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Lo que sí sirve para diferenciar y definir a las actividades físicas y deportivas respecto de la

actividad no-física: el objetivo motor

    Algunos ejemplos de acciones humanas son: pensar, conversar, discutir, leer, escribir, estudiar, estar en
el botellón, nadar, estar tumbado…. Todas tienen en común ciertas características.

    ¿Qué es una acción humana? Una acción humana es una realización asignada a una persona, un algo
que hace un alguien. Esta realización es entendida y es interpretable según las intenciones que esa
persona tiene al efectuar la acción. Intenciones (metas, propósitos, objetivos, fines) de una acción son, por
ejemplo, intentar ganar dinero, intentar descansar, intentar colaborar con otro o intentar fastidiarlo,
intentar comunicarse, intentar mantenerse en forma, intentar enterarse de lo que está leyendo, intentar
aprender, intentar no llegar tarde a la cita, intentar ligar, intentar emborracharse…

    La acción también es interpretable y entendible según las condiciones del entorno en las que se efectúa
la realización (características del medio físico, características del medio social, características del entorno
personal). Por ejemplo, son condiciones del entorno: realizar la acción en solitario, o realizarla en oposición
a alguien, realizarla cansado, realizar la acción con una varita mágica, o utilizando el ordenador, realizar la
acción en la cama, realizarla hablando, viendo la televisión, mascando chicle…

    En resumen, para que haya acción humana se necesitan al menos, cinco elementos: una persona, una
realización, unas condiciones del entorno, una intención y una interpretación de las intenciones y de las
condiciones del entorno. Si falta alguno de estos elementos entonces ya no será una acción humana
(Ferrer Santos, 1990; Habermas, 1989; Mosterín, 1987; Parsons, 1968; Ricoeur, 1988; Sánchez Vázquez,
1967; Searle, 1992; Wright, 1970).7

    ¿Qué tipo de acciones humanas son las propias y específicas del conjunto de las actividades físicas y
deportivas? Dentro del universo de las acciones humanas se encuentran un subconjunto de acciones que
son las específicas de las prácticas físicas, un tipo muy concreto de acciones realizadas por personas
cuando hacen actividades físicas. Acciones de las prácticas motrices son, por ejemplo: correr por la avenida
durante media hora para intentar incrementar la resistencia corporal, mantener una postura de yoga
durante 30 segundos a un ritmo respiratorio lento, golpear el balón hacia la portería contraria sin ningún
defensa por delante para intentar que se introduzca en la portería, realizar un paso dentro de la
coreografía del baile en pareja intentando realizarlo a la perfección según el modelo previsto.

    ¿Qué elemento o elementos de los cinco que componen una acción humana permiten identificar las
acciones específicas de las prácticas físicas y deportivas? Por lo pronto, lo que es común a todo tipo de
acciones no sirve para identificarlas: persona, realización, condiciones del entorno e interpretación. Sin
embargo, lo que sí diferencia las acciones de las actividades físicas y deportivas respecto de las que no lo
son es la intencionalidad (meta, propósito, fin), es decir, el objetivo específico que se desea lograr con la
realización de las acciones.
Figura 6. Los componentes de una acción

    Seguidamente se justifica por qué se descartan los componentes de las acciones que no sirven para
identificar las acciones que son las propias de las actividades físicas y deportivas:

 Los diferentes tipos de personas (altas, bajas, mayores, jóvenes, hombres, mujeres, extrovertidos,
tímidos, resistentes, blandengues, vigoréxicos, racionales, creativos, eco-pijos, chandaleros,
alternativos…) no permiten identificar las acciones que son propias de las actividades físicas y
deportivas.
 No se puede recurrir directamente a los tipos de realizaciones, porque una realización es un
cambio de condiciones del entorno según una intención, es el proceso de modificar unas
condiciones por otras de acuerdo a una meta. Entonces, la realización implica referirse a las
condiciones y los objetivos buscados.
 No se puede recurrir directamente a los tipos de interpretaciones, porque las interpretaciones se
refieren siempre a las interpretaciones de las condiciones del entorno y a las interpretaciones de
las intenciones de la persona.
 Las diferentes condiciones del entorno (movimiento, uso del cuerpo, gestualidad, gasto energético,
tiempo libre-ocio, competición, oposición, juego) ya se vio atrás que tampoco permiten identificar
correctamente las acciones específicas de las prácticas físicas y deportivas. Y eso es así porque
cualquier tipo de condición del entorno personal, ambiental o social que pertenezca a la actividad
física y deportiva se encuentra también fuera de la actividad física y deportiva: tipos de
comunicación e interacción entre participantes (cooperativa, en oposición, simultánea, alternativa,
estable, cambiante…), tipos de terreno (formalizado, no formalizado, con incertidumbre,
domesticado…), tipos de materiales (móviles, fijos, implementos, ingenios mecánicos…), tipos de
tiempo (medido, libre, sincronizable, a término, con velocidad estable o cambiante, anticipado,
acompasado…) o tipos de gestualidad (desplazamientos, quietud, posturas, facialidades,
equilibrios, uso de los materiales…).

