Está en la página 1de 4

SALACIVIL

Auto Supremo: 211/2012

Sucre: 17de julio de 2012.

Expediente: CB-39-12-S

Partes: Carlos Julio Quiroga Blanco

c/

María Esther Mercado Huerta

Proceso: Divorcio

Distrito: Cochabamba

VISTOS: El recurso de casación de fs. 137 a 138 y vlta. de obrados, interpuesto por Carlos
Julio Quiroga Blanco, contra el Auto de Vista Nº 81/2012 de 5 de abril 2012, cursante de fs. 130
a 131, pronunciado por la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba, dentro del proceso de divorcio seguido por el recurrente en contra de María
Esther Mercado Huerta, los antecedentes procesales; y,

CONSIDERANDO I:

ANTECEDENTES DEL PROCESO:

Que, adjuntando documental, Carlos Julio Quiroga Blanco interpuso demanda de divorcio en
contra de Maria Esther Mercado Huerta, por la causal prevista en el art. 131 del Código de
Familia, arguyendo que se encuentran separados más de once años, concretamente desde
diciembre de 1998, por lo que solicita se declare probada la demanda y disuelto el vínculo
matrimonial, además de la homologación del documento transaccional de 19 de enero 2010 en
el que se acordó sobre la división de los bienes gananciales y la asistencia familiar a favor de
su hija Maria Esther Quiroga Mercado. Citada con la demanda, conforme consta de fs. 16 a 16
de obrados, María Esther Mercado Huerta respondió a la demanda reconociendo la veracidad
de la separación libre, consentida y voluntaria desde el mes de diciembre de 1998 así como se
adhirió a la aprobación de la transacción suscrita el 19 de enero 2010 y en el Otrosí segundo
señala que en la transacción suscrita al no existir renuncia de los beneficios sociales que
hubiera cobrado el demandante, corresponde la devolución del 50% de los mismos

Sustanciado el proceso, el Juez Sexto de Partido de Familia de la capital, mediante Sentencia


Nº 568 de 25 de julio 2011, declaró probada la demanda principal y la mutua petición,
disolviendo en consecuencia el vínculo matrimonial de los esposos Carlos Julio Quiroga Blanco
y Maria Esther Mercado Huerta; asimismo homologó el documento transaccional de 27 de
enero 2010, continuando con la asistencia familiar de Bs.3.000 a favor de la hija Maria Esther
Quiroga Mercado que pasará el demandante conforme propuso él mismo. Y conforme a Auto
complementario de fecha 28 de julio de 2011, se dispuso la averiguación de activos y pasivos
gananciales en ejecución de sentencia.

En conocimiento de la resolución emitida en primera instancia, el demandante apeló respecto a


lo dispuesto en el Auto de 28 de julio de 2011 sobre la averiguación de activos y pasivos
gananciales en ejecución de sentencia, cuando existía de por medio un acuerdo transaccional
homologado. Que, remitidos los antecedentes, la Sala Civil Segunda, mediante Auto de Vista
Nº 81/2012 de 5 de abril 2012 confirmó parcialmente la sentencia con la modificación de
reservarse a la fase de ejecución de sentencia la averiguación de los beneficios sociales que le
correspondería al demandante para su posterior partición en el porcentaje respectivo. Ante la
determinación del Ad quem, Carlos Quiroga Blanco interpuso recurso de casación, mismo que
se pasa a considerar.

CONSIDERANDO II:

HECHOS QUE MOTIVAN LA IMPUGNACION:

Acusa la violación de los arts. 945 y 949 del Código Civil y del art. 390 del Código de Familia,
porque en el documento transaccional suscrito no se señala nada respecto a los beneficios
sociales mismos que fueron cobrados el año 2004 y gastados en su totalidad seis años antes
de efectuar la transacción (2010) figurando en dicho documento todos los bienes que quedaban
en la sociedad conyugal, otra cosa sería si se tratara de una cuenta por cobrar como
erróneamente entiende la demandada, por lo que ante la determinación del Ad quem respecto
a que los beneficios sociales se averiguarán en ejecución de sentencia viola el precepto
contenido en el art. 390 del Código de Familia que señala: "Se salvan las convenciones entre
cónyuges"; es decir se vulnera la efectividad de los derechos reconocidos por la ley sustantiva
en sus arts. 945 y 949 del Código Civil

Por otra parte señala que se han contravenido las disposiciones descritas en los arts. 519, 546
y 951 del Código Civil, al dejar sin efecto el inc. 3) de la cláusula segunda del acuerdo
transaccional suscrito por los actores, donde se declaró expresamente la inexistencia de otros
bienes renunciando a reclamación posterior. Si bien es cierto que el art. 102 del Código de
Familia establece que la comunidad de gananciales se regula por la ley, no pudiendo
renunciarse ni modificarse por convenios particulares bajo pena de nulidad, no es menos cierto
que ninguna de las partes, menos la demandada pidió o demandó la nulidad o anulabilidad de
todo o parte de la transacción definitiva predesvinculatoria, por lo

que lo convenido en la cláusula segunda inc. 3) tiene fuerza de ley entre partes conforme
establece el art. 519 del Código Civil y sólo podía ser disuelta por mutuo consentimiento o por
las causas autorizadas por ley, conforme establece el art. 519, 546 y 945 del Código Civil.

