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PROPOSITO/ OBJETIVO DEL SERMÓN: Reflexionar sobre la importancia de crecer en nuestra


comunión con Dios, por medio de la oración.

TÍTULO:
CRECIENDO EN ORACIÓN.

INTRODUCCIÓN (Anzuelo o gancho, para captar la atención):

La oración es uno de los usos más elevados que le podemos dar a nuestra habla. Por medio de
ella nos encontramos con Dios para entregarle nuestro corazón en acción de gracias, petición,
intercesión y adoración. La oración es mejor que la preocupación. La oración debe estar en el
centro de todo lo que hacemos. Y eso todos lo sabemos.

Pero, si yo les preguntara en esta mañana, de uno a diez, siendo diez la mejor calificación,
cómo está su nivel de oración ¿Cuántos se calificarían con un diez? Estoy seguro que todos
nosotros, incluyéndome, quisiéramos crecer en esta disciplina de comunión con Dios.

Muchos de nosotros hemos caído en la monotonía de la oración fría y repetitiva. Anhelamos


crecer en comunión con Dios. Queremos ver la manifestación del poder y la voluntad de Dios
por medio de esta actividad. Queremos oraciones contestadas, almas salvadas, iglesias
crecientes y maduras, países avivados, familias restauradas, entre muchas otras cosas más.

Es por eso que este mensaje tiene como objetivo animarlo a crecer en oración.

Este mensaje se titula: CRECIENDO EN ORACIÓN.

1. EL CRECIMIENTO ES POSIBLE.

a. Todos podemos crecer en oración. Esta no está reservada para "grandes siervos
de Dios". Leamos Santiago 5: 13-18.

13
¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante
14
alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren
por él, ungiéndole con aceitef en el nombre del Señor. 15Y la oración de fe salvará al enfermo, y
el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. 16Confesaos
vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz
del justo puede mucho. 17Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. g 18Y
otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.h

ff
5.14: Mr. 6.13.
gg
5.17: 1 R. 17.1; 18.1.
hh
5.18: 1 R. 18.42–45.
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En este texto, Dios nos está hablando de la importancia de la oración para enfrentar el
desánimo o la tristeza, para alabar a Dios, para tratar con algunas enfermedades, con el
pecado y los conflictos interpersonales. Nos muestra que la oración de aquellos que hemos
sido justificados por medio de Jesucristo es poderosa. Luego, nos da una ilustración histórica
para demostrar que si es posible crecer en ella y sus resultados.

Nos muestra como el profeta Elías, quién fue un hombre como nosotros, que enfrentó
pasiones semejantes a las nuestras oró eficazmente; es decir con respuesta de parte del trono
de Dios. Todos podemos orar eficazmente, no necesitamos ser “grandes siervos” sino
reconocer nuestra debilidad, que sin la guía del Señor nada podemos hacer. Necesitamos dejar
de pensar que la oración eficaz es sólo para el pastor o los líderes de la iglesia, para personas
perfectas que nunca han tenido un mal pensamiento. ¡No! el crecimiento en la oración y su
respuesta, está disponible para todos aquellos que han sido salvos por Jesús y que se acercan al
padre celestial por medio de él, bajo la dirección del Espíritu Santo. Es posible crecer en
oración.

b. Además, no estamos solos en la oración, tenemos al Espíritu Santo. Leamos


Romanos 8: 26-27

26
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles. 27Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Necesitamos entender que cuando oramos, lo hacemos bajo la dirección del Espíritu Santo.
¿No sabemos qué decir? Tenemos la dirección del Espíritu Santo, quién nos recordará la
Palabra de Dios y pondrá palabras en nuestra mente. ¿Hemos pecado y nos sentimos mal para
orar? Tenemos al Espíritu Santo quien nos guiará a confesar nuestros pecados en oración
¿Tenemos nervios o pena porque no oramos como los “grandes siervos de Dios”? Tenemos al
Espíritu Santo quien hace llegar nuestra oración según la voluntad de Dios. ¿Se nos acaban las
palabras? No hay problema, Dios también nos guía en el silencio por medio del Espíritu Santo
para entender que estamos en la presencia de Dios.

Debemos recordar que cuando oramos, estamos siendo guiados por el Espíritu Santo, quien
intercede por nosotros ante el Padre (Romanos 8: 26-27) El Espíritu Santo ora por nosotros,
nos muestra a Cristo, nos guía a reconocer que todo está bien, Dios está en su trono y estamos
en su presencia. Es posible crecer en la oración.

c. Si queremos, vamos a hacer todo lo posible por crecer en oración. (Juan 14: 12-
14; 15: 16; 16: 23-24)

12
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y
aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo
haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
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16
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis
y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, él os lo dé.

23
En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto
pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. 24Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre;
pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

El crecimiento en la oración no llega sólo, demanda que nos despertemos de una vida de
monotonía espiritual y religiosidad de ultratumba. Exige que reconozcamos nuestra
debilidad, nuestra pereza, nuestra falta de prioridades, nuestro egocentrismo y nuestro
pecado.

El crecimiento en la oración demanda una entrega apasionada y auténtica de nuestro corazón


ante Dios, de manera racional y arraigada en las escrituras. Recordemos que la oración es una
acción y no una idea.

Pensemos en lo siguiente: Los mismos miembros de la iglesia que se emocionan a grito herido
viendo su deporte favorito, ni siquiera hacen el esfuerzo por llegar temprano a los cultos de la
iglesia, y mucho menos, por tener una actitud fervorosa en ellos. Más emoción se ve en un
funeral, que en nuestros cultos.

Si queremos la dirección de Dios en este año que está empezando; si no queremos estar
estancados en la vida espiritual y deseamos hacer discípulos para el Señor, necesitamos crecer
en la oración. Es por eso que la oración que debemos hacer hoy es porque Dios avive nuestros
corazones para que crezcamos en la oración. Dios lo hará, nos despertará, si es que deseamos
cumplir su voluntad y vivir para su Reino.

CONCLUSIÓN: Es posible crecer en la oración.

OREMOS.

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