos, sencillos, pero engañados. De hecho, la mayoría de los sacerdotes que participamos en la toma,
abandonamos después el sacerdocio. Pero una cosa no tenía nada que ver con la otra. La decisión de
pedir la dispensa a los compromisos sacerdotales es, quizás, el momento más crítico vivido por un ex
sacerdote. Se ponen en juego cosas muy profundas, que se viven en la esfera de lo más íntimo. Pero,
cualquiera que sea la opinión al respecto, los hechos se dieron de forma muy distinta. La iniciativa provino
de laicos, no de sacerdotes. Un grupo de laicos empujó todo y los sacerdotes estuvimos de acuerdo y los
acompañamos. En mi caso personal, sentía que estábamos tramando una locura que nos ponía en
situaciones muy difíciles, que ojalá a nadie se le hubiese ocurrido tal insensatez, que íbamos a
experimentar el rechazo de gente a la que queríamos. Pero estábamos muy identificados con nuestras
comunidades; ellas nos demandaban acompañamiento en un gesto ambiguo, pero sentido como muy
importante para expresar una forma nueva de ver la Fe y el compromiso cristiano. No digo con esto que
participé a regañadientes. Me convencí que había que hacerlo, teníamos razones para arriesgar, en una
época de cambios, en que se creía en el futuro como una novedad, como un renacimiento de la sociedad y
de la Iglesia.

La idea surgió en una reunión, un domingo en la mañana, en un local de una parroquia de la comuna de La
Granja. Había salido con anterioridad un artículo firmado por un sacerdote español, que no era de esa
parroquia que protestaba por la venida del Papa Paulo VI a Colombia. Los que estábamos coincidíamos en
que la venida del Papa a Colombia era un respaldo a la Iglesia más conservadora del continente, que
preparaba un Congreso Eucarístico estridente, que sacralizaba a autoridades civiles y eclesiásticas
insensibles a la pobreza, amantes del lujo y la ostentación. Para la preparación del Congreso y para la
venida del Papa, se había maquillado la cara, se había lavado la suciedad y escondido la pobreza. Se
había encerrado a los niños de la calle de Bogotá, los gamines, que viven en pandillas y se drogan con el
tubo de escape de los automóviles. Un año antes había muerto Camilo Torres, el sacerdote que al ver todos
los caminos cerrados para promover un cambio social, se había visto forzado a sumarse a la guerrilla. Era
considerado un traidor. El Cardenal Arzobispo de Bogotá, representaba al catolicismo tradicional,
legitimador de una sociedad injusta que se dice cristiana, y se identifica con los de arriba y opera a través
del poder. Pensábamos que una venida del Papa a América Latina, debería significar un respaldo a los
sacerdotes que trabajaban con los pobres, que llevaban una vida de compromiso total. Había muchos de
éstos, eran los tiempos del Concilio y se preparaba Medellín. A nuestro juicio, el Papa daba la espalda a
esta realidad. En cambio aparecía bendiciendo la forma de catolicismo que para nosotros era un contra
testimonio.

La discusión y el intercambio de ideas debía terminar en la pregunta del millón: ¿Qué hacer? A un dirigente
poblacional de La Granja se le ocurrió una idea: ¡Tomémonos la Catedral! Fue dicho como una broma. Pero
al rato resurgió el tema: ¿Por qué no? El único antecedente que existía entonces era la toma de la
Universidad Católica. Pero un año después, en esa reunión de La Granja, no estaban esos universitarios,
aunque algunos de ellos se sumaron después a la iniciativa. Se tomó el acuerdo dentro del mayor sigilo; se
repartieron responsabilidades y se crearon tres comisiones, la que organizaba la entrada a la Catedral, la
de prensa y la de redacción del texto. Se fijó como fecha el domingo 4 de agosto, quince días después. Se
citó a una reunión del grupo para el domingo siguiente, a fin de revisar el avance de las comisiones. Se
trabajó en la mayor clandestinidad. Pero no todo estuvo listo, y se postergó para el domingo siguiente, el 11
de agosto. Entramos a la Catedral como a las cuatro de la madrugada.

El gesto fue un típico acto espontáneo. Causó una gran conmoción, en la gente y en nosotros mismos.
Entramos y salimos ordenadamente, pese a que se dijo después que adentro había tenido lugar una
verdadera orgía y que se escribieron en la paredes consignas comunistas. Nosotros no habíamos pensado
nada más que en tomarnos la Catedral. No habíamos preparado nada para el día siguiente. Pero tuvimos
que reunimos. Llegaban telegramas de adhesión. Se pedía continuidad, respuesta a lo hecho, y se pensó
en la organización de un movimiento. Allí comenzaron las tensiones y discrepancias. Aparecieron muchos
que veían la oportunidad soñada de fundación de un partido cristiano de izquierda. No la Izquierda Cristiana
que vino después. En la D.C. se peleaban entre "oficialistas", "chascones" y "terceristas". La mayoría de los
que habíamos estado en la Catedral no entendíamos mucho de estas cosas, pues éramos pobladores,
militantes de la JOC y estudiantes, más algunos profesionales jóvenes. Eramos muy ingenuos y
peleábamos con los politizados. La mayoría veíamos la toma en una dimensión principalmente intra-
eclesial, pero preñada de repercusiones políticas. Pero otros no compartían este criterio. La cosa terminó
con la expulsión de los que encabezaban una línea más política. Y los que quedamos no supimos qué
hacer con el movimiento. Lo que siguió fue una cadena de errores garrafales, como la protesta en la
ordenación episcopal de don Ismael Errázuriz, excelente pastor y hombre bondadoso. Eramos tan
principistas que protestábamos porque no había sido elegido por el pueblo cristiano y se consagraba en la
Iglesia de El Bosque, la más elegante de Santiago.

