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MONICION DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Monición de entrada
Con la más fraternal bienvenida les recibimos en el Nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, para celebrar esta Santa Misa
en la Solemnidad de la Santísima Trinidad. En toda oración
cristiana y en toda fiesta nos dirigimos al Dios Uno y Trino; pero
hoy es una solemnidad especial dedicada a las tres personas de la
Santísima Trinidad. Esto, precisamente, cuando terminamos la
Pascua, en la que Dios Trino, con un evidente protagonismo
diferenciado nos ha querido comunicar con mayor densidad su
vida divina. Con mucho gozo iniciamos la celebración de estos
misterios. De pie, cantamos.

Moniciones a las lecturas


La Palabra de Dios hoy nos habla de las tres personas de la
Santísima Trinidad. La primera lectura afirma la unicidad de Dios
frente al politeísmo de otros pueblos. Pablo nos recuerda,
además, que también nosotros vivimos sumergidos en ese
misterio trinitario y que es en su seno donde podemos entender y
experimentar lo que significa ser hijos de Dios. Con mucha
atención escuchemos esta Santa Palabra.

Evangelio (Mateo 28, 16-20)


El final del evangelio de Mateo nos anuncia la misión que Jesús
encomendó a la Iglesia, antes de su despedida: evangelizar y
bautizar en el nombre del Dios Trino.
Oración de los fieles
A cada petición responderemos: Padre, escucha la oración de tus hijos.

 Por la Iglesia, para que sea sacramento de unidad y de comunión vivida entre
sus miembros y con toda la humanidad, a imagen de la comunión del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Oremos.
 Por nuestro Santo Padre Francisco, para que sea siempre escuchado y acogido
en su difícil y delicado ministerio, y pueda transmitir con entusiasmo, la belleza
de nuestra Iglesia, pueblo unido por el amor divino. Oremos.
 Por la paz en el mundo entero, para que el Amor del Espíritu Santo guíe el
camino de los pueblos destruidos por las guerras, ilumine a quienes ejercen el
gobierno de las naciones y les inspire nuevas vías de diálogo, entendimiento y
perdón. Oremos.
 Por los que sufren los efectos de la desintegración familiar, por los huérfanos y
las viudas, para que el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo les permita
restablecer sus vidas, sanar heridas y poner su vista hacia el futuro, con fe y
optimismo. Oremos.
 Por todos nosotros, para que aprendamos a vivir como una sola familia en el
Dios Uno y Trino, creciendo en la recíproca responsabilidad y atención y siendo
testimonio de la belleza de Dios. Oremos.

Presentación de las Ofrendas


Dios que es Uno y Trino llama a su pueblo a vivir en unidad. Ofrezcamos nuestros
lazos de hermandad cristiana, con las ofrendas de pan y vino. Cantemos…

Comunión
Cristo, segunda persona de la Santísima Trinidad, nos permite unirnos a Él, dándonos
su cuerpo y su Sangre en el pan y el vino. Acerquémonos con fe a comulgar.

Final
El mundo está dividido, la humanidad clama por el restablecimiento de la unidad y la
hermandad. Nosotros somos testigos de la primera comunidad unida por el amor: el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Vayamos a replicar esa unidad, construyendo lazos
firmes, primero entre nuestros familiares y luego con todos aquellos con quienes
convivimos día a día.
Tiempo Ordinario
Noveno Domingo – Ciclo B

Monición de entrada
Durante estos domingos ordinarios es bueno reflexionar sobre lo más
importante de la vida: La Eucaristía. Es un misterio que no podemos
comprender totalmente. Cristo es el Pan del Cielo, es nuestra fuerza en el
camino hacia Dios; es Vida. En este sacramento tenemos contacto
verdaderamente con Dios. Es posible por el don de la fe que el Padre nos
da en nuestro bautismo y que crece con la misma Eucaristía. Estamos
libres para aceptar o no a Cristo como el Señor de nuestra vida. Ahora
vamos a celebrar este memorial que Cristo nos dejó para ser celebrado
durante nuestra peregrinación en esta tierra. De pie, para recibir al
celebrante, cantando con mucha alegría

Monición a todas las lecturas


Las lecturas de este día nos hablan del amor de Dios y de cómo debemos
hacer vivo ese amor que como Elías fue experimentado por aquel pan que
Dios le otorgó para seguir su camino, escuchemos con atención las lecturas
correspondientes a este domingo.

