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HORA SANTA POR LOS 25 AÑOS DE LA PARROQUIA

Canto de entrada: Cantemos al amor de los amores.


1. Cantemos al Amor de los amores,
cantemos al Señor.
Dios está aquí,
venid adoradores,
adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra bendecid al Señor:
honor y gloria a Ti, Rey de la gloria;
amor por siempre a Ti, Dios del Amor.
2. Unamos nuestra voz a los cantares
del coro celestial;
Dios está aquí,
al Dios de los altares
alabemos con gozo angelical.
Gloria a Cristo…

Presidente: Señor Jesús, Dios de la Vida, en este día en el que tú nos convocas, estamos aquí como Iglesia Parroquial,
como Iglesia misionera, queremos adorarte, queremos permanecer en tu presencia, queremos escucharte.
Queremos tomar conciencia y agradecer el don precioso de ser Iglesia, de ser parroquia, junto a esto, también
deseamos que nos ayude a reflexionar juntos.

Silencio

Abramos nuestra vida a este nuevo impulso del Espíritu y construyamos entre todos un día inolvidable. Vamos a estar
una hora con Jesús. No es un sacrificio, es una gracia, una predilección. Digamos desde nuestro interior: Gracias,
Señor, porque nos permites estar contigo.
Siempre estamos en tu presencia, pero ahora con más intensidad. Nuestro estar aquí es la presencia del amigo en un
momento delicado para el amigo.
Al amigo le duele que le dejemos solo. ¿No habéis podido velar ni siquiera una hora conmigo?, dijo Jesús a los discípulos
que lo acompañaron en el Getsemaní. Ahora entremos con Él en el Huerto, en el lugar de encuentro con la voluntad de
Dios Padre y sintamos que Jesús te reconoce, te llama por tu nombre, como a Pedro, Santiago y Juan; y cuándo él
pronuncia tu nombre, te recrea. Te ama. Digamos todos:
Queremos, Jesús, estar contigo.
Queremos recordar tus palabras,
benditas palabras.
Queremos poner nuestro corazón junto a tuyo,
y captar tus sentimientos.
Señor concédenos vivir el don de este día,
que podamos maravillarnos de tu amor,
que descubramos un nuevo rostro en el hermano,
que vivamos sin prisas, sin inquietudes.
Es posible que hayamos escuchado muchas veces tu Palabra
pero no por ello deja de ser nueva hoy.
Nos recuerda San Pablo que la Palabra de Dios es viva y eficaz.
Con esta seguridad vamos a escuchar esta Palabra y
dejar que nos caldee el corazón.

 Escucha de la Palabra -Hch. 4, 32-35-


“El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues
lo poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se
los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían,
traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según su necesidad.”
Palabra de Dios.

SALMO 102
Bendice al Señor, alma mía,
y todo mi ser bendiga su Santo Nombre
bendice al Señor, alma mía
y no te olvides de sus beneficios.
Pues el Señor perdona tus pecados
Y tus dolencias cura
Él rescata tu vida del sepulcro
Y te colma de amor y de ternura.
El Señor es clemente y bondadoso,
lento al enojo y pronto para perdonar
no está siempre acusando
no rencor por los siglos alimenta.
Como un Padre es amoroso con su hijo
así es tierno el Señor con quien lo invoca;
pues él sabe bien de lo que estamos hechos
y no olvida de que somos de barro débil.
El amor del Señor por siempre permanece
y su justicia llega hasta sus hijos
de generación en generación
para aquellos que cumplen con su alianza
y sus leyes recitan y obedecen.

El que dirige:
“Y la multitud de los que habían creído eran un solo corazón y una sola alma.” El sueño de la unidad era el sueño de
Jesús. “Que todos sean uno para que el mundo crea.” Es la petición que Jesús le hace a su Padre poco antes de entregar
su vida.
La fachada del templo que ornamenta el altar en honor a Jesús Eucaristía, quiere representar nuestra parroquia, ella
requiere el color que le damos cada uno con nuestra vida, con nuestras ilusiones, con las ganas de ser luz para los
demás, con nuestras esperanzas y también con nuestras tristezas, enfermedades y sufrimientos, CON TODO Y
TODOS, HACEMOS PARROQUIA, HACEMOS IGLESIA.
Por ello ahora vamos a darle vida y color, vamos a escribir cada uno de nosotros nuestro nombre en un papel y como
ladrillos los iremos colocando para que veamos que la parroquia la construimos entre todos, todos somos importantes
y necesarios, todos tenemos nuestro lugar y misión. Al igual que de ser madre, padre o hijo uno no se jubila, tampoco
de formar parte de esta gran Familia parroquial. Gracias por estar aquí y formar familia conmigo y con el que tienes
sentado delante y detrás y…todos unidos mostramos el rostro de Cristo al mundo. Mientras tanto…
Cantamos: Juntos como hermanos.
Juntos como hermanos
Miembros de una iglesia
Vamos caminando
Al encuentro del señor

