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pancreatitis crónica

 Es un proceso de larga evolución que consiste en una alteración de la


estructura de la glándula debida básicamente a fibrosis (inadecuada
cicatrización), que es progresivo en el tiempo y que termina por
desestructurar toda la glándula, llegando, al final, a alterarse todas las
funciones de este órgano.

El páncreas es una glándula situada en el abdomen, justo debajo del


diafragma, por delante de la columna vertebral y por detrás del
estómago.

¿Cuáles son los síntomas de la pancreatitis


crónica?
El síntoma principal de la pancreatitis crónica es el dolor crónico, que
está presente en más del 80% de los pacientes. Frecuentemente se
trata de un dolor continuo, de intensidad moderada, en la parte alta del
abdomen, irradiado hacia la espalda, que empeora tras las comidas o
tras beber alcohol y que mejora al flexionar el tronco hacia adelante o
al tumbarse boca abajo. El dolor suele ser continuo o en forma de
episodios de agudización, sin llegar en algunos casos a desaparecer
por completo entre episodio y episodio.

A medida que la pancreatitis evoluciona y la glándula pancreática se


va deteriorando, el dolor tiende a desaparecer, hecho que puede
ocurrir de 5 a 20 años tras el inicio del cuadro.
Síntomas más habituales:

 Dolor abdominal.
 Náuseas y vómitos.
 Distensión abdominal.

Otros síntomas que puede presentar la enfermedad se relacionan con


el deterioro progresivo de la función pancreática y suelen aparecer en
momentos en los que la enfermedad está avanzada. Entre ellos puede
aparecer diarrea y perdida de peso en relación con una inadecuada
digestión de los alimentos y la imposibilidad del organismo para
asimilarlos, conduciendo a una desnutrición progresiva. También
puede aparecer diabetes por no producirse insulina de forma
adecuada.

¿Cuáles son las causas de pancreatitis


crónica?

La causa más frecuente de pancreatitis crónica es el abuso crónico de


bebidas alcohólicas. El alcohol puede desencadenar pancreatitis en
algunos pacientes incluso a dosis leves o moderadas dependiendo de
la predisposición genética, hábito nutricional y otros factores.

Otras causas no tan claras son algunos factores nutricionales y


genéticos predisponentes. Entre las causas dietéticas destacan las
dietas muy bajas en proteínas y muy bajas o excesivas en grasa.
¿Cómo se trata la pancreatitis crónica?
La pancreatitis crónica no representa una situación urgente aunque sí
importante. El tratamiento está encaminado a mejorar la calidad de
vida de los enfermos y a intentar paliar aquellas complicaciones que
puedan surgir.

El primer objetivo del tratamiento es aliviar o suprimir el dolor mediante


medidas que van de menor a mayor intensidad. En algunos casos el
dolor mejora o desaparece si se evita el alcohol y se realiza una dieta
ligera con comidas frecuentes y poco cuantiosas.

En otros casos hacen falta analgésicos suaves, o más fuertes o


asociados a tranquilizantes o a opiáceos. En casos rebeldes puede ser
necesario el bloqueo de los nervios que conducen el dolor hasta el
cerebro mediante técnicas radiológicas o endoscópicas e incluso la
cirugía.

Debe también intentarse que la función que el páncreas va perdiendo


se supla mediante la administración por vía oral de enzimas que él ya
no fabrica. Si se desencadena una diabetes, debe tratarse
adecuadamente.

Plan de cuidados
El tratamiento consistirá en la toma de analgésicos, administración de
líquidos por vía intravenosa y control dietético. Los cuidados de
enfermería se basarán en el control de los síntomas y alivio del dolor.
También informarán y prestarán apoyo psicológico al paciente.
pancreatitis aguda 

consiste en una inflamación aguda, de inicio repentino, de más o


menos intensidad, en la que, tras el episodio, se recupera la forma y la
función de la glándula por completo.

