Está en la página 1de 9

HISTORIA DE MÉXICO II Lectura 11

GUERRILLERAS Lectura tratada por Bernardo Castillo


Lira
Fuente: Noticia del periódico.
Instrucciones: Lee la lectura, subraya la información más importante y con
la misma contesta el cuadro.
-COMPLETO Y CORRECTO: 10

-COMPLETO E INCORRECTO: 8

-INCOMPLETO E INCORRECTO: 6 o menos

INTRODUCCIÓN:
A los sexenios de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) y José López Portillo
(1976-1982) se les conoce chuscamente como la Docena Trágica. Su modelo
económico de Desarrollo Compartido o Populismo Económico, donde
gastaron dinero ($) a diestra y siniestra no funcionó. Ambos gobiernos
terminaron con sendas crisis económicas.

Con ello el sistema político entro en crisis. El Presidencialismo, el Partido


Oficial PRI, y el Corporativismo fueron cuestionados. La pobreza, la
corrupción, la antidemocracia, la injusticia, la falta de oportunidades, la
represión, el autoritarismo llevaron a individuos y grupos a participar en
organizaciones clandestinas como las guerrillas.

El gobierno respondió con la represión, la tortura, el asesinato, y las


desapariciones forzadas en contra de los movimientos de oposición política
y armada. A esta época negra se le conoce como la “Guerra Sucia”, donde
participo el Ejército, la DFS (Dirección Federal de Seguridad), la Brigada
Blanca, y demás fuerzas del orden.
En estos movimientos participaron no solo hombres, sino también
mujeres…
Guerrilleras, ocultas por la clandestinidad y por la historia
Adriana Rodríguez

06/11/2007

Al movimiento guerrillero de los años 60 y 70 se le relaciona con figuras


masculinas. Se olvida que fueron cientos de mujeres que participaron en él y que
existen aún 135 desaparecidas. Mujeres de las que hoy nada saben sus familias y
de las que nada dicen las autoridades.

Compartieron con sus compañeros el anhelo y la decisión de construir un mejor


país, pero también padecieron la persecución, la tortura, el estigma, que
afrontaron a la par de la crianza de sus hijas e hijos, de sus obligaciones como
amas de casa y del sostenimiento económico de sus familias. Muchas padecieron
también la muerte, como Denì Prieto Stock y Julieta Glockner.

Ocultas en la clandestinidad de la lucha y por el paso del tiempo. La historia


sobre la guerrilla de aquellos años apenas las menciona, como sucede con
prácticamente todos los movimientos armados en la historia del país.

Algunas sobrevivientes, dedicadas aún a la lucha social en otras trincheras,


como la academia, el sindicalismo, los partidos, o las organizaciones sociales,
decidieron por ello, el 13 de diciembre de 2003, reunirse para hablar sobre la
forma que ellas vivieron la experiencia guerrillera.

Agrupadas en el Movimiento Armado Socialista, realizaron en 2003 un


encuentro en el salón Heberto Castillo, del Senado de la República, para narrar
“como lo vivimos nosotras.”

Hubo testimonios de las Fuerzas de Liberación Nacional, de


los Procesos, el Frente Estudiantil y la Liga Comunista 23 de
Septiembre, del Movimiento de Acción Revolucionaria, el
Partido de los Pobres, el Grupo de Diego Lucero (Los
Guajiros) y se presentaron las semblanzas y fichas de 43 mujeres detenidas y
desaparecidas.

De ese encuentro hay ya una memoria: un libro titulado Memoria del Primer
Encuentro Nacional de Mujeres Ex Guerrilleras, que reúne lo dicho ahí y presenta
a las ex guerrilleras desde sus vivencias en las organizaciones, la pareja, la
maternidad, la familia, la vida cotidiana, la lucha, la persecución, la cárcel, la
muerte y la desaparición forzada.
La obra revela, a decir de Carlos Montemayor, escritor y analista en temas
del movimiento armado en México, además de la fortaleza de la mujer que
también toma las armas y decide participar en los movimientos libertarios, una
serie de operaciones recurrentes que explican errores tácticos y el modus
operandi de contrainsurgencia a partir de la tortura y desaparición forzada de las
personas.

