Está en la página 1de 5

1844-1861: LA PRIMERA REPUBLICA Y LA ANEXION A

ESPAÑA.

La situación económico-social de la República Dominicana: el modelo


comercial agroexportador e importador.

El 18 de marzo de 1861 el general Pedro Santana pone en manos del imperio español el
destino de República Dominicana, tras ejecutorias contrarias al interés nacional de los
gobiernos de Buenaventura Báez y del propio dueño de la Finca El Prado, como fue la
aplicación de políticas financieras perturbadoras, llegando a efectuarse para esa fecha
más de 30 emisiones monetarias sin respaldo. Esto significa que la economía
dominicana fue llevada a la ruina por los gobiernos entreguistas y corruptos de Báez y
Santana.

Para el año 1861 la población dominicana total alcanzaba la cifra de 250 mil personas.
Las actividades productivas más importantes continuaban siendo el corte de madera
preciosa y la agricultura. La producción de tabaco se había elevado ese año a 80 mil
quintales y la exportación del producto dejó un saldo de 700 mil pesos fuertes. La miel
de abeja y la cera habían logrado un sitial muy importante, ya que para ese año se
exportaron alrededor de 30 mil libras por un valor de 25 mil pesos fuertes.

La producción de otros rubros como el azúcar, el café y el cacao comenzaron a repuntar,


pero se obtenían cantidades intrascendentes que sólo servían para abastecer el mercado
interno. La crianza de ganado vacuno había sufrido enormemente, en virtud de los
conflictos civiles y la guerra con Haití, que era el principal comprador de las carnes que
producía el país. Los cueros sí tenían una gran demanda en el mercado europeo. Aunque
existían minas muy ricas en oro, plata, sal y otros minerales con importantes mercados
en el exterior, los yacimientos mineros estaban abandonados.

Las alianzas de los grupos políticos por el poder: Las Juntas Centrales
Gubernativas, los gobiernos institucionales y constitucionales.

El enfrentamiento Inter-caudillistas: proteccionistas y nacionalistas.


Guerras dominico-haitiano.

Fue el último y decisivo encuentro armado que sostuvieron dominicanos y haitianos


para poner fin a casi 12 años de conflictos después de la independencia dominicana. Se
libró el 24 de enero de 1856 en Sabana Larga, Dajabón.
Tropas dominicanas del ejército del norte, dirigidas por el general Juan Luis Franco
Bidó, derrotaron al ejército haitiano al mando del emperador haitiano Faustino I.
Las tropas dominicanas que estuvieron dirigidas por los comandantes Pedro Florentino
y Lucas Peña, derrotaron aparatosamente al ejército invasor, considerándose estos
enfrentamientos decisivos para convencer a los haitianos de que no lograrían ocupar de
nuevo el territorio dominicano.
Después de concluida la batalla se escuchó decir a un grupo de combatientes
dominicanos lo siguiente: “No escuchar a los que cobardemente piensan intimidarnos
esparciendo rumores alarmantes sobre la próxima invasión de los haitianos para
reducirlos a un exterminio total, cuya empresa juzgaría el mundo entero poniéndola en
paralela con el espíritu de civilización que reina todas partes y la generosidad con que
nos hemos conducido eso nos ayudaría. Aun cuando así fuera, opongámosle una
resistencia vigorosa, sirvan nuestros pechos de baluarte a los que osaren invadir nuestro
territorio, hacemos la guerra y despojarnos de nuestro derecho, perezcan con gloria y
honor a quienes la suerte fije su destino, y los demás aseguremos una patria que no
teníamos para poder cantar un día himno a la libertad y a la República Dominicana”.

Lucha de clases y pugnas regionales.

Los orígenes del movimiento socialista en República Dominicana se remontan a los


finales de la década de 1920, cuando en Santiago de los Caballeros fue donde se fundó
la primera célula marxista en el Centro de Estudios Sociológicos que funcionaba en esa
ciudad. El bien conocido intelectual dominicano Juan Isidro Jiménez Grullón y el
político Ramón Espinal fungieron como parte de sus integrantes y cofundadores. 

Sin embargo, es sólo a mediados de la década de 1940 en que aparecen grupos de


denominación socialista en el país, siendo el primero de ellos el muy poco mencionado,
Partido Democrático Revolucionario Dominicano (PDRD), fundado por jóvenes
socialistas en 1943, quienes tres años más tarde, en el exilio, producto de una escisión,
le cambiaran el nombre por el de Partido Socialista Popular (PSP). No se sabe con
certeza si algunos de sus miembros estuvieron relacionados en el pasado con el Centro
de Estudios Sociológicos de Santiago.

El Partido Democrático Revolucionario Dominicano (“socialista”) surgía como una


organización que contaba con potencial apoyo de las masas, pues dentro de su
membresía se encontraba la figura de Freddy Valdez destacado dirigente obrero y uno
de los precursores de la organización sindical de aquella época.
El PDRD fue el iniciador de la organización revolucionaria de los obreros; el precursor
de las luchas por el socialismo en la República Dominicana. Los principales
promotores, y por ende los fundadores más influyentes del PDRD fueron los
intelectuales Francisco Henríquez y Pericles Franco Ornes, siendo este último,
posteriormente cofundador del PSP y quien más tarde, a raíz del desastroso desenlace
del conflicto de abril de 1965 fuera uno de los fundadores del pro-moscovita Partido
Comunista Dominicano (PCD).

Los iniciadores del PDRD elaboraron un programa “socialista” para el partido y se


definían a sí mismos como marxistas-leninistas-estalinistas. Lo de estalinista es
producto de la propaganda soviética de la época, la cual alcanzó su tope más alto al salir
fortalecida políticamente la burocracia rusa de la II Guerra Mundial.