Un largo caminar
Por el desierto bajo el sol
No podemos avanzar
Sin la ayuda del señor
Unidos al rezar,
Unidos en una canción
Viviremos nuestra fe
Con la ayuda del señor

La iglesia en marcha está


A un mundo nuevo vamos ya
Donde reinará el amor
Donde reinará la paz
Por la parroquia me acoges en tu familia (Bautizados)
Oh Dios, Tú que nos has dado la Iglesia de tu querido Hijo,
nos has acogido en ella, por medio del bautismo,
que nos da la gracia de ser tus hijos, familia tuya.
Esta acogida no se hizo en una iglesia etérea,
se concretiza en una jurisdicción territorial,
en una iglesia particular llamada Parroquia.
Allí hay un registro que me identifica como tal.
Haz de nuestra Parroquia una familia con una sola mente
y corazón lleno de amor hacia ti.
Concédenos que nuestra vida comunitaria y nuestro
trabajo sea ejemplo para los demás
Guía a nuestro Párroco y sus asistentes en su trabajo.
Acoge las intenciones de la Parroquia Eclesiástica San José de Bramón
y mantennos seguros en tu amor.
Amén.
Canto: Iglesia soy, y tu también.
Iglesia soy, y tú también,
en el bautismo renacimos a una vida singular,
y al confirmar, hoy nuestra fe,
lo proclamamos compartiendo el mismo pan.
no vayas triste en soledad
ven con nosotros y veras
a los hermanos caminando en el amor,
ven con nosotros y serás
en la familia un hijo más
iremos junto caminando en el amor.
Yo le veré, envejecer,
pero a mi madre aun con arrugas y defectos la querré,
la quiero más, pues sé muy bien,
que ha envejecido sin dejarme de querer.

Por la parroquia me enseñas tus hazañas (Predicación- catequesis)


Como una semilla a ser sembrada necesita tierra abonada y ser regada con el líquido refrescante del agua, la fe
necesita ser fortalecida, nuestro corazón requiere el abono de la Palabra de aliento y consuelo, que nos llena de
esperanza, con los consejos que nos alientan en los momentos de dificultad y limitaciones.
Nos encontramos en una realidad que requiere ser vista con los ojos del discípulo que quiere descubrir nuevos
horizontes, consuelo, esperanza. Esta realidad exige que nos acercamos con corazón cristiano y ver la realidad con
ojos de discípulo para comprenderla e interpretarla con ojos de discípulo, porque no existen hermenéuticas neutras,
hermenéuticas asépticas, que siempre están condicionadas por una opción previa, nuestra opción previa es la de
discípulos.
Necesitamos acercamos a los pueblos en puntas de pie, respetando su historia, sus culturas, su estilo del buen vivir,
en el sentido etimológico de la palabra, no en el sentido social que tantas veces les damos, porque los pueblos poseen
entidad propia, todos los pueblos, poseen una sabiduría propia, conciencia de sí, los pueblos tienen un sentir, una
manera de ver la realidad, una historia, una hermética y tienden a ser protagonistas de su propia historia con estas
cosas, con estas cualidades.
Para ello se requiere encender luces con el anuncio de la persona y el reino de Jesucristo, muerto y resucitado, y la
práctica de la misericordia, la caridad y la solidaridad sobre todo para con los pobres, los que sufren, los olvidados y
los marginados del mundo actual, los migrantes y los indígenas.
Esta luz se expresa en seguir caminado de forma inclusiva, invitando, acogiendo y alentando a todo el mundo sin
excepciones hacia el futuro, como amigos y hermanos en el mutuo respeto a las diferencias.
Este anuncio y caminar crea una novedad de vida. La novedad siempre produce algo de miedo, pues nos sentimos más
seguros si tenemos todo bajo control, pero en la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad,
Dios ofrece siempre novedad, trasforma y pide confianza total en Él. Él siempre es la novedad. Él siempre es el mismo,
la novedad, “ayer, hoy y por los siglos” (Heb 13,8). Por ello la Iglesia reza: “Envía tu Espíritu y será una nueva creación
y renovarás la faz de la tierra”. Para tener fortaleza que venza el miedo a la novedad, requerimos tener un apoyo
firme, que nos dé firmeza, seguridad.
La novedad nos entusiasma, nos hace revivir.
En la Iglesia parroquial, por medio de la predicación y la catequesis, se nos da ese abono a la fe, se nos presenta la
novedad de una palabra que revela la acción de Dios en la historia y, si en otro tiempo, Dios realizó obras grandes en
favor de su pueblo, obras mayores, puede hacer con un pueblo que, teniendo fe como un grano de mostaza, adquiere
fuerza, para superar los obstáculos de la vida, pues posee la fuerza del Espíritu Santo, la fuerza y presencia de Dios
mismo, que Cristo prometió y envió y sigue asistiendo a todos los que lo pidan.
Este Espíritu refresca nuestra vida y nos hace mirar hacia el futuro con optimismo, por la Palabra de Dios que es
proclamada y, como buen discípulo le presto atención, le doy importancia, la grabo en la mente y corazón, para que en
el momento que la requiero, la repaso como alimento reconfortante.
Gracias Señor por tu Palabra y por las personas que la proclaman, predican, y con ella catequizan, para mostrarnos tu
amor y tu cercanía, tu poder y la fuerza que nos das para que realicemos nuestra vida con ilusión, optimismo y
esperanza.
Canto: Tu Palabra me da vida
Tu palabra me da vida confío en ti Señor
tu palabra es eterna
en ella esperare