Si se quiere catalogar la Toma de la Catedral, puede decirse que fue algo profético y no político, al menos
desde el punto de vista de las intenciones (aunque la profecía posee un contenido político, al denunciar un
orden entendido contra la voluntad de Dios, y anunciar un reino distinto). En esto nos encontrábamos
muchos cristianos que sentíamos del mismo modo. Y entre nosotros apareció un profeta mucho mayor. Nos
acompañó don Clotario Blest. Desconozco la forma en que se unió al movimiento, pero recuerdo que desde
el comienzo, él dijo estar enteramente con la "Iglesia Joven", y se ponía a su disposición para asumir las
tareas que se le encomendaran. La prensa se fijó en él, por su trayectoria y por ser un líder entre una serie
de desconocidos. También se fijó en otro participante que figuró en el movimiento estudiantil y estuvo en la
toma de la Universidad Católica. Se pensó que eran los jefes del movimiento. Después fuimos testigos del
odio que un sector le tenía a don Clotario, cuando los fornidos jóvenes de familias distinguidas se
ensañaron a golpes contra él.

Don Clotario nunca estuvo en la dirección del movimiento. Con su generosidad característica nos ofreció su
casa para las reuniones. Allí nos dimos cita durante casi un año, los días jueves en la noche, un grupo que
nos ocupábamos de un movimiento que buscaba angustiosamente una definición. No teníamos lugar para
encéntranos. No pasó nada importante, fuera de conocer a don Clotario en su vida diaria, a la anciana
mayor que él que había en la casa, a su perro "el Momio", a su viejo catre, sus fotos, sus recortes de diarios
y sus recuerdos. La Toma de la Catedral valió sólo como un gesto espontáneo y profético." (30)

Aunque en esos momentos, para los sectores progresistas, las medidas disciplinarias contra los sacerdotes
y los términos usados para descalificar lo sucedido fueron consideradas excesivamente duros, decenios
después en sus memorias el Cardenal, retirado de sus funciones, expresa: quizás nuestro diálogo no ha
sido suficiente, tal vez no hemos sabido darnos a nuestros sacerdotes y a nuestro pueblo en la medida que
hoy se necesita." (31) Clotario en una entrevista, diez años después comenta:

"Esta acción, pese a la ira que provocó en nuestras cúpulas, tuvo una gran repercusión que era lo que
buscábamos, se divulgó nuestro pensamiento y el Cardenal fue tocado. Por ejemplo, poco tiempo después,
vendió su elegante mansión de la calle Lota y se fue a vivir a una casa más modesta en un barrio menos
ostentoso. Creó, también, la Vicaría Obrera y pidió austeridad en la conducta del Clero y por último, no
debemos olvidarlo, dio comienzo con su ejemplo, al traspasar a los campesinos, los fundos que poseía la
Iglesia a la Reforma Agraria." (32)

Los fundamentos de la "Toma de la Catedral", difundidos públicamente, tuvo para muchos cristianos la
fuerza de un despertar del Evangelio y de un reencuentro con el primitivo cristianismo.

MANIFIESTO DE LA IGLESIA JOVEN

Queremos volver a ser una iglesia del pueblo, como en el Evangelio, viviendo su pobreza, su
sencillez y sus luchas.

POR ESO DECIMOS:


-NO a una iglesia esclava de estructuras de compromiso social.
-SI a una iglesia libre, servidora de los hombres.
-NO a una iglesia comprometida con el poder y la riqueza.
-SI a una iglesia que, por su fe en Jesucristo y en el hombre, se arriesga a ser pobre.
-NO a un esquema jerárquico impuesto al pueblo cristiano.
-SI a pastores nacidos del pueblo y que buscan con él.
-NO a una iglesia que tiene miedo a afrontar la historia.
-SI a una iglesia valiente que se compromete en la lucha por la auténtica liberación del
pueblo.

QUEREMOS una Iglesia fiel a la VERDAD DEL EVANGELIO

DENUNCIANDO:
-La violencia provocada por los ricos y poderosos.
-La explotación del hombre por el sistema inicuo del lucro.
-El imperialismo internacional del dinero.
-El engaño de una falsa democracia manejada por unos pocos.
-La sumisión de las conciencias a través de los monopolios, propietarios de los medios de
información.
-La segregación racial, cultural y económica.
-La instrumentalización de la educación en favor de las clases dirigentes.
-La división del pueblo para consagrar su dominación.

DEMOS EL EJEMPLO

Pero los "Fundamentos" no debían ser meras palabras. La Iglesia Joven debía transformarlos en acciones.
Con este fin, decide llamar a su primera jornada, para estructurar, sin títulos ni burocracias y en forma
pragmática, su futuro.

Entre los días 7 y 8 de septiembre este movimiento efectúa su asamblea. Asisten distintos grupos y
comunidades. Después de arduas discusiones se aprueba el documento final concerniente a su doctrina y
organización interna, en cuyo diseño a Blest le cupo una activísima labor.

La Iglesia Joven es proclamada como un movimiento de Iglesia, que aspira a construir el reino de la
fraternidad, auspiciado por Cristo desde la liberación del hombre. Este objetivo de liberación no busca la
toma del poder, pues eso lo transformaría en un partido político. Desea, en cambio, que cada miembro
asuma un compromiso personal para vivirlo en comunidad.

Sus acciones se dividieron en cuatro tipos: a) De denuncia, b) De concientización, c) De capacitación y d)


De acciones públicas. Todas estas acciones son optativas, pero deben cumplirse aunque signifiquen un
riesgo y sacrificio personal.

Para que el movimiento sea efectivo debe contar con cierta estructura. Las ideas generales al respecto son:
a) Federativo.
b) Flexible y ágil.
c) No institucionalizarse.
d) Secretariado general con capacidad organizativa.
e) Coordinación a nivel nacional.
f) Existencia de una cabeza visible con carácter rotativo.