Evangelio Jn 6, 41-51
Al igual que los israelitas se quejaron de Dios en el desierto, así también los
judíos se quejaron de Cristo. Cristo les pidió fe; fe en Él, en su palabra. El
que cree en Cristo es aquel que recibe, con fe, el pan de la palabra y el pan
de la Eucaristía. Esta fe es don de Dios y por eso tenemos que pedirla y
aceptarla. Antes de escuchar este profundo mensaje, cantemos el Aleluya,
de pie.
Oración de los fieles
A cada invocación, contestaremos: “Santifica, Señor, a tus hermanos”
 Por la santa Iglesia de Dios: para que la unidad, la caridad mutua y el
fervor reinen entre nosotros. Roguemos al Señor.
 Por la humanidad: para que se acaben en el mundo las guerras, las
divisiones, los odios, los recelos y las discordias, y recuperemos la
esperanza en el amor. Roguemos al Señor.
 Por los que conociendo el amor, sufren los frutos del egoísmo: la
soledad, la opresión, el desamparo: para que encuentren en su
camino quienes les comprendan y ayuden. Roguemos al Señor.
 Por nosotros mismos: para que, abandonando todos los ídolos:
dinero, prestigio, consumismo, primeros puestos… amemos a Dios
con un corazón sincero. Roguemos al Señor.
 Para que, saliendo de nuestra mediocridad, sepamos llevar a plenitud
la fe recibida en el bautismo, caminando así hacia la santidad que
Dios exige de nosotros. Roguemos al Señor.

Monición de ofrendas
Te presentamos Señor estas ofrendas como fruto de la tierra y de nuestros
sudores, para que sean aceptadas como incienso en tu presencia.

Comunión
Gracias Señor por el pan de tu palabra, ahora recibiremos tu cuerpo y
sangre en la sagrada eucaristía.

Final
Que este pan recibido no sea motivo de condenación para nuestras almas
sino un vínculo de la salvación prometida. Como Elías sigamos con fuerza
nuestro caminar.
Moniciones Solemnidad del Cuerpo y Sangre de
Cristo, Ciclo B
Monición de entrada
Queridos hermanos, nos encontramos ahora celebrando la solemnidad del
Corpus -que ahora se llama mejor "del Cuerpo y Sangre de Cristo"- y que
nació en el siglo XIII y es una celebración que nos hace centrar nuestra
atención agradecida en la Eucaristía como sacramento en el que Cristo
Jesús ha pensado dársenos como alimento para el camino, haciéndonos
comulgar con su propia Persona, con su Cuerpo y Sangre, bajo la forma del
pan y del vino. En la fiesta de hoy no nos fijamos tanto en la celebración de
la Eucaristía, aunque la organicemos y celebremos con particular
festividad, sino en su prolongación, la presencia permanente en medio de
nosotros del Señor Eucarístico, como alimento disponible para los
enfermos y como signo sacramental continuado de su presencia en
nuestras vidas, que nos mueve a rendirle nuestro culto de veneración y
adoración. Dispongámonos ahora más que nunca, a celebrar dignamente
esta Eucaristía. En pie, cantemos...

Monición única para todas las lecturas


En la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo la liturgia se explica a
sí misma. En efecto, las lecturas que proclamamos en este día nos sirven
para entender mejor lo que celebramos cada domingo en la eucaristía. En
todas ellas aparecen vinculados los conceptos de “sangre” y de “alianza”,
aunque con un sentido diverso en cada caso. Escuchemos atentamente los
detalles en cada lectura.

Evangelio (Marcos 14, 12-16. 22-26)


Escucharemos ahora el relato de la celebración pascual de Jesús con sus
discípulos, antes de su muerte, que es la partida de nacimiento de la
eucaristía cristiana, cuya solemnidad celebramos hoy.
Oración de los fieles
Contestaremos todos: "Padre, escucha nuestra oración"

 Padre Celestial, dale a tu Iglesia el sustento necesario para seguir


cumpliendo la misión que tú le has encomendado. Oremos.
 Padre, te pedimos que guíes a nuestros gobernantes para que
puedan tomar buenas decisiones que favorezcan a nuestros pueblos.
Oremos.
 Padre, te pedimos el pan material para aquellos que no lo tienen,
trabajo para los desempleados y un corazón generoso para que todos
podamos compartir lo que tenemos. Oremos.
 Padre, haz que quienes ahora participamos de este banquete
eucarístico, permanezcamos siempre fieles a tu amor. Oremos.

Presentación de las Ofrendas


Con amor presentemos al Señor el Pan y el Vino, con nuestros
agradecimientos por haberse querido quedar con nosotros para ser
nuestro sustento. Cantemos...

