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IR_OP_RT_T04 ©CSN-2010
ÍNDICE
4. CÁLCULO DE BLINDAJES
6. SISTEMAS AUXILIARES
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1. INTRODUCCIÓN: ASPECTOS GENERALES DEL DISEÑO
Como se ha explicado en capítulos anteriores, hay una gran variedad de técnicas de
braquiterapia, y cada una de ellas tiene requisitos distintos en cuanto al diseño de la
instalación. Por ejemplo, las necesidades de blindaje de una instalación en la que se emplea
alta tasa de dosis son mucho mayores que las de otra donde sólo se aplican técnicas de baja
tasa; esta última, en cambio, exigirá habitaciones de hospitalización donde los pacientes
puedan permanecer varios días mientras dura el tratamiento. Sin embargo, hay algunas reglas
generales de buen diseño que se aplican a cualquier tipo de instalación.
En cuanto a los blindajes, la norma básica aplicable será la misma que se explicó en el
capítulo anterior: deben asegurar que en el funcionamiento normal de la instalación, la dosis
anual que se recibe en una zona no superará nunca el límite legal de dosis aplicable al
personal que trabaja en ella.
El estudio de seguridad debe tener en cuenta las consecuencias radiológicas de los accidentes
o fallos que, previsiblemente, pueden tener lugar durante el funcionamiento de la instalación.
Deben existir sistemas que minimicen el riesgo de pérdida de fuentes radiactivas en caso de
incendio o inundación, y el diseño y la distribución de las salas deben facilitar la localización
de las fuentes en caso de caída accidental.
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Figura 4.1: Esquema de una instalación típica de braquiterapia de baja tasa
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durante la irradiación) dentro del equipo de alta tasa, y éste debe estar dentro de una
habitación controlada que casi siempre se emplea también como sala de irradiación. El
paciente permanecerá solo en la sala durante la irradiación; los operadores la activarán desde
una sala adyacente.
- El equipo de alta tasa es el elemento más importante para asegurar la protección del
paciente y los operadores. Puesto que la fuente está normalmente almacenada en él
cuando no se utiliza, debe tener un blindaje suficiente para limitar la exposición de las
personas que entren en la sala de irradiación para preparar al paciente, comprobar el
equipo etc. Durante la irradiación, el riesgo principal es que la fuente se quede en el
interior del paciente un tiempo superior al previsto, y el equipo debe estar diseñado
con el objetivo de reducir esa posibilidad al mínimo. Así, debe tener un mecanismo
que compruebe el recorrido de la fuente con un elemento no radiactivo del mismo
tamaño que ésta, para detectar posibles atascos antes de la irradiación. El tiempo de
irradiación debe estar controlado por dos circuitos independientes. En caso de fallo de
corriente, la fuente debe volver de forma automática al equipo; y en todo caso debe
existir siempre un sistema manual de retirada, por si fallan los sistemas automáticos.
La unión entre la fuente y el cable de transporte es un punto muy delicado, y debe
prestarse especial atención en su diseño para evitar que se rompa. Por último, debe
tener un sistema de seguridad que bloquee el equipo cuando no se está utilizando, para
prevenir su puesta en marcha accidental.
- La sala de irradiación es similar a un búnker de radioterapia externa, aunque los
blindajes necesarios son menos espesos, dado que la actividad de la fuente de alta tasa
es típicamente unas 500 veces menor que la de una unidad de Cobalto, y la energía de
la radiación emitida es menor. Debe disponer de indicadores luminosos que avisen de
que se está realizando una irradiación, y debe contar con un monitor permanente de
radiación. La puerta debe tener el enclavamiento habitual que sólo permite la salida de
la fuente mientras esté cerrada.
- La zona quirúrgica no requiere medidas especiales, puesto que la fuente radiactiva
nunca entrará en ella (a menos que la sala de irradiación se use también como
quirófano)
- La sala de control debe incluir la consola de control del equipo, un monitor de
televisión para vigilar al paciente y un intercomunicador. Debe contar con un botón de
emergencia que interrumpa la irradiación. La posición del control debe permitir que el
operador controle la puerta de acceso a la sala de irradiación.
4. CÁLCULO DE BLINDAJES
El cálculo de blindajes en braquiterapia se realiza de forma similar al de radioterapia externa,
aunque el planteamiento es más complicado debido a que las fuentes pueden moverse por la
instalación. Eso exige estimar cuánto tiempo pasará la fuente en cada una de las zonas donde
puede encontrarse, y sumar las contribuciones de cada una de las posiciones. Por ejemplo,
para estimar la dosis que llega a la sala de control en braquiterapia de baja tasa habrá que
tomar en cue nta la radiación de las fuentes durante el tiempo que están en el almacén, en la
sala de preparación, y en cada una de las habitaciones de tratamiento. Por otra parte, en los
cálculos sólo se suele tomar en cuenta la radiación directa que proviene de la fuente,
despreciando la dosis dispersa.
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El espesor de blindaje necesario aumenta con los siguientes factores:
- el tiempo total durante el que la fuente permanecerá en una posición determinada
durante un año. En el almacén de fuentes ese tiempo será cercano a un año, puesto
que las fuentes pasarán la mayor parte del tiempo ahí. En las habitaciones se calculará
el tiempo como la duración media de un tratamiento multiplicado por el número de
tratamientos realizados en un año.
- la actividad de las fuentes consideradas, promediada en el tiempo. Si en la zona puede
haber simultáneamente varias fuentes (por ejemplo, en el almacén), se considerará la
suma de todas sus actividades.
- el factor de ocupación de la sala que está protegida por la pared, es decir, la fracción
del tiempo que la sala está ocupada durante el horario de trabajo de la unidad.
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Cuando sea posible, son preferibles los sistemas de carga automática telecomandada a los de
carga manual, puesto que reducen mucho la exposición del personal de la instalación. En el
caso de los tratamientos de alta tasa la carga telecomandada es requisito indispensable, dada la
elevada actividad de las fuentes que se manejan. Entre los sistemas de carga manual, los de
carga diferida, en los que primero se introduce en el paciente un aplicador no activo y luego
se inserta la fuente radiactiva dentro del aplicador, son preferibles a los de carga directa de la
fuente. La colocación del aplicador suele ser mucho más laboriosa que la inserción, así que
con los sistemas de carga diferida se reduce el tiempo en que el personal que se ocupa de esa
operación está expuesto a la fuente.
Los equipos de monitorización y medida de la radiación empleados deben ser adecuados al
tipo de radiación presente en la instalación (un detector diseñado para radiación gamma no
suele funcionar correctamente para medir radiación alfa, por ejemplo) y a su intensidad. La
calidad necesaria dependerá de la función que realicen: si sólo son necesarios para detectar la
presencia de fuentes no protegidas, no es necesario que sean muy precisos; en cambio, si se
quieren utilizar para medir la actividad de las fuentes, deben estar convenientemente
calibrados y tener un grado suficiente de precisión. Sí es conveniente que sean fiables y
robustos, dado que se suelen emplear a menudo; y conviene que incluyan fuentes calibradas
para verificar la estabilidad de su funcionamiento.
6. SISTEMAS AUXILIARES
Hay varios sistemas auxiliares que aumentan la seguridad de la instalación, aunque no estén
destinados específicamente a proteger contra la radiación. Describiremos brevemente los más
importantes.
El sistema de ventilación debe asegurar una renovación adecuada del aire y el mantenimiento
de una temperatura que resulte cómoda para los pacientes. En las instalaciones para
tratamientos con baja tasa de dosis las habitaciones pueden tener ventanas (blindadas
adecuadamente) para hacer más agradable la estancia del paciente. Sin embargo, por motivos
de blindaje, se desaconseja que existan en las habitaciones de tratamiento con alta tasa de
dosis; el confort del paciente no es tan importante en este caso dado que el tiempo de
permanencia en la habitación es muy corto.
Debe existir un sistema de extinción contra incendios; también deben existir sistemas (puertas
y escaleras de emergencia, camillas) que permitan la evacuación de los pacientes en caso de
siniestros incontrolados. El almacén de fuentes radiactivas debe estar diseñado para resistir
fuegos de intensidad moderada; de esta forma se reduce la posibilidad de liberación
incontrolada de sustancias radiactivas.
En las instalaciones de alta tasa de dosis, la sala de irradiación debe estar provista de un
sistema de circuito cerrado de televisión para que los operadores puedan vigilar al paciente
mientras éste está solo. Debe existir también un sistema de comunicación que permita hablar
con él, de forma que se le puedan dar instrucciones en caso de emergencia, y escucharle si
tiene algún problema.
Las habitaciones de las instalaciones de baja tasa de dosis deben estar provistas de los
sistemas habituales presentes en todas las salas de hospitalización: timbres de aviso,
conexiones de suministro de oxígeno y otros gases medicinales etc.
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