    ¿Y qué hay de las intenciones de la persona? Si la intención de la acción humana es transmitir
información a otra persona se está hablando de una acción comunicativa. Si la intención es crear algo
bonito y bello entonces se refiere a una acción estética. Si la intención de la acción es indicar lo bueno, lo
malo, lo aceptable o reprobable será una acción moral. Pero si la intención de la persona es hacer
intervenir su motricidad entonces se descubre la “acción motriz”. Lo que tienen en común todas las
actividades físicas y deportivas es la acción motriz (Parlebas, 2001). Es más, las acciones motrices sólo
aparecen en las actividades físicas y deportivas y no aparecen fuera de ellas.

    Se ha visto que algunos componentes de la acción motriz son comunes a las acciones no motrices:
personas, realizaciones, interpretaciones, condiciones del entorno (personal, ambiental y social). También
se ha determinado que el único elemento de la acción motriz que distingue a todo el global de las
actividades físicas y deportivas es la intención motriz, el “OBJETIVO MOTOR”. El objetivo motor es la
intención de la persona de hacer participar su motricidad, es la intención de la persona de poner en juego
su motricidad, es la finalidad que tiene la persona de hacer uso de su motricidad. Ejemplos de objetivos
motores son: intentar avanzar botando el balón, intentar que el balón lanzado penetre en la canasta,
intentar reproducir unos pasos de baile, intentar tocar a otro participante en el Pilla-pilla, evitar que te
derriben durante la lucha en Judo, intentar mantener una respiración profunda durante la relajación.

    Y es ese precisamente el principio-identificador, el principio-guía y también el principio-originador de


todas las prácticas físicas y deportivas: allí donde se encuentre un objetivo motor se habrá identificado una
actividad física o deportiva; y si se identifica una actividad física o deportiva es porque está asociada a
algún objetivo motor (a alguna intención de una persona de hacer intervenir su motricidad).
    Puntualizaciones. Como se vio, motricidad no implica siempre movimiento porque motricidad es un
concepto amplio que abarca muchos aspectos (estatismo y movimiento, corporalidad, gasto energético,
gestualidades infinitas, usos del espacio y del tiempo, coordinaciones y sincronías, precisiones gruesas y
finas…). Luego, “acción motriz” no significa acción-con-movimiento ni siquiera acción-con-motricidad. La
acción motriz es acción con finalidad motriz, es la acción que se dirige hacia la intervención de la
motricidad de la persona. La acción motriz es la acción-con-objetivo-motor. Actividades tales como ajedrez,
el wari y el parchís no son actividades físicas porque no conllevan ningún objetivo motor. Su intención es
simbólica (comerse piezas, acertar la suma de chinos…). Por ejemplo, el ajedrez puede ser jugado por una
persona que no se mueva, mediante el habla, cuando otra persona o una máquina desplace las piezas, o
las jugadas queden memorizadas; luego, no es deporte.

    Más puntualizaciones. La intención es algo personal, es algo que lo sabe la propia persona. El único que
sabe de verdad las intenciones de sus acciones es la persona misma. Para saber si es una práctica física y
deportiva habrá que indagar hasta deducir si se ha localizado un objetivo motor. En muchos casos es
relativamente fácil: la persona asume objetivos motores identificables y que con frecuencia están dados de
antemano (deportes, juegos motores tradicionales, bailes tradicionales…). Pero en otros muchos casos
(correr, caminar, escalar, perseguir, montar en bici, remar, golpear, manipular objetos, cansarse, jugar,
competir, oponerse, relajarse) puede que no quede más remedio que preguntar a la persona misma sobre
su intención. Y en el caso de que conteste que lo que pretende en sus realizaciones es un objetivo motor
(que su finalidad es hacer participar su motricidad en alguna de sus múltiples opciones) entonces se
confirmará que esa persona está realizando una actividad física o deportiva.

La definición de actividad física y deportiva

    La definición de actividad física será sencilla y breve: “Conjunto de acciones con objetivos motores”. O,
de una manera más explícita, “conjunto de realizaciones de las personas cuyas intenciones son hacer
participar su motricidad”. Lo cual quiere decir que cada actividad física y deportiva tiene sus propios tipos
de acciones identificadas, provocadas, caracterizadas, orientadas y guiadas según sus propios objetivos
motores.

