"...

Y CUANDO
ORES....
 1.NO SEAS
HIPÓCRITA,
SÉ SINCERO.
  cuando ores, no seas como los
Y
hipócritas; porque ellos aman el
orar en pie en las sinagogas y en
las esquinas de las calles, para ser
vistos de los hombres; de cierto os
digo que ya tienen su recompensa.
(Mateo 6: 5)
  Qué es un hipócrita?
¿
El que pretende o finge ser
lo que no es.
!NO SEAMOS HIPOCRÍTAS!
 eamos sinceros.
S
Tengamos libertad.
No critiquemos.
Busquemos el equilibrio.
¿Cómo evitar la hipocresía
en la oración?
Buscando al Señor en
privado.
Mas tú, cuando ores, entra en
tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está
en secreto; y tu Padre que ve
en lo secreto te recompensará
en público.
(Mateo 6: 6)
 ! ORA EN SECRETO!
Es tu responsabilidad.
Es tu relación personal
con Dios.
Deja a Dios la
recompensa.
 Reconozcamos nuestra debilidad
para la oración, pero crezcamos
personalmente.
Y aprovechemos los tiempos de
adoración pública para estar en
comunión con Dios y nuestra iglesia.

2. NO INTENTES
MANIPULAR A
DIOS,
CONFÍA EN ÉL.
 Y orando, no uséis vanas
repeticiones, como los gentiles,
que piensan que por su palabrería
serán oídos.
(Mateo 6: 7)
La palabra “vano” que el Señor
Jesús utiliza en este texto,
significa "repetir ociosamente "
 Pero ¿Por qué el Señor
censuraba a los gentiles?
Porque ellos pensaban que la
repetición de una oración se
convertía en una "fórmula
mágica" para recibir las
bendiciones de Dios.
¿Qué hacer para que nuestras
oraciones no sean vanas?
Tengamos cuidado con el
misticismo.
Tengamos cuidado con el
racionalismo.
Tengamos dependencia y
confianza.
 Debemos tener cuidado de orar sin el
corazón y sólo con la razón.
Pero también debemos tener cuidado del
emocionalismo en la oración, es decir,
sólo buscar un sentimiento y no
sometimiento a la voluntad de Dios.
Dios desea nuestro corazón y
nuestras palabras.
Dios desea un corazón que con
sus palabras exprese su
devoción y dependencia de él.
 Cuando oremos seamos sinceros y
confiados de que estamos en la
presencia de nuestros Padre celestial,
quien nos escucha para hacer su
soberana y poderosa voluntad a través
de la oración.