Finalmente, señala que el Ad quem aplicó indebidamente los arts. 101 y 142 del Código de
Familia, porque indica que la sentencia retrotrae sus efectos, en cuanto a los bienes al día que
se decretó la separación provisional de los mismos, lo que equivaldría a decir a la fecha de la
separación de cuerpos y bienes decretada por el juez al admitir la demanda (17 de febrero
2010), en cuya fecha quedan solo los bienes detallados en el acuerdo transaccional; es decir
que ambas normas señalan que se parte por igual lo que la sociedad conyugal tiene en el
momento de la separación judicial o en el momento de la separación provisional de los mismos,
en este caso enero 2010, fecha en la que se suscribió el documento transaccional que fue
homologado en sentencia.

Por lo anterior solicita que se case el Auto de Vista de fs. 130 a 131 y el Auto complementario
de a fs. 134, dejándolos sin efecto y declarando firme y con valor legal la homologación de la
transacción definitiva predesvinculatoria.

CONSIDERANDO III:

FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCION:

Que, aun el recurso de casación en el fondo presentado por el recurrente no cumpla con la
técnica recursiva necesaria para la presentación de los recursos de casación; entendiendo la
pretensión del actor sobre los puntos a los que hace referencia respecto a la violación de
normas e interpretación errónea e indebida de otras, diremos:

1.- Con relación a que la violación de los arts. 945 y 949 del Código Civil y del art. 390 del
Código de Familia, así como contravenir lo dispuesto por los arts. 519, 546 y 951 del Código
Civil, a tiempo de dejar sin efecto el inc. 3) de la cláusula segunda del acuerdo transaccional
suscrito por los actores, donde se declaró expresamente la inexistencia de otros bienes
renunciando a reclamación posterior; señalar en primera instancia que si bien los actores
suscribieron un documento transaccional predesvinculatorio mismo que se rigió por las normas
que dicen fueron violadas, se debe dejar claramente establecido que en la misma normativa se
expresa que toda transacción será efectuada siempre y cuando no esté prohibida por ley y
tendrán efectos de cosa juzgada siempre y cuando sean válidas, pudiendo ser disuelto por
consentimiento mutuo o por las causas autorizadas por ley. A tal efecto, cuando fue suscrito el
documento transaccional

si bien en la cláusula segunda inc. 3) se especifica que no existen otros bienes ni deudas
gananciales susceptibles de división y partición, renunciando ambos esposos a cualquier
reclamación posterior por ese mismo motivo, se debe establecer que el art. 111 num. 1) del
Código de Familia de manera expresa señala que son bienes comunes los adquiridos con el
trabajo o industria de cualquiera de los cónyuges, por otra parte el art. 102 del mismo cuerpo
legal, prevé que la comunidad de gananciales se regulará por ley y no podrá renunciarse ni
modificarse por convenios particulares, bajo pena de nulidad; de lo que se infiere que si bien en
el documento transaccional se señala que los esposos renuncian a cualquier reclamación
posterior, esta renuncia frente a lo dispuesto en la norma antes señalada no tiene validez
alguna, toda vez que dicha transacción se suscribió justamente bajo los términos del art. 945,
es decir siempre y cuando dicha transacción no esté prohibida por ley; en lo transado por los
actores estaba prohibido por el art. 102 del Código de Familia la renuncia a lo existente en la
comunidad de gananciales, como ser en el presente caso los beneficios sociales del
demandante, que si bien estos según afirma el recurrente fueron cobrados y gastados años
antes del 2010 cuando se realiza la transacción, es justamente lo que el A quo y el Ad quem
disponen que sea en ejecución de sentencia que se dilucide esta situación.

2.- Respecto a la errónea interpretación del art. 101 y la omisión de considerar el art. 142 del
Código de Familia, señalar que no ha existido indebida o errónea interpretación de dicha
normativa, toda vez que la misma de manera clara y especifica señala que forma parte de la
comunidad de gananciales los beneficios obtenidos durante la vigencia del matrimonio, aspecto
corroborado por el art. 111 num.1) del Código de Familia y sobre el que el Dr. Julio Ortiz
Linares en su Libro El Proceso Civil cuando cita al Dr. Carlos Morales Guillen, afirma que: "...lo
común, lo que la ley hace partible entre ambos cónyuges en condiciones de igualdad, son sólo
los frutos de esos bienes y las ganancias producidas por la industria, el trabajo y la suerte del
marido o de la mujer (art. 111) . En esta parte, la ley no establece preferencia ni distingue quien
aportó más o quien presta mayor actividad o rendimiento, conforme al principio que enuncia la
última fase del artículo..." De lo que se obtiene que, como consecuencia del matrimonio, surgen
dos clases de bienes: a) los propios que pertenecen al esposo o esposa y b) los gananciales
que pertenecen a ambos". Por lo que a tiempo de emitirse el Auto de Vista, la determinación no
solamente se ha enmarcado en la normativa antes citada, sino también en lo previsto en el art.
113 del Código de Familia, referido a la presunción de comunidad, mientras no se prueben que
son propios del marido o de la mujer, difiriendo dicha situación a ejecución de sentencia.

Por lo anteriormente descrito, corresponde a este Tribunal fallar de conformidad a lo previsto en


el art. 271 num. 2) del Código de Procedimiento Civil.

POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por el artículo 42 numeral 1 de la Ley del Órgano Judicial No.
025 de 24 de junio 2010, en aplicación de lo previsto por los artículos 271-2 y 273) del Código
de Procedimiento Civil, declara INFUNDADO el recurso de casación presentado por Carlos
Julio Quiroga Blanco cursante de fs. 137 a 138 y vlta.Con costas.

Se regula honorario profesional en la suma de Bs.1.000.-

Regístrese, comuníquese y devuélvase.

Relatora: Mgda. Rita Susana Nava Durán

También podría gustarte