    La definición amplia contiene a su vez las definiciones de “acción” y de “objetivo motor”. Así que la
definición completa y precisa de actividad física será “conjunto de realizaciones de las personas cuyas
intenciones son hacer participar su motricidad, siendo estas intenciones interpretadas y entendibles junto a
las condiciones del entorno”. Esta es una definición operativa, preparada para la investigación de las
prácticas físicas y deportivas porque detalla las variables y posibles indicadores a analizar (objetivos
motores de las acciones y condiciones del entorno personal, ambiental y social de las acciones, y sus
interpretaciones).
Figura 7. La definición de “actividad física” y sus rasgos

    Estas son algunas consecuencias de escoger al objetivo motor como elemento común e indispensable
de todas las actividades físicas y deportivas:

 El principio identificador de todas las actividades físicas y deportivas es el objetivo motor. Como se
dijo atrás, allí donde se encuentre un objetivo motor se habrá identificado una actividad física o
deportiva; y si se identifica una actividad física o deportiva es porque está asociada a algún
objetivo motor (a alguna intención de una persona de hacer intervenir su motricidad). Una de las
consecuencias es que permite definir el concepto de “actividades físicas”: conjunto de acciones con
objetivos motores.
 El principio originador de todas las actividades físicas y deportivas es el objetivo motor. Cuando se
desee realizar una práctica física o deporte simplemente hay que proponerse objetivos motores (ya
sean objetivos motores inventados o ya sean de uso común, como los objetivos motores de los
juegos y danzas tradicionales, los de los deportes o los de los ejercicios físicos estandarizados). Y
una vez propuestos, a continuación hay que asumir los objetivos motores, hay que intentar
lograrlos, superarlos, realizarlos, finalizarlos. En otras palabras, no solo las provocan, sino que
además el principio-guía de todas las actividades físicas y deportivas es el objetivo motor. Cada
acción o conjunto de acciones específicas que se descubre en el desarrollo de las actividades
físicas y de los deportes está orientado y encauzado mediante los objetivos motores que los
practicantes, consciente o inconscientemente, se proponen y efectúan. Más consecuencias. Para
inventarse una nueva práctica corporal, tome una actividad cualquiera y añada un objetivo motor.
Por el contrario, quite el objetivo motor a una actividad motriz y dejará de serlo; deje de intentar
el objetivo motor de una práctica física y dejará de estar practicándola (si no intenta que el balón
penetre por la portería contraria habrá dejado de practicar fútbol).

Figura 8. El objetivo motor es el principio-originador, el principio de identidad


y el principio-guía de las actividades físicas y deportivas

Para concluir. Cambiando la perspectiva en la manera de entender las actividades físicas y


deportivas

    Hay que dirigirse a las personas, hay que personalizar para determinar si hay o no hay práctica física o
deporte, en función de si la persona tiene o no tiene intención motriz. Si hay deporte es porque hay
deportistas que tienen objetivos motores. Si no hay personas con objetivos motores entonces no hay
actividad física ni deporte.

    Esta conclusión tiene su trascendencia. Para saber si lo que se presencia es una actividad física puede
que no sea suficiente con la simple observación externa de lo que está sucediendo. Entonces el acento
ahora se traslada al participante. La persona sabe y decide cuándo estará haciendo actividad física y
cuándo no hay actividad física. La persona ya no es un mero realizador maquinario, un simple ejecutor de
movimientos, un simple gastador de energía o un simple transmisor de información. Se acabó eso de
pensar que los practicantes no toman decisiones y que no son capaces de interpretar lo que les acontece a
ellos mismos y a sus semejantes. Muy maniqueo hay que ser para maquinar hasta el punto de
maquinarizar a las personas, o sea, de despersonarizarlas.
    Dejarse llevar por las apariencias externas, por las metáforas maquinarias, tiene sus consecuencias. El
paradigma anatomo-fisiológico (persona como máquina mecánica y energética) y el paradigma
conductista-neurocognitivo (persona como máquina cibernética) han obnubilado a los investigadores
durante décadas, impidiéndoles llegar a la esencia misma de la actividad física y deportiva. Eso ha
supuesto un enorme retraso en el avance hacia los conocimientos específicos de la actividad física y
deportiva. En definitiva, hay que dirigirse a lo que hacen las personas y a las intenciones de las personas
para saber qué es práctica física y deportiva y cómo funciona.8

    La segunda conclusión alude a las consecuencias del descubrimiento del criterio “objetivo motor” como
principio identificador del global de las actividades físicas y deportivas.

    Por el momento se ha puesto en evidencia que el objetivo motor es el desencadenante de la actividad
física y deportiva, pero, además, la orienta y guía durante su realización, la identifica y la define, e incluso,
sirve para diferenciar unas prácticas corporales y deportivas de otras.

    Por otro lado, los objetivos motores son de gran utilidad en la investigación y en la invención: los
objetivos motores sirven para clasificar las actividades físicas y deportivas, sirven para caracterizarlas, para
explicarlas, definirlas y estudiarlas y sirven para diseñar nuevas prácticas físicas y deportivas.

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