La jornada terminó con una misa al aire libre a la hora del crepúsculo. Los miembros que se habían
enfrentado acaloradamente, se sientan en círculo compartiendo el pan y el vino, se abrazan y entonan sus
canciones de raíz folclórica.

Durante la gira que realiza por el país la reina Isabel II de Inglaterra, en el mes de noviembre, la Iglesia
Joven emite una declaración donde critica los lugares que ha recorrido, proponiendo, en cambio que vaya
"al verdadero Chile y a su auténtico pueblo, donde se muere de hambre, un Chile que vive en poblaciones
sub-humanas, un Chile donde mueren miles de niños antes de cumplir un año, un Chile donde la cesantía
crece a diario en forma alarmante... a la reina la hacen admirar los bellos jardines de los ricos que se riegan
con el agua que escasea en los barrios pobres. Esa es la realidad de Chile." (33)

En vísperas de la Navidad, Clotario Blest, en la compañía de otras personas efectúa "sentadas" frente a las
principales tiendas de la capital, en señal de protesta por "transformar la Natividad de Jesús, surgida desde
un humilde pesebre en una gran feria de ventas donde los mercaderes reinan sin contrapeso." (34)

En la temporada veraniega de 1969, integrantes de la Iglesia Joven, en la cual se destaca Blest, se insertan
en diversas poblaciones y barrios obreros, para así poder "vivir el auténtico cristianismo." (35)

El 9 de marzo de ese año, después de conocerse la masacre de diez pobladores en Puerto Montt, diversas
organizaciones sociales expresan su repudio al hecho, siendo detenido por un par de días Clotario, cuando
encabezaba manifestaciones callejeras.

La última semana de ese mes, la Iglesia Joven realiza su Segunda Jornada. Su evaluación fue la siguiente:

"a) Predominio del sentimentalismo y ausencia de metas racionales,

b) Búsqueda anhelante del mundo popular que llevó a muchos integrantes a mezclarse en él
artificialmente,

c) Ausencia de una auténtica integración entre las comunidades obreras y las de estudiantes,
profesionales y empleados,

d) Confusión entre lo eclesial y lo político,

e) Por evitar la institucionalización se creó una estructura demasiado flexible que inhibió la
acción orgánica,

f) Comité ejecutivo que entró en fuertes conflictos por existir en él varias tendencias,

e) Un coordinador que burocratizó las decisiones,

h) Insistir en la unidad con los hermanos no creyentes y los marxistas " (36) Al término de este
cónclave se elige un nuevo comité directivo, (37) en el que no figura Blest. Interrogado años
después Hugo Cancino, exiliado en Dinamarca, dice: "Nunca, Clotario quiso aceptar un cargo
en nuestro movimiento, pues consideraba que estos debían ser ocupados por gente joven. A
pesar de nuestra insistencia él nunca varió su postura. Sin embargo, él era el símbolo de la
Iglesia Joven, era nuestro maestro." (38)

El 14 de abril llega al país el reformador Obispo de Recife, Helder Cámara. Blest y miembros de la Iglesia
Joven lo saludan con pancartas desde la terraza del aeropuerto y sostienen posteriormente con él varios
encuentros, en que le expresan que su paso por Chile reafirma el compromiso de una construcción de una
Iglesia Junto al Pueblo y se decide mantener una estrecha relación entre ambos.

Pocos días después apoyan la huelga de los trabajadores del Hospital J.J. Aguirre, donde Blest sirve de
mediador.
El primero de mayo, celebrado en la Plaza Bulnes, la Iglesia Joven declara: "los cristianos hemos estado
marginados de la lucha del proletariado, ahora exigimos el puesto de mayor sacrificio que nos
corresponde." (39)

Clotario Blest en un manifiesto que entrega a la opinión pública expresa lo que para él es "el hombre
nuevo":

"El hombre nuevo deberá ser sólido fundamento de la nueva sociedad humana, basada en la
verdad, la libertad, la justicia y la fraternidad universal"

-Qué dice Cristo sobre "el hombre nuevo"

San Mateo IX-16 "Nadie pone remiendo de paño nuevo en un vestido viejo, porque aquel
pedazo entero tira del vestido y se hace peor la rotura."

IX-17: "Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, de otra manera, los cueros
revientan, y el vino se derrama, y los cueros se pierden, si no que el vino nuevo se echa en
cueros nuevos y así ambos se conservan."

-En la carta que dirigiera San Pablo a los Efesios IV-22-23 y 24, expresa: "A despojaros del
hombre viejo, según el cual fue vuestra antigua conversión que se vicia según los deseos del
error. Renovaos pues, en el espíritu de vuestro entendimiento, y vestíos del hombre nuevo,
que fue creado según Dios en Justicia, y en santidad de verdad."

-Qué dice Lenin del Hombre Nuevo. En su libro Estado y Revolución, expresa: "La revolución
no debe consistir en que la nueva clase gobierne o dirija por medio de la vieja maquinaria
estatal, sino que tras haberla destruido, dirija y gobierne por medio de hombres nuevos."

"Se puede lograr romper una institución de un sólo golpe, pero queda en cada habitante el
hombre viejo."

