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CULTURA AZTECA EN TENOCHTITLÁN

Los orígenes del imperio azteca deben buscarse entre los diferentes grupos
semibárbaros que colaboraron en la ruina del imperio tolteca y en los sobrevivientes de esta
última cultura.
Los aztecas llegaron al valle de México en el siglo XIII. De habla náhuatl, ascendieron
de humildes orígenes a la posición dominante política, económica y militar en el antiguo
México. A partir de 1428, el imperio azteca se expandió alcanzando su máximo esplendor hacia
1502. Su capital, México – Tenochtitlán era una espléndida metrópoli (una de las más andes
en esa época) de unos 200.000 habitantes cuando llegaron los españoles en 1519. A partir de
ese momento, no hubo templo o palacio que escapara a la destrucción brutal y sistemática
para poder doblegar la resistencia de los aztecas, y así poder echar algunos años después
cimientos de la actual capital.
En este proceso de evangelización y aculturación en general, la nivelación por la que pasaron las personas y
las cosas no nos dejó, como testigos arquitectónicos, nada más que algunos adoratorios, o simples restos muy
fragmentarios de edificios más grandes, entre los que aparecen, a veces, escasos paños pintados.

 Territorio:

Su gran extensión territorial, alcanzaba por el Norte hasta los límites de Mesoamérica
y por el sur hasta Guatemala y El Salvador.
Tenochtitlán se ubicó en el sector menos fértil del valle de México, en torno a unos
islotes pedregosos que constituían el núcleo inicial, por razones defensivas. Poco a poco se fue
ganando lugar sobre el agua poco profunda de la laguna, mediante un ingenioso sistema
de chinampas, que consiste en hundir grandes balsas llenas de lodo del lago,
reteniéndolo mediante cipreses sembrados. Así, rellenando y consolidando estos islotes
flotantes, se extendió la ciudad conforme a un trazado hábilmente concebido.
Tlatelolco, es una ciudad gemela de Tenochtitlán, absorbida por los aztecas en su expansión territorial.

 C. económico:

La economía azteca era mixta, basada en la agricultura, la caza y la pesca de la fauna


del lago. Sin embargo, la ausencia de materias primas para la construcción de casas,
armas, utensilios, etc, lo obligó a mirar hacia fuera y procurar las mismas a través de
guerras o intercambio comercial.

Los objetos de lujo y los ricos mercados hallados en Tenochtitlán y Tlatelolco (ciudad
hermana subordinada a la primera) eran el resultado de los tributos pagados por los
pueblos conquistados.
Tenochtitlán recibía anualmente 7000 toneladas de maíz, 4000 de frijoles, 21 000 kg de cacao, 36. 000 kg de
chile seco, 4000 jarras de miel, 2.079.200 piezas de tela de algodón, 296.000 de tela de fibra vegetal, más de
100.000 kg de algodón en rama, entre otras cosas.

Los pochteca, mercaderes ambulantes, llevaban consigo finas mercaderías que


cambiaban por otras. Se enriquecían, y a veces, recibían títulos nobiliarios, pues,
desempeñaban a la vez, el papel de espías ya que podían observar las tierras
extranjeras y sus instalaciones militares.

 C. Social:
La base del Estado era el Calpulli (clan). En total, 20 callpullis divididos en 4
barrios constituían la nación. Existían los clanes formados sobre relaciones de parentesco y
unidad geográfica, a cada uno de los cuales se le asignaba tierras a cultivar.
Cada callpulli tenía un jefe militar de sangre real a la cabeza que constituía, junto a los
otros jefes elegidos, el Consejo de Estado, que entendía de la guerra los tratados de paz y la
persecución de los delitos.
Él emperador, era elegido a partir de un solo linaje real por un consejo de nobles, altos
sacerdotes y guerreros. Su estatus era semidivino y era tratado con gran reverencia.
(Moctezuma, 1440 – 1469)

 Religión:

La religión de los aztecas era politeísta. Los dioses estaban asociados a los cuerpos
celestes, a la tierra, a la siembra y la recolección, a los baños de vapor, los juegos de azar, etc.
Veían divinidades hasta en los instrumentos de tejer, en los cacharros de cocina, etc.
Algunos dioses son: Tezcatlipoca, el Espejo Humeante, dios todopoderoso;
Huitzilpochtli, el dios de la guerra; Quetzalcóatl, la serpiente emplumada,;Tezcatlipoca Negro,
señor del cielo Nocturno.
Para honrar a las deidades, se realizaban sacrificios humanos.