Con respecto al nacimiento de éste partido el historiador dominicano Roberto Cassá, en


su obra “Movimiento Obrero y Lucha Socialista en Republica Dominicana”, expresa lo
siguiente: “En la fundación del PDRD interactuaron la función centralizadora ejercida
por Franco y Henríquez con el desarrollo de núcleos constituidos con anterioridad o
independencia, o bien de otros que se derivaron de las tareas impulsadas por el núcleo
central”.

Este partido tuvo presencia a nivel nacional, con células y grupos en el Este, el Cibao
Central, (provincias La Vega y Santiago de los Caballeros) ; y en Barahona—provincia
del sur profundo. No obstante, su principal punto de operaciones fue la capital
dominicana, particularmente orientado al movimiento obrero y la juventud.

A pesar del valor y el espíritu de lucha de muchos de sus militantes y dirigentes, el


movimiento comunista nace con el sello de las políticas etapistas del estalinismo.
Básicamente se resumen en la idea que en un país de capitalismo atrasado como la
república dominicana, no se puede luchar por el socialismo sino que hay que hacer
primero una revolución “anti-imperialista” en la que el proletariado debe buscar la
alianza con los “sectores progresistas de la burguesía nacional”. En realidad, ésta
política nada tiene que ver con la de los bolcheviques en Rusia (un país si acaso todavía
más atrasado que la República Dominicana). Lenin explicó cómo la llamada “burguesía
nacional” estaba unida por mil lazos tanto al imperialismo como a los terratenientes, y
que su pavor a la movilización de la clase obrera y el campesinado le impedían ponerse
a la cabeza de cualquier revolución auténticamente nacional y democrática. Esa tarea
correspondía a la clase obrera, a la cabeza de los demás sectores oprimidos de la
sociedad.

Aún peor, en los años 40, el estalinismo a nivel mundial había impuesto una política de
“democracia contra fascismo” que en realidad significaba, en América Latina, el apoyo
a aquellos dictadores y regímenes burgueses, independientemente de cuan represivos
fueran, que se encontraran del lado de las potencias Aliadas (y por lo tanto de la URSS)
en la 2ª Guerra Mundial. En el caso de Cuba, cuyo partido comunista tuvo una
influencia muy importante sobre el desarrollo del movimiento comunista en la vecina
isla, eso llevó a los comunistas a llegar a toda una serie de acuerdos con Fulgencio
Batista, llegando incluso a participar con dos ministros en su gobierno.

A pesar de las dificultades de este movimiento para actuar e influir en la política


nacional, logró crear dos entidades importantes, que fueron: la Juventud Revolucionaria
y el Frente de Liberación Nacional. Todas sus actividades e instituciones estuvieron
sujetas a la clandestinidad, pues, esta institución política estaba siendo forjada en plena
dictadura trujillista; y una de sus actividades más conocida tuvo lugar en el año 1945,
cuando a través de la “Juventud Revolucionaria”, los miembros del partido
distribuyeron miles de volantes propagandísticos, una de sus actividades más conocida
en la historia, porque surtió gran efecto político, dentro de las condiciones políticas de
aquel momento. Como resultado de esta actividad los miembros de la Juventud
Revolucionaria fueron detectados y muchos de ellos fueron apresados en un amplio
operativo que dejó en desbanda al PDRD, dando como resultado que sus principales
dirigentes y organizadores se vieran forzados a viajar al exilio, (los que no fueron
asesinados).

Un elemento de juicio, muy importante, son las condiciones objetivas y subjetivas de


aquel momento histórico de la República Dominicana. Establecer las bases
fundamentales para crear un partido político revolucionario en una época dominada por
una férrea dictadura como la de Rafael Leónidas Trujillo Molina, significaba un gran
desafío y también se necesitaba de mucha audacia para cumplir con las tareas
organizativas que requiere la construcción de un partido de izquierda que nacía en un
país súper atrasado, y al momento, subyugado por un déspota que tenía bajo su control,
todos los estamentos políticos, estatales y sociales, con una población mayormente
campesina y con un proletariado sumamente pequeño. La clandestinidad formulaba la
estrategia más viable para obtener crecimiento dentro de la población y fortalecer su
cimentación, puesto que, en un país con un gobierno totalitario como lo fue el régimen
trujillista era casi imposible lograr la sobrevivencia de una organización que se
proclamaba marxista-leninista; pero la existencia misma de la dictadura y el desarrollo
que experimentaba el capitalismo en el país, hacía necesaria la creación de una entidad
revolucionaria en un país pequeño como el dominicano, que hiciera un llamado al
despertar de algunos sectores, que aunque permanecían en silencio se hallaban opuestos
a las políticas dictatoriales del gobierno.

También, tenemos que tomar en cuenta, que, con el desarrollo usufructuario de las
formas capitalistas de producción y el surgimiento de una joven clase proletaria, y por
minúscula que ésta fuera —durante la primera mitad del siglo XX, emergían desde las
mismas profundidades del atraso económico, político y social, las condiciones objetivas
para visionar una nueva perspectiva política de lucha en el campo de las clase sociales
emergentes en ésa república ex colonial, pero que no había superado del todo las formas
(si se quiere) semi feudales de producción nacional.

Consecuencias políticas y sociales del enfrentamiento entre Santana y


Báez.

La Revolución del 57 (los tabaqueros).

La anexión a España: causas y consecuencias: económicas, políticas,


sociales y culturales.
Perdida de la vida Republicana: Soberanía, nacionalidad, territorio.
Medidas del gobierno anexionista.

También podría gustarte