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Asunto : Queja
Procedencia : Cusco
1. Criterio Jurisprudencial
“Procede declarar fundada la queja y ordenar que se remita el expediente al Ejecutor Coactivo para
que emita pronunciamiento sobre la prescripción de la acción de la Administración para
determinar la obligación tributaria, así como de la acción para exigir su cobro y aplicar sanciones,
si califica como solicitud no contenciosa o recurso de impugnación el escrito presentado ante éste
con el fin de que se pronuncie sobre la prescripción cuando la deuda tributaria se encuentra en
cobranza coactiva, siempre que el procedimiento iniciado como resultado de dicha calificación se
encuentre en trámite.
La SUNAT informó al Tribunal Fiscal que seguía a la quejosa el procedimiento de cobranza coactiva
de las deudas contenidas en diversos valores y que la quejosa opuso la prescripción por lo que
resolvió suspender el citado procedimiento hasta la emisión de la prescripción deducida.
Asimismo a SUNAT indicó que se remitió dicho escrito a la Sección de Control de la Deuda para la
atención de la solicitud de prescripción, habiéndose otorgado al mencionado escrito el trámite de
solicitud no contenciosa de prescripción, el cual fue atendido mediante Resolución de Intendencia y
que respecto a las órdenes de pago del RESIT objeto de cobranza se abrió el expediente de
apelación el cual fue declarado inadmisible mediante Resolución de Intendencia sin que se haya
impugnado.
El Tribunal Fiscal declaró fundada la queja toda vez que el ejecutor coactivo calificó de forma
indebida el escrito mediante el cual la quejosa opuso la prescripción ante éste, ocasionando que se
le otorgue a dicho escrito, por un lado, el trámite de una solicitud no contenciosa de prescripción y
por otro lado el trámite de recurso de apelación contra una resolución de intendencia que declaró
improcedente una anterior solicitud de prescripción.
Señala el órgano colegiado que dado que ya existen pronunciamientos al respecto del escrito en el
que la quejosa opuso la prescripción, los que además quedaron firmes por cuanto fueron
notificados conforme a ley sin que la quejosa haya impugnado dichos actos, no corresponde que el
ejecutor coactivo emita pronunciamiento sobre dicho escrito, ni que el Tribunal Fiscal disponga la
suspensión temporal de la cobranza coactiva, por lo que se declaró improcedente la queja en dicho
extremo.
Así, conforme con el acuerdo contenido en el Acta de Reunión de Sala Plena N° 2016-22 se
estableció como criterio vinculante:
“Procede declarar fundada la queja y ordenar que se remita el expediente al Ejecutor Coactivo para
que emita pronunciamiento sobre la prescripción de la acción de la Administración para
determinar la obligación tributaria, así como de la acción para exigir su cobro y aplicar sanciones,
si califica como solicitud no contenciosa o recurso de impugnación el escrito presentado ante éste
con el fin de que se pronuncie sobre la prescripción cuando la deuda tributaria se encuentra en
cobranza coactiva, siempre que el procedimiento iniciado como resultado de dicha calificación se
encuentra en trámite.
El Tribunal Fiscal consideró que a efectos de resolver el citado recurso correspondía determinar la
consecuencia que se deriva cuando se presenta una queja por infracción al procedimiento por
calificarse como solicitud no contenciosa o recurso impugnativo al escrito presentado ante el
ejecutor coactivo con el fin de que éste se pronuncie sobre la prescripción de la acción de la
administración para determinar la obligación tributaria. Así como sobre la acción para exigir su
cobro aplicar sanciones, cuando la deuda tributaria se encuentra en cobranza coactiva y el
procedimiento iniciado como resultado de dicha calificación se encuentra en trámite.
El ejecutor coactivo debe de verificar que ha operado la prescripción según lo previsto por
el numeral 3 inciso b) del artículo 119 del Código Tributario y el artículo 16 de la Ley de
Procedimiento de Ejecución Coactiva, puesto que el propósito de ambas normas es que no
proceda a la cobranza coactiva cuando se verifica que ha operado la prescripción.