La doctrina del Che Guevara sobre el hombre nuevo la condensamos en el siguiente


decálogo, extractado de sus discursos y escritos:

El Hombre Nuevo es:

I. El que se forja en la vida diaria, elevando sus principios de Libertad, Justicia y Fraternidad,
a la categoría de ideales o centro de acción de toda nuestra vida;

II. El que abre camino hacia la cima y no se detiene jamás;

III. Es el capaz de sentirse y alzarse contra la injusticia, la violación de los Derechos Humanos
y la explotación del hombre por el hombre, donde quiera que se cometa y quien sea el que lo
haga;

IV. Es el que está guiado en toda su vida por grandes sentimientos de amor sin acepción de
personas;

V. Es el que huye de todo dogmatismo hueco y actitudes sectarias o prepotentes;

VI. Es el capaz de renunciar voluntariamente a una vida cómoda o aburguesada y pagar en


cualquier momento su cuota de sacrificio, aún el de su propia vida;

VII. Es el que une a un espíritu apasionado una mente realista, capaz de tomar las decisiones
más dolorosas, sin desmayar un sólo instante;

VIII. El que lo da todo en la vida, sin esperar retribución alguna que no sea la crucifixión;

IX. Es el que todos los días lucha, para que ese amor a la humanidad viviente se transforme
en hechos concretos, predicando, más que con palabras, con el ejemplo permanente de una
vida austera llevada con humildad y sencillez, propias de las almas grandes y heroicas.

X. Es el mejor entre los buenos. (40)


UN NUEVO ESCÁNDALO

El Obispo Ismael Errázuriz, debía ser consagrado en la iglesia El Bosque. Según el Cardenal: "Su
consagración se preparaba con verdadero fervor, pero el día de la ceremonia se hizo presente un grupo de
la Iglesia Joven que interrumpió el ritual y el jefe del grupo, Leonardo Jeffs, en voz alta pidió que el pueblo
católico, participara en la elección de los obispos. La interrupción originó, una verdadera batahola, porque
un grupo de laicos reaccionó con indignación y sacó a empujones y golpes a los manifestantes." (41) Blest
nos da su versión: "En esa ceremonia que era presidida por el Cardenal Raúl Silva Henríquez, estaban
presentes todos los obispos de Chile y los más empingorotadas personalidades de la oligarquía. No se
olvide que era la familia Errázuriz; cuando un sacerdote se disponía a leer la bula papal que consagraba
obispo a este hijo de la aristocracia, nosotros que nos habíamos sentado en un sector de la iglesia, nos
pusimos a hacer ruido con pies y manos, lo cual permitió que el compañero Jeffs se levantara y comenzara
a leer el "Manifiesto" en que expresábamos nuestra oposición a tal designación, pues lo considerábamos
una prueba más de centralismo y autoritarismo papal. De repente al otro lado de la iglesia un grupo de
muchachos, que dijeron pertenecer a "Fiducia", nos agredieron a puntapiés y puñetazos. A mí me golpeó
violentamente Ossa Bulnes, dejándome el rostro sangrante. Lo increíble, que ningún obispo de los que
estaban tan compungidos en el altar, hicieron algo por impedir esta golpiza. Los partidarios de la Iglesia
Joven trataron de defenderme produciéndose una gran "pelotera" con los "fiducianos" (42)

El Manifiesto escuchado sólo en parte por los feligreses, decía lo siguiente: "El Movimiento Iglesia Joven ve
con tristeza como no podemos participar en la designación de nuestros pastores. Dependemos de los
designios autoritarios del Papado y sus representantes. ¡Qué lejos de la Iglesia Primitiva! No pretendemos
cuestionar la persona de Ismael Errázuriz y él lo sabe. Pretendemos, eso sí, que cambie nuestra Iglesia,
pues cambiando ella, será verdadera luz para todos. ¿Podríamos decir que la parroquia El Bosque es
significativa de las comunidades de Santiago? ¿Podríamos decir que las familias aquí reunidas representan
proporcionalmente a todos los sectores sociales a quienes tendría que servir como obispo don Ismael?
¿Cuántos obreros, cesantes, vendedores ambulantes, modestos empleados, están presentes, junto a su
pastor en esta ceremonia? Esperamos que la jerarquía chilena, aquí reunida, no se muestre sorda y muda
de este nuevo clamor y dolor." (43)

Pese a que el clero no dictó sentencia contra la Iglesia Joven, algunos obispos, como Jorge Medina,
rechazaron con indignación "este día de triste recuerdo" que sólo busca publicidad pues "los malos
productos, al igual que las malas causas, necesitan de muy buena propaganda." (44)

LA HUELGA DE SABA

Una noticia ocupó las primeras páginas de los diarios: "Un incendio destruye completamente la industria
electrónica Saba". Se inculpaba del hecho a los trabajadores que se encontraban en huelga y que tenían
ocupado el edificio.

Por este hecho son detenidos 34 trabajadores. Durante nueve meses ellos permanecen encarcelados, sin
que les abra el proceso correspondiente.

Esto motiva que once mujeres de los obreros inicien una huelga de hambre en los jardines del Congreso
Nacional en abril de 1969. Después de algunas semanas, varias comenzaron a sufrir desmayos y se temió
por sus vidas. El cura Rafael Maroto oficia una misa en el lugar, teniendo por "altar una estufa que sirve
para darles calor a las ayunantes. El sacerdote les dice: "¡Ojalá esta acción haga meditar a los cristianos!".
Los médicos aconsejan que sean hospitalizadas, pero ellas se niegan y declaran que seguirán hasta "las
últimas consecuencias." (45)

Son muchas las organizaciones sociales que solidarizan con esta causa, pero el Movimiento Iglesia Joven
es, sin duda, el que mayor apoyo presta, quedándose su directiva y gran parte de sus miembros días y
noches acompañándolas. Su declaración pública expresa: "En esta hora que los hijos del pueblo están
siendo vejados y explotados es deber de los cristianos estar junto al pueblo." Mandaron además cartas a
los partidos políticos, a los obispos y a la CUT, en que les piden que intervengan. Especialmente emotiva
fue una jornada religiosa, dirigida por la Iglesia Joven en que se canta: "Yo busco por el mundo un rato de
amistad" que culminó con las palabras de Blest: "Los Tribunales de Chile están definitivamente entregados
a la oligarquía. No ejercitan la justicia, sino la injusticia. Pero lo que más nos inquieta es la pasividad de los
dirigentes sindicales. En otra época, esta situación habría producido un paro, por lo menos, de los
trabajadores de la capital. Tanto los marxistas. como los verdaderos cristianos deben despercudirse y tomar
el papel que les corresponde." (46)
Este esfuerzo desplegado por la Iglesia Joven y Clotario surte efecto en los meses siguientes cuando el
gobierno de Frei presiona a los Tribunales de Justicia para que agilicen los procesos, y se logra la libertad
provisional de los inculpados.

