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TRABAJO PRÁCTICO 4

GALVAO DE ASSUNCAO, DANIANA - DNI: 95810571


COMISIÓN 4 (burbuja A-M) - DOCENTE: Victoria Reusa

DISCUSIONES EN TORNO A LOS PROCESOS DE SALUD-ENFERMEDAD-


ATENCIÓN

Este trabajo analiza la relación entre el oficio de trabajador pretrolero en YPF y la


masculinidad, donde aparece la figura de la “masculinidad heroica” con prácticas y
discursos que fomentan la manifestación de lo masculino en el ámbito laboral.

Desde los inicios de la empresa, las políticas corporativas han utilizado el repertorio
clásico que histórica y culturalmente define la masculinidad, a través de la división del
trabajo en espacios para hombres y mujeres. En este mundo sexualmente
jerarquizado, la gramática que utilizan para definir el perfil de quienes integran el grupo
señala una frontera trazada sobre los supuestos de la masculinidad necesarios para el
ejercicio de la profesión, que van desde la fuerza, pasando por el descuido estético, la
noción del cumplimiento del deber, el orgullo de pertenecer a esta institución a toda
costa, el aprecio por la valentía y el desafío, la exposición al peligro como acto heroico;
en fin, una profesión de “varones”, considerada algo virtuoso desde el punto de vista de
la virilidad.

YPF siempre ha sido considerado un espacio de trabajo y sociabilidad masculina. Es


un territorio de masculinidad, poblado por cuerpos de trabajo marcadamente
masculinos, que exponen sus músculos, bromas con contenido sexual, rituales,
pruebas de fuerza, entre otros íconos que definen un territorio, con pocas excepciones
de la participación de mujeres en el segmento. Ser “Ypefeano” es sinónimo de ser
hombre, “cumpliendo con el deber”, “sacrificandose por la patria y por el progreso”, lo
que constituye lo que el autor llama “masculinidad heroica”. Hay una verdadera
dictadura fabril que impacta en varios aspectos de la vida del trabajador, porque le
exige arriesgar su vida, “poner el pecho”, es decir, ser fuerte emocionalmente para ser
efectivo e incluso enfrentar duras condiciones de trabajo, situaciones de muerte y
graves accidentes.

A pesar de los juicios negativos, estos hombres se esfuerzan por comportarse de


acuerdo con el estereotipo asociado con el trabajo. Es como si trabajar ahí
representara la incorporación de ciertos símbolos de masculinidad y rusticidad, uso de
la fuerza, chistes malos, lenguaje sexualizado, entre otros. Estos rituales de virilidad,
relacionados con la sexualidad, a menudo se dan a través de insultos, burlas, chistes,
humillaciones, producción de vergüenza, violencia, etc., donde el trabajador se
convierte en mercancía tanto más barata cuanto más exacerbado y fortalecido se
encuentra el mandato de la masculinidad.

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