El ejecutor coactivo cuenta con facultad de analizar y emitir pronunciamiento sobre la
prescripción en aplicación de los artículos 48, 112, 116 y 119 del Código Tributario.
Procede que en vía queja se reencauce el procedimiento en tanto ello sea posible, esto es
mientras no se haya notificado una resolución del procedimiento no contencioso o
contencioso tributario, puesto que en tal caso corresponde impugnar la resolución emitida,
sin perjuicio de que la queja sea declarada fundada.
Cuando en apelación no se cuente con los elementos probatorios suficientes para resolver
el Tribunal Fiscal declarará la nulidad de la resolución apelada y remitirá los actuados al
Ejecutor Coactivo para que cumpla con emitir pronunciamiento sobre la prescripción que le
fue opuesta.
Corresponde declarar fundada la queja cuando el Ejecutor Coactivo hizo una indebida
calificación y le dio trámite de no contencioso o de reclamación y ordenar a la
Administración que los actuados sean remitidos al Ejecutor Coactivo para que este se
pronuncie por la prescripción alegada, siempre que se encuentre en trámite.
Corresponde que todos los actuados sobre la prescripción invocada en el procedimiento de
cobranza coactiva sea evaluado por el Ejecutor Coactivo en cumplimiento de lo dispuesto
por el artículo 150 de la Ley N° 27444.
Procede que el Tribunal Fiscal disponga la suspensión temporal del procedimiento coactivo
y ordene al ejecutor que se abstenga a ejecutar las medidas cautelares que hubiera
trabado o de trabar o ejecutar alguna otra, en tanto no emita pronunciamiento sobre la
prescripción que le fue opuesta y que derivó indebidamente a otra área de la
Administración, o en tanto no culmine el procedimiento no contencioso o contencioso
tributario que el administrado se vio obligado a seguir.
El Tribunal Fiscal precisa que la suspensión de la cobranza coactiva solo se ordenará en los
supuestos en los que el Ejecutor Coactivo infringió el procedimiento al derivar
indebidamente el escrito mediante el cual el administrado opuso la prescripción a otra
área de la Administración.
4. Comentarios
4.1 ¿Qué es la prescripción?
La prescripción extintiva es una institución jurídica de vital importancia para el orden y la seguridad
jurídica, la misma que es relevante en el Derecho Tributario, toda vez que limita el poder de la
Administración Tributaria frente a los contribuyentes al limitarse el ejercicio de sus facultades a
determinados plazos
Así pues, el artículo 43 del Código Tributario, señala que la acción de la Administración Tributaria
para determinar la obligación tributaria, así como la acción para exigir su pago y aplicar las
sanciones prescribe a los cuatro años, y a los seis años para quienes no hayan presentado la
declaración respectiva. Asimismo, prevé que dichas acciones prescriben a lis diez años cuando el
agente de retención o percepción no ha pagado el tributo retenido o percibido.
Cabe indicar que la prescripción no extingue ni el derecho ni la acción, sino que únicamente
posibilita liberarse de la obligación en vía de excepción o de acción, pues en sí provee de un
derecho de defensa frente a la pretensión de quien fue perjudicado con el transcurso del tiempo.
De conformidad con el inciso o) del artículo 92 del Código Tributario, el deudor tributario tiene
derecho a solicitar la prescripción. Asimismo el artículo 48 del anotado código dispone que se
puede oponer la prescripción en cualquier estado del procedimiento administrativo o judicial.
En atención a las citadas normas se interpreta que el deudor tributario puede oponer la
prescripción en cualquier procedimiento administrativo, así pues si realizamos un repaso de los
procedimiento administrativos regulados en el Código Tributario y normas de desarrollo, tenemos:
el procedimiento de compensación de oficio, el procedimiento de devolución, procedimiento de
fiscalización, procedimiento de revocación a solicitud de parte, procedimiento de reclamación,
procedimiento de apelación y procedimiento de cobranza coactiva.
La prescripción puede ser invocada como una excepción en el procedimiento de reclamación y/o
apelación en cuyo caso la deuda tributaria cuya prescripción se deduce no es exigible
coactivamente según lo previsto por el artículo 115 del Código Tributario y serán los órganos
encargados de resolver el recurso impugnatorio quienes deben de pronunciarse por dicha oposición
a la acción de la SUNAT.