Dichoso el que con vida intachable


camina en la ley del Señor
dichoso el que guardando los preceptos
lo busca de todo corazón

Tu palabra…

Postrada en el polvo esta mi alma


devuélveme la vida tu palabra
mi alma está llena de tristeza
consuélame señor con tus promesas

Tu palabra...

Escogí el camino verdadero


y he tenido presentes tus decretos
correré por el camino del Señor
cuando me hayas ensanchado el corazón

Tu palabra...

Por la parroquia me alimentas con tus gracias (Eucaristía y sacramentos)


Señor, tú iluminaste a los padres del Concilio Vaticano II para definir la Iglesia como "sacramento universal de
salvación" (LG 1, 2; 48, 2; 59, 1; GS 45, 1; AG 1, 1; 5, 1), indicando cómo debe ser su modo de actuar, el modo de su
actuación en este mundo: ser manifestación tuya, hacerte presente en medio de la humanidad.
Tú has equipado a la Iglesia para que realice dicha tarea de ser sacramento, dando la gracia de invocar al Espíritu
Santo y por su medio, hacerte presente en los diversos sacramentos con los que alimentas a tu pueblo de tus gracias
y así los humanos encuentren salvación y solución para sus vidas.
En tu Iglesia recibimos sacramentos, como ritos que nos manifiestan las gracias de Dios.
Sacramentos que son signos, que nos llevan a experimentar tu presencia y amor, que nos acoges en tu misericordia,
nos fortaleces para la lucha diaria y en los momentos de la pruebas de la vida.
En tus sacramentos, en las manifestaciones de tu presencia, que nos entregas por medio de la Iglesia, nos haces sentir
tu compañía, que no estamos solos en el peregrinar de la existencia, nos contagias de tu amor.
Esta vivencia de los sacramentos que has dado a la Iglesia, no podemos experimentar en nuestra cercanía a la Iglesia
parroquial, por medio de la cual recibimos los sacramentos para ser sacramento.
Queremos darte gracias por este gran regalo de tener una Parroquia, que como parte de tu Iglesia, como Iglesia
cercana a nuestras vidas, como depósito de las gracias, nos das los sacramentos y nos haces cercana el recibir los
sacramentos.
Queremos reconocer tu presencia en la Iglesia, y cercana a nuestra vida diaria, tu presencia en nuestra Parroquia.
Canto: Dios esta aquí.
Dios está aquí
Tan cierto cómo el aire que respiro
Tan cierto cómo la mañana, se levanta el sol
Tan cierto porque yo le canto y me puede oír

Dios está aquí


Tan cierto cómo el aire que respiro
Tan cierto cómo la mañana, se levanta el sol
Tan cierto porque yo le canto y me puede oír

Lo puedes sentir, a tu lado en este mismo instante


Lo puedes llevar, muy dentro de tu corazón
Lo puedes sentir, en ese problema que tienes
Dios está aquí, si tú quieres, le puedes seguir

