Está en la página 1de 2

MONICIÓN INICIAL – DOMINGO 16 DE JULIO

Estamos aquí porque somos terreno dispuesto. Tierra buena. Donde ha de


caer la semilla de la Palabra de Dios.
Este es el mensaje principal de la Liturgia de hoy. La semilla que cae en tierra
para dar fruto. El ciento por uno.
Pero el fruto de esta siembra depende de aquellos que estén dispuestos a
recibirla tan profundamente que produzca fruto. El ciento por uno.
Nuestra participación en la Santa Misa es también la aceptación de la semilla
de la Palabra. Que produce fruto en la medida de mi apertura para recibirla.

Primer Lectura (Is 55,10-11): La Palabra de Dios es Creadora


El profeta Isaías proclama un mensaje de esperanza: La Palabra de Dios
siempre produce resultados y es un acto creador. La promesa de salvación de
Dios se cumplirá.

Segunda Lectura (Rom 8,18-23): Esforzarse con Esperanza por una


Nueva Creación
San Pablo proclama un mensaje de esperanza. Somos hijos de Dios, que
pasamos con Cristo a través del sufrimiento en nuestro camino de esperanza
hacia la libertad de Dios para nosotros y para un mundo nuevo.

Evangelio (Mt 13,1-23): Una Semilla Que Produce Fruto


Dios siembra su palabra con esperanza. La Buena Noticia de salvación será
eficaz en todos los que estén dispuestos a permitir que ella cambie sus vidas.
ALELUYA…

OFRENDAS:
Te ofrecemos, Señor, LA BIBLIA, que contiene la Palabra de Dios, de la que
queremos alimentarnos para poder ser testigos del Evangelio en medio de los
hombres de hoy.

Te ofrecemos, Señor, LLAVES, llaves que abren la puerta de un hogar. Un


hogar que deberían tener todos, y que representan un lugar donde descansar,
donde sentirse protegidos, donde vivir una vida con una familia, donde recibir
amigos, donde refugiarnos.

Te ofrecemos, Padre, EL PAN Y LA UVA que se convertirán en el cuerpo y


sangre de Jesús. Ellos son el principal alimento de nuestra vida, que nos
permiten, con la ayuda del Espíritu Santo, hacer presente entre los hombres el
amor misericordioso con que tú nos amas.

PETICIONES
1. Por los que siembran y difunden la palabra de la Buena Noticia de salvación:
pastores y misioneros, catequistas y maestros, padres de familia, para que
sigan sembrando la semilla aun cuando no vean todavía fruto, Roguemos al
Señor.
2. Por los que no se sienten movidos por la palabra de Dios, para que la Iglesia
pueda percibir su anhelo silencioso y proclame la palabra de tal forma que ellos
vean que es importante para su vida y su felicidad, Roguemos al Señor.

3. Por los que han permanecido sordos a la palabra de Dios, para que se
sientan movidos por ella, cuando vean que florece y da fruto en las vidas de los
buenos cristianos, Roguemos al Señor.

4. Por los enfermos, los que viven solos, los que sufren o lloran, para que la
palabra de Dios les lleve consuelo, les dé el valor para aguantar su dolor y para
seguir esperando en un Dios amoroso y bondadoso. Roguemos al Señor.

5. Por nosotros y por todas las comunidades cristianas, para que no


permitamos que los afanes de la vida asfixien la palabra de Dios en nosotros,
Roguemos al Señor.

INVITACIÓN PARA COMULGAR


La Eucaristía es el banquete que da vida y en el cual podemos participar todos
los que hemos sido llamados a la mesa del Señor. Acerquémonos a recibir con
toda reverencia el alimento que nos renueva continuamente.

GRACIAS SEÑOR, POR LA EUCARISTÍA


Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos
trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de
tu presencia.

Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se
puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con
tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu
vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...

Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y
compartir la eucaristía...

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi
camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...

También podría gustarte