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SE BUSCA AL ASESINO
DE LA ESTRATEGIA (I)
En el ámbito empresarial, la estrategia tiene algo de supraterrenal que le hace estar demasiado alejada de
la realidad y de la experiencia. Si los máximos directivos lograran activar fórmulas de diseño de estrategia
más cercanas al día a día de las organizaciones y de las personas, lo que podría denominarse “estrategia
experiencial”, aumentaría notablemente el porcentaje de éxito en la implementación de la estrategia.
A
los hombres de acción, do del caso. Einstein ya decía que “la
como a los pistoleros soli- teoría es asesinada tarde o temprano por
tarios del lejano Oeste, no la experiencia”, que viene a ser la ver-
les convence la teoría… sión sofisticada e ingeniosa de nues-
Pero no sólo a ellos. La tro castizo “del dicho al hecho hay un
teoría está de capa caída. Sólo man- buen trecho”.
tiene cuotas de interés en universi-
dades y demás foros románticos irre- ¿Y qué sucede con la estrategia?
ductibles. Las escuelas de negocio Pues algo parecido a lo que ocurre
punteras hace ya años que relegaron con la teoría. La estrategia es algo
la teoría y la redujeron a su mínima a lo que nadie pone peros desde un
expresión en favor del famoso méto- punto de vista conceptual, y que -en
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ese plano- tiene buena prensa, pues-
to que evoca de inmediato habilida-
des superiores como la capacidad
de pensar y de visión de futuro (¿a
quién no le gusta que le atribuyan
visión estratégica?). No obstante,
la estrategia también es observada
con prevención precisamente por ser
vista como algo demasiado teórico,
como algo que requiere mucho es-
fuerzo pero no garantiza resultados.
Pocos altos directivos están dispues-
tos a reconocer que su empresa care-
ce de estrategia y, sin embargo, tam-
bién pocos apuestan decididamente
por ella para construir el futuro. El
problema es que, sin una estrategia
clara, una empresa avanza con difi-
cultad, sin saber hacia dónde ni para
qué, sin retos, sujeta simplemente a
formulismos y convencionalismos
(“queremos crecer”). Como decía el
filósofo cordobés Séneca, “a aquel Pocos altos directivos están dispuestos a reconocer
que no tiene rumbo, nunca le sopla el
viento a favor”. que su empresa carece de estrategia y, sin embargo,
Según el management más orto- también pocos apuestan decididamente
doxo, la dirección estratégica tiene
tres fases: por ella para construir el futuro )
nDefinición de objetivos estra-
tégicos:
– Definir la filosofía y misión de – Asegurar las actividades nece- grado de acierto al trazar nuestros
la empresa o unidad de negocio. sarias para lograr que la estrategia planes, lograremos con mayor o me-
se cumpla con efectividad. nor facilidad cumplirlos.
– Establecer objetivos a corto y
largo plazo para lograr la misión de – Controlar la eficacia de la estra- Una buena estrategia debería lo-
la empresa, que concreta las activi- tegia para conseguir los objetivos de grar exactamente lo contrario de lo
dades de negocios presentes y futu- la organización. que preconizaba Einstein; es decir,
ras de una organización. debería encajar a la perfección con
Por tanto, podríamos decir que la experiencia, debería guiar impe-
n Planificación estratégica: la estrategia tiene, por encima, el cablemente a la acción. Sin embargo,
objetivo y, por debajo, la táctica, que el día a día se empeña en demos-
– Formular diversas estrategias vendría a ser la aplicación concre- trarnos que eso no es así, que la dis-
posibles y elegir la que será más ta de la estrategia; el objetivo es el tancia entre la estrategia y la acción,
adecuada para conseguir los objeti- destino, la estrategia es el camino y entre lo estratégico y lo operacional,
vos establecidos en la misión de la la táctica es el vehículo. Eso sí, una es demasiado grande.
empresa. cosa es establecer el destino, diseñar
el camino y decidir qué vehículo Este desencuentro entre estrate-
– Desarrollar una estructura or- utilizar y otra es poner manos a la gia y experiencia, ¿tendrá algo que
ganizativa para conseguir la estra- obra y conseguir que arranque el ver con las personas? Al fin y al ca-
tegia. vehículo y que empiece a recorrer bo, son las personas quienes crean
el camino que le deberá conducir al las estrategias y quienes intentan
n Implementación estratégica: destino deseado. Dependiendo del aplicarlas. Frente a la estrategia exis-
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ten dos actitudes directivas indivi- en el desarrollo de la organización. Quizá sin saberlo, JFK hizo suya la
duales que podríamos calificar de Consideremos un ejemplo: todos sa- siguiente aseveración de Víctor Hu-
extremas: la del directivo pro-estra- bemos que el hombre (corporeiza- go: “Como no sabían que era imposible,
tegia y la del directivo anti-estrate- do en Neil Armstrong) pisó la luna lo hicieron”.