Dios está aquí


Tan cierto cómo el aire que respiro
Tan cierto cómo la mañana, se levanta el sol
Tan cierto porque yo le canto y me puede oír

Lo puedes sentir, a tu lado en este mismo instante


Lo puedes…

Por la parroquia me muestras un horizonte (crear comunidad)


La Parroquia es
 Signo e instrumento de Jesucristo, Salvador universal
 Comunidad Eclesial. Comunidad de fieles. Comunión orgánica y misionera. Comunidad de comunidades y de
movimientos. Centro de comunión y participación evangelizadoras. Red de comunidades eclesiales, vivas,
dinámicas y misioneras. Lugar en donde los fieles viven la Iglesia y participan en su misión.
 Para la comunión con Dios y con los hombres
 Existe para evangelizarse y evangelizar
 Comunidad eclesial misionera en su propia comunidad (misión local) y "más allá de las fronteras" hacia las
gentes (misión universal)
 Con un pastor a la cabeza: el párroco.
Ella necesita renovación, para lo cual se requiere que los espacios de comunión sean “cultivados y ampliados día a día,
a todos los niveles, en el entramado de la vida de cada Iglesia" (Novo Millenio Ineunte (NMI) 45).
Ello exige tomar conciencia que "La unidad de la Iglesia no es uniformidad, sino integración orgánica de las legítimas
diversidades y todos los bautizados y confirmados tomen conciencia de la propia responsabilidad activa en la vida
elcesial" (NMI 46), "… dejándonos impregnar por el ardor de la predicación apostólica" (NMI 40). Esta pasión suscita
en la Iglesia una nueva acción misionera, que no podrá ser delegada a unos pocos "especialistas", sino que acabará por
implicar la responsabilidad de todos los miembros del Pueblo de Dios.
Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo solo para sí, debe anunciarlo. Es necesario un nuevo
impulso apostólico que sea vivido como "compromiso cotidiano" de las comunidades y de los grupos cristianos (NMI
40).
Conforme a estas enseñanzas y como realización concreta de la Iglesia misterio, comunión y misión, venimos Señor a
tu presencia para decir:
Señor Jesús, que llamaste a los Doce
a estar con Vos y vivir en comunidad,
mira con bondad a esta comunidad, mi comunidad.
No fueron el azar ni las coincidencias
que me trajeron hasta aquí,
fue tu llamado a servir entre los hermanos
y ser verdaderamente hermano.
Sé que no somos la comunidad de los mejores, de los santos,
sino de los que necesitamos de tu misericordia.
Perdón porque muchas veces el egoísmo nos gobierna,
porque nos dejamos mover solo por la imagen
o nos inmovilizamos por el “siempre se hizo así”.
Perdón por no ser siempre
la comunidad unida y fraterna que soñaste.
Gracias por los buenos y los malos momentos,
por los que hoy ya no están aquí y comparten ya con Vos
la mesa grande de la comunidad eterna.
Gracias por los hermanos que una vez me recibieron aquí,
por los que me enseñaron y ayudaron a crecer,
por los que día a día me acompañan,
por los que comparten en esta mesa cada día tu Pan.
Ayúdanos a ser una comunidad de hermanos,
una iglesia en salida,
a no cruzarnos de brazos e ir en busca del otro.
Que podamos convertirnos en abrazo para el que sufre,
en cobijo para el pobre, en sonrisa para el triste,
en peregrinos hacia la Casa del Padre.
Señor, haz crecer en todos los miembros de nuestra comunidad parroquial
el compromiso de escuchar, celebrar, testimoniar y anunciar tu Palabra.
Que todos nosotros descubramos nuestra vocación de ser una familia fraterna y acogedora,
donde todos los que hemos sido bautizados y confirmados,
tomemos conciencia de ser tu Iglesia,
Cuerpo y Pueblo tuyo,
que quiere ser sacramento de salvación para nuestros hermanos.
Que todos podamos encontrar
en nuestra parroquia tu presencia
que nos hable, santifique, perdone, consuele y nos confirme en el Espíritu,
uniéndonos al Misterio de la Pascua.
Haznos descubrir tus deseos sobre cada uno de nosotros:
hacia donde tenemos que dirigir nuestros esfuerzos,
lo que tenemos que hacer,
en qué debemos trabajar
y de qué debemos de ocuparnos para servir a los hermanos,
de modo especial a los más necesitados y, así́, cumplir tu voluntad.
Señor, ayúdanos a escuchar personal y comunitariamente
tus deseos sobre nosotros,
para que las decisiones de cada uno y
de nuestra Comunidad Parroquial
sean conformes a lo que tú esperas de nosotros.
Canto: Juntos cantando la alegría
JUNTOS CANTANDO LA ALEGRÍA
DE VERNOS UNIDOS EN LA FE Y EL AMOR.
JUNTOS SINTIENDO EN NUESTRAS VIDAS
LA ALEGRE PRESENCIA DEL SEÑOR.