Pero también cómo “los testimonios estremecedores y admirables una y otra


vez confirman el procedimiento militar o policial para descubrir las casas de
seguridad o los lugares y horas de encuentros prefijados de militantes.
Procedimientos militares y policiales que aun ahora se aplican y desarrollan en
México”.

Las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) contaron con la presencia de varias


mujeres de las que poco se sabe a pesar de que fueron parte importante en los
movimientos armados durante la década de los sesenta, entre ellas Dení Prieto
Stock, Julieta Glockner, quienes murieron tras enfrentarse con el Ejército, y Elisa
Irina Sáenz Garza, desaparecida desde hace treinta y tres años.

Las FLN en ese entonces era la única organización guerrillera que se mantenía
con el financiamiento de sus propios integrantes, por lo que no cometían robos ni
secuestros.

Dení Prieto Stock

Las tres jóvenes guerrilleras cayeron en combate


con la determinación de luchar hasta el final a pesar
de encontrarse en desventaja, tal y como sucedió
con Dení Prieto. Ella, sus compañeras y
compañeros sumaban siete contra un Ejército que
utilizó bombas y armas de alto calibre para
capturarlos.

Dení, nacida el 8 de septiembre de 1955, fue nieta


de un revolucionario zapatista, uno de los
principales promotores del anticomunismo. Eso no
impidió que sus padres, Carlos Prieto y Evelyn
Stock, contrajeran matrimonio tomando en cuenta que ésta era una judía de origen
ruso y filiación comunista.

Desde siempre mostró gran aptitud para el estudio, le gustaba el teatro y la


lectura. Entre sus autores favoritos se encontraba Sor Juana Inés de la Cruz, por
sus raíces sajonas se sintió atraída por los escritores rusos, británicos y
estadounidenses, a quienes calificaba de inteligentes pero confundidos.

El movimiento de 1968 la marcaría de sobremanera, su hermana Ayari, en ese


entonces estudiante de la Preparatoria 6, se convirtió en una de las víctimas
fallecidas, por lo que sus padres tomaron la decisión de inscribirla al Colegio
Madrid en contra de su voluntad.

Tiempo después realizó su trabajo social capacitando a comunidades


campesinas del Estado de México y Tlaxcala en la crianza de conejos y el cultivo
de soya, además de impartir clases y apoyar en la construcción de obras públicas.
Al enterarse de que sus compañeras y compañeros habían sido encarcelados,
pidió a sus padres dieran el dinero necesario para liberarlos.

En 1973 se unió a las Fuerzas de Liberación Nacional, donde primero realizó


tareas sencillas como recolectar víveres para luego cambiar la casa paterna por el
cuartel general de las FLN, ubicado en jacarandas número 13, en Nepantla,
Estado de México, donde, por seguridad, vició aislada al lado de Carmen
Custodio, Gloria Benavides, Alfredo Zárate, Mario Sánchez, Anselmo Ríos y Raúl
Morales. Este último se convertiría en su esposo a l casarse por las leyes
revolucionarias de las Fuerzas de liberación Nacional ese mismo año.

No pasó mucho tiempo para que elementos de la Policía Judicial y militar


dieran con otra de las casas donde se encontraban más integrantes de la
organización, entre ellas, la habitada por Nora Rivera y Napoleón Glockner.

Ellos fueron torturados para que les indicaran la ubicación de la casa de


Nepantla, pero Nora los llevó a un lugar falso con el fin de ganar tiempo para
alertar a sus compañeros y pudieran escapar, pero se cree que las fuerzas
policíacas continuaron con la tortura hasta asegurarse de llegar al lugar que
buscaban.

La noche del 14 de febrero de 1974, los militares rodearon la casa mientras


que, bajo tortura Nora y Napoleón gritaban a sus compañeros que se rindieran.
Todos ellos confundidos trataron de escapar, Con las explosiones, Dení perdió sus
lentes, así que ella y otros tres compañeros fueron los primeros en ser capturados
y asesinados con el tiro de gracia.

Al tratar de cruzar la barda, el resto de los guerrilleros fueron también


detenidos, entre ellos Raúl.