En esa línea, el Texto Único de Procedimientos Administrativos de la, TUPA SUNAT, aprobado
mediante Resolución de Superintendencia N° 192-2015/SUNAT, en el Procedimiento 57 del TUPA
de SUNAT señala que autoridad competente para resolver dicha solicitud de prescripción
presentada en mesa de partes de la SUNAT es el jefe de la División de Control de Deuda y/o el
Gerente de Control de la Deuda y Cobranza de la Intendencia y/u Oficina Zonal quien deberá
resolver en el plazo de 45 días hábiles. Posteriormente ante la falta de pronunciamiento de la
Administración en el referido plazo, según el artículo 163 del Código Tributario, el deudor tributario
podrá interponer una reclamación contra la resolución ficta denegatoria, y en el supuesto que en el
que la SUNAT se pronunció declarando improcedente el citado recurso, corresponde la
interposición del recurso de apelación contra dicha resolución que declaró improcedente la
solicitud de prescripción.
Conforme lo ha previsto el artículo 116 del Código Tributario, el Ejecutor Coactivo es quien ejerce
las acciones de coerción para el cobro de la deuda tributaria, estando facultado, entre otros para
verificar la exigibilidad de la deuda tributaria a fin de iniciar el procedimiento de cobranza coactiva.
Asimismo, según lo prescrito por el artículo 119 del referido código y el artículo 16 de la Ley de
Procedimiento de Ejecución Coactiva, el procedimiento de cobranza coactiva debe ser concluido o
suspendido cuando ha operado la prescripción.
Sobre el particular, es necesario distinguir dos conceptos que al parecer no quedan claros en la
antes citada jurisprudencia, el primero es la oportunidad de oposición de la prescripción y el
segundo es el trámite que se debe dar a dicha solicitud.
Pese a lo expuesto, en las resoluciones mencionadas no se ha señalado cuál es el plazo con el que
cuenta el Ejecutor Coactivo para pronunciarse y a partir de qué momento el deudor tributario
puede interponer recurso de queja para que el Tribunal Fiscal emita pronunciamiento.
Bajo la misma premisa utilizada por el Tribunal, esto es, no otorgar un tratamiento diferenciado a
situaciones similares, es incomprensible por qué el Tribunal Fiscal no consideró como un supuesto
de suspensión de la cobranza coactiva cuando la prescripción ha sido iniciada por el deudor
tributario como un procedimiento no contencioso, pues en dicha suspensión es imprescindible a
efectos de proteger el patrimonio del deudor hasta que se resuelva dicho procedimiento.
En virtud de lo expuesto, se concluye que interponer la prescripción al Ejecutor Coactivo tiene las
siguientes ventajas:
La omisión del ejecutor coactivo habilita la interposición de queja para que el Tribunal
Fiscal se pronuncie sobre la prescripción invocada en solo 20 días hábiles.
Una vez invocada la prescripción del Ejecutor Coactivo este deberá suspender el
procedimiento de cobranza coactiva hasta que se resuelva lo solicitado.
Blog de Armando Mendoza Ugarte
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Esta causal se encuentra prevista en el inciso c) del artículo 31° de la Ley de Procedimiento de
Ejecución Coactiva (LPEC)[1] y se encuentra referida a las obligaciones de naturaleza tributaria. Es
por eso que se hace mención a los recursos que se utilizan dentro del procedimiento contencioso
tributario, tales como la reclamación ante la propia entidad que dictó el acto administrativo y la
apelación ante el Tribunal Fiscal. No cabe hacer mención al recurso de apelación que se presenta
ante una municipalidad provincial (mencionado en el texto de la ley) debido a que tal posibilidad
ha sido suprimida por el Código Tributario. En la actualidad, de rechazarse una reclamación,
corresponde interponer apelación ante el Tribunal Fiscal.
Conforme a la LPEC sólo procede la suspensión si: a) los recursos se encuentran dirigidos contra el
acto administrativo que sirve de título de ejecución; y, b) se hubieran interpuesto dentro del plazo
de ley.