Somos la Iglesia peregrina que Él fundó,


somos un pueblo que camina sin cesar,
entre cansancios y esperanzas, hacia Dios,
nuestro amigo, Jesús, nos llevará.
ESTRIBILLO.

Hay una fe que nos alumbra con su luz,


una esperanza que empapó nuestro esperar,
aunque la noche nos envuelva en su inquietud,
nuestro amigo, Jesús, nos guiará.
ESTRIBILLO.

Es el Señor, nos acompaña al caminar,


con su ternura a nuestro lado siempre va,
si los peligros nos acechan por doquier,
nuestro amigo, Jesús, nos salvará.
ESTRIBILLO.

Por la parroquia vela por el futuro de la Iglesia ministerial (ora por las vocaciones)
Gracias Señor por este momento de oración y encuentro contigo.
Ayúdanos Señor a no buscar el protagonismo;
a aprender de Ti a ser servidor de todos,
con la conciencia que hay más alegría en dar que en recibir.
Que esta sea una ocasión para tomar conciencia y
poner medios concretos para vivir el amor auténtico.
Gracias por mi parroquia.
Que seamos un rincón cálido.
un lugar donde nos queramos y
respetemos, un espacio donde,
unidos, nos esforcemos todos por tu
Reino y seguirte.
Que nos conozcan, Señor, por
vibrar y soñar con lo que tú vibraste
y soñaste.
Gracias por los niños y
los jóvenes, por los mayores y los
ancianos.
Todos formamos una
comunidad.
Tú los conoces personalmente:
conoces su nombre y su apellido,
sus virtudes y sus defectos,
sus alegrías y sus penas,
su fortaleza y su debilidad,
sabes toda su historia;
los aceptas como son
y los vivificas con tu Espíritu.
Señor que cada uno sirva para algo en la Iglesia.
Infunde tu llamada a realizar un ministerio en favor de todos.
Mira a los que haz llamado a la vida sacerdotal o religiosa,
que sean fieles ha dicho ministerio y,
fortalecidos por el Espíritu,
venzan los obstáculos y tentaciones en la respuesta a su vocación.
Suscita espíritus dispuestos
a realizar los diversos ministerios
necesarios para la evangelización y
servicios en tu Iglesia parroquial.

Canto: Tú has venido a la orilla


Tu has venido a la orilla
no has buscado a sabios, ni a ricos
tan solo quieres que yo te siga

Señor, me has mirado a las ojos


sonriendo, has dicho mi nombre
en la rena, he dejado mi barca
junto a ti, buscare otro mar

Tu sabes bien lo que tengo


en mi barca no hay oro ni plata
tan solo redes y mi trabajo

Señor, me has mirado a las ojos


sonriendo, has dicho mi nombre
en la arena, he dejado mi barca
junto a ti, buscare otro mar

Tu necesitas mis manos


mis cansancios que a otros descansen
amor que quiera seguir amando

Por la parroquia me das un lugar en el mundo y la iglesia (Parroquia misionera)