El mecanismo principal que desencadena la inflamación es, por alguna


causa, la alteración en los mecanismos de control de la secreción de
enzimas, produciéndose una secreción «hacia adentro» de la propia
glándula en vez de hacia el duodeno, originándose una verdadera
autodigestión del páncreas y en ocasiones de órganos vecinos.

¿Cuáles son los síntomas de la pancreatitis


aguda?
El síntoma primordial que se encuentra presente en más del 95% de
los casos de pancreatitis aguda es el dolor abdominal.

Suele tratarse de un dolor mal tolerado, de intensidad moderada o


severa, situado en la parte alta o media del abdomen, de disposición
en barra, que se transmite como un puñal hacia la espalda, y que
invita al paciente a mantener quietud y acurrucamiento. Este dolor
suele tener un comienzo preciso y así lo relata el paciente o su familia.
Otros síntomas muy frecuentes, presentes hasta en el 80 ó 90% de los
casos, son las náuseas y los vómitos, inicialmente alimenticios y
posteriormente acuosos o biliosos. Otros dos síntomas también
comunes, aunque algo menos frecuentes son la febrícula y la
distensión abdominal.

Síntomas más habituales:

 Dolor abdominal.
 Náuseas y vómitos.
 Fiebre.
 Distensión abdominal.

En las pancreatitis leves, de curso más benigno, el síntoma más


frecuente es dolor moderado con o sin sensación nauseosa o vómitos.

Estos síntomas tienen un comienzo brusco y progresivo y duran desde


horas hasta semanas o meses, según la gravedad, el curso que coja
la enfermedad y los medios que se pongan para tratarla.

¿Cuáles son las causas de pancreatitis


aguda?

Las causas de pancreatitis aguda son múltiples, pero en general más


del 80% se pueden atribuir a tres causas principales:

Más de la mitad de los casos se deben a la salida de piedras a través


de la vía biliar, que desemboca, junto con el páncreas, en la papila
duodenal. Estas piedras suelen proceder de la vesícula biliar o del
conducto de la bilis.
En torno a una cuarta parte de los casos, es el consumo excesivo de
alcohol.
Las pancreatitis de origen no filiado, engloba a aquellos casos para los
que no se demostró ninguna de las causas conocidas.
Otras causas, que en conjunto representan menos del 10%, son tener
excesivos niveles de grasa en la sangre (hiperlipemia), exploraciones
endoscópicas de la vía biliar y pancreática, postoperatorios de cirugías
importantes, alteraciones estructurales de la región pancreática y
duodenal bien congénitas o adquiridas, alteraciones en la función de la
glándula paratiroides, traumatismos abdominales, fármacos,
infecciones y otras mucho más raras.

¿Cómo se trata la pancreatitis aguda?


 Tratamiento
El tratamiento de la pancreatitis aguda debe ser siempre en régimen
de hospitalización, incluso en una unidad de cuidados intensivos las
primeras horas o más si hiciera falta.

El tratamiento debe ser ajustado a cada caso, intentando adelantarse


a los acontecimientos que puedan aparecer en la evolución.

Los puntos básicos son: un estrecho control del paciente (constantes


vitales y analíticas múltiples y seriadas); el tratamiento del dolor con
potentes analgésicos, incluidos los opiáceos; mantener una adecuada
hidratación y nutrición del paciente por la vena, evitando alimentos por
boca; tratamiento específico de las náuseas y los vómitos; bloqueo de
la secreción gástrica de ácido con fármacos, antibióticos por vena para
evitar infecciones que ensombrecerían la evolución.

En los casos de pancreatitis aguda por piedras en la vía biliar, está


indicado intentar extraer la piedra mediante procedimientos
endoscópicos.

Plan de cuidados

El control por parte de enfermería del paciente con pancreatitis aguda


grave va a ser fundamental, y consistirá principalmente en la vigilancia
de los signos de complicación como fallo renal (control de diuresis),
insuficiencia respiratoria (disnea), hemorragia (hipotensión), shock
(hipotensión y fiebre) y aparición de colecciones intraabdominales
(dolor); además vigilaremos una nutrición adecuada, higiene y cuidado
de la integridad cutánea.

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