gia. El pro-estrategia es el planifica- por primera vez en 1969. Lo que
dor y analítico y el anti-estrategia el no es tan conocido es que aquello No obstante, el componente reta-
intuitivo, impulsivo y lanzado a la fue el resultado de un sueño (¿un dor de los objetivos debe estar equi-
acción. Para ilustrarlo mejor pode- objetivo?) del malogrado presidente librado con el realista; cada organiza-
mos recurrir a Shakespeare, quien norteamericano John Fitgerald Ken- ción (o persona) debe aspirar a metas
nos brinda en su obra personajes nedy, quien, en 1961, llevó al con- adecuadas y consistentes con su si-
-algo enfermizos, eso sí- que repre- greso norteamericano la siguiente tuación, su historia, y sus recursos.
sentan ambos extremos: Hamlet, ex- propuesta: “Nuestro país debe compro- En el últimamente denostado mun-
cesivamente dubitativo y analítico, y meterse a alcanzar, antes de que finalice do del ciclismo, cracks como el bel-
Othello, demasiado impulsivo, lan- esta década, el objetivo de que el hom- ga Eddy Merck o el francés Bernard
zado a la acción sin reflexionar. bre pise la Luna y regrese a la Tierra”. Hinault se planteaban cada tempo-
Es decir, el Consejero Delegado de rada como objetivo ganar todas las
Asumiendo que las personas –y la gigantesca corporación USA Inc. grandes pruebas (el Tour, el Giro, la
sus competencias y voluntades– de- se permitía lanzar un reto ciclópeo, Vuelta, el campeonato del Mundo, la
ben tener algo que ver, vamos a re- algo que hasta aquel momento ha- Milán-San Remo,…), nuestro Miguel
flexionar sobre por qué suele estar bía sido un sueño imposible para la Indurain y Lance Armstrong restrin-
tan reñida la realidad, la experien- humanidad y que todavía en aquel gían mucho más sus objetivos (Tour,
cia, con la estrategia y sobre el ca- momento sobrepasaba lo ambicioso básicamente), mientras que el obje-
mino para intentar acercarlas. Dicho para coquetear con lo temerario. La tivo de cualquier corredor modesto,
de otro modo, vamos a acorralar a evaluación científica más optimis- los anónimos del pelotón, es acabar
ese asesino de teorías y estrategias ta por aquel entonces era de un 50 una gran ronda y, con un poco de
llamado experiencia, y lo vamos a por ciento de probabilidad de éxito. suerte, acariciar la gloria efímera de
intentar regenerar, convirtiéndolo una victoria de etapa.
en el aliado de la estrategia.
En el plano empresarial se suele
asumir que los objetivos corporati-
POR UN PUÑADO DE OBJETIVOS… vos deben girar en torno a alguno
de estos tres ejes: consolidación, cre-
La estrategia no tiene sentido si cimiento y/o rentabilidad. Como
no va asociada a un objetivo. Por afirma el filósofo José Antonio Ma-
tanto, el primer paso es definir un rina, las empresas inteligentes son
objetivo, un destino al que llegar,
eso sí, eligiéndolo bien, lo que no es
Podríamos decir que aquellas que gestionan bien la in-
formación, detectan con rapidez los
baladí. Los objetivos deben ser como
los amigos, pocos pero buenos.
la estrategia tiene, por problemas, son capaces de resolver-
los rápida y eficazmente, fomentan
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griego stratego significaba “general”,
en el sentido de mando militar. De
hecho, es sabido que una parte sus-
tancial de la estrategia empresarial
actual se ha nutrido de la experien-
cia estratégica militar, desde la del
general chino Sun Tzu (¿alguien no
ha leído el arte de la guerra según
Sun Tzu?) al general prusiano Von
Clausewitz.
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más difícil será lograr que implantación estratégica: contrarios al directivo farmacéuti-
co mencionado. Un ejemplo sería el
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