¿Qué es lo que Dios quiere de las parroquias hoy? ¿Qué llamada, en su nombre, hace la Iglesia a los cristianos y a sus
parroquias?
El amor de Cristo no se queda en sentimientos, sino que se traduce en compromisos curativos y liberadores. Cuando
ve una miseria humana, no se limita a conmoverse, sino que se acerca, asume la realidad, ofrece la ayuda necesaria. Es
un amor humilde y samaritano.
Por nosotros lo da todo y se dio del todo. Siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos: se empequeñecía para
dignificarnos; se entregó para salvarnos. Nos dio su palabra, sus medicinas, su pan. Se dio él mismo haciéndose pan.
Nos dio su cuerpo y su sangre y su Espíritu.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
La Palabra de Dios y la experiencia de la Iglesia nos ayudan a comprender la parroquia en su ser y en su misión.
La parroquia es definida como comunidad eclesial, que concretiza, hace visible y operante la Iglesia en un nivel
concreto; y realiza la evangelización entre las personas que se le encomienda. Por su naturaleza eclesial, a la parroquia
se le aplican en su propio nivel, las características de la Iglesia universal, con la misma misión de Dios Padre que quiere
salvar a todos los hombres (1Tim 2,4-6); ser misionera por la caridad que ha sido enviada a mostrar y a comunicar (CF
AG 10); ser misionera por su catolicidad, universalidad, que le exige hacer presente a Cristo y llevar su Evangelio a
todas partes, para dar gloria a Dios, enseñando y acompañando a los discípulos de Jesús a hacerse misioneros de Él.
En sentido general, la parroquia es misionera cuando:
 Se va haciendo casa y escuela de encuentro con Jesús, de conversión, comunión y solidaridad y espacio
privilegiado para la misión local y para el envío a misión más allá de las fronteras. (10)
 Evangeliza con todo a todos en su comunidad (territorial o personal), con prioridad a los alejados y a los no
cristianos.
 Realiza su servicio con un proceso que armoniza el anuncio del kerigma, la catequesis, la liturgia, el servicio de
la caridad y la animación de la caridad.
 Pone como fundamento y orientación de su programa pastoral la santidad (Cf NMI 30), mediante una pedagogía
correspondiente y las acciones que ayuden a los cristianos y sus comunidades a ser santos. El verdadero
misionero es el santo (CF RMi cap VIII) y el santo es el verdadero misionero.
 Evangeliza a todas las personas, las comunidades eclesiales, los grupos apostólicos y las instituciones, dentro
de su comunidad.
 Busca que sus feligreses y sus comunidades se comprometan como evangelizadores
 Evangeliza la cultura e incultura la fe.
Para ello queremos decirte:
Padre Amoroso,
fuente de toda bondad y de la vida plena,
con tu paciente amor nos llamas a aceptar tu presencia y a seguir tu sagrada voluntad.
Bajo la inspiración del Espíritu Santo
usa nuestro trabajo para tu gloria
y para fortalecer el testimonio y servicio de tu Iglesia.
Danos siempre el fuego del Espíritu Santo,
que ilumine nuestras mentes y
despierte entre nosotros el deseo de contemplarte,
el amor a los hermanos, sobre todo a los afligidos,
para que avancemos en el camino de la vida, la reconciliación y la paz.
Nos mantenga alerta en fe,
para que sepamos ver con los ojos del corazón
los acontecimientos cotidianos, sociales y eclesiales,
que sepamos interpretar y entender la realidad en que vivimos y
sepamos discernir el camino del Espíritu,
que conduce a formar al hombre nuevo,
discípulo misionero,
atento a los signos de los tiempos y
capaz de dar respuestas significativas de amor.
Señor, que arda en nuestro corazón el fuego de la misión
para llevar a todos los rincones de nuestra parroquia,
en comunión perfecta con Jesucristo, misionero del Padre,
y con todos nuestros hermanos más necesitados
el anuncio del Evangelio y el pan de la fraternidad.
A ti Jesucristo,
Camino, Verdad y Vida,
rostro humano de Dios y rostro divino del hombre,
enciende en nuestros corazones el amor al Padre, que está en el cielo,
y la alegría de ser cristianos.
ven a nuestro encuentro y guía nuestros pasos
para seguirte y amarte en la comunión de tu Iglesia,
celebrando y viviendo el don de la Eucaristía,
cargando con nuestra cruz y urgidos por tu envío.
Ayúdanos a aceptar los retos del Evangelio.
Señor, haznos pobres, humildes y solidarios,
testigos de resurrección, consolación y esperanza,
siervos presurosos de todos los hombres
que encontramos en nuestro caminar.
Aviva nuestro espíritu cuando compartimos
nuestras historias, dones y al aprender unos de otros.
Inspíranos para seguir construyendo en lo que otros fieles han construido.
Renueva nuestra fe ahora que reconocemos las muchas bendiciones que nos has
dado en los últimos cien años.
Danos el valor para aceptar el plan pastoral que estamos creando juntos
al poner en acción la responsabilidad que nos diste en el bautismo
de llevar tu amor y hacer vivo el Evangelio.
Encomendando nuestro mandato misionero “para que Dios sea conocido, amado y servido” a María,
madre y misionera,
cuida, guía y anima nuestro deseo y trabajo misionero
como cuidaste y animaste a Jesús el gran misionero del Padre Dios.
Te pedimos todo esto con corazones humildes y llenos de esperanza a través de
nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Canto: Id y enseñad
Sois la semilla que ha de crecer
Sois la estrella que ha de brillar
Sois levadura, sois grano de sal
Antorcha que ha de alumbrar

Sois la mañana que vuelve a nacer


Sois espiga que empieza a granar
Sois aguijón y caricia a la vez
Testigos que voy a enviar

Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor


Mensajeros de la vida, de la paz y el perdón
Sed, amigos, los testigos de mi resurrección
Id llevando mi presencia. ¡con vosotros estoy!