El Presidente Allende, recién electo, un año después, otorga la amnistía, archivándose el caso.

"-¿Es cierto, don Clotario, que esta medida fue solicitada por usted?

-Efectivamente. En una ocasión en que transitaba por la calle, siento que alguien me bota el jockey. Al mirar
al causante me encuentro con que el Senador Allende había sido el gracioso. Entonces Salvador,
recurriendo a ese humor que tenía, me dice: - Sé que lo ofendí con esa broma, perdóneme y acepte en
desagravio venir a almorzar conmigo al Senado. De no aceptarlo, don Clotario, me sentiría muy mal, pues
he ofendido a una persona mayor y respetable como usted.

-¿Y qué temas trataron durante el almuerzo?

-Hablamos de diferentes cosas, pero yo hice hincapié, especialmente sobre el drama de Saba. El me
contestó: -Si soy Presidente de Chile me comprometo a decretar la amnistía completa a los afectados y me
estrechó la mano. Cumplió, era un hombre de palabra." (47)

COMIENZA LA DESINTEGRACIÓN

Dos hechos mantienen todavía la unión de la Iglesia Joven. A mediados de junio, con motivo de la compra
de una lujosa mansión en el barrio alto de Santiago, que servirá de residencia y oficina del señor Arzobispo
don Carlos Martini, embajador del Estado del Vaticano ante el gobierno de Chile, emiten una declaración
pública condenando "el lujo y ostentación", "verdadero vejamen al pueblo, a Cristo y a la Iglesia". "Dicha
actitud es contraria a lo establecido por Paulo VI y el Concilio Vaticano II: "El deber de todos los cristianos
es no permitir escándalos parecidos, para que los pasos falsos sean rectificados en el futuro inmediato." (48)

En el campo internacional, durante el mismo mes, este movimiento sale en defensa pública de cinco
sacerdotes peruanos, entre estos, Gustavo Gutiérrez, actual ideólogo de la Teología de la Liberación,
amonestados por el Nuncio en Lima, Romualdo Caubori, por "Fomentar posturas no adecuadas a la
revelación de Dios."

En el plano interno, a un año de la próxima elección a Presidente de la República, Chile vive un ambiente
de confrontación, tanto ideológica como en la práctica, sumada a una creciente ebullición social. El Partido
Demócrata Cristiano, a pesar de tener el poder exclusivo, vive un cuestionamiento interno que lo llevará a
un enfrentamiento entre los llamados "rebeldes" y los "oficialistas". La crisis culmina a mediados del año
1969, cuando el sector opositor, ante la imposibilidad de imponer una vía no capitalista de tinte comunitario
y de apertura hacia la izquierda, rompe con el gobierno y su partido, formando el Movimiento de Acción
Popular Unitaria (MAPU). Los mismos signos de división se observan en el Partido Radical: Los que se
inclinan hacia la derecha, liderados por Julio Duran y los simpatizantes con la izquierda, encabezados por
Carlos Morales Abarzúa y Luis Bossay.

Los partidos de izquierda, ante el revés del partido de gobierno, aprovechan la crisis de sus adversarios
para formar una alianza entre marxistas y no marxistas, que conformarán la Unidad Popular.

La derecha en abierta guerra contra sus recientes aliados que habían traicionado sus intereses
económicos, decide llevar un candidato propio.

Ante este panorama, no había duda que el proceso eleccionario se hará a tres bandas; la derecha, el centro
y la izquierda. Ese año se caracterizará por la búsqueda e imposición de los futuros candidatos.

La Iglesia Joven frente a estos dilemas que alteran también a sus miembros y hacen peligrar su cohesión,
recurre a Clotario para que arbitre el conflicto. Finalmente, y en base a un documento que elabora el
mediador aceptado por todos, se declara:

a) La organización es ajena a toda acción política partidista;

b) Frente a la lucha de clases, la Iglesia Joven forma parte de la clase explotada y se


identifica con su lucha;
c) Se reconoce que sólo las organizaciones gremiales unificadas serán la única
representación auténtica;

d) Si bien respeta a todos los partidos políticos no se identifica con ninguno.

Estos conceptos, despiertan tal entusiasmo en algunos núcleos de pobladores y jóvenes que ellos deciden
proclamar a Clotario Blest pre-candidato a la presidencia de la República.

Según Hugo Cancino, del directorio de la Iglesia Joven: "Como en ese momento los sectores progresistas,
tanto de la Democracia Cristiana como del Radicalismo y la coalición comunista-socialista debatían
estérilmente sobre su programa y candidato, y la derecha ya estaba trabajando, un grupo creyó que el
mejor representante de la izquierda, incluyéndola un sector de la D.C., era Blest. Con este motivo durante
todo un mes se realizó toda clase de propaganda callejera, no sólo en la capital, sino también en provincia.
Al enterarse, algunos personeros del Partido Socialista y del MAPU, vieron con buenos ojos esta iniciativa y
adhirieron. Sin duda era una buena carta de triunfo para la izquierda. Para este grupo iba a ser la ocasión
de cambiar a Allende por un rostro nuevo". (49)

-¿Es verdad don Clotario que el año 1969 usted se presentó como pre-candidato a la presidencia?