Comunión
Bendito seas Señor en tu cuerpo, sangre, alma y divinidad, verdadero Dios
y verdadero hombre, vengo ante ti a recibirte con humildad

Final
Este día con mucho amor el Señor sale a nuestro encuentro, bendigámoslo
porque nos nutre con el pan de la unidad
Moniciones XI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

Monición de entrada
Queridos hermanos: Cada domingo el Señor nos convoca a su banquete y
nosotros estamos aqui para atender su llamado. En el XI Domingo del
tiempo ordinario, les damos la más cordial bienvenida a la casa de Dios.

Mediante parábolas, Jesús nos sigue instruyendo y enseñándonos a cerca


del Reino de Dios. Dejemos que su palabra penetre nuestros corazones y
produzca el fruto deseado.

De pie, comencemos esta santa misa cantando...

Moniciones a las lecturas

Opción 1: Monición única para todas las lecturas


Comparaciones inspiradas en el mundo de la agricultura forman el
escenario simbólico en el que se desarrollan las lecturas de este domingo.
Tanto Ezequiel como Jesús usan imágenes del campo para explicar el la
instauración y crecimiento del Reino. Y por si nos parece que el Reino no
avanza al ritmo esperado, Pablo nos recuerda la importancia de caminar
en la fe aunque todavía no veamos lo que esperamos. Escuchemos
atentos.

Opción 2: Moniciones para cada lectura


Primera lectura (Ezequiel 17, 22-24)
Con una comparación, que prepara lo que luego ofrecerá Jesús en el
evangelio, el profeta Ezequiel anima al pueblo de Israel en su esperanza de
la vuelta a la Patria.
Salmo responsorial (Salmo 91)
Retomando las comparaciones propias de la liturgia de hoy, el salmista nos
lleva a dar gracias y proclamar la misericordia y justicia de Dios. Lo
haremos contestando:

Segunda lectura (2 Corintios 5, 6-10)


En su carta a los Corintios, sigue Pablo con los mismos pensamientos que
leíamos el domingo pasado, sobre la vida de una comunidad cristiana y, en
concreto, sobre el ministerio de un apóstol dentro de esa comunidad.

Evangelio (Marcos 4, 26-34)


Con su pedagogía admirable de las parábolas, Jesús quiere ahora hacernos
entender lo que es el Reino de Dios. Preparémonos con el canto del
aleluya para escuchar esas enseñanzas.

Oración de los fieles


Por la Iglesia, para que siga construyendo el Reino de Dios aún en los
países más difíciles de evangelizar. Oremos.
Por los gobiernos de las naciones, para que luchen por la paz y la justicia
en el mundo. Oremos.
Por los sufren catástrofes en el mundo, para que la misericordia de Dios no
les desampare. Oremos.
Por nosotros, para que habiendo sido reconciliados en Cristo, aportemos
nuestro esfuerzo en la construcción del Reino. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Ofrezcamos al Señor, junto a los dones de pan y vino, nuestros esfuerzos
para la construcción del Reino de Dios en este mundo.
MONICION DE ENTRADA

(Saludo) Sean bienvenidos a la casa del Señor. No olvidemos que Jesús


siempre está con nosotros y nos acompaña en las tribulaciones de cada
día. Solo basta creer en Él y en su palabra para sentir su amor y protección.
Con fe y confianza iniciamos esta santa misa.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: Jb 38, 1. 8-11

Salmo: 106

Segunda Lectura: 2 Cor 5, 14-17

Evangelio: Mc 4, 35-41

MONICION A LAS LECTURAS (única)

Tener una fe firme en Dios, es saber que Él es el dueño de la creación y


toda ella le obedece. Al permanecer unidos a Jesús viajamos seguros y a
salvo, el que vive como Cristo pide, se convierte en una creatura nueva.

MONICION A LAS LECTURAS (individual)

Primera Lectura

Dios habla a Job desde la tempestad y le revela la trascendencia de su ser


y de sus proyectos… Sólo Él es el dueño de la creación y al hombre no le
queda más que acatar con humilde obediencia sus misteriosos designios

Segunda Lectura
La experiencia del encuentro con Cristo Resucitado ha hecho que Pablo
cambie por completo su forma de pensar y de actuar… Desde que fue
llamado por Él, ya no se dejará guiar nunca por simples criterios humanos.