Sois una llama que ha de encender


Resplandores de fe y caridad
Sois los pastores que han de guiar
Al mundo por sendas de paz

Sois los amigos que quise escoger


Sois palabra que intento gritar
Sois reino nuevo que empieza a engendrar
Justicia, amor y verdad

Sois fuego y savia que viene a traer


Sois la ola que agita la mar
La levadura pequeña de ayer
Fermenta la masa del pan

Una ciudad no se puede esconder


Ni los montes se han de ocultar
En vuestras obras que buscan el bien
Los hombres al padre verán

El que dirige: Jesús se acercó a ellos y les habló así: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; vayan,
pues, y hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y
enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado. Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin
del mundo"(Mt 28, 18-20).
El que dirige: Jesús Eucaristía, Pan Partido para dar vida al mundo, gracias porque nos has llamado a seguirte, porque
nos invitas constantemente a escucharte, a permanecer a tu lado, a compartir la vida contigo.
Todos: Gracias.
El que dirige: Jesús Eucaristía, Pan Partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a la conversión,
vigorizándonos para dejarlo todo e ir tras de Ti, cambiando nuestra forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de
cada día, que es tu misma cruz; en la conciencia de que morir es alcanzar la vida.
Todos: Gracias.
El que dirige: Jesús Eucaristía, Pan Partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a conocerte, amarte y
servirte; porque nos acompañas a través de la vida sacramental fortaleciendo nuestra conversión inicial.
Todos: Gracias.
El que dirige: Jesús Eucaristía, Pan Partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a vivir en comunidad,
participando de la vida de la Iglesia, en el encuentro con los hermanos, en una vida fraterna y solidaria.
Todos: Gracias.
El que dirige: Jesús Eucaristía, Pan Partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a compartir con otros,
la alegría de ser enviados, gracias porque compartiendo tu misma misión nos haces constructores del Reino.
Todos: Gracias.

Canto Misionero: Hoy tomo la guitarra


Hoy tomo la guitarra,
le canto al Señor,
le pido que en el mundo
un nuevo amanecer nos traiga el señor.

Señor, Tú que comprendes a nuestra juventud,


enséñame el camino que nos lleve a tu casa
para encontrar la luz.

El cielo que creaste,


las aves que lo surcan,
hoy todos necesitan de tu luz,
los jóvenes comprenden
que el único que puede salvarnos
es aquel que está en la cruuuz.

Señor, ven con nosotros en esta comunión,


perdona nuestras almas,
enséñanos a amarte y estar siempre en unión.

Mi corazón hoy canta


porque Tú estas en mí,
no me abandones nunca y
haz que esta alegría yo pueda compartir.