La primera exigencia es de una lógica implacable: sólo procede la suspensión si es que, de forma
clara y expresa, se ha impugnado el acto administrativo que sustenta la ejecución. No cabe la
suspensión si el acto administrativo no ha sido impugnado expresamente, por lo que deben
descartarse aquellos escritos que no cumplen con tal exigencia (cartas u oficios protocolares,
peticiones de gracia, etc.)[2].
De esta exigencia se desprende, también, que no pueda invocarse la suspensión del procedimiento
como consecuencia de haberse interpuesto un recurso dentro de un procedimiento no contencioso
y que de alguna forma guarde relación con la deuda materia de ejecución. Por ejemplo, dentro de
un procedimiento de cobranza coactiva por una deuda de impuesto predial, el ejecutado no podrá
solicitar la suspensión por haber presentado una solicitud de exoneración del pago de dicho
impuesto. De igual forma, no podrá solicitar la suspensión argumentando haber interpuesto un
recurso en contra de la resolución que denegó su solicitud. Así y más claro se señaló en el
precedente de observancia obligatoria del 27/09/04 contenido en la Resolución del Tribunal Fiscal
N° 07367-3-2004 que indica lo siguiente:
“De acuerdo con el inciso c) del numeral 31.1 del artículo 31º de la Ley de Procedimiento de
Ejecución Coactiva, Ley N° 26979, modificada por la Ley N° 28165, no procede la suspensión del
procedimiento de cobranza coactiva durante la tramitación de un recurso de apelación formulado
dentro de un procedimiento no contencioso.”
“debe entenderse que dichos recursos deben ser formulados dentro de un procedimiento
contencioso tributario, pues sostener lo contrario, esto es, que se pueda suspender la cobranza
coactiva por el inicio de un procedimiento no contencioso, implicaría introducir una causal no
prevista en la ley que no guarda relación con el carácter exigible de la deuda, más aún si se
considera que no existe un plazo para presentar una solicitud no contenciosa, de modo que el
contribuyente se encuentra en cualquier momento en la atribución de presentar dichas solicitudes,
pudiendo por tanto desvirtuar el carácter exigible de la deuda” [3].
La segunda exigencia respecto de la interposición de un recurso dentro del plazo de ley ha sido
recogida expresamente por el Tribunal Fiscal al señalar en precedente de observancia obligatoria
que:
“De acuerdo a lo establecido en el inciso d) del artículo 119° del Código Tributario y al inciso c) del
artículo 31° de la Ley 26979, procede la suspensión del procedimiento de cobranza coactiva
siempre que el recurso impugnativo se haya presentado oportunamente”[4].
Los requisitos examinados deben presentarse en forma conjunta. No se admite que la sola
interposición de un recurso, vencido el plazo de ley, pueda suspender el procedimiento y tampoco
que pueda conseguirse tal efecto con la sola interposición de un escrito que no pueda ser calificado
jurídicamente como recurso (v.g. la sola petición de un plazo de gracia, la solicitud de información
sobre el acto administrativo o la contradicción genérica o indeterminada).
Y al decir recurso se excluye cualquier otro medio de defensa legal que pueda utilizar el
administrado, como por ejemplo una solicitud de nulidad del acto administrativo. Esto, porque la
nulidad no es considerada un recurso. En el ámbito del procedimiento administrativo ordinario
existe el recurso de reconsideración, apelación y eventualmente revisión, mientras que en el
procedimiento tributario existe el recurso de reclamación y de apelación. No existen más recursos.
Si el particular desea alegar la nulidad del acto administrativo podrá subsumir dicha petición
dentro de su recurso y, al momento de resolverse deberá ser motivo de pronunciamiento por parte
de la autoridad. Si la nulidad se presenta a iniciativa de parte, fuera del texto del recurso y fuera
del plazo, deberá ser entendida como solicitud, no dañando la exigibilidad del acto administrativo.
