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1 R. Braidotti, Lo posthumano, trad. Juan Carlos Gentile Vitale, México, Gedisa, 2013.
los múltiples otros”2. La vida entonces es un movimiento inteligente y autopoietico que no
solo se encuentra en el individuo humano sino que opera también en toda la materia viva, y
en esta potencialidad la subjetividad se escapa de la especie humana para relacionarse con los
animales y el medioambiente en complejas interacciones transespecies que hacen de la
naturaleza y la cultura un continuum, es decir que en tanto estamos encarnados en la
materialidad de la vida autoorganizada nos entrelazamos en diversas historias que aúnan
humanos, artefactos, insectos, mamíferos, flores, abejas, tierras, etc. En una filosofía nómada
como llama la autora a su propuesta la salida del individualismo mercantil no puede ser
“humanizando” todo lo viviente y el medio ambiente imponiendo normas a ese continuum,
sino desfamiliarizando nuestras relaciones con el animal, la tierra y la tecnología para pensar
diferente. Esto significa ser capaces de configurar subjetividades situadas y mudables para
devenir-con y escapar de lógicas mercantiles que cristalizan relaciones de dominación,
domesticación y extractivismo.
La noción de Chthuluceno podemos decir que emerge como una época espacio-
temporal en donde el excepcionalismo humano es impensable, no podemos pensar la
urgencia de los cambios climáticos teniendo como punto de referencia al ser humano.
Haraway con esta noción intenta desmarcarse del Antropoceno y Capitaloceno como
sombrero mágico desde donde explicar las consecuencias devastadoras de las actividades
humanas sobre la Tierra. Acuñado por Crutzen y Stoermer, el Antropoceno reunió una serie
de discurso científicos para “teorizar, modelizar, gestionar y hablar sobre una Gran Cosa
llamada Globalización”3. Asi el término se volvió un sine qua non a principio del siglo XXI
para investigar y discutir, desde una diversidad de discursos científicos y sociales, un pasado,
un presente y un porvenir en el cual estamos inmersos. Sin embargo, quien hizo del planeta
un recurso disponible para el progreso del hombre no fue la especie Homo; quien hizo de la
quema de fósiles, a través de herramientas tecnológicas la punta de lanza del proceso de
2 Ibid., p. 60.
3 D. Haraway, Seguir con el problema. Generar parentesco en el Chthuluceno, trad. Helen Torres,
Bilbao, 2019.
modernización, fue la gran circulación de capital. A grandes rasgos el Capitaloceno sería la
conjugación del impulso extractivista con la revolución tecnológica del siglo XVI en
adelante. Haraway arremete entonces contra estas dos nociones por tratarse de historias que
siguen poniendo en el centro del problema al hombre como especie y a la tecnología como
determinante a la hora de configurar mundos posibles. Estas historias no dejan de ser
antropocéntricas y eurocentradas con discursos que buscan universalizar una diversidad de
relaciones espacio-temporales y multiespecies que no se dejan asir. Por lo tanto, hay que
abandonar la idea de una Historia universal y empezar a contar geohistorias enredadas que
abarquen la vida y la muerte de compañeros multiespecies en la configuración de mundos que
ya están siendo. Llegamos entonces al Chthuluceno propuesto por la autora como un
“espaciotiempo para aprender a seguir con el problema de vivir y morir con respons-
habilidad en una tierra dañada”4. Es un manifiesto a dar respuesta con responsabilidad en un
espacio tiempo situado históricamente y en alianza multiespecie con los que crecemos para la
creación de refugios. Se trata entonces de dar una respuesta con habilidad para devenir-con
especies compañeras, ser capaces de inventar conexiones fructíferas, de tejer historias de
mundos bióticos y abióticos que se emparejan y asimilan unos a otros. Esta configuración de
mundos colectivos o comunidades compost no pueden entenderse desde sistemas
individualizantes autoorganizados con límites definidos5 ya que estos son siempre móviles y
porosos, las relaciones complejas y múltiples, y para argumentar este punto Haraway se sirve
de la noción de simpoiesis de Beth Dempster que significa “generar-con”. Este concepto
ayuda a pensar-con el problema ya que la unidad de análisis u holobiontes es siempre
dinámica y situada, depende de los bichos que componen el ensamblaje heterogéneo. Para
ilustrar esta relación compleja la autora hace referencia a la mixotricha paradoxa, un protista
que vive en los intestinos de una termita y a su vez dentro suyo aloja miles de bacterias6. El
compost podemos decir es nuestra ontología fundamental, los individuos no preceden a las
relaciones de compostaje, son la relaciones mismas. Orquideas y abejas, micorrizas,
mamíferos y bacterias; historias entreveradas de humanos, animales y territorios, todos
procesos simbióticos que hacen del Chthuluceno un devenir-con en escalas de tiempos que
hacen y deshacen parentescos multiespecies.
4 Ibid., p. 20.
5 Ibid., p. 103.
6 Idem.