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Epidemiología
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Tema: Fiebre Amarilla
Grupo:
Grupo 4 - Fiebre Amarilla
Fiebre amarilla.
Fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, que es endémica en áreas
tropicales de África y América Latina. Es difícil diferenciar muchas veces entre casos de
fiebre amarilla y otras fiebres hemorrágicas virales como arenavirus, el hantavirus, o el
dengue.
Empezó aproximadamente el año 1494, propagándose la enfermedad hasta el
mosquitos infectados.
Sudamérica.
introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad
cuando hay síntomas, los más frecuentes son fiebre, cefaleas, ictericia, dolores
Grupo 4 - Fiebre Amarilla
● La fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura y
por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. La vacuna ofrece una inmunidad
Signos y síntomas
El periodo de incubación es de 3 a 6 días. Muchos casos son asintomáticos, pero cuando
hay síntomas, los más frecuentes son fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda,
cefaleas, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los casos los síntomas
desaparecen en 3 o 4 días.
Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entran a las 24 horas de la remisión
inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados varios
órganos, generalmente el hígado y los riñones. En esta fase son frecuentes la ictericia
(color amarillento de la piel y los ojos, hecho que ha dado nombre a la enfermedad), el
color oscuro de la orina y el dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias
orales, nasales, oculares o gástricas. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica
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Transmisión
El virus de la fiebre amarilla es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por
mosquitos de los géneros Aedes y Haemogogus. Las diferentes especies de mosquitos
viven en distintos hábitats. Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en
el bosque (salvajes), y algunos en ambos hábitats (semidomésticos).
Hay tres tipos de ciclos de transmisión:
1. Fiebre amarilla selvática: En las selvas tropicales lluviosas, los monos, que son el
principalreservoriodelvirus,sonpicadospormosquitossalvajesquetransmitenel virus
a otros monos. Las personas que se encuentren en la selva pueden recibir
picaduras de mosquitos infectados y contraer laenfermedad.
2. Fiebre amarilla intermedia: En este tipo de transmisión, los mosquitos
semidomésticos (que se crían en la selva y cerca de las casas) infectan tanto alos
monos como al hombre. El aumento de los contactos entre las personas y los
mosquitos infectados aumenta la transmisión, y puede haber brotes
simultáneamente en muchos pueblos distintos de una zona. Este es el tipo de
brote más frecuente enÁfrica.
3. Fiebre amarilla urbana: Las grandes epidemias se producen cuando las personas
infectadas introducen el virus en zonas muy pobladas, con gran densidad de
mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por
falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmitenel
virus de una persona aotra.
Tratamiento
La instauración temprana de un buen tratamiento de apoyo en el hospital aumenta la tasa
de supervivencia.
Importante
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitidapor
mosquitos infectados. El término "amarilla" alude a la ictericia que presentan
algunospacientes.
Una pequeña proporción de pacientes infectados presentan síntomas graves,y
aproximadamente la mitad de estos casos fallecen en un plazo de 7 a 10días.
El virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Centraly
Sudamérica.
Las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es
introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de
mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por
falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el
virus de una persona aotra.
La fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura yasequible.
Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin
necesidad de dosis de recuerdo.
Un buen tratamiento de apoyo en el hospital aumenta la tasa de supervivencia. No
hay tratamiento antivírico específico para la fiebreamarilla.
los mosquitos, no son capaces de generar calor interno, como por ejemplo hacemos los
mamíferos a través de diversos procesos metabólicos. Eso hace que su actividad dependa
de las fuentes de calor externas. Eso explica su ausencia durante los meses fríos de
invierno y su reactivación en primavera. Por ello, un mundo más cálido, como al que nos
dirigimos, resulta más favorable para las especies tropicales.
La temperatura acelera el desarrollo del mosquito, a más temperatura, más rápida es la
transición de una fase a otra.
En 2030 algunas regiones del mediterráneo cumplirán los requisitos para que se
establezca el mosquito de la fiebre amarilla.
De hecho, el mosquito parece haberse aprovechado del calentamiento durante el último
medio siglo. El calentamiento registrado desde 1950 al 2000 ha permitido a la especie
expandirse, tanto dentro de las zonas tropicales y subtropicales, como alcanzando zonas
templadas de Asia y América. En 2050 la especie se moverá hacia el norte con mayor
rapidez, especialmente en China y Estados Unidos. El avance será de entre 5 y 6
kilómetros al año. No parece mucho, pero supone un incremento anual enorme de
superficie y de nuevas poblaciones humanas expuestas al mosquito.
Las enfermedades transmitidas por vectores continúan contribuyendo de manera
importante a la carga global de morbilidad, causando anualmente más de 1000 millones
de infecciones, 1 millón de muertes y representando alrededor del 17 % de todas las
vidas, enfermedades y discapacidades perdidas a nivel mundial. Los insectos vectores no
pueden regular su temperatura interna y, por lo tanto, responden a cambios en las
condiciones climáticas a corto (p. ej., clima diario), mediano (p. ej., estaciones) y largo (p.
ej., El Niño, cambio climático) en marcos de tiempo.
El cambio climático es uno de los desafíos de salud global más abrumadores del siglo XXI
junto con otros cambios ambientales y sociales globales (por ejemplo, cambios en el uso
de la tierra y movimiento humano acelerado), donde la expansión de la distribución y/o el
aumento de la abundancia de vectores ya ha comenzado a remodelar ciertas
enfermedades infecciosas.
A nivel mundial, ya se han producido aumentos de temperatura promedio de más de 1 °C
desde la revolución industrial, y se ha observado un calentamiento aún mayor en las
masas de tierra continental. Nuestros resultados destacan cómo tales cambios
probablemente ya han mejorado el potencial de Ae. aegypti, si se introduce, para
completar su ciclo de vida en áreas con suficiente precipitación y disponibilidad de
huéspedes humanos.
Sin una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero, las
temperaturas globales seguirán aumentando considerablemente en las próximas
décadas.