El que dirige: Como comunidad llevada por el Espíritu te presentamos Jesús, Pan de vida, las necesidades de nuestros
hermanos con esta súplica: Envíanos, Señor tu Espíritu.
El que dirige: Por el continente europeo, para que aumentes en número y santidad las vocaciones sacerdotales,
religiosas y misioneras, así mismo te pedimos que en las familias acrecientes el amor a la vida y la capacidad de gozar
de ella. Oremos.
Todos: Envíanos, Señor tu Espíritu.
El que dirige: Por el continente africano, para que cada uno de los cristianos viva con autenticidad, buscando siempre
el servicio, haciendo de África la familia de Dios. Oremos.
Todos: Envíanos, Señor tu Espíritu.
El que dirige: Por el continente asiático, para que a través del diálogo, la Iglesia enfrente el reto de la evangelización
en el concierto disonante y complejo del mundo contemporáneo.
Todos: Envíanos, Señor tu Espíritu.
El que dirige: Por el continente de Oceanía, para que vea compensada con dones y carismas la generosa ayuda donada
a través de sus discípulos y misioneros, más allá de sus fronteras. Oremos.
Todos: Envíanos, Señor tu Espíritu.
El que dirige: Por nuestro continente americano, para que avives en nosotros la conciencia misionera, y llenos del
Espíritu Santo sepamos leer los signos de los tiempos, manifestando a cada uno de nuestros hermanos la ternura de
tu amor a través de gestos, sentimientos y actitudes humanizantes. Oremos.
Todos: Envíanos, Señor tu Espíritu.
El que dirige: Por nuestra Iglesia, para que dóciles a la acción del Espíritu, aprendamos a vivir en fidelidad a Ti Señor
Jesús y a la humanidad, en estado permanente de misión. Oremos.
Todos: Envíanos, Señor tu Espíritu
Letanía
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial. Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo redentor del mundo. Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios. Ten piedad de nosotros.
Santa María. Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios. Ruega por nosotros
Santos apóstoles. Hacednos apóstoles de Cristo.
Santos apóstoles Pedro y Pablo. Conservadnos la fe.
Santos evangelistas. Hacednos predicadores de Cristo.
Santos mártires. Hacednos testigos de Cristo.
Santos confesores. Hacednos seguidores fieles de Cristo.
Todos los santos de Dios. Rogad por nosotros.
Por el misterio de tu encarnación. Sálvanos, Señor.
Por tu nacimiento. Sálvanos, Señor.
Por tu bautismo. Sálvanos, Señor.
Por tu pasión y muerte. Sálvanos, Señor.
Por tu resurrección. Sálvanos, Señor.
Por tu admirable ascensión. Sálvanos, Señor.
Por la venida del Espíritu Santo. Sálvanos, Señor.
En el día del juicio. Sálvanos, Señor.
Por la conservación, el florecimiento y la santidad de la
Iglesia. Te rogamos, Señor.
Por el Sumo Pontífice, para que le otorgues gracias de
santidad y le asistas con tu Espíritu en el gobierno de la
Iglesia. Te rogamos, Señor.
Por los Obispos, los sacerdotes, los religiosos y los
seglares para que sean siempre fieles a la doctrina y a la
disciplina de la Iglesia, y vivan adheridos al Vicario de
Cristo. Te rogamos, Señor.
Por los sacerdotes, los religiosos y las almas
consagradas, para que fieles a su vocación, sean
testimonio de vida cristiana y acrecienten cada día su
celo apostólico. Te rogamos, Señor.
Por los seglares, para que conscientes de su compromiso
bautismal, se esfuercen por instaurar el Reino de Cristo
en su propio corazón y en los ambientes en los que se
desenvuelve su vida familiar y profesional. Te rogamos, Señor.
Por la unión de todos los cristianos en una sola fe bajo el
Vicario de Cristo. Te rogamos, Señor.
Por la conversión de todos los hombres a la verdad del
Evangelio. Te rogamos, Señor.
Por todos los perseguidos a causa de tu nombre. Te rogamos, Señor.
Por la defensa de tu Iglesia frente a sus adversarios. Te rogamos, Señor.
Por la conservación y el florecimiento de la familia
cristiana. Te rogamos, Señor.
Por la formación y la educación cristiana de la juventud. Te rogamos, Señor.
Por la irradiación del Evangelio sobre los hombres de la
ciencia y de la técnica. Te rogamos, Señor.
Por el incremento del espíritu cristiano en el mundo del
trabajo. Te rogamos, Señor.
Por todos los que gobiernan los pueblos, para que lo hagan
con justicia, equidad y respeto a tus derechos. Te rogamos, Señor.
Por los pobres, los enfermos y cuantos sufren en el
cuerpo o en el espíritu. Te rogamos, Señor.
Por la paz, la tranquilidad y el progreso de los pueblos. Te rogamos, Señor.
Por la conversión de los pecadores. Te rogamos, Señor.
Por todos nuestros seres queridos que has llamado ya a
tu presencia, para que gocen del descanso eterno. Te rogamos, Señor.
Por todo el pueblo de Dios. Te rogamos, Señor.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que has querido fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo; haz que
toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por Cristo nuestro
Señor. Amén.

El que dirige
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Oremos:
Oh Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de Tú pasión;
Te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de Tu redención.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Amen.

Canto: Bendito sea Dios


Bendito, bendito, bendito sea Dios
los ángeles cantan y alaban a Dios
los ángeles cantan y alaban a Dios

Yo creo Jesús mío que estás en el altar


oculto en la ostia te vengo a adorar
oculto en la ostia te vengo a adorar

Espero Jesús mío que en tu suma bondad


poder recibirte con fe y caridad
poder recibirte con fe y caridad

Por el amor al hombre moriste en una cruz


y al cáliz bajaste por nuestra salud
y al cáliz bajaste por nuestra salud

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