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Al analizar el texto que se nos presenta para el desarrollo del presente ensayo, me
surgen diferentes interrogantes con respecto a la relatividad de la moral, y como
dependiendo de las circunstancias esta puede ser pasada por alto. En el ámbito político
hay diferentes acciones que pueden parecer justificadas, pero que de ser realizadas
por individuos privados serían penadas o repelidas con violencia.
A pesar de que las premisas expuestas por Maquiavelo en su obra “El Príncipe” datan
de hace más de 500 años, desde mi punto de vista siguen estando vigentes,
lamentablemente vemos como los gobernantes de potencias mundiales utilizan sus
fuerzas militares y matan miles de inocentes con el fin de defender a los suyos, cuya
valoración se basa en “el fin justifica los medios”, en donde con el fin de salvaguardar a
la ciudadanía de un país en específico, se violan los derechos y la vida de las personas
del bando contrario, aquí es donde vemos como la moral se percibe como algo relativo,
dependiendo de quién esté tomando la acción y las circunstancias.
Pero el dilema de las manos sucias no se limita a la política, tal y como se expone en el
texto, el problema se puede presentar tanto a nivel privado como público. Es
interesante como a nivel político una serie de acciones, como por ejemplo cuando la
violencia policial contra la ciudadanía parece correcta, ya que el objetivo es mantener el
orden, pero dichas acciones al ser tomadas por ciudadanos comunes que defienden
sus derechos y lo que para ellos es lo correcto, será percibido como un delito o
violencia injustificada.
La justicia entonces se ve definida por lo que la mayoría percibe como moral, ético y
correcto, pero que no necesariamente funge como algo beneficioso para todas las
partes. Lo cual no quiere decir que se debería justificar asesinar, robar, mentir o dañar
a otras personas para obtener lo que se desea, pero ejemplifica la relatividad de la
moral.
Desde mi punto de vista creo que los paradigmas sociales establecidos, hacen que la
moral se perciba diferente dependiendo de la clase social, en la política muchas ideas,
acciones y acuerdos, de ser tomados o replicados por ciudadanos comunes serían
claras violaciones, delitos penados con cárcel, y sería visto por el resto de la sociedad
como algo inmoral.
Moralmente sabemos que la guerra no es la salida, así lo percibimos, pero por azares
del destino resultamos siendo una familia militar en los Estados Unidos, donde mi
padrastro fue sargento del ejército y fue enviado a la guerra del Golfo Pérsico, Iraq y
Afganistán; producto de estas guerras, hay jugosos salarios de por medio, facilidades
para créditos, estatus social diferenciado y demás condiciones positivas para quien las
recibe, que son consecuencia del sufrimiento de otros pueblos.
En conclusión, me parece que este ejercicio resulta enriquecedor, ya que nos hace
darnos cuenta de que en algún punto nos hemos visto envueltos en este dilema sin
pensarlo, y que hemos valorado la moral desde una perspectiva diferente dados los
resultados que podríamos obtener, o las circunstancias en las que vivimos.
Bibliografía
Televisa. (14 de Noviembre de 2011). El problema de las manos sucias .
(LuisTorresNGI, Editor) Recuperado el 04 de Octubre de 2020, de Es la Hora de
Opinar: https://www.youtube.com/watch?v=jYsh_IyGzv8