Postura discordante exhibe Fernández Cartagena[5], para quien “más que a un plazo, el derecho
del contribuyente a solicitar la nulidad se sujeta a una condición que consiste en que el Tribunal
Fiscal o el Poder Judicial no haya emitido una resolución sobre el particular. En tal sentido, la
nulidad puede ser invocada por el contribuyente en cualquier momento anterior al
pronunciamiento del Tribunal Fiscal o del Poder Judicial.” Lo que le permite concluir que “en estos
casos el ejecutor coactivo debe suspender la cobranza coactiva, sin tomar en cuenta si el recurso
fue presentado dentro del plazo de veinte días, pues la única condición consiste en que el Tribunal
Fiscal o el Poder Judicial no se hayan pronunciado”[6].
Si bien es cierto que toda nulidad puede ser interpuesta en cualquier momento y es posible,
también, que pueda invocarse dentro de un recurso, lo determinante será siempre la existencia de
un plazo para impugnar. Vencido dicho plazo no será posible sustentar con éxito un pedido de
suspensión. Lo contrario significaría dar paso a la subjetividad del particular, a quien le bastaría
invocar la existencia de una nulidad en cualquier oportunidad para obtener la suspensión del
procedimiento.
La cabal comprensión de esta causal de suspensión exige analizar por separado los supuestos de
impugnación de una orden de pago y la existencia de una demanda contencioso administrativa en
trámite.
Claro está que, si bien el plazo para reclamar puede extenderse en el tiempo, no ocurre lo mismo
con la acción de cobranza de la orden de pago por parte de la Administración debido a que por la
misma razón que no existe un plazo para reclamar, es legalmente posible que la Administración
ejercite una acción de cobro inmediata.
Esto fue, grosso modo, lo que se explicó con anterioridad, con lo que quedó claro que frente a una
orden de pago el contribuyente se encontraba en una posición de mayor debilidad que ante otro
tipo de actos administrativos.
Tiempo después, el propio Tribunal Fiscal rectificó su decisión por todo lo alto al dictaminar como
un precedente de observancia obligatoria lo siguiente:
“procede la cobranza coactiva de una orden de pago cuya reclamación ha sido declarada
inadmisible por la Administración, aún cuando el deudor tributario haya interpuesto recurso de
apelación en el plazo de ley”[8].
A diferencia de una causal similar aplicable a las obligaciones no tributarias, en esta causal no se
menciona como motivo de suspensión el que exista un plazo pendiente de vencimiento para
interponer un recurso administrativo o una demanda contencioso administrativa. Sin embargo, en
el primer caso, tal excepción no resulta necesaria ya que uno de los requisitos para contar con una
obligación exigible coactivamente es que el acto administrativo se encuentre consentido (artículos
9° y 25° de la LPEC); es decir, que haya vencido todo plazo para impugnar, por lo que ningún
procedimiento de ejecución se podrá iniciar si no se cumple con tal requisito. En el segundo caso,
no existe ninguna disposición legal al respecto y, por lo tanto, consideramos que la existencia de un
plazo para accionar (que como regla general es de tres meses contados desde la notificación del
pronunciamiento del Tribunal Fiscal) no constituye causal para suspender el procedimiento,
requiriéndose necesariamente la existencia de un proceso judicial.
Un comentario final respecto a la suspensión del procedimiento de ejecución coactiva por existir un
proceso contencioso administrativo en trámite. Algunas entidades han interpretado que, a pesar
de haberse interpuesto una demanda contencioso administrativa, no corresponde suspender el
procedimiento de ejecución por expreso mandato del artículo 23° de la Ley N° 27584, Ley del
Proceso Contencioso Administrativo[9], que dispone que la admisión de la demanda contenciosa
no impide la ejecución del acto administrativo.
