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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Nombre: Marisol Florencia Domínguez Pérez

Grupo: 9202

Profesor: Juan Macías Guzmán.

Trabajo: Auge y caída del sistema político mexicano (1940-1960)/ El orador

“La presidencia imperial”

Materia: Construcción histórica de México en el mundo II


La Revolución Mexicana fue una etapa que marcó profundamente la vida social y cultural de
México y fue el punto clave donde todo comienza, las guerras, las enfermedades que azotaron al
país y lo bueno de todo esto fueron las generaciones emergentes que guiaron al país hacia una
nueva trayectoria. Los países y las civilizaciones siempre necesitan de nuevas estructuras de
control y de personas que vengan con ideas más frescas y las pongan en acción.

Desde el momento en que se nos sugiere la lectura del libro, cuando lo compro y veo el pequeño
resumen que todos los libros traen en la parte posterior veo que es un libro que incluirá una
historia Mexicana que muchas personas han olvidado a lo largo del tiempo y que jóvenes que
nunca hemos oído acerca de la historia política del país nos interesa mucho.

El pueblo no creía demasiado en los cambios venidos de la mano del hombre, sino de la de Dios
y la naturaleza. Sabía que el gobierno provenía de la Revolución y no ponía en duda su derecho
de mandar.
Si no un descubrimiento sin precedentes, el de 1915 era al menos una nueva toma de
conciencia de ellos mismos y de su país. Durante los años de la guerra, centenares de miles de
personas, hombres y mujeres, ancianos y niños, abandonaron por su propia voluntad o en contra
de ella el “terruño”, la hacienda o la patria chica, y viajaron en ferrocarril por el país en una
especie de turismo revolucionario, a un tiempo aterrador y alucinante. Como en un campamento
gigante o una interminable peregrinación, haciendo la Revolución o huyendo de ella, el pueblo
de México invadió el escenario.

México siempre ha sido un país muy rico pero muy mal administrado, gobernado, ordenado,
entre otras cosas. En lo personal a mí me hubiera gustado que el país hubiera sido administrado
de otra manera ya que en muchos momentos estuvimos en situaciones favorables para el
progreso de nuestro país, pero cayeron en manos equivocadas y en intereses personales,
siendo así victima de la avaricia de unos cuantos por querer tener el poder total y riquezas a más
no poder.

Pues bien, este libro es la crónica de la corrupción nacional ya que ha pasado desde Manuel
Ávila Camacho hasta Carlos Salinas de Gortari ha sido el más corrupto en la historia del país ya
que el país comienza a generar más dinero del que antes tuvo, gracias al petróleo, las redes
ferroviarias, nuevas empresas, la electricidad y por supuesto mucha más mano de obra ya que
México creció considerablemente en población, y con ello el tema de la explotación laboral
también.
“El Estado mexicano”, fuentes de su legitimidad”. Se trata de un balance (con estado de pérdidas
y ganancias) de la Revolución en el que se analizan también las, fuentes de legitimidad que
sostenían al régimen revolucionario. No, fue en los votos, desde luego, donde el nuevo Estado
abrevo su fuerza, vocación social y prestigio, sino en la notable integración de algunas
tradiciones que operaban silenciosamente en las entrañas de la cultura política mexicana.

“Una democracia sin adjetivos es lo que los mexicanos necesitamos para llegar al siglo XXI
como personas responsables de nuestra propia historia, no como objetos decorativos de la
biografía presidencial en turno.” (Krause, 1982-1996)

El orador (Adolfo López Mateos)

El 17 de noviembre de 1957, un ajetreo inusitado despertó a los pacífi cos habitantes de la


colonia del Valle, al sur de la ciudad de México quienes estaba ubicados al sur de la Ciudad de
México.

 Pero este domingo y estas masas eran algo distinto. No venían a corear los goles ni a gritar
«olé». Venían «acarreados» de todos los puntos del país para apoyar, aplaudir, vitorear a don
Adolfo López Mateos en su toma de protesta como candidato del PRI a la presidencia.

Este movimiento era, más que claro, organizado por todo el partido Priísta. Asistieron mil
quinientos autobuses, camiones y coches con gente que se encontraban apoyando al PRI
junto con un testigo presidencial quien describía toda la escena política:

«Atrás del estrado principal, en lo alto de las tribunas del estadio, un cartel de 30 por 15
metros presentaba, a la derecha, la imagen de don Adolfo Ruiz Cortines; a la izquierda, la del
licenciado Adolfo López Mateos, y en medio, esta leyenda: «Democracia y justicia social», por
cierto, lema del PRI. Los mástiles y los postes para el alumbrado eléctrico tenían bandas
tricolores y distintivos de cartón del PRI, aparte de los altavoces del sonido local» (Krauze,
1999).

Sin interrupción, los sectores del PRI, los grupos regionales y las delegaciones le echaban
porras en honor del licenciado López Mateos,  las señales de admiración y otras muestras de
entusiasmo eran alucinantes cuando la Banda de Marina, al lado izquierdo del estrado
principal, ejecutaba piezas populares.

“El primero de diciembre de 1958, en la cordial ceremonia en que Ruiz Cortines, atento
siempre a las formas, se despojaría de la banda presidencial y la colocaría, ostensible y
tutorialmente, a su sucesor López Mateos”. (Krauze, 1999)
La Confederación Nacional Campesina (CNC), declaraba que tras la cautelosa
auscultación que se había llevado a cabo entre comisarios ejidales, comités ejecutivos
agrarios, comités regionales, ligas de comunidades y otros organismos, todos éstos se habían
declarado a favor de la candidatura de López Mateos.

De la misma forma y con el mismo proceso se habían manifestado las bases obreras y
populares de la CROM, CROC, BUO, Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del
Estado (FSTSE), CNOP y, desde luego, la CTM. Los cuales mil quinientos delegados,
representantes de 3.266 sindicatos y de dos millones de obreros, coincidían en la elección del
precandidato.

El 15 de noviembre, el día en que la Asamblea Nacional del PRI lo nombraba candidato


oficial, López Mateos sacó a relucir sus días de orador estudiantil diciendo:

«El PRI es producto de nuestra historia, dentro de la cual está ubicado, y existe y lucha y
se expresa por voluntad de la absoluta mayoría del pueblo mexicano. Las grandes masas
populares están con nosotros porque el PRI defiende y acrecienta sus derechos». (Krauze,
1999)

 Días después, ya como candidato, López Mateos organizaría una defensa casi militar de
su domicilio para impedir a todos los  políticos que se lanzaban sobre su casa en busca de
puestos, prebendas o al menos promesas, y que alguien bautizó correctamente como
la “cargada de los búfalos”.

El domingo 17 de noviembre, en el momento más importante, López Mateos cumplió la


ceremonia de rigor, y alzando el brazo derecho exclamó el “Sí, protesto”.

 El estadio se caía de entusiasmo, pero su sonrisa, más dulce y genuina que la de
Alemán, escondía sentimientos, preocupaciones y dolores que muy pocos advirtieron. (Krauze,
1999)

La presidencia imperial. Auge y caída del sistema político mexicano (1940-1996). Tusquets

México, pp. 215-274.

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