-Sin que yo me hubiera percatado, un grupo de la Iglesia Joven decidió, sin consultar a la directiva,
nominarme pre-candidato de la izquierda. Yo me enteré por una trasmisión radial de Hernández Parker. De
inmediato llamé a estos ilusos, diciéndoles que era absurdo y que yo no estaba arterioesclerótico.

ULTIMO AÑO DE LA IGLESIA JOVEN

Dentro del clima de efervescencia creciente del período eleccionario de 1970, la Iglesia Joven realiza sus
últimas acciones y publica los tres últimos boletines del Hombre Nuevo.

La atmósfera política exacerbada pide a todos los chilenos una definición en la difícil encrucijada que vive el
país. Cada persona debía entregarse a la lucha social que se avecinaba. Semana a semana, los activos
miembros de la Iglesia Joven, se retiran de sus filas no por discrepar de sus creencias, sino por el momento
tan especial que afecta a Chile. ¿Las críticas a la izquierda no restarían votos al triunfo de la Unidad
Popular? El último número de El Hombre Nuevo fue redactado en su totalidad por un Blest solitario.

Sin embargo, a principios de ese año la visita a Chile del dictador argentino, Juan Carlos Onganía, genera
una enérgica protesta de la Iglesia Joven. Una carta pública lanzada a los medios de comunicación expresa
el 7 de enero: "...Su amplia solidaridad fraterna y de clase con todos los trabajadores y perseguidos de ese
país hermano...."

En el mes de febrero, el presidente de la entidad Leonardo Jeffs se retira por razones laborales que lo
trasladan al Norte y asume su vicepresidente Hugo Cancino.

Durante ese período nace el "Comité de los Sin Casa", que en años posteriores, por su crecimiento y
activismo, será objeto de múltiples ataques de la derecha. El gobierno de la U.P, incapaz de controlar las
llamadas "tomas", y la oposición -ante el miedo de perder sus terrenos urbanos- culpará al gobierno de
Allende de no proteger el derecho de propiedad. La primera acción de este comité fue la ocupación y
levantamiento del "Campamento 26 de Enero", situado en unas tierras agrícolas abandonadas al sur de
Santiago que posteriormente se llamará "Población La Bandera". El liderazgo del Comité de los Sin Casa
será asumida por el poblador y militante del MIR, Víctor Toro, que contará con el apoyo entusiasta de la
Iglesia Joven. Clotario Blest ejercerá la vicepresidencia.

Estas "tomas" se caracterizaban por familias completas de pobladores que, generalmente de noche, a pie,
y en carretones trasladaban sus míseros enseres, acompañados por sus quiltros y gatos y se instalaban en
carpas improvisadas de cualquier material. Al tomar posesión del sitio izaban la bandera de Chile y después
de una asamblea general elegían a su directiva interna. La mayoría de los "Sin Casa" eran de origen
campesino que habían llegado a la capital, atraídos por la industrialización y mejores expectativas
económicas. Paradojalmente, durante la presidencia de Blest en la CUT y sin que él lo promoviera, se
efectuaron las primeras y más bulladas ocupaciones de tierra: La Victoria (1957) y la José María Caro
(1959). La diferencia que existía entre una época y otra es que las de 1970 se organizaban de acuerdo a
tácticas militares, siendo el jefe del campamento denominado "Comandante".

El movimiento Iglesia Joven, en cambio, no compartía esta visión jerárquica directa. Muchas veces
adherentes de una u otra posición se tranzaron en fuertes discusiones que Blest lograba apaciguar.

En abril de 1978 conversando sobre este tema dice:

-"Pienso, quizás por mi larga experiencia, que violentos y no violentos pueden existir.

-¿Pero era difícil lograr el consenso?

-Las diversas posiciones están unidas por erradicar la injusticia social, violentos y no violentos
pueden trabajar juntos.

- Cuál de los dos caminos consideraba usted más efectivo?

Los pobladores son los que deben decidir. Es ejemplo y la honestidad de los dirigentes, creo
yo, será el norte que inclinará la balanza hacia una u otra forma de lucha.

-Y para Ud., don Clotario, ¿quienes se acercaron más a estos valores los miristas o la Iglesia
Joven?

Los miristas; porque ellos supieron mantener una línea de rectitud - 'Honestidad política
ejemplar. No fueron tentados como le sucedió a la Iglesia Joven, que apenas inaugurado el
gobierno de Allende se plegaron incondicionalmente al Poder, olvidando sus compromisos
inmediatos. Los miristas continuaron en la causa.

-¿De qué manera?

-Fuera de vivir con ellos , los miristas médicos atendían gratis a los pobladores. El ejemplo
vale más que cualquier discurso".

El 21 de julio, un grupo de personalidades de izquierda y la Iglesia Joven, crean el Comité de los Derechos
Humanos (CODEHS) cuyo objetivo era proteger a los perseguidos políticos por el Estado. Grandes
personalidades formaron parte del Directorio (50) que eligió por unanimidad a Blest de presidente. En su
declaración constitutiva declara: "Los Derechos Humanos son una conquista del progreso de la Humanidad
y su defensa es tarea de todos los seres humanos, aspirando por ello a movilizar a los trabajadores en esta
lucha, pues son ellos los más interesados en su respeto." (51) Entre los dos conceptos de Derechos
Humanos existentes, el proclamado en diciembre de 1948, de tendencia liberal e individualista, y el de Argel
de 1964 que restringe la defensa de los derechos humanos sólo al proletariado, excluyendo a la burguesía.
Clotario Blest propone una tercera tendencia, que defiende el derecho de vida a todo ser humano, siendo el
de los trabajadores el más importante. En años posteriores durante la dictadura militar, esta posición
relativamente confusa, lo alejará de la "Comisión Chilena de Derechos Humanos" creada por Jaime Castillo
Velasco y del "Codepu" (Comité de los Derechos del Pueblo).

