Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La oración es uno de los usos más elevados que le podemos dar a nuestra habla. Por medio de
ella nos encontramos con Dios para entregarle nuestro corazón en acción de gracias, petición,
intercesión y adoración. La oración es mejor que la preocupación. La oración debe estar en el
centro de todo lo que hacemos. Y eso todos lo sabemos.
Pero hoy quiero preguntarle ¿Qué es la oración? ¿Qué tanto ha crecido en el conocimiento de la
ella, su significado, sus implicaciones, sus resultados? ¿Qué tanto ha profundizado en la
oración bíblica y espiritual? ¿Se han arraigado estos conceptos en su corazón para crecer en su
vida cristiana? ¿O solamente tiene una religiosidad de ultratumba? ¿Conocimiento sin
práctica? Es por eso que hoy deseo recordarle lo que ya sabe sobre la oración para retarle a
practicarla.
El cristiano tiene comunión con el Padre (1 Jn 1.3), con el Hijo (1 Co 1.9) y con el Espíritu Santo
(2 Co 13.14)
… lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión
con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
(1ª Juan 1: 3)
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro
Señor.
(1ª Corintios 1: 9)
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con
todos vosotros. Amén. (2ª Corintios 13: 14)
2
De la misma manera que establecemos relaciones de amistad con las personas que nos
agradan, así, por medio de la oración, podemos tener comunión con Dios.
b. La oración es comunión con Dios, lo que implica que comprendamos ante quién
estamos, Dios como nuestro Padre, por medio de, o con base en nuestra fe en Jesucristo,
según la guía o asistencia del Espíritu Santo. La oración es nuestro encuentro relacional
con Dios para rendirnos ante su presencia en adoración y compañerismo con él.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
le hay, y que es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11: 6)
Jacob (Génesis 28: 10-17) no supo que estaba en la presencia de Dios hasta que se despertó de
su sueño. Samuel no conocía la voz de Dios aunque servía en las actividades relacionadas con
el sacerdocio y el templo. (1ª Samuel 3) Aunque el famoso apóstol Pablo fue una persona celosa
de la religión judía, no había conocido personalmente al Dios, sino hasta que tuvo un
encuentro con el Señor Jesucristo. Y después fue un valiente testigo de él. Fue un hombre de
oración. (Hechos 9)
La oración antes de Cristo. Antes de la entrada el pecado en el mundo, Dios tenía una perfecta
comunión con el ser humano. Cuando leemos los primeros capítulos del Génesis podemos
observar la libertad que tenía el hombre de acercarse a Dios y hablar con él. Pero con la caída,
el hombre y la mujer huyeron de esa relación o comunión con Dios. Se escondieron de su
presencia, por lo que él tuvo que establecer los caminos para tener comunión con él, tales
como los sacrificios, la edificación de altares, y un ordenamiento religioso bajo la ley de
Moisés, que incluían acercarse al tabernáculo, y luego, al templo. Pero siempre, Dios quiso
encontrarse con el hombre y tener comunión con él. Veamos algunos ejemplos de personas
que tuvieron comunión con Dios, obviamente oraron y hablaron con él.
Abel ofreció a Dios una ofrenda con fe. Eso demuestra que no pensaba que Dios era una
idea sino una persona.
Set y sus descendientes fueron los primero en invocar a Dios.
Enoc caminó con Dios y fue llevado a su presencia.
Noé escuchó la voz de Dios sobre su juicio. Tenía comunión con Dios.
Abraham fue llamado amigo de Dios. Era una persona de oración o comunión con Dios,
Levantó o edificó altares en reconocimiento de sus encuentros divinos. Obedeció a Dios
debido a su comunión con él. Recibió respuesta a sus peticiones en el tiempo de Dios.
Moisés hablaba con Dios cara a cara en el tabernáculo de reunión y en el monte.
David fue un hombre de oración, cosa que podemos apreciar en los cánticos o salmos
por él compuestos.
El rey Salomón, también fue un hombre de oración que experimentó la manifestación
de la gloria de Dios cuando se construyó el templo.
Isaías y la mayoría de los profetas fueron hombres de comunión con Dios, vieron la
revelación de su grandeza y conocieron sus propósitos para con el mundo.
3
Daniel fue un joven que dedicó su corazón para Dios. Eso lo vemos en su convicción
referente a la oración. Dios lo bendijo ante diferentes dinastías de reyes e imperios y le
mostró el futuro con la venida de Cristo, pero además, con los tiempos de tribulación.
Esdras y Nehemías, debido a su comunión con Dios fueron usado para reconstruir el
templo de Dios y las murallas de la ciudad de Jerusalén. Era hombres de oración. Pero
todavía no habían entrado en el nuevo pacto.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7Si me
conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
(Juan 14: 6-7)
Aunque Dios, por su gracia soberana, escucha y conoce las peticiones de todos los seres
humanos, sean salvos o no, como por ejemplo el caso de Cornelio que encontramos en Hechos
10: 1; sí que tiene una relación especial con aquellos que hemos sido salvos por la fe en su hijo,
Jesucristo. Y nosotros, los cristianos, podemos tener comunión con Dios por medio de la
oración.
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su
carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados
los cuerpos con agua pura.
(Hebreos 10: 19-22)
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis
recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Romanos 8: 15)
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre! (Gálatas 4: 6)
No nos perdamos del gran privilegio de estar en la presencia de Dios por medio de la oración.
No nos perdamos de las grandes bendiciones que Él ha preparado para aquellos que orar. No
nos perdamos los cambios y las victorias de Dios por medio de la oración. La oración es
comunión con el Dios omnipotente para ser transformados a la imagen de Cristo.
4
Busquémosle y veremos como Su gloria se manifiesta en nuestras naciones, familias, iglesias y
vidas personales.
OREMOS.