Tal interpretación es errónea ya que en este caso nos encontramos frente a una norma especial (la
LPEC), que prima sobre la norma general. Posibilidad que, inclusive, es admitida y prevista por el
propio artículo 23° de la Ley del Proceso Contencioso Administrativo. En el mismo sentido ha
resuelto el Tribunal Fiscal en la RTF N° 2837-5-2004:
“Que mediante Resolución N° 65-16-00003341M del 7 de abril de 2004 el ejecutor coactivo declaró
improcedente la solicitud de suspensión del procedimiento de cobranza coactiva presentada por la
quejosa, por considerar que era de aplicación el artículo 23° de la Ley del Proceso Contencioso
Administrativo, aprobada por Ley N° 27584, según el cual la admisión de la demanda contencioso
administrativa no impide la ejecución del acto administrativo (…). Que sobre el particular el artículo
31.1° de la Ley N° 26979, modificada por la Ley N° 28165, establece como causal de suspensión del
procedimiento de cobranza coactiva, entre otras, el que se haya presentado dentro de los plazos de
ley, recurso impugnatorio de reclamación, apelación ante el Tribunal Fiscal o demanda contenciosa
administrativa que se encontrara en trámite. Que dicha norma resulta aplicable al presente caso
por tratarse de una norma especial, a diferencia del artículo 23° de la Ley del Proceso Contencioso
Administrativo”.
31.1 Además de las causales de suspensión que prevé el artículo 16 de la presente Ley, el Ejecutor,
bajo responsabilidad, también deberá suspender el Procedimiento en los siguientes casos:
(…)
c) Cuando se haya presentado, dentro de los plazos de ley, recurso impugnatorio de reclamación;
de apelación ante la Municipalidad Provincial de ser el caso; apelación ante el Tribunal Fiscal o
demanda contencioso administrativa que se encontrara en trámite.
[2] STC N° 3462-2005-PA/TC del 21 de setiembre de 2005. Caso Radio Bitel: “4.- En cuanto al
reclamo presentado al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que en copia legalizada corre a
fojas 3, se aprecia que éste no constituye ninguno de los recursos impugnativos a que se ha hecho
referencia en el fundamento precedente —sino que se trata de una carta por la que la actora
solicita, en su condición de empresa de radiodifusión, la verificación de las denominadas ‘señales
piratas’—, no ha sido interpuesto contra el acto administrativo que sirvió de título para la
ejecución ni, por último, contra el Ejecutor Coactivo del Banco de la Nación(…)”
[3] RTF N° 07367-3-2004 del 27/09/2004. La queja versaba sobre la inafectación del impuesto
predial solicitada por una institución educativa. Denegada la misma se interpuso recurso de
apelación ante el Tribunal Fiscal, la que sirvió para sustentar una posterior solicitud de suspensión.
[6] Ibidem.
[7] RTF N° 05870-1-2006 del 30/10/2006: “(…) se aprecia que (…) la Administración Tributaria ha
remitido el recurso de apelación interpuesto contra la Resolución Gerencial (…) que declaró
inadmisible el recurso de reclamación formulado contra la Orden de Pago (…), apreciándose en sus
folios 57 y 58 que tal resolución gerencial fue notificada el 26 de octubre de 2005, por lo que
habiéndose formulado apelación contra la misma el 11 de noviembre del mismo año, dicho recurso
ha sido presentado dentro del plazo de ley (..). Que por lo tanto y atendiendo a que la apelación ha
sido interpuesta oportunamente y elevada a este Tribunal para su pronunciamiento respectivo,
existe un procedimiento contencioso tributario en trámite.”
Por tanto, la deuda tributaria contenida en una orden de pago emitida conforme al artículo 78º del
Código Tributario y notificada conforme a ley es exigible coactivamente según se señala en el inciso
d) del artículo 115º del citado Código; la interposición de un recurso de reclamación contra dicha
orden de pago no modifica su exigibilidad, por el contrario, el pago previo de la totalidad de la
deuda constituye requisito para admitir a trámite la reclamación tal como se establece en el
artículo 136º del Código Tributario y solo de manera excepcional, cuando existan circunstancias
que evidencien que la cobranza de la deuda podría ser improcedente, en el numeral 3 del inciso a)
del artículo 119º del Código Tributario, se permite al ejecutor suspender temporalmente la
cobranza. Asimismo, la apelación oportuna de una resolución que declaró inadmisible la
reclamación contra una orden de pago, tampoco modifica la exigibilidad de la deuda contenida en
dicha orden de pago, pues ello no se encuentra previsto dentro de los supuestos de conclusión del
procedimiento de cobranza coactiva contenidos en el inciso b) del citado artículo 119º.”