Evangelio

La escena de la tempestad calmada mientras Jesús parece desentenderse


de sus discípulos, nos recuerda que Él nunca nos abandona… Él prometió
guiar la barca de su Iglesia a buen puerto, no obstante las adversidades

MONICION AL OFERTORIO

Ofrecemos al Señor este pan y vino, junto con ellos ponemos en sus
manos nuestras debilidades, para que Él nos llene de fortaleza y de su
mano salir triunfante ante toda adversidad.

MONICION A LA COMUNION

Nuestra fuerza radica en la Sagrada Eucaristía, al unimos a Cristo en la


comunión, Él calma nuestras inseguridades y nos ayuda a enfrentar las
pruebas que se nos presentan día a día.

MONICION DE DESPEDIDA

Volvamos a nuestros hogares transformados en creaturas nuevas, gracias


al poder redentor de Jesucristo que nos renueva y anima a seguir este viaje
unidos a Él.

ORACION UNIVERSAL

Elevemos nuestros ojos al Señor, confiado en recibir su pronta ayuda:


A cada invocación responderemos: R. Escúchanos, Señor

1.- Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro Obispo José Francisco
y por todos los sacerdotes y diáconos de Jesucristo, roguemos al Señor

2.- Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los estudiosos
y por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor

3.- Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan
en nuestras comunidades, roguemos al Señor

4.- Por todos los que hacen el bien en nuestras parroquias y por los que
cuidad de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor

Fortalece, Señor, la fe del pueblo cristiano, para que nunca se enorgullezca


ante la prosperidad ni se desanime ante la adversidad, sino que en todo
momento sepa reconocer y experimentar que Tú estás cerca de nosotros y
nos acompañas en el camino de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Moniciones XIII Domingo del Tiempo Ordinario
Monición de entrada
Queridos hermanos, nuevamente el amor de Dios nos reúne en un
banquete fraternal.

En el XIII domingo del Tiempo Ordinario, las lecturas nos siguen mostrando
los milagros con los que Jesús revela progresivamente su condición divina.
Si antes era la tempestad del lago la que calmaba, hoy aparece como señor
de la enfermedad y de la muerte.

Confiados en que ese poder de Dios se sigue manifestando, comencemos


con fe esta santa misa. De pie, cantamos...

Moniciones a las lecturas

La idea que da unidad a todas estas lecturas de hoy es que Dios es amigo
de la vida. Es el Dios de la inmortalidad, el Dios que llama a compartir fe y
bienes materiales, y el Dios que se ha mostrado Señor de la vida en
Jesucristo. Acogerle puede colmar de fecundidad nuestra existencia, por
eso dispongamos todo nuestro ser para escuchar atentos esta buena
noticia que la liturgia nos trae en este domingo.

Opción 1: Monición única para todas las lecturas


Opción 2: Moniciones para cada lectura
Primera lectura (Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24)
El libro de la Sabiduría nos ofrece hoy una página sobre la razón de ser de
la muerte, una de las interrogantes que siempre ha preocupado a la
humanidad. Escuchemos.

Salmo responsorial (Salmo 29)


Con el salmo 29, manifestemos nuestra confianza en la voluntad de Dios
diciendo juntos:

Segunda lectura (2 Corintios 8, 7. 9. 13-15)


Con los argumentos necesarios, Pablo anima a las comunidades pudientes,
como la de Corinto, a ser generosos con las comunidades más necesitadas.
Escuchemos este mensaje que es para nosotros ahora.

Evangelio (Marcos 5, 21-43)


El domingo pasado preguntaba Jesús a sus discípulos: “¿Todavía no tenéis
fe?”. El texto del evangelio de hoy muestra la respuesta de fe que los
discípulos no supieron dar, puesta en la boca y en la vida de una mujer y
de uno de los dirigentes de la sinagoga judía. De pie, cantemos el aleluya...

Oración de los fieles


Para que el poder de Dios se siga manifestando a través de nuestra Iglesia
en el mundo. Oremos.
Para que los gobernantes de las naciones más poderosas y desarrolladas
compartan también sus bienes con los países más necesitados. Oremos.
Por los que carecen del sustento diario, para que aquellos que han sido
bendecidos con abundancia de bienes materiales sepan también
compartirlos y ayudar al más necesitado. Oremos.
Por los enfermos, especialmente los que no tienen los recursos para
buscar la medicina, para que el poder sanador de Dios se manifieste hoy
en ellos. Oremos.
Por nosotros, para que la participación en esta santa misa produzca en
nosotros la sanación de nuestros corazones. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas de pan y vino presentemos al señor nuestras dolencias y
preocupaciones. Cantemos con fe...

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