Durante las semanas previas al 4 de septiembre, día de la elección, Blest manifiesta su escepticismo sobre
los programas presentados por los tres candidatos: "Tengo bastante experiencia social y sé
fehacientemente que cualquiera que gane, no solucionará el problema que padecen los asalariados: la
permanencia de una oligarquía económica explotadora. Sólo su desaparición como clase permitirá el
advenimiento de la sociedad ideal; libertad, justicia y fraternidad." (52)

Esta tesis de Clotario explica la contradicción en que entra Blest con la mayoría de los miembros de la
Iglesia Joven, que sí creían en el programa y éxito de la Unidad Popular. Al asumir Salvador Allende la
presidencia, la Iglesia Joven realiza una asamblea donde el sector predominante opta por retirarse del
movimiento y Blest como su guía deja en libertad de acción a sus militantes.

En una entrevista realizada nueve años después, Clotario me expresa: "La Iglesia Joven no tuvo larga vida,
pero mantuvimos publicaciones mensuales que se redactaban en mi casa, editadas en mimeógrafo. Creo
que el movimiento sirvió para que el pueblo trabajador entendiera que el mensaje cristiano es tan
revolucionario como lo es el marxista o anarquista. Sabe usted, ¿por qué Cristo fue crucificado? Nadie
quiere asumirlo. Cristo fue ejecutado por el delito de subversión. Comprende cuánta importancia tiene esto.
No podemos permanecer, si somos cristianos indiferentes y pasivos ante la injusticia social imperante." (53)
Sólo después del Golpe de Estado, Blest, volvió a encontrarse con sus compañeros de entonces.

Nuevamente, Clotario Blest, artífice de proyectos políticos originales que marcaron la vida política del país,
quedaba solo. Las legendarias batallas a las cuales él se entregó con alma y cuerpo para lograr la unidad
de los trabajadores, que culminó en la CUT, y sus ocho años de luchas posteriores, más los cuatro años del
MFR, sumadas a los tres del MIR y a los dos años de la Iglesia Joven, terminan todas por marginar a su
líder. A los setenta años, Blest, cierra el portón de su casa y acompañado por un perro, "el Momio", y sus
numerosos gatos, se sienta a reflexionar. Ahora todos parecen considerarlo un inútil.

DIEZ AÑOS DESPUÉS EN EL ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA CATEDRAL

Hoy, en plena dictadura, se cumplen diez años de la toma de la Catedral por un grupo de jóvenes y algunos
sacerdotes y monjas que se agruparon por algún tiempo en el movimiento llamado Iglesia Joven. Clotario
Blest el único viejo del grupo fue uno de sus impulsores. En su casa se mimeografió el boletín mensual y se
hacían reuniones. Blest también participó en la toma de la Catedral. En la última entrevista que le había
hecho, me contó que se realizaría una misa en su casa para celebrar el aniversario. Yo le pedí permiso para
asistir.

Me dirijo a su casa a las seis de la tarde, me acompaña Ximena Prieto, fotógrafa. Nuestra intención es
grabar la ceremonia y sacar algunas fotografías. Es una tarde lluviosa y fría. Cuando llegamos hay sólo seis
personas, escondemos la grabadora, los focos y máquina fotográfica. Nos miran un poco extrañados, don
Clotario no nos presenta a nadie. Alguien nos pregunta si también nosotros participamos en la toma. Nos
sentimos como intrusas, yo contesto bajito que sí. Miran a mi compañera. ¡Pero usted debe haber sido una
niña! No, estaba en la Universidad, contesta. Nos sentamos, nos sonríen. Entran dos personas más.

La misa se realiza en el salón de don Clotario entre sus muebles destartalados, con las paredes cubiertas
de sus viejas fotografías: Luis Emilio Recabarren, el padre Vives, el Che, Allende, el abate Pierre. Una
inmensa cruz de madera colgada al fondo, al lado un banderín regalado por los presos comunes y más
banderines y diplomas entregados por sindicatos. Hace mucho frío. Nos sentamos alrededor de la mesa.
Comenzamos a conocer a algunos. El padre Ignacio Vergara enciende una vela, dando comienzo a la misa.
Hablan del sentido que tuvo la toma de la Catedral, de su significado hace diez años, de cómo ese hecho,
para algunos, marcó un cambio en su vida espiritual y material, de los ausentes. La mayoría han tenido que
salir del país, algunos están desaparecidos, otros muertos. Son casi todos jóvenes, el padre Aldunate, que
se ve mayor, no participó en la toma y es el que más pregunta. Don Clotario con su larga barba blanca se
ve muy viejo y casi no habla, sólo breves palabras: "Queríamos llamar la atención sobre el deber de la
Iglesia con el pueblo, eso es lo que queríamos." Otro dice: "El viaje de Pablo VI a Colombia con toda esa
pompa, nos chocó, con la toma de la Catedral pretendíamos demostrar nuestro disgusto, lo alejado que era
ese lujo y ceremonial del verdadero cristianismo." Otro agrega: "Viajar al tercer mundo, a nuestra América
con todo ese ceremonial ostentoso, propio de la riqueza." Don Clotario replica: "Queríamos tener eco y que
nuestras ideas repercutieran, la Iglesia pobre dando su ejemplo, junto al pueblo, no con los ricos y sus
palacios." Leonardo Jeffs, concluye: "Tergiversaron nuestras intenciones y crearon un escándalo".

