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“Wakanda forever” es una fábula acerca de la auto-destructividad del mal.

Un meteorito
con un mineral virtualmente mágico que puede hacer cualquier cosa, llamémoslo
MacGuffinina, cae a la Tierra y, por una increíble mala puntería, va a parar a manos de las
dos sociedades más despreciables del mundo. Ambas crean estados étnicos
aislacionistas. Unos escondidos en el fondo del mar, los otros manteniendo algún
contacto con el mundo exterior: aunque ese contacto consiste casi exclusivamente en
insultar al resto del mundo, victimizarse y jactarse de poseer una tecnología que no están
compartiendo. No sólo tecnología militar, sino cosas como medicinas que podrían salvar
millones de vidas cada año. La civilización de los aquamanes mexicanos decide
exterminar al resto de la Humanidad, y entonces descubren que existe otra sociedad que
posee la MacGuffinina. El estado étnico de Wakanda no tiene ningún problema con que
maten a la gente que no se parece a ellos, pero quieren establecer una graduación en su
proyecto genocida. Esto se conoce en el mudo real como ideología de la
“Interseccionalidad”: que consiste, teóricamente, en que diversos grupos que se fundan en
la dialéctica “nosotros o ellos” se alíen estableciendo una gradualidad basada en cuantas
características de “ellos” tiene una persona y cuantas de “nosotros”: empezando por
exterminar a los que tengan la mayor cantidad de cualidades “ellos” y así ir avanzando
paso por paso hasta que no quede nadie. (Digo "teóricamente" porque en realidad la
ideología de la inteeseccionalidad es sólo un instrumento para reclutar tontos útiles). Pero
los aquamanes mexicanos rechazan ese plan, razonando que eliminar al otro estado que
posee la MacGuffinina es la primera prioridad: el resto del mundo puede esperar. Acá
conviene aclarar algo, aunque debería ser obvio: esos tipos no son más malvados que los
otros, solo menos estúpidos. En efecto: si se han propuesto exterminar a todos los
habitantes de la superficie de la Tierra, esa es la mejor estrategia. De hecho: podrían haber
disimulado momentáneamente sus verdaderas intenciones y ganar aliados en las
naciones de la superficie. Podrían haber acabado con Wakanda en un ataque sorpresa,
aprovechando que los idiotas nunca se preguntaron si no era posible que hubiese otro
yacimiento de MacGuffinina en el mundo, en vez de darse a conocer. La noticia de que el
estado étnico de Wakanda fue exterminado habría motivado festejos en todo el mundo.
Entonces los aquamanes mexicanos podrían haberse presentado al resto de la
Humanidad como liberadores: diciendo que han venido a acabar con el cáncer de
Wakanda, pero que necesitan su ayuda para acabar con sus últimos restos y con sus
aliados. Digo: esos tipos se han pasado 500 años victimizándose y mascullando cuanto
odian a los conquistadores españoles: ¿No podrían al menos haber aprendido algo de
esos forros? ¿Usar sus mismas tácticas? El punto es que, los dos estados étnicos
aislacionistas se consideran en guerra con el resto del mundo y se consideran
mutuamente “resto del mundo”, así que usan la tecnología que literalmente les cayó del
cielo, y con la que una civilización que no estuviese totalmente orientada al mal hubiese
convertido al mundo en un paraíso terrenal, para aniquilarse mutuamente: para bien de la
Humanidad. Borges decía que a un poeta le es dado inventar una fábula, pero no la
moraleja de su fábula. Estoy seguro de que los guionistas de cupo de Marvel tenían la
intención de decir algo completamente distinto y no lo que yo he dicho en este post, pero
involuntariamente mostraron total realismo una verdad muy importante: El mal es auto-
destructivo por naturaleza.

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