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Resumen
Quine en “Palabra y Objeto” sugiere que no se puede determinar una sola traducción como
adecuada. Además, niega la sinonimia y la referencia, dejando una pregunta fundamental sin
respuesta: ¿Cómo nos comunicamos? En este trabajo se pretende contestar la pregunta desde la
Introducción
traducción. Para comprenderla hay que considerar los siguiente: Quine distingue entre dos tipos
de oraciones, las ocasionales y la fijas. Las primeras están sujetas a un tiempo y espacios
determinados (a una ocasión), así, lo que se dice con ellas es observable. Por ejemplo: “su ojo
está irritado”. Dentro de este tipo de oraciones se encuentran las propiamente observacionales,
que se dicen de un sujeto único, como “este lápiz está roto.” La diferencia es que en el primer
ejemplo cabe la pregunta de ¿El ojo de quién? Y de eso depende la verdad o falsedad de la
oración. En el segundo ejemplo, el lápiz del que se habla está indicado, por lo que la verdad o
determinada. Su valor de verdad (o falsedad) se mantiene igual sin importar bajo qué
circunstancia se use mencionada oración. La verdad es, sin embargo, relativa al lenguaje, pues lo
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que se dice de x, está contenido en el concepto mismo de x. Por ejemplo: “Los árboles son
plantas.” Dentro de este tipo de oraciones se encuentran las leyes propias de las ciencias exactas.
De las oraciones ocasionales, Quine señala, es posible asentir o discrepar gracias a lo que
indica que el lápiz del que se habla al decir “este lápiz está roto” efectivamente está roto, se
no de la oración misma.
dado y en un tiempo dado) se excluyen una a otra. Es cierto que nuestro sujeto podría
verse provocado una vez, por una determinada estimulación σ, a asentir a S, y más tarde,
Ilustra con un experimento mental donde se imagina a un “lingüista de campo” que tiene
que traducir una lengua que le es absolutamente extraña. Nota que al ver un conejo, un local lo
sensorial de un conejo, los locales pueden afirmar o discrepar y así se determina si gavagai =
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Desarrollo
No obstante, surge una serie de problemas y es que el local pudo referirse a algo que no
sea propiamente un conejo. Lo puede decir (por ejemplo) con la intención de cazarlo para comer.
En ese caso <<gavagai>> significaría algo como “comida” o “atrápenlo.” O bien <<gavagai>>
podría ser una oración como “he aquí un conejo” o “la pierna del conejo”.
parte de los locales, pero esa afirmación podría estar asintiendo a cualquiera de los significados
posibles señalados. No resulta, entonces, tan sencillo establecer que <<conejo>> sirva como
observacionales, el problema trasciende cuando recordamos que no para todos los tipos de
Para traducir cualquier otro tipo de oración, el lingüista no cuenta con estímulos
cómo el lenguaje de los nativos funciona cuando hablan, por ejemplo, en plural o cuando las
entendida como los atributos que les pertenecen a todos los conejos), etc. Es decir, el traductor
hace conjeturas acerca de los usos del lenguaje de los nativos, cosa que no se puede expresar
mediante estímulos sensoriales. La preferencia por una u otra traducción se basa en los esquemas
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1. Indeterminación de la traducción: Toda traducción es compatible con sus hipótesis
siempre es compatible con otras traducciones que también cumplen con los criterios
que hay para admitir que conejo es sinónimo de gavagai, que se pueden igualar y usar
indistintamente.
observada desde un punto de vista (α). En un espacio geográfico (b), una montaña es nombrada
(B) y observada desde un punto de vista (β). Un turista visita (a), observa la montaña desde (α) y
aprende que la montaña se nombra (A) por los locales, así que la nombra (A) también. Visita
después (b), observa la misma montaña pero vista desde (β) por lo que piensa que es una
montaña diferente, los locales la nombran (B), así que él, hace lo mismo.
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(A) y (B) nombran a la misma montaña, por lo que deberían ser términos igualables y se
debería poder usarlos indistintamente (son sinónimos). Así, todas las oraciones verdaderas que se
formen diciendo algo de (A), deben mantenerse verdaderas si se dice lo mismo de (B).
Propongo la oración “Los habitantes de (a), nombran como (A) a la montaña” y digo lo
mismo de (B) “Los habitantes de (a), nombran como (B) a la montaña.” La primera oración se
califica como verdadera y la segunda como falsa a pesar de que se había establecido que (A) y
(B) se referían a lo mismo y por eso se podían usar indistintamente. Quine usa un ejemplo
traducción.
única manera de determinar que (A) y (B), a pesar de nombrar lo mismo, no se usan
hablante (como nombrar a la montaña (A) o (B)), es admitiendo la relación entre la montaña
Quine deja una pregunta importante sin contestar ¿Cómo es posible que nos
significamos? Encuentro la respuesta en su obra, aunque con ella no pretende responder esta
pregunta.
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La sinonimia es admisible solo intrasubjetivamente, es decir, depende de los esquemas
lógicos individuales (subjetivos) pero que coinciden en un grupo de personas gracias a su aspecto
La relación general de sinonimia intrasubjetiva de sentencias, buscada tan sin éxito hasta
filosófica intuitiva: la noción de sentencia analítica. Aquí la noción intuitiva significa que
información lateral: así «Ningún soltero es casado», «Un cerdo es un cerdo» y, según
unión con «si y sólo sí») es analítica, y una sentencia es analítica si y sólo si es sinónima
Las sentencias analíticas son supuestamente afirmables cualquiera sea la situación, pero
se mantienen intrasubjetivas porque dependen de esquemas lógicos individuales que pueden ser
compartidos, entonces, si se dice que “Todos los conejos son hombres reencarnados” desde un
esquema lógico intrasubjetivo, resulta que esa es una sentencia siempre afirmable, pero desde
otro esquema lógico no. Por lo que para Quine, las sentencias analíticas resultan incompatibles
Así como “Ningún soltero es casado” resulta afirmable desde un esquema lógico donde
esquema lógico en el que no. Quine (1968) lo expresa en palabras de Wittgenstein “Entender una
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Por ello la comunicación es posible entre personas que, primero, comparten un uso de un
lenguaje y que, segundo, entienden sus esquemas lógicos. No considero que sea necesario
compartirlos, pero si saber bajo qué esquema lógico se dice cualquier sentencia. Como no es
necesario compartir esquemas lógicos para comunicarse, es posible explicar un esquema lógico
la comunicación entre individuos con esquemas lógicos diferentes se logra incluso cuando
existen sentencias intrasubjetivas analíticas admisibles por algunos sí y por otros no.
Conclusiones
pero incluso al admitir el escepticismo de las tesis quineanas como relevante, es posible afirmar
que la comunicación no depende de lograr determinar una sola traducción radical como acertada,
sino de comprender los esquemas lógicos bajo los cuales se habla, rescatando la concepción del
Referencias (xd)
EsbozoDeLaTeoriaDeLaSignificacionEnLaFilosofiaDeQu-2441071.pdf
Quine, W. (1963) Reference and Modality en From a Logical Point of View (pp. 139 – 159)
Harper Torchbook.
Quine, W. (1968) Traducción y significado en Palabra y Objeto (pp. 39 - 86) Editorial Labor,
S.A.
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Quine, W. (1973) The Roots of Reference, Open Court.