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Conmemoramos un año más de uno de los movimientos sociales más importantes

del mundo en el siglo XX: La Revolución Mexicana, suceso que hermanó en un


nivel ciudadano las demandas campesinas, obreras, demócratas y de libertad,
todas ellas legítimas en un escenario antidemocrático y represor. La conciencia
histórica de cada uno de las mexicanos debe valorar a Madero, el ideario político
de los Hermanos Flores Magón, la trascendencia de Doroteo Arango, Pascual
Orozco, Álvaro Obregón, los hermanos Serdán, Emiliano Zapata, Hermila Galindo,
Dolores Jiménez, Margarita Neri, todas las soldaderas, los niños y niñas de la
revolución, a todos los hombres y a todas las mujeres, a todos los héroes
anónimos que lograron con su hazaña lograr con su valentía la promulgación de
uno de los documentos más significativos para la historia de los derechos sociales
en el mundo: la Constitución Mexicana de 1917.

En el año 1910 El Congreso declaró triunfantes a Porfirio Díaz y Ramón Corral,


como presidente y Vicepresidente, quienes ocuparían los cargos en el periodo
1910-1914. Francisco I. Madero se fuga hacia San Antonio, Texas, y se dispone a
iniciar la lucha armada. El 5 de octubre de 1910 proclamó el Plan de San Luis, el
cual señala en su artículo 7: “……. “El 20 de noviembre, desde las seis de la tarde
en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar
del poder a las autoridades que actualmente nos gobiernan”. Este, se considera,
sería el inicio formal de la Revolución Mexicana, sin embargo, no fue así. Al
enterarse el gobierno porfirista que Aquiles Serdán encabezaba uno de los centros
más peligrosos de antireeleccionistas en Puebla, y que en su casa se encontraban
algunos individuos con armas, la policía hizo un cateo el día 18 de noviembre. Los
hermanos Serdán y otras dieciocho personas más habían acumulado armas y
parque para participar en la lucha revolucionaria y deciden enfrentar a los
gendarmes a tiros. Filomena del Valle, esposa de Aquiles y Carmen Serdán, su
hermana, salen al balcón de la casa con las armas en las manos y gritan a la
gente que se ha reunido atraída por la balacera: “¡Poblanos! Los que están allí
van a morir por el pueblo, vengan a ayudarles; aquí hay armas. ¡Viva la
República!”.

El ataque de los gendarmes dura varias horas y el gobernador Mucio P. Martínez


tiene que llamar a más de mil soldados para allanar la casa. Cuando se les acaba
el parque los Serdán se rinden. Los soldados entran a la casa y se encuentran con
algunas mujeres y los cuerpos sin vida de algunos hombres. Carmen Serdán,
Carmen Alatriste, Filomena del Valle de Serdán y los que no murieron en el
combate, son encarcelados. Carmen y Filomena son acusadas de recargar las
armas, remitidas a la cárcel de La Merced y más tarde al Hospital de San Pedro.
Aquiles se esconde en una especie de sótano cavado en la sala de la casa, en la
que apenas cabe un hombre.

En la madrugada del día siguiente, Aquiles toserá y será descubierto por el


soldado que está de guardia, quien le hará dos disparos: uno en el cráneo y otro
en la sien. El gobernador de Puebla ordenará que su cuerpo sea exhibido en la
plaza principal como escarmiento para quienes intenten acudir al llamado de
Madero.
Puede considerarse que la Revolución Mexicana dio inicio en Puebla, con la
represión sufrida por la familia Serdán. En el transcurso de las siguientes semanas
surgen guerrilleros por todo el país:

 Emiliano Zapata, Ambrosio y Rómulo Figueroa, y Manuel Asúnsulo en


Morelos.
 Salvador Escalante y Ramón Romero en Michoacán y Jalisco.
 Gabriel Hernández en Hidalgo
 Pascual Orozco y Francisco Villa en Chihuahua entre otros.

La conmemoración de esta fecha, debe significar una revaloración del escenario


actual, merece una reflexión sobre la realidad social, el acceso, goce y disfrute
que los pocos tienen hacia los derechos fundamentales. La realidad de nuestra
estructura jurídica, política, económica, educativa, de salud, la realidad de nuestro
México, pero por sobre todo merece una reflexión sobre nuestra participación
dentro del quehacer humano y social, sobre nuestra contribución o no, al
desarrollo de nuestra tierra. Antes de nosotros valientes mujeres y hombres
lucharon para encontrar un camino hacia la democracia, hacia la justicia, hacia el
constitucionalismo como fuente de legalidad y legitimidad. Conmemoramos con
nuestros actos y valor a todos ellos.

El “sufragio efectivo, no reelección” del Plan de San Luis, la “tierra y libertad del
plan de Ayala”, las “reforma, libertad y justicia” del Plan de la Empacadora, y lo
que estos lemas significan encierran la búsqueda de principios que no tienen
nacionalidad, principios que buscamos como seres humanos pensantes y
sociales, que nos dignifican y nos dan valor de existencia.

Vivan los verdaderos revolucionarios, aquellos que transforman en lo profundo y lo


hacen por el bien de la humanidad

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