Al llegar el momento de la comunión todos recibimos un pedazo de pan de una fuente de madera que los
indios guaraníes habían regalado a Blest, cuando fue a liberar a los presos políticos en Paraguay. El vaso
de vino circuló de mano en mano, mi compañera fotógrafa estaba angustiada, según ella no se había
confesado hacía años y estaba cometiendo un pecado mortal al recibir la carne y sangre de Cristo en
estado impuro. Yo le susurraba que para todos los presentes sus pecados eran veniales y que no podía
rechazar la fraternal convivencia.

Al terminar la ceremonia los padres Vergara y Aldunate le pidieron a Clotario que nos contara algunas
anécdotas. Yo señale una calavera que estaba en la mesa y le pregunté por qué la conservaba: "Esa es la
cabeza de un gato, y gracias a ella ahora estoy vivo. ¿Cómo es eso, don Clotario, replican todos. - Poco
después del golpe, una tarde un fuerte contingente de militares allanaron mi casa insultándome, me
envolvieron en una bandera cubana que me habían obsequiado en la isla y me hicieron marchar a paso de
ganso en círculo por el patio. En seguida comenzaron a cavar hoyos buscando armas. Yo creí que había
llegado mi último momento, pues yo había enterrado una cantidad de armas que una monjita uruguaya,
Hilda Elena Meikle, me había entregado dos días después del golpe. Yo la conocía pues pertenecía a la
Iglesia Joven y le di albergue por una noche. Por precaución encima de las armas puse tierra y encima el
esqueleto de un gato. En su búsqueda dieron con el lugar y triunfantes y extrañados me preguntaron: -
¿Qué es esto? Yo les respondí: Huesos de un gallo. - Esto no parece un gallo, sino un perro. Y en que era
un perro o un gallo o un gato la discusión acalorada se prolongó y los militares no continuaron excavando.
Ustedes comprenderán que si hubiesen continuado removiendo la tierra me fusilan inmediatamente. Por
eso la cabeza de ese gatito está puesta en un lugar privilegiado."

La conversación continúa por un rato sobre el momento trágico que vivimos. Recuerdos sobre hechos y
personajes que intervinieron en la Iglesia Joven. En especial se rememora al seminarista Félix de la Jara,
asesinado el año 1974 por una jauría de perros entrenados, como le narraron a Blest en secreto.

Se ha oscurecido, continúa lloviendo. Ha llegado la hora de retirarse. Nos damos un abrazo. Una gran
tristeza y desesperanza nos embarga a todos. ¡Hasta el próximo aniversario, si las circunstancias lo
permiten! Salimos de a uno, la casa debe estar vigilada.

(Apuntes de Mónica Echeverría, escritos el 12 de agosto de 1978)

Notas:

1. Diario La Tercera, 26 mayo 1969, p. 16

2. Presencia, La Paz (Bolivia), 2 junio 1969, p. 4 y 5 (Archivo Clotario Blest)

3. Documentos de la Iglesia Joven, agosto de 1969, p. 8

4. Idem

5. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, p. 10

6. Idem, p. 9

7. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, p. 88

8. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

9. Conferencia de Jaques Chonchol. Universidad Academia de Humanismo Cristiano, 4 septiembre 1991

10. Revista que tomó el nombre de una de las frases de Cristo y del "Che" Guevara. Se editó hasta 1970. Era bimensual

11. Sucesos, febrero 1967, pp. 3 y 4

12. Idem

13. Idem

14. Carta de Paulino García al mundo cristiano, 2 p. manuscritas (Archivo de Clotario Blest)

15. El Diario Ilustrado, 27 julio 1968, p. 4

16. Aquí Está, primera quincena agosto 1968, p. 16

17. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, pp. 91 y 92

18. Idem

19. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

20. 7 Días, 17 agosto 1968, p. 3

21. Entrevista a Luis Torres Acuña, 2 junio 1993

22. Basado en crónicas de El Clarín, El Siglo y La Ultima Hora, 12 agosto 1968

23. Entrevista a Luis Torres Acuña, 2 junio 1993.

24. Aquí Está, primera quincena agosto 1968, pp. 13 y 14

25. Importante figura en la lucha contra la dictadura fue encarcelado; actuó en el CODEHS y como vocero del MIR de cuyo
Comité Central fue miembro. Murió en 1993

26. Diario El Mercurio, 12 agosto 1968, p. A12

27. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, pp. 94 y 95

28. Idem

29. Idem
30. Entrevista a Andrés Opazo, 27 junio 1993.

31. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, p 143

32. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

33. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969; pp. 14 - 16

34. Idem p. 19

35. Se instala la mayor parte del día en la Población San Gregorio entre los años 1969 y 1970

36. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, pp. 24 y 25

37. Destacaban entre otros, María Antonia Saa y Leonardo Jeffs

38. Entrevista a Hugo Cancino, 2 abril 1987

39. Diario El Siglo, 1º mayo 1969, p. 4

40. Folleto mimeo. (archivo de Clotario Blest)

41. Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, p. 97

42. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

43. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, pp. 27 y 28

44. FEUC, agosto 1968, p. 6

45. Diario El Clarín, 12 mayo 1969, p. 2

46. Diario La Ultima Hora, 14 mayo 1969, p. 4

47. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

48. Documentos de la Iglesia Joven, agosto 1969, p. 30

49. Entrevista a Hugo Cancino, A, 2 abril 1987

50. Pertenecieron a él, por nombrar a algunos, personas como Ricardo Lagos, Eduardo Novoa, Mario Palestro, Manuel
Cabieses

51. Razón de ser del CODEHS, mimeo, 1970

52. De Frente, Antofagasta, agosto 1970

53. Entrevista a Clotario Blest, 26 octubre 1978

Edición digital del Centro Documental Blest el 07feb02

También podría gustarte