Los cuerpos de Dení y sus compañeros fueron trasladados en un vehículo a la


Ciudad de México, donde fueron enterrados en una fosa común del panteón de
Dolores.
Siete años más tarde, su tío recuperó unos restos, fueron cremados y
depositados en una urna de una iglesia localizada en la avenida Cerro del Agua,
pero hasta la fecha no se tiene seguridad de que pertenezcan a Dení.
Julieta Glockner

Julieta Glockner fue quien incorporó a Prieto Stock a las FLN. A los quince años
de edad se convirtió en delegada en el Primer Congreso Latinoamericano en
Cuba, país que recién se había convertido al socialismo.

Al cumplir los dieciséis años se convirtió en líder femenil del entonces Frente
Electoral del Pueblo y encabezó las protestas de lecheros poblanos en contra de
las leyes estatales que establecían como obligatoria la pasteurización de la leche.

Posteriormente, Glockner optó por dedicarse a la docencia, pero al estallar el


movimiento del 68 decidió realizar varias visitas a la cárcel de Lecumberri para
apoyar a sus amigos, así como a su antigua pareja, Carlos Martin del Campo.

Napoleón, su hermano, la invitó a unirse a la organización, así que dejó a su


hijo de cinco años en la casa del doctor Glockner.

Siempre tuvo claro que no permitiría que las fuerzas militares la capturaran con
vida. En febrero de 1975, durante un enfrentamiento que tuvo lugar en Tabasco,
antes de que fuera detenida, dio fin a su vida con un arma de fuego.

Elisa Irina Salazar

Elisa Irina Salazar fue la primera mujer en unirse a las FLN en 1969, hasta la
fecha las autoridades no han dado respuesta satisfactoria sobre su paradero.
Según versiones dadas en 1980 por la Dirección Federal de Seguridad, ella y su
esposo; Raúl Enrique Pérez Gasque, fallecieron ese año. Se cree que
posiblemente fueron llevados a una cárcel clandestina del Campo Militar Número
1.

Ella fue detenida-desaparecida junto con su esposo dese 1974 por soldados
pertenecientes al 46º Batallón de Infantería del Ejército Mexicano.

Una base de entrenamiento de las FLN localizadas en el rancho El Diamante,


en Ocosingo, Chiapas, fue descubierta por elementos del Ejército y la Dirección
Federal de Seguridad, por lo que Irina, su esposo y otros compañeros huyeron a la
sierra, pero en su intento fueron capturados.

Ante la necesidad de descansar y conseguir alimentos, establecieron contacto


con unos campesinos de la zona sin saber que éstos eran simpatizantes de las
fuerzas armadas.

Los habitantes dieron aviso a los militares y fueron trasladados al cuartel


general de Tuxtla Gutiérrez en marzo de 1974, donde fueron torturados para que
dieran a conocer sobre las actividades de la organización a la que pertenecían, así
como la identidad de sus miembros.

La mañana del 1 de abril un avión tipo


C-47 con matrícula 6006 de la fuerza
Aérea Mexicana los trasladó al campo
militar Número 1, en la Ciudad de
México, donde rindieron declaración
bajo protesta.

Desde entonces no se tiene información


de ambos, se ha manejado la versión de
que perdieron la vida en la Sierra lacandona, pero familiares y amigos tienen la
certeza de que se trata de una mentira de las autoridades para evadir su
responsabilidad.

Como Dení, Julieta y Elisa, cientos de mujeres guerrilleras permanecen


ausentes de la historia oficial y no oficial sobre los movimientos armados de
México.

Pero la memoria de los sobrevivientes hace que no se cumpla la sentencia de


que no hay peor muerte que el olvido.
GUERRILLERAS

No hay peor muerte que el olvido

1.- ¿Quiénes no han sido tomadas en cuenta como participantes en los


movimientos guerrilleros?

2.- ¿En qué ámbitos participan en la actualidad algunas sobrevivientes de los


movimientos armados?

3.- ¿De qué guerrillas hubo testimonios en el encuentro de 2003?

4.- Completa el siguiente cuadro:

DENÍ PRIETO STOCK JULIETA GLOCKNER ELISA IRINA SALAZAR


Fecha de nacimiento: A los 15 años: 1969:

Padres: A los 16 años: Detenida y desaparecida:

Movimiento que la marco: El 68: Captura:

Actividades que realizó Entro a la guerrilla por 1º de abril de 1971:


durante su trabajo social: invitación de

Año de su unión a las Descripción de su Versión de las


FLN: muerte: autoridades sobre su
desaparición:

También podría gustarte