 Urbanismo:

Tenochtitlán se dividía en cuatro grandes sectores, probablemente simbólicos de


las cuatro direcciones del mundo. El centro ceremonial estaba en el corazón de la
ciudad, en la intersección de los ejes. Es una capital polifuncional, ya que aquí vive
y trabaja la población.
Este centro ceremonial, determinado por un recinto sagrado, se comunicaba con
el resto de la ciudad mediante 4 puertas (que recodaban los cuatro barrios), orientadas
cada una a un punto cardinal. De cada puerta salía una calzada, elevada sobre las aguas
del lago, pobladas de puentes levadizos. En su recorrido, cada calle marcaba los
linderos de los callpullis.

La calzada del norte, la del oeste y la del sur no sólo dividían la ciudad sino que
continuaban sobre el lago, conduciendo a los suburbios o ciudades menores, hasta llegar a
tierra firme. Eran calzadas de piedra sostenida por hileras de estacas clavadas en el fondo del
lago. La calzada del este, conducía a los almacenes y al lago (era un acueducto).
La ciudad se dividía en barrios o “fratias” que tenían su propio templo y su
divinidad y sus edificios administrativos. Sin embargo, los templos mayores estaban
dentro del recinto ceremonial, que no sólo incluía pirámides – santuarios de los dioses
más reverenciados sino también cancha de pelota, piedra de los sacrificios, friso de las
calaveras, piscinas para baños ceremoniales, escuelas, bibliotecas y viviendas para los
sacerdotes. El centro estaba completamente rodeado por un “muro de serpientes.”
El Teocalli, es la zona de la arquitectura de élite dirigente. Está amurallada, es un recinto
sagrado y civil que sobrepasaba en autoridad política y económica al recinto sagrado.
Allí vive el emperador. Incluso tenía mayor independencia y singularidad arquitectónica que los
edificios ceremoniales. El palacio de Moctezuma II ocupaba 2,4 ha.

A lo largo de las calles y canales de Tenochtitlán se levantaban las viviendas sobre plataformas
con fachadas de piedra. Se trata de habitaciones dispuestas alrededor de un patio central. Los
muros eran de piedra y adobe, y el techo de vigas y varas de madera. De casa a casa se
pasaba por puentes levadizos o en canoas.
La ciudad tenía un manantial de agua potable (el agua del lago Texcoco era salada) y
para traerla desde afuera se construyeron acueductos: uno venía de Chapultepec y el
otro de Coyocán. Éste último constaba de dos canales paralelos para que, en caso de
tener que reparar uno de ellos, el otro siguiera funcionando y nunca se interrumpiera la
entrada de agua pura a la ciudad.

Una de las razones de que Tenochtitlán requiriera su sistema administrativo fuerte y complejo es
que, aparte de sus 200. 000 habitantes, tenía numerosa población inmigrante y también una población flotante de
mercaderes y peregrinos que afluían constantemente a la ciudad.

 Arquitectura:

Ornamentación

Los aztecas fueron los mejores escultores en piedra después de los olmecas. Su
escultura representa la culminación y síntesis de una larga y fructífera tradición cultural
en el altiplano mexicano, plasmada en imágenes de sus dioses como Coatlicue, la Madre
tierra, diosa del firmamento. Como ejemplo integrado a la arquitectura, la Piedra del Sol es una
magistral síntesis de la peculiar concepción cosmológica de los antiguos mexicanos.
Por otro lado, también esculpían figuras de la gente común, retratos de sus
gobernantes y, con evidente amor por la naturaleza, reproducción de calabazas, cactos,
coyotes, jaguares, serpientes, etc. Entre las artesanías más destacadas se encuentran los
trabajos de pluma y metal, alfarería, joyería, etc.
En cuanto a la ornamentación cromática, la parte inferior del techo del santuario de
Tlaloc estaba pintada con franjas blancas y azules, mientras que el otro santuario gemelo se
encontraba ornamentado con cráneos blancos sobre un fondo rojo.

En algunos basamentos de paramentos en talud encontramos grandes lápidas


esculpidas en bajorrelieve, así como anchas molduras salientes (muy común en la arquitectura
de esta época en el altiplano) como remate de dichos cuerpos en talud.

Recinto sagrado de Tenochtitlán

Este recinto contiene numerosos edificios que, ajustados por una muralla
(ornamentada con grandes cabezas de serpientes), constituían el principal centro
ceremonial azteca.

Templo Mayor
Se destaca en el centro del recinto, presenta una escalinata gemela y dos
santuarios, uno dedicado al dios Tlaloc (deidad de los pueblos agrícolas del altiplano
mexicano desde quince siglos atrás) y otro a Huitzilopochtli, el joven bélico dios del Sol
y de la Guerra, deidad tribal del pueblo azteca. Los altares de las dos deidades fueron
construidos en lo alto, sobre la plataforma del templo, eran estructuras semejantes a
cajones, sin ventanas y con una sola puerta. Las columnas tenían bases circulares.
Los basamentos de los santuarios eran sencillos cuerpos escalonados,
usualmente reforzados en sus ángulos por grandes piedras bien ensambladas, de donde
sobresalen, a veces, las anclas en piedra que ayudaban a retener las gruesas capas de
revestimiento en estuco. Al pie del basamento, emergen, del cuerpo en talud, cabezas de
serpiente esculpidas en piedra.

Una escultura que representa a la diosa Coyolxauhqui ha sido cuidadosamente sepultada dentro
de los rellenos de la última superposición de este Templo Mayor. En compañía de ricas ofrendas, esta
escultura ilustra la leyenda del joven Huitzilopochtli, futuro dios azteca del sol y de la guerra. Tallado en un
grueso y gigantesco disco de piedra, el relieve no sólo posee este vigor plástico que suele caracterizar la
gran tradición escultórica azteca, sino que se enriquece por las maneras en que están dispuestas las
partes de la composición, en un esquema circular, que hace que este cuerpo de mujer parezca dislocarse
en pleno movimiento giratorio.
Frente a este templo gemelo se levanta el de Quetzalcóatl, con su acostumbrado
basamento de planta circular.
Cerca del templo mayor, sobre la misma plataforma, se encuentra un templo
dedicado al dios del Espejo Humeante, Tezcatlipoca. El conjunto se completa con
edificaciones diversas como la universidad de los nobles llamada Calmecac, el
observatorio, el juego de pelota, altares, plataformas rituales y otros templos menores.
Existe un pequeño adoratorio que aún conserva una parte de su “tablero – talud” a la
usanza teotihuacana, se trata de un basamento sobre el cual se ensartaban y se exhibían los
miles de cráneos de las víctimas del sacrificio.

Sistema constructivo

En cuanto a materiales y sistemas constructivos, siguen siendo, en lo esencial, lo que


venían siendo utilizados el altiplano central mexicano desde dos milenios atrás: núcleos de
piedra, lodo o adobe recubiertos de piedra tallada y estuco.
Sin embargo, en construcciones más recientes, es evidente la preocupación de los
aztecas por la solidez de las nuevas estructuras, debido a la falta de firmeza del subsuelo.
Para ello, se utiliza una especie de puzolana volcánica particularmente resistente y ligera que
abunda en el altiplano mexicano, material con el cual edificaron una gran parte de sus
construcciones monumentales. Esta dura y porosa piedra volcánica es también un excelente
material de relleno y de acabado, contribuyendo notablemente a alivianar las construcciones,
reduciendo el hundimiento de las mismas.
Por otro lado, para los problemas de cimentación desarrollaron dos sistemas: empleo
de plataformas